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Bases teóricas de la evaluación


  1. Introducción
  2. Evolución del concepto de evaluación
  3. Concepto de evaluación
  4. Tipologías de la evaluación
  5. Preguntas que responden a la evaluación
  6. Conclusión

Introducción

La evaluación se ha ido transformando y de esta manera ha ido incorporando nuevos elementos a su definición, esta aparece por primera vez en el campo laboral.

En el campo educativo se pretende medir el progreso de los alumnos cuantificando lo aprendido y en la actualidad el concepto de evaluación se maneja a nivel teórico y la practica real de las aulas, no se enseña para aprobar se enseña y se aprende para alcanzar una plena e integral formación como persona

A su vez la forma como se evalúa a los estudiantes, es de gran importancia puesto que depende del resultado de la misma si verdaderamente en si se ha obtenido el objetivo propuestos por los docentes y así detectar el error de aprendizaje en el momento en que se produce, de manera que surta efectos para la aclaración de determinadas cuestiones no comprendidas adecuadamente y el alumno pueda continuar avanzando en su formación sin rémoras por conceptos mal adquiridos, procedimientos no utilizados o actitudes negativas en el grupo o frente al trabajo.

Evolución del concepto de evaluación

Los antecedentes de la evaluación están relacionados al desarrollo del conocimiento científico.

La evaluación educativa surgió antes que las concepciones modernas de evaluación en las organizaciones sociales. Desde siempre se ha evaluado no sólo el aprendizaje, sino también los componentes del sistema educativo y de la institución. Sin embargo, ha cambiado la forma de poner este proceso en práctica, es decir ha evolucionado.

Desde sus comienzos, la evaluación aparece influida por su procedencia del campo empresarial. Por eso, al igual que los empresarios miden cuantitativamente los resultados de su producción, en el campo educativo se pretendió medir el progreso del alumno cuantificando lo aprendido. Ello hace que se equipare a "medida" y que durante muchos años (demasiados, ya que en ocasiones llega hasta nuestros días) lo que se intente al evaluar es medir la cantidad de conocimientos dominados por los alumnos. Las cabezas bien llenas a las que aludía Montaigne han resultado objeto principal de la evaluación de aprendizajes.

La aparición de los tests y las escalas graduadas a principios del presente siglo, absolutamente cuantificadas y automáticamente aplicables, contribuyeron a dar carta de naturaleza a esta concepción evaluadora, Pedagogos prestigiados y con una absoluta profesionalidad y categoría educativa, adoptan durante largo tiempo este concepto, aun intentando claramente que su incidencia no resultara negativa para la formación de los niños o jóvenes, ya que el examen como única prueba y el número como expresión del resultado se prestan, sin duda, a numerosas arbitrariedades y a faltas de rigor en su aplicación; amparándose, además, en la aparente objetividad del número para encubrir su improcedente modo de valorar.

Concepto de evaluación

Consiste en un proceso sistemático y riguroso de obtención de datos, incorporado al proceso educativo desde su comienzo, de manera que se posible disponer información continua y significativa para conocer la situación, formar juicios de valor con respecto a ella y tomar las decisiones adecuadas para proseguir la actividad educativa, mejorándola progresivamente.

Tipologías de la evaluación

3.1 La evaluación según su funcionalidad

Las funciones que se asignan o se pueden asignar a la evaluación son diversas. Algunos autores distinguen un buen número de finalidades que es posible alcanzar mediante su aplicación, y de acuerdo con ellas determinan para la evaluación funciones tales como la predictiva, de regulación, formativa, prospectiva, de control de calidad, descriptiva, de verificación, de desarrollo, etc.

3.1.1 La función sumativa de la evaluación

Resulta apropiada para la valoración de productos o procesos que se consideran terminados, con realizaciones o consecuciones concretas y valorables. Su finalidad es determinar el valor de ese producto final (sea un objeto o un grado de aprendizaje), decidir si el resultado es positivo o negativo, si es válido para lo que se ha hecho o resulta inútil y hay que desecharlo. No se pretende mejorar nada con esta evaluación de forma inmediata -en sentido estricto, ya no es posible-, sino valorar definitivamente. Se aplica en un momento concreto, final, cuando es preciso tomar una decisión en algún sentido.

3.1.2 Función formativa de la evaluación

La evaluación con funcionalidad formativa se utiliza en la valoración de procesos (de funcionamiento general, de enseñanza, de aprendizaje…) y supone, por lo tanto, la obtención rigurosa de datos a lo largo de ese mismo proceso, de modo que en todo momento se posea el conocimiento apropiado de la situación evaluada que permita tomar las decisiones necesarias de forma inmediata. Su finalidad, consecuentemente y como indica su propia denominación, es mejorar o perfeccionar el proceso que se evalúa.

Evaluación formativa

Evaluación sumativa

Es aplicable a la evaluación de procesos.

Es aplicable a la evaluación de productos terminados.

Se debe incorporar al mismo proceso de funcionamiento como un elemento integrante del mismo.

Se sitúa puntualmente al final de un proceso, cuando éste se considera acabado.

Su finalidad es la mejora del proceso evaluado.

Su finalidad es determinar el grado en que se han alcanzado los objetivos previstos y valorar positiva o negativamente el producto evaluado.

Permite tomar medidas de carácter inmediato.

Permite tomar medidas a medio y largo plazo.

3.2 La evaluación según su normotipo

El normotipo es el referente que tomamos para evaluar un objeto/sujeto. Según este referente sea externo o interno al sujeto -en nuestro caso concreto de evaluación de aprendizajes en el alumnado-, la evaluación se denomina nomotética o ideográfica, respectivamente.

3.2.1 Evaluación nomotética

Dentro de la evaluación nomotética podemos distinguir dos tipos de referentes externos, que nos llevan a considerar la evaluación normativa y la Evaluación criterial.

3.2.1.1 La evaluación normativa

Supone la valoración de un sujeto en función del nivel del grupo en el que se halla integrado. Es decir, que si el nivel de los alumnos de un grupo es elevado, un alumno con un nivel medio puede resultar evaluado negativamente o, al menos, por debajo de lo que lo sería si estuviera en un grupo de nivel general más bajo. A la inversa, un alumno de tipo medio resulta evaluado de forma altamente positiva en un grupo donde el nivel general es bajo, cuando esta valoración no responde con exactitud a sus posibilidades reales frente a los referentes externos marcados por el sistema educativo.

3.2.1.2 La evaluación criterial

Precisamente, intenta corregir el fallo que plantea la evaluación normativa, y propone la fijación de unos criterios externos, bien formulados, concretos, claros, para proceder a evaluar un aprendizaje tomando como punto de referencia el criterio marcado y/o las fases en que éste se haya podido desglosar. Fue propuesta por Popham, J.W. (1980), a la vista de las disfunciones que, permanentemente, se producían en la valoración del alumnado por la influencia, ya descrita, del nivel general del grupo en la valoración de cada uno de sus miembros.

En palabras de Popham, "una prueba que hace referencia a un criterio es la que se emplea para averiguar la situación de un individuo con respecto a un campo de conducta bien definido" (1980, 147-148). El mismo autor señala que lo fundamental en la evaluación criterial se basa en:

1) La delimitación de un campo de conductas bien explicitado.

2) La determinación de la actuación del individuo en relación con ese campo" (1980, 151).

3.2.2 Evaluación ideográfica

Cuando el referente evaluador son las capacidades que el alumno posee y sus posibilidades de desarrollo en función de sus circunstancias particulares, es decir, un referente absolutamente interno a la propia persona evaluada, la evaluación se denomina ideográfica.

El realizarla supone la valoración psicopedagógica inicial de esas capacidades y posibilidades del alumno o alumna, y la estimación de los aprendizajes que puede alcanzar a lo largo de un periodo de tiempo determinado (un curso, un ciclo). De acuerdo con esa valoración y estimación realizadas, el alumno va siendo evaluado durante su proceso e, igualmente, se valora el rendimiento final alcanzado. Si éstos coinciden, al menos, con lo estimado, se considera el rendimiento satisfactorio; de lo contrario, el rendimiento sería insatisfactorio, si bien puede estar ocasionado por diversas causas, incluso ajenas a la voluntad del alumno evaluado.

Este tipo de evaluación es positivo individualmente porque se centra totalmente en cada sujeto y valora, sobre todo, su esfuerzo, la voluntad que pone en aprender y formarse. Evalúa, en síntesis, lo más importante en la educación personal: las actitudes. Pero choca con los planteamientos sociales de todo sistema educativo en los países del mundo desarrollado.

3.3 La evaluación según sus Momentos

De acuerdo con los momentos en que se aplique la evaluación, ésta puede ser inicial, procesual o final.

3.3.1 Evaluación inicial

La evaluación inicial es aquella que se aplica al comienzo de un proceso evaluador, en nuestro caso referido a la enseñanza y aprendizaje. De esta forma se detecta la situación de partida de los sujetos que posteriormente van a seguir su formación y, por lo tanto, otros procesos de evaluación adecuados a los diversos momentos por los que pasen. Tal situación de partida puede presentarse:

a) Cuando un alumno llega por primera vez a un centro, bien para comenzar su escolaridad, bien para continuarla. En el primer caso, será necesario realizar una amplia captura de datos para precisar del mejor modo las características de todo tipo del alumno (personales, familiares, sociales, etc.). Esta primera evaluación tiene una función eminentemente diagnóstica, pues servirá para conocer a ese alumno y poder adaptar al máximo, desde el primer momento, la actuación del profesor y del centro a sus peculiaridades. En el segundo caso, es de suponer que el alumno aporte su expediente escolar, de manera que la evaluación inicial estaría en función de los datos ya poseído y de los que falten para completar los necesarios en el nuevo centro. Para cualquiera de las dos situaciones se cuenta, habitualmente, con registros diversos -oficiales y particulares de cada centro- en los que anotar los datos recogidos (Knapp, R.H.: 1983).

b) Cuando se comienza un proceso de aprendizaje concreto, como puede ser el trabajo con una unidad didáctica. En esta situación la evaluación inicial resultará útil para detectar las ideas previas que el alumnado posee en relación con el tema que se va a tratar. Igualmente, se pondrán de manifiesto las actitudes hacia la temática -en su caso- y el mayor o menor dominio de los procedimientos que van a ser necesarios para su desarrollo. Los medios para conseguir estos datos son variados: un coloquio, un debate, la realización de unos trabajos preparatorios…, pueden ser idóneos para su obtención. A partir de la información conseguida, se adaptará convenientemente el principio de la unidad didáctica programada, para adecuarla a los conocimientos generales del grupo. Mediante el desarrollo oportuno se intentará que todos alcancen los objetivos básicos e imprescindibles para poder seguir adelante en el proceso de aprendizaje subsiguiente.

3.3.2 Evaluación procesual

La evaluación procesual es aquella que consiste en la valoración continua del aprendizaje del alumnado y de la enseñanza del profesor, mediante la obtención sistemática de datos, análisis de los mismos y toma de decisiones oportuna mientras tiene lugar el propio proceso.

La evaluación procesual es la netamente formativa, pues al favorecer la toma continua de datos, permite la adopción de decisiones "sobre la marcha", que es lo que más interesa al docente para no dilatar en el tiempo la resolución de las dificultades presentadas por sus alumnos. Aparece un "error" que no usará para sancionar ni para calificar negativamente, sino que será útil para detectar el problema de aprendizaje que ha puesto de manifiesto; se resuelve mediante la adecuación de unas determinadas actividades o las explicaciones oportunas y se continúa el proceso de aprendizaje. Con este modo de actuar, será más fácil que la mayoría de los alumnos y alumnas lleguen a alcanzar los objetivos básicos propuestos para todos. Si el profesorado no posee estos datos hasta que ha transcurrido un mes, la oportunidad de subsanar las dificultades presentadas, que así es relativamente sencillo brindar a los alumnos, se hace prácticamente imposible. Cuando se ofrece, ya suele ser tarde: el alumno ha perdido el interés o no puede combinar varios aprendizajes simultáneos para continuar al mismo ritmo del grupo.

Del mismo modo, llevar a cabo rigurosamente la evaluación procesual es lo único que permite mejorar el proceso de enseñanza, pues es durante el tiempo en que tiene lugar cuando se pueden comprobar los fallos y los elementos que están funcionando positivamente, para -si es posible- subsanarlos o reforzarlos, respectivamente, de inmediato y, en un momento posterior, confirmar o reformular las líneas de programación con las que se trabaja.

3.3.3 Evaluación final

La evaluación final es aquella que se realiza al terminar un proceso -en nuestro caso, de enseñanza y aprendizaje-, aunque éste sea parcial. Una evaluación final puede estar referida al fin de un ciclo, curso o etapa educativa, pero también al término del desarrollo de una unidad didáctica o del proceso habido a lo largo de un trimestre. En definitiva, supone un momento de reflexión en torno a lo alcanzado después de un plazo establecido para llevar a cabo determinadas actividades y aprendizajes. Es una evaluación en la que se comprueban los resultados obtenidos, aunque es necesario advertir que no por ello debe tener funcionalidad sumativa. Si coincide con una situación en la que tiene que decidirse definitivamente acerca de la obtención de un título, por ejemplo, será final y sumativa; pero si se sitúa al terminar el trabajo con una unidad didáctica, resultará simplemente final e inicial del trabajo que se va a realizar al día siguiente. Por ello, la evaluación final puede adoptar las dos funciones descritas anteriormente para la evaluación: formativa y sumativa. Servirá, así, en su función formativa, bien para continuar adecuando la enseñanza al modo de aprendizaje del alumno, bien para retroalimentar la programación del profesor, quien, a la vista de lo conseguido, tomará las decisiones oportunas para mejorar el proceso de enseñanza en la unidad siguiente. En su función sumativa, resultará imprescindible para tomar la decisión última sobre el grado de lo alcanzado por un alumno y obrar en consecuencia. Los resultados de la evaluación final, por otra parte, pueden analizarse e interpretarse con tres referentes distintos:

a) En relación con los objetivos y los criterios de evaluación establecidos para la unidad didáctica, el final del trimestre, curso o ciclo, de manera que se determine la situación de cada alumno en relación con los aprendizajes que institucionalmente se encuentran establecidos para ser conseguidos por todo estudiante al que haya que dar un título que avale su superación. Se tratará en este caso, por lo tanto, de una evaluación nomotética criterial.

b) En relación con la evaluación inicial realizada a cada alumno y las posibilidades de desarrollo y aprendizaje que se estimaron podía alcanzar. Se determinará así lo satisfactorio o insatisfactorio de su rendimiento y se estará realizando, en consecuencia, una evaluación idiográfica.

c) En relación con los resultados alcanzados por el resto del grupo o, incluso, del conjunto del grupo en comparación con otros grupos de alumnos del mismo curso o ciclo en el centro o de distintos centros. En este caso se estará llevando a cabo una evaluación nomotética normativa que, si bien creo que no debería llegar al alumno o grupo particular, sí puede resultar interesante e ilustrativo para el profesorado y para el centro, pues le sirve de referente para conocer su situación y valorar la calidad educativa que está ofreciendo a su comunidad.

3.4 La evaluación según sus agentes

De acuerdo con las personas que en cada caso realizan la evaluación, se dan procesos de autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación.

3.4.1 Autoevaluación

La autoevaluación se produce cuando el sujeto evalúa sus propias actuaciones. Por tanto, el agente de la evaluación y su objeto se identifican. Es un tipo de evaluación que toda persona realiza de forma permanente a lo largo de su vida, ya que continuamente se toman decisiones en función de la valoración positiva o negativa de una actuación específica, una relación tenida, un trabajo llevado a cabo, etc.

Al tratar la autoevaluación en el terreno profesional, hay que considerar la conveniencia, primeramente, de introducir su práctica de modo habitual entre los alumnos y alumnas. Con diferentes grados de complejidad, según las edades a las que nos refiramos, el alumnado es perfectamente capaz de valorar su propia labor y el grado de satisfacción que le produce. Simplemente hay que darle pautas para que haga con seriedad y con corrección -no arbitrariamente ni por juego-, y que sepa la influencia que su juicio va a tener en la valoración global que se realice posteriormente sobre su actuación y progresos. Al comenzar el desarrollo de una unidad didáctica, se facilitará a los alumnos la información detallada acerca de los aspectos que deben autoevaluar, para que puedan autoobservarse y examinar su trabajo continuo y, así, llegar a conclusiones rigurosas al final del proceso.

3.4.2 Coevaluación

La coevaluación consiste en la evaluación mutua, conjunta, de una actividad o un trabajo determinado realizado entre varios. En este caso, tras la práctica de una serie de actividades o al finalizar una unidad didáctica, alumnos y profesor o profesores pueden evaluar ciertos aspectos que resulte interesante destacar. Tras un trabajo en equipos, cada uno valora lo que le ha parecido más interesante de los otros, por ejemplo. En un coloquio, se valora conjuntamente el interés de las actividades, el contenido de los trabajos, los objetivos alcanzados, la suficiencia de los recursos, actuaciones especialmente destacadas de algunos alumnos, etc. Es posible, igualmente, pasar un cuestionario -anónimo- a los alumnos, para que opinen con absoluta independencia sobre lo realizado, y contrastar así con lo percibido por el profesor o profesora.

3.4.3 Heteroevaluación

La heteroevaluación consiste en la evaluación que realiza una persona sobre otra: su trabajo, su actuación, su rendimiento, etc. Es la evaluación que habitualmente lleva a cabo el profesor con los alumnos, y a cuyo proceso se dirigen principalmente las páginas de esta obra.

Es un proceso importante dentro de la enseñanza -como ya ha quedado puesto de manifiesto-, rico por los datos y posibilidades que ofrece y complejo por las dificultades que supone el enjuiciar las actuaciones de otras personas, más aún cuando éstas se encuentran en momentos evolutivos delicados en los que un juicio equívoco, "injusto", poco sopesado…, puede crear actitudes de rechazo (hacia el estudio, hacia la sociedad) en ese niño, adolescente o joven que se educa.

Preguntas que responden a la evaluación

¿Qué evaluar?Debemos evaluar:

Contenido: hechos, conceptos principios y procedimientos

Operaciones mentales: recordar, comprender, predecir, aplicar, valorar o evaluar

¿Cuándo evaluar?

  • Al inicio del año escolar (realizando una evaluación diagnóstica).

  • Durante el desarrollo de la actividades (evaluación formativa).

  • Al culminar un lapso (evaluación final).

¿Cómo evaluar?Se debe evaluar utilizando técnicas e Instrumentos como:

  • La Observación: Casual, Deliberada naturalista, Focalizada, Participativa, No Participativa, individual o grupal, Directa o indirecta.

  • La Entrevista: Estructurada y Semiestructurada.

¿Con qué evaluar?

  • 1. Registros diarios de anécdotas acumulativas.

  • 2. Hojas de observación.

  • 3. Escalas de estimación.

  • 4. Ficha de inscripción.

  • 5. Boletines.

¿Para qué evaluamos?

Evaluamos para: Corregir, Controlar, Seleccionar, Tomar decisiones, Controlar disciplina, Provocar cambios

¿A quiénes evaluar?

Alumnos, docentes, directores, padres de familia y centros escolares de educación preescolar, primaria, secundaria y bachillerato. 

Conclusión

Es de gran importancia reconocer la evolución del concepto de evaluación, puesto que a medida que lo estudiemos nosotros los que vamos a estar relacionados con él nos damos cuenta cómo aplicar este proceso y mejorar cualquier falla que tengamos, además el concepto en si tal y como lo definen ciertos autores nos ayudada a tener más claridad de ¿el que evaluar?, ¿cómo evaluar? ,etc.

Las tipologías de la evaluación son válidas para presentar claramente las virtualidades que ofrece la evaluación desde diferentes enfoques o perspectivas, pero en la práctica, en su aplicación al quehacer diario pueden darse mezclados algunos de los tipos descritos y, sobre todo, se conjuga su funcionalidad para conseguir la meta común: la mejor formación de los alumnos.

Así, tanto la evaluación inicial como la final pueden ser, a la vez, formativas o sumativas según la funcionalidad con la que se apliquen, lo mismo ocurre con la autoevaluación o coevaluación, que, además, pueden ser iniciales, procesuales o finales. La evaluación criterial o la ideográfica se aplicarán para perfeccionar o para seleccionar, al principio, durante o al final de un proceso e incorporando a ellas autoevaluaciones o evaluaciones del propio alumnado.

La acción educativa es variada y requiere soluciones diversificadas que permitan que la enseñanza de un profesor y el aprendizaje de un alumno caminen hacia la misma dirección.

La ordenación de la labor entre docente y discente se realizará seleccionando el tipo de evaluación más adecuado para cada situación y los objetivos que se pretendan con ella, eligiendo técnicas e instrumentos para llevarla a cabo y poniéndola en práctica, colegiadamente, del mejor modo posible.

Conceptualización

Características

Ventajas

debilidades

Evaluación tradicional:

La evaluación constituye uno de los elementos curriculares de gran significado en la acción pedagógica, donde el docente confronta mayores dificultades al realizarla. Usualmente, el tratamiento que se da a la misma, está inscrito en la medición y la calificación. Se percibía la evaluación como la aplicación de métodos e instrumentos para obtener y analizar datos relacionados con la cantidad de conocimiento que los estudiantes han adquirido.

Hace hincapié en el conocimiento memorístico. Enfatiza en el producto del aprendizaje "lo observable". No a los procesos  "razonamiento, estrategias, habilidades, capacidades" Evaluación cuantitativa el principal instrumento el examen de lápiz y papel. Se basa en normas y algunas veces en criterios para asignar una calificación. Énfasis en la función social de la evaluación: evaluación sumativa. Se evalúa el aprendizaje de los alumnos y no de la enseñanza. El docente define la situación evaluativa; a vecesautoritaria.Puede moldear lo que ha de ser enseñado. Considera que la transferencia y/o generalización de saberes es espontánea, por lo que escogen para los exámenes ejercicios nunca revisados.

1. Medición a exactitud de todos los alcances del proceso de enseñanza aprendizaje.

2. Solo  se  centraba la atención en el producto de la enseñanza y en que el proceso fuera lo más recto y rígido posible para  evitar  Fallos e improvisaciones.

3. De ella se originaron muchos profesionales academicistas que en su praxis profesional neta  demuestran competencias.

4. Como eje del proceso de enseñanza daba las pautas de lo que se quería obtener, dejando aspectos humanos de un lado.

1. No veía al estudiante como un todo integrado, con debilidades, fortalezas, destrezas que lo ayudan en su avance académico y como ser humano.

2. No tomaba en cuanta al sujeto dentro de su contexto sino ajeno a él.

3. La norma era enseñar para una praxis, no hay conexión entre lo aprendido, la realidad y los problemas que afectan a la misma.

4. Es holística, humanística. Se toma en cuenta el proceso, el producto y todos los agentes y factores que inciden a lo largo del proceso

Evaluación alternativa: La práctica pedagógica y la evaluativa se dan de manera integrada, como un proceso más justo, humanístico, que permite la cohesión y la comunicación entre los participantes, la representación de una realidad, que considere el acervo cultural de cada sujeto, la actuación del docente como generadora de experiencias provocadoras que incite al trabajo interdisciplinario, que permita abordar la enseñanza-aprendizaje-evaluación de manera integral.  

Énfasis en la evaluación de los procesos de aprendizaje. Evalúa la significatividad de los aprendizajes. Le interesa la funcionalidad de los aprendizajes. Busca que el alumno sea responsable y controle el proceso enseñanza – aprendizaje. Evaluación y regulación de la enseñanza. La autoevaluación del alumno. Evaluación diferencial de los contenidos de aprendizaje. Coherencia entre las situaciones de evaluación y el progreso de la enseñanza-aprendizaje. Considerar los aspectos cognitivos y afectivos que los estudiantes utilizan durante el proceso de construcción de los aprendizajes, por ejemplo: Las capacidades generales involucradas. Metas que persigue el estudiante. Los conocimientos previos del estudiante. Las estrategias cognitivas y meta cognitivas que utiliza. Eisner (1993, pp 226-232).

Para él, la evaluación debe: Reflejar las necesidades del mundo real, aumentando las habilidades de resolución de problemas y deconstrucción de significado.

Permitir contar con más de una manera de hacer las cosas, ya que las situaciones de la vida real raramente tienen solamente una alternativa correcta.

Reflejar los valores de la comunidad intelectual. No debe ser limitada a ejecución individual ya que la vida requiere de la habilidad de trabajo en equipo.

1. Valora todo el proceso en todo su dinamismo, utilizando diversas estrategias y técnicas evaluativas

2. tomar en cuenta el proceso de construcción de actividades de planeación, de enseñanza y evaluativas así como el contexto y el alumno de manera global.

3. El interés del profesor al evaluar los aprendizaje son en qué grado los alumnos han construido interpretaciones significativas y valiosas de los contenidos revisados, debido a la ayuda pedagógica recibida y a sus propios recursos cognitivos. En qué grado los alumnos han sido capaces de atribuir un valor funcional a las interpretaciones significativas de los contenidos. El interés del profesor al evaluar los aprendizajes son: Seleccionar muy bien las tareas o instrumentos de evaluación pertinentes y acordes con los indicadores. Una de sus realidades está vinculada al como el estudiante se ve reflejado a lo largo de toda su adquisición de conocimientos.

De alguna manera las desventajas dependerán del fin de la enseñanza en un entorno específico La evaluación alternativa es abierta y acepta  cambios constantes adaptados a las necesidades del contexto educativo y de sus actores que constantemente están produciendo conocimientos sintéticos, producto de susinteracciones y de sus constantesindagaciones a la enseñanza que serecibe y al aprendizaje aplicado a cada una de sus realidades; está muy vinculada al como el estudiante se ve reflejado a lo largo de toda su adquisición de conocimientos.

 

 

Autor:

Angel Garcia Sanjur

Franklin Castillo

PROFESOR :

ALONSO NAVARRO

REPÚBLICA DE PANAMÁ

UNIVERSIDAD ESPECIALIZADA DE LAS AMERICAS

EXTENSION UNIVERSITARIA EN VERAGUAS

PROFESORADO DE SEGUNDA ENSEÑANZA

MATERIA:

EVALUACIÓN

I SEMESTRE

2013.