Descargar

Prensa de la emancipación iberoamericana (página 2)


Partes: 1, 2

No deja de ser un tanto contradictorio si se compara con la parte inicial del impreso, más virulenta, el amistoso invite a una unión de intereses idénticos un cuanto al establecimiento de un feliz y libre gobierno: para los españoles independientes del yugo francés y para los americanos independientes de la influencia hispánica. Así, los destinatarios de la publicación no son solo las elites de criollos ilustrados, propietarios y concientes de la potencialidad de su mayor grado de participación política, sino también, y acaso con fines de divulgación propagandística en la Península, los españoles europeos que habitan en América.

Aunque las referencias a continuación pertenezcan a los Nº 6 y 7 del diario, considero importante su inclusión por lo reveladoras en cuanto a la cuestión social y a la particular coyuntura histórica que atraviesa el gobierno revolucionario debido a las querellas internas que para la fecha se agudizan provocando el menoscabo del movimiento antirrealista neogranadino.

En cuanto a primer asunto, la sexta Bagatela aborda el importante asunto de la movilidad social entre los habitantes vernáculos en comparación a los advenedizos europeos, cuya suerte es injustamente diferente por su sola procedencia. De esta manera, y mientras entre americanos los oficios se heredan, su autor puntualiza ´´ que los hijos del zapatero (…) que en España serían zapateros (…) aquí son Señores, y los verán colocados con el tiempo en los primeros puestos de la República ´´.

Lo que hace al segundo tema, es menester mencionar la pronunciada centralidad de Cundinamarca y más aun de su capital, Bogotá (donde estas publicaciones fueron impresas).Con Nariño en el ejecutivo de la república, hace secesión en su afán de imponer su supremacía al resto de las regiones, que con Torres a la cabeza se unen en federación desgarrando en su conjunto el programa insurreccional. A este respecto el Dictamen sobre el Gobierno de la Nueva Granada establece que ´´se vá a sacrificar el Reyno y nuestra libertad á la obstinación de querer mantener una multitud de soberanías (…) y que todos los obstáculos quedarían vencidos uniéndose unas Provincias á otras´´.

Tambien en este documento se hace patente el reconocimiento por parte de los diputados de la debilidad administrativa y militar del gobierno en tan precaria situación.

En torno a El Despertador Americano

El Nº 4 del Despertador Americano vio la luz a principios de 1811, en momentos álgidos del levantamiento de Hidalgo en Nueva España, que inicióse en la mestiza zona minera y agrícola de el Bajío. Si bien el movimiento fue de índole popular ya que tuvo mayoritariamente como adherentes a las castas indígenas que atravesaban una crisis de subsistencia y estaban agobiadas por los tributos debidos a los privilegiados mexicanos y españoles, el público del Despertador era el de grupos de criollos de extracción media y alta. Lo que motivó su publicación en Guadalajara (lugar emblemático que se constituiría como símbolo del recelo de los sectores propietarios por los desmanes allí cometidos por las turbas indígenas) fue el ánimo de exhortar a aquellos que militaban a favor de los realistas comandados por Flon y Callejas para que desistiesen de su empeño en colaborar con los europeos. El talante no es para nada violento y, como la cita a continuación lo demuestra, constituye un fraternal llamado a los americanos realistas: ´´ Vosotros Amados Hermanos, vosotros sois los únicos que perseverais en el torpe y ciego error de amparar á nuestros tiranos contra vuestros paisanos ´´.

El cura Hidalgo acaudilló un movimiento de claro sentido anti-peninsular, tanto en cuanto a los patrimonios como contra las personas; para esto apeló a sentimiento religioso de las masas en su reivindicación de la fe verdadera representada por la Virgen de Guadalupe – cabal representación del sincretismo religioso operado en Hispanoamérica – como a la figura del cautivo rey español en su legitimidad, algo que en sí es una contradicción. Atendiendo al carácter social y popular del catolicismo mexicano, entendemos la impugnación a los invasores franceses por apostasía. En este sentido es remarcable otra contradicción que se infiere de la lectura de esta fuente documental, a saber: la filiación al republicanismo norteamericano que es de base religiosa protestante.

La índole religiosa del llamado a le rebelión la notamos en la afirmación de que ´´ ha llegado el momento señalado por la Providencia para que recobremos nuestra natural libertad é independencia ´´. Por otro lado, el autor hace una advertencia sobre la fatal consecuencia que la guerra y la desunión entre americanos acarrea: esta es la destrucción del cristianismo en manos del impío José Bonaparte, visto como el oportunista usurpador del trono español que aprovechará tales circunstancias.

Se deduce tambien una candorosa opinión de que las potencias europeas coaligadas contra Francia reconocerían en el acto la independencia y soberanía novohispana: ´´ (los gachupines) vieron que las Potencias Marítimas de todo el mundo sostendrían nuestra independencia, como interesadas en comerciar directamente con nosotros, sin tener que pagar crecidos derechos á los revendedores gachupines ´´. Aunque la suposición sobre el aspecto comercial era razonable, Inglaterra, la más representativa de estas potencias y de seguro la que el autor tiene más en cuenta en su esperanza de obtener reconocimiento, tendría reservas durante más de diez años a tales fines, y solo lo haría en su temor al avance estadounidense.

Tambien hay cierta ingenuidad en la consideración de una unidad de intereses entre los sequaces de Hidalgo y los criollos.

Siguen comentarios acerca de la ilegitimidad de la acusación de herejía formulada contra Hidalgo y, más adelante comentarios sobre las injustas atribuciones y beneficios de los españoles en México, subrayando que ´´ al hambriento y andrajoso Indiano falta todo ´´.

En torno al Suplemento El Censor

Las opiniones que de El Censor se desprenden sobre la independencia y la soberanía, conceptos tácitamente incorporados a la noción de ´´libertad´´, su autor sostiene que ésta no es esclusividad ´´ de los pueblos del norte o del medio día ´´, en clara alusión a los Estados Unidos, Inglaterra y los países ibéricos.

Por otro lado, se informa sobre las oportunistas pretensiones portuguesas sobre el virreinato rioplatense, a la sazón presa de la inestabilidad política: para principios de 1812 la Junta de Buenos Aires había enfrentado disidencias interiores, un fuerte foco de oposición realista en Montevideo y sufre aun las consecuencias del revés de Huaqui que aceleraron su disolución y el descrédito del gobierno moderado de Saavedra: un Triunvirato había sido elegido en su ausencia mientras se fortalecían los elementos políticos más radicales.

Junto a la campaña anti-portuguesa que el diario impulsó (sabemos sin embargo de la declinación oficial de la Infanta Carlota a ejercer su potestad sobre estas tierras en 1809)

se interpreta la difusión de las corrientes jacobinas en consonancia con el clima político imperante. Tambien es notable la intencionalidad de persuadir a los criollos porteños a tomar las armas y enlistarse en las guarniciones cívicas por la causa anticolonialista, y si es menester con su peculio personal que colaboren por el bien y la independencia soberana de la patria.

Puesto que siguiendo a Annino podemos inferir que la justicia es atributo de la soberanía, se nota una fraternal consideración de comunión – tenida por justa por el autor – con aquellos que adhieran a la causa libertaria así como un fomento a la tolerancia con los ilustres hombres proscritos de sus naciones por cuestiones políticas, dejando en claro lo benéfica que ha resultado la presencia en los países que asilaron a quienes exhiben ´´ el cultivo de las letras y el ejercicio de comercio y las artes ´´. La referencia a la libre expresión, un valor liberal como aquel subrepticiamente expuesto sobre un comercio sin la opresiva injerencia del colonialismo hispánico, se constata en el ensalzamiento a la confrontación de opiniones que gozan las naciones más ilustradas.

En lo que atañe a la emancipación de los estados americanos y en particular al Río de la Plata, el autor del periódico se remite al ciclo de revoluciones europeas de las cuales la francesa es la mas característica por concientizar al mundo filosófico (y con esta expresión alude a las elites criollas ilustradas, con cargos en la administración e intereses económicos ganaderos y en torno al puerto, destinatarios intelectuales de esta producción periodística insurgente) sobre la inauguración de un ´´ período de regeneración universal ´´, dando así a entender la necesidad de los procesos de ruptura política a nivel continental, por lo cual el panamericanismo se traduce de la generalidad de estos escritos.

En este artículo la cuestión social es abordada desde una perspectiva partidista ya que en esta crítica coyuntura revolucionaria la neutralidad es considerada crimen de lesa patria – en una nítida polarización de la sociedad – y no solo los declarados enemigos de ésta son aborrecibles, sino tambien los indiferentes o desafectos espectadores, o sea aquellos que no toman positivamente partido por la causa patriótica.

Comentario acerca de los recursos literarios

La metáfora de la balanza es común a La Bagatela y El Censor, publicaciones que distan en cinco meses la una de la otra en espacios virreinales que, salvando distancias y particularidades, comparten el rasgo político de una espacio central o capital cuya autoridad es cuestionada por zonas interiores con Ayuntamientos o Cabildos. Estas instituciones responden por las áreas rurales circundantes en una pugna por las propias soberanías que elites asociadas a otros intereses económicos intentan sostener. Así, acaso no sea casual que en estos territorios proclives a la fragmentación, la inestabilidad que la multiplicidad de soberanías provoca en época que la unión frente al enemigo común urge, de como resultado un desequilibrio político crónico que la ley o la justicia, cristalizadas en sendas Constituciones, sea capaz de estabilizar. Cito:

´´ Nada importa mas a la prosperidad del estado como la recta administración de justicia: ella es una balanza cuyo fiel se inclina a una parte al mas leve impulso ´´. Y:

´´ El gobierno es como una balanza en el ayre: de cualquiera lado que se le eche un ligero peso, la balanza se inclina, y el equilibrio desaparece: solo la ley puede conservar este equilibrio ´´.

Conclusión

Debilitada aunque no erradicada de los distritos virreinales, la censura real fue ineficiente en su afán moral y político correctivo cuando su atención fue desviada por las preocupaciones que la presencia napoleónica le acarreó. Desde los albores del siglo e incluso antes, la insignificancia de su flota había promovido la constante presencia de navíos estadounidenses, ingleses, holandeses y franceses que junto a los artículos materiales de consumo traían sus producciones ideológicas nacionales, que suscitaron entre las elites criollas iberoamericanas el incentivo intelectual necesario para la inauguración de espacios modernos de sociabilidad que, como ha señalado F.X. Guerra, se plasmaron en selectos círculos de debate político, desde donde se combatieron las retrógradas explicaciones providencialistas que la escolástica tomista se empeñaba en transmitir, a la luz de la instructiva razón, aplicable a todos los asuntos.

Entre estos democráticos espacios de opinión donde todavía pervivían nociones asociadas a la secular religiosidad y al absolutismo regio, surge una prensa cuya principal motivación fue la difusión de las ideas republicanas, liberales, jusnaturalistas, utilitaristas, jacobinas (en fin, modernas) y la publicidad de nociones tendientes a la natural equiparación jurídica de los individuos, replanteando su relación con la autoridad estatal y cuestionando la legitimidad monárquica con razonables argumentos.

El periodismo insurgente (y tambien la prensa reaccionaria) respondió a los diversos grupos de interés que, con instancias intermedias o moderadas, se disputaban el poder. Para esto era requisito indispensable atraerse mediante estos procedimientos propagandísticos a los nuevos actores sociales – las elites de criollos con cada vez mas protagonismo en los asuntos políticos y económicos – quienes desde el inicio de la crisis imperial se venían replanteando su posicionamiento frente a la metrópoli en actitudes vacilantes y que, gracias a la irrupción de diarios, folletos y pasquines insurgentes, fueron tornándose mas radicales.

 

 

 

Autor:

Sebastián Sarlinga

Legajo Nº 72805 (Universidad Nacional del Comahue, Facultad de Humanidades, Neuquén, Argentina). Año 2007.

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente