El desarrollo del análisis sobre el ambiente urbano trajo más tarde un importante paso de avance en el concepto de metabolismo urbano, entendido como "el intercambio de materia, energía e información que se establece en el asentamiento urbano y su contexto geográfico". Ministerio de obras públicas y urbanismo de España. Desarrollo y medio ambiente en América latina y el Caribe: una visión evolutiva. Madrid. 1990
Rafael Yunen define ambiente como resultado de diversos procesos de interacción de tres instancias o componentes: la social, la natural y la construida. Donde sus interrelaciones conforman un sistema global en el que sus componentes naturales, sociales y construidos vendrían a ser como subsistemas.
Para el término urbano designará "una forma particular de ocupación del espacio por una población, o sea, la aglomeración resultante de una fuerte concentración y de una densidad relativamente elevada, que tendría como correlato previsible, una diferenciación funcional y social cada vez mayor .Esta forma de ocupación del espacio es lo que se denomina ciudad.
Por tanto el ambiente urbano es el proceso de intercambio entre la base natural de una ciudad, la respectiva sociedad allí existente y la infraestructura construida; es el resultado de diversos procesos de interacción entre tres instancias o subsistemas: la social, la natural y la construida.
En estos procesos de interacción intervienen factores de tipo históricos, económicos, políticos, sociales, ecológicos y naturales en general. Cada uno es al mismo tiempo condicionante de las otras dos y una resultante de ambas. Los problemas ambientales surgen cuando la sociedad les traspasa sus pretensiones a las otras. Los problemas ambientales se definen cuando se alteran los elementos o situaciones de un lugar de manera que atentan contra la cantidad o calidad o diversidad de los recursos humanos, de los recursos naturales y del medio construido, de tal forma que se dificulta o impide el desarrollo sustentable de dicho lugar, deteriorándose su calidad de vida
Unos de los objetivos principales de todas las instituciones que trabajan por el desarrollo sustentable a través del mejoramiento del medio ambiente urbano radica en cómo involucrar a los diversos sectores de una comunidad en la detección de sus principales problemas ambientales, en la formulación de alternativas frente a los mismos y en la participación de dichos sectores en la búsqueda de un desarrollo sostenible para su comunidad.
Para lograr este y otro objetivos de desarrollo tradicionalmente se contaba con los métodos de la planificación física y social sin embargo se demostró que esta es irrealizable sin la constante intervención de la gestión comunitaria, partiendo de comprender las relaciones que hay entre las actividades propias de la gestión una de cuyas formas es la gestión urbana.
La gestión urbana es el proceso de creación de la ciudad que depende del protagonismo de los gobiernos locales y del grado de participación de sus habitantes, se entiende además como el conjunto de actividades y responsabilidades que conforman la intervención social para manejar una realidad o solucionar un problema, así el concepto de gestión urbana se ha ido ampliando hasta llegar a conceptualizarse la gestión ambiental urbana.
Lo que ha quedado claro en estos momentos es que si la gente no participa en las decisiones para gestar un proyecto o para su realización, entonces no se puede garantizar el aprovechamiento real de dicho proyecto ni la sustentabilidad del mismo.
Cada vez que se plantea como mejorar la situación de un lugar, lo que se busca es como llegar a un desarrollo armonioso que permita beneficios locales para la gente y la naturaleza de dicho lugar, así como aportes significativos para la nación a la que pertenece. Es por eso que el concepto de gestión va íntimamente ligado al concepto de desarrollo, tanto en la escala local como en la nacional. Sin embargo, lo que más se enfatiza en estos momentos es la obtención del desarrollo descentralizado, del desarrollo a escala humana en ambientes locales y regionales. Se habla ahora de desarrollo local, de ecodesarrollo, etc. En otras palabras, de lo que trata es del desarrollo sustentable, que tiene como objetivo el mejoramiento de la calidad de vida humana.
Por esta razón, para hablar de desarrollo local (uno de cuyos componentes es la gestión urbana), el nuevo paradigma exige que la reflexión se centre en los agentes de dicho desarrollo, esto es, los actores y los protagonistas, y no exclusivamente en las medidas o instrumentos para llevarlo a cabo.
Esta nueva concepción del desarrollo está marcando, a su vez, los objetivos principales de todos los aspectos de la gestión y de todas las técnicas y procesos de la planificación.
1.2 Gestión Ambiental Urbana
La gestión se traduce en un conjunto de acciones encaminadas a lograr la máxima racionalidad en el proceso de decisión y manejo del ambiente urbano, relativo a la conservación, defensa, protección y mejora del ambiente, a partir de un enfoque interdisciplinario y global. Estas acciones, desarrolladas por los actores urbanos se orientan a construir relaciones armónicas y deseables en varios niveles en el territorio (o ambiente urbano) en el cual se desenvuelven:
1) entre los propios seres humanos;
2) con las organizaciones, instituciones o agrupaciones que existen; y,
3) con el sustrato físico o medio natural (que incluye a otros seres vivos).
La gestión ambiental no es más que el conjunto de acciones encaminadas al uso, conservación o aprovechamiento ordenado de los recursos naturales y del medio ambiente en general. Implica la conservación de especies amenazadas, el aprovechamiento cinegético, el aprovechamiento piscícola, la ordenación forestal, la gestión industrial, incluso, la gestión domestica.
Esto lleva implícito el objetivo de eficiencia, porque la gestión ambiental implica aprovechar los recursos de modo racional y rentable. Se debe tener en cuenta una filosofía de ahorro y aprovechamiento sostenible.
Es una disciplina muy reciente conceptualmente, si bien se ha venido realizando en una u otra forma desde el momento en que el ser humano comenzó a aprovechar los recursos naturales, en un principio en busca de un aumento de la cantidad de alimentos mediante la gestión del suelo. Dado que esta labor implicaba la interacción con su medio ambiente, ya puede ser considerada como una forma de gestión ambiental. No obstante, el sentido que se le otorga a este concepto en la actualidad es de un carácter más conservacionista en relación con el medio ambiente; de hecho asimilamos la gestión ambiental a aquellas acciones encaminadas a preservar el medio ambiente de la acción del ser humano, que tiende a sobreexplotar y a degradar su entorno natural.
Como se ha dicho, la gestión ambiental implica la práctica totalidad de las actividades humanas, ya que transcurren o afectan al medio en mayor o menor grado, y está supeditada a una ordenación previa del territorio y de los usos del mismo. Esta ordenación marca para qué usos puede destinarse el suelo en función de su aptitud potencial como terreno agrícola, como poseedor de minerales aprovechables, como suelo industrial en función de su escasa aptitud para un uso más directo, como residencial en función de la existencia de agua disponible y de una climatología adecuada, o como reservado en función de su valor natural intrínseco, entre otros. Una vez que se ha establecido la ordenación, se diseña una estrategia para gestionar cada parte y uso. A la gestión más o menos productivista o economicista, diseñada para la explotación y aprovechamiento del suelo, se superpone la gestión ambiental.
La gestión de aquellos espacios protegidos por su valor natural se encuentra dentro de lo que podríamos definir como la acepción más pura de la gestión ambiental. Así, es labor encomendada a los gestores ambientales el cuidado y preservación de los espacios naturales y sus recursos biológicos y geológicos. La conservación de las especies amenazadas, la organización de los usos dentro de los espacios naturales, son objetivos de este tipo de gestión ambiental.
Para lograr una exitosa gestión ambiental urbana de la ciudad y solucionar efectivamente los problemas ambientales es necesario conocer que esta gestión no es más que un grupo de mecanismos, procedimientos y actos de gobiernos y gestión de una ciudad, que se distingue por incorporar en la toma de decisiones, acciones dirigidas al mejoramiento ambiental debidamente articuladas o ajustadas a las tendencias de crecimiento urbano. Este proceso de articulación y ajustes es un requisito fundamental para que esta gestión sea factible y ejecutable.
Se distingue porque busca establecer permanentes mecanismos que posibiliten acuerdos entre distintos actores, que en su interacción con el medio ambiente operan desde distintos espacios urbanos y expresan por lo tanto una variedad de intereses, expectativas y conductas.
El principal recurso de la gestión son las propias personas, y por lo tanto no interesa cuantos organismos se creen o se convocan para la generación de una acción, sino cuál es la calidad de los recursos humanos que lo ejecutan.
Debemos tener en cuenta que las proyecciones actuales indican que hacia el año 2025, casi el 90% de la población será urbana por lo que este crecimiento significa a la vez problemas y oportunidades enormes para la región. La historia indica que las ciudades pueden ser centros importantes del crecimiento económico, con oportunidades de empleo y con instalaciones potenciales mejores que las que existen en el sector rural. Por esas oportunidades solo se harán realidad si se enfrentan y contienen bien los problemas y retos que acompañan a ese crecimiento.
Se define como gestión ambiental urbana un grupo de mecanismos, procedimientos y actos de gobiernos y gestión de una ciudad, que se distingue por incorporar en la toma de decisiones, acciones dirigidas al mejoramiento ambiental debidamente articuladas o ajustadas a las tendencias de crecimiento urbano. Este proceso de articulación y ajustes es un requisito fundamental para que esta gestión sea factible y ejecutable. Se distingue porque busca establecer permanentes mecanismos que posibiliten acuerdos entre distintos actores, que en su interacción con el medio ambiente operan desde distintos espacios urbanos y expresan por lo tanto una variedad de intereses, expectativas y conductas.
La gestión ambiental urbana tiene como fin mantener y preservar el ambiente urbano, y redefinir en el tiempo y en el espacio las relaciones entre los seres humanos y su ambiente, en especial en relación a los patrones de vida y consumo. Esta redefinición procura revertir los efectos de la degradación del suelo, del aire y agua producidos por los modelos de desarrollo urbano insostenibles que reiteran la exclusión y empeoran las condiciones y calidad de vida de los seres humanos que habitan las ciudades.
Implica la realización de intervenciones sociales (identificación o diagnóstico de una realidad o problema, el estudio de las acciones posibles para su manejo o solución, la decisión sobre dichas acciones, la puesta en práctica del curso de acción escogido, el seguimiento y la evaluación de los resultados, los ajustes y modificaciones necesarios, etc.) para el manejo o uso adecuado del espacio, los recursos naturales y humanos, y las cualidades ambientales del área urbana y su zona de influencia.
La gestión ambiental urbana se convierte entonces en la base orientadora para la elaboración de los instrumentos de planificación local: planes de desarrollo, planes reguladores y presupuestos municipales. Esto significa que si se dispone de un análisis ambiental se puede tener una base para el ordenamiento territorial.
Bibliografía
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Rodríguez Bosch, Renier (2007): Evaluación social y ambiental de las márgenes del Río San Juan, Trabajo de Diploma, 110 h.
Autor:
Renier Rodríguez Bosch
Katia Otero Ortega
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