- Resumen
- Introducción
- Desarrollo
- La labor orientadora del psicopedagogo ante el consumo de drogas o su prevención
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
- Anexo
Resumen
En la actualidad el consumo de drogas constituye un importante fenómeno social que afecta especialmente a los adolescentes. Ante esta problemática tienen que aprender a convivir tomando decisiones sobre el consumo o la abstinencia de las drogas. El psicopedagogo, como agente orientador debe poseer las herramientas necesarias para la adecuada orientación educativa en estos casos. Es necesario profundizar en el tema para contribuir a la preparación de este profesional desde lo teórico y lo metodológico para la intervención psicopedagógica efectiva.
El objetivo de este trabajo es analizar los factores de riesgos en el adolescente para el consumo drogas, así como la labor que debe realizar el psicopedagogo para tratar esta problemática en el desempeño profesional. La aplicación de métodos y procedimientos del nivel teórico y empírico permitió recopilar la información necesaria para la fundamentación de la problemática en estudio. En este sentido, la preparación de este profesional favorecerá la identificación temprana de esos casos, la búsqueda de ayuda profesional para los estudiantes, un mayor conocimiento acerca de las drogas, su uso actual por adolescentes y jóvenes y el perfeccionamiento del rol profesional del psicopedagogo como orientador para evitar su generalización.
El consumo de drogas constituye en la actualidad un importante fenómeno social en el mundo que afecta especialmente a los adolescentes. Ante esta problemática social, los adolescentes tienen que aprender a convivir tomando decisiones sobre el consumo o la abstinencia de las drogas. El proceso de socialización con la familia, amigos, escuela y medios de comunicación es importante en ello. La percepción de riesgo, junto al ocio, tiempo libre y vida recreativa, son elementos que se deben considerar para comprender esta problemática.
En Cuba, aunque no es un problema generalizado, existe el fenómeno negativo del consumo de drogas. El especialista en Pedagogía–Psicología tiene un importante papel que cumplir, tanto para explicar esta compleja conducta, como para su prevención y tratamiento, haciendo uso de las funciones profesionales, sobre todo la orientadora, como una de las funciones que aparece en el modelo del profesional,
Una población vulnerable en este contexto lo constituyen aquellas personas que por su desarrollo evolutivo inician la adolescencia y que se encuentran bajo la influencia de un medio social negativo. Además se debe considerar las características de su personalidad a partir de los cambios que tienen lugar durante esta etapa. También, inciden los niveles de ayuda que se les brinda por parte de los agentes y agencias que influyen en su formación y desarrollo, que en ocasiones no son los más adecuados.
Aun cuando los medios de difusión abordan el tema, existen instituciones de salud responsabilizadas con la prevención e intervención en estos casos, además de que la escuela realiza la labor educativa formativa, persisten insuficiencias en la sociedad cubana actual, tales como se evidencia un aumento de adolescentes consumidores de drogas, asimismo la familia no cuenta con todas las herramientas para prevenir esta conducta y en muchos casos inconscientemente la promueve, desde el contexto pedagógico no se explotan las potencialidades para la educación en salud. El especialista que se forma en Pedagogía-Psicología necesita de una preparación actualizada sobre cómo prevenir y dar tratamiento al consumo de drogas desde su desempeño profesional.
Partiendo de tal realidad, se formula el siguiente problema científico: ¿cómo se puede contribuir desde la formación del licenciado en Pedagogía-Psicología a la prevención del consumo de drogas? Se realiza esta investigación con el objetivo de analizar los presupuestos que sustentan el desempeño del especialista en Pedagogía-Psicología en la orientación en salud para la prevención del consumo de drogas en adolescentes y jóvenes. Durante la investigación se utilizaron métodos teóricos como el análisis y síntesis y la inducción–deducción, a partir del estudio de la literatura científica consultada, al analizar investigaciones acerca del tema, realizar generalizaciones como puntos de partida, para inferir y/o confirmar formulaciones teóricas acerca de los factores de riesgo al consumo de droga por los adolescentes.
Acercamiento al tema sobre la salud, las drogas y su consumo por adolescentes y jóvenes.
La salud humana ha sido conceptualizada de diversas formas. Durante mucho tiempo el concepto de salud fue enfocado con un criterio biologicista, no prestando la atención que merecen los aspectos psicológico y social del ser humano. Desde esta perspectiva surgen los aportes en cuanto a la educación de la salud, como necesidad por el carácter preventivo que adquiere esta última en la sociedad cubana.
Este enfoque de la salud ha sido planteado desde diferentes puntos de vista, pero a los efectos de esta investigación se asume por educación para la salud: crear oportunidades de aprendizajes para ampliar el conocimiento y habilidades personales relacionadas con la conservación y restablecimiento de la salud, que facilitan cambios conscientes y responsables en la conducta del sujeto (Moreno Álvarez, A. 2003).
Este criterio se enriquece al asumir que la educación para la salud está estrechamente ligada a la prevención de la enfermedad (Carvajal Rodríguez, C. 2008), aunque desde esta perspectiva significa evitar conductas inapropiadas que contravienen la salud.
Un problema que afecta la salud es el consumo de drogas ¿Qué son las drogas? Es toda sustancia que introducida en un ser vivo, por cualquier vía (esnifada, oral o tragada, fumada, inyectada o inhalada), es capaz de modificar una o más funciones del organismo relacionadas con su conducta, comportamiento, juicio, percepción o estado de ánimo. Las drogas se clasifican en:
a) Drogas legales – drogas ilegales: en la sociedad donde vivimos algunos sólo consideraban como "droga" a las ilegales, cuando las sustancias legalizadas, según la definición anterior, también son "drogas".
– Drogas legales: cualquier sustancia que se encuentra legalizada, que introducida en un ser vivo es capaz de modificar una o más funciones del organismo. Entre ellas se encuentran: el tabaco, el alcohol, los medicamentos, la cafeína, etc.
– Drogas ilegales: cualquier sustancia que se encuentra de una forma ilegal, que su consumo, su compra, su venta y su cultivo o fabricación no está legalizado, que introducida en el ser vivo es capaz de modificar, una o más funciones del organismo. Entre ellas se encuentran: el cannabis y sus derivados, la cocaína, las anfetaminas y sus derivados, la heroína, el éxtasis líquido, etc.
b) Según el efecto: otra clasificación muy clara es la que se basa en el efecto que producen las sustancias en el cerebro de las personas que las consumen, así nos encontramos con tres tipos de drogas:
– Drogas depresoras del Sistema Nervioso Central: actúa sobre el cerebro entorpeciendo y adormeciendo, ralentizando el propio funcionamiento y el proceso cognitivo de la persona. Entre estas se encuentran: el alcohol, los derivados opiáceos, como son la heroína, la metadona, la morfina, etc. Los tranquilizantes y los hipnóticos (pastillas o medicamentos para calmar la ansiedad, o para provocar el sueño).
– Drogas estimulantes del Sistema Nervioso Central: actúan sobre el cerebro acelerando su funcionamiento habitual y provocando un estado de activación que va, desde una mayor dificultad para dormir hasta un estado de hiperactividad después de su consumo. Entre ellas están: anfetaminas, cocaína, nicotina, cafeína, etc.
-Drogas perturbadoras del Sistema Nervioso Central: actúan sobre el cerebro trastocando su funcionamiento y provocando distorsiones perceptivas y alucinaciones visuales y acústicas. Entre estas se encuentran: los alucinógenos (Diversas clases de hongos, y de cactus y algunas variedades de hierbas silvestres), los derivados del cannabis (hachís, marihuana, resina…), y las drogas de síntesis y sus derivados.
Un uso regular y continuado de estas sustancias puede dar lugar a diversos procesos, entre ellos se encuentran la tolerancia y la dependencia.
1. Tolerancia: es la adaptación que va haciendo el organismo a la sustancia que se consume, de forma que se vaya necesitando más cantidad de esta sustancia para producir los mismos efectos, es decir, lo que en un primer momento conseguíamos con poca cantidad ahora vamos a ir necesitando mayores dosis para conseguir lo mismo, porque nuestro cuerpo se ha ido "acostumbrando".
2. Dependencia: es la necesidad que tiene una persona de consumir una determinada sustancia de forma habitual. El cuerpo necesita esa dosis para funcionar con normalidad y no presentar síntomas de abstinencia o malestar físico ante su falta (dependencia física); o como en el caso de la dependencia psicológica para afrontar con normalidad las tareas de su vida cotidiana (ir a trabajar, salir y divertirse el fin de semana o asumir responsabilidades de cada día).
3. Síndrome de abstinencia o "mono": es un conjunto de síntomas dolorosos y desagradables de carácter psíquico y físico que produce una gran angustia y malestar, que solo parece remediarse con otra ingesta de la sustancia a la que se ha creado adicción.
El consumo de drogas afecta fundamentalmente a adolescentes y jóvenes. La adolescencia es una etapa en el desarrollo de la personalidad en la que se aprecia una elevación del nivel físico, emocional, social, académico, etc. En ella se presenta la búsqueda de la autonomía e identidad como elementos definitorios en la misma.
El proceso de socialización está en la base, con frecuencia, del posterior consumo o no de drogas. De modo especial, el medio familiar ocupa un lugar destacado, es en este contexto donde la persona se socializa, aprende y adquiere creencias, actitudes, normas, valores, intenciones y forma determinadas conductas. La observación cotidiana que se hace en el hogar, las vivencias, los aprendizajes que se van adquiriendo, las consecuencias de las acciones van poco a poco moldeando el modo de ser del niño y posteriormente del adolescente.
Existen diferentes factores de riesgo que se asocian al consumo de drogas, ellos son:
Rasgos de personalidad: escasa autoestima, bajo rendimiento escolar, falta de expectativas e ideales, alteraciones en la conducta (robo, conducta agresiva), etc.
Factores familiares: influencia temprana hacia el consumo del tabaco, alcohol u otras drogas provenientes del medio familiar, rechazo de los padres hacia su hijos, exceso o deficiente control familiar, divorcios conflictivos, familias disfuncionales con antecedentes de abuso infantil, que los padres tengan actitudes favorables hacia el consumo de drogas, hogares incompletos o monoparentales, roles parentales asumidos por nuevas parejas, padres ausentes, etc.
Factores escolares: fracaso escolar, conductas correctivas no adecuadas con la etapa del desarrollo, pobre tratamiento pedagógico y educativo sobre el tema por parte de los profesores, profesionales de la salud y adultos repercute en la falta de motivación y rendimiento escolar.
Factores sociales y culturales: los niños que conocen personas drogadictas tienen más probabilidades de drogarse que otros que no las conozcan, por lo que los modelos inadecuados, la práctica de esta dañina dependencia, etc, influyen desfavorablemente.
Los adolescentes consumen drogas por diversas razones: para algunos es un camino fácil y rápido para sentirse bien, un modo de ganar aceptación entre pariguales, ayudar a modificar sentimientos displacenteros, reducir trastornos emocionales. Para otros, por curiosidad asumiendo la frase "para ver qué se siente", también para mitigar la tensión y el estrés, aliviar la depresión, ayudar a hacer frente a las presiones de la vida, buscando una forma de ser "independientes y libres", por diversión, por querer pertenecer a cierto grupo y sentirse "en onda", entre otros.
Así pues, prevenir el consumo de drogas implica reducir los factores de riesgo y potenciar los factores de protección. Esto no garantiza del todo que una persona no llegue nunca a tomar drogas, pero lo hará menos probable. Estas actuaciones de prevención se pueden llevar a cabo en la escuela, mediante el rol profesional del licenciado en Pedagogía-Psicología, la familia, la comunidad, la sociedad, etc.
El papel de las familias es fundamental en el proceso educativo de los niños y niñas. La familia y la escuela constituyen los dos contextos más importantes para el niño/a durante los primeros años de la infancia y de la adolescencia, no sólo por ser los referentes principales en su vida cotidiana sino también por tener un papel incuestionable en los procesos de crecimiento y maduración personal. Ambos entornos se influyen mutuamente, por lo cual no se puede ver al alumno sin tener presente su realidad familiar.
La labor orientadora del psicopedagogo ante el consumo de drogas o su prevención
Para el psicopedagogo tiene gran importancia conocer los factores y causas que influyen en los adolescentes que se ven arrastrados al consumo de las drogas, para llevar a cabo la realización de un plan que ayude a contrarrestar dicho consumo en los educandos que se estén orientando hacia ello. Se propone desarrollar un proceso de cinco pasos para identificar y ayudar a los estudiantes que puedan tener problemas de alcohol u otras drogas, estos pasos son:
Conocimiento de las orientaciones establecidas legalmente.
Recoger información sobre el problema.
Situar al estudiante en el continuo del consumo de drogas.
Decidir un plan de acción.
Recurrir a los servicios escolares o comunitarios.
El psicopedagogo tiene grandes ventajas para prevenir el consumo de drogas, porque el niño y el adolescente asisten a la escuela precisamente en la edad en que resultan más educables, por una parte y, por la otra, más vulnerables a las drogas. Ellos pasan la mayor parte de su vida y del tiempo en la escuela, ocupados en actividades escolares, son atendidos por personas, en principio, preparadas para educarlos con los medios adecuados, el maestro, desde su función orientadora puede organizar, los programas adecuados a cada nivel, con fácil acceso a los alumnos y tiene la posibilidad de tratar el tema de las drogas espontáneamente, a través de los temas de clase durante de todo el curso, incluso impartiéndoles conferencias acerca de los problemas que trae el consumo de las sustancias adictivas.
El psicopedagogo debe identificar y ayudar a los estudiantes que puedan tener problemas de alcohol u otras drogas, para ello utilizará los criterios relacionados con los niveles del continuo del consumo de drogas (Anexo 1).
La tarea del psicopedagogo debe consistir en cooperar estrechamente con las familias, fomentando su participación e implicación en la convicción de que esta colaboración será muy positiva para el proceso educativo de nuestros alumnos y alumnas. La colaboración, no obstante, debe entenderse como un proceso de construcción compartida que se debe caracterizar por la corresponsabilidad y por una comunicación fluida, y respetuosa. Es fundamental partir, por lo tanto, de un enfoque sistémico y no juzgar las actuaciones o actitudes de los miembros del núcleo familiar.
A la hora de realizar asesoramientos en el núcleo familiar cobra especial importancia tener muy en cuenta los aspectos relacionales. Es fundamental adoptar una actitud de escucha y proximidad, procurando conocer las expectativas de los padres o tutores en relación con la escuela, los profesores y la intervención del psicopedagogo y tener en cuenta estas representaciones mutuas para partir de los aspectos positivos y aumentar la confianza mutua.
La función principal del psicopedagogo es facilitar y fomentar el conocimiento mutuo entre la escuela y el ámbito familiar, acercando las diferentes perspectivas que tienen la familia y la escuela de cara a concretar las actuaciones que pueden ayudar a mejorar la situación.
En este sentido, el psicopedagogo tiene un papel crucial a la hora de certificar que cada uno de los agentes educativos implicados cumple sus funciones y no invade funciones propias de otros, al mismo tiempo que debe dejar clara su tarea y desmitificar la figura del asesor como la persona que tiene la solución a todos los problemas.
Es necesario hacer hincapié en que como psicopedagogo se parte del consenso mutuo entre las partes implicadas, que toda actuación que se lleve a cabo tiene un proceso y actúa como colaboradores junto con el resto de los agentes educativos. Desde esta perspectiva, debe transmitírsele a la familia la confianza en su capacidad para afrontar situaciones, ofreciéndoles apoyo, reconocimiento y seguridad.
Para el especialista en Pedagogía-Psicología asesorar a las familias y fomentar su implicación resulta imprescindible hacer uso de las entrevistas, que pueden ser:
Conjuntas (asesor, familia y profesorado del alumno).
Entre profesor y asesor, para ayudar a este a preparar la posible reunión con la familia.
Entre la familia y el asesor.
Es importante favorecer un clima de placentero, recoger la visión del problema o de la situación que tienen los miembros de la familia y las soluciones que han intentado llevar a cabo para solucionar dicha situación. Al mismo tiempo, debe dejarse constancia de quién ha convocado la entrevista, los asistentes, la composición familiar y prestar atención no solo a las informaciones verbales sino también a las no verbales, ya que la expresión corporal o facial nos pueden dar información, por ejemplo, de algún tema un tanto incómodo o conflictivo a la hora de hablar con las familias. Por lo tanto, es muy importante estar atentos a los sentimientos y actitudes de los padres y madres a lo largo de las entrevistas para poder ayudarlos a verbalizar sus preocupaciones y darles apoyo.
Toda esta información nos ayudará a situar el problema o conflicto. No obstante, deben priorizarse los aspectos positivos de las familias y de los alumnos/as y compartirlos con los implicados, transmitiendo así optimismo y convencimiento en las posibilidades de cambio.
Es importante subrayar que, al asesorar a las familias, es especialmente importante cuidar los momentos de transición y de cambio como: inicios de escolaridad, cambios de ciclo, acontecimientos inesperados. Son momentos de crisis que requieren una adaptación a nuevas circunstancias y, por lo tanto, un acompañamiento.
El psicopedagogo está en una posición privilegiada para ayudar a los alumnos que puedan tener problemas con el alcohol u otras drogas. Cuanto antes se detecte y se actúe sobre un problema, mayores son las posibilidades de que el estudiante lo supere. Aunque la evaluación y el tratamiento son responsabilidad de otros especialistas, el profesor tiene un papel fundamental en la identificación y en la búsqueda de ayuda para los alumnos que puedan haber comenzado a desarrollar problemas como resultado de su consumo de drogas.
La responsabilidad del psicopedagogo está en la identificación temprana y derivación de los estudiantes que pueden estar experimentando problemas relacionados con las drogas, que pueden ser proclives a ella
El psicopedagogo debe orientar a los docentes, directivos y padres para que de manera preventiva practiquen la observación del trabajo y la conducta de los adolescentes, hagan un registro y análisis de sus observaciones, así como la elaboración de acciones para remediar el problema, y si es necesario, remitir a los estudiantes con problemas de aprendizaje o conductuales a que reciban una ayuda profesional más especializada.
Las habilidades y prácticas que se precisan para identificar a los estudiantes con problemas académicos, personales o de comportamiento, de cualquier tipo, se pueden transferir a la identificación y derivación de estudiantes que puedan tener problemas con el alcohol u otras drogas. El procedimiento de identificación y derivación se basa en el juicio profesional y en las habilidades de los profesores así como en la aplicación de las directrices de la escuela. Son diversas las actividades que puede realizar el psicopedagogo para prevenir y evitar en los estudiantes el consumo de sustancias adictivas.
La elevación de los índices del consumo de drogas en adolescentes y jóvenes constituye un fenómeno social que requiere especial atención por los factores que intervienen en el proceso educativo.
Dentro del contexto escolar, la labor del psicopedagogo es consustancial en la atención, asesoría y orientación educativa a esta problemática, ya que posee los conocimientos y recursos necesarios para el diseño, implementación y control de actividades con los adolescentes para el consumo de drogas.
–Dar continuidad a esta problemática para crear una propuesta práctica para su implementación en la Secundaria Básica desde los presupuestos analizados.
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ZUAZNABAR, I. Cocaína S.A. Los hombres de la droga. Editora Política. La Habana, Cuba. 1989.
Universidad de Ciencias Pedagógicas
"Frank País García"
Santiago de Cuba
XXVIII FÓRUM CIENTÍFICO NACIONAL DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE CIENCIAS PEDAGÓGICAS
Niveles del Continuo del Consumo de Drogas | ||||
No consumo | Nunca ha consumido una droga en particular. | |||
Consumo experimental | Ha probado una sustancia una o algunas veces. El motivo es la curiosidad por los efectos de la droga. | |||
Consumo esporádico | Consumo infrecuente e irregular, generalmente en ocasiones especiales (vacaciones, cumpleaños, etc.) o cuando se presenta la oportunidad. | |||
Consumo habitual | El consumo sigue un patrón predecible, que puede ser frecuente o infrecuente. El consumidor busca los efectos de las drogas o bien participar en las actividades de consumo de su grupo de amigos. Generalmente tienen sensación de controlar el consumo. ("Yo cuando quiera lo dejo"). | |||
Dependencia | El consumo es regular y generalmente frecuente.El consumidor experimenta dependencia física y/o psíquica de la droga. Siente que su consumo está fuera de su control.El consumo continúa a pesar de las consecuencias negativas. |
Autor:
José Aníbal Ojeda Núñez.
Tutores: Dr. C. PT. Graciela Ramos Romero.
Lic. P. Asistente Yenier Ruiz Albuerne.
Departamento: Pedagogía – Psicología
Curso escolar en que realizó el trabajo: curso 2013 -14.
Tipo de trabajo: Trabajo Extracurricular
Carrera Pedagogía – Psicología.
Año: 2