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Implementación de las tecnologías para Producciones Más Limpias


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Materiales y métodos
  4. Resultados y discusión
  5. Evolución histórica de las Producciones Más Limpias
  6. Incentivos para la implementación de Producciones Más Limpias
  7. Dificultades para la implementación de las Producciones Más Limpias
  8. Producción Más Limpia, Tecnología y Gestión
  9. Conclusión
  10. Referencias bibliográficas

Resumen

La Producción Más Limpia no niega el crecimiento económico, insiste simplemente en que este sea ambientalmente sostenible. No debe ser considerada solamente como una estrategia ambiental, ya que también está relacionada con las consideraciones económicas. La aplicación de prácticas de Producción Más Limpia conduce a la producción de bienes y servicios con el óptimo uso de los recursos naturales y materiales bajo los actuales límites tecnológicos y económicos. Cada acción que se realice con el fin de reducir el consumo de materias primas, agua y energía y para prevenir o reducir la generación de residuos, puede aumentar la productividad y traer ventajas económicas a la empresa. La Producción Más Limpia es una estrategia de "ganar- ganar", con su aplicación se protege el medioambiente, al consumidor y al trabajador, mientras que mejora la eficiencia industrial y eleva la competitividad. Es una filosofía de mirar hacia delante, "anticipar y prevenir".

PALABRAS CLAVES: Tecnología; Producciones Más Limpias; Eficiencia empresarial

Introducción

El desarrollo industrial tuvo lugar en un marco económico y social en que los problemas ambientales raramente se tenían en cuenta. Las razones que lo explican son diversas: en un mundo menos poblado había otros factores de supervivencia más importantes; se desconocía la relación que existe entre polución y salud; los primeros conflictos tenían carácter local y podían resolverse también localmente, sin necesidad de parar las actividades; y también porque desde el inicio de la revolución industrial siempre se consideró que el beneficio que se obtenía de la industria era netamente superior a los inconvenientes que podía ocasionar.

Por mucho tiempo se ha visto como un ideal el hecho de que la producción de bienes y servicios no tenga una producción simultánea de residuos y desechos, pero no es algo que los planificadores tomen muy en serio. Siempre se consideró la idea como antieconómica y existía suficiente espacio disponible donde depositar los materiales no deseables.

Esta situación empezó a cambiar cuando la industrialización se hizo masiva y los problemas ambientales fueron mucho más evidentes al producirse los impactos dentro del perímetro de las aglomeraciones urbanas. Con el paso del tiempo, se ha tomado conciencia, paulatinamente, de la presión que ejerce la contaminación sobre los recursos naturales y la salud (Martínez et al, 2005; Fernández, 2008).

Los grandes grupos económicos, después de algunos accidentes singulares y espectaculares, como los de Bophal y el del petrolero Exxon Valdez reaccionaron conjuntamente y asumieron que nadie estaba exento de tales peligros. Además de las vidas humanas y el ecoambiente, estaban en juego sus responsabilidades penales y civiles y la imagen del grupo. Para las medianas y pequeñas empresas (las PYMES), la cosa no es tan simple. Un cambio siempre introduce incertidumbre hasta que la nueva situación no está completamente asimilada por la empresa. Solamente las empresas que se encuentran en condiciones favorables (buena tecnología y buena gestión en un mercado apropiado) pueden afrontar positivamente, e incluso sacar ventaja de la nueva situación (Ochoa, 2007).

Cálculos sencillos del valor mercantil de los químicos que se han vertido en los desagües, apoyan la idea que tanto han sostenido los ecologistas sobre el hecho de que las emisiones, las aguas residuales y otros residuos, aparte de ser contaminantes, son un recurso no aprovechable. De pronto, la minimización de desechos, la prevención de la contaminación, y el reciclaje están presentes en las actividades cotidianas. En otras palabras, por fin se está razonando de manera más seria en producir sin desperdicios. Ya se piensa en una producción más limpia.

Este cambio de actitud se volvió más evidente durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) en 1992. En la Agenda 21, la CNUMAD le dio prioridad a la introducción de los métodos de producción más limpia y a las tecnologías de prevención y reciclaje, con el fin de alcanzar un desarrollo sostenible. Esta prioridad se enfatizó en los Capítulos 20, 22 y 30 de la Agenda 21(Hoyt, 2000; INTI, 2002; CITMA, 2002; Yassi et al, 2002; Ochoa, 2007; Fernández, 2008).

En el artículo se aborda precisamente la utilidad de dichas tecnologías para el logro de una adecuada eficiencia empresarial.

Materiales y métodos

Métodos teóricos:

Histórico – Lógico: Se aplica con el objetivo de estudiar la evolución del concepto de Producción Más Limpias y las tecnologías asociadas a ellas. Para valorar los factores que han condicionado el estado actual del empleo de las tecnologías para las Producciones Más Limpias y su efecto en la eficiencia empresarial.

Sistémico: Se utiliza para obtener una visión sistémica de la empresa y la determinación del papel de las tecnologías para las Producciones Más Limpias.

Resultados y discusión

Producciones Más Limpias: el concepto

El concepto de Producciones Más Limpias, fue lanzado por vez primera en el año 1989, por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), quien ha actuado como su promotor y ha incidido en la divulgación de la información relacionada con este tema. Así, en el año 1994, surge el Programa Internacional de Producciones Más Limpias creado bajo la iniciativa conjunta del PNUMA y el ONUDI, con el objetivo de desarrollar capacidades nacionales en Producciones Más Limpias y fomentar el desarrollo industrial sostenible en países subdesarrollados.

En 1998 el PNUMA lanza la Declaración Internacional de Producciones Más Limpias, firmada por un importante número de países, organizaciones empresariales e instituciones de todo el mundo.

El PNUMA define la Producción Más Limpia como: « […] aplicación continua de una estrategia integrada de prevención a los procesos, productos y servicios, para aumentar la eficiencia y reducirlos riesgos a la vida humana y al medio ambiente».

Este concepto fue definido sobre la base de cuatro criterios:

  • puesta en práctica de una estrategia ambiental preventiva;

  • conservación de materias primas y energía, la eliminación de los materiales tóxicos, y la reducción de la cantidad y toxicidad de todas las emisiones y residuos antes de que se concluya el proceso productivo;

  • reducción de los impactos en todo el ciclo de vida del producto, es decir desde que se extraen las materias primas hasta su destino final;

  • así como la constante aplicación de conocimientos, mejoramiento de la tecnología y cambio de actitudes.

La Producción Más Limpia está dirigida fundamentalmente a evitar la generación de residuos y emisiones y a disminuir el consumo de materias primas, materiales auxiliares, agua y energía para contribuir así a la elevación del desempeño ambiental y económico de una organización (Rivera et al, 2002; Martínez et al 2005; Ochoa, 2007).

Producciones Más Limpias según Castillo (2004) y Ochoa (2007), significa:

Para los procesos de producción:

  • Ahorro de materias primas, agua y energía.

  • Eliminación de materiales tóxicos.

  • Reducción en cantidad y toxicidad de residuos y emisiones.

Para el diseño y desarrollo de productos

  • Reducción de impactos negativos a lo largo del ciclo de vida del producto: desde la extracción de la materia prima hasta su disposición final.

Para los servicios

  • Incorporación de consideraciones ambientales en el diseño y entrega de los servicios.

Los beneficios de las Producciones Más Limpias se centran según Rivera et al (2002) y Ochoa (2007) en:

Para la empresa

  • Incrementa sus beneficios económicos.

  • Posibilita el acceso a nuevos mercados.

  • Reduce el riesgo de sanciones de la autoridad ambiental.

  • Permite la incorporación del concepto de mejoramiento continuo.

  • Mejora el control de los costos y la satisfacción de criterios de inversión.

Para los clientes

  • Muestra mayor confianza con una gestión de la calidad y ambiental demostrable.

  • Incrementa la sustentabilidad del producto y su aceptación por el cliente.

  • Aumento de la vida útil del producto.

  • Mayores cuidados en la disposición final del producto.

  • Existe un estímulo para que la empresa piense más en el cliente y reduce el riesgo de esta de no satisfacer a sus clientes.

Para el medio ambiente

  • Uso racional de materias primas y otros insumos.

  • Conservación de los recursos naturales.

  • Disminución y control de los contaminantes

  • Armonización de las actividades con el ecosistema.

Para llevar a cabo un buen programa de Producciones Más Limpias es necesario la participación de todos los actores y niveles de la organización: consejo de dirección y los trabajadores. La dirección aprueba el programa y es la máxima responsable que este se ejecute adecuadamente. (GTZ, 2004; Ochoa, 2007).

Para este objetivo es necesario que participen representantes de las diferentes áreas. En dependencia de la complejidad del proceso, un grupo puede estar formado por:

  • El coordinador ambiental.

  • El responsable de seguridad y salud laboral.

  • Un especialista de la dirección técnica (tecnólogo preferiblemente).

  • Un especialista del área de mantenimiento.

  • Un especialista de la dirección de investigación y desarrollo.

  • Un operador de cada área con amplia experiencia en el proceso.

  • Un especialista del área de contabilidad y economía

  • El comprador de la empresa.

De forma general, la Producción más Limpia es un término general que describe un enfoque de medidas preventivas para la actividad industrial. Este se aplica de igual manera al sector de servicio, a los sistemas de transporte y a la agricultura. No se trata de una definición legal ni científica que pueda ser sometida a exámenes minuciosos, análisis o disputas sin sentido.

Es un término muy amplio que abarca lo que algunos países llaman minimización de desechos, elución de desechos, prevención de contaminación y otros nombres parecidos, pero también incluye algo más.

La Producción Más Limpia hace referencia a una mentalidad que enfatiza la producción de nuestros bienes y servicios con el mínimo impacto ambiental bajo la tecnología actual y límites económicos. Reconoce que la producción no puede ser absolutamente limpia. La realidad práctica asegura que habrá residuos de algún tipo, de varios procesos y productos obsoletos. Sin embargo, podemos y debemos, esforzarnos para hacer las cosas mejor que en el pasado, si es que queremos que nuestro planeta siga siendo habitable.

La Producción Más Limpia no desconoce el progreso, sólo insiste en que el crecimiento es ecológicamente sostenible en un periodo más largo que aquél que han estado utilizando los economistas. También es importante tener una visión más clara de lo que no es la producción más limpia. Algunos conceptos erróneos populares como que el reciclaje y el tratamiento de efluentes constituyen en sí una producción más limpia, deben refutarse constantemente, puesto que muchos intereses establecidos tratan de reclasificar los programas existentes bajo un nuevo título más popular (Van Berkel, 2000; Orcés et al, 2004; Jaramillo et al, 2006 y Ochoa, 2007).

Evolución histórica de las Producciones Más Limpias

Desde hace años, algunas empresas están llevando a cabo programas de reducción de la contaminación tanto por razones económicas, como para recuperar su imagen. Al principio, la presión externa para controlar los residuos industriales se concentró en los efluentes biológicos de cervecerías, destilerías, tenerías y lavado de lanas por el riesgo sanitario y las molestias que representaban para la población. Sin embargo, ya las primeras normas de legislación ambiental impulsaban los tratamientos antes que la reducción de la contaminación. Esta política ambiental se mantuvo durante muchos años.

Los precedentes más inmediatos de las Producciones Más Limpias son la minimización de residuos y la prevención de la polución, con los cuales tiene muchos puntos en común. Sin embargo, desde los inicios de la revolución industrial se pueden encontrar antecedentes por motivos simplemente económicos. Siempre han existido industriales que han tenido claro que reducción de desechos y mejora de los rendimientos económicos suelen ir asociados.

La industria del hierro y el acero, una de las primeras desarrolladas con la industrialización, ofrece diversos ejemplos de reducción de residuos, tales como la recuperación del polvo y la reutilización de la chatarra. Estos avances se consiguieron en asociación con la introducción de nuevas tecnologías de hornos. El horno Siemens, desarrollado en 1857, recuperaba calor residual y lo reutilizaba para precalentar aire, ahorrando combustible y el costo correspondiente (INHEM, 1992; INE, 1999; CITMA, 2005; Colectivo de Autores, 2010).

Pero el impulso definitivo a las Producciones Más Limpias se han debido principalmente a la promulgación de una creciente legislación destinada a detener el proceso de degradación ambiental y la desventaja económica que representa utilizar solamente procesos de tratamiento, los que desde el punto de vista de su preferencia respecto al impacto ambiental que provocan, se jerarquizan como sigue:

• Reducción en el origen como la forma más deseable de gestión

• Reciclado y reutilización

• Tratamiento

• Acudir al depósito controlado, solo si no hay más remedio

Mientras tanto que la industria es la que al final debe poner en práctica las Producciones Más Limpias, el papel que tiene el gobierno es el de proveer un ambiente que acelere el proceso y que apoye a la industria para que inicie su propio programa de Producciones Más Limpias.

El rango de herramientas disponibles que intentan catalizar a la industria para que adopten las Producciones Más Limpias es grande, y varios países seleccionarán las combinaciones de herramientas que consideren más adecuadas a sus necesidades (INE, 1999; Yassi et al, 2002; PNUMA/IMA, 2002; CITMA, 2005; Cárdenas, 2010).

En la publicación Estrategias y políticas gubernamentales para la producción más limpia del PNUMA/IMA (2002), se analizaron las herramientas disponibles de acuerdo a cuatro diferentes categorías:

1. Regulaciones aplicables

2. Utilización de instrumentos económicos

3. Provisión de medidas de apoyo

4. Obtención de asistencia externa.

En los países industrializados, se han aplicado las primeras de estas tres herramientas, de manera general en el mismo orden que se muestra. La última herramienta, la cual se refiere a obtener asistencia externa, es especialmente relevante para los países en desarrollo y para aquellos que pasan por una transición económica. En otras palabras, los gobiernos han establecido, primero las regulaciones diseñadas para limitar las emisiones en el aire, agua y suelo; después han introducido instrumentos económicos que alientan la práctica de estas regulaciones y penalizan su violación; por último, han dado apoyo a las industrias para hacer que las regulaciones se cumplan más fácilmente. En el proceso, los países desarrollados han adquirido extensos y complicados sistemas de regulación.

La búsqueda de soluciones lo más integradas posible para reducir los problemas asociados a todo tipo de corrientes residuales y proteger los distintos medios ambientales (aire, agua y suelo) llevó a ampliar el concepto de minimización de residuos hasta la prevención de la contaminación (CNMA, 1999; Castillo et al, 2000; Van Berkel, 2000; Hoyt, 2000; Ashton et al, 2000; Catálogo Europeo de Residuos, 2002; Martínez et al, 2005).

Incentivos para la implementación de Producciones Más Limpias

El primer argumento para aplicar una gestión que incluya las Producciones Más Limpias es de tipo legislativo. Pero mientras otras medidas ambientales implican un crecimiento de los costos, las Producciones Más Limpias se justifican por si sola porque representa un beneficio empresarial, ya que sus acciones están encaminadas a la reducción de las corrientes residuales y al aumento de la productividad material y/o la seguridad del proceso.

Este beneficio se puede lograr incluso en países donde no exista legislación ambiental o, de existir, no se aplique suficientemente. Pero las oportunidades para emprender las Producciones Más Limpias son mucho mayores cuando las empresas tienen que realizar, por obligación, tratamiento de sus corrientes residuales o cuando, siguiendo el principio "quien contamina paga", están sometidas bien al pago de un permiso o tasa, antes de liberarlas al medio externo, o bien al pago por un depósito controlado.

Los motivos económicos van acompañados cada vez más por otros, como la necesidad de conservar la imagen empresarial o las responsabilidades legales que se pueden derivar de un daño humano o ambiental provocado por una contaminación de origen identificable con la empresa (Van Berkel, 2000; PNUMA/IMA, 2002; Yassi et al, 2002).

Algunos de los incentivos que una empresa tiene para aplicar las Producciones Más Limpias son:

• El cumplimiento de la legislación presente o previsible en un futuro próximo.

• Obtener ventajas adicionales en la obtención de renovaciones de los permisos de fabricación cuando la Administración sigue una política incentivadora de Producciones Más Limpias y aplica medidas tales como poder acogerse a trámites más simplificados.

• Lograr beneficios en la explotación y aumento de la competitividad.

• Mejora de la imagen empresarial y, asociada con ella, establecimiento de mejores relaciones con los clientes, vecinos y sociedad en general.

• Una reducción de las posibles responsabilidades civiles y penales.

• Asegurar mejores condiciones de trabajo en cuanto a higiene y seguridad.

• La reducción de la necesidad de tratamiento de efluentes, dejando capacidad disponible en las instalaciones para futuros proyectos de ampliación y reduciendo la inversión que sería necesaria.

• Las mejoras se benefician de ventajas de las compañías aseguradoras.

• La empresa tiene un valor más seguro para los accionistas.

Dificultades para la implementación de las Producciones Más Limpias

Frente a los incentivos mencionados, en ocasiones, la adopción de las Producciones Más Limpias puede presentar algunas dificultades, entre las cuales se destacan:

• La falta de conciencia ambiental.

• Una típica resistencia burocrática a introducir cualquier tipo de cambio.

• La falta de soporte empresarial por parte de los altos niveles de gestión.

• La falta de consenso dentro de la organización.

• La falta de información sobre las posibilidades y ventajas existentes en las Producciones Más Limpias.

• La falta de una tecnología apropiada.

• Aún existiendo y siendo asequibles, el desconocimiento de las tecnologías que se podrían aplicar.

• La falta de una tecnología adaptada a las necesidades y circunstancias específicas.

• El desconocimiento de las ventajas que las Producciones Más Limpias pueden representar para asegurar la continuidad empresarial.

• Incomprensión de la reglamentación.

• Prevención por parte de los responsables de investigación, desarrollo, ingeniería o producción.

• Un incorrecto control del programa una vez en ejecución y la falta de información sobre las ventajas que se van consiguiendo.

• Incorrecta asignación de los costos de tratamiento o disposición final que no permiten reflejar las ventajas económicas.

• Políticas de precios o subsidios para el agua, la energía, el vertido de residuos, etc. que distorsionan la situación comparativa.

• La falta de recursos financieros.

• La falta de internalización de los costos ambientales.

Producción Más Limpia, Tecnología y Gestión

La experiencia compartida por diversos programas de minimización y Producción Más Limpia demuestran que se pueden introducir muchas mejoras en los procesos industriales con beneficio simultáneo para el medio ambiente y la economía de la producción, sin tener que realizar inversión alguna, o recuperable en un período inferior a un año. Las oportunidades son mucho mayores cuando se internalizan los costos ambientales, y se añaden a los costos de tratamiento o a las tasas de contaminación. La mejor alternativa, desde el punto de vista económico, resulta de aplicar las Producciones Más Limpias hasta alcanzar un mínimo en los costos de producción (Hoyt, 2000; Ashton et al, 2000; Wagner, 2007).

La Producción Más Limpia se aplica a la industria, aunque también es útil en otros sistemas productivos, como por ejemplo el agrícola, al buscar los mismos objetivos de menor consumo de materias primas y limitar los efectos residuales derivados de la utilización de fertilizantes y pesticidas, o bien a usar residuos naturales reciclados desde el propio sistema productivo para el enriquecimiento de los suelos. Dentro del sistema de producción industrial, se incluyen procesos de transformación física o química tan distintos como la minería, la elaboración de alimentos, de componentes mecánicos o eléctricos, de maquinaria o los procesos químicos. Aunque la tecnología es un factor crítico para la industria, la producción óptima de cualquier sistema industrial raramente se consigue con una óptima tecnología. Para que la fabricación sea efectiva y eficiente se han de conjugar dos factores fundamentales: tecnología y gestión.

En todos los casos los sistemas de producción tienen un objetivo económico. El beneficio es la medida de la eficiencia de cualquier industria. El ecoambiente no es su objetivo, sino parte del marco de referencia, dentro del cual actúa.

Aunque la situación actual en ciertas localizaciones industriales puede ignorar el marco ambiental, al analizar opciones de Producciones Más Limpias hay que tener en cuenta todos los costos, presentes y previsibles, incluyendo los que resultan de la internalización de costos ambientales, para tomar decisiones útiles a largo plazo, por lo que las opciones de Producciones Más Limpias siempre se someten a un análisis económico.

La evolución industrial aporta continuamente nuevas posibilidades en cuanto a materiales, equipos y diseños, a los que el sistema productivo ha de responder dinámicamente. La necesidad de cambio también alcanza a las formas de gestión adaptándose a las circunstancias del entorno, a nuevas metodologías, a cambios legislativos o a las nuevas imposiciones comerciales. Un programa de Producciones Más Limpias facilita una respuesta continua a las nuevas situaciones y por esta razón se describe como una actividad sistemática y permanente.

Las evaluaciones de Producciones Más Limpia son actividades intensivas de ejecución periódica dentro de un programa, pero que también pueden ejecutarse aisladamente. Aunque la ejecución de evaluaciones es fundamental para conseguir avances importantes, es difícil poder mantener la misma intensidad de evaluación de forma permanente. La forma más conveniente de proceder es establecer un programa de Producciones Más Limpias entre sucesivas evaluaciones realizadas cada dos o tres años, pero sin olvidarse de las Producciones Más Limpias entre sucesivas evaluaciones, ejecutando las opciones de menor prioridad y prestando atención a cualquier nueva circunstancia que requiera una intervención puntual (Van Berkel, 1999; Hoyt, 2000; Ashton et al, 2000; Wagner, 2007; Ochoa, 2007; Rizzo, 2008; Colectivo de Autores, 2010).

El programa de la Producción Más Limpia, que engloba las evaluaciones, debe incluirse a su vez dentro del sistema de gestión ambiental más amplio de la empresa. El sistema de gestión ambiental abarca el resto de las actividades, tales como los tratamientos de aguas residuales o la gestión de residuos tóxicos. El programa de Producciones Más Limpias debe tener una prioridad clara dentro de este sistema de gestión ambiental. Debido principalmente a razones históricas, a la Producción Más Limpia no siempre se le da este grado de prioridad. Conseguir esta prioridad ha de ser uno de los objetivos del programa.

El sistema de gestión ambiental está destinado a cumplir los objetivos marcados por la alta dirección en materia ambiental y de forma particular, a cumplir la legislación ambiental. Incorporado dentro del sistema de gestión ambiental se realiza según un criterio multiobjetivo, con el fin de compatibilizar los objetivos ambientales con los objetivos económicos de las empresas. La Producción Más Limpia ofrece una ventaja inmediata al conseguir beneficios simultáneamente para ambos objetivos: ambiental y económico, facilitando la total incorporación del sistema de gestión ambiental dentro del sistema general de gestión.

El programa de Producción Más Limpia debe conseguir la utilización óptima de los recursos incluyendo las materias primas auxiliares; cómo conservar y hacer uso eficaz del agua y la energía; cómo llegar a minimizar las corrientes residuales. Además, debe tratar de eliminar, en tanto que sea posible, las sustancias tóxicas ó peligrosas que intervienen en el proceso o que son incorporadas al producto (Harvey, 1999; Hoyt, 2000; Orcés et al, 2004; Castillo, 2004; Ochoa, 2007).

En el mercado competitivo, la supervivencia de la empresa depende del incremento o reducción de los costos. En muchos aspectos, la eficiencia de la empresa debe ser maximizada para que esta prospere en el futuro. Las tendencias del rechazo de productos, quejas de los clientes, costos de la mano de obra y la utilización de los materiales son continuamente monitoreados y la eficiencia en estas áreas son universalmente reconocidas como importantes objetivos. Muy pocos directores de empresas monitorean los desperdicios, ni trabajan sistemáticamente para identificarlos o reducirlos como un medio para reducir los costos.

Conclusión

La gestión de la Producción Más Limpia es un proceso dirigido fundamentalmente a la elevación del desempeño ambiental y económico del sector empresarial en la actualidad.

Referencias bibliográficas

  • 1- Ashton, W. et al (2000). Best Practices in Cleaner Productionpromotion and implementationfor smaller Enterprises. New York: OxfordUniversity Press.

  • 2- Castillo, J. et al (2004). Uso de Tecnologías Limpias: Experiencias Prácticas en Chile. Extraído el 18 de septiembre de 2010 desde: http://www.redpml.cu.

  • 3- Catálogo Europeo de Residuos (2002). Tecnologías Limpias en la Industria Gráfica. Extraído el 18 de septiembre de 2010 desde: http://www.redpml.cu.

  • 4- CITMA (2002). Protección Ambiental y Producción Más Limpia. La Habana: Editorial Academia

  • 5- CNMA (1999). Guía para el control y prevención de la contaminación industrial: Industria Gráfica. Extraído el 18 de septiembre de 2010 desde: http://www.redpml.cu.

  • 6- Harvey, M. (1999). Producción Limpia y diseño de productos. Revista Universidad Eafit (abril-mayo).

  • 7- Hoyt. E. (2000). Iniciativa para Tecnología Limpia (CTI). Madrid: Econergy International Corporation.

  • 8- INHEM (1992). Contaminación del aire y salud. Serie Salud Ambiental (2).

  • 9- INTI (2002). Divulgación Temática Ambiental No. 4: Tecnologías Limpias. Extraído el 19 de septiembre de 2010 desde: http://www.redpml.cu.

  • 10- Martínez, J. et al (2005). Guía para la gestión integral de residuos peligrosos. Montevideo

  • 11- Ochoa, G. (2007). Las Producciones Más Limpias en la Gestión Empresarial. Universidad de Cienfuegos: Editorial Universo Sur.

  • 12- Orcés, E. et al (2004). Aplicación de la metodología de producción más limpia en una empresa alimenticia". Revista Tecnológica. Vol.17 (1).

  • 13- Rivera, A. et al (2002). Producción Más Limpia en Cervecería Tínima. Informe técnico IIIA 503 002 03.

  • 14- Wagner, R. (2007). El futuro verde de la Industria Gráfica. Extraído el 19 de junio de 2010 desde: http://greenprinters.org.

 

 

Autor:

Ing. Carlos Alberto Moreno Linares

Dr C. Raúl Ricardo Fernández Concepción

MSc. Angie Fernández Lorenzo

MSc. Luis Lutgardo Díaz Crespo

Universidad de Pinar del Río

Calle Martí Final 270, Esquina Ignacio Agramonte

Pinar del Río, Cuba.