b.. Trastorno de evitación: El niño evita de manera excesiva el contacto con personas desconocidas, lo que interfiere en sus relaciones sociales. Se acompaña de una intensificación del contacto con personas conocidas (familia y amigos íntimos). Son niños inseguros, tímidos, y poco asertivos (no dicen lo que realmente piensan o sienten).
c.. Trastorno por ansiedad excesiva: Es una preocupación injustificada provocada temor anticipatorio. Ocurre, por ejemplo, cuando el niño se preocupa angustiosamente por exámenes futuros, visitas al médico, cumplir con sus obligaciones, tener accidentes. Pueden aparecer trastornos del sueño y sensación de inquietud o tensión. Normalmente este trastorno se asocia a fobias específicas (fobia escolar, fobia social…).
d.. Trastorno por estrés postraumático: Es un trastorno debilitante que suele presentarse tras haber vivido un suceso aterrador, que hace que la persona tenga pensamientos y recuerdos persistentes y aterradores de la experiencia. En los niños generalmente se transforma en un trastorno crónico.
e.. Trastorno adaptativo: Es la dificultad de adaptarse a nuevas situaciones y suele llevar aparejado cambios de comportamiento. El niño cambia su pauta de actuación al producirse un cambio externo como la separación de los padres, un cambio de colegio, el traslado a un barrio diferente o incluso el cambio de actividad laboral de uno de los padres.Efectos Físicos:
Úlceras.
Dolores de cabeza.
Sarpullidos.
Dolores de espalda.
Malestares estomacales.
Fatiga, falta de aire.
Alteraciones de la presión arterial, tensión muscular.
Causas del stress infantil
La infancia es un período que se caracteriza por cambios y los niños deben hacer frente a los retos que suponen la superación de las transiciones de una etapa a otra. Son, precisamente, estos retos los que pueden convertirse en acontecimientos estresantes y poner en peligro el proceso normal evolutivo de un niño, desde el nacimiento hasta los 13 años, aproximadamente.
Junto a estos sucesos normales por los que pasan los niños, existen otros sucesos vitales que acontecen para numerosos niños (aunque no para todos), y otros que son realmente excepcionales.
Tanto los padres, profesionales de la salud y profesores, así como las personas que están presentes en las relaciones del niño, deben acercarse a la compresión del estrés en los niños, para tener un mejor panorama de la salud mental del niño en la familia, relaciones sociales y el funcionamiento escolar.
Para acercarnos al estrés en los niños, debemos estar alertas a cuatro aspectos muy importantes que nos orientarán tanto en la observación de los niños como en las formas de tratar de ayudarlos.
Como padres y maestros podemos indagar:
1. Los estresores que afectan al niño (¿qué eventos o estímulos están estresando al niño?)
2. La percepción del niño sobre los estresores (¿el niño cree que no podrá hacer frente a los estresores?, ¿qué piensa sobre la posibilidad de controlar lo que le sucede?).
3. El impacto del estrés sobre las áreas de funcionamiento del niño: desempeño escolar, relaciones sociales y familiares, salud física, interacción con iguales
4. El comportamiento que adopta el niño para ajustarse al estrés. (¿El niño estresado reacciona con comportamientos aleatorios?, ¿Qué tipo de patrón de conducta al estrés está adoptando el niño?)
Estos elementos deben ser considerados puntos clave para la investigación, la intervención terapéutica y la prevención. La observación del niño, sea por un especialista, profesor o padre de familia, debe estar orientada por estos cuatro puntos de referencia.
Como detectar si un niño padece de estrés infantil
Los niños pueden mostrar ciertos patones en sus reacciones frente a los estresores. Estas reacciones son intentos adaptativos para ajustarse a las demandas del ambiente estresante.
Los niños pueden mostrar, como mencionamos en un párrafo anterior, diferentes estilos de respuesta ante el estrés, reacciones que significan el uso de determinados mecanismos defensa inclusive desde la edad preescolar.
La principal fuente de estresores en la edad escolar se ubica en el contexto escolar. Esto lo demostró Madders (1987), quien identificó una relación de eventos estresantes escolares y extraescolares, después de observar una clase en el nivel primario:
Pérdida de algún padre (por fallecimiento o divorcio).
Orinarse en clase.
Perderse; ser dejado solo.
Ser molestado por niños mayores.
Ser el último en lograr algo.
Ser ridiculizado en clase.
Peleas entre los padres.
Mudarse a un nuevo colegio o salón.
Ir al dentista o al hospital.
Quices y exámenes.
Llevar a la casa un reporte negativo del colegio.
Romper o perder cosas.
Ser diferente (en algún aspecto).
Un nuevo bebé en la familia.
Hacer algo ante un público.
Llegar tarde al colegio.
(Chandler y Maurer, 1996)
Los juegos de video, los juegos de PC, la televisión pueden estar afectando el comportamiento de los niños en una forma significativa, el cuerpo responde a los estímulos visuales como si se tratara de "una alerta de peligro real" la cual es interpretada químicamente. El organismo libera una gran cantidad de adrenalina y cortisol, que son dos hormonas estimulantes a nivel nervioso, El exceso de estas dos hormonas en el cuerpo por un tiempo prolongado, hace que los huesos pierdan elementos vitales como el calcio, magnesio y el potasio. Un nivel elevado de cortisol a lo largo del tiempo hacen además que se aumenten los niveles de azúcar en la sangre e insulina, también que se aumente posteriormente el riesgo de colesterol alto.(Colbert,29.)
Los niveles crónicamente elevados de cortisol impiden el buen funcionamiento del sistema inmunológico, tienen repercusiones en la memorización y el aprendizaje ya que disminuyen las células cerebrales entre otras consecuencias.
Los niños y jóvenes que son expuestos a muchos estímulos como estos, llegan a desarrollar también pueden estar desarrollando mucho estrés y al llegar a ser adultos todas estas implicaciones llegan a ser fatales con el tiempo.
Si observa que los síntomas persisten, que afecta en el niño la parte académica, nota que los cambios emocionales son constantes y por mucho tiempo, es recomendable la asesoría profesional, ya que un estado de estrés que se prolonga por mucho tiempo puede conducir a un trastorno mas significativo incluso una depresión.
Que podemos hacer como padres para ayudar a nuestros hijos
Es recomendable observar si su hijo o hija presenta algunos Signos o señales que indican que un niño puede estar experimentando es estrés:
Dolor de cabeza
Resfriados frecuentes, tos sin flemas ,dolores de estomago.
Dolor de cuello, hombros o espalda,
Irritabilidad creciente, gritan mucho, hacen ruidos para llamar la atención.
Tristeza, llanto repentino sin un motivo aparente.
Pánico o enojo, miedo, ira
Estar más inquieto de lo normal
Problemas para relajarse o dormir, hablar de noche, pesadillas
Letargo o somnolencia durante el dia.
Exceso de energía, demasiada impulsividad.
Retroceso en las conductas madurativas( mojar la cama, defecarse en los pantalones si esta jugando etc.)
Hábitos nerviosos: comer en exceso en especial carbohidratos( galletas, dulces etc.)morderse las uñas, chupar dedo, masticar ropa u objetos (lápices)
tocarse frecuentemente sus partes intimas, incluso aparición de tics .
Problemas con sus compañeros, mala conducta en la clase
Bajo rendimiento escolar
Apretar los dientes en la noche,( rechinarlos)
Movimientos motores involuntarios
Apego a un miembro de la familia en forma excesiva.
Se notan aburridos, decaídos anímicamente.
Técnicas para ayudar a niños y niñas con estrés
10 consejos que podemos poner en practica
1. Contacto físico: los abrazos ayudan a los niños a relajarse y acrecentar su autoestima, caricias suaves, besos, mimos,
2. Escúchelos: pregúnteles cómo se sienten.
3. Aliéntelos: ayude a los niños a encontrar algo que hagan bien y dígales cuán orgulloso se encuentra de ellos.
4. Honestidad y apertura: hable a los niños y aliéntelos a expresar sus sentimientos alegría tristeza, enojo. Si son niños pequeños ni les es fácil reconocer sentimientos y expresarlos, muchos de ellos lo expresan atravez del dibujo, propicie espacios para ello.
5. Seguridad: trate de ser consistente, proporciónele actividades recreativas tanto dentro como fuera de casa.
6. Ejercicio físico: el ejercicio y las actividades al aire libre ayuda a quemar sentimientos estresantes, activan las endorfinas y proveen una sencacion de libertad.
7. Humor: ayuda al niño a ver el lado gracioso de las cosas. Juegue con el, hágale cosquillas por ejemplo,
8. Silencio: permita a los niños un tiempo para estar en tranquilidad y silencio.
9. Proporcione espacios de relajación: música suave, baños , juego con agua masaje infantil
10. Dieta balanceada: ayude a los niños a tener una dieta balanceada, tomar agua, consumir mas verduras o frutas, evitar muchos dulces y comida " Chatarra"
Enseñe a los niños a reconocer lo síntomas del estrés y los cambios que sienten en ellos mismos, por ejemplo: los latidos del corazón, sudoración de las palmas, respiración rápida, dolores de cabeza, resfriados, músculos tensos, sentimientos nerviosos y de pánico. Por las características de los niños pequeños, una de las mejores maneras de enseñarles a externar sentimientos es a través del juego. Los títeres pueden ser de mucha ayuda para que el niño exprese que siente sin sentirse " cohibido" a expresarlos como se sentirían tal vez con la presencia de un adulto. El arte es otra via de " escape" para esos sentimientos que el niño no puede expresar con las palabras, proporciónele materiales para que pinte, incluso para que molde( masa,harina, plasticina, arcilla).
Si el niño es de edad escolar, animelo a que escriba lo que piensa, lo que siente. Llevelo mediante preguntas dirigidas a encontrarse y ponerse en contacto con lo que están sintiendo. Permitale llorar si es necesario, reir incluso si esta enojado, puede sacar esa"ira" pegándole a un almohadón eso le ayudara a descargar la energía reprimida que siente.
Es importante que el niño tenga amigos y juegue, que se relacione y no pase el día ocupado en actividades extraescolares.
Concepción Etiens Cruzado señala que la prevención es difícil, e incluso existen muchos niños que presentan la sintomatología de estrés y no están diagnosticados ni tratados. Lo habitual -incide la experta- es recurrir al psicólogo cuando ya hay un trastorno claro que produce problemas al niño, la familia y el entorno escolar. Además, aclara que existen pruebas de diagnóstico de estrés infantil, aunque suelen realizarse cuando ya se sospecha su existencia, no de manera preventiva.
5. Una vez diagnosticado, ¿qué puede hacerse?
El problema no sólo lo aborda el psicólogo y el niño, toda la familia debe participar, ya que cuando las dificultades se presentan en la niñez "es necesario contar con los padres, tanto para entender lo que está viviendo y sufriendo su hijo, como para que puedan formar parte de la solución". Concepción Etiens coincide en que muchas veces la terapia con el niño debe combinarse con terapia de familia, en la que se da consejos los padres sobre cómo tratar al niño y qué exigirle. Asimismo, el psicólogo debe valorar el tipo de ansiedad y el grado de depresión que tiene el menor para poder actuar sobre los síntomas con diversas técnicas, que en este caso suelen ser: a.. Relajación b.. Auto instrucciones c.. Reestructuración cognitiva
Es necesario llegar a la causa del estrés y evaluar de qué modo interpreta el niño los problemas para poder darle soluciones.
evolución suele ser muy buena, y en pocas sesiones se consigue eliminar los síntomas y manejar las técnicas para prevenir el estrés.
En resumen
Es posible prevenir la aparición de este trastorno en los niños. Según los expertos "El mejor modo de evitar su aparición es dar al niño una vida afectiva equilibrada, guiándolo a canalizar sus emociones de una manera mas asertiva, buscando la ayuda en el tiempo oportuno"(Cueto.2006)
¿Cómo deben actuar los padres? ¿Y los niños?
Los padres pueden ayudar a sus hijos a controlar el estrés de la siguiente manera:
a.. Dando al niño un hogar seguro y pasando tiempo con él, ratos tranquilos y relajados. b.. Alentando al niño a hacer preguntas, así como a expresar sus inquietudes, preocupaciones y miedos. c.. Escuchando al niño sin criticarlo. d.. Construyendo los sentimientos de autoestima del menor, utilizando estímulos y afecto, y tratando de que se involucre en situaciones en las que pueda tener éxito. e.. Dialogando y conociendo qué situaciones estresan a su hijo. f.. Reconociendo los signos de estrés no resuelto en el niño. g.. Manteniendo al niño informado de los cambios que se van a producir en la familia, ya sean la llegada de otro hermano, un cambio de trabajo o un traslado de lugar de residencia. h.. Alentando al niño a hacer ejercicio. i.. Buscando ayuda o asesoramiento profesional cuando los signos no disminuyan ni desaparezcan normalmente.
Un niño puede controlar su estrés, enséñele como, guíelo para que exprese lo que siente, escúchelo.
Colaboración de Ariana Leiva Gutiérrez. Psicopedagoga
para enfoque a la Familia 2009.BBC- News
El daño que causa el estrés infantil |
El alto nivel de estrés podría dejar cicatrices físicas en el cerebro de los niños, revela un estudio. Específicamente, el estrés puede causar daños en el área cerebral relacionada a la memoria y las emociones. Los científicos de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, descubrieron que esa zona, el hipocampo, se había encogido en niños con Trastorno de Estrés Postraumático o PTSD, por sus siglas en inglés. EL PTSD es una condición que se origina tras haber sufrido u observado un acontecimiento altamente traumático, como un atentado, accidente o violencia, en el que está en riesgo la vida de personas. El estudio, que publica la revista Pediatrics, señala que un hipocampo debilitado podría obstaculizar la capacidad del niño para enfrentar el estrés y podría aumentar la ansiedad. La investigación también encontró en la sangre de los niños niveles más altos de la hormona del estrés, llamada cortisol. En estudios anteriores realizados en animales se ha demostrado que esta hormona destruye las células del hipocampo. Esto, dicen los científicos, puede crear un círculo vicioso en el que altos niveles de cortisona causan más daños en el hipocampo, lo que a su vez eleva la ansiedad. Los investigadores estadounidenses creen también que el daño frecuente al hipocampo podría prolongar los síntomas del estrés e interferir con la terapia de los niños. Estrés extremo Los científicos subrayan que no están hablando del estrés relacionado a la tarea escolar o a las peleas familiares. "Para provocar ese daño cerebral -afirma el estudio- el estrés debe ser extremo". "Son niños que sienten como si estuvieran sin poderse mover en medio de una calle mientras un camión se aproxima rápidamente hacia ellos", señalan. Los 15 niños estudiados por los investigadores sufrían de PTSD como resultado de abuso físico, emocional o sexual, o porque habían sido testigos de violencia o experimentado una separación o pérdida. Los científicos afirman que es importante entender por qué algunos niños parecen ser más fuertes frente al estrés que otros, así como cuáles son los efectos a largo plazo del estrés extremo. Se sabe ya que los genes y el medio ambiente de una persona juegan un papel importante. Y también se conoce que haber sufrido PTSD siendo niño aumenta los riesgos de depresión y ansiedad durante la adultez. Se calcula que una de cada 10 personas podría desarrollar PTSD en algún momento de su vida. Los expertos afirman que este estudio es sólo "la punta del iceberg" y ahora planean llevar a cabo más investigaciones para desarrollar terapias más efectivas e individualizadas para ayudar a los niños que sufren este trastorno. |
Artículo tomado de internet BBC- News.2008
Bibliografía
Colbert, Don. Emociones que Matan,2003. Enfoque a la Familia
www.Helt-net /Reactions to stress/feb.2008
Referencias
Alsop, P. & McCaffrey, T. (1993) How to cope with childhood stress: A practical guide for teachers. Essex: Logman.
Chung, H. (1995) Patterns of individual adjustment changes during middle school transition: A two-year longitudinal study. Disertación doctoral no publicada, Universidad de Rutgers.
Cramer, P. (1987) The development of defense mechanisms. Journal of Personality, 55(4), 597-614.
Cramer, P. & Block, J. (1998) Preschool antecedents of defense mechanism use in young adults: a longitudinal study. Journal of personality and Social Psychology, 74(1), 159-169.
Chandler, L. A. & Lundahl, W. T. (1983) Empirical classification of emotional adjustment reactions. American Journal Orthopsychiatric, 53(3), 460-467.
Chandler, L. A. & Shermis, M. D. (1986) Behavioral responses to stress: profile patterns of children. Journal of Clinical Psychology, 15(4), 317-322.
Autor:
Msc. Ariana Leiva Gutiérrez
Psicopedagoga
300 metros al norte de la Embajada Americana
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