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Utilidad de la acupuntura para el alivio del dolor en la fibromialgia de tronco y miembros superiores (página 6)


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De los miorrelajantes, sólo la ciclobenzaprina ha conseguido mejorías clínicas significativas, pero a los seis meses de tratamiento el placebo ha alcanzado las mismas cotas (Bennett y cols, 1988; Carette y cols, 1994). No existe evidencia que avale la eficacia del bromazepam y otros ansiolíticos o hipnóticos (Quijada-Carrera y cols, 1996). La combinación de los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) naproxeno o ibuprofeno con alprazolam produce una moderada reducción del dolor (Russell y cols, 1991; Yunus y cols, 1989). El paracetamol también consigue una mejoría moderada en los síntomas. Otros AINEs, los corticosteroides, el magnesio, la fototerapia o las infiltraciones de hidrocloruro de lidocaína no han resultado efectivas (Scudds y cols, 1995). (7)

Se ha analizado también la técnica denominada spray & stretch (Bennett y cols, 1996; Gelman y cols, 2002) o aplicación de un nebulizador de cloretilo con efectos analgésicos añadido al masaje local posterior de las zonas sensibles pero en combinación con otras técnicas y dentro de programas multidisciplinares, por lo que no conocemos su efecto aislado sobre el dolor. (7)

En los ensayos clínicos, la eficacia que algunas substancias han demostrado ha sido siempre a corto plazo, pero su efecto se pierde a partir de pocos meses. Sin embargo, en la práctica clínica (Gelman y cols, 2002; Hadhazy y cols, 2000), se observa cómo hay pacientes que responden de manera individual a los diferentes fármacos y cómo la mayoría de los pacientes consume habitualmente analgésicos y antiinflamatorios para el alivio temporal de los síntomas de dolor, por lo que finalmente en las consultas médicas se instaura un patrón de manejo farmacológico muy individualizado y variable en el tiempo en función de la evolución de los síntomas. (7)

Terapias naturales o alternativas Al no existir tratamientos farmacológicos suficientemente eficaces, la población afecta de fibromialgia es propensa a las terapias conocidas como alternativas (Wahner-Roedler y cols, 2005; Junyent y cols, 2005). Se ha comprobado, a partir de diseños preexperimentales y con pocas garantías metodológicas, la eficacia moderada de terapias de meditación, acupuntura o hipnoterapia sobre la fatiga, el sueño y la valoración subjetiva global o satisfacción general (Ebell y Beck, 2001; Calabozo, 1998; Haanen y cols, 1991). Goldenberg y cols, 1994, en estudio controlado no aleatorizado, consiguieron mejorar el bienestar general, el dolor, el sueño y la fatiga gracias a programas de meditación y relajación. (7)

Las técnicas de relajación no han sido específicamente estudiadas en ensayos clínicos controlados y aleatorizados, aunque sí como condición control. (7)

Algunos trabajos confirman la eficacia moderada a corto plazo de estas técnicas (Keel y cols, 1998; Martin y cols, 1996; Calabozo, 1998; Goldenberg, 1999; Hadhazy y cols, 2000).

(7)

Sin embargo, Thieme y cols, 2003, mostraron evidencia en contra de la combinación de relajación y programas de termoterapia, a partir de la cual los sujetos empeoraron en la intensidad del dolor, el malestar emocional y la interferencia producida por el trastorno en las actividades habituales. (7)

Algunas revisiones publicadas incluyen el masaje y la crioterapia o terapia de aplicación de hielo sobre los tejidos doloridos como terapias útiles en la reducción de los síntomas dolorosos (Offenbacher y Stucki, 2000). No existen ensayos clínicos más rigurosos que avalen la eficacia de este tipo de terapias alternativas. (7)

Biofeedback Otro grupo de terapias físicas giran en torno al biofeedback (BFB). Este tipo de tratamiento consiste en un entrenamiento en el control de determinadas funciones fisiológicas, muy asociadas a las respuestas de estrés y de tensión, mediante el conocimiento inmediato de estas funciones que tiene la persona a través de aparatos de monitorización. Las funciones más estudiadas han sido la frecuencia cardiaca, la frecuencia respiratoria, la tensión muscular y la actividad electrodermal. Aplicado al terreno de la fibromialgia, el BFB dota al paciente de capacidad de control y prevención del dolor (Hadhazy y cols, 2000; Offenbacher y Stucki, 2000). (7)

Un estudio de Ferracioli y cols, 1987, fue el precursor del uso de esta técnica terapéutica para la fibromialgia. Se entrenó a 15 pacientes en BFB electromiográfico. El 56% de la muestra consiguió beneficios clínicamente significativos sobre las alteraciones del sueño y la capacidad funcional. Los pacientes con alteraciones emocionales obtuvieron unos resultados menores. Un intento de ensayo controlado ciego reveló mejorías claras entre los que recibieron el entrenamiento activo en BFB respecto a los que recibieron el entrenamiento falso o placebo, aunque las muestras fueron muy pequeñas, compuestas por seis sujetos cada una. (7)

Sin embargo, un estudio aleatorizado y controlado con 119 sujetos puso a prueba el entrenamiento en relajación mediante BFB, entre otras modalidades de tratamiento (Buckelew y cols, 1998) y no ofreció mayores beneficios sobre la intensidad del dolor, la calidad del sueño, la capacidad funcional, la autoeficacia o los síntomas depresivos que la modalidad de educación sobre el trastorno o el placebo. Si esta técnica se aplicaba complementariamente a los programas de educación y entrenamiento físico entonces se conseguían los mejores resultados, aunque modestos, que se mantenían hasta dos añosdespués del fin del tratamiento. (7)

Drexler y cols, 2002, entrenaron en BFB electromiográfico a dos grupos, uno con perfil de alteración psicológica en MMPI y otro con perfil normal en MMPI y observaron que si bien 69 en ambos grupos mejoraron los síntomas, el dolor y la calidad de vida, sólo el grupo estable emocionalmente mantenía a medio plazo la reducción en número de puntos de dolor y el aumento de la vitalidad. Van Santen y su equipo, 2002, en cambio, no consiguieron mejorar mediante el BFB los resultados observados gracias al tratamiento médico habitual. (7)

Otro tipo de BFB que se ha mostrado efectivo ha sido el denominado estimulación dirigida por electroencefalografía (EEG-driven stimulation) o la modificación de las ondas electroencefalográficas a través de la estimulación por frecuencia lumínica (Mueller y cols, 2001). El método de entrenamiento necesitaba del registro de las ondas electroencefalográficas y su transformación a una frecuencia lumínica intermitente de color verde a través de unas gafas especiales. Los objetivos terapéuticos que el sujeto debía perseguir eran reducir la amplitud de las bandas de onda delta, theta y alfa al nivel de la actividad beta e incrementar la respuesta eléctrica en aquellos puntos donde se había detectado una exceso de actividad de onda lenta en respuesta a la estimulación lumínica.

(7)

Mejoraron la sintomatología psicopatológica, la calidad del sueño, el dolor y el uso de fármacos, a través de un diseño sin grupo control y que dedicó a los pacientes una media de tratamiento de 52 horas. (7)

Son necesarios más estudios controlados y aleatorizados que pongan a prueba laeficacia del BFB en los síntomas de la fibromialgia. Por los estudios publicados hasta la fecha, con escasa validez metodológica, el BFB se muestra eficaz si se compara con lista de espera o si se hacen comparaciones dentro de cada grupo entre la línea base y el final del tratamiento. Sin embargo, comparado con otras modalidades terapéuticas, como los formatos educativo-informativos o el tratamiento médico habitual, ofrece los mismos beneficios. (7)

Programas de actividad física Las modalidades de terapia física que más claramente han demostrado ser reductoras del dolor y de las alteraciones del sueño y restablecedoras de la calidad de vida, además de convertirse en el factor que mejor predice el buen curso del trastorno, son las terapias de actividad física como el acondicionamiento físico, la tonificación y estiramiento muscular y la flexibilidad articular, practicadas de forma regular (Goldenberg, 1999, 2004; Hadhazy y cols, 2000; Mannerkorpi, 2005; Sim y Adams, 2002). Su objetivo terapéutico es la reducción de las repercusiones del trastorno, como son el dolor, la fatiga, la pérdida de la forma física, las alteraciones del sueño, la debilidad muscular, la incapacidad funcional o física, la pérdida de energía y la limitación de las actividades sociales. (7)

McCain y cols, 1988, fueron de los primeros en demostrar la superioridad del entrenamiento cardiovascular sobre los simples ejercicios de flexibilidad articular en un grupo de 42 sujetos que recibieron 60 sesiones de entrenamiento durante cinco meses. (7)

Consiguieron mejorar la forma física, aumentar el umbral de sensibilidad al dolor y reducir el número de puntos fibromiálgicos. Gowans y cols, 1999, combinaron el entrenamiento físico con la educación en la fibromialgia y compararon los resultados con otro grupo en lista de espera que no recibió este tratamiento. A corto plazo, mejoraron tanto la resistencia cardiovascular como el bienestar, la fatiga y la autoeficacia. A medio plazo se perdieron algunos de los cambios conseguidos. También a corto plazo, Martin y cols, 1996,demostraron la mayor eficacia de un programa intensivo de seis semanas de ejercicioaeróbico, flexibilidad y estiramientos respecto a un programa de relajación. (7)

Richards y Scott, 2002, en uno de los pocos estudios de seguimiento a largo plazo, obtuvieron mejorías clínicamente significativas en el número de puntos, capacidad funcional y bienestar en una muestra amplia de sujetos que habían sido sometidos a un programa gradual de ejercicio aeróbico en contraste con un grupo que sólo recibió relajación. Estos resultados se mantuvieron un año después. El estudio de seguimiento más largo fue el dirigido por Wigers, 1996, que analizó hasta cuatro años después los cambios que habían ocurrido en tres muestras de pacientes con fibromialgia, una que recibió entrenamiento cardiovascular, otra que recibió técnicas psicológicas para el manejo del estrés y la tercera que recibió el tratamiento médico habitual. Concluyó que la práctica y el mantenimiento de actividad física diaria o moderada predijo un mejor curso del trastorno que la ausencia o práctica puntual de ejercicio o que el haber recibido las otras modalidades terapéuticas. (7)

Otros trabajos no apoyan la superioridad del entrenamiento cardiovascular sobre otros tratamientos que también hayan demostrado su eficacia. Rivera y cols, 2004, compararon un programa de estas características de ocho semanas de duración con una combinación de terapia cognitivo-conductual (TCC) y educación en el trastorno. Ambos programas consiguieron mejorías significativas en capacidad funcional y bienestar físico y emocional a corto plazo, pero estas ganancias desaparecieron un año después aun habiéndose mantenido regular el hábito de realizar ejercicio físico. (7)

La motivación y la adherencia al tratamiento son imprescindibles en este tipo de programas, por lo que Ramsay y cols, 2000, las pusieron a prueba en un estudio aleatorizado con 74 pacientes. Contrastaron los efectos de un programa de ejercicio aeróbico supervisado en grupo y de un programa de ejercicio en casa no supervisado y ninguno de los grupos operó mejorías significativas en ninguna de las variables. (7)

La mayor parte de los estudios revisados ofrecen evidencia empírica a favor del entrenamiento aeróbico o cardiovascular en la recuperación de los síntomas físicos y psicológicos de la fibromialgia. Sin embargo, es complicado conocer el efecto concreto de estas terapias físicas pues la intensidad y duración de los programas varía de un estudio a otro (Sim y Adams, 2002). Sí parece claro que los programas más intensivos son los más beneficiosos, que la actividad física es superior a las técnicas cognitivo-conductuales y que los cambios aparecen más rápidamente y en etapas más precoces que con otros tipos de tratamiento (Hadhazy y cols, 2000). (7)

+: Beneficio intragrupo o más eficaz que control, =: Sin efecto o igual de eficaz que control,

(7)

-: Perjuicio o menos eficaz que control, eca: Ensayos controlados y aleatorizados(7)

Terapias psicológicas Terapia cognitivo-conductual Salvo en el caso de la hipnoterapia (Haanen y cols, 1991), la práctica totalidad de los estudios que prueban la eficacia de los tratamientos psicológicos en los síntomas de la fibromialgia se concentran alrededor de dos grandes grupos: los formatos basados en la educación e información (EdI) referente a la fibromialgia y los formatos cognitivo- conductuales (TCC), consistentes en la modificación de hábitos, creencias y estrategias de afrontamiento. (7)

Los componentes de la TCC se han mostrado eficaces en la recuperación de otros tipos de dolor, como el lumbar, las cefaleas, el dolor de brazo y hombro y el dolor crónico. Con ella, los pacientes consiguen ganar control sobre el impacto del dolor y sobre el funcionamiento físico (Compas y cols, 1998; Mason y cols, 1997; Keefe y cols, 2001). En un trabajo de revisión sistemático y meta-análisis en relación a estudios controlados y aleatorizados de tratamiento de los trastornos de dolor crónico, Morley y cols, 1999, concluyeron que existe fuerte evidencia a favor de la eficacia de la terapia de conducta, la TCC o el BFB en la mejoría del dolor, el afrontamiento positivo del dolor y el funcionamiento social. (7)

Según el meta-análisis de Rossy y cols, 1999, en el tratamiento específico de la fibromialgia, la TCC fue la terapia que mayor eficacia mostró sobre el nivel de actividad, incluso por encima del tratamiento farmacológico único. (7)

Nicassio y cols, 1997, consiguió mejorías significativas en síntomas y conductas de dolor y en síntomas depresivos con un programa de TCC de diez semanas de duración, pero no hubo diferencias significativas con respecto a la condición control, consistente en un formato de EdI. La mejoría alcanzada se mantuvo durante seis meses. Thieme y cols, 2003, pusieron a prueba un programa, individual y en grupo, de modificación de conducta en un estudio controlado y aleatorizado de 61 pacientes con fibromialgia. El entrenamiento en cambio de hábitos tuvo como objetivo reducir el uso de la medicación, aumentar la actividad corporal, reducir la interferencia del dolor sobre el trabajo, ocio, actividades sociales y actividades familiares y mejorar las habilidades de relación interpersonal. Se realizó a diario durante cuatro horas y a lo largo de cinco semanas. Los sujetos que recibieron este tratamiento vieron reducida la intensidad del dolor, el malestar emocional y aumentaron su capacidad de control hasta quince meses después de finalizado el tratamiento. (7)

En otro estudio longitudinal a largo plazo, White y Nielson, 1995, observaron que la muestra que había recibido TCC en el tratamiento de la fibromialgia mantuvo las ganancias obtenidas en la capacidad de control del dolor treinta meses después. (7)

Educación e información En varias ocasiones, la información y educación en el síndrome forman parte de la condición control contra la que se comparan otras modalidades terapéuticas o se combina con esas otras modalidades (Buckelew y cols, 1998; Rivera y cols, 2004; Gowans y cols, 1999; Thieme y cols, 2003; Vlaeyen y cols, 1996). Los programas terapéuticos educativos o bien muestran efectos modestos en contraste con los efectos de la lista de espera, aunque estos cambios se pierden durante el seguimiento, según la revisión de ensayos aleatorizados y controlados de Sim y Adams, 2002, o bien muestran empeoramiento de las medidas de dolor (Buckelew y cols, 1998). Sin embargo, otras revisiones consideran que TCC y EdI actúan de forma similar y que la combinación de ambas produce efectos sinérgicos al mejorar los efectos de cada tratamiento por separado (Hadhazy y cols, 2000; Goldenberg, 1999; Calabozo, 1998). (7)

El único estudio con muestra de fibromialgia incluido en el meta-análisis de Morley y cols, 1999, que analizaba los efectos de la TCC en los trastornos de dolor crónico, admitido por sus cualidades metodológicas fue el de Vlaeyen y cols, 1996, un extenso y meticuloso trabajo que pretendió comprobar si la combinación entre TCC y EdI era más efectiva que simplemente el programa EdI y si ambas eran efectivas en comparación con sujetos con fibromialgia en lista de espera de recibir tratamiento. Ambas condiciones se complementaron con entrenamiento cardiovascular mediante natación o bicicleta estática. Los dos grupos de tratamiento activo mostraron diferencias significativas favorables en la capacidad de afrontamiento y control del dolor con respecto a la condición control de lista de espera. Sin embargo, y en contra de la hipótesis formulada, el programa TCC+EdI no obtuvo mejores resultados que la educación y la discusión en grupo de información relacionada con la fibromialgia. Algunas de las explicaciones manejadas por los autores son el hecho de que el mismo psicólogo dirigió ambos grupos y que en el grupo EdI se pudieron desarrollar algunos principios activos de cambio psicológico, difíciles de controlar, como el afrontamiento del dolor a través de la exposición a informaciones y estímulos temidos y evitados o como la influencia del apoyo social recibida en los formatos grupales. (7)

De igual forma que se ha apuntado en anteriores apartados, faltan estudios controlados y aleatorizados con muestras más grandes y con seguimientos más a largo plazo, entre los que haya mayor homogeneidad de los programas terapéuticos aplicados y de las medidas registradas, para poder conocer el verdadero efecto de las terapias cognitivas y conductuales sobre la fibromialgia. (7)

La fibromialgia, al estar constituida por una vasta heterogeneidad de síntomas que afectan a diferentes disciplinas de la salud y al existir múltiples y diversos factores predisponentes, necesita de un enfoque terapéutico integral, que influya sobre los diferentes sistemas implicados. (7)

Según el meta-análisis de Rossy y cols, 1999, los enfoques no farmacológicos han resultado más efectivos en la mejoría de los síntomas que los únicamente farmacológicos.

(7)

Por tanto, concluyeron que la intervención óptima sobre la fibromialgia debería incluir específicamente el ejercicio físico y la TCC, además de un manejo apropiado de la medicación para las alteraciones del sueño y los síntomas de dolor. El hecho de que ninguna de las numerosas modalidades de tratamiento publicadas haya conseguido la cura o remisión independientemente con suficiente consistencia y de que los porcentajes de mejoría fluctúen entre el 20 y el 50% en función de los subgrupos de pacientes, hace recomendar el uso del tratamiento multidisciplinar (TM). (7)

Diversos estudios no controlados han demostrado la eficacia de las terapias multidisciplinares o interdisciplinares. Nielson y Jensen, 2004, probó con 253 sujetos un programa individual de terapia física, terapia ocupacional y manejo de medicación opiácea o sedativa junto con un programa en grupo de TCC y EdI, intensivo y ambulatorio cinco días a la semana durante cuatro semanas, y lo comparó consigo mismo. Consiguió mejoría significativa en el control del dolor, la capacidad de afrontamiento y en el cambio de las creencias subyacentes, mejoras que perduraron seis meses. Collado y cols, 2001, consiguieron, en una muestra de pacientes con fibromialgia en situación de baja laboral, mejoría significativa del dolor, de la capacidad funcional y de los síntomas de ansiedad y depresión, además de la reincorporación al puesto de trabajo, gracias a un tratamiento intensivo diario durante cuatro semanas consistente en técnicas médicas para control del dolor, TCC, terapia física y terapia ocupacional. Bennett y cols, 1996, aplicaron con éxito un programa multidisciplinar, menos intensivo que el anterior, y lo siguieron durante dos años. El 70% de la muestra presentó dolor en menos de once puntos específicos al fin del tratamiento. (7)

Incluso el subgrupo de pacientes de fibromialgia con alteraciones psicológicas en el MMPI mejoró de forma significativa, aunque no tanto como el subgrupo mayoritario con perfil normal en MMPI. Worrel y cols, 2001, consiguieron mejoras de hasta un 70% en alguna de las medidas registradas gracias a un breve formato de TM intensivo de sólo un día y medio de duración. (7)

Mason y cols, 1997, Vlaeyen y cols, 1996, Gelman y cols, 2002, y Keel y cols, 1998, han ofrecido evidencia a favor del TM en la fibromialgia a partir de estudios controlados. La muestra del estudio de Vlaeyen y cols es la más extensa y ha mostrado efectos significativos moderados de la TM en relación a la lista de espera. En el estudio de Mason, se combinaron terapia física durante cuatro horas diarias –higiene postural, estiramientos, ejercicios aeróbicos, flexibilidad articular, aumento progresivo del ejercicio en bicicleta estática, masajes locales y aplicación de hielo, paseo- con TCC y un formato de EdI.

Si bien los resultados fueron buenos, los cambios conseguidos no se sostuvieron seis meses después del fin del tratamiento. La muestra era realmente pequeña, de 21 sujetos repartidos en ambas condiciones, igual que en el estudio de Keel, en el que una muestra de 27 sujetos es repartida aleatoriamente a TM y a condición control. Sólo se observaron cambios significativos en la reducción de la intensidad del dolor. (7)

Limitaciones de los estudios sobre tratamiento Las limitaciones de la mayoría de los ensayos clínicos sobre tratamientos revisados son su escasa potencia estadística, ya que se trata de tamaños de muestra pequeños, en muchos casos no aleatorizadas, que se comparan con listas de espera y no con tratamientos control o placebo, que no utilizan instrumentos de medida homogéneos entre sí y que realizan seguimientos a medio pero no a largo plazo. Por otro lado, las diferentes modalidades de tratamiento se contrastan entre sí o en bloque, como la TM, de tal forma que aunque algunas hayan recibido un claro respaldo empírico, como el entrenamiento físico, de otras no conocemos el tamaño de su efecto o si realmente son ingredientes válidos y eficaces. Se hace necesario, pues, el aislamiento o detección del efecto que cada uno de los componentes terapéuticos añade al montante global. (7)

Resultados

Caracterización de los pacientes objeto/sujeto de estudio al inicio del tratamiento. Los pacientes objeto/sujeto de estudio arriban a la Consulta de Medicina Natural y Tradicional para ser tratados y estudiados presentando las características expuestas en las tablas que se exponen a lo largo de este epígrafe.

Como punto de partida a los resultados de la presente investigación se obtiene en el análisis de los datos que existe claro predominio de la fibromialgia en mujeres.

Tabla No.1. Pacientes al iniciar el tratamiento. Sexos

Sexo

Cant.

Porcent.

Mujeres

68

81.93

Hombres

15

18.07

Total

83

100.00

Por otra parte se aprecia mayor incidencia de esta enfermedad en edades por encima de los 40 años enmarcándose entre los 40 y 49 años.

La media de edad de los pacientes participantes en la investigación es de 47.07 años con una desviación estándar de ± 8.413 años, mientras que la mediana se encontró en los 48 años, esto último indica que aproximadamente la mitad de los pacientes son menores de esta edad y la otra mitad mayor.

En lo que respecta a edades específicas se encuentra mayor incidencia en los 32, 46, 47, 48 años con 5 casos cada uno, moda, seguidos de 44, 45, 49, 50, 54, 56 y 58 años con 4 casos cada uno.

Tabla No.2. Pacientes al iniciar el tratamiento. Rango de edades

Rangos de Edad

Cant.

Porcent.

40 a 49

32

38.55

50 a 59

31

37.35

30 a 39

17

20.48

60

3

3.61

La afectación relacionando edades y sexos se muestra a continuación.

Tabla No.3. Pacientes al iniciar el tratamiento. Sexos y Edades

edu.red

Véase que en la distribución el sexo femenino tiene predominio de la enfermedad en el rango de edad de 50 a 59 años seguido de 40 a 49 años, cabe destacar que existen 16 féminas por encima de 45 años con esta patología.

La distribución de la ocupación en los pacientes incluidos en la investigación se muestra a continuación.

Tabla No.6. Pacientes al iniciar el tratamiento. Ocupaciones

Ocupación

Cantidad

%

Ocupación

Cantidad

%

Ayudante de Cocina

3

3.6

Deportista

2

2.4

Peluquera

1

1.2

Médico

2

2.4

Informático

3

3.6

Administrador

1

1.2

Ama de casa

10

12.0

Dependiente de Bodegas

5

6.0

Tarjadora

1

1.2

Enfermera

1

1.2

Contador

2

2.4

Recepcionista

3

3.6

Taxista

1

1.2

Cocinera

4

4.8

Auxiliar de Limpieza

2

2.4

Trabajador por Cuenta Propia

5

6.0

Economista

3

3.6

Cajera

1

1.2

Consultor

1

1.2

Secretaria

2

2.4

Juez

1

1.2

Dirigente

1

1.2

Ocupación

Cantidad

%

Ocupación

Cantidad

%

Locutora

1

1.2

Operario de Vectores

3

3.6

Albañil

1

1.2

Mecánico

2

2.4

Dependiente de Tiendas

3

3.6

Profesor

5

6.0

Almacenero

3

3.6

Pistero

1

1.2

Panadero

2

2.4

Obrera Agrícola

2

2.4

Asistente de Círculos Infantiles

1

1.2

Trabajador Social

4

4.8

Total

39

47.0

Total

44

53.0

Nótese que existe mayor incidencia de la enfermedad en las amas de casa.

En el análisis de los puntos gatillo (tender points) que mayor incidencia de respuesta positiva tienen al exámen físico antes del tratamiento se encuentran en ese orden la cervical inferior, supraespinosos y los trapecios en ambos sexos por encima de los 40 años.

Tabla No.4. Comportamiento de los puntos gatillos en los pacientes al iniciar el tratamiento

Inicio del Tratamiento

Puntos gatillo (Tender points)

Cant.

Porcent.

Cervical inferior

80

96.39

Supraespinosos

77

92.77

Trapecios

76

91.57

Occipucio

55

66.27

Epicóndilo lateral

25

30.12

Segunda costilla

23

27.71

Tal y como se aprecia a continuación las magnitudes del dolor fundamentales, determinadas mediante la Escala Analógica Visual (EVA), conque arriban los pacientes a la consulta para tratamiento son:

  • Moderado, grado 6

  • Leve, grado 4

  • Intenso, grado 7

  • Moderado, grado 5

  • Tabla No.5. Comportamiento de la magnitud del dolor en los pacientes al iniciar el tratamiento

    Inicio del Tratamiento

    Magnitud del dolor

    Cant.

    Porcent.

    Moderado 6

    26

    31.33

    Leve 4

    19

    22.89

    Intenso 7

    14

    16.87

    Moderado 5

    12

    14.46

    Intenso 8

    8

    9.64

    Agudísimo

    2

    2.41

    Insoportable

    2

    2.41

    Ninguno

    0

    0.00

    Mínimo 1

    0

    0.00

    Mínimo 2

    0

    0.00

    Leve 3

    0

    0.00

    De ahí que la categoría genérica de dolor moderado sea la de mayor incidencia en los pacientes sujetos a tratamiento.

    Tabla No.6. Comportamiento de la magnitud del dolor en los pacientes al iniciar el tratamiento

    Inicio del Tratamiento

    Magnitud del dolor

    Cant.

    Porcent.

    Moderado

    38

    45.78

    Intenso

    22

    26.51

    Leve

    19

    22.89

    Agudísimo

    2

    2.41

    Insoportable

    2

    2.41

    Ninguno

    0

    0.00

    Mínimo

    0

    0.00

    Por su parte la interferencia del dolor en las actividades de la vida diaria, Test de Oswestry modificado, oscila entre un grado de incapacidad mínima y moderada, siendo la primera la más influyente.

    Entre las respuestas más comunes al Test de Oswestry modificado se encuentran:

    Actividades de la vida cotidiana

    • Puedo hacer de todo solo y en forma normal, pero con dolor.

    • Las realizo en forma más lenta y cuidadosa por el dolor.

    • Ocasionalmente requiero ayuda.

    • Levantar objetos

      • Puedo levantar objetos pesados desde el suelo, pero con dolor.

      • No puedo levantar objetos pesados del suelo debido al dolor, pero sí cargar un objeto pesado desde una mayor altura.

      • Sólo puedo levantar desde el suelo objetos de peso mediano.

      Dormir

      • Ocasionalmente el dolor me altera el sueño.

      • Por el dolor no logro dormir más de 6 hrs. seguidas.

      Actividades sociales

      • Mi actividad es normal pero aumenta el dolor.

      • Mi dolor tiene poco impacto en mi actividad social, excepto aquellas más enérgicas

      Tabla No.7. Comportamiento de la interferencia del dolor en las actividades de la vida diaria de los pacientes al iniciar el tratamiento

      Inicio del Tratamiento

      Interferencia del dolor en las actividades de la vida diaria

      Cant.

      Porcent.

      Incapacidad Mínima

      62

      74.70

      Incapacidad Moderada

      19

      22.89

      Incapacidad Severa

      2

      2.41

      Incapacitado

      0

      0.00

      81 % a 100 %

      0

      0.00

      Al buscar la existencia o no de relaciones entre las variables objeto de la investigación con la fibromialgia antes del inicio del tratamiento así como la fortaleza o significancia y sentido de estas relaciones mediante los métodos estadísticos, incluyendo además el nivel de significación 0.01, declarados se obtiene lo siguiente:

      Relaciones lineales Fuertes y positivas, directas, entre las siguientes variables de la investigación antes del tratamiento:

      • Magnitud del dolor insoportable-Incapacidad severa

      Débiles y positivas, directas, entre las siguientes variables de la investigación antes del tratamiento:

      • Edad-Magnitud del dolor moderado

      • Sexo-Ocupación

        • Ocupación-Incapacidad severa

        • Ocupación-Magnitud del dolor insoportable

        • Magnitud del dolor leve-Incapacidad mínima

        • Incapacidad severa-Magnitud del dolor insoportable

        Fuertes y negativas, inversas, entre las siguientes variables de la investigación antes del tratamiento:

        • Magnitud del dolor moderado-Magnitud del dolor intenso

        • Incapacidad mínima-Incapacidad moderada

        Débiles y negativas, inversas, entre las siguientes variables de la investigación antes del tratamiento:

        • Edad-Magnitud del dolor intenso

        • Ocupación-Incapacidad mínima

        • Magnitud del dolor leve-Magnitud del dolor moderado

        • Magnitud del dolor leve-Magnitud del dolor intenso

        • Magnitud del dolor leve-Incapacidad moderada

        • Magnitud del dolor insoportable-Incapacidad mínima

        • Incapacidad mínima-Magnitud del dolor insoportable

        • Incapacidad mínima-Incapacidad severa

        El resto de las combinaciones entre las variables de la investigación presentan relaciones no lineales débiles que oscilan entre posivas y negativas, o no presentan relación.

        En las relaciones existentes entre las variables de la investigación presentadas anteriormente se aprecia que existen interacciones de toda índole entre la edad, sexo, ocupación con los puntos gatillos, magnitudes del dolor así como las incapacidades asociadas a estos datos debiéndose tomar en cuenta a la hora de tomar decisiones sobre conductas de tratamiento y valoraciones sobre grados de evolución de los pacientes.

        Ver Anexo E. Correlación entre las variables de la investigación al inicio del tratamiento.

        Hasta aquí cabe señalar como otras variables que inciden en el proceso de la investigación y son casi imposibles de controlar se tiene que el paciente sometido a la terapéutica acupuntural para el tratamiento de la fibromialgia puede encontrarse ingiriendo, paralelo al tratamiento y con desconocimiento de la investigadora, medicamentos de elección para la patología que se está tratando acupunturalmente, las otras que padece u otra de repentina o eventual aparición que también interactúen con el tratamiento acupuntural y tergiversen su real efecto.

        Caracterización de los pacientes objeto/sujeto de estudio al final del tratamiento.

        Los pacientes objeto/sujeto de estudio culminan el tratamiento y por ende el estudio en la Consulta de Medicina natural y Tradicional presentando las características expuestas en las tablas que se exponen a lo largo de este epígrafe.

        Como se aprecia en la siguiente tabla los puntos gatillo (tender points) al final del tratamiento presentan una reducción sustancial en ambos sexos, del 78.27 % respecto al inicio, siendo mayor en los pacientes demás de 40 años, lo que supone una mejor reacción de este grupo etáreo al tratamiento aplicado.

        Tabla No.10. Comportamiento de los puntos gatillos en los pacientes al finalizar el tratamiento

        Inicio del Tratamiento

        Fin del Tratamiento

        Puntos gatillos disminuidos

        Puntos gatillo

        Cant.

        Porcent.

        Cant.

        Porcent.

        Cant.

        Porcent.

        Trapecios

        76

        91,57

        12

        14.46

        64

        84.21

        Supraespinosos

        77

        92.77

        14

        16.87

        63

        81.82

        Cervical inferior

        80

        96.39

        29

        34.94

        51

        63.75

        Occipucio

        55

        66.27

        11

        13.25

        44

        80.00

        Epicóndilo lateral

        25

        30.12

        3

        3.61

        22

        88.00

        Segunda costilla

        23

        27.71

        4

        4.82

        19

        82.61

        Total

        336

        73

        263

        78.27

        Por su parte las magnitudes de dolor, determinadas mediante la Escala Analógica Visual (EVA), también varían de manera positiva para el paciente y tendientes al alivio comparados con su estado inicial.

        Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10
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