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El aprendizaje cooperativo: un reto para la enseñanza (página 2)

Enviado por alexander.cordoves


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Teniendo como referencia la Teoría del Aprendizaje Social (1971-1984) de Bandura y Walker, el Modelo Interconductual de Campo (1978) de Kantor y el Modelo Participante (1992) de Kelly, el Aprendizaje Observacional tiene como objeto los principios del proceso de aprendizaje, el que el individuo debe conocer para cumplir con los objetivos que se establecen para el proceso educativo: adquirir y mantener las respuestas de autocontrol. En este proceso, el profesor no sólo enseña contenidos al alumno, también debe enseñarle a pensar; el profesor constituye el modelo de conducta que deberá imitar el estudiante. Procedimentalmente, el aprendizaje observacional utiliza la organización del material de estudios mediante objetivos operativos que permiten la aproximación escalonada al objeto de estudio.

Aunque puede apreciarse una evolución en la teoría conductista, ninguna de las tendencias referidas abandona la posición de considerar la educación como un proceso meramente instructivo, utilizándose como procedimiento la organización del material de estudio mediante objetivos operativos que permiten la aproximación escalonada al objeto de estudio, donde el profesor es el programador de un proceso en el que no nos queda claro, desde nuestras posiciones teórico-metodológicas, el papel activo del alumno y se limita, en medida considerable, su desarrollo personológico al no propiciarse la potencialización de la autonomía del sujeto y de su capacidad creadora. A la luz del conductismo se nos ofrece un proceso de educación donde el profesor enseña y el alumno aprende, es decir, un proceso de carácter unidireccional.

Corriente cognitivista

Superando la posición conductista ante el papel de las condiciones internas y con la consideración de la conducta como totalidad, así como la importancia que se le atribuye a la significación del aprendizaje como reorganizador cognitivo de la actividad interna, se unen, a pesar de la diferenciación que pudiera establecerse, a las siguientes teorías psicológicas, en la corriente cognitivista.

Teorias del campo

En el marco de la Psicología Gestalt podemos encontrar los trabajos de K. Lewin, Khöler y Kantor. Su objeto de investigación son las interrelaciones de aquellos elementos que configuran lo psíquico como un todo significativo. Concediéndole especial importancia a los fenómenos perceptuales, la intervención educativa tiene como fin perfeccionar los instrumentos de adaptación e intervención creativa, en el espacio vital específico del individuo. El proceso se lleva a cabo mediante la reorganización de las experiencias sistemáticamente y de forma significativa, para lo cual el individuo fijará sus metas sobre la base de los conocimientos que posee acerca del significado de la situación.

Psicologia genetico-evolutiva

Este enfoque psicológico fue desarrollado por J. Piaget, continuando su evolución en las investigaciones de Köhlberg (1969-1985) y Habermas (1971-1989). Su teoría tiene como objeto el estudio de la génesis y el funcionamiento de las instancias mediadoras del comportamiento, en tanto la educación ayudará a la potencialización del desarrollo del aprendiz y va a promover su autonomía tanto moral como intelectual, la que descansa en el desarrollo de las estructuras y los esquemas cognitivos.

En el marco del proceso formativo, el alumno construirá, activamente, su propio conocimiento, y el maestro jugará el rol de promotor de su desarrollo autónomo.

No compartimos la relación que establecen los cognitivistas entre desarrollo y aprendizaje, donde el primero es condición indispensable para el segundo.

Modelo humanista

Dándole al hombre un papel muy activo en el desarrollo de su personalidad surge el humanismo en Estados Unidos. Se cuentan entre sus principales precursores Allport, Rogers y Maslow quienes desarrollaron cuatro conceptos fundamentales: autonomía funcional, actualización, personalidad madura y autorrealización. Su objeto lo constituye la caracterización de las unidades integrales de regulación psicológica que permitan la diferenciación interindividual. En función de esto, "el propósito de la educación es ayudar a que las personas logren lo mejor de lo que son capaces" (Maslow, 1988, ctdo. por Alvarez Valdivia, 1998: 22), la educación debe potencializar la autorrealización de la persona y sobre esta base se plantea la personalización del proceso educativo. En este marco el profesor es un facilitador del aprendizaje, en ningún momento direcciona, sólo orienta al estudiante en la solución de las problemáticas que le surgen a partir de las temáticas que le son planteadas. Se propone un método experiencial, de participación individual y grupal.

Si bien el humanismo resalta el papel activo del estudiante en el proceso educativo, el cual debe potenciar su autorrealización sobre la base de la diferenciación, no considera el desarrollo sociohistórico de la sociedad. No obstante, sus investigaciones profundizan en el desarrollo integral de la personalidad, y su método educativo personalizado se centra en la reconstrucción de la experiencia, pero sin tomar en cuenta el papel de las relaciones sociales en este proceso. Las ideas anteriores sobre el desarrollo personológico y la personificación del proceso educativo son retomadas en nuestro trabajo.

Enfoque historico cultural

Este enfoque ha evolucionado sobre la base de la obra de L. S. Vigostky y su teoría del desarrollo histórico cultural de las funciones psicológicas. Resulta interesante la atención que se le brinda a la comunicación social en la educación, fundamentalmente en los marcos de la Psicología de orientación marxista, aunque en la actualidad está siendo abordado desde otras posiciones teóricas.

Para el desempeño de la labor educativa desde este paradigma, es necesario diagnosticar el desarrollo alcanzado a partir de la experiencia individual y la zona de desarrollo potencial engendrada. El individuo concurre a un proceso educativo de carácter mediatizado en el cual, más allá de responder a los estímulos y adaptarse pasivamente a las condiciones del medio, actúa sobre dichos estímulos y modifica activamente su entorno. El objetivo de dicho proceso es verificar cuál constituye el nivel efectivo del alumno, determinar qué nuevos contenidos puede ir adquiriendo y qué nuevas experiencias deben proporcionársele al estudiante, papel que desempeñará el educador mediante la ejecución conjunta de las diferentes situaciones de aprendizaje y el intercambio de experiencias subjetivas con su alumno, el que participará activamente en un proceso que tiene como base una relación de igual a igual tanto con el profesor como con los otros significativos.

Las aportaciones vigostkianas sobre la relación dialéctica entre aprendizaje y desarrollo, y la creación de zonas de desarrollo potencial en un proceso educativo que transcurre sobre la base del intercambio de experiencias a través de la comunicación, resultan medulares para el trabajo educativo en tanto nos ofrecen elementos determinantes para concebir el proceso de enseñanza-aprendizaje.

El constructivismo

El constructivismo se plantea como una derivación del enfoque cognitivo que se desarrolla a partir de la Epistemología Genética de Piaget, pero más que eso, quizás pueda valorarse como una consecuencia lógica de la integración de estas tres escuelas psicológicas.

Desarrollado por Ausubel, el constructivismo tiene como objeto las relaciones sustanciales que se establecen entre las ideas que expresan los nuevos materiales con lo que el alumno ya sabe, de modo que el aprendizaje resulte significativo para éste. El objetivo del proceso consiste en que el alumno construya sus conocimientos significativamente, es decir, a partir del bagaje cognitivo que ya posee.

De este modo el alumno protagoniza el proceso educativo y el profesor resulta un promotor de su desarrollo.

Resulta de gran importancia para nosotros, la comprensión de los procesos de aprendizaje como instancias mediatizadoras en función de una reorganización de la experiencia individual de forma sistemática y significativa, investigándose de forma cualitativa el desarrollo de las estructuras cognitivas. Cobran también relevancia los roles que desempeñan en el proceso alumnos y profesores.

Dentro del constructivismo queremos hacer énfasis en la ideas que se han desarrollado tomando como punto de partida el Enfoque Histórico-cultural, los que podemos resumir de la siguiente forma:

El análisis del conocimiento como un proceso dinámico e interactivo, que además de involucrar a aprendices y profesores, también afecta la relación padre-aprendiz.

El carácter interactivo del proceso propicia que lo interpsicológico se convierta en intrapsicológico, momento en el que aparece el fenómeno metacognitivo.

La cultura y el contexto histórico concreto constituyen determinantes del aprendizaje e influyen en su carácter positivo o negativo.

El lenguaje como mediador entre lo intra y lo interpsíquico, conjugado adecuadamente con herramientas didácticas condicionan y facilitan el proceso de aprendizaje.

El proceso educativo dirige y a su vez propicia un mayor desarrollo de los procesos psicológicos y, por tanto, de la personalidad de los implicados en dicho proceso.

Conclusiones

La intervención educativa actual apunta hacia la utilización optima de los recursos que las ciencias psicológicas han puesto al alcance de los profesionales. Consideramos que el enfoque histórico-cultural resulta el referente teórico a elegir y un paradigma para la investigación en el campo.

 

 

Autor:

Lic. Alexander Cordovés Santiesteban.

alexander.cordoves[arroba]uho.edu.cu

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