Introducción
Las nutrias son mamíferos acuáticos, que habitan tanto sistemas de agua dulce como marinos. En Colombia existen dos especies, una conocida como nutria gigante, lobo de río o perro de agua, denominada científicamente Ptenorura brasiliensis y otra llamada nutria neotropical o lobito de río, que recibe el nombre científico de Lontra longicaudis.
La nutria neotropical mora en una gran variedad de ecosistemas, se le puede encontrar en bosques deciduos o tropicales, sabanas, llanos, pantanos y en climas templados y fríos (Emmons, 1997), en ambientes costeros (Alarcon & Somõeslopes, 2004), zonas de manglar (Arcila, 2006) y ríos altoandinos. En Colombia su distribución se restringe a las vertientes Atlántica y Pacífica de la región Andina con distribución altitudinal desde los 0 m hasta aproximadamente
2800 m en los valles del Cauca y Magdalena, las cuencas del ríos San Juan, Sinú, Orinoquía y la región Amazónica (Alberico et al., 2000; Botello, 2004).
Las nutrias viven en áreas que cumplen con ciertos requisitos, entre los que se encuentran: una amplia vegetación ribereña y buena cobertura de escape (Colares & Waldemarin, 2000; Gori et al., 2003; Botello, 2004; García & Quintana, 2005), ya que en las márgenes del cauce es donde realizan actividades como descanso, marcaje de territorio, limpieza de pelaje y cría de cachorros (Chanin, 1985; Kruuk, 1995).
Se encuentra incluida en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Inskipp & Gillet, 2005), pero es considerada con datos deficientes por la IUCN (Waldemarin & Alvares, 2008). Para Colombia la especie es catalogada Vulnerable (VU) debido a la rápida disminución poblacional, reducción del área de ocupación y deterioro de la calidad del hábitat (Trujillo & Arcila, 2006). Por la belleza de su piel en el pasado fueron intensamente cazadas y sus poblaciones disminuyeron drásticamente en número haciendo que en algunas regiones geográficas se extinguieran.
En los países donde habitan se tomaron medidas para protegerlas, lo que ha generado buenos resultados ya que en algunos sitios donde se pensaba que ya no existían, éstas han vuelto a ser habitantes frecuentes. Sin embargo, con el paso del tiempo, han surgido nuevas amenazas que vuelven a ponerlas en riesgo, el Plan de Acción para las Nutrias en Latinoamérica identifica la destrucción de hábitat y la contaminación de las fuentes hídricas como las principales amenazas a las poblaciones de la especie en la región (Foster- Turley et al., 1990). Esta categorización y las amenazas que afronta la especie, generan la necesidad de realizar estudios sobre su biología básica con miras a recopilar información base para su conservación.
Características
Los carnívoros son parte importante en los ecosistemas, ya que mantienen el control sobre otras especies. Un ejemplo de esta función reguladora es cuando las nutrias cazan y se comen a los peces: cuando lo hacen, equilibran las poblaciones y de manera indirecta contribuyen a que sobrevivan los peces más saludables y rápidos, pues éstos son los más difíciles de atrapar. Algunos de los restos que dejan sobre las orillas como escamas, son alimento de aves y hormigas, contribuyendo así a la red trófica.
La familia Mustelidae a la cual pertenecen las nutrias, está compuesta por más de cincuenta especies que habitan en todo el mundo. Se caracterizan por comer carne y algunos carroña y tener ciertas características físicas en común:
• Un cráneo alargado.
• Patas cortas y gruesas.
• Cuerpo largo y delgado.
• Orejas pequeñas y redondeadas.
• Glándulas anales de olor.
Las nutrias tienen varias características que les permiten desenvolverse muy bien en el agua:
• Cuerpo hidrodinámico: alargado y flexible.
• Pelaje impermeable: tiene pelos muy tupidos y de dos tipos, unos más largos y otros más cortos, que al entrar en contacto con el agua crean pequeñas burbujas de aire que impiden que la piel se moje.
• Cola larga, aplanada y fuerte, y patas con membranas interdigitales. Su cola y sus patas le permiten impulsarse bajo el agua y nadar ágilmente.
• Vibrisas en el hocico que les permite sentir el movimiento del agua para cazar peces en aguas turbias. Éstos son más largos que los del pelaje, claros y más gruesos.
• Orificios de la nariz y de los oídos que al sumergirse se cierran, evitando la entrada del agua.
Cada nutria tiene una mancha en el cuello conocida como mancha gular, es igual que nuestra huella digital ya que cada una de las manchas es única para cada nutria, de esta forma los investigadores pueden identificar a cada individuo dentro de un grupo y reconocerlo cuando lo vuelvan a ver.
La nutria neotropical es solitaria, aunque a veces, las hembras están con su cría. Ambas especies pueden encontrarse en un mismo lugar, pero se cree que se evitan y no compiten ya que desarrollan sus actividades en diferentes momentos del día. Mientras que la nutria neotropical es activa durante la puesta del sol y durante la noche, el perro de agua lo es desde que amanece hasta un poco antes de que se oculte el sol. Además, se diferencian en el tamaño de presa que capturan.
Sin duda alguna su alimento preferido son los peces, pero ocasionalmente comen crustáceos, moluscos, anfibios, reptiles, insectos, aves e incluso pequeños mamíferos. En general son animales oportunistas y su dieta varía de acuerdo a la región geográfica donde se encuentren. Si no son muy grandes se los comen dentro del agua, de lo contrario salen a las orillas o se van hacia las ramas emergidas de los árboles cercanos.
Uso del hábitat
La estimación de la población y la determinación del uso de hábitat de mamíferos silvestres resulta ser un aspecto de suma importancia, puesto que si en algún momento las intenciones son manejar y/o conservar alguna especie,
estos parámetros pueden ofrecernos la pauta en la toma de decisiones referentes a dichas poblaciones (Sutherland, 2006).
La abundancia y distribución de las poblaciones varían en el espacio y en el tiempo, usualmente con la disponibilidad de los componentes ambientales necesarios para la vida (Litvaitis et al., 1.996). El hábitat provee de alimentos, cobertura y otros factores esenciales para la supervivencia de las poblaciones. Muchas investigaciones ecológicas sobre mamíferos, como las que abordan la estimación de la abundancia de las poblaciones de determinadas especies, el estado en que se encuentran (Dellafiore y Maceira, 1.998; Richard et al., 1.998; Walker et al., 2.000), y el análisis del uso que las especies realizan de su entorno; son herramientas fundamentales para la conservación y el manejo de las poblaciones silvestres a largo plazo (Samuel et al., 1.996).
La selección del hábitat, es la elección de un ambiente particular, entre varios posibles. De esta manera las especies eligen diferentes ecosistemas de
acuerdo a sus necesidades anuales o estacionales. Estas diferencias en el uso, son debido a comportamientos reproductivos o alimenticios en la misma estación, por lo tanto para la evaluación del medio debemos considerar tanto los factores temporales como los espaciales, más aún, si la especie usa un mosaico particular durante un período específico del año (Anderson y Gutzwiller, 1.996).
Los estudios de uso de hábitat tienen en cuenta el lugar donde los animales desarrollan sus actividades (Litvaitis et al., 1.996). Éste depende de varios factores ecológicos y ambientales que determinan su calidad. Siendo propio de cada especie, está influenciado por requerimientos dietarios, áreas para descanso y refugio; como también por la incidencia de períodos estacionales, que implican frecuentemente la adopción de diversas estrategias en el uso de los espacios (Tellería Jorge, 1.986; Bello et al., 2.002; Guzmán-Lenis y
Camargo-Sanabria, 2.003; Noss et al., 2.003).
Todos los animales dejan rastros de sus actividades como huellas, excrementos, alimentos mordidos y alteraciones en la vegetación, que ayudan a detectar su presencia y los lugares por donde han pasado. Sin embargo, el seguimiento de estas especies en grandes áreas de bosque remoto es difícil debido a su comportamiento esquivo y bajas abundancias (Carrillo et al., 2000; Milner-Gulland and Bennett, 2003). Los métodos indirectos ayudan a detectar mamíferos medianos y grandes, los cuales son muy difíciles de observar debido a sus hábitos crepusculares o nocturnos, además de ser fácilmente perturbables por el mínimo ruido. Por estas razones, los rastros son una herramienta valiosa para trabajar en campo y son base para muchos estudios, no sólo para registrar la presencia de una determinada especie en el lugar, sino también para determinar cómo está usando el hábitat en el que se encuentra (Aranda, 1981a; Navarro y Muñoz, 2000; Villalba y Yanosky, 2000).
Dentro de los métodos indirectos están las trampas de huellas que al igual que los transectos de observación de rastros, censo de transectos lineares diurnos y cámaras trampa son usadas comúnmente para el estudio de medianos y grandes mamíferos terrestres en el neotrópico; son aplicables a grandes áreas y con la capacidad de ser reproducibles en otras áreas o en la misma área épocas diferentes del año (Nachman, 1993a).
Cada una de estas técnicas tiene un uso tradicional en los estudios de la vida silvestre en función de las especies focales, metas, y las limitaciones logísticas
y de presupuesto. Aunque las cámaras trampa y reconocimiento de señales son cada vez más popular (Naughton- Treves et al., 2003; Silver et al., 2004; Gomez et al., 2005; Michalski and Peres, 2007; Parry et al., 2007; Norris et al.,
2008; Tobler et al., 2008), el censo diurno sigue siendo ampliamente utilizado en estudios a gran escala y a escala regional en la Amazonía (por ejemplo programas de monitoreo).
En el censo de avistamientos de animales en transectos lineales se pueden utilizar para estimar la densidad de especies y abundancias, Sin embargo, el pequeño número de avistamientos con frecuencia conduce a pobres estimaciones de la abundancia y ocurrencia de mamíferos en la amazonia, especialmente para especies nocturnas, de gran tamaño, o de poca abundancia tales como felinos, armadillos, tapires y pecaríes de labio blanco (Lopes and Ferrari, 2000; Milner-Gulland and Bennett, 2003; Wegge and Storaas, 2009). En todo caso, estas especies están a menudo entre las mas
vulnerables a las perturbaciones antropogénicas (como caza y fragmentación de hábitat) (Lopes and Ferrari, 2000; Jerozolimski and Peres, 2003; Michalski and Peres, 2007; Peres and Palacios, 2007) y el entendimiento de los procesos fundamentales amenazados estas especies pueden ser una prioridad en los programas de monitoreo en la amazonia.
Ejemplo de un muestreo básico
Transecto diurnos lineales:
Se realizaran de recorridos a pie, cada X días por el cauce de X río, en una franja que incluya X km de largo y X metros de ribera en ambas márgenes a partir de la línea de agua; en cada recorrido se ubicaran y colectaran todos los rastros de nutria presentes en el área.
Cada punto positivo con indicios de la presencia de la nutria, será georreferenciado con un GPS; las rocas positivas serán numeradas con pintura y las heces serán removidas para evidenciar si se presenta remarcaje.
Trampas de huellas:
Se instalaran X trampas de huellas circulares de X m2 a X m de distancia entre ellas. Para la instalación de las trampas se limpiara el terreno y se emparejara con suelo lodoso. En el centro de la trampa se colocara una pastilla de yeso impregnada con X atrayente. Se utilizara una huella de la palma de la mano como referencia para determinar si las condiciones para la impresión de una huella son favorables; si al siguiente día la marca de referencia no es identificada claramente, la estación será registrada como inactiva. Las estaciones se revisaran al X día de su instalación.
Caracterización del hábitat:
El hábitat se caracterizara cada X m desde el inicio del recorrido: se evaluara la vegetación fue utilizando parcela(s) de X m por X m, donde se evaluara en puntos diferentes el porcentaje de cobertura del estrato herbáceo y leñoso, cobertura foliar, cobertura de piedras, cobertura del dosel, obstrucción visual a X m, también, se deben contar dentro de la parcela el número de troncos
caídos, número de árboles, número de arbustos, número de guaduas y medir la pendiente del terreno.
A cada roca donde se encuentren heces o secreciones de nutrias, le serán tomadas las medidas sugeridas por SPINOLA & VAUGHAN (1995): diámetro mayor y menor, distancia máxima y mínima a la línea del agua, profundidad del cauce, altura emergida de la roca, cobertura del dosel; además, se medirán X rocas al azar que no presenten marcaje durante todo el estudio para generar contrastación.
Para establecer qué variables influyen en la elección de sitios de marcaje por parte de la nutria neotropical, se aplicaran pruebas de modelos de regresión con selección de variables para las medidas de las rocas.
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