- Gage vs Elliot y António Damasio como árbitro
- Los hechos que todavía nos parecen incongruentes acerca del enigma de Gage
- En resumen
- Bibliografía
El cráneo, aunque no siempre bien entendido, ha sido el órgano del mayor interés para nuestros semejantes desde tiempos inéditos.
Trepanaciones craneales, han constituido parte de la crónica de la medicina antigua desde la época del pleistoceno. FEFL: Phineas P. Gage y su significado en la neurociencia
Desde que me interesara en la historia de Phineas P. Gage nunca he cesado en tratar de satisfacer mi deseo de determinar lo que sería su experiencia durante los años que el más famoso paciente en el mundo de la neurología disfrutara durante los siete años que residiera en Chile; después de su famoso trauma destructivo de la corteza prefrontal de su cerebro.
Gage y su varilla
Por serendipia el 6 de mayo pasado encontré un artículo por Sam Kean en el cual este destacado escritor científico hace referencia al hecho de que — en su opinión y en la de otros — el más famoso de los pacientes para los campos que se asocian con las funciones del encéfalo, haya sido víctima de equivocaciones históricas porque quienes han sido cronistas de su experiencia lo hicieron permitiéndose licencias literarias infundadas y arbitrarias. Como si fuese una novela detectivesca o romántica.
He aquí lo que expresa Kean en su excelente artículo:
On Sept. 13, 1848, at around 4:30 p.m., the time of day when the mind might start wandering, a railroad foreman named Phineas Gage filled a drill hole with gunpowder and turned his head to check on his men. It was the last normal moment of his life.
Other victims in the annals of medicine are almost always referred to by initials or pseudonyms. Not Gage: His is the most famous name in neuroscience. How ironic, then, that we know so little else about the man—and that much of what we think we know, especially about his life unraveling after his accident, is probably bunk.
(Seguir leyendo: www.slate.com/articles/health_and_science/science/2014/05/phineas_gage_neuroscience_case_true_story_of_famous_frontal_lobe_patient.html)
Lo que sin duda puede que represente la realidad, si es que uno se permite el lujo de reflexionar.
Rendición artística de la ruta del famoso auriga de Vermont
Para quienes hayan estudiado este caso — tan famoso como excepcional — como el autor del presente artículo ha hecho, muchos detalles relevantes al tema permanecen oscuros y sin clarificación que lo hagan concluyente.
Por ejemplo, la indiferencia desdeñosa con que la víctima se conduce — a pesar de la gravedad de sus heridas — inmediatamente después del trauma devastador que sufriera, seguido por las complicaciones clínicas del edema e infección cerebral hasta el punto de haber sido medido para la manufactura de un ataúd en el que sería enterrado. Detalles que se reportan universalmente sin explicación alguna. ¿Qué significado tuvieron y qué importancia poseerían estos datos? Son preguntas nunca por nadie pensadas.
Luego, cuando acerca de Gage se escribe y se reflexiona, ¿por qué se enfatizan sus merodeos sin rumbo fijo, su personalidad lábil, sus cambios y pérdidas de refinamientos sociales, anteriormente supuestamente adecuados, hasta que nuestro héroe desaparece rumbo a Chile donde permanece como conductor de diligencias en las alturas de los Andes por siete años?
Aún las medidas de la famosa varilla que Gage se supone tanto atesorara varían con el autor de cada reporte.
¿Dónde se justifica que a Gage se le tilde como siendo un sociópata? Como tantos (Kean incluido) hacen, y ¿en qué evidencia basan este diagnóstico?
En esta parte de la reseña aludida que Kean hilvanara y que atrajera mi interés el ilustre historiador Malcolm Macmillan destaca que para Gage poder ser confiado en conducir una diligencia en las montañas del Chile de aquellos tiempos, siendo tuerto y con una historia de trauma severo a su cráneo, que este hombre hubo de haber satisfecho requerimientos estrictos por quienes lo emplearan y que su comportamiento debió de haber sido ejemplar, amén de dominar el idioma en la medida necesaria y no como el chapucero soupçon (palabras de otro autor) de español que Kean le adjudicara en su artículo.
Para aprender lenguages se necesita…
En medio del narrativo, más detalles aparecen imprecisos cuando se sugiere que Gage consultó, por alguna razón inespecífica, con un médico en "Chili" (sic) quien lo pronunciara normal en todos los respectos (mental status incluido), aunque esta parte crítica de la historia recibe modesta mención.
Parece como si fuera que el "sociópata" en que Gage putativamente se convirtiera para sus biógrafos, después de sus injurias, en Chile nunca se manifestó.
Más adelante
Pasados 7 años Gage retornó de Chile a los Estados Unidos por razones no especificadas de mala salud donde murió a la edad de 36 años después de haber sufrido lo que aparentemente fuera una convulsión inesperada seguida de otras. Inesperadas, decimos que fueran las convulsiones por el aparente buen estado de salud que el sujeto demostrara y mientras ejerciera actividades normales. La causa de este trastorno neurológico de apariencia dramática aun permanece sin elucidación final.
Gage vs Elliot y António Damasio como árbitro
En su libro Descartes" error, Damasio, un proponente de la relevancia de Gage y de su vida para las neurociencias, hace un esfuerzo — del todo inconcluyente — para explicar y contrastar los defectos de personalidad que ambos — Gage y Elliot, este último, su paciente — como individuos sostuvieran como resultado de injurias similares.
La ventaja que el famoso investigador tuviese en el estudio de Elliot es que éste fue evaluado por él mismo, mientras que Gage nunca pudo haberlo sido.
Los hechos que todavía nos parecen incongruentes acerca del enigma de Gage
He aquí algunos de los problemas que nosotros aún percibimos y, que nos impelieran a desarrollar la presente tesis.
Notablemente es el hecho que aunque Damasio hace alusiones acerca de los mecanismos neurales de la afasia en el caso de Gage, en su obra Descartes" error, lo logra mientras omite hacer alusión a la causa (o causas posibles) de la convulsión que precediera la muerte del protagonista de la investigación, a los 36 años de edad ¿Qué relación existe entre la epilepsia postrera y el resto del cuadro clínico?
Para que un neurólogo pase por alto una convulsión sin hacer un intento a explicarla, como fenómeno del cuadro clínico precediendo cualquier muerte, nos parece tan extraño como inconcebible.
Pero, hay más…
Parece ser que la capacidad de la elasticidad del cerebro para recuperarse, siguiendo trauma severo, es un factor por todos ignorado en este caso específico, lo que soporta la actitud de Kean cuando decidiera escribir su narrativo acerca del mismo.
Teoría de mente
En el caso de Gage, para lograr un análisis adecuado de la gravedad de sus lesiones y del curso de la vida postraumática del desdichado individuo, nos parece que no se ha suministrado ni la suficiente atención ni se ha demostrado adecuado interés en el factor de que Gaje ajustó a una nueva vida y a una cultura vastamente distinta a la propia, aprendiendo otro idioma lo suficientemente bien para ejercer labores requiriendo destrezas físicas poco comunes y adaptaciones sociales que fueran esenciales.
Para lograrlo se necesitaba que los biógrafos e investigadores aplicaran lecciones derivadas de las especialidades de la neurolingüística y de la psicolingüística para determinar si sus lesiones impidieron la aplicación de elementos implicados en la formación de una teoría — aunque modesta y — rudimentaria de mente (ToM).
De la teoría de mente (ToM) yo propongo lo siguiente:
Otras habilidades humanas — desde la interacción social competente al uso del lenguaje — se consideran que involucran una teoría de la mente en su sentido más amplio.Leer más: http://www.monografias.com/trabajos97/teoria-mente-tom-y-neurociencia-aplicada-ii/teoria-mente-tom-y-neurociencia-aplicada-ii#ixzz329cq0Ug4
"Perder de peso es como aprender otro idioma…" (Larocca)
En otras palabras, que — sin los atributos físicos necesarios y capacidad funcional del cerebro intactos — Gage no podría comportarse como un paciente cualquiera que hubiera sostenido una lobotomía y que pudiera permanecer siendo capaz de organizar sus asuntos alrededor de un empleo que requiriera relacionarse con otros seres humanos y navegar los rumbos inciertos de las montañas andinas, como se cree que nuestro sujeto de estudio hiciera por tantos años.
Gage: ¿Aprendió o no a hablar el idioma español? No lo sabemos…
Aunque nos parece extraño que Peter Ratiu científico familiar con el caso, oriundo de Romania y los esposos Damasio nativos de Portugal omiten la importancia del aprendizaje de otro idioma en esta situación, como fuera esencial en sus casos personales.
La evidencia, si no prueba, por lo menos sugiere que Gage era sino un experto, por lo menos versado en la lengua compleja de Cervantes y Unamuno (este último, autor del celebrado Del sentimiento trágico de la vida).
Hacia el fin de su monografía Kean hace eco con la posición de Ratiu quien pide que los científicos dejen su memoria descansar en lugar de seguir re-editándola con dudosos beneficios.
Quizás esta última sea la más acertada decisión.
En resumen
Mientras esperamos a que alguien nos ofrezca un veredicto balanceado, certero, aceptable y por todos sancionado, seguiremos creyendo que la memoria de nuestro sujeto de estudio ha sido rodeada por la mayor incertidumbre y que su caso ha sido analizado con el proverbial interés de los seis sabios ciegos y el elefante famoso, y con las mismas vagas e inciertas conclusiones.
En su obra Looking for Spinoza, Damasio hace un caso persuasivo por los elementos necesarios para el aprendizaje de nuevos idiomas, para el control de las emociones y para el deterioro de las funciones asignadas a las cortezas prefrontales (las áreas implicadas en el cerebro de Gage) cuando estas son lesionadas. Conocimientos que, de manera sorprendente no utiliza en el desciframiento de su sujeto de estudio.
Aprender un idioma es una labor de simple apariencia durante el transcurso del ciclo vital que se complica con el envejecimiento. Pero, que a medida que envejecemos se torna tan difícil que en mis reflexiones yo lo equiparo con el control del sobrepeso.
Seis sabios ciegos y el elefante
En cierre, la memoria de Gage ha sido falsificada de manera colosal y, como resultado, las conclusiones por todos logradas han sido resultado de libertades que sus biógrafos tomaran y que — a pesar de ser meras asunciones — reportaron como verdades demostradas y como si estuviesen contenidas en una anamnesis rigurosa por nadie obtenida en este caso.
Las vidas pasadas de muchos de los hombres egregios que engalanan las páginas de nuestra historia son totalmente desconocidas, sin embargo, con frecuencia se reportan con el aplomo necesario para hacerlo como si estuviesen establecidas.
Así fue en el caso más famoso para el mundo de las neurociencias.
Concluimos con las siguientes palabras: Phineas P. Gage, R.I.P. Selah.
Fin de la lección.
Bibliografía
Extensiva bibliografía y referencias de contribuciones a este tema por este autor pueden obtenerse en los siguientes portales:
AcademiaEdu
ResearchGate y
Monografías.com
Para una compilación de artículos de interés acerca de traumas cerebrales, recomendamos el excelente libro por Sam Kean: Dueling Neurosurgeons… (2014 Little Brown)
¿En memoria a Phineas?
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca