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La vivienda… ¿último reducto de la identidad? (página 2)

Enviado por Pere Cañamero


Partes: 1, 2

Pero estos sujetos, que interactúan de modo directo, muchas veces son el reflejo de nosotros mismos; temporalmente son chivos expiatorios, puntas de iceberg de realidades que nosotros no hemos sabido asumir en nuestro contexto. Lo maléfico que tenemos proyectado en el otro, sin darnos cuenta que el "yo" es uno mismo. En la actualidad, y habida cuenta de su incidencia territorial, se reflejan miedos _otra vez el factor_, acuñando y definiendo palabras que no describen verdades, sino situacionalidades. Y no hay que engañarse; al ejercer la marginación, despreciar la singularidad, discriminamos al "nosotros". Y deberíamos entender, asumir, y se aprecia a poco que agudices, que descartamos no sólo lo que viene de "fuera", lo exterior, sino por cuestiones "interiores" varias, sean laborales, de vecindad, modas, religión, gastronomía, higiene, género, sexo, edad, etc. Los grupos, las asociaciones, las familias, se "guettizan", entendiendo este calificativo como círculo restringido, ahora sí, como límite, que dijo Eugenio Trías ("Ética y condición humana", Península, 2003) del que no se sale ni se puede entrar, creando unas desuniones fatales para la pretendida comprensión mencionada al principio de este relato. Los bienvenidos a la geografía que sea son un hecho puntual, inexorable; metafóricamente, como la lluvia, que enriquece la tierra de la que brota vida. Cuantas veces nos hemos quedado extasiados, observando un paisaje, limpio y puro, después de descargar el agente atmosférico en toda su plenitud.

Deberíamos reconsiderar este tema, que empieza a tener tintes melodramáticos, exagerados. Paranoicos, se diría. Las personas son inevitables y consustanciales en nuestra vida, que es la de todos. Y la identidad es un producto, por que es la consecuencia de una línea vital que procede del primer autralopitecus; por tanto, dinámico, pues se mueve en el tiempo, creando esa memoria. Sin ella no nos reconocemos ni nos ubicamos en el espacio. Y patrimonial, por que es generador de cultura/s. Es un proceso constructivista, esencial, que tiene fecha sólo de inicio. Los neardentales ya lo tuvieron claro.

De la lluvia sólo te protege un paraguas, pero siempre seguirá vertiendo su elemento, limpio y renovador, al fin y a cabo.

(5) "Soldados de Salamina", de Fernando Trueba. 2002. Televisión Española y Lola Films-Via Digital. 115 min. Basado en una obra de Javier Cercás. "Blanquearse a cualquier precio", de Arte Televisión. 2003. Emisión en TV2, Noche Temática.

"La ventana cerrada", de Agustín Vila. Representación teatral, Teatre Lliure, marzo del 2006.

5. Bibliografía consultada.

"El collar del Neandertal". Juan Luis Arsuaga. Ed. Debolsillo, octubre del 2000.

"Lo exótico es cotidiano". Georges Condominas. Ed. Júcar Universidad, octubre de 1991. Prólogo y traducción: Manuel Delgado, U.B.

"Identidad y creación". Ricardo Sanmartín. Ed. Humanidades, 1993.

"Vivienda e integración social de los inmigrantes".

Ubaldo Martínez Veiga. Cuadernos del Instituto Catalán de Antropología, serie Monográficos nº 11, otoño de 1997. "La sociedad sitiada". Zygmunt Bauman. Ed. FCE, 2004. La Vanguardia, El Mundo, El Periódico de Cataluña, El País, etc.: resumen de prensa, artículos publicados y entrevistas sobre temas afines. Años 1993 – 2005

Atlas de la Diversidad. Fórum Universal de las Culturas. Enciclopedia Catalana, Barcelona, 2004.

"Biografía de un cimarrón", Miguel Barnet, Ariel 1968. "Conocer a Nietzsche y su obra". Fernando Savater. Dopesa2, 1977.

"Los espacios acotados". Geografía y dominación social. Horacio Capel. Promociones y publicaciones universitárias, Barcelona, 1990.

"La estrategia de la mentira", José Mª Hermida. Ediciones

Temas de Hoy, 1993.

"Antropología Social", Joan Frigolé, Manel Delgado, Xavier Roigé, Jesús Contreras. Biblioteca Universitária- Ediciones Proa, 1995.

"Los hijos del fuego", Luis Pancorbo. Ediciones

Guadalmanuel S.A., 1986.

"Carisma y razón. La estructura moral de la sociedad moderna", Salvador Giner. Alianza Ensayo, 2003.

"El origen de la familia, la propiedad y el estado", Federico Engels. Editorial Fundamentos, 1987.

"Ansiedad por el status", Alain de Botton. Taurus, 2004. "El antropólogo como autor", Cliford Geertz. Paidos,

1997.

"Ensayo sobre la hominización", George Tarris, Ed. Mandrágora, 1975.

"Habitar la casa. Visiones del espacio doméstico". Instituto de Humanidades de Barcelona. Seminarios CCCB, abril-junio 2006.

"El cielo está enladrillado". Tallers Vius. Ediciones

Bellaterra, BCN. 2006.

"El sueño colonial. Zonas autónomas". Proyecto OVNI.

Jornadas CCCB, mayo 2006.

"Els altres andalusos. La qüestió nacional de Catalunya".

Pedro Morón, Luis Cabrera, Sant Boi de Llobregat, BCN. 2005.

Trilogía "El hogar", de Amos Gitai. MACBA, julio del 2006. Festival de Cine Judío de Barcelona.

"El subdesarrollo social de España", de Viçens Navarro (UAB). Presentación del libro de referencia, Ateneo Barcelonés. Barcelona, julio del 2006.

6. Epílogo.

Me gustaría reflexionar sobre varias cuestiones: observo que la palabra dignidad está siendo tomada de modo equivocado y más que un uso, se abusa de ella. Se tergiversa y se olvida que hace referencia al decoro en su significación etimológica original. Considero que no es decoroso utilizarla para una finalidad que la relaciona directamente con la estética más actual, la que impone el convencionalismo más perverso para mantener unos resultantes económicos de mercado que, para más inri, adscribe a la tierra. Si a esto añado la manipulación que sufren los que reivindican su derecho, me pregunto: ¿cómo duermen los tradicionales japoneses?. Creo que en la misma posición que nosotros. Entonces, ¿cual sería la valoración exacta, objetiva, racional, que debemos hacer de la cama como elemento que utilizamos para su función propia, de descanso?. Parece ser que hoy en día la identidad se sustenta con bienes materiales, por reconocer a ésta como algo cuantitativo y, a su vez, particularista y consumista, al fin, en un entorno voraz en lo económico. Si relacionamos la dignidad con el respeto, puedo dormir igual en 30 metros que en 120.

A vueltas con la identidad, otra cuestión: ¿qué tienen en común los actores relacionados en el apartado 2? Ambos coincidieron en el mismo territorio y tiempo y han circulado o circulan aún por el Casco Antiguo de la ciudad de Barcelona, lugar de recepción clásico, barrio con solera y cimientos sociales varios, de una metrópolis cualquiera. Aparecieron desde los extremos más perdidos e insondables de la península ibérica, con sus circunstancias propias, en un tiempo de connotaciones históricas realmente duras. Ellos han sido el soporte de lo que ahora nos encontramos, cara al futuro.

Una geografía ésta que ha sufrido multitud de avatares, tanto en lo social como en lo urbanístico, aplicándosele estrategias y tácticas que nos acercan a Le Bruyère (París, 1922) y que, en la actualidad, aparte de invasiones turísticas, banalización comercial y tránsito excesivamente joven, considero que transforma en parque temático el espacio público, desvirtuando y olvidando la crème que subsiste en sus calles más populares. Sus composiciones y tejidos personales son suficientemente heterogéneos para cualquier estudio. Estas personas han sido parte de ese 20% de población que procede del interior de la península y que permanece localizada en su mayoría. Su gentrificación no les permite seguir consumiendo, por lo que son excluidos ("Nuestra sociedad produce excluidos…", Robert Castel, sociólogo. La Vanguardia, 9 de octubre de 1991) de las infraestructuras al uso, perdiendo sus opciones como personas. Pero queda su representación, física… y moral.

Siendo las fotografías suficientemente descriptivas para reflejar una situación, aquellos que lo ilustran son un modelo ejemplarizador para un planteamiento claro: todo viaje necesita de un techo. La casa como punto de intersección entre algo que se ha solapado en este escrito: la realidad o la ficción. Aquel puede ser físico, cuantitativo o emocional, simbólico. Pero la búsqueda de la choza, el refugio, bastión o baluarte donde reponer fuerzas, replantear actuaciones, aposentarse, finalizar el periplo, es colateral al sujeto en toda su vida _¡oh, me olvidé del homo economicus y el beneficio_!. Cada casa es un resumen de un apartado de lo vital en el que el yo transcurre y se convierte en memoria. La vivienda, pues, es un peaje más, considero, y multitud de similitudes las vamos a encontrar o están sucediendo ya. También es un disfraz como el vestido que nos cubre. De las miradas ajenas o de la nuestra. Y, por supuesto, se está llegando al abuso o chantaje más vil con un bien que forma parte de la persona. Un derecho sin condiciones.

Todavía una cuestión más: ante la pregunta, ¿son ellos los mismos ahora que antes? Dejando aparte lo empírico de la imagen, hay que remitirse a la lógica y a la epistemológica como ciencias, que reconozco no dominar, para afirmar que nuestros personajes son idénticos después de un tiempo transcurrido y se representan como tales, pero en otro espacio. Ha habido una continuidad en su existencia, sin precisar ámbito ni lugar. Habría que añadir, filosóficamente, a los verbos del apartado 1, el pensar, la imaginación. La búsqueda a través de los sueños. El yo es circunstancial, que dijo Ortega y Gasset; pero obliga, somete y supedita al individuo. O sumiso o rebelde con lo que le rodea.

Asimismo, quisiera ejercer de cirujano puntual con respecto al título de este postgrado. Si convenimos que la religión/es, no dejan de ser una particularidad del individuo, sin más, un adorno que le identifica, le personaliza y con lo que se comunica, se agrupa, sea a sus semejantes o con las alturas. Si la migración es un fenómeno cíclico con relación a unas aspiraciones, personales o económicas, que subyacen en todo territorio o seno individual y que motivan a aquél a moverse en pos de otras condiciones más benignas para su vida, lo que da peso a la intención pretendida de este curso sería el término identidad. Y ello es complejo, pues existen, o han existido, tantas como seres hay en el planeta. Se hace difícil alcanzar una definición concreta.

A tenor de lo visto, se me ocurre preguntar: ¿por qué no olvidamos del término identidad y nos centramos mas en la palabra persona?. No haremos distinciones y nos circunscribiremos al espacio que habitamos, actuando de modo práctico. Y también relativista. Por que es la subjetividad lo que persiste en todo lo humano. El concepto anterior allana; no existen verdades de modo absoluto.

Lo primero está siendo manipulado de modo agresivo. Opta por describir, maniquear, clasificar, y su excesivo cientificismo no ayuda, a la comprensión de lo que verdaderamente pretende: conocer y aceptar las diferencias como un hecho enriquecedor. Y hay más, por que se debe distinguir entre identidad de origen, es decir, de procedencia, y de voluntad, que implica futuro.

Si hablamos de la segunda acepción, de entrada estaremos respetando la individualidad más intrínseca, sin importar si lleva velo en Europa, cruza una calle de sentido religioso determinado cuando profesa otra costumbre o duerme en el suelo. El existencialismo personalista más locuaz, pues es la expresión de lo propio en primera persona. La caridad bien entendida empieza por uno mismo. Si me aplico esta máxima, tomada del refranero popular, sabiduría donde las haya del anecdotario humano, debo observar con los ojos bien abiertos, sin distinción de formas o colores.

En el plano académico y político, hay un afán por realizar un diagnostico tenaz y preciso sobre las identidades, grupos, culturas y etnias; parece que se busque un control, poblacional, humano, desde un punto de vista etnocéntrico, de todos aquellos que aparecen en un sector geográfico concreto; y nos estamos dedicando tanto a diseccionar que no atendemos la simpleza de los gestos, la espontaneidad más llana, aquello que nos enseña un modo diferente de comer, hablar, jugar o cantar; ello, desde el plano coloquial, el lenguaje de la calle, confunde. Se está llegando a extremos de conceptualización y concreción tales, con intenciones pretenciosas y sumarísimamente analíticas, que dejan de lado la semántica original, no ayudando a la mencionada compresión, pero sí a la estigmatización, el tópico descalificador y la marginación.

Los otros son un espejo en los que me puedo reflejar, si es mi deseo. Resumo: preguntemos si es feliz esa/s persona/s; o ha sido. En definitiva, ¿se cumplen, o se han cumplido, sus sueños?

Este texto no puede finalizar sin una sorpresa de última hora. Los medios de comunicación han transmitido la noticia de la no-aceptación de empleados en los procesos de selección empresariales si tienen la costumbre de fumar en privado. "Los empresarios podrán rechazar a los fumadores en sus ofertas de empleo", Andreu Missè, El País, 6/08/06. Todo un futuro esperanzador.

Habrá que acudir a la famosa frase de Filipo II de Macedonia en contestación a unos emisarios persas de la época: "… cuidáis con tanto esmero el cielo que perderéis la tierra…"

El hogar es para huir en busca de sueños que, con suerte, nunca se harán realidad.

Estrofa de "Estrella errante"; tema principal de la banda sonora del film "La leyenda de la ciudad sin nombre", 1969, Paramount Pictures, USA.

Completado a las 12.30 del 12/08/2006, y cada vez más escéptico.

 

 

Autor:

Pere Cañamero

NIUB 10643102

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