El otro lado de la moneda: los celos
Algo muy común en el amor son los celos, incluso muchos estudios aseguran que sin ellos no existe tal amor verdadero. Según muchos expertos, los celos son una defensa contra alertas de infidelidad y abandono, y añaden que bien entendidos, es otro medio de mantener viva la relación y fortalecerla, siempre que no se conviertan en algo enfermizo. (Véase mi ponencia: El Amor y los Celos que aparece en monografías.com).
¿De dónde se origina el amor?
Para quienes estudian las neurociencias y sus disciplinas asociadas, el amor no sólo se origina de nuestra capacidad y deseo de amar, por haber sido amados como niños, sino de la experiencia positiva de haber sido criados en un entorno donde el calor y la aceptación de nuestras presencias eran singularmente reforzadas. Una madre que nos colmaba de caricias y que adivinaba nuestras necesidades esenciales y básicas — Una buena mamá.
…"y bendito sea el fruto…"
El torrente de hormonas que inundan nuestros tres cerebros en el teatro del amor es indescifrablemente complejo e infinitamente intrigante. Saber, que mientras esto escribo, escucho las notas harmoniosas de un concierto de Paganini, mientras una gata me cubre con su ronroneo el monitor de la computadora y pienso en que mi esposa me espera en la cocina para que prepare un aderezo para la ensalada de mañana, me hace reflexionar: ¿Por qué yo deseo que otros aprendan la neurociencia de nuestros sentimientos básicos? ¿No basta que yo sepa que los tres años asignados para el fin de un romance (el nuestro) que fuera "a primera vista", ya que cuando la viera, sin antes haberla conocido, nada más importaría en mi vida? Romance que ha durado 47 años y que nunca termina…
Mi deseo es clarificar para todos, lo siguiente: que si las hormonas nos muestran el camino y nos indican la ruta, que los tres años nunca terminarán si cada vez que nos vemos los dos, nuestros mecanismos cerebrales se modifican por virtud de la mutualidad que nos une.
El poder del amor que a algunos seres vivientes los fusiona
Will y Ariel Durant fueron escritores galardonados por sus contribuciones decisivas a la filosofía y al estudio de la historia. Sus muchas publicaciones han sido, por millones leídas y su The History of Civilization les ganó el codiciado Pulitzer Prize.
Nunca se separaron desde que se conocieran. Ariel y Will morirían dentro de unas horas de la muerte del otro.
La medida del amor es amar sin medida… San Agustín
La monogamia, sus aspectos neuroquímicos y sus atributos de adaptación
Dr. Félix E. F. Larocca
El famoso escritor, médico, genio literario y endocrinólogo español, don Gregorio Marañón, en su estudio del don Juan, concluye, que el famoso Casanova era esencialmente monógamo en sus alianzas amorosas — muchos hoy disputan esta aserción romántica e idealizada del erudito doctor.
En este artículo nos proponemos a concluir un análisis de las complejidades culturales, hereditarias y emocionales que caracterizan las relaciones maduras, heterosexuales, humanas.
Comencemos con estas preguntas:
- ¿Por qué existe la reproducción diploide?
La respuesta a esta pregunta tan difundida no se ha encontrado. Pero, como en toda ciencia, teorías nos sobran.
Sabemos que una vez en la tierra solo existían las hembras y que la reproducción era asexual. Las hembras almacenaban todo el componente genético.
Muchos nos dicen: que la reproducción sexual nos asiste en defendernos contra los microbios y sus mutaciones genéticas que nos mantienen corriendo siempre, mientras permanecemos estáticos. (Véase: The Red Queen por M. Ridley). Concepto interesante, pero no del todo sustanciado.
- ¿De dónde vienen los machos?
Los machos vienen de la pérdida en la hembra de una pieza del cromosoma sexual. Pérdida que posee repercusiones vastas en la adaptación física y psicológica del macho — ya que resulta en cambios importantes en su composición y balance endocrino.
- ¿Qué propósito sirven?
La respuesta a esta pregunta no está establecida, pero parece ser simple, aunque los machistas protesten: Para dar control a la mujer… (Véase: Sexing the Body por A. Fausto-Sterling).
Para los fines de este ensayo, estos interrogantes bastan y nuestras humildes respuestas, deben de ser lo suficiente — por ahora.
Para la mayor parte de nosotros, uno de los aspectos que más interrogantes y debates genera es todo lo relacionado con nuestro comportamiento sexual. Y ¿cómo no?, la respuesta a muchas de estas preguntas hay que buscarla más en nuestros genes (moldeados y programados por las presiones evolutivas que actuaron sobre nuestros antepasados, y que aun actúan sobre nosotros) que en nuestra propia educación. En parte conscientemente, pero mucho más significativamente al nivel del subconsciente, muchas de nuestras actitudes, emociones, reacciones, y en definitiva nuestra conducta respecto al sexo en el presente, están generadas por mecanismos que existen porque resolvieron problemas adaptativos en el pasado, es decir, en los ambientes ancestrales en los que los humanos y todos los seres vivientes evolucionaron.
Cuando se trata de caracterizar socialmente a los primates, los humanos se clasifican como una especie monógama. Esto puede sorprender a algún lector, pero aunque existe variabilidad en la estructura familiar humana en función de las culturas, en todas ellas hay una cierta exclusividad en las relaciones sexuales de cada varón con cada mujer, por lo menos durante algún tiempo. Es decir, tanto nuestros antepasados como la mayoría de las poblaciones de la actualidad, independientemente de la cultura a la que pertenezcan, forman casi siempre en algún momento de su vida relaciones estables entre hombres y mujeres. Esto probablemente lleva siendo un rasgo de la sexualidad de los homínidos aproximadamente unos tres millones de años. Pero estas relaciones estables no duran toda la vida necesariamente, sino que a menudo una persona tiene dos, tres o más relaciones sucesivas. Sin embargo cada una de esas relaciones se puede clasificar como monógama (con infidelidades ocasionales), pues rara vez podemos encontrar que un hombre tenga relaciones de pareja con varias mujeres a la vez o viceversa.
Hasta aquí leyendo, el lector interesado se pregunta: Y, ¿Qué de las tantas sociedades polígamas, poliandras y de sectas como algunas musulmanes y los mormones? ¿Por qué son polígamos?
La necesidad de cubrir esas variaciones culturales y no genéticas ocupa otros de mis trabajos. Pero, por el momento, el antropólogo M. Harris en Our Kind, ilustra y soporta nuestra posición cabalmente.
El origen de la monogamia en los humanos parece estar estrechamente relacionado con el origen de la postura bípeda de los homínidos, por lo que se cree que los australopitecos ya serían con todas probabilidades monógamos. La transformación esquelética que conlleva la locomoción bípeda, provoca que la arquitectura de la pelvis se modifique para poder mantenernos erguidos sobre dos piernas. Esta modificación se traduce en una reducción de la anchura del canal del parto que, además de hacer del parto humano una tarea muy laboriosa, provoca que nuestras crías nazcan en un estado de desarrollo que requiere de un largo periodo de cuidados y aprendizaje. A una hembra humana en soledad, le resultaría muy difícil cuidar de sus descendientes de una manera exitosa. Esto se entiende en el contexto de la economía de cazadores-recolectores en que se dio nuestra evolución.
La pareja estable, la monogamia, es una estrategia que hace que el padre (o supuesto padre) se incorpore a la tarea de sacar adelante la familia, ya que desde la lógica de la selección natural, los genes de aquellos padres que abandonen a sus descendientes no estarán representados en la siguiente generación.
Siguiendo esta lógica, para que un macho de los primeros homínidos bípedos realizara el esfuerzo de alimentar y cuidar de una hembra y sus crías, tendría que estar muy seguro de que esas crías llevaban sus propios genes, y no los de otro. Si esas hembras tuvieran periodos de celo muy claros, como tantos otros primates, simplemente habría que vigilarlas estrechamente durante ese tiempo para monopolizarlas, evitando así que pudieran copular con otros machos. Pero si las hembras no tienen estro, es decir que es imposible saber cuando están ovulando — como es el caso de las hembras humanas — la única alternativa viable para que el macho se asegurase un poco la paternidad, era una relación de pareja monógama.
Otras especies nos suministran información, a menudo interesante. La pequeña golondrina del banco (Riparia riparia) se aparea con un macho quien, de acuerdo al merengue dominicano — para asegurarse de su fidelidad y de sus genes serán los que se usen para los huevos que pondrá — "No le pierde ni pie ni pisá"… (Véanse los trabajos de M. y M. Beecher).
En los humanos además se da competición espermática o guerra de espermatozoides. Esto es, siempre que el cuerpo de una mujer contiene espermatozoides de dos o más hombres diferentes al mismo tiempo, los espermatozoides de esos hombres compiten por "el premio" de fecundar al óvulo. Como los humanos formamos grupos sociales con múltiples individuos masculinos y es muy difícil saber cuando se produce la ovulación, evitar la guerra entre espermatozoides requiere de la aparición de conductas que faciliten la relación de pareja y que, por el contrario, dificulten o reduzcan al máximo el riesgo de infidelidad.
Esto ha provocado que en nuestra especie exista la originalidad de que hay una relación sexual permanente, la mayor parte del tiempo sin función reproductora. Dicho claramente, situar la sexualidad humana sólo en el terreno de la procreación no es lo natural (biológicamente hablando), sino todo lo contrario. Entre nosotros el sexo además ha evolucionado para mantener unida a la pareja, es decir está al servicio del amor y del placer. Si no fuera así, a cada uno de nosotros solo nos apetecería realizar el acto sexual sólo una docena de veces más o menos en nuestra vida, las pocas ocasiones en que la concepción fuera posible y deseable. El sexo y la sociedad, el arte y la literatura — en realidad toda la cultura humana — serían muy diferentes. (Véase: The Third Chimpanzee por J. Diamond).
Resumiendo.
La monogamia es una estrategia sexual que ha obtenido, más éxito en la reproducción que otras, y ha tenido sus consecuencias sobre la conducta sexual humana.
Hoy en día, aunque la mayoría de las personas no buscan conscientemente una vida monógama con un fin reproductivo, una proporción muy elevada desarrolla gran parte de su vida sexual en el marco de las relaciones estables. Sin embargo, esto no quiere decir que no tengamos estrategias complementarias que pueden proporcionar la oportunidad de tener un poco más de éxito en la reproducción del que se lograría si uno se limita a una sola relación. Por tanto, aunque los humanos somos monógamos, en muchos momentos de nuestra vida optamos por la infidelidad, la promiscuidad, el cambio frecuente de pareja, y cosas por el estilo. Estas estrategias, aparte de que pueden ser costosas generan un conflicto de intereses que ha llevado a que hombres y mujeres hayan desarrollado conductas sexuales diferentes, sobre todo en lo referente a la elección de pareja. Pero este es un tema que dejaremos para otra ocasión.
Por ahora concluyamos diciendo que: el hombre maduro y que vive una vida con principios, es monógamo. El hombre licencioso, en medida de su incapacidad moral y ética, no lo es.
Ahora hablemos del seductor por excelencia…
La psicología del legendario Don Juan
Dr. Félix E. F. Larocca
Para quienes estudian la naturaleza del ser humano, la vida ficticia del carácter don Juan Tenorio suministra una fuente inagotable de placeres.
Para el endocrinólogo y escritor español don Gregorio Marañón, el don Juan encarna el hombre monógamo por excelencia — lo que no es verdad.
Para el amante de la ópera, la personificación del Tenorio en la ópera don Giovanni, compuesta por Mozart en 1787 constituye uno de los melodramas cantados más hermosos que haya entrado el escenario operático.
Para todos, don Juan es, a la vez fascinante y temido.
Pero, ¿quién es el don Juan?
Desde el siglo diecisiete, han aparecido muchas obras sobre un hombre que se llamaba "don Juan".
Hay muchos interrogantes:
- ¿Quién es este don Juan, y por qué hay tantas historias sobre su vida?
La respuesta es que hay varios tipos de don Juan. Si se trata de encontrar la primera aparición sobre don Juan en la literatura, inevitablemente se encontrará la comedia, El burlador de Sevilla y convidado de piedra, que fue escrita por el monje, Gabriel Téllez, quien también es conocido por el pseudónimo, Tirso de Molina.
La obra fue escrita en la primera mitad del siglo diecisiete, aunque carecemos de una fecha exacta. El carácter central de la obra es un joven noble, don Juan Tenorio, que seduce mujeres y las abandona sin remordimiento.
Práctica a todos familiar, aunque esto sea de lejos.
Las cosas que le importan, a don Juan, en la vida son simples: el honor personal y la seducción de todas las mujeres.
Vive en conflicto con todas las personas de la obra, incluso su compañero y criado, Catalinón. Por ser un hombre que vive en el momento sin preocuparse de las consecuencias de sus acciones en el futuro. Dice, "Sevilla a veces me llama el Burlador, y el mayor gusto que en mí puede haber es burlar una mujer y dejarla sin honor".
- ¿Qué puede residir en la mente de una persona como él?
Don Juan tiene una vida sexualmente muy activa. En el Burlador, hay cuatro mujeres que viola: Isabela, Tisbea, doña Ana, y Aminta. Isabela y doña Ana son nobles, y Aminta y Tisbea son de la clase baja. Goza de todas y escapa con facilidad en cada ocasión, con la excepción de doña Ana.
En el caso de la última, ésta lo resiste y respondiendo a sus gritos, el padre aparece, un duelo sigue en el cual don Juan resulta el vencedor — aunque muerto, el padre seguirá teniendo un rol importante en el resto de la obra.
La primera mitad de la producción trata de las mujeres que son violadas. Es que don Juan no busca una mujer perfecta en sus aventuras — lo que desea en cada nueva conquista es un reto o desafío. Le importa el juego y la burla más que su deseo para el sexo. El sexo solamente es una parte de la burla. En el siglo diecisiete, un noble no gozaba de una vida verdadera sin el honor. El hecho de que una mujer fuera virgen era su característica más importante. Si una mujer no tenía su virginidad, no tenía honor. En esta época, solamente hay algunas resoluciones para este problema. La persona que violó a la mujer puede casarse con ella para restaurar su honor. No hay duda de que esa no era la intención de don Juan.
También la manera en que don Juan realiza la burla le divierte. Algunas veces finge que es otra persona, y otras veces promete casamiento a las mujeres. Algunas situaciones son más complicadas, pero después del acto, la complicación mejora la burla. Si hay complicaciones al conseguir a la mujer, tiene que usar palabras suaves y comentarios ingeniosos. Por ejemplo, cuando don Juan quiere hacer el amor con Tisbea, dice cosas como "el mar puede anegarme entre sus olas de plata, que sus límites desata, más no pudiera abrasarme." En otro verso Tisbea dice "mucho habláis," y don Juan responde "mucho encendéis." Don Juan usa las burlas para alimentar su ego. Las burlas complicadas respaldan la idea de que no hay burlador mejor que él.
Se puede llamar don Juan un "deportista" porque a don Juan le gustan los desafíos y las dificultades que acompañan la conquista. Le gusta el engaño mucho, aunque el engaño es un medio para un fin. Sus engaños terminan en la conquista, pero una conquista es una conquista; la acción tiene lugar en el engaño y la decepción. (Véase mis ensayos acerca del Síndrome de Dino en monografías.com)
Don Juan no distingue entre mujeres. Para él, todas las mujeres son iguales. Don Juan viola a nobles y a campesinas. Es fácil aprovecharse de las dos clases de mujeres; una no es más difícil que la otra. Solamente quiere violar a mujeres con indiferencia. También, el hecho de que don Juan no tenga preferencia entre mujeres muestra que la burla es lo más importante para él. No sale de una mujer a otra porque está defraudado o porque no encuentra lo que quiere en una mujer. No busca la mujer perfecta. En un sentido, cada mujer es la "mujer perfecta". Las mujeres tienen el honor que don Juan quiere de ellas tomar para su burla.
Una posible razón por las acciones es que don Juan solamente es un hombre. Por todas partes de la obra, don Juan dice que es "un hombre sin nombre". Se puede interpretar esta aserción de muchas maneras, y una de estas maneras es que don Juan se comporta como un hombre con instintos anormales, sin la influencia de la moralidad por la sociedad impuesta. La sociedad da valor a cosas como la monogamia y casamientos tradicionales. Todos los hombres tienen actitudes propias en cuanto al sexo, y don Juan vive con estos instintos — los suyos. Don Juan no permite que la sociedad imponga su idea sobre el sexo sobre él. Don Juan es don Juan, un hombre que representa a todos los hombres en una manera u otra, y por eso, es un hombre sin nombre.
Algunos críticos piensan que don Juan tuvo una niñez traumatizada. Es posible que no haya tenido una madre que lo amara y un padre que haya sido indiferente o que no existiera. El hecho de que don Juan viole a una mujer tras otra puede representar la búsqueda por una madre verdadera. Los hombres que pelean con él, o los hombres que son engañados por él pueden representar su padre repudiable. Este tipo de don Juan está muy confuso y no sabe lo que hace. (Véase mi ponencia: Las Relaciones Triangulares).
La mentalidad de don Juan no puede permitir que él se sienta culpable del sufrimiento de las mujeres o los hombres que van a casarse con las mujeres, por él violadas. Para ser cruel a otros, no es imposible que uno se sienta culpable de sus acciones o su conciencia causaría que se preocupara de su futuro. Don Juan piensa que no tiene culpa, y por eso puede continuar sus violaciones. Su misión en la vida es seducir y burlar a las mujeres, y no sabe tener compasión para las personas deshonradas.
El don Juan es narcisista y es manipulador, como lo describiera Lord Byron.
Lord Byron (1788-1824)
Se puede decir que don Juan es inmoral y que el "donjuanismo" es perverso. Psicoanálisis dirá que don Juan sufre un desorden psicosexual. Muchas personas leerán El burlador de Sevilla y llegarán a la conclusión de que don Juan debe ser castigado porque causa estrés y conflictos. Nunca cumple sus promesas, y siempre abandona a las mujeres sin honor. Tiene un ego enorme y parece que solamente se ama a sí mismo. No tiene emociones ni remordimientos. Sin embargo, hay otra perspectiva. Don Juan puede estar confuso y deprimido. No puede tener confianza en el mundo ni en las mujeres del mundo. Piensa que otras personas son muy crueles, y por eso, los trata como enemigos. Trata de hacer burlas antes de ser él mismo, sujeto de una burla. Sus acciones, en otras palabras, se derivan de la crueldad del mundo en que cree vivir. Tiene miedo del mundo en su corazón, pero no puede mostrar este miedo porque entonces sería vulnerable. Don Juan solamente se comporta en una manera en que piensa que otras personas igualmente se comportan. Sin su valentía, se sentiría sin protección. Con su valor, puede combatir la decepción con su odio del mundo. En su mente, don Juan es un hombre torturado por la sociedad. Pero, ¿qué tal su comportamiento con las mujeres? Puede ser otro tipo de miedo. Es posible que don Juan esté inseguro con su virilidad, y por eso, que tenga que probar su virilidad una y otra vez violando mujeres.
Los hombres "machos" que consideran deber seducir muchas mujeres, a menudo sufren de la homosexualidad latente. (Véanse mis artículos al respecto).
En el caso del hombre torturado, don Juan no puede controlarse. Probablemente está influido por sus padres desde su niñez. Es posible que los padres de don Juan hayan sido crueles y muy estrictos. Si éste es el caso, don Juan pensaría que si mostrara sus debilidades, sufriría mucho y tal vez morirá. Por eso, don Juan vive como burlador, haciendo daño a todos antes de recibir daño de ellos.
La seducción en El burlador de Sevilla no es el único tema importante. Don Juan tiene mucho honor también. Desgraciadamente, no puede ver que las violaciones de mujeres no ganan honor, pero en otras circunstancias don Juan muestra mucho honor. Siempre cumple su palabra con hombres. Un Don Juan es noble, pero solamente muestra su honor en la cara de un enemigo. Parece ser que don Juan muestra solamente su sentido de honor cuando hay peligro. Cuando hay peligro, don Juan defiende su honor, hasta cuando está en la cara de Dios.
Litografía antigua: Pesando las almas
Se puede pensar que don Juan es ateo, pero no es el caso en El burlador de Sevilla. Es posible que sea un cristiano malo e irreligioso, pero por todas partes de la obra, sabe de la presencia de Dios. Al final de la obra, pide gracia y pregunta a la estatua del difunto don Gonzalo, padre de doña Ana, si le gusta el cielo. Pero, aun así, siempre quiere posponer su arrepentimiento. Su creencia es que se puede arrepentirse al final de su vida y ganar la gracia del Dios.
Antes de morir, don Juan declama:
"Si ese plazo me convida para que gozaros pueda, pues larga vida me queda, dejad que pase la vida. Si de mi amor aguardáis, señora, de aquesta suerte el galardón en la muerte, ¿qué largo me lo fiáis?"
Este es un tema importante para Tirso, que hace su punta muy clara con la muerte de don Juan de que la idea de gracia que tiene don Juan es falsa. Don Juan vivió su vida con una aventura después de una otra, disfrutando sus burlas y violaciones, descuidando los consejos de su paje y compañero, Catalinón, su padre, y también del convidado de piedra, la estatua animada del padre de doña Ana.
Tirso de Molina (1584-1648)
Nada de esto podría cambiar la actitud o carácter de don Juan. Desde entonces don Juan no cambió sus acciones y manera en que vive, no estuvo en la gracia divina, y no podría salvarse. Dios no aceptó su confesión y arrepentimiento en el fin, y este es el tema mensaje de Tirso de Molina: se necesita estar en un estado de gracia antes de recibir perdón para los pecados.
El nombre inmortal de don Juan, el burlador de Sevilla, evoca imágenes de un hombre inmoral, aventurero, erótico, valiente, y gallardo. Es un hombre que actúa mucho y habla poco, pero cuando habla, sus versos tienen tanto sentido y pasión que pueden tomar el aliento de una persona. Es juvenil, enérgico, y dinámico mientras vive una vida rápida que termina en una conclusión inexorable. Hay muchas imitaciones de esta historia de don Juan, pero El Burlador de Sevilla no tiene igual. Este don Juan es el primero, y por eso no está influido de otras obras o historias. Solamente un don Juan que no ha leído sobre sí mismo puede traernos un carácter tan fuerte y emocionante. Estos son las razones que el don Juan de Tirso, con todas sus características buenas y malas, es el más interesante y fascinante carácter de todos los don Juanes que existen — Más que sus tristes emuladores universales.
Epílogo:
Tirso de Molina (1584-1648)
Dramaturgo español, a quien se debe la introducción en la literatura del tema del, insidioso, don Juan Tenorio.
Como genio literario se le tiene como uno de los mayores escritores de la Edad de Oro de la Literatura.
Para los dominicanos, cuando se habla del don Juan se piensa en otro don Juan, Porfirio Rubirosa.
Una biografía abreviada del don Juan dominicano — Porfirio Rubirosa Ariza: Producto colateral de la Era de Trujillo
Dr. Félix E. F. Larocca
Conocido mundialmente como "Ruby". Nació en San Francisco de Macorís en el Valle del Cibao y murió al volante de su Ferrari en Bois de Boulogne, Francia.
Nunca terminó su carrera universitaria, optando por engancharse en la guardia y, habiendo dado el proverbial braguetazo, casándose con Flor de Oro, hija del dictador Rafael L. Trujillo de la que se divorciaría gracias a los rumores y chismes de sus infidelidades famosas. (Véase mi ponencia: El "braguetazo": sus problemas inherentes y sus complicaciones sociológicas).
Porfirio Rubirosa (1909-1965)
Después que al tirano se le pasó el disgusto del divorcio de su hija, volvió a nombrar a Ruby en diferentes puestos. A Rubirosa se le vinculó sentimentalmente a numerosas mujeres ricas y famosas de su época, como Dolores del Río, Ava Gardner, Veronica Lake, Kim Novak, Eva Perón, Zsa Zsa Gabor, entre otras. Contrajo nupcias con Doris Duke; y también se casó con Barbara Hutton, de la que se divorció 53 días más tarde. Tanto la Duke, así como la Hutton le dejaron pequeñas fortunas al divorciarse, al igual, que propiedades desde aviones hasta establos de caballos, pasando por autos deportivos, y mansiones, y así por el estilo. A los 47 años se casó por última vez con una actriz francesa de 19 años llamada Odile Rodin, y estuvo casado con ella hasta su muerte en el Bosque de Boulogne de París, al chocar su auto deportivo contra un árbol, en 1965.
Rubirosa se implica en el secuestro y asesinato del Profesor Jesús de Galíndez, desaparecido de las calles de Manhattan el 12 de marzo de 1956. Crimen que fuera ligado a la rabia de Trujillo por una tesis escrita por de Galíndez en su menoscabo personal.
Para muchos, Rubirosa estuvo envuelto, como partícipe material, en otros asesinatos políticos de enemigos de Trujillo. Lo que haría amparado por su inmunidad de diplomático acreditado.
A pesar de que los eventos de la desaparición y muerte presunta del Profesor de Galíndez le costaron su inmunidad diplomática con el gobierno de los Estados Unidos. Ello no impediría que Ruby, subrepticiamente, visitara a los Kennedys como invitado, en su mansión de Hyannis Port.
En el año 1960, Rubirosa estuvo presente cuando Trujillo se constituyera en el Guarda del Parque Zoológico más grande del mundo — no fue el de las Islas Galápagos, las que hemos visitado, sino la capital de Santo Domingo. (Para una revisión de las vidas de Rubirosa y Trujillo. Véase Trujillo o Rubirosa: ¿Quién es el machómetro dominicano? Por F. Pérez).
Aquí suministramos los nombres de las fieras salvajes que, como los animales habitantes de las Galápagos deambulaban con plena libertad por la capital dominicana:
- Rafael Leónidas Trujillo Molina (alias "El Jefe"). Fauna dominicana.
- Marcos Pérez Jiménez. Selvas de Venezuela.
- Gustavo Rojas Pinilla. Junglas colombianas.
- François Duvalier (alias "Papa Doc"). Montes de Haití,
- Fulgencio Batista. Lomas de Cuba.
- Juan Domingo Perón. Pampas de la Argentina.
Sin comentarios. Fin de la lección…
Bibliografía
Suministrada por solicitud.
Dr. Félix E. F. Larocca
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