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Marx y su concepción de la Filosofía del mundo actual

Enviado por hpupo


    y su concepción de la ² Filosofía del mundo actual

    Hoy nos damos cuenta que la materia no es tan material, ni el espíritu es tan

    espiritual como pensábamos hasta entonces

    Pierre Teilhard de Chardin

    La idea de Federico Engels de que la Filosofía es el arte milenario de operar con conceptos ha ido evolucionando hasta nuestros días. Parece no tratarse de una sencilla afirmación, debido a que no se trata simplemente de una lógica formal donde se opera fundamentalmente a través de operaciones lógicas con conceptos, como la definición, división, subordinación, etc.

    Se trata más bien de una operación dialéctica extremadamente compleja, propia de la abstracción denominada derivación categorial, que permite al pensamiento pasar de una categoría a otra. No se trata de una simple deducción, ni inducción. Es como una especie de conjunción categorial en una región especulativa, desprovista de la ontologización excesiva, donde cada cual quiere construir una filosofía a su servicio palpable con los ojos de la cara, y no con los ojos de la mente, como apuntara Hegel en su Ciencia de la Lógica.

    Además de los dos descubrimientos apuntados por Engels en el Discurso ante la tumba de Marx en el cementerio de Higth Gate en Londres, el 17 de marzo de 1883 como son: Primero La Concepción Materialista de la Historia y segundo la Teoría de la Plusvalía, hay un tercero, que por su nivel de profundidad queda implícito , y es lo que constituye precisamente la esencia de la nueva racionalidad que nos ofrece el pensamiento filosófico marxista, y es que en los acontecimientos sociales están presentes las leyes de la teoría.

    Ahora comencemos a reflexionar para explicarnos la significación de tal conclusión.

    A pesar de que en Hegel se plantea una identidad absoluta entre el pensar y el ser, esta no es la verdadera razón de la filosofía hegeliana.

    El autor E.V. I Ilienkov considera que

    y su concepción de la ² Filosofía del mundo actual²

    Hoy nos damos cuenta que la materia no es tan material, ni el espíritu es tan

    espiritual como pensábamos hasta entonces

    Pierre Teilhard de Chardin

    La idea de Federico Engels de que la Filosofía es el arte milenario de operar con conceptos ha ido evolucionando hasta nuestros días. Parece no tratarse de una sencilla afirmación, debido a que no se trata simplemente de una lógica formal donde se opera fundamentalmente a través de operaciones lógicas con conceptos, como la definición, división, subordinación, etc.

    Se trata más bien de una operación dialéctica extremadamente compleja, propia de la abstracción denominada derivación categorial, que permite al pensamiento pasar de una categoría a otra. No se trata de una simple deducción, ni inducción. Es como una especie de conjunción categorial en una región especulativa, desprovista de la ontologización excesiva, donde cada cual quiere construir una filosofía a su servicio palpable con los ojos de la cara, y no con los ojos de la mente, como apuntara Hegel en su Ciencia de la Lógica.

    Además de los dos descubrimientos apuntados por Engels en el Discurso ante la tumba de Marx en el cementerio de Higth Gate en Londres, el 17 de marzo de 1883 como son: Primero La Concepción Materialista de la Historia y segundo la Teoría de la Plusvalía, hay un tercero, que por su nivel de profundidad queda implícito , y es lo que constituye precisamente la esencia de la nueva racionalidad que nos ofrece el pensamiento filosófico marxista, y es que en los acontecimientos sociales están presentes las leyes de la teoría.

    Ahora comencemos a reflexionar para explicarnos la significación de tal conclusión.

    A pesar de que en Hegel se plantea una identidad absoluta entre el pensar y el ser, esta no es la verdadera razón de la filosofía hegeliana.

    El autor E.V. I Ilienkov considera que

    …la llamada Filosofía de la identidad absoluta es en realidad la identidad del pensamiento consigo mismo. Entre el pensamiento y el ser fuera del pensamiento, como antes, no queda nada que llene el vacío. La apariencia de solución del problema se logra aquí simplemente que en vez del ser real se coloca en todas partes el ser pensado, el ser en la forma en que ya fue expresado en el pensamiento. Por eso, bajo la grandiosa construcción del pensamiento profundo de la filosofía hegeliana se oculta en realidad una tautología huera: nosotros pensamos el mundo circundante tal como es, tal y como nosotros lo pensemos.

    De modo que en la práctica – continúa Ilienkov -, la filosofía de Schelling y Hegel no estableció ninguna identidad absoluta del pensamiento y del ser, pues el ser como tal, libre, autónomo, que se basta a sí mismo, fuera del pensamiento e independientemente del pensamiento existente, aquí sencillamente no se toma en cuenta y queda como algo del otro mundo e indefinido. (1)

    Marx, con los ojos de su mente dialéctica, se percató de esta seudo-identidad y valoró que Hegel convierte lo ideal en demiurgo de lo real, y expresó su profunda contraposición, que no es una contradicción lógico formal, debido a que contiene la esencia de la nueva racionalidad. Como bien consideró que lo ideal no es más que lo material traducido y transpuesto a la cabeza del hombre. |

    Es interesante comprender la profundidad de esta reflexión de Marx, debido a que nos da la clave para llegar a comprender lo ideal no como un simple reflejo subjetivo sino como subjetividad en general o acrisolamiento de la actividad práctica sensorial humana.

    Si Engels consideró, en una ocasión, que "Todo lo que queda en pie de la anterior filosofía, con existencia propia, es la teoría del pensar y de sus leyes: la lógica formal y la dialéctica. Todo lo demás se diluye en la ciencia positiva de la naturaleza y de la historia", (2), al nosotros analizar el resultado de lo nuevo en la filosofía de Marx como el descubrimiento conclusión de que el pensamiento no puede verse como algo precedente e independiente a los acontecimientos sociales, vemos la lógica implícita en la propia vida social.

    Se puede decir que la naturaleza por su génesis es primaria a la conciencia, mientras que la sociedad no lo es, a pesar de su objetividad; se trata en sí de una objetividad superior. Es decir que, mientras que la naturaleza puede existir sin pensamiento, la sociedad no. Esto se debe a que la vida social es esencialmente práctica.

    Habermas, observa que Los fundamentos normativos para una teoría de la sociedad desarrollada con intención práctica nos lo encontramos ya, como en cierto modo aún era el caso, en Marx, en la lógica dialéctica. (3)

    Muy atinada la observación de Habermas, aunque de una forma epigramática, pero que merece tenerse en consideración para demostrar la idea que se está desarrollando.

    Ver en la lógica dialéctica del marxismo los fundamentos normativos de una teoría de la sociedad desarrollada con intención práctica, nos demuestra su entendimiento de la presencia de la teoría como nervios conductores en la sociedad, y permite comprender que sólo en estas condiciones ésta puede conducir a la práctica.

    Esto significa que Marx reveló en la teoría la estructuración dinámica de la sociedad desarrollada con salida a la práctica.

    Vamos a observar cómo Habermas elocuentemente, en el mismo libro, relaciona la teoría con la praxis:

    En la medida en que Hegel conceptúa la historia dialécticamente, y con esto afirmamos: a partir del horizonte experiencial de la conciencia práctica, puede, con la superación en una teoría dialéctica de la sociedad, de la filosofía social fundamentada científicamente, escoger y desarrollar las categorías de tal modo que esta teoría este dirigida y penetrada a cada paso por la autoconsciencia de su propia relación con la praxis. (4)

    Esta interesante consideración nos permite ver en el método dialéctico, no solo la organización dinámica de las formas del pensamiento (teoría), sino que al mismo tiempo incluye su vinculación con la práctica, o sea que la teoría es la propia praxis.

    Podemos reflexionar de una forma increíble cuando Habermas nos escribe lo siguiente:

    La transformación de la teoría en praxis, a diferencia de una mera utilización técnica de los resultados científicos, está, en efecto, ante la tarea de formar parte de la conciencia y de la reflexión de los ciudadanos dispuestos a la acción: las soluciones: teóricas deben demostrarse en situaciones concretas como las soluciones prácticamente necesarias para la satisfacción de las necesidades objetivas, si es que no están concebidas ya de antemano desde el horizonte de los que actúan.(5)

    Esta interrelación dialéctica teoría.-praxis que se efectúa a través de la acción humana consciente en situaciones concretas para la satisfacción de las necesidades demuestra que no basta con que el pensamiento inste a la realización, sino que la realidad debe instar ella misma al pensamiento.

    Esta idea es muy importante para la comprensión del proyecto de emancipación social que propone el Marxismo en su Filosofía y que a la vez constituye la novedad en su concepción del objeto de estudio que a partir de la reflexión sobre la presencia de las leyes de la teoría en los acontecimientos sociales llega más lejos que una consideración externa de la relación sujeto-objeto, que en la mayoría de los casos ve al sujeto como algo mesíanico fuera del proyecto social.

    Sin embargo la nueva visión que planteamos, marxista de pura cepa, nos lleva de la mano a un concepto relacional o entrecruzado, como dirían los especialistas en Lógica, y se trata del concepto coincidencia, utilizado magistralmente por Marx para expresar su concepto de praxis:

    La teoría materialista del cambio de las circunstancias y de la educación olvida que las circunstancias las hacen cambiar los hombres y que el educador necesita a su vez ser educado. Tiene, pues, que distinguir en la sociedad dos partes, una de las cuales se halla colocada por encima de ella.

    La coincidencia del cambio de las circunstancias con el de la actividad humana o cambio de los hombres mismos, solo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria. (6)

    Es precisamente este espacio temporal que se convierte en praxis, es un salto en el desarrollo social que engendra las más preciadas disquisiciones filosóficas.

    Según Lukacs, el mundo no es un agregado de objetos rígidos. Los objetos del mundo son objetos sociales, objetos culturales sujetos a una constante transformación histórica, resultado del trabajo humano, de una praxis que se realiza como corolario de la conciencia de su propia necesidad.

    La categoría de totalidad es para él un método crítico de la sociedad. Él ve el método no como un conjunto de reglas operacionales como las que establece la lógica, sino un modo particular de pensar como punto de partida es la toma de conciencia de una situación que se desea no solamente explicar sino también transformar. Esto es materialismo dialéctico.

    Dice Lukacs en Historia y Conciencia de Clase:

    A diferencia de lo que ocurre en la aceptación dogmática de una realidad meramente dada, ajena al sujeto, se produce la exigencia de entender todo lo dado, a partir del sujeto-objeto idéntico…Pero esa unidad es actividad…Pues la unidad del sujeto y objeto, de pensamiento y ser, que intentó probar y mostrar la "acción", tiene efectivamente su lugar de cumplimiento y su sustrato en la unidad de la génesis de las determinaciones intelectuales con la historia del devenir de la realidad. Pero esta no se limita a remitir a la historia como lugar metodológico de la resulibidad de todos esos problemas, sino que se consigue además mostrar concretamente el "nosotros", el sujeto de la historia, el "nosotros" cuya acción es realmente la historia.

    Así objetividad y subjetividad, forma y contenido se reconcilian en la praxis histórica de la que son momento dialécticos diferentes. Por esto el marxismo trasciende.

    Lukacs continúa diciendo:

    "La esencia verdadera del hombre, liberada de las falsas formas mecanizadoras de la sociedad" significa el hombre como totalidad perfecta en si mismo, la cual ha superado o supera el desgarramiento en teoría y práctica, en razón y sensibilidad, en forma y materia, por un movimiento interno; un hombre para el cual la tendencias a darse forma no significa una racionalidad para el marxismo, la categoría fundamental de la realidad como síntesis de muchas determinaciones, como unida de la multiplicidad.

    Ontológicamente hablando la realidad es la totalidad concreta en tiempo y espacio que contiene tanto lo objetivo como lo subjetivo, reuniendo en un solo haz el hombre y el mundo, la teoría y la materia.(7)

    La historia del pensamiento filosófico universal demuestra que solo allí donde, en una región, un estado, una nación donde la actividad humana, productiva, social o espiritual alcance su máximo esplendor en la época, es que se generan las abstracciones filosóficas. A grandes rasgos así lo demuestra China con Lao Se y Confucio, la India con sus libros Vedas y el Ramayana, Grecia con sus diversas y prolíferas escuelas filosóficas por doquier, Inglaterra con sus Locke, Bacon, Alemania con su Liebniz y los clásicos alemanes, Holanda con Spinoza, Cuba con sus Varela, José de la Luz, Martí, Varona, etc. Y en definitiva, Europa, en su totalidad, con el Marxismo.

    Por tanto, esta época, como hecho histórico-cultural, se convierte en objeto especial, que es la causa de la reflexión filosófica, que reproduce su lógica especial de una forma sui generis.

    El biógrafo de Marx y Engels, Augusto Cornú, de una forma precisa analiza:

    La filosofía, en efecto, no es algo intemporal y abstracto, constituye la alta expresión de su época, engendrada por las tendencias y necesidades de ésta, actúa a su vez sobre ella para dirigir su desarrollo. Y a continuación cita a Marx: El mismo espíritu que determina la construcción de los ferrocarriles por la industria, engendra las ideas en el cerebro de los filósofos. La filosofía no se halla fuera del mundo, del mismo modo que no lo está el cerebro por el hecho de no encontrarse en el estómago. La filosofía existe junto al cerebro que la concibe antes de concebir que el espíritu pensante también forma parte del mundo y que ese mundo es el del espíritu.

    Más adelante comenta el autor, otra idea de Marx tratando de revelar la verdadera naturaleza del saber filosófico:

    El hecho de que toda filosofía verdadera sea la quintaesencia espiritual de su tiempo implica que necesariamente llega el momento en que la filosofía entra en contacto, en acción y reacciona con el mundo no simplemente de una manera interna, por su contenido espiritual, sino de una manera externa por la misma forma que reviste . Deja entonces de ser un sistema que se opone a otro, y se convierte en la filosofía que se opone al mundo, en la filosofía del mundo actual. (8)

    Estas ideas de Marx resaltadas por Cornú nos permiten revelar el mecanismo dialéctico interactivo acción y reacción de las ideas filosóficas con la realidad.

    La contradicción de la filosofía con la realidad supera la oposición subjetiva entre sistemas para adquirir en su contradicción con el mundo su carácter de filosofía del mundo actual.

    Este último criterio de filosofía del mundo actual nos demuestra la interacción necesaria y penetración crítica de la filosofía en la esencia de los acontecimientos sociales. Solo así la filosofía se convierte en el verdadero espíritu de la época al penetrar en la solución práctico-revolucionaria de sus contradicciones.

    No puede pasar inadvertido el concepto de ² filosofía actual² , donde desde luego, no pasa inadvertido el sello dialéctico del "acto" aristotélico, como verdadera filosofía crítica ante la realidad, la cual al estar a la altura del desarrollo social y penetrar en los acontecimientos sociales a través de la práctica revolucionaria se convierte en el espíritu de la propia época, al expresar en sus categorías, como diría Marx, la savia más preciosa de su pueblo.

    El concepto de "filosofía actual" encierra la exigencia de una transformación de la filosofía clásica, que no debe limitarse a ser sólo interpretación. Sin embargo, semejante transformación es costosa y exige abandonar algunas de las categorías de la tradición filosófica, para construir una nueva racionalidad, donde la transformación del mundo sea una consecuencia necesaria de la teoría, que subyace en el fondo de los acontecimientos.

    Referencias.

    1.-Ilienkov, E.V.: Lógica dialéctica. Ensayo sobre historia y teoría.

    Editorial de Ciencias Sociales, La Habana 1987, p.50

    2. – Engels, Federico: Anti-Dühring. Cap. I Generalidades.

    Editorial Pueblo y Educación, p.35

    3.-Habermas, Jürgen: Teoría y praxis: Estudio de Filosofía Social.

    Editorial Tecno, México. P.27

    4.-Ibidem ————-: p.126

    5.-Ibidem————–: p.126

    6.-Marx, Carlos.: Tesis sobre Feuerbach (Contenida en La ideología Alemana)

    Edición Revolucionaria, La Habana 1966, p.634.

    7. Lukacs, G.: Historia y Conciencia de Clases

    Editorial Ciencias Sociales, La Habana 1970, pp.50-51

    8. Cornú, Augusto: Biografía de Carlos Marx y Federico Engels, en 4 tomos

    Tomo II, p.244, Editorial Ciencias Sociales, La Habana 1973

     

     

    Autor:

    Dr. C. Héctor Manuel Pupo Sintras

    Dr. C. Angel Luis Romero Romero

    Universidad de Holguín. Cuba.