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El centro de salud, una historia más

Enviado por Martin Ulibarrie


Partes: 1, 2, 3

  1. Introducción
  2. Una mañana
  3. Primeras acciones en terreno
  4. La oficina del asistente social
  5. La pirámide
  6. La gente del pueblo
  7. De animales y animalitos
  8. La muerte
  9. No todo lo que brilla es oro
  10. Fin de la historia
  11. El infierno existe
  12. Relatando una historia
  13. Moraleja de la vida
  14. El diablo me visita todas las noches
  15. Los dos jefes del pueblo
  16. La gran crisis y la hambruna trucha
  17. Cambios en el centro
  18. Anécdota triste
  19. Militancia política en la zona
  20. La corrupción, mal epidémico
  21. El que avisa no traiciona
  22. La justicia es ciega, sorda, muda, pelotuda, tarada, etc.
  23. Verdaderas mentiras

Introducción

Lo que van a leer a continuación pude ser verdad o mentira, no esta escrito con una prosa pulida y rebuscando palabras, esta transcrito, casi con la marginalidad que he convivido durante mis últimos 20 años, esta en el idioma de la gran mayoría de pacientes que he atendido, con la extraña pureza de los pobres de esperanza, de los excluidos, que diariamente venían a tomar mate, a manguear un negro (Pucho), y a charlar, no se si les he podido dar una mano, si realmente he sido un buen asistente social o trabajador social, si les conseguí el subsidio a tiempo, el colchón, las chapas de cartón para el techo destartalado, el pasaje para el viaje del niño que debía operarse, no se, trate, si estoy seguro, que lo que hice, fue lo que pude y siempre tuvieron alguien para hablar, dar una opinión, putearlo en el buen sentido de la palabra, pedirles que se organicen y luchen por sus reivindicaciones y un mundo mejor.

No se si fui útil o no, acá simplemente quiero dejar historias, de momentos vividos, reales o no, vaya a saber, el que lea este escrito y allá vivido en el pueblo en aquellas épocas, capas se identifique, capaz que no.

Es simplemente dejar sentado historias que muchos no ven o niegan, ya que después de mucho tiempo pasado, estas cosas, siguen sucediendo, los excluidos siguen existiendo, los pobres también, los presupuestos en salud siguen siendo flacos o mal dirigidos, etc.

Lean, no esperen mucho, son simples historias noveladas, y piensen, que podríamos hacer todos juntos para cambiar la historia y no se repita.

CENTRO DE SALUD una historia mas

Una mañana

Una mañana de Marzo, pise por primera vez el centro de salud, asistente social, desocupado, ocho años en la calle, haciendo de todo un poco, ya que mis principios morales e ideológicos me habían llevado a ser un desocupado, bueno entre nosotros, un bocón del carajo, ya que me habían rajado dos veces de la administración publica, con cuatro hijos y mujer, que pensó mas en los demás y en denunciar corruptos, que no en el morfi de su familia, bueno, esa época ya paso y gracias a la buena predisposición de una colega y a los oficios de mi amada esposa y colega (que me consiguieron un contrato de obra y permitirme regresar a mi profesión que tanto quiero), desembarque una mañana en mi nuevo lugar de trabajo, la directora, una medica joven, con mucha polenta y con un perfil, que con el tiempo lo fui descubriendo, medio autoritaria la mina, pero con objetivos claros de laburo en bien de la comunidad, lo que si, sin un carajo de noción de que es un asistente social, como anécdota graciosa recuerdo que la mina muy seria un día me dice que el programa que me bancaba (un engendro de nación), iba a traer una ambulancia y como no contaba con mas chóferes que uno, iba a necesitar que la cubra yo, manejando el vehículo, yo la mire como si se hubiera rajado un pedo, entre confundido y azorado, trate de articular palabra marcándole cuales eran los roles y funciones de un trabajador social en el área especifica, centros de salud, la mina a su vez me respondió con una mirada, como planteándome, ché la puta, que poca colaboración, y como ya había tenido problemas en otras oportunidades de no hacerme entender verbalmente, nunca pude sacar en claro, si yo era el tartamudo mental, que no me asía entender o mis interlocutores se hacia los pelotudos para no entenderme, hasta ahora me queda la duda. Por lo que decidí, hacer un documento y elevarlo a la directora, temeroso de que la mina lo tome para el lado del carajo, se lo eleve los mismo, de ultima ya me habían echado en dos oportunidades de la administración publica por bocón, una mas, batía mi propio record, el documento cayo re bien, la mina me llamo, lo charlamos, me pidió mas información y nunca mas me rompió la bolas con cosas raras fuera de mis funciones especificas de trabajador social, siempre dije y lo sostengo, (estoy en salud hace un tiempo largo hoy), y es que, a los médicos, directores y personal de los centros de salud, el profesional de trabajo social tiene que hacer docencia con los mismos, ya que están tan sumergidos en los problemas cotidianos de la salud y propios, que no entienden y no saben un carajo de otras áreas o de otros temas que no sea la atención del paciente hoy y acá en este momento.

Primeras acciones en terreno

Como era nuevo en la zona me corte el pelo al ras, me iba bien vestido y hasta zapatito me puse, los devaneos de hippy revolucionarios y de extraño de pelo largo, los guarde en el ropero, en esos tiempos me había comprado una moto zanella 125 negra, con ella me iba a visitar a los pacientes que tenían problemas sociales, un día del invierno del 98, salgo del servicio a las 8,30 horas, el objetivo era visitar a una señora, que decían tenia problemas sociales, su domicilio era la zona semi rural del pueblo, la que llaman lote 200 la bomba, ya que allí hay una bomba de agua de desagote por las inundaciones, es una barriada pobre de ranchos precarios a la vera de una sola callejuela, tipo pasillo largo que desembocaba en una zona boscosa, la calle, de tierra, con cráteres de vieja data, los perros y la basura reinaban en el lugar.

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