Dimensiones en el proceso de transformación del espacio pampeano (1850-1890) (página 2)
Enviado por germanfrolo17
El aumento del intercambio no sólo significó un incremento de las actividades productivas. Fundamentalmente, consistió en un reajuste de la estructura interna de producción, para satisfacer los cambios de la demanda externa. Los nuevos rubros exportables (cereales y carne), y las importantes modificaciones y avances con respecto a los rubros tradicionales (tasajo, cueros, etc.), son un índice no sólo de las modificaciones en la demanda, sino también de la mayor modernización de las estructuras de producción, que anteriormente se basaban en economías regionales desarticuladas que no generaban excedentes suficientes como para exportar a otras regiones.
El ciclo del lanar, con sus múltiples altibajos, dominó toda la primera parte del proceso de adecuación de la economía pampeana a las nuevas pautas internacionales.
Entre 1850 y 1855 comenzó a notarse un avance en la cría de ganado ovino en la provincia de Buenos Aires. Los estancieros advirtieron las condiciones ventajosas que ofrecía el negocio del ovino, con sus bajos costos y el rápido ciclo de reintegro de capital. Así, se produjo un movimiento a favor del ovino que provocó que parte de la población porteña emigrara al campo, y que los estancieros sin lanares vendieran su ganado vacuno o sus campos para procurárselos.
Ya hacia 1840 abundaban las graserías en las zonas ovinas de la provincia de Buenos Aires, valorizando las reses de carneros, pues el cebo de carnero tenía alto valor entonces. La creciente demanda de lana había producido la incorporación progresiva de animales de raza, y el paulatino reemplazo de las ovejas criollas por ovinos mestizados. Los merinos franceses, por su mayor cuerpo y largura de mecha, desplazaron a los merinos sajones que predominaban antes.
Desde ese momento los ovinos fueron ocupando un lugar cada vez más preponderante en las exportaciones de la región. En 1850 habían salido del país 7681 toneladas de lana. Para 1875, los embarques alcanzaron a 90720 toneladas. Es decir, que en 25 años las exportaciones se habían multiplicado más de 10 veces.
La gran expansión del ovino produjo profundos cambios técnicos y sociales. Las nuevas exigencias del mercado internacional aceleraron una serie de cambios productivos que modificaron el espacio pampeano.
El mestizaje del ganado ovino no sólo exigía un cuidado mas intenso de las majadas mediante expertos reproductores para la cruza, sino que también requería una serie de innovaciones técnicas y cambios en las formas de producción. Es así como los estancieros comenzaron a impulsar la mejora de los pastos y el cercado de las tierras. El alambrado de los campos revolucionó profundamente las costumbres. Antes de él, un propietario no era dueño de hacer plantaciones, sembrados y potreros donde más le convenía, dado que los vecinos y los transeúntes solían realizar senderos y caminos por doquier para atravesar el establecimiento. Con el alambrado se invierten los factores. Los transeúntes pasaron a depender de los propietarios. Pero aun más importante, cambiaron las tareas habituales, suprimiéndose las pesadas rondas diurnas y nocturnas para vigilar al ganado. De día los ovinos pastaban libremente dentro de la propiedad, y por la noche se los encerraba en el corral. Se modifica así toda la infraestructura en las estancias. Además, se avanza en la construcción de galpones para la esquila, corrales, puestos para los pastores, y depósitos para la lana, la limpieza de aguadas y la apertura de pozos.
Los cambios no sólo repercuten en los aspectos técnicos de la vida rural, sino que contribuyeron a modificar las tradicionales pautas de la vida social en la región. De esta manera, el gaucho y el arriero comenzaron a ser reemplazados por pastores, puesteros y peones. Además, un número cada vez más significativo de inmigrantes llegaba a la región, donde la necesidad de mano de obra atraía a nuevos brazos.
Las serias dificultades que debían enfrentar los propietarios de la tierra para ponerla en explotación con personal capacitado, privilegiaron durante un tiempo la experiencia y la capacidad de trabajo de inmigrantes europeos, sobre todo irlandeses, en la cría de ovejas.
Hacia fines de la década de 1880 –y luego de haber superado dos crisis sucesivas en 1866-1868 y en 1872-1874 – los ovejeros iniciaron una nueva etapa, reemplazando el tipo de ovino en producción debido a los cambios en la demanda de la industria textil europea, que exigía lana más larga. Así, iniciaron el reemplazo de 40 millones de merinos por ovejas de la raza Lincoln, en un ultimo intento de salvar una ganadería que tuviera como uno de sus pilares fundamentales la cría de ganado ovino y la producción de lana. Esto evidencia la notable ductilidad de los estancieros por acompañar las señales del mercado internacional.
Hacia finales de siglo, el auge del ovino llegaría a su definitivo fin, a causa de diversos factores. Entre ellos, la baja en los precios del textil crudo, la aparición de la aftosa, y, principalmente, los mayores beneficios que producían el ganado vacuno y la agricultura, lo que empujaba a los productores a cambiar sus pautas productivas
Hacia la década de 1870 se inicia un nuevo auge de la ganadería bovina. Comienzan a organizarse campos de engorde y descanso de ganado en las proximidades de los mataderos. Gracias a la extensión del alambrado se multiplicaron los corrales de abasto en los campos cercanos a Buenos Aires, gestándose así una especialización dentro de los ganaderos: las invernadas. Las invernadas para frigorífico se asentaban en zonas donde existían mejores condiciones para el desarrollo de la alfalfa. Con la llegada del ferrocarril, la posición geográfica deja de ser una preocupación privilegiando así, exclusivamente, la calidad del suelo.
Los invernadores solían ser calificados como negociantes y especuladores, porque compraban el ganado a bajo precio y luego lo revendían obteniendo una ganancia superior con respecto al precio pagado al criador.
Cabe destacar que los procesos descriptos hasta ahora, es decir, las transformaciones de los parámetros de producción que implicaron rápidas alteraciones tecnológicas, no se produjeron de manera homogénea en la región. En los ciclos analizados se observó siempre la presencia de productores hábiles y perspicaces, estancieros con gran iniciativa que supieron adaptarse a las nuevas exigencias. El núcleo de productores "progresistas" era siempre al comienzo una minoría, pero advertía rápidamente el tipo de respuesta que debía darse en las unidades productivas a los cambiantes desafíos que planteaban las sucesivas alteraciones de la demanda mundial.
Durante la década de 1880, debido a la preferencia de los frigoríficos por la carne ovina, se produjo un fuerte aumento de la exportación de ganado vacuno en pie, así como el envío de carne congelada a los mercados europeos. Las necesidades frigoríficas, ya sea para enfriado o congelado de la carne, obligaron a los ganaderos a mejorar la calidad de sus rodeos.
Si bien a partir de 1880 los frigoríficos ocuparon el lugar preponderante en la actividad ganadera, este proceso comenzaría a acentuarse a partir del siglo XX. El gran avance en las exportaciones d carne se daría recién hacia 1903, cuando los frigoríficos comienzan a utilizar vacunos en sus faenas.
Con la nueva demanda, se generó una rápida mestización del vacuno por parte de los productores, quienes anteriormente se habían resistido al ganado fino, o lo miraban con rechazo. Esta transformación no podía realizarse sin la formación de praderas artificiales, pues los pastos naturales no permitían aprovechar eficazmente la capacidad de asimilación del los animales mejorados. Comenzó así a darse un notable interés por los alfalfares, para asegurar una mejor alimentación de los animales que debía producir mejor y mas abundante carne. Se buscaba transformar rápidamente el ganado criollo en animales mestizados de alta calidad.
De esta forma, comienza a darse un ciclo de combinación tanto de la actividad ganadera como de la agrícola dentro de las estancias. Los cultivos combinados se impusieron, y así como estuvieron vinculados con una etapa ascendente para la ganadería, también lo estuvieron con un cambio de suma importancia en la actividad agrícola. La producción agropecuaria pasa a conformar el sector más importante de la economía, y del desarrollo en la región.
La demanda de productos alimenticios dio relevancia económica a territorios que estaban más allá del territorio explotado hasta entonces. La necesidad e adaptarse a las nuevas demandas exigía además de la exportación de carne, el cultivo del cereal. La modalidad más conocida fue el desarrollo de cultivos trienales, entregando tierras (bajo la forma de aparcería o de arriendo) a pequeños productores, que debían ponerlas en producción intercalando, a lo largo de tres o cuatro años, trigo, maíz y alfalfa. Esta combinación productiva fue la que permitió y aseguró el gran crecimiento agrario de fines de siglo.
Los niveles elevados que alcanzó el intercambio, es decir, el desarrollo de lo que se dio en llamar el modelo agro-exportador, estuvieron estrechamente vinculados con un poderoso movimiento de mano de obra y de capitales desde los países del viejo mundo. Los flujos internacionales de capital, en particular los de Gran Bretaña, tendieron a concretarse en fondos públicos, transportes (ferrocarriles), y cédulas hipotecarias. Entre 1885 y 1890, una de las épocas de mayor inversión de capital extranjero en la región, el 35% de las inversiones británicas correspondieron a préstamos al gobierno, el 32% a ferrocarriles, y el 24% a cédulas hipotecarias. Luego de la crisis de 1890 se notaría una disminución sustancial del flujo de capitales extranjeros hacia la región.
Es importante destacar las inversiones ferroviarias, por la influencia que su expansión tuvo en el crecimiento de la economía pampeana, y desde luego, argentina.
1.b. El ferrocarril: símbolo de la expansión capitalista.
Ya durante el periodo en estudio la temprana economía industrial europea había descubierto el ferrocarril. Así, la extensión geográfica de la economía capitalista se pudo multiplicar a medida que aumentaban sus transacciones comerciales. Todo el mundo se convirtió en parte de esa economía. En términos cuantitativos, el tercer cuarto del siglo XIX fue la primera época real del ferrocarril.
Argentina, y más específicamente, la región pampeana, no pudo escapar, como ya se describió, a esta nueva manera de ser del mundo capitalista, y a lo que Karl Marx denominó como su logro más supremo: el ferrocarril.
La evolución de la red ferroviaria en el área pampeana evolucionó a ritmos acelerados durante el periodo en estudio. Esta red, que en 1857 tenia apenas 10 km. de extensión, pasó a ser de 9254 km. en 1890.
En 1857 se inauguró el primer ferrocarril en la región, y en Argentina. En su tramo inicial, el Ferrocarril del Oeste unía Plaza Lavalle con Floresta, en la ciudad de Buenos Aires. Este ferrocarril nació impulsado por un grupo de comerciantes, pero posteriormente fue adquirido por el gobierno de la provincia de Buenos Aires.
Para 1870, de los 772 km. de vías que se extendían en la región, 177 km. correspondían al Ferrocarril del Oeste, que luego de su tramo inaugural llegaba ya a Bragado. Luego se extendería hasta 9 de Julio, y en 1890 se detiene en Trenque Lauquen, donde se construye un taller y depósito de locomotoras que generaría empleo en esa ciudad fundada pocos años atrás. El Ferrocarril del Oeste se extendía por las áreas productivas tanto ganaderas como agrícolas, con un destino fijo: llegar a Chile.
El Ferrocarril del Sud, de capitales británicos, tenia para 1870 una extensión de 114 km. hasta Chascomús, una de las ciudades nacidas en la vieja línea de fortines, al sur del Salado.
Estaba presente en los directivos tanto del Ferrocarril del Oeste como del Ferrocarril del Sud, la idea de ocupar con sus líneas férreas las ricas tierras del sur de la provincia de Buenos Aires, que luego de la campaña del desierto serían altamente valorizadas, y extender luego los rieles hasta la ciudad de Bahía Blanca.
Existió entonces una verdadera rivalidad entre ambos ferrocarriles. El del Sud se transformaría más tarde en una de las líneas ferroviarias más poderosas del país. En cambio, el Ferrocarril del Oeste no pudo hacer frente a sus dificultades y fue adquirido luego por capitales ingleses. Ambos tendrían más adelante pactos y convenios comerciales en común.
El Ferrocarril del Sud se extendió, de hecho, rápidamente como efecto de la campaña del desierto. La línea principal se prolongó de Chascomús a Dolores, y de allí a Ayacucho, en 1880, y a Tandil en 1883. Tras una disputa con el Ferrocarril del Oeste se extendió la línea a San Miguel del Monte, Azul, Ovalaría y a Bahía Blanca. Aparece así la línea a Bahía Blanca por Lamadrid y por Juárez sorteando el sistema serrano de Ventania. En 1886 se inaugura el tramo Maipu-Mar del Plata, luego de ser sometida esta línea a difíciles pruebas, debido a que debía cruzar terrenos bajos y anegadizos de la pampa deprimida.
El Ferrocarril Central Argentino se extendía entre Rosario y Córdoba. Para llevar adelante la construcción de este ferrocarril de capitales británicos, se creo la "Central Argentine Land Company LTD" y se trajeron de Europa familias que formaron luego la colonia agrícola de Roldán, en la provincia de Santa Fe. Este ferrocarril, que unía dos ciudades significativas, fue considerado pionero en ese entonces. Tenia una excelente situación, por su emplazamiento portuario en Rosario, en el extremo norte de la pampa ondulada, donde el frente fluvial mostraba condiciones favorables para el establecimiento de una estación marítima.
El Ferrocarril de Buenos Aires a Ensenada tenia como objetivo unir a través de la ribera la ciudad de Buenos Aires y lo que fue el sitio elegido como ideal para la construcción de un puerto en aguas de mayor profundidad.
El Ferrocarril del Norte, que tenia 29 km. de extensión, se construyo para servir al puerto de San Fernando, al norte de Buenos Aires.
Es importante destacar que el trazado de vías no partía radialmente desde el puerto de Buenos Aires, sino desde dos centros: Buenos Aires y Rosario, dos ciudades que contaban por entonces con las mejores probabilidades de ser federalizadas. Recién en 1883, cuando las vías del Ferrocarril del Sud llegan a Bahía Blanca, comenzaría a perfilarse el tercer punto importante de convergencia, junto a Buenos Aires y Rosario, sobre los cuales se estructuraría la red ferroviaria.
El ferrocarril ocupó el espacio, integro el territorio, facilitó el poblamiento y el desarrollo de las actividades. Todo se movió a su ritmo. Fue un factor vital de humanización y valorización de los espacios agrarios. El ferrocarril contribuyó a radicar familias en el espacio rural, fertilizar tierras, modernizar métodos de cultivo, introducir nuevas espacies vegetales, buscar nuevas salidas portuarias y nuevas perspectivas de explotación. Casi todas las líneas tenían chacras experimentales, algunas destinadas a carnes, otras a cereales, etc.
A mediados de 1869, el Ferrocarril Central Argentino comenzó la tarea de colonizar campos que anteriormente se les habían cedido a ambos lados de las vías tendidas hasta entonces entre Rosario y Córdoba.
El impacto del ferrocarril sobre el espacio fue muy importante. Su presencia modificó profundamente el paisaje pampeano. El tendido de vías se vio condicionado por las características físicas del espacio.
Las líneas se tendieron sobre terraplenes de tierra, casi sin balasto de piedra, debido a que este elemento escaseaba en la región. Sólo cuando se llegó a Tandil, y a las sierras cordobesas, comenzaron a explotarse allí canteras de mignamitas y granito, haciendo posible balastar las líneas principales.
Las denominadas "obras de arte" no abundaron en la región. Los pocos ríos existentes no necesitaron la construcción de grandes puentes para ser superados. Sin embargo, sí fue necesario construir un gran número de alcantarillas, debido a los cíclicos periodos de inundaciones y sequías, sobre todo en la pampa deprimida.
Las vías extendidas en la pampa deprimida produjeron alteraciones en las condiciones del medio natural: la escasez de alcantarillas favorece el desborde de ríos y arroyos. A esto se le agrega que los terraplenes embalsan las aguas que provienen del lavado en los campos. En cambio, en la pampa ondulada, las líneas se extienden sobre las lomadas, circulando por puentes, con un largo alcantarillado alrededor, es decir, en el fondo de los valles fluviales.
Desde luego, además de las vías férreas, se agrega al paisaje la presencia de las estaciones ferroviarias, tanto en el campo como en los pueblos y las ciudades.
Las estaciones de campo se construyeron al estilo "ingles". En general, poseían características similares: el techo a dos aguas, la sala de espera, la oficina del jefe y el auxiliar, la boletería, y una galería que daba a la vía principal. La estación estaba rodeada de una o varias viviendas y el tanque de agua.
Este panorama, con el impacto del ferrocarril en el paisaje se repitió a todo lo largo de la pampa, afectando a las plantas urbanas en su estructuración y apariencia.
Con el creciente manejo de grandes cantidades de carga y de personas sería luego necesaria la construcción de playas de maniobras y clasificación. Otro elemento incorporado al paisaje fueron los inmensos talleres ferroviarios, que se extendían en decenas de hectáreas, ocupando a miles de operarios.
Los ferrocarriles construidos fueron el resultado de iniciativa privada y las acciones del Estado. Los inversores privados tendieron sus líneas sobre las áreas de mayor potencialidad económica, y se vieron verdaderamente beneficiados por el sistema de rentabilidad asegurada que el gobierno les ofrecía. Por su parte, el Estado, con sus trazados trató de llevar fomento y población a las regiones marginales y áreas de escaso valor económico. Se buscaba así una rápida adaptación de la región a las necesidades de la economía mundial, tratando de extender el progreso y la riqueza que el aumento del intercambio traía consigo.
Por ultimo, cabe destacar que al aumento del intercambio comercial, y de las inversiones de capitales extranjeros en la región –especialmente en la construcción de ferrocarriles- también le correspondió un considerable incremento en la llegada de inmigrantes europeos. Este factor impactaría de igual manera, en una forma notable, sobre la evolución del espacio pampeano.
1.c. Las migraciones y su impacto en la región.
Las condiciones naturales de la pampa eran ideales para poner en marcha el nuevo sistema económico que quería implantarse en el país. Uno de los problemas que obstaculizaba la conquista de las tierras era la presencia de grupos indígenas que impedía la ocupación de tierras necesarias para la nueva producción. Las tierras de la región pampeana comenzaron a adquirir mayor valorización. Es en ese momento que se toma conciencia de la necesidad de poblar el territorio eliminando a los indígenas. La Conquista del Desierto cumplió con ese objetivo y solo quedaba ocupar el espacio.
La segunda mitad del siglo XIX se caracterizó por la llegada de grandes masas de inmigrantes que fueron poblando el territorio y modificando las actividades que en él se realizaban. Por ejemplo, grupos de inmigrantes irlandeses compraron sus tierras entre 1860y 1875. La mayoría de ellos se incorporaron al campo, revolucionando las condiciones productivas. La cría del ovino fue una actividad pobladora del campo. En su mayoría, los inmigrantes provenían de Europa, dado que las condiciones que allí se vivían eran poco favorables. Esta difícil situación provocó la expulsión de grandes oleadas migratorias hacia nuestro país, entre otros.
Esa expulsión tenía que ver con causas económicas, sociales y demográficas. Por un lado, los procesos de transformación económica provocaron la ruina de actividades tradicionales llevando a muchos productores y agricultores a la miseria. Por otro lado, el excedente de población en el viejo continente producía una tensión entre los habitantes y los recursos disponibles.
Los inmigrantes llegaban cargados de expectativas, no solo económicas, sino también con la intención de valorizar sus profesiones que habían dejado de tener valor.
Al mismo tiempo, las grandes posibilidades laborales, tanto urbanas como rurales, favorecía a los migrantes europeos convirtiéndose en el principal factor de atracción. También les resultaba atractiva la idea de realizar las tareas que ya no podían desempeñar en sus países de origen. En su mayoría, al llegar al puerto de Buenos Aires declaraban ser agricultores aunque posteriormente desempeñaran otras tareas.
El monopolio de la tierra por parte de los sectores terratenientes nativos evitó la radicación de inmigrantes en el campo y provocó su instalación en las ciudades. Dentro de los que se instalaron en el campo se pudo comprobar que muchos preferían ser arrendatarios de una amplia fracción de tierra antes que ser propietario de otras más pequeñas.
2.a. Las políticas migratorias.
Como mencionamos anteriormente, para activar la producción en La Pampa Húmeda y establecer vínculos con el exterior era necesario conquistar y distribuir la tierra, atraer y afincar la fuerza de trabajo inmigrante y obtener los capitales extranjeros necesarios para la producción.
El estado argentino, a través de la implementación de nuevas políticas, abrió nuevas posibilidades económicas mediante la conquista de nuevas tierras, la promoción de la inmigración y el establecimiento de colonias en la región.
La inmigración fue promovida por el estado argentino a través de la Ley 817 de Inmigración y Colonización sancionada en 1876. Es importante aclaran que esta ley contribuyó de manera limitada a promover la inmigración europea. En cuanto a la colonización, también tuvo escasa implementación práctica, salvo entre 1887 y 1889, durante el gobierno de Celman.
Esta ley también contemplaba una política de pasajes subsidiados que culminó en 1890. Se brindaba además una serie de facilidades para quienes arribaran al puerto de Buenos Aires desde ultramar. Se les proveía alojamiento en el Hotel de Inmigrantes durante los primeros días, y se les daba pasaje gratis para que se trasladaran al lugar del país que hubieran elegido.
Por otra parte, se les ofrecía la posibilidad de obtener trabajo a través de una oficina de trabajo creada para ese fin.
Algunos autores confirman que, en la mayoría de los casos, los inmigrantes no utilizaban estos beneficios ya que llegaban al país a través de parientes o amigos instalados en él, quienes les daban el primer alojamiento y les encontraban su primer empleo.
2.b. Colonización y expansión del territorio.
Las políticas para atraer inmigrantes y la necesidad de ocupar el territorio provocaron que se produjeran diversos tipos de colonización en el espacio pampeano. Uno de los tipos de colonización es el que tuvo lugar en la provincia de Santa Fe. Hacia 1870una porción de las tierras privadas de la provincia se hallaba en manos de unos pocos individuos.
En 1883 se pudo apreciar la existencia de 4 zonas:
- La región norte, donde predominaban las grandes propiedades;
- La región centro y extremo norte de la región sur, donde había un gran avance de las colonias agrícolas;
- El sur de Santa Fe, donde predominaban las estancias;
- La franja este de todas las regiones mencionadas, donde era posible observar el predominio de estancias pequeñas y medianas.
Entre 1872 y 1883, muchas propiedades comenzaron a dividirse y a ser ocupadas por estancias lanares y por las colonias agrícolas. Las colonias agrícolas en Santa Fe tuvieron distintas formas de organización. Pueden distinguirse 4 sistemas de organización:
- Colonias fundadas por el gobierno nacional o provincial. El número de estas colonias fue insignificante. Algunas de estas tierras demostraban ser poco aptas para los cultivos cerealeros. Este sistema resultó ser costoso e ineficiente y, hacia 1880 fue casi totalmente abandonado. Se puede mencionar como ejemplo a Avellaneda y Reconquista.
- Colonización oficial. En las primeras etapas de colonización la mayoría de las colonias se fundaron bajo este sistema. El gobierno provincial vendía o daba en concesión grandes superficies a particulares y exigía el cumplimiento de algunas obligaciones, por ejemplo, una parte de la superficie. Esperanza y san Carlos son ejemplos de este tipo de colonización.
- Colonización privadas. Hacia 1895, la mayoría de las colonias había sido fundada bajo este sistema. En este tipo de colonización, el empresario compraba la tierra al precio de mercado y la vendía al mejor postor. Adquiriendo las tierras de esta manera se eximía del pago del impuesto de contribución directo por 3 o 5 años.
- Colonización particular. La diferencia que tiene este sistema era que no había facilidades impositivas ni obligaciones para el empresario. Es sistema consistía en que el comprador rentaba la tierra a un intermediario que luego la subdividía en lotes que entregaba en arriendo a los colonos.
Con el estallido de la guerra de Paraguay se amplió el mercado para la producción de colonias. Cuando el conflicto finalizó, las colonias enfrentaron algunos de los viejos problemas, por ejemplo, el alto costo del transporte. A pesar de estas dificultades, el proceso de colonización en Santa Fe seguía progresando. Los años 80son considerados como la Edad de oro de la colonización agrícola. En esa época los campos de trigo de Santa Fe, fueron vistas como las tierras de promisión para muchos inmigrantes europeos.
En cambio, en Buenos Aires no existían tierras públicas para que se instalaran los inmigrantes, por lo tanto, la política de colonización fue diferente a la de Santa Fe.
A partir de 1888 se pone en práctica la Ley de Centros Agrícolas que aprueba como plano modelo para la traza de un centro agrícola el confeccionado por el Departamento de Ingenieros, estableciendo que todas las concesiones se debían ajustar a él.
Así es como entre febrero y abril de 1888 se solicitan 10 concesiones para fundar centros agrícolas. Los lugares con mayor cantidad de centros concedidos fueron: La Plata, Lincoln, Bahía Blanca, Chivilcoy y Alsina.
Las peticiones de tierra pública al gobierno para formar dichos centros fueron numerosas y sin medida ni restricción. Esto explica el por qué la Ley de Centros Agrícolas de 1887 solo resultó adecuada en teoría, porque en la práctica no fue capaz de asegurar el cumplimiento de las obligaciones contraídas por los empresarios. Por ejemplo, no todas las concesiones fueron dedicadas al fomento agrícola.
La Sociedad Rural Argentina destacó y elogió las operaciones realizadas durante 1888 en relación con la Ley de Centros Agrícolas y, al mismo tiempo, observó con satisfacción las iniciativas que desarrollaron la creación de estas colonias.
El 29 de noviembre se presenta un proyecto de ley para el establecimiento de 4 colonias agrícola-pastoriles en tierras bonaerense. El propósito era desarrollar la agricultura. Finalmente, el proyecto no prosperó.
Otro intento por concretar los objetivos formulados en la Ley del 25 de noviembre de 1887, es el establecimiento de almacenes generales en los centros agrícolas.
El gobierno bonaerense actuó con mano débil ante los abusos cometidos por los empresarios de centros agrícolas, provocando lesiones graves en la economía provincial.
Finalmente, a lo largo de este trabajo hemos tratado de describir cómo
la actividad económica de la región pampeana se vio modificada al ritmo de la economía capitalista mundial.
En la segunda mitad del siglo XIX se consolida el esquema de la "estructura agroportuaria". Las sucesivas campañas militares fueron alejando a los indios nómadas y permitieron extender la frontera ganadera, más por exigencia de los mercados externos que por presión de la población o de la agricultura por nuevas tierras. Las necesidades de la industria textil inglesa favorecieron la expansión del ovino, hasta que el frigorífico valorizó nuevamente la producción de carnes.
El más importante elemento de la conquista del territorio fue el ferrocarril, que actuó como nexo entre las unidades de producción y el puerto, llevó mano de obra a los campos y permitió la expansión de la agricultura en territorios más alejados. La mayor parte de la red ferroviaria se construyó en esta etapa.
La técnica del frigorífico provocó un gran cambio tecnológico en la ganadería con sus nuevas exigencias: refinamientos, praderas de alfalfa, potrerización de los campos, molinos.
La agricultura, que no tuvo una gran expansión en la primera mitad del siglo XIX, se había mantenido como una actividad destinada a satisfacer los mercados locales, desarrollada en el área de influencia de los centros urbanos, comenzó su expansión. La colonización agrícola en la pampa norte se inició con pequeñas propiedades en Santa Fe y luego adquirió gran desarrollo en esa provincia y en Buenos Aires, Entre Ríos y Córdoba, colocando al país entre los principales exportadores mundiales de granos en el comienzo del siglo XX.
El factor fundamental del poblamiento fue la gran inmigración de europeos, como consecuencia del exceso de habitantes en el viejo mundo, que alcanzó gran intensidad a fines del siglo XIX y principios del XX. Los extranjeros representaron la mano de obra idónea para la agricultura, aunque la gran mayoría se quedó en las ciudades, dada la escasa posibilidad de acceso a la tierra.
De esta forma vemos que todos estos hechos descriptos fueron consecuencia esencialmente no solo de la nueva forma de ser del mundo capitalista sino también de las nuevas políticas adoptadas por el naciente.
- Barsky, O. Y Pucciarelli, A. "El agro pampeano. El fin de un periodo" Primera parte: La evolución de la estructura agraria pampeana. Capítulo II: Información estadística y las visiones sobre la estructura agraria pampeana. Buenos Aires: FLACSO – Oficina de publicaciones del CBC. 1997
- Bonaudo, M. (directora de tomo) "Nueva historia argentina" Tomo IV, capítulo V. Buenos Aires: Editorial Sudamericana. 1999
- Cortés Conde, R. Y Gallo, E. "La formación de la Argentina moderna". Capítulo II. Buenos Aires: Editorial Paidós. 1967
- Devoto, F. "Migraciones europeas a la Argentina". En Ciencia Hoy, vol. 3, N°15, setiembre-octubre de 1991
- Gaignard, R. "La Pampa argentina. Ocupación – poblamiento – explotación. De la conquista a la crisis mundial" Capítulo I. Buenos Aires: Editorial Solar. 1989
- Gallo, E. "La Pampa gringa" Capítulo II. Buenos Aires: Editorial Sudamericana. 1983
- Girbal, N. "Los centros agrícolas en la provincia de Buenos Aires" Selección. Buenos Aires: Fundación para la educación, la ciencia y la cultura. 1980
- Hobsbawn, E. "La era del capital, 1848 –1875" Capítulo II. Buenos Aires: Editorial Crítica. 1999
- Roccatagliata, J. "Los ferrocarriles en Argentina. Un enfoque geográfico" Capítulos II y III. Buenos Aires: EUDEBA. 1987
Autor:
German Torres
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