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El sufrimiento y el deuteronomio


Partes: 1, 2, 3

    El Problema del sufrimiento visto a través de un análisis al Deuteronomio

    Introducción

    El propósito de este trabajo es examinar una porción de las Sagradas Escrituras a fin de que después de su análisis podamos extraer algunos elementos que permitan enfrentar un problema existencial. En este caso: el sufrimiento.

    En esta intención me limitaré a un aspecto de la Teología del A. T. a saber un análisis del libro de Deuteronomio. Desde un tiempo me preocupa la interpretación que tradicionalmente se hace sobre el esquema bendiciones-maldiciones y su aplicación en forma rígida en cuanto a obediencia o desobediencia a la ley.

    Al iniciar el estudio del libro de Deuteronomio lo haremos con la siguiente pregunta ¿Puede darnos el Deuteronomio, elementos para elaborar una respuesta ante el problema del sufrimiento? De la exégesis al pasaje Deut. 24: 5-22 y del posterior análisis a todo el libro, desprenderemos los elementos necesarios para elaborar una respuesta ante el problema que nos preocupa.

    No es la intención de este trabajo entrar en detalles sobre los múltiples ejemplos y facetas en que se plantea el sufrimiento, aunque en el capítulo cuarto exponemos algunos ejemplos bíblicos; sino que más bien nos centraremos en la idea de "desdicha" que bien trata la autora alemana Dorothy Sölle en su obra "El Sufrimiento". Según ella el sufrimiento debe ser entendido como la "desdicha" o la máxima expresión de la miseria humana, representada por miles de seres en situaciones desventajosas. Aunque ella en su obra utiliza el ejemplo de viet-mam, fácilmente es aplicable a nuestra realidad latinoamericana.

    Luego de realizado el análisis al Deuteronomio y encontrado los elementos, veremos como hacer una aplicación de las conclusiones, ante el problema existencial del sufrimiento.

    Por lo expuesto, el lector encontrará en el desarrollo de este trabajo los siguientes temas:

    • 1. Un capitulo que enumerará algunos ejemplos de religiones que han tratado el tema del sufrimiento; además de una serie de planteos sobre esta temática, terminando con una serie de planteamientos contemporáneos en la obra de Dorothy Sölle que lleva por título "El Sufrimiento". (Cap. I).

    • 2. Dos capítulos y un apéndice que nos hablaran directamente de la obra del Deuteronomio: una exegesis bíblica a Deut. 24: 5-22; un análisis de todo el libro y comparación con otras posturas veterotestamentarias. (Cap. II, Apéndice y Cap. III).

    • 3. Un capítulo de ejemplos bíblicos de sufrimientos. (Cap. IV).

    • 4. Un capítulo de alcances teológicos. Estos serán, los elementos, que se desprenderán del análisis al Deuteronomio. (Cap. V).

    • 5. Finalmente una aplicación de las conclusiones alcanzadas, para elaborar una respuesta al problema existencial que ahora nos preocupa: el sufrimiento.

    Es obvio e intencional que la información aquí reunida está destinada preferentemente a los laicos de nuestras iglesias, con el único fin de aportar elementos ante este problema tan frecuente en las congregaciones cristianas.

    CAPITULO PRIMERO

    El sufriente: problema de ayer y hoy

    El problema del sufrimiento no necesita ser demostrado; es evidente, su relevancia para las principales civilizaciones y culturas, especialmente, en el aspecto religioso.

    El presente trabajo, centrará su atención, en las teología del Antiguo Testamento. Sin embargo, se ha considerado necesario, efectuar una breve mirada con el fin de percatarse como ha sido enfrentado el sufrimiento en diversos sistemas religiosos.

    RELIGIONES HINDUES.

    Es común, tanto el Brahamanismo, como al Hinduismo, que el sufrimiento de todo ser humano es una consecuencia por haber obrado mal en un estado anterior de la existencia. El sufrimiento aparece aquí como una retribución merecida: "de esta disciplina se sigue la necesidad de la auto-renunciación" (1).

    El Budismo.

    Nace en la India, y luego se propaga a diversos países.

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    • (1) Sutcliffe E.J. "Dios y el Sufrimiento" Herder Barcelona

    1959. p 14

    En parte el Budismo al igual que la doctrina Brahmánica, comparten la idea que el mundo prevalece el sufrimiento. La doctrina Brahmánica hablaba de un alma individual que sólo conseguía verdadera existencia al unirse a un alma universal, con la correspondiente separación del cuerpo en el momento de la muerte. Pero en relación al Budismo, éste cree que el hombre no posee un alma, sino más bien el hombre es una serie de pensamientos, sentimientos y acciones. Por lo que el problema se agudiza al ver que la persona sufre, tal vez por una culpa que no conoce ni tiene conciencia de una existencia anterior.

    Mazdeísmo y Zoroastrismo.

    Según este sistema religioso existen dos poderes desde la eternidad. El poder del Bien y del Mal. (Ahura Mazda y Angra Mainyu).

    "Entre estos dos poderes existe un conflicto perpetuo. Ambos son creadores, y todo lo que es malo y nocivo en el mundo es obra del creador malo". (2)

    El sistema dualista explica así el porque del sufrimiento del ser humano y llama a unirse a las fuerzas que luchan contra el mal en la esperanza de que el bien prevalecerá.

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    • (2) Sutcliffe E.J. "Dios y el sufrimiento" Herder Barcelona

    1959 p. 20

    LOS EGIPCIOS.

    Los egipcios creían en el orden inalterable del mundo. Explicaban el sufrimiento diciendo que algunos hombres son afortunados y gozan de salud y vigor y otros no participan de estos beneficios. En ello, creían ver un orden en el universo: "Y como no hay nada que pueda perturbar el orden del universo, establecido desde el tiempo de la creación, los egipcios aceptaban con paciencia un destino que concebían inevitable". (3)

    Los castigos y premios eran situados en una vida, después de la muerte. La enfermedad era explicada como una actividad demoníaca o de malos espíritus.

    Es importante mencionar, que esto es solo un breve esbozo de la forma religiosa más antigua de los egipcios, ya que una civilización tan amplia ha incluido una serie de variantes en sus creencias.

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    • (3) Sutcliffe E.J. "Dios y el sufrimiento" Herder Barcelona

    1959 p. 21

    LOS GRIEGOS.

    Si en los egipcios es imposible dar en pocas palabras su sistema religioso ante el sufrimiento, en los griegos esto se hace cada vez más difícil. Por el hecho de no tener los griegos un sistema religioso oficial que regulara los asuntos de fe, quedaban tales inquietudes, abiertas a todo tipo de infiltración; aunque, nunca se perdió de vista el sistema de dioses del Olimpo: "aunque creían que los dioses castigaban los malas obras, ellos mismos no eran concebidos como superiores a la debilidad moral de los mortales". (4)

    Así los dioses infringían castigo a los mortales más bien por celos o por contienda, cuando alguno de estos querían usurpar el lugar de un dios. Esto ilustra, el conocido mito de prometeo.

    Surge en la religión y filosofía de los griegos el tema del sufrimiento inmerecido. Pero los grandes filósofos trataron de encontrar una explicación con la idea del valor educativo y moral del sufrimiento. Así dice Creso Ciro: "Mis sufrimientos, aunque desagradables, han resultado enseñanzas". (5)

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    • (4) Sutcliffe E.J. "Dios y el sufrimiento" Herder Barcelona p. 24

    • (5) Op. Cif. p. 28

    LOS ROMANOS.

    Su panteón era similar al de los griegos. Principalmente destacan el sufrimiento como una prueba y enseñanza. Es decir Dios es Bueno y prueba a los buenos. La prueba les endurece, les prepara: "considera todo genero de adversidad como una oportunidad de ejercitarse" (6).

    Para los romanos, es sufrimiento constituía entonces, una oportunidad para la virtud.

    LOS BABILONIOS.

    Tenían un panteón de dioses muy extenso. Las faltas morales acarrean la indignación y el desagrado de los dioses. El hombre religioso en Babilonia tenia que rogarles que aplacaran su ira, para que estos les libraran del sufrimiento.

    "Tan firme era la convicción de la relación que existía entre el sufrimiento y la transgresión, que un suplicante podía orar para que se apaciguase la divina ira, aun cuando estuviera proclamado la ignorancia acerca de cual dios o diosa pudiera haber ofendido" (7).

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    • (6) Sutcliffe E.J. "Dios y el sufrimiento" Herder Barcelona p. 29

    • (7) Op. Cit. pp. 40 – 41.

    EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.

    La literatura del Antiguo Testamento, es rica en describir situaciones de sufrimiento, ya que no intenta ocultar la verdadera tragedia del hombre.

    Aunque no se puede afirmar, que en el Antiguo Testamento se encuentre solo un tipo de pensamiento, se nos muestra una amplia gama de experiencias y situaciones de dolor.

    El Antiguo Testamento reconoce el dolor físico, moral y también el de carácter espiritual. Y es a este último, al que brinda más atención, especialmente con las preguntas:

    " ¿ Por qué sufren los justos ? ¿ Por qué prosperan los malos? " (GEN. (3:16); SALMO 102; SALMO 55; JEREMÍAS (15:18); SALMO (107:12,30). (8).

    Pero, el Antiguo Testamento, no responde de manera filosófica como muchos quisieran, pues, en ninguna parte se da una respuesta total y satisfactoria al razonar humano.

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    • (8) Von Allmen, "Vocabulario Bíblico" pp. 311 – 312.

    JOB Y EL PROBLEMA DEL SUFRIMIENTO DEL JUSTO.

    Job era un hombre rico que vivía en la tierra de Hus. Según la creencia de la época existía cierta relación entre la prosperidad y una vida virtuosa. Por lo que junto con decir, que era rico, se señalaba que era justo. (las posesiones materiales eran entendidas como un premio de Dios).

    En un consejo sostenido en el cielo, se habla que la virtud de Job era de carácter egoísta, y con la aprobación de Dios, le es quitada la prosperidad, pierde sus posesiones, hijos y amigos.

    Job reacciona diciendo: "Dios me lo dio, Dios me lo ha quitado; sea bendito el nombre de Dios". Demuestra así, su conformidad con la voluntad divina.

    Luego, todo su cuerpo siente el impacto de las heridas que le provocan una grave enfermedad; su propia mujer, al verlo en esas condiciones, le niega su apoyo moral. Rechaza la idea de quitarse la vida y reacciona completamente resignado diciendo: " ¿No recibimos de Dios los bienes? ¿Por qué no vamos a recibir también los males?".

    Tres amigos de Job, se proponen reanimarlo, pero al verle en una situación tan miserable, su previa compasión desapareció y se transformo en el duro convencimiento que se hallaban frente a un maldito de Dios. Esto, porque ellos compartían la idea que la prosperidad era el premio de Dios otorgaba a la virtud y los castigos eran causados por la maldad.

    A Job, le aumentaban los sufrimientos, no sólo sentía su piel pegada a los huesos sino que se agregaba el sufrimiento moral, de sentirse abandonado por los suyos.

    Luego, Job rompe su silencio para terminar con su heroica y paciente actitud y se lamenta que Dios le haya permitido nacer.

    Job, cuestiona a Dios, al romper su resignación, y en este sentido, está en camino de desconfiar de la voluntad divina. Sus amigos asumen la defensa de Dios y sus argumentos son: Dios actúa correctamente y Job necesariamente debía tener algún pecado. Solamente, si éste se arrepiente otra vez le ira bien. Job, (5:17).

    El sufrido varón, acept5a haber cometido pequeñas transgresiones, comunes a todo hombre, pero nada digno de semejante castigo. (Job sigue su argumentación dentro de la línea de la retribución).

    Considera falso los argumentos de sus amigos. El cree en el principio de la retribución, con el que Dios trata al hombre conforme a sus méritos o culpas, más éste no era su caso.

    En Job (27:2), acusa a Dios de tratarlo injustamente y es la etapa en la que no puede conciliar la sostenida creencia de la justicia divina y los horribles sufrimientos que él experimenta.

    Existe otro intento Teológico para defender a Dios y proviene de Eliú, quien no está conforme con sus compañeros, porque no han sabido convencer a Job de su culpa. Eliú busca otra interpretación, sostiene que los sufrimientos no son sólo castigos por algún pecado, sino que Dios también puede usarlo como algo medicinal o de manera pedagógica. Job (36:7, 12), (33:14, 28).

    Eliú cumple al hablar defendiendo a Dios y prepara el momento de la intervención de EL.

    Dios aparece, para terminar el debate, esperándose, que en esta parte del drama, Dios revelará el propósito que tuvo el consejo efectuado en el cielo.

    Pero, por lo visto, no pertenece al hombre conocer los secretos de los planes divinos, éste debe acatar el gobierno de Dios, por sobre todo. El discurso de Dios, es sólo para hablar de su poder y sabiduría.

    Job, termina sometiéndose, acata la omnipotencia de Dios, reconoce su escasa inteligencia, se retracta de sus manifestaciones y se muestra se muestra arrepentido de ellas. (9)

    LAS CONSECUENCIAS TEOLÓGICAS DE ESTE RELATO.

    El problema que se discute en el libro de Job, es la cuestión del sufrimiento del justo. Los amigos representan la opinión tradicional. (Sufrimiento = castigos por algún pecado); Job, sostiene que ese no es su caso.

    La doctrina sobre la responsabilidad y la retribución individual es muy destacada por Ezequiel, en el siglo VI A.C.

    El libro de Job, quiere afirmar que calamidades y sufrimientos no son, necesariamente, consecuencias de algún pecado. Aunque, no se sale del marco del principio de retribución, el libro pretende dar un paso, para mostrar otra faceta del sufrimiento; su carácter saludable, pedagógico. También destaca la disposición de Dios para perdonar.

    El principio de retribución está basado en que Dios es el guardián del orden moral y es justo gobernador del mundo por EL creado. La idea de una retribución después de la muerte, aún no estaba del todo desarrollada la que era situada en esta vida, de allí, que se les restituyesen todas sus propiedades a Job.

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    • (9) C.F. Sutcliffe E.F. "Verbum Dei" JOB pp. 104 – 107.

    En el libro de Job, no es mucho lo que se progresa, en cuanto a una interpretación del sufrimiento. De la retribución, se pasa a una actitud pedagógica, pero aún ésta tiene el trasfondo de la idea de la retribución.

    En el citado libro son ensalzados los atributos de Dios. Se contrasta el poder y la sabiduría de EL, ante la ignorancia e impotencia del hombre. El deber de éste es evitar el mal, obligación que se refleja claramente en el libro. El hombre debe conformarse ante la voluntad divina y admitir su gobierno. (10).

    Finalmente se debe manifestar, que obedece a una preocupación sapiencial, referida al orden moral; se desea ir más allá del marco puramente israelita. Por esta razón, pone a un hombre justo que no pertenece a la tribu de Israel.

    Considera las relaciones de Dios con el hombre más allá de las vinculaciones históricas del pueblo de Israel. Muestra un problema de tipo humano, en un plano universal, aunque, por otro lado, se debe reconocer, que no se abandonan las ideas básicas de la religión judía: Monoteísmo, Creación, Providencia Divina, etc. (11)

    EL DEUTERONOMIO.

    En nuestra apreciación de la literatura del Antiguo Testamento, no será posible considerar toda la amplia gama de manifestaciones e interpretaciones existentes. La preocupación de este trabajo, será esclarecer, si se ha interpretado bien al Deuteronomio, y a la vez determinar que elementos puede darnos este documento del Antiguo Testamento, para elaborar una interpretación teológica del sufrimiento.

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    • (10) C.F.Sutcliffe E..F. "Verbum Dei" JOB pp. 111 – 114

    • (11) CF. García Cordero, M. "Biblia Comentada", Profesores de Salamanca. pp. 20 – 24.

    Tradicionalmente, se ha considerado a este libro como rígido, intolerante e intransigente, en algunos de sus consejos para eliminar el mal. Además se cree que el sufrimiento es el resultado directo de la desobediencia a Dios. (12)

    Existen variadas limitaciones, que dan base a los lectores de la Biblia para aceptar el enunciado de la retribución.

    A través, de una breve análisis, se tratará de hacer un balance entre sus grandezas y limitaciones, a fin de obtener algunos elementos que permitan nuevas explicaciones teológicas, que vayan más allá de la resignación a que lleva la doctrina de la retribución.

    Previo al análisis del Deuteronomio, será necesario dar una mirada al desarrollo del problema de la Teodicea, como también a los recientes de una búsqueda destinada a encontrar una mejor interpretación al problema del sufrimiento.

    EL PROBLEMA DE LA TEODICEA.

    La Teodicea en sí, es el intento de responder al problema que plantea la siguiente interrogante: ¿Por qué si Dios es bueno y justo, permite el mal y el sufrimiento?.

    En medio del actual marco de desgracias, aun persiste la antigua pregunta: ¿Por qué sufren los justos?. No se nos escapa el sufrimiento de inocentes, y entre ellos, los niños. Personas sumidas en el sufrimiento, subsisten en él sin culpa y además, sin amparo ni protección. Hoy, más que nunca, esto constituye uno de los más duros golpes del argumento ateo, contra Dios.

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    • (12) CF. Cunlife, Jones H. "Deuteronomio", Comentarios Antorcha, Editorial La Aurora. 1960. pp. 15 – 35.

    En una época como la nuestra, cuya base está en la verificación empírica, tales argumentos se constituyen, para muchos, en prueba irrefutable,

    Sin embargo, es posible encontrar algunas respuestas a tales planteamientos. Una de ellas, han sido el Dualismo. Zaratustra, afirmaba que el bien y el mal son poderes divinos que están en mutua y constante lucha.

    Esta concepción base, a influido permanentemente en el pensamiento occidental, a través del gnosticismo y del maniqueísmos.

    Platón, reunió por primera vez, los diversos aspectos de los primitivos intentos de explicación de los problemas mencionados. Por ejemplo, el origen del mal, el Apeiron (Pitagóricos); o en la tensión del opuesto a la realidad (Heráclito); o por la causa de una ignorancia condicionada por el cuerpo (demócrito, Sócrates).

    Para Platón, Dios no es el autor del mal. Trata de quitar de la realidad al mal, condicionándolo cósmicamente (por la materia) o antropológicamente (por los efectos). De esta manera Platón convierte el mal y el sufrimiento en algo aparente.

    A pesar de que Platón, desea evitar el dualismo, solamente lo oculta. Posteriormente, el dualismo surgirá en el neoplatonismo, en los esquemas de emanación, en donde entiende al mal como un alejamiento progresivo de las cosas, respecto de su origen.

    En el judeo – cristianismo, el fundamento para el mal no está en lo cosmológico, sino, en lo histórico. Es la caída da del hombre lo que ofende al todopoderoso. El sufrimiento aparece como castigo y a la vez como prueba.

    En el cristianismo primitivo, se producen enfrentamientos, ante las siguientes inquietudes: ¿Dios quiere impedir el mal, pero no puede? (esto suprimiría su omnipotencia), o por otro lado, ¡puede, pero no quiere¡ (estaría en contraposición con su bondad, ¡o no quiere, ni puede o quiere y puede¡ (pero la realidad del mal, no haría juego con esto).

    Los esfuerzos de la primera patrística, para responder a la Teodicea, se condensan en una figura prominente para la historia del cristianismo: Agustín.

    Este se interroga: ¿Cómo a pesar del gobierno de Dios, reina tal perversidad en la existencia humana?

    En su controversia contra el maniqueísmos, niega que el mal tenga un ser propio: "todo lo que existe es bueno. El mal, por consiguiente, cuya esencia yo busco no es una substancia." El mal es visto aquí como una caída de la esencia y de la naturaleza, de su medida, de su tipo y de su orden; en una tendencia al no ser, una corrupción, una carencia o una privación.

    Con esto, se llega a un argumento sobre la esencia negativa del mal. Por esta misma razón entonces, el mal no puede existir sin el bien; sólo puede existir en el. Esto se traduce en un testimonio dialéctico en el ser: si el ser aniquilara totalmente la substancia buena de dicha naturaleza, se disolvería así misma en la nada.

    Agustín, no cierra los ojos ante el problema del dolor de los inocentes; lo interpreta como una purificación y como una solidaridad con el pecado original.

    En cuanto al mal físico, Agustín sostiene, que se debe a la limitación de las creaturas inferiores, como parte de una necesaria ordenación gradual.

    A través, de las argumentaciones de Agustín, podemos observar que existe entonces, una cierta voluntad permisiva de Dios. O sea, que a pesar que el mal es contrario ala voluntad Divina, sólo puede existir en torno al bien, y así, en medio de esa voluntad permisiva, Dios puede transformar el mal en bien.

    Esta opinión de Agustín, siguió siendo decisiva en el cristianismo a pesar de las opiniones de Escoto Erígena, la concepción de Abelardo o de Nicolás de Cusa.

    Por otro lado, Tomás de Aquino, sobreedifica en la doctrina agustiniana, con un rigor más bien lógico, basado en la escuela aristotélica, desarrollando más el concepto clave de la permisión.

    G.W. LEIBNIZ, introduce la palabra Teodicea en la terminología filosófica y teologal (Romanos 3: 4ss; Salmo 51:6).

    Este término, pasa a ser un titulo general para nominar los esfuerzos para dar una respuesta al problema del mal. En resumen, esta palabra trata de mostrar la difícil empresa de "la justificación de Dios", ante el foro de la razón humana.

    KANT, define a la Teodicea:"como la defensa de la sabiduría altísima del autor del mundo, contra la acusación que la razón levanta contra ella, fundada en los absurdos del mundo".

    Desde Leibniz, la Teodicea se convirtió en una parte explícita de la doctrina filosófica de Dios.

    Más tarde, fueron ampliamente difundidas las "teodiceas" y esto contribuyó, a que esta palabra, se usara en reemplazo de la Teología Natural.

    La Teología Protestante, ha enfatizado que quien debe justificarse no es Dios ante el hombre, sino el hombre ante Dios. Pero, no se excluyen los pensamientos básicos de la Teodicea cristiana, como por ejemplo, que Dios crea el bien mediante el mal.

    LO PERMANENTE EN LA TEODICEA.

    En los tiempos modernos, el problema de la Teodicea, queda en la alternativa del optimismo o del pesimismo. Para ambos, es común el supuesto; "El mal no puede impedirse".

    Para el optimismo, el mal viene dado en las estructuras internas del mundo, como condición necesaria de un todo con valor superior. Esto, plantea a la Teodicea desplazándose hacia una Cosmodicea.

    El pensamiento optimista, trata de sostener que el sufrimiento tiene que ver con un orden y sentido dentro del mundo. Para ello, deduce la importancia de la alarma significativa dolor. Más, al valorar el orden de este mundo, tanto filósofos como teólogos, fracasan, al decir, que éste es el mejor de los posibles.

    El pesimismo, por su parte, exagera el problema del mal y del sufrimiento, dándole un carácter absoluto; se otorga un sentido extremo, que hace del mal un principio universal negativo, o por otro lado, la concepción dualista que ve en el mal un segundo principio.

    Tal visualización pesimista abre camino a una visión trágica del mundo, como una opción ineludible, que marca el destino del ser humano.

    Tal asunto es básico: el mundo ha sido afectado por la caída; puesto que lo sano quedó desacreditado por el abuso pecador, la redención del pecado, sólo podrá realizarse y tener expresión, en la realidad contraria de lo no santo: en el dolor y en la muerte.

    Aparece, entonces, el misterio de la cruz de Cristo. El problema del pecado del hombre, se transforma en el misterio del amor de Dios. Así como el pecado, es el fundamento externo de la cruz, del mismo modo, la cruz es el fundamento interno de la permisión del pecado.

    Cristo tuvo que ser la revelación encarnada del amor de Dios, en tal forma, que EL haciéndose pecador y maldecido por el hombre, lo crea de nuevo desde el pecado, como una superación del mal, a través del amor paciente y redentor.

    La dimensión pecadora del mal es vencida, por el hecho de la cruz de Cristo. La realidad de Cristo, ha suprimido la realidad contraria del pecado, por cuanto, la ha superado.

    El optimismo cristiano que cree en el poder del amor de Dios, quiere con Cristo, no dejar de lado, ningún pesimismo experimental, sino, más bien, soportarlo activamente y transformarlo.

    Al plantear el problema de la Teodicea, no debe bastar una respuesta filosófica ni debemos conformarnos con apreciaciones de este carácter. Se requiere, además, del esfuerzo por una respuesta material, con mayor contenido. Se necesita, más bien, una respuesta teológica.

    En relación, al planteamiento de la cruz, no se debe olvidar, que la culpa se muestra siempre como aquello que debía ser. El amor no necesita de ella. La victoria del amor sobre la culpa, es el descubrimiento de su carácter nulo, contrario, absurdo, inoperante y sin sentido. De este modo, la culpa permanece con tal; lo malo, el mal es tomado siempre en su verdadera significación.

    El mal y el sufrimiento, se transforman en una pregunta permanente, ante la cual estaríamos errados buscando una respuesta de carácter teórica o filosófica. Se hace necesario, encontrar una respuesta en la experiencia.

    Sin embargo, todo dependerá del sentido de la experiencia, y no tanto, del grado de optimismo o de pesimismo frente al sufrimiento.

    El sufrimiento, (el mal) es un llamado a la acción y no a la explicación. Es decir, si la respuesta pertenece al resultado; nuestra respuesta, es entonces, compromiso en todo conocer y experimentar, pero, simultáneamente es la participación en una esperanza siempre activa.

    El problema del sufrimiento, es una cuestión que no queda del todo resuelta, permanece, especialmente, si cada ser humano descubre su cuota de culpa en el dolor del mundo, pero no en una actitud silenciosa, sino , transformado en un grito, en un lamento, en una llamada.

    La Teodicea, es un nuestros días, no un desafío al intelecto, sino, un desafío para la acción. Esta opción, a la que somos llamados, solo es posible, en la esperanza frente al mal, pero una esperanza activa y luchadora.

    "Hay situaciones, que no requieren ser respondidas, sino más bien vividas " (Guardini). Una de ellas es, inequívocadamente, el problema del sufrimiento, que se traduce par los cristianos en una problemática de Teodicea. (13)

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    • (13) CF. Kern, W., Splett J. "Sacramentum Mundi", Enciclopedia Teológica, Tomo 6, Palabra Teodicea, Edit. Herder, Barcelona. 1976.

    EL SUFRIMIENTO: INTENTOS Y BUSQUEDAS RECIENTES.

    Un aporte interesante, lo proporciona Dorothe Sölle, en un libro "El Sufrimiento", editado recientemente.

    Divide el problema del sufrimiento en dos partes: por un lado, trata de verificar las causas de éste y de su posible abolición, y por otro, ver el sentado del sufrimiento.

    "A quién no le preocupa la supresión de determinadas formas de sufrimiento, que todavía hoy afectan a los hombres, participará en el mantenimiento lucrativo de dichas situaciones acogiéndose a una ideología de aguante; su interpretación del sufrimiento será sádica, el que niega todo sentido del sufrimiento y coloca al individuo en el entramado socio – económico, que deberá dislocarse y volverse cínica". (14)

    La labor teológica cobra aquí gran importancia, para ampliar las fronteras del lenguaje evitando que el sufrimiento permanezca mudo, es decir, la tarea teológica seria estimular a actuar en la doble cuestión del sufrimiento.

    "…. Me parece tara de la teología –formalmente determinada el ampliar las fronteras de nuestro lenguaje." (15).

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    • (14) CF. Kern, W., Splett J. "Sacramentum Mundi", Enciclopedia Teológica, Tomo 6, Palabra Teodicea, Edit. Herder, Barcelona. 1976.

    • (15) Sölle, Dorothe. "Sufrimiento". Ediciones Sígueme. Salamanca 1978. p. 12.

    D. Sölle, ve el sufrimiento en tres dimensiones: física, psíquica y social. Pero, agrega también, una categoría a la cual llama "desdicha" y la menciona como a la máxima expresión de la miseria humna: 2La falta de solidaridad con las desdichadas se considera como lo más natural del mundo. Las gallinas se precipitan a picotazos sobre la gallina herida. Esto es un fenómeno tan mecánico como la gravedad. Encontramos natural, despreciar más o menos a los infelices…" (16)

    Otra cuestión sobresaliente, en el citado libro, es la descripción de las fases del sufrimiento. En ellas está la posibilidad que el cristiano aporte con elementos, para terminar con lo que tiene la posibilidad de ser abolido o transformar la desgracia en una fuerza. La primera fase puede llamarse mutismo. Se caracteriza por ser un sufrimiento mudo, sin expresión, aislado, sin objetivos claros, si hay quejas, estas son gemidos indescifrables, sin posibilidades de razonar sobre su situación, sumisión e importancia.

    Ante esta etapa, sostiene: "La efectividad totalmente reprimida en el trabajo, irrumpe en la descripción de los dolores y de las angustias". (17)

    Insiste en que debe mezclarse efectividad y racionalidad. "La familia del dolor mudo necesita algo más que el puro conocimiento racional." (18)

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    • (16) Sölle, D. "Sufrimiento". Ediciones Sígueme. Salamanca 1978. p. 14

    • (17) Sölle, D. "Sufrimiento". Ediciones Sígueme. Salamanca 1978. p. 79.

    • (18) Op Cit. P. 79.

    Se enfatiza entonces, la necesidad y la importancia, de dar expresión al sufrimiento mudo. Derrocar la frialdad y extremo individualismo del sufrimiento en esta primera etapa: "Si se parte del hecho de que la fase del dolor insensible es también normal en nuestra sociedad, entonces, no se puede desestimar la fase de la expresión y el sufrimiento no puede remediarse pasando inmediatamente a la acción." (19)

    Aquí resurge el lenguaje y cobra importancia toda forma de expresión: La liturgia, la poesía, el canto, etc. Todo esto podrá ser una ayuda para dar expresión a las quejas.

    A la segunda etapa, se le puede llamar: Etapa conciente o captación del sufrimiento. Aquí, tenemos otras características, como por ejemplo: aparece la queja, ya no en gemidos indescifrables, sino con la conciencia del que sabe que puede hablar.

    Aparecen a la vez, el lenguaje, la efectividad e intentos de comunicación. Surge la sensibilidad, tanto ante sus propios sufrimientos como ante el de otros, se puede razonar y a si también clasificar su experiencia. Surge la pasión, el deseo de luchar.

    Se vislumbra la posibilidad, que junto con dar expresión, se puede invitar a una aceptación del sufrimiento y a su superación. Señalemos que ésta es la etapa más peligrosa: "El lenguaje de la segunda fase empuja más allá de sí mismo, hacia el cambio… los contenidos del sufrimiento pueden ahora discutirse … Este mismo proceso es doloroso ya que aumenta primeramente el sufrimiento y descubre todos sus disimulos." (20)

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    • (19) Op Cit. P. 79.

    • (20) Sölle, D. "Sufrimiento". Ediciones Sígueme. Salamanca 1978. p. 78

    La tercera etapa, puede llamarse de organización y cambio. Se caracteriza por la disposición a la organización y el cambio, hay un lenguaje racional (que se entiende); hay sensibilidad transformada en solidaridad, hay conducta activa, y en cuanto al dolor del Hay una aceptación y superación de las impotencias, se distingue entre estructuras caducas y estructuras nuevas.

    Sölle dice: "creo que es imprescindible la fase de la lamentación, de la articulación, la fase de los salmos, para poder llegar a la tercera fase, en la cual es posible organizar la liberación y la ayuda de los desdichados." (21).

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    • (21) Sölle, D. "Sufrimiento". Ediciones Sígueme. Salamanca 1978. p. 80

    CAPITULO SEGUNDO

    ¿Por qué el deuteronomio?

    El problema del capitulo anterior, se traerá al terreno Bíblico, más específicamente al ámbito del Antiguo Testamento.

    Se ha elegido la corriente del pensamiento deuteronomista, por que tradicionalmente, se ha entendido como rígida en sus afirmaciones, maldiciones y bendiciones, y hasta el día de hoy, sigue ejerciendo una fuerte influencia en diversas iglesias cristianas.

    El propósito de este capitulo, es ver la diversidad de pensamientos que existen en la Biblia, y es así que no podemos tomar parcialidades de ella y eternizar una determinada interpretación. La pluralidad de pensamientos y corrientes es la que enriquece y da valor a la Biblia. Muy por el contrario ocurre, al tomar asuntos aislados, y darles un valor absoluto sobre los demás.

    Por tal razón, no se debe pensar por alto algo que es vital: la relación de las diversa fuentes que concurren antes de la aparición del deuteronomista e inmediatamente después, con una especial atención al contacto del deuteronomista y los profetas.

    Este análisis, será selectivo, ya que por espacio y tiempo no se podrán tratar todas las corrientes del pensamiento bíblico, como seria lo ideal, pero al menos, en este esfuerzo debe quedar demostrado el pluralismo bíblico.

    Es de suma importancia, ir a la Biblia y cotejar reflexiones, anticipaciones, asuntos históricos y teológicos, con situaciones actuales, que son las que en este trabajo tienen, una especial preocupación.

    "la situación de los episodios o personajes del Antiguo Testamento, nuclear en torno a cada uno, todo el periodo histórico al que pertenecen, de modo que no sólo surge la continuidad de la Historia Salvifica a nivel de episodios aislados, sino que a través de ellos, se urde la trama que enlaza cada etapa del plan redentor, percibimos su progreso, no por suma de elementos advenedizos, sino por crecimiento de lo que ya se encontraba en estado embrionario. Las anticipaciones del futuro, las reflexiones y relecturas del pasado y su cotejo con las situaciones presentes, son los movimientos de sístole y diástole, el ritmo de la historia bíblica en cuyo corazón nos vemos introducidos." (1)

    Una cuestión que debe quedar clara, es que no existe un Deuteronomio aislado, sino que surge en medio de otras tradiciones de pensamientos, elaboraciones teológicas, etc.

    Es así como es posible, hablar de fuentes o de tradiciones bíblicas. Estas tradiciones o fuentes, son el trabajo, generalmente de un grupo de personas y atribuidas a un autor de renombre. Es decir, el trabajo de varias personas es lo que ha contribuido a un común pensamiento, al que un redactor final ha puesto por escrito.

    De esta manera, puede apreciarse mejor el ambiente, no tanto libro por libro, sino a través de tradiciones que aparecen en muchos casos, yuxtapuestas. Ejemplo de esto, encontramos en Génesis (2:7) y (1:27). También en Génesis (6:5) y (6:12).

    Es así como, además del Deuteronomio, se pueden mencionar las grandes tradiciones, que aparecen ampliamente difundidas en el Antiguo Testamento:

    • Tradición Yavista, en que Dios es llamado Yahvé.

    • Tradición Elohista, que llama a Dios, preferentemente, Elohim, antes de la revelación del nombre divino en Sinaí.

    • Tradición Sacerdotal, que habla abundantemente del culto y del sacerdocio israelita.

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    • (1) Vicentini, J.I., en Presentación del libro "Historia de la Salvación", de CROATTO, J.S. Ed. Paulinas. B. Aires p. 6.

    • El Deuteronomio, que será objeto de nuestra atención y análisis preferencial.

    La costumbre, identifica en los ensayos bíblicos, a estas tradiciones, de la siguiente forma:

    – J – Tradición Yavista

    – E – Tradición Elohista

    – P – Tradición Sacerdotal

    – D – El Deuteronomio

    LA TRADICIÓN DEUTERONOMICA.

    E l libro del Deuteronomio, representa por sí solo, una tradición separada. Aunque solidariza en muchos aspectos con las otras tradiciones ya mencionadas, es en muchos de sus rasgos, original.

    Mientras que en las otras tradiciones se mezclan leyes y relatos, el Deuteronomio es una recopilación de leyes. más, a pesar de ser una tradición legislativa, nada tiene que ver con la sequedad de los códigos legales. Trata de convertir las prescripciones de la ley en un mensaje al ser humano (predicación). "Todo el libro está en segunda persona, el autor se dirige directamente a Israel (TU), o a los Israelitas (Vosotros) y da la razón de sus prescripciones." (2)

    El deuteronomista nos habla de diversos tremas, tales como:

    • del Dios de la Alianza, (4:39), (6:4) –

    • prohíbe las representaciones de Dios, (4:16-18) –

    • la elección de Israel, (4:32-34) –

    • el carácter gratuito de esta elección, (7: 7-8). (9: 4-5) –

    • Dios se compromete a derramar bendiciones materiales (7: 13-14), (28: 1-14) –

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    • (2) Homburg, K. , "Intruducao Ao Antiguo Testamento" Editora Sinodal, Brasil. 1976. p. 65.

    Por otra parte, también nos habla de la responsabilidad del hombre y la observación de los mandamientos (6: 5-9); del amor a Dios y de la fidelidad (10:12-15). Recuerda el hecho la salida de Egipto, como el beneficio-tipo de Dios, (6: 20, 21, 24) , (8: 2-6).

    Característica importante de esta tradición es el Culto Único. En el Código de la Alianza se permitían varios lugares para éste. Pero, a causa de los santuarios multiplicados, se corría el riesgo de imitar a otras religiones. Un solo culto, proclama el Deuteronomio, (12); así como existe un solo Dios. (12: 5-7).

    El amor al prójimo, como una profundidad social, es también un rasgo distintivo del Deuteronomio. Aunque, el prójimo es todavía el israelita y el extranjero habitante en la tierra, las limitaciones a este respecto, son comprendidas por el tiempo, en la tradición deuteronómica está el ambiente para una fraternidad más amplia.

    El término hermano es usado frecuentemente, mostrándonos el clima afectuoso que debe reinar. El amor al prójimo debe caracterizarse, según esta tradición, en una conducta social. (15:7, 8, 11), (15: 12-14), (24: 19-21), (23: 24-25) y (20: 5-8).

    La mayoría de los estudiosos, sitúan esta obra entre el reinado de Ezequías y el rey Josías. En tiempos de este ultimo, este libro fue encontrado en el templo. Gracias a el, se realizó una gran reforma, dirigida por el rey Josías. (3)

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    • (3) Courbillon J.G. , "Las Tradiciones Bíblicas", Ediciones Paulinas, Santiago. Chile. 1962. pp. 39 – 50.

    Reiteremos que diversas tradiciones recorren amplios trechos del Antiguo Testamento, no es posible detenerse en detalles, en cuanto a ellas, pero sirva esto para mostrar que cuando se ha escogido el Deuteronomio para el análisis de un determinado problema, se ha escogido una opción, entre otros círculos de pensamiento.

    Se han debido dejar fuera muchas otras cosas que debieran acompañar a esta información, pero lo vital, es mostrar el panorama en que se halla el libro que es objeto de nuestra atención.

    Partes: 1, 2, 3
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