- Presentación
- Dislexia
- Otros signos de alerta
- La reeducación logopédica del niño disléxico
- Dislalia
- Clasificación de las dislalias
- Disgrafía
- Síntomas disgráficos
- Tratamiento
Presentación
En su desarrollo regular, el proceso de adquisición del lenguaje y de la lectoescritura se ven alterados por los denominados "trastornos". Son trastornos recurrentes, la dislexia, la dislalia y la disgrafía. La primera, como trastorno cognitivo; la segunda, como trastorno fónico; la tercera, como trastorno gráfico. Es función docente brindarle la atención pedagógica adecuada y efectiva a estas disfunciones verbales. En este Módulo IV se presenta información básica para conceptuarlas, caracterizarlas y clasificarlas, condición necesaria para el diagnóstico e intervención educativa en situaciones y casos de aula.
Dislexia
La dislexia o trastorno específico de la lectoescritura es uno de los problemas de aprendizaje más frecuente y más conocido. Podríamos definir la dislexia como una dificultad significativa y persistente en la adquisición del lenguaje, y por tanto, con repercusiones en la escritura. Aparece de forma inesperada, a una edad temprana, cuando el niño se inicia en la lectoescritura, independientemente de cualquier causa intelectual, cultural o emocional. La dislexia no es una falta de interés, motivación o una discapacidad sensorial, es un problema de índole cognitivo, que afecta particularmente el paso de la codificación visual a la verbal, la memoria a corto plazo, la percepción del orden y la secuenciación; se manifiesta como una dificultad de automatización especialmente en la lectura, la ortografía y en ocasiones también el cálculo aritmético. No hay duda que la dislexia es una dificultad, pero los padres deben tener claro que sólo se trata de una disfunción de aquellas áreas cerebrales implicadas en el proceso fonológico. No existe lesión cerebral. Simplemente, es una particular manera de percibir el mundo, una forma diferente de interpretar ciertos símbolos o palabras, es decir, son personas con una habilidad distinta para el aprendizaje.
Descartar previamente
Defectos en la visión.
Defectos en la audición.
Un coeficiente intelectual (CI) por debajo de lo normal.
La existencia de alguna perturbación emocional primaria.
Que el problema se deba a una falta de instrucción.
Que exista algún problema de salud grave que obstaculice el aprendizaje.
Que no exista alguna lesión cerebral diagnosticable que pueda afectar al área del lenguaje.
Que pueda darse el diagnóstico de algún retraso grave del desarrollo.
Otros signos de alerta
Aparecen trastornos en los procesos madurativos, por ejemplo, en la percepción, psicomotricidad y atención, es decir, se presentan dificultades para, tomar el lápiz, recortar, etc. Su trazo es inseguro, les cuesta hacer lazos o nudos, no distinguen correctamente entre derecha e izquierda, delante o detrás, etc.; tienen dificultades en el uso del tiempo: mañana/tarde/noche, ayer/hoy/mañana etc.; pueden confundir el orden de los días de la semana, meses etc.; les falta habilidad en el cálculo, pueden confundir por ejemplo, la suma con la resta, o bien memorizar, reproducir o aplicar las tablas de multiplicar; tienen problemas de memoria, por ejemplo, olvidan anotar los deberes en su agenda, olvidan fácilmente lo que acaban de aprender etc.; les cuesta realizar diversas órdenes a la vez si las reciben todas seguidas, por ejemplo, ves a tu cuarto, trae tus libros, y apaga la luz al salir.
La dislexia es fácil de reconocer o por lo menos sospechar, si las personas que rodean al niño conocen las características. Una identificación temprana de la situación y un tratamiento adecuado y continuo puede ayudar al estudiante a superar esta barrera y a llevar una vida relativamente normal.
La reeducación logopédica del niño disléxico
Los niños disléxicos o con dificultades en la lectoescritura necesitan una reeducación integral. Esto quiere decir que necesitan tanto una reeducación psicológica, logopédica, como pedagógica. En la reeducación psicológica hay que ayudar al niño a conocer y aceptar sus dificultades, mejorar su autoestima y a tolerar su frustración. La reeducación logopédica tendría como objetivos, por un lado mejorar el desarrollo de las áreas sensorio-motrices deficientes en el niño y por otro establecer las bases para adquirir el aprendizaje de la lectoescritura. Por último, en la reeducación pedagógica, se trataría de dar estrategias y recursos para las dificultades de aprendizaje. Por ejemplo leer en voz alta, grabar las lecturas, enseñar las técnicas de estudio… Hemos de tener en cuenta que tanto en la escuela como en casa, para un niño disléxico las tareas escolares le van a ocupar más tiempo que a otro niño cualquiera, convirtiéndose a veces en un trabajo arduo y pesado y por tanto, aumentando su frustración y rechazo.
PARA REFLEXIONAR Y APRENDER
Dislalia
¿QUÉ SON LAS DISLALIAS?
Las dislalias son alteraciones en la articulación de algún o algunos fonemas bien por ausencia o alteración de algunos sonidos concretos del habla o por la sustitución de estos por otros, de forma improcedente, en personas que no muestran patologías del sistema nervioso central, ni en los órganos fono articulatorio a nivel anatómico. Estas alteraciones perduran más allá de los cuatro años, hasta entonces aparecen muy frecuentemente. Son las más frecuentes y conocidas de todas las alteraciones del lenguaje.
¿QUIÉNES SON LOS NIÑOS Y NIÑAS CON DISLALIAS?
Los niños y niñas que presentan dislalias en su habla, presentan errores en la articulación de sonidos del habla (sustitución, distorsión, omisión o adición) al principio, en medio o al final de las palabras, tanto en su lenguaje coloquial como en repetición de esos sonidos cuando se le da un modelo de palabra que los contenga; suele tener más de cuatro años, no existe evidencia, ni diagnóstico de hipoacusia, trastornos neurológicos, deficiencia mental, ni cambio idiomático.
Clasificación de las dislalias
Existen muchas clasificaciones de las dislalias. Para el caso se sigue la clasificación etiológica de Pascual (1988).
Dislalia evolutiva o fisiológica. Para articular correctamente los fonemas de un idioma se precisa una madurez cerebral y del aparato fonoarticulador. Hay una fase en el desarrollo del lenguaje en la que el niño/a no articula o distorsiona algunos fonemas; a estos errores se les llama dislalias evolutivas. Normalmente desaparecen con el tiempo y nunca deben ser intervenidas antes de los cuatro años, sobre todo /r/ y sinfones. Suelen producir cierta angustia en algunos padres que creen ver en ellas un síntoma de retraso y se les debe aconsejar que hablen claro a su hijo/a, abandonando los patrones de persistencia del lenguaje infantil. La mejor intervención es convencer a la familia para que dejen esos malos hábitos.
Dislalia audiógena. Su causa está en una deficiencia auditiva. El niño o la niña que no oye bien no articula correctamente, confundirá fonemas que ofrezcan alguna semejanza al no poseer una correcta discriminación auditiva. A este tipo de alteraciones se les denomina dislalias audiógenas. El deficiente auditivo presentará otras alteraciones del lenguaje, fundamentalmente de voz y el estudio de su audiometría nos dará la pauta sobre la posible adaptación de prótesis. La intervención irá encaminada básicamente a aumentar su discriminación auditiva, mejorar su voz o corregir los fonemas alterados e implantar los inexistentes.
Dislalia orgánica. Las alteraciones de la articulación cuya causa es de tipo orgánico se llaman dislalias orgánicas. Si se encuentran afectados los centros neuronales cerebrales (SNC) reciben el nombre de disartrias y forman parte de las alteraciones del lenguaje de los deficientes motóricos. Si nos referimos a anomalías o malformaciones de los órganos del habla: labios, lengua, paladar, etc. se les llama disglosias.
Dislalia funcional. Es la alteración de la articulación producida por un mal funcionamiento de los órganos articulatorios. El niño/a con dislalia funcional no usa correctamente dichos órganos a la hora de articular un fonema a pesar de no existir ninguna causa de tipo orgánico. Es la más frecuente y sus factores etiológicos pueden ser:
Falta de control en la psicomotricidad fina. La articulación del lenguaje requiere una gran habilidad motora. Prueba de ello es que aquellos fonemas que precisan un mayor control de los órganos articulatorios, especialmente de la lengua, son los últimos que aparecen (/l/, /r/ /r/ y sinfones).
Déficit en la discriminación auditiva. El niño/a no decodifica correctamente los elementos fonémicos de su idioma y no percibe diferenciaciones fonológicas del tipo sordo/sonoro, dental/velar, oclusivo/fricativo, etc., produciendo errores en la imitación oral.
Errores perceptivos e imposibilidad de imitación de movimientos.
Estimulación lingüística deficitaria. Ello explica la frecuencia de dislalias en niños/as de ambientes socioculturales deprivados, abandonados, en situaciones de bilingüismo, etc.
De tipo psicológico: sobreprotección, traumas, etc., que hacen persistir modelos articulatorios infantiles.
Deficiencia intelectual. Las dislalias son un problema añadido a los del lenguaje del niño o la niña deficiente. Su corrección hay que plantearla a más largo plazo, es más lenta y estará condicionada por su capacidad de discriminación auditiva y su habilidad motora.
Cuando nos referimos a la dislalia habitualmente se refiere a la dislalia funcional y los tipos de errores más habituales son: sustitución, distorsión, omisión o adición.
Disgrafía
Escritura defectuosa sin que un importante trastorno neurológico o intelectual lo justifique.
TIPOS DE DISGRAFÍA
Hay dos tipos de disgrafía: motriz y específica.
A. DISGRAFÍA MOTRIZ
Se trata de trastornos psicomotores. El niño disgráfico motor comprende la relación entre sonidos los escuchados, y que el mismo pronuncia perfectamente, y la representación gráfica de estos sonidos, pero encuentra dificultades en la escritura como consecuencia de una motricidad deficiente. Se manifiesta en lentitud, movimientos gráficos disociados, signos gráficos indiferenciados, manejo incorrecto del lápiz y postura inadecuada al escribir.
B. DISGRAFÍA ESPECÍFICA
La dificultad para reproducir las letras o palabras no responden a un trastorno exclusivamente motor, sino a la mala percepción de las formas, a la desorientación espacial y temporal, a los trastornos de ritmo, etc., compromete a toda la motricidad fina. Los niños que padecen esta disgrafía pueden presentar rigidez de la escritura (con tensión en el control de la misma); grafismo suelto (con escritura irregular pero con pocos errores motores); impulsividad (escritura poco controlada, letras difusas, deficiente organización de la página); inhabilidad (escritura torpe, la copia de palabras plantea grandes dificultades); lentitud y meticulosidad (escritura muy regular, pero lenta, se afana por la precisión y el control).
Síntomas disgráficos
Miguel Alvarado, en su obra La disgrafía escolar, incluye un inventario disgráfico-analítico que recoge las dificultades de la escritura atendiendo el trazado de letras, enlaces y el conjunto del escrito. Estas son las dificultades disgráficas que se recoge en dicho inventario:
Letras no reconocibles: grafemas que no podemos identificar.
Grafismos que permiten la confusión de letras: a veces los grafismos son tan ambiguos que se confunden unos con otros.
Confusiones originadas por la cantidad: las letras se confunden porque se añaden o se quitan elementos (confusiones n/m, por ejemplo).
Grafemas trazados en una dirección inadecuada: cuando se sigue una dirección errónea al trazar una letra, en las uniones de letras se pueden producir sobreimpresiones de trazos.
Letras sobreimpresas: cuando se sigue una dirección inadecuada al escribir la "a" o la "o", hay que repasar lo escrito para hacer el enlace.
Letras en varios trazos: cuando para completar una letra se añaden dos o más trazos, estos pueden superponerse o separarse, afectando la legilibilidad.
Omisión de bucles: sobre todo en las letras "b", "v" y "o".
Bucles excesivos: también en las letras "b", "v" y "o".
Letras abiertas: cuando no se cierra el semicírculo de las letras "o", "a", "g" y "d".
Letra atrofiada: cuando el tamaño de la letra es tan pequeño (por ejemplo en el caso de las "e") que no llega a identificarse.
Angulaciones: llegan a desaparecer las formas redondeadas de algunas letras hasta el punto que no se puedan identificar.
Bastones discontinuos: se producen cuando los bastones o jambas de las letras se retocan para prolongarlos.
Bastones en curva: los bastones ascendentes o descendentes de las letras aparecen curvados, generalmente hacia atrás.
Formas hinchadas: cuando el diámetro de las letras ovaladas es más alto que ancho.
Abolladuras: los círculos de las letras presentan abolladuras u ondulaciones irregulares.
Temblor: el trazado oscilante e irregular de las letras ofrece un aspecto tembloroso.
Letras retocadas: al acabar de escribir la letra, ésta se retoca para mejorarla.
Letras incrustadas: cuando las letras aparecen yuxtapuestas o pegadas.
Collages: retocar las letras para unirlas o completar su trazado.
Puntos en "x": cuando los enlaces de dos letras se cruzan y forman una "x".
Pseudouniones: las letras no se enlazan, sino que aparecen pegadas por los elementos de enlace.
Relleno de ojetes o bucles: no se ve el interior del bucle de una letra (especialmente la "e").
Sacudidas: los enlaces aparecen prolongados excesivamente.
Tamaño desproporcionado de las letras: ya sea por muy grande o muy pequeño (el tamaño medio sería de 2.5 mm.). Este fallo no se tiene en cuenta en los primeros años del aprendizaje.
Desproporción entre las zonas gráficas: las tres zonas del renglón (superior, media e inferior) miden aproximadamente 2,5 mm. Puede darse hipertrofia cuando los bastones o jambas superan el triple de la altura media de las vocales, y atrofia cuando la altura de los bastones sea menor del doble de la vocal.
Desproporción del tamaño de las mayúsculas: cuando la mayúscula mide más que el tamaño de una letra normal se habla de hipertrofia; cuando mide lo mismo que una letra normal, se trata de una atrofia.
Irregularidad en la dimensión: la altura de las letras varía a lo largo del escrito.
Letra extendida: las letras son exageradamente anchas en relación a su altura.
Letra encogida: las letras son exageradamente estrechas en relación a su altura.
Separación irregular entre las palabras: la distancia entre las palabras no es equilibrada, sino irregular.
Palabras apretadas: apenas existe distancia entre las palabras.
Líneas ascendentes o descendentes: se considera línea ascendente o descendente cuando la inclinación es superior a 6º.
Línea fluctuante: la línea sube y baja, en ondulaciones.
Línea rota: la línea sube y baja bruscamente, de manera quebrada.
Espacio irregular entre los renglones: los renglones se acercan separan de forma irregular.
Ausencia de márgenes: no se respetan el margen derecho o/ni el izquierdo.
Conjunto sucio: el conjunto del escrito transmite sensación de suciedad, letras corregidas, trazado borroso, etc.
Irregularidad de inclinación: la orientación de las letras varía tanto a la izquierda como hacia la derecha en un mismo escrito.
Ajuriaguerra, en su obra La escritura del niño, clasifica en tres apartados los principales problemas disgráficos:
La página. Conjunto sucio, línea rota, línea fluctuante, línea descendente, palabras amontonadas, espacios/palabras irregulares, márgenes insuficientes.
La torpeza. Trazo de mala calidad, letras retocadas, desigualdades, arqueos de m-n-u-i, angulación de los arcos, puntos de empalme, encolados, yuxtaposiciones, tirones, finales con impulso, irregularidades de dimensión, zonas mal diferenciadas, letras atrofiadas.
Errores de forma y de proporciones. Letras muy estrechas o demasiado lábiles, malas formas, escritura muy grande o muy pequeña, mala proporción de zonas gráficas, escritura demasiado extendida o estrecha.
Tratamiento
El tratamiento de la disgrafía abarca una amplia gama de actividades que podrán ser creadas por el docente al tener el registro de errores que comete el niño. Se recomienda llevar un cuadernillo o carpeta aparte de la del trabajo en aula, para facilitar la inclusión de nuevos ejercicios y la corrección minuciosa. El tratamiento tiene por objetivo recuperar la coordinación global y manual y la adquisición del esquema corporal; rehabilitar la percepción y atención gráfica; estimular la coordinación visomotriz, mejorando el proceso óculo-motor; educar y corregir la ejecución de los movimientos básicos que intervienen en la escritura (rectilíneos, ondulados) así como tener en cuenta conceptos tales como: presión, frenado, fluidez, etc., mejorar la ejecución de cada una de las Gestalt en que intervienen en la escritura, es decir, de cada una de las letras; mejorar la fluidez escritora; corregir la postura del cuerpo, dedos, la mano y el brazo, y cuidar la posición del papel.
EL TRATAMIENTO DE LA DISGRAFÍA ABARCA LAS DIFERENTES ÁREAS |
Psicomotricidad global / psicomotricidad fina. La ejercitación psicomotora implica enseñar al niño cuáles son las posiciones adecuadas: sentarse bien, apoyando la espalda en el respaldo de la silla; no acercar mucho la cabeza a la hoja; acercar la silla a la mesa; colocar el respaldo de la silla paralelo a la mesa; no mover el papel continuamente, porque los renglones saldrán torcidos; no poner los dedos muy separados de la punta del lápiz, si no este baila y el niño no controla la escritura; si se acerca mucho los dedos a la punta del lápiz, no se ve lo que se escribe y los dedos se fatigan; colocar los dedos sobre el lápiz a una distancia aproximada de 2 a 3 cm de la hoja; si el niño escribe con la mano derecha, puede inclinar ligeramente el papel hacia la izquierda; si el niño escribe con la mano izquierda, puede inclinar el papel ligeramente hacia la derecha
Percepción. Las dificultades perceptivas (espaciales, temporales, visoperceptivas, atencionales, etc.) son causantes de muchos errores de escritura (fluidez, inclinación, orientación, etc.) se deberá trabajar la orientación rítmico temporal, atención, confusión figura-fondo, reproducción de modelo visuales.
Visomotrocidad. La coordinación visomotriz es fundamental para lograr una escritura satisfactoria. El objetivo de la rehabilitación visomotriz es mejorar los procesos óculomotrices que facilitarán el acto de escritura. Para la recuperación visomotriz se pueden realizar las siguientes actividades: perforado con punzón, recortado con tijera, rasgado con los dedos, ensartado, modelado con plastilina y rellenado o coloreado de modelos.
Grafomotricidad. La reeducación grafomotora tiene por finalidad educar y corregir la ejecución de los movimientos básicos que intervienen en la escritura, los ejercicios reeducación consisten en estimular los movimientos básicos de las letras (rectilíneos, ondulados), así como tener en cuenta conceptos tales como: presión, frenado, fluidez, etc. Los ejercicio pueden ser: movimientos rectilíneos, movimientos de bucles y ondas, movimientos curvilíneos de tipo circular, grecas sobre papel pautado, completar simetría en papel pautado y repasar dibujos punteados.
Grafoescritura. Este punto de la reeducación pretende mejorar la ejecución de cada una de las gestalten que intervienen en la escritura, es decir de las letras del alfabeto. La ejercitación consiste en la caligrafía.
Perfeccionamiento escritor. La ejercitación consiste en mejorar la fluidez escritora, corrigiendo los errores. Las actividades que se pueden realizar son: unión de letras y palabras, inclinación de letras y renglones, trabajar con cuadrículas luego realizar cualquier ejercicio de rehabilitación psicomotor. Se debe disponer de 10 minutos para la relajación.
Relajación. Tocar las yemas de los dedos con el dedo pulgar. Primero se hace despacio y luego a mayor velocidad. También se puede hacer con los ojos cerrados Unir los dedos de ambas manos, pulgar con pulgar, índice con índice. Primero despacio y luego a mayor velocidad. También se puede hacer con los ojos cerrados Apretar los puños con fuerza, mantenerlos apretados, contando hasta diez y luego abrirlos
ALGUNAS ACTIVIDADES PARA EL AULA |
Coordinación visomanual. Hacer un nudo. Material: un par de cordones o cuerdas delgadas de 45 cm y un lápiz. Instrucciones: Haga un nudo simple en el lápiz, como muestra. Dele el cordón al niño y pídale que haga un nudo en el dedo suyo (del evaluador). Se le dan tres oportunidades. Si el niño es capaz de hacer un nudo en cualquiera de los tres (3) intentos, se da como acertado el ítem.
Control postural (equilibrio). Punta de pies. Material: reloj o cronómetro. Instrucciones: pídale al niño que se mantenga sobre las puntas de los pies durante diez segundos, con los ojos abiertos, brazos pegados a lo largo del cuerpo, pies y manos juntos. Si es necesario, dele el ejemplo, asumiendo usted mismo esa posición. Se le dan tres oportunidades. Se acepta como aprobado si el niño logra mantenerse los diez segundos en equilibrio, sin caerse, separar los brazos del cuerpo o separar los pies, en cualquiera de los tres intentos.
Praxias digitales. Movimiento de los dedos. Materiales: órdenes. Instrucciones: pídale al niño que oponga el pulgar a los otros cuatro dedos en forma alternada y relativamente rápida.
Diadocinesias. Giro de las manos. Material: órdenes. Instrucciones: pídale al niño que ponga la mano a la altura del hombro, flexionando el codo. Debe girar la mano sin que gire todo el brazo. Una vez ha de hacerlo con la mano derecha y otra vez con la mano izquierda.
Cruce de línea media. Tocar partes del cuerpo con la mano del lado contrario. Material: órdenes y/o ejemplos. Instrucciones: dele al niño las siguientes órdenes en forma lenta y si es necesario repítalas: «tócate la oreja izquierda con la mano derecha»; «tócate la oreja derecha con la mano izquierda»; «tócate el ojo derecho con la mano izquierda»; «tócate el ojo izquierdo con la mano derecha». En caso de que el niño no discrimine entre derecha e izquierda, el evaluador debe dar el ejemplo y pedirle que lo imite
Discriminación auditiva. Pares de palabras. Material: lista de palabras. Instrucciones: dígale al niño tres pares de palabras que suenen en forma similar, intercaladas con dos pares de palabras idénticas, sin que pueda verle a usted los labios, en la siguiente forma: casa – basa; pero – perro; dedo – debo; ramo – tramo; cobre – pobre.
EJERCICIOS PARA FAVORECER LA DISCRIMINACIÓN DE SIGNOS O ELEMENTOS GRÁFICOS |
La ausencia o poco desarrollo de esta aptitud impide al niño la percepción adecuada de las palabras y trae como consecuencia diversas dificultades:
Inversión de las secuencias de las letras "res" por "ser".
Para estos problemas, se debe hacer que el niño:
ordene objetos, cubos, figuritas, etc. de izquierda a derecha
ordene figuras de la misma forma y de distintos tamaños de izquierda a derecha.
Siga con el dedo líneas rectas y curvas de izquierda a derecha.
Se coloquen en fila y que digan sus nombres de izquierda a derecha.
Hagan líneas en el suelo de izquierda a derecha.
Escribir la palabra en la que el niño tiene dificultades con lápiz rojo de mina gorda.
Modelar la palabra con plastilina de colores, un color para cada letra, teniendo en cuenta que siga la dirección de izquierda a derecha.
En una cartulina cosa las letras con lana y después trace con el dedo la palabra realizada.
Inversión de las letras "d" por "b", "q" por "p",…
Algunos ejercicios para superar esta tendencia son:
Presentar al niño en una hoja de papel en la que se han dibujado varios pares de figuras. La maestra expondrá en el suelo una figura igual a una de las que están en la hoja y pide a los alumnos que marquen la que es igual.
Autor:
Ricarte Tapia Vitón