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Estructura de capital y dividendos


Partes: 1, 2, 3

  1. Introducción
  2. Teoría de Modigliani y Miller
  3. Teoría de agencia
  4. Teoría o estructura contractual
  5. El cambio fordismo-posfordismo
  6. Estructura de propiedad de la empresa
  7. Costos de transacción de la empresa y el mercado
  8. Apalancamiento y la estructura óptima del capital
  9. Política de dividendos
  10. Análisis de casos y problemas explicados
  11. Bibliografía

Introducción

El verdadero indicador de la eficacia económica y financiera de una empresa es el beneficio o ganancia neta anual por acción; sin embargo, este concepto sufre de gran relatividad, ya que el proceso de su determinación lleva implícito un elevado margen de subjetividad. Por eso, los dividendos constituyen para los accionistas un indicador de indudable valor informativo acerca de la sanidad económico-financiera de la empresa; son algo tangible. Cuando el beneficio repartido coincide con el dividendo esperado por el accionista, el valor informativo de los dividendos es nulo; pero si es superior, el accionista tiene una base objetiva para suponer que la eficacia de la empresa (ganancias reales y no sólo las contables) va en aumento, o que decrece si se da el supuesto contrario.

A la hora de fijar la política de dividendos empresarial, Lintner (Art_1) indica cuatro "puntos clave":

  • ? ·           La fijación del ratio "objetivo" de pago de dividendos se realiza a largo plazo.

  • ? ·           La fijación de los dividendos se ha de realizar desde un punto de vista dinámico: es más importante el cambio en los dividendos que el valor absoluto del mismo.

  • ? ·           Los niveles sostenibles de ganancias son preferidos a los incrementos a corto plazo.

  • ? ·           Una vez fijado el pago de dividendos no debe modificarse o cancelarse

Una empresa que permanece siempre fiel a sus ratios objetivo de pago de dividendos siempre tendrá que cambiar la cuantía de éstos si cambian las ganancias. Sin embargo, según los aspectos anteriores, los directivos creen que los accionistas prefieren una progresión estable de los dividendos, y por tanto, si las circunstancias permiten garantizar un gran incremento de los dividendos, no ofrecerán más que parte del nivel al que tiende el ratio objetivo.

Este resultado fue confirmado por Fama y Babiak (Art_2): si la empresa tiene un buen año, los dividendos se incrementarán pero en menor medida que las ganancias; los directivos prefieren esperar a ver si el incremento de las ganancias es permanente antes de que los dividendos se ajusten completamente. Esto hace referencia nuevamente a la reticencia de los directivos a hacer cambios en la política de dividendos que tuvieran que ser cancelados posteriormente.

Cuando las empresas pagan dividendos bajos no esperados, las ganancias medias disminuyen seguidamente; cuando pagan dividendos altos, las ganancias a continuación crecen. Esto es debido, en definitiva, a que los inversores siguen atentamente las decisiones sobre pago de dividendos.

En la práctica empresarial cada política de dividendos puede tener un efecto determinado sobre la cotización de las acciones, tal y como veremos a continuación.

Teoría de Modigliani y Miller (MM)

El enfoque MM

Los impulsadores de este enfoque son Franco Modigliani y Merton H. Miller, estos en sus estudios afirman que la relación entre el apalancamiento y el costo de capital queda explicada por el enfoque de la utilidad neta de operación; argumentan que el riesgo total para todos los poseedores de valores de la empresa no resulta alterado por los cambios en la estructura de capital y por ende es el mismo indiferentemente de la combinación de financiamiento

Esta teoría demostró bajo un conjunto de supuestos muy restrictivos, que debido a la deducibilidad fiscal de los intereses sobre las deudas, el valor de una empresa aumentará continuamente a medida que usen más deudas y por lo tanto su valor se verá maximizado al financiarse casi totalmente con deudas.

la posición de M&M: LA irrelevancia de los dividendos.

 Según esta posición, lo que determina el valor de una empresa es la renta que generan sus activos y no la forma como se reparte el beneficio después de impuestos entre reservas y dividendos. Por tanto, la política de dividendos es irrelevante desde el punto de vista del valor de la empresa. Esta tesis, sostenida por M&M (Art_3) es una consecuencia lógica de la conclusión alcanzada en sus trabajos anteriores relativos a que la estructura financiera no afecta al valor de la empresa. Estos autores sostienen la irrelevancia de la política de dividendos sobre el valor de las acciones; éste y, por tanto, el valor de la empresa, viene determinado por la capitalización del resultado de explotación generado por sus activos a la tasa de descuento apropiada al riesgo económico de los mismos.

Por tanto, es independiente de la proporción existente entre los recursos ajenos y los recursos propios; de esta forma también debe ser indiferente que la empresa cuente con más o menos reservas y que retenga más o menos beneficios.

En su planteamiento, M&M parten de los siguientes supuestos básicos:

  • a) a)  La política de inversiones viene determinada para la empresa, no está sujeta a cambios.

  • b) b)  Mercado de capitales es perfecto: todos los inversionistas son racionales; la información está disponible para todos los inversores sin coste alguno, y ningún inversor es lo suficientemente grande como para afectar el precio de un valor en el mercado. Además:

1. No existen costes de transacción para los inversores.

2. No existen costes de emisión para la empresa.

3. Ausencia de impuestos.

  • c) c)  Certeza perfecta de todo inversor acerca de las inversiones y rentabilidad futura de la empresa.

Este último aspecto se refiere a que los inversores no sienten aversión al riesgo, pues para ellos un dividendo futuro y lejano es tan seguro como uno actual o menos lejano. Esta hipótesis fue abandonada en posteriores trabajos, pero aún después de introducir la incertidumbre, los autores llegan a la misma conclusión de que la política de dividendos no afecta al valor de las acciones.

Bajo estos supuestos, M&M consideran que el valor de las acciones será gobernado por el siguiente principio fundamental: el precio de cada acción debe ser tal que la tasa de retorno (dividendo + ganancia de capital por unidad monetaria invertida) para cada acción será igual para todo el mercado y para cualquier intervalo de tiempo. De lo contrario, los accionistas podrían incrementar su riqueza vendiendo sus acciones y comprando otras con mayor tasa de retorno.

Teniendo en cuenta este principio, la empresa tiene siempre las siguientes opciones:

  • ? ·       Pagar dividendos y emitir nuevas acciones para financiar sus inversiones.

  • ? ·       Retener beneficios con los que financiar sus inversiones y no pagar dividendos (por tanto, no tiene que emitir nuevas acciones).

Estas opciones serán equivalentes. Por un lado, la disminución en el valor de las acciones que produce la emisión compensa exactamente el pago del dividendo, y por tanto, el valor actual de la acción en el mercado después del pago del dividendo y su financiación (emisión de acciones) es igual al valor actual de la acción antes del pago del dividendo, porque la disminución en el valor que se produce al emitir nuevas acciones compensa exactamente el dividendo pagado.

Por otro lado, si una empresa no reparte dividendos y reinvierte todos los beneficios que genera en inversiones rentables, con una rentabilidad superior al coste medio ponderado del capital, es de esperar que el valor de sus acciones suba en bolsa, de modo que el accionista, si en algún momento necesita liquidez, no tiene más que vender una parte de sus acciones.

En definitiva, los accionistas serán indiferentes entre dividendos y ganancias retenidas.

Hasta ahora hemos supuesto que, en caso de pago de dividendos las necesidades de financiación se cubrirían con emisión de capital ordinario, pero ¿qué ocurriría si la empresa recurre a la financiación con deuda?. Para responder esta cuestión, M&M recuerdan de nuevo su tesis sobre la inexistencia de una estructura financiera óptima, que implica irrelevancia en la elección entre deuda y capital propio.

En cuanto a la hipótesis de certidumbre, los autores levantan posteriormente este supuesto, pero mantienen su posición basándose en la "racionalidad simétrica del mercado", que implica que todos los inversores siguen un comportamiento racional en sus decisiones y suponen que los demás también lo siguen.

Por último, diversos autores han criticado la postura de M&M diciendo que los supuestos simplificadores de los que parte están muy alejados de la realidad. Estas críticas están centradas fundamentalmente en la introducción de la incertidumbre y en las imperfecciones del mercado (efecto fiscal, costes de emisión, costes de transmisión, etc.).

  • a) a)   Incertidumbre.

Los inversores no son indiferentes entre dividendos y ganancias retenidas, puesto que el pago de dividendos resuelve incertidumbre cara al futuro; según esto, preferirán que el beneficio sea repartido. Si los inversores son adversos al riesgo la tasa de descuento crecerá conforme el dividendo se aleja en el tiempo; por ello, si la empresa reduce el dividendo actual para reinvertir y poder ofrecer mayor dividendo en el futuro, al estar éste más alejado en el tiempo el precio de las acciones caerá. Hay preferencia por el dividendo "cercano".

Por tanto, la tasa requerida por los accionistas crecerá conforme lo haga el porcentaje de ganancias retenidas, y al contrario, los inversores pagarán un mayor precio por las acciones de empresas con mayores dividendos actuales. Las ganancias retenidas se convierten en una fuente de financiación que aumenta de coste cuanto más se utilice. Este argumento refuerza la idea del contenido informativo de los dividendos; informan de la rentabilidad de la empresa, influyendo por tanto en la valoración de sus acciones en el mercado.

  • b) b)   Imperfecciones en el mercado.

Si consideramos algunos de los hechos que distorsionan la perfección del mercado nos encontraremos con que:

  • Ø      El efecto fiscal: Los dividendos y las ganancias de capital no son gravadas por igual; esta diferencia provocará una preferencia por la retención de beneficios a costa de disminuir los dividendos.

  • Ø      Costes de emisión: Es otro factor que favorece la retención de beneficios, puesto que estos costes obligan a la empresa a emitir una cuantía de capital superior a la necesidad real de financiación. Además, cuanto más pequeña sea la emisión estos costes son relativamente mayores.

  • Ø      Costes de trasacción: En caso de retención de beneficios, los inversores que necesiten liquidez tendrán que vender sus acciones y realizar las ganancias del capital. Los gastos aparejados a la venta de las acciones que sufren los inversores actúan a favor del reparto de dividendos.

La idea fundamental es que el valor de una firma no depende de cómo se reparte entre los interesados (en particular, entre accionistas (patrimonio, equity) y acreedores (pasivos a favor de bancos, tenedores de bonos, etc.)). Trate el lector de examinar esta idea de manera intuitiva y encontrará que es razonable. Por esta idea Franco Modigliani y Merton Miller (MM de aquí en adelante) ganaron el premio Nobel en economía. Ellos demostraron que en condiciones de mercado perfecto (información completa, sin impuestos, etc.) la estructura de capital no influía en el valor de la firma porque el accionista puede pedir o recibir prestado y de esa manera determinar la estructura óptima de capital. La estructura de capital indica cuánto hay de pasivos y cuánto de patrimonio en una firma.

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¿Esto qué significa en términos del costo promedio de capital? Simplemente que si la firma tiene un determinado flujo de caja libre (FCL) el valor presente de ese flujo de caja (el valor total de la firma) no cambia porque la estructura de capital cambie. Si esto es así, implica que el CPC no cambia aunque la estructura de capital cambie. Esto ocurre si no existen impuestos. Para mantener la igualdad entre la firma con y sin deuda, (como se estableció arriba), la rentabilidad del patrimonio (cuando hay deuda) debe cambiar con el endeudamiento (suponiendo que el costo de la deuda es constante).

 

Una de las principales imperfecciones de un mercado son los impuestos. Cuando hay impuestos en la firma (sin considerar impuestos personales), la situación planteada por MM es diferente. Ante esta situación plantearon que en este caso el valor de la firma sí cambia. Esto ocurre porque cuando se pagan intereses, estos son deducibles y el estado subsidia a quien tiene deuda. Esto es lo que los economistas llaman una externalidad. El valor de este subsidio es de TdD, donde las variables son las que se definieron arriba.

Así las cosas, el valor de la firma se incrementa por el valor presente de los ahorros en impuestos (tax shield).

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Cuando una firma se endeuda también ocurren algunos costos contingentes u ocultos asociados al hecho de que la firma quede insolvente. Esto hace que exista un valor esperado o costos de quiebra que pueden reducir el valor de la firma. La existencia de estos costos de quiebra evitan que, en general, las firmas se endeuden hasta el 100%. Uno de los aspectos importantes en este tema es la tasa de descuento que debe utilizarse en el descuento de los ahorros en impuestos. En esta nota afirmamos que la tasa de descuento correcta es ( la rentabilidad del patrimonio cuando no hay deuda y que esta escogencia de ( es la apropiada ya sea que la proporción de la deuda sea constante o variable durante la vida del proyecto.

 

En esta nota se estudiarán sólo los efectos de los impuestos en el CPC. Entonces se pueden presentar dos situaciones para el cálculo del CPC. Con impuestos y sin impuestos. En el primer caso, el CPC será constante, no importa que las proporciones de la deuda y el patrimonio cambien. En este caso el CPC es constante. (Bajo el supuesto de una inflación constante). Cuando la inflación cambia, el CPC cambia, pero debido a la componente inflacionaria y no debido a la estructura de capital.

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 El costo del patrimonio es:

edu.red

 

Los valores D% y P% deben ser calculados sobre el valor de la firma en cada período (al comienzo).

 Basados en (8), se propone una nueva presentación para el CPC: 

WACC Ajustado = ( – AI/VT (9)

Donde AI significa los ahorros en impuestos y VT es el valor total de la firma con endeudamiento.

Esta nueva versión del CPC tiene la propiedad de ofrecer los mismos resultados que (8) y lo que es más importante, como AI son los ahorros en impuestos realmente obtenidos, tiene en cuenta la amortización de pérdidas (losses carried forward LCF), cuando ellas ocurren. Este problema se ha estudiado en dos trabajos en proceso por los autores. Ver Velez-Pareja y Tham (2001a y 2001b).

Si se trabaja con el modelo Capital Asset Pricing Model (CAPM) se puede establecer que hay una relación entre las betas de los componentes (deuda y patrimonio) de manera que

edu.red

Para calcular e podemos apelar a varias alternativas:

  • 1. 1.      Con el Capital Asset Pricing Model, CAPM. Este es el caso cuando una firma se encuentra inscrita en bolsa, se negocia con frecuencia y se cree que el CAPM funciona satisfactoriamente.

  • 2. 2.      Con el Capital Asset Pricing Model, CAPM ajustando las betas. Este es el caso cuando una firma no se encuentra inscrita en bolsa, si estando inscrita no se negocia con frecuencia y se cree que el CAPM funciona satisfactoriamente. Se elige una acción de una firma parecida (del mismo sector, del mismo tamaño, ojalá con el mismo nivel de endeudamiento) y se ajusta la beta por el endeudamiento que exista en la empresa seleccionada (proxy) y la empresa para la cual se desea calcular el e.

Ejemplo:

El ajuste de beta se hace con la siguiente expresión

edu.red (12)

 

Donde, (anb es la beta de la acción no registrada en bolsa; (ab es la beta de la acción registrada en bolsa; Danb es la deuda de la acción no registrada en bolsa, Panb es el patrimonio de la acción no registrada en bolsa; Dab es la deuda de la acción registrada en bolsa, Pab es el patrimonio de la acción registrada en bolsa. D y P son valores de mercado.

Por ejemplo, si se tiene una acción en bolsa con una (ab de 1,3; con una deuda Dab que vale 80, Pab que vale 100, y se desea estimar la beta de una acción no registrada en bolsa con una deuda de Danb 70 y con un patrimonio Panb de 145 y una tasa de impuestos de 35%, entonces la beta de la acción no registrada en bolsa (anb será de

 

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  • 3. 3.      De manera subjetiva, asistida por una metodología como la expuesta por Cotner y Fletcher, 2000 y aplicada al dueño de la firma. En esta metodología se busca medir de manera subjetiva el riesgo percibido por el dueño en determinadas condiciones de endeudamiento. Este riesgo se añade a la tasa libre de riesgo y el resultado sería un cálculo de e.

  • 4. 4.      De manera subjetiva también, pero directa, Preguntándole al propietario, para un nivel y costo de deuda dados, ¿cuál sería la tasa de rendimiento mínima para él?

  • 5. 5.      Calcularla con base en los valores contables (preferible que estos valores contables hayan sido ajustados por inflación o sus activos revaluados, lo cual puede acercarlos a su valor de mercado).

Un ejemplo. Supóngase que se tienen los datos de una firma no registrada en bolsa. Los impuestos son de T = 35%.

 Tabla 1. Información financiera de una firma hipotética

Año

Valor contable del patrimonio en millones

P

Utilidades o dividendos

repartidos en millones

D

Rentabilidad

Rt

((Dt +Pt)/Pt-1-1

1990

$1,159

$63

 

1991

$1,341

$72

21,92%

1992

$2,095

$79

62,12%

1993

$1,979

$91

-1,19%

1994

$3,481

$104

81,15%

1995

$4,046

$126

19,85%

1996

$3,456

$176

-10,23%

1997

$3,732

$201

13,80%

1998

$4,712

$232

32,48%

1999

$4,144

$264

-6,45%

2000

$5,950

$270

50,10%

 

Tabla 2. Información macroeconómica adicional

Año

Tasa libre de riesgo antes de impuestos[1]1]

Rf

IPC

Inflación

if

(IPCt/IPCt-1)-1

Tasa de interés real

ir =

(1+Rf)/(1+if)-1

Rentabilidad

et=

((Dt+Pt)/Pt-1)-1

Prima de riesgo de la firma

iq = et – Rf (1-T)

1990

36.3%

166.94

1991

30.6%

211.72

26.8%

3.0%

21,92%

2,0%

1992

28.9%

264.94

25.1%

3.0%

62,12%

43,3%

1993

26.3%

324.84

22.6%

3.0%

-1,19%

-18,3%

1994

26.3%

398.24

22.6%

3.0%

81,15%

64,1%

1995

15.8%

475.76

19.5%

-3.1%

19,85%

9,6%

1996

16.3%

578.71

21.6%

-4.4%

-10,23%

-20,8%

1997

21.2%

681.06

17.7%

3.0%

13,80%

0,0%

1998

51.7%

794.80

16.7%

30.0%

32,48%

-1,1%

1999

16.4%

898.12

13.0%

3.0%

-6,45%

-17,1%

2000

12.9%

984,34

9.6%

3.0%

50,10%

41,7%

2001

 

 

Esperada10%

Promedio 4.4%

 

Promedio 10,3%

 Tasa libre de riesgo estimada para 2001:  

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  • 6. 6.      Calcule la prima de riesgo de Mercado como el promedio de Rm – Rf, donde Rm es la rentabilidad del Mercado basado en el índice la de la bolsa correspondiente y Rf es la tasa libre de riesgo, por ejemplo, la de los bonos del gobierno. Ahora, de manera subjetiva, el propietario podría estimar, en términos de riesgo, si prefiere mantenerse en su negocio actual o si prefiere liquidarlo e invertir el producido en un portafolio igual al de la canasta de acciones que conforman el índice de la bolsa. Si se prefiere mantenerse en el negocio actual, se puede concluir que la beta (el riesgo) del negocio actual es menor que 1, la beta del Mercado, y por lo tanto, el riesgo percibido es menor que la prima de riesgo del mercado, Rm – Rf. Esta es una cota superior para calcular la prima de riesgo del propietario. Esta cota superior se debe comparar con una prima de riesgo de cero, la prima de riesgo de la tasa libre de riesgo, la cual es el límite inferior del riesgo percibido por el propietario. Si el propietario prefiere comprar la canasta de acciones que componen el índice de la bolsa, entonces se puede decir que el negocio actual es más riesgoso que el mercado. Entonces la beta del negocio deberá ser mayor que 1 y el riesgo percibido para el negocio actual deberá ser mayor que Rm – Rf.

 En el primer caso el propietario puede ser confrontado con diferentes combinaciones –de 0% a 100%- de la canasta de acciones del índice y la inversion libre de riesgo. Y el negocio actual. Después de varios intentos el propietario encontrará una combinación que lo haga indiferente entre esa combinación y el negocio actual. El riesgo percibido podría ser calculado como un promedio ponderado, o simplemente como la prima de riesgo del mercado, (Rm – Rf) multiplicada por la proporción de la canasta de acciones que se aceptó. De hecho, lo que se ha calculado aquí es la beta del negocio, de manera subjetiva.

En el segundo caso se debe escoger la beta más alta del Mercado. (Las bolsa o alguna institución gubernamental usualmente calculan estas betas. En Colombia las betas de cada acción las calcula Superintendencia de Valores, similar a la Stock Exchange Commission, SEC de los Estados Unidos). Esta beta deberá utilizarse para multiplicar la prima de riesgo del Mercado Rm – Rf, y el resultado sería un cálculo de la prima de riesgo de la acción más riesgosa del mercado. Este podría ser un límite o cota superior para el riesgo percibido por el propietario. En el caso de que este riesgo, (el de la acción) llegara a ser menor que el percibido por el propietario, se debería considerar como un límite inferior. En el caso en que la acción más riesgosa sea considerada más riesgosa que el negocio, entonces el límite inferior es la prima de riesgo del mercado, Rm – Rf. En este segundo caso, el propietario podría ser confrontado con diferentes combinaciones –de 0% a 100%- de la canasta de acciones del índice y la acción más riesgosa del mercado. Después de varios intentos, el propietario encontrará la combinación que lo hace indiferente con su negocio actual. El riesgo percibido se puede calcular también como un promedio ponderado. Esto es, la prima de riesgo del mercado, (Rm – Rf) multiplicada por la proporción aceptada de la canasta del índice de acciones más la prima de riesgo de la acción más riesgosa (su beta multiplicada por la prima de riesgo del mercado, Rm – Rf) multiplicada por la proporción aceptada de esa acción.

En ambos casos el resultado sería un cálculo estimado de la prima de riesgo del negocio actual. Esta prima de riesgo se puede añadir a la tasa libre de riesgo (usando el teorema de Fisher), y el resultado sería un cálculo estimado de e.

Si se conoce ese e y las razones D% y P%, entonces se puede calcular ( con (6). Como se necesitan los valores de mercado, que deben calcularse con los flujos futuros y el WACC, se produce una circularidad, pero es posible resolverla con Excel.  

Para calcular ( también podemos apelar a varias alternativas y hacer un cálculo de ( de manera directa. Se puede proceder de una de las siguientes maneras:

  • 1. 1.      Como el costo promedio de capital antes de impuestos (() es constante e independiente de la estructura de capital de la firma, se podría pedir un cálculo subjetivo de la tasa que espera ganar el dueño, suponiendo que no hay endeudamiento. Una pista para este valor de ( podría hallarse investigando cuánto se espera ganar esa persona en la compra de un papel de bolsa con cero riesgo, en el mercado secundario y a este valor añadirle una prima de riesgo subjetiva.

  • 2. 2.      El ( se puede calcular también por medio de apreciaciones subjetivas del riesgo de la firma y este riesgo añadirlo (usando el teorema de Fisher) a la tasa libre de riesgo (Cotner y Fletcher, 2000 presentan una metodología para calcular el riesgo en una firma que no está en bolsa.[2][2]). Esta metodología se aplicaría al gerente y funcionarios de la firma. Esto sería el cálculo de la prima de riesgo de la firma. Esta componente de riesgo se añade a la tasa libre de riesgo y el resultado es el ( calculado en forma subjetiva. Una guía para el uso de esta metodología es la de establecer cotas mínimas y máximas al CPC resultante. La cota mínima es el costo de la deuda antes de impuestos. La cota máxima podría ser el costo de oportunidad de los dueños, si este es perceptible (ya sea porque se ha preguntado o porque se ha identificado a través de las inversiones [otras inversiones] que hace el dueño de la firma).

Este valor corresponde al ( de la firma en su situación actual de endeudamiento. Debe recordarse que este (, según la posición de MM es constante e independiente de la estructura de capital de la firma.

Este ( se identifica en otros textos como KA costo de los activos o de la firma (por ejemplo, Ruback, 2000) o Ku costo de los fondos propios cuando la firma no tiene endeudamiento (por ejemplo, Fernández, 1999a y 1999b).

Teoría de agencia

Durante la década de los setenta Jensen y Meckling (1976) comienzan a dibujar la Teoría de Agencia. La relación de agencia es aquella en la que se ven envueltos los propietarios del capital (principal) y los directivos (agentes). El problema en esta situación es el conflicto de intereses entre los participantes, el principal delega responsabilidades en el agente, y tiene que establecer un contrato con el agente de modo que éste último lleve a cabo su labor con el fin último de llegar al objetivo del principal. Pero de todo ello se derivan unos costes debido al contexto de información asimétrica, unos costes de supervisión por parte del principal al agente, unos costes de influencia y unos costes de pérdida de eficiencia. Estos costes se derivan de que el trabajo realizado por el agente no siempre es observable por el principal, y si lo es puede llegar a ser muy costoso, de las relaciones entre los distintos colectivos dentro de la empresa y de las desviaciones de las actuaciones de los agentes en relación con el esfuerzo óptimo. Todo ello ha generado una amplia literatura con diversidad de opiniones.

Teoría o estructura contractual

La idea de concretar en estas pocas líneas, una aproximación a un "proceso de pensamiento", que se comenzó a esbozar en los países desarrollados a fines de los '80 y a consecuencia de las medidas de "política económica" que se han adoptado a partir de 1990 en nuestro país, seguramente comenzarán a plantearse, nosotros comenzamos a estudiar principios de 1992; creemos a esta altura de nuestra investigación, que podemos hacer esta primera entrega.

La idea central es que se trata de efectuar -sobre todo en los países desarrollados y con mayor razón en el nuestro por los fundamentos que luego expondremos en la parte pertinente- un corte histórico en el contexto socio-económico, le sirve de

marco al contrato como relación jurídico-negocial y por consiguiente está en formación una nueva estructura o modelo que se intenta generalizar para toda la comunidad, que podríamos denominarlo conforme los antecedentes contrato sin sujeto o más precisamente estructura contractual sin sujeto como modelo posfordista de esta tipología de negocios jurídicos.

Siempre hemos expresado y remarcado que el contrato debe ser una forma teleológica de acceder a los bienes y servicios en la realidad económico social desarrollado en un contexto histórico y no un mero objeto de estudio o dicho en términos sociológicamente más crueles un objeto de la dogmática y por consiguiente una herejía de la realidad(1).

Las diferentes formaciones que el capitalismo -como sistema económico marco- ha desarrollado en el curso de su desenvolvimiento, ha determinado -como creemoshaberlo demostrado(2)- modelos de estructuras contractuales, de allí entonces, que cuando hoy se afirma la posibilidad de que el "modelo de acumulación fordista" ha dejado de tener vigencia y se está en los albores de la formación de un nuevo modelo denominado posfordista, pensamos que es atinente y propicio el momento para introducir una aproximación en las ideas de la reformulación que se está operando en la estructura contractual, puesto que se avecina muy rápidamente.

Naturalmente sólo pretendemos con nuestra humilde investigación hacer un modesto aporte para la discusión, y que permanezca abierta a las criticas de los doctrinarios y juristas, pero lo que no se debe hacer, es introducir el "modelo" sin discutirlo previamente, como se intenta hacerlo por el actual régimen político, pues cerrar sin haber abierto una discusión de esta envergadura, sería eliminar los procesos intelectuales(3), los cuales siempre hemos alentado y apoyado, pues creemos que de lo contrario, se reemplaza la dinámica de la lucha de ideas, por la hegemonía intelectual autoritaria, como ya ha pasado en el mundo y en nuestro país.

El cambio fordismo-posfordismo:

En repetidas oportunidades con base en sólidos fundamentos y con los antecedentes de importantes economistas(4) y juristas y hoy casi en forma ya indiscutible, señalamos que la crisis

económica desatada en el capitalismo a fines de la década de los sesenta y principios de los setenta, era la más profunda y duradera del sistema, pues era estructural y atípica, respecto de las anteriores, ya que afectaba el mismo modelo de acumulación fordista.

El fenómeno que exteriorizó la crisis fue la tendencia declinante de la tasa de ganancia, que pronto derivó en la alteración de los términos económicos en concreto de cada contrato, haciendo perder su eficacia económica, desembocándose hacia mediados de los setenta y principios de los ochenta en lo jurídico, en su constante revisión, a pesar de la disconformidad de las empresas proponentes.

Las causas del descenso de la rentabilidad son muchas, abarcan desde la crisis fiscal del Estado, pasando por los cambios de la relaciones de poder, transformación del sistema estructural productivo, cambios de patrón de consumo, hasta el descrédito en la redistribución social que efectuaba el estado de bienestar y muchas otras más, que fundamentalmente -en lo que aquí nos interesa- generaron en los empresarios, una menor predisposición a asumir riesgos o peor aún a trasladarlos al consumidor, pareciendo así perder sus cualidades "Schumpeterianas" y acentuando la presión sobre los contenidos de la contratación de adhesión como "modelo", que ya se había impuesto en el final de los años cincuenta para el mundo desarrollado y muy posteriormente en países subdesarrollados como el nuestro.

Dimos cuenta en publicaciones anteriores(5) a las que nos remitimos por razones de método, lo que significó el cambio estructural del contrato de negociación individual de Vélez Sársfield y su Código Civil, como modelo, a la estructura de adhesión, máxime cuando esta última, como hasta hoy se ha generalizado como modelo prevalente en el contexto social, con su anexo de sistema de prefinanciación por ahorro previo(6).

Sostenemos que hoy comenzamos a transitar un nuevo camino, pues se ha producido o se está produciendo una ruptura histórica -en la Argentina, como ya ha sucedido en el mundo desarrollado, con otros motivos y causas, que podemos situarla por lo menos a fines de los 70 y la siguiente- con la decisión política de transformación institucional del sistema socio-político -que

denominamos siguiendo a prestigiosos autores como "posdemocráticos" para los países subdesarrollados- en donde el cambio que se opera con determinados instrumentos socio-legales, verbigracia la ley de convertibilidad(7), desregulación, maximización -y no minimización- de La intervención del Estado, etc.-, están generando un nuevo modelo de contrato hacia el interior de la sociedad argentina (tampoco podemos desechar que es un reflejo de los cambios mundiales, pero de manera centrípeta por los mismos actores: los grupos económicos).

a) La ruptura histórica

Primeramente trataremos de aclarar -aunque someramente- lo que significa la "ruptura histórica".

La "evolución histórica", es un proceso de continuidad, que va reformulando el sistema, sin apartarse de los códigos y formas que las instituciones prevén, como procesos graduales de desenvolvimiento y generando las transformaciones; así como consecuencia de la reformulación constitucional de 1957 o de la reforma del Código Civil en 1968, fueron secuencialmente desarrollándose las leyes laborales o las instituciones de la lesión subjetiva-objetiva o imprevisión, etc., que a su vez generaron una evolución jurisprudencial riquísima, que determinaron modificaciones profundas en el derecho, en determinado sentido, positivo para nosotros, negativo para otros, así por ejemplo la mayor intervención judicial en los negocios jurídicos económicos. Todo ello, sin duda fue consecuencia lógica y gradual de un cambio intra-institucional.

Esta vez se produce un proceso de cambio, no como desarrollo, sino con una metodología distinta, externa desde las estructuras de poder económico nacional-internacional, se diseña el modelo y se deriva, como una estructura hegemónica- política-idelógica (neo liberal)(8).

No quiero ser mal interpretado, la estrategia que se usó fue muy simple, comenzó con el "descrédito" de los procedimientos democráticos de discusión de las ideas -de allí lo de posdemocrático- de tal forma de suprimir o silenciar la crítica o análisis posible, como si la crisis estuviese en las instituciones -parlamento, universidades, partidos políticos, círculos académicos, etc.- y no en la corrupción e incapacidad de los hombres; en un segundo momento se instaló -a espaldas de muchos de los actores de la sociedad- un marco referencial (privatizaciones, banca, bolsa, servicios esenciales monopolizados por grupos económicos, etc.) como proceso de liberación cultural y estructural cuyos efectos son impensables, aun cuando desde el punto de vista contractual, podemos tratar de ir delineando algunas situaciones, características y sus consecuencias.

b) Cambio cultural-estructural

La idea de posmodernismo, en sentido general, se presenta como una configuración cultural, resultando una característica muy importante, la de ser una situación internacional derivada de la globalización del mercado y un abandono explícito de las dos premisas básicas del modernismo: emancipación y progreso.

La segunda característica estructural es la culminación de la sociedad industrial, que le dio contenido a la modernidad y su giro hacia una sociedad de servicios, a tal punto que, se dice que los países del tercer mundo jamás serán sociedades industriales en el sentido europeo(9).

Trataremos de delinear estas dos bases o puntos de partida del cambio; para lo cultural abordaremos la internacionalización de tres aspectos: la identidad, el lenguaje y la perspectiva social y en lo estructural: lo relativo a la ubicación de los actores y respecto a su relación con los recursos y restricciones.

En primer lugar, lo atinente a la identidad que tiene que ver con la internacionalización de los valores, que abarca desde el cuestionamiento a "todo lo heredado" del Estado keynesiano o de bienestar(10) -la hiperinflación, la decadencia de los servicios prestados por el Estado, etc.- y llevar a nivel de endiosamiento ciertos modelos -Norteamérica especialmente- sin hacer las distinciones fundacionales, estructurales y sociales que corresponde, presentándolo como resultado, sin permitir el debate o su estudio pormenorizado.

Partes: 1, 2, 3
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