Descargar

Análisis de la sociedad argentina en la década de los 90´s desde una mirada sociológica

Partes: 1, 2

    1. Variación del desempleo, la pobreza y la desigualdad del ingreso en el periodo 1989-2001
    2. Cambios en las identidades colectivas durante la década del 90

    Variación del desempleo, la pobreza y la desigualdad del ingreso en el periodo 1989-2001

    El año 1989 se caracterizó por la emergencia de una crisis económica cuyo signo más visible fue una hiperinflación sin precedentes en la historia argentina (cercana al 5000 % anual). Esta crisis puede ser leída como el agotamiento definitivo del modelo de industrialización sustitutiva, caracterizado por una fuerte intervención del Estado en la economía. La hiperinflación fue provocada, entre otros factores, por la imposibilidad fiscal del Estado de hacer frente a las demandas de los grupos económicos concentrados y de los acreedores del Estado (surgidos como grupos de presión durante la última dictadura militar y consolidados a lo largo de los años 80). Al asumir el presidente Carlos Menem, comenzó a aplicar una serie de medidas de neto corte neoliberal que terminarían definitivamente con el modelo de industrialización sustitutiva, consolidando la transición hacia un nuevo modelo de acumulación, de "valorización financiera" (cuyo patrón de desarrollo está basado en las señales del mercado y en la entrada de capitales financieros externos en forma de inversiones privadas, créditos, etc.) Esto es, se pasó de un modelo con fuerte injerencia estatal y predominio del mercado interno, a otro caracterizado por la apertura comercial y financiera, la desregulación de los mercados, la desvinculación del Estado en procesos de producción y regulación económica, y la privatización de empresas estatales y servicios públicos (muchos de los cuales fueron entregados en condiciones oligopólicas, ante la urgente necesidad de financiamiento). Por último, se priorizó la estabilidad macroeconómica (control del déficit fiscal e inflación, y estabilidad del tipo de cambio).

    Este proceso requirió de una serie de reformas estructurales que dieran marco normativo al nuevo modelo y "deshicieran" a su vez el marco normativo (leyes, instituciones, funciones) del modelo anterior. Ejemplos de estas reformas fueron: la Ley de Emergencia Económica (1989) que suspendió los regímenes de promoción industrial y regional y las subvenciones a la exportación de manufacturas nacionales; la Ley de Reforma del Estado (que allanó el camino a las privatizaciones); la progresiva baja de aranceles a importaciones y exportaciones; y la instauración a partir de 1991 del régimen de Convertibilidad (que fijaba la paridad entre peso y dólar, pudiendo solo emitir pesos ante el respaldo de idéntica masa de dólares).

    Estas medidas, si bien permitieron retomar el crecimiento económico (al menos hasta 1998), no lograron eliminar las crisis cíclicas: de hecho, la apretura comercial y financiera y la renuncia a la adecuación del tipo de cambio hicieron al país muy dependiente de las condiciones externas de mercado. Pero, fundamentalmente, este nuevo modelo trae aparejada una "decadencia" en la estructura social:, la existencia de indicadores desfavorables como desigualdad en los ingresos, pobreza o desempleo, que en el modelo de industrialización sustitutiva se asociaban a situaciones de crisis (y, por lo tanto, transitorias), se transformaron en inherentes a la estructura del nuevo modelo: esto es, incluso durante períodos de crecimiento económico, el desempleo, la inequidad en los ingresos y la pobreza, se mantienen muy altos.

    La evolución del desempleo: advertimos que, luego de un ligero descenso hasta 1991-92 (asociado a la recuperación de la actividad económica luego de una larga recesión), la tasa de desempleo comienza a crecer año a año, alcanzando valores récord (17,3 % en 1996). Inclusive, el desempleo creció entre 1992 y 1994, período caracterizado por un fuerte crecimiento económico. Esta situación aparentemente paradójica se explica por los aumentos en la productividad del trabajo asalariado (sobre todo en el sector manufacturero, pero también en los servicios). En cuanto a la industria manufacturera, ésta pierde participación en el PBI global entre 1993 y 1999; además, se observa una mayor preponderancia al crecimiento en los sectores vinculados a ventajas naturales comparativas o a regímenes de protección especial (un puñado de ramas con poca vinculación con el resto del tejido industrial, en manos de un reducido grupo de grandes empresas y con escasa generación de valor agregado y puestos de trabajo). Este fenómeno se vio acompañado por el cierre de numerosas PYMES ante la incapacidad de hacer frente al atraso cambiario y la apertura comercial (situación agravada luego de que la crisis del 94 impusiera restricciones al financiamiento). De esta manera, el sector que durante el modelo de industrialización sustitutiva había sido el dinamizador y principal generador de empleos, se convirtió en expulsor de mano de obra, se simplificó y perdió vinculación con el resto de la trama económica..

    Partes: 1, 2
    Página siguiente