- Introducción
- Inicios del conflicto y posterior afianzamiento de César (58 AC – 57 AC)
- Consolidación del poder en los territorios conflictivos (56 AC – 55 AC)
- Rebelión de los pueblos Galos y posterior triunfo de César (54 ac – 51 ac)
- Información adicional
- Bibliografía
Introducción
Sin un balance de poder, la situación llamaba para la catástrofe. Tanto César como Pompeyo consideraban que la República estaba llegando a su fin, pero ambos tenían visiones muy diferentes del tipo de gobierno a seguir. César quería conservar el status quo y pretendía un liderazgo progresivo, en si no deseaba que "el Senado sufriera daño alguno".
Si bien esto puede sonar como una política en demasía altruista para la época, las intenciones de César estaban más enfocadas a incrementar su control e influencia personal en el estado, que en el buscar el verdadero poder del pueblo. Pero de todas maneras, dándose los deseos de César, el pueblo vería su situación democrática ampliamente mejorada en comparación al actual unilateral Senado. Por otra parte Pompeyo, y como veremos lo logra por muy breve tiempo, pretendía un gobierno dictatorial donde el fuese la cabeza y el músculo al mismo tiempo.
Una vez que Pompeyo se convierte en 'dictador', dados los eventos anteriormente mencionados, se alía totalmente a los optimates. Este distanciamiento entre ambos era evidente desde hacía un tiempo por diferentes razones. Los crecientes celos de Pompeyo hacia los triunfos de su aliado que combinados con la muerte de Julia en el 54 AC, hija de César y esposa de Pompeyo, distanciaron a éstos dos personajes aún más permitiéndonos observar en este punto particular de la historia los caminos de ambos separarse irremediablemente, lejos de cualquier reconciliación posible.
Sin embargo Pompeyo no tardaría en encontrar una nueva esposa, pero no sería algo muy placentero para César ya que el nuevo matrimonio de Pompeyo, el cual se realiza por conveniencia, con Cornelia -hija del ferviente enemigo de César, Escipión- seria otro punto de quiebre en torno a la guerra. Por el lado del Senado el miedo continuaba creciendo ante los triunfos de éste general imbatible, quien a pesar de todos los pronósticos, logra llevar adelante, y victorioso, batallas de dimensiones no vistas desde los tiempos de Alejandro el Grande.
Al poco tiempo de haber sido Pompeyo declarado consul sin colega los optimates requerirían un conjunto de acciones inmediatas para limitar a César. Pompeyo sin cuestionar consentía las acciones que éstos proponían contra César y a pesar de que éste tuvo una propuesta de paz para con el Senado esta fue rechazada y se lo declaró enemigo público luego de que el Senado convenciera a Pompeyo de que César era una gran amenaza para la República y éste tomara el mando de las tropas en la península itálica.
Para este entonces César no tuvo otro remedio que reagrupar su ejército y luchar. Llamó a la décimo tercera legión y tras un discurso en el que recalcó los problemas de la República y la patética situación del actual gobierno en Roma los soldados fervientemente le dieron su apoyo.
Tal fue el acojo de sus tropas que, aunque éste no pudiera ofrecerles la soldada -paga especial a los soldados- requerida, estas le otorgaron su apoyo incondicional. El 10 de Enero del 49 AC César cruza el Rubicon dando inicio a la Guerra Civil.
La guerra duró 4 años y abarcó el territorio de toda la República, incluso territorios más allá de las fronteras Romanas. César siempre contó con el apoyo del pueblo, y esto fue notable en este período tan particular de la historia. Las ciudades abrían sus puertas y lo recibían como un héroe: "las aldeas lo saludaban como un dios" según nos cuenta Cicerón, mientras César avanzaba por la península itálica rumbo a Roma. Ante este impetuoso avance, y aúnque contaba con tal cantidad de tropas que llegaba a doblar a las de César, Pompeyo huye de Roma, junto con los senadores y magistrados, hacia Grecia.
Esta huida no se puede catalogar de cobardía. César contaba con fuertes refuerzos que venían de las legiones emplazadas en la Galia que durante el invierno habían quedado varadas en sus estaciones, algo que hubiera sido en extremo peligroso para los pompeyanos. La estrategia de éste era reagruparse en Grecia y desde allí vencer a César cuando éste fuera a su búsqueda, que ciertamente lo haría ya que no podía dejar un foco de oposición tan grande acumulando fuerzas que en cualquier momento vendrían a reconquistar la capital.
César a su llegada a Roma es nombrado dictador, pero tras 11 días abandona este cargo y es declarado cónsul, no porque no deseara este poder sino porque debía jugar su juego de manera aplacada para no despertar un recentimiento en la sociedad, en fin, no quería que el pueblo ni los ricos sintieran que "se cambiaba un mal por otro". Como mencionamos en el párrafo anterior César estaba obligado a seguir combatiendo a las tropas de Pompeyo -al cual César no guardaba un odio profundo y hasta podría haber llegado a un acuerdo si éste se hubiera dignado a discutir la situación-. Marchando con su ejército hacia Hispania, donde Pompeyo contaba con 7 legiones -recordemos que había sido dispuesto como procónsul de Hispania en el tratado de Lucca-. César se enfrenta y derrota estas tropas. Su actitud conciliadora con los vencidos hizo que varios pueblos ibéricos abandonaran a Pompeyo y se unieran a su causa.
Continuó con su lucha hacia Pompeyo dirigiéndose al Este, más precisamente Grecia, donde como hemos dicho Pompeyo se había replegado. El problema de llegar a tan remoto lugar era el transporte marítimo de sus tropas, el cual acortaría el viaje considerablemente y sobretodo los peligros del viaje por tierra duro y áspero a cualquier hombre, más aún a un ejército. Este transporte César lo consigue hábilmente en Brindsium donde logrando transportar a sus tropas hacia Egipto y, luego de romper el cerco impuesto por Pompeyo, que pretendía cortar su línea de suministros, se dirige a Tesalia -ciudad Griega de vital importancia-. Por el camino hubo pequeño enfrentamientos con tropas leales a su enemigo, pero la fortuna estuvo de su lado. Luego de idas y venidas logra enfrentar a Pompeyo quien se encontraba acantonado con un gran ejército y esta vez decidido a resistir.
Las tropas de éste duplicaban prácticamente a las de César, pero éste último con una admirable capacidad estratégica, y mucha fortuna, logró derrotarlo en el 48 AC, luego no si, de una imponente batalla donde debido a un error en el ataque de caballería de Pompeyo, que termino barriendo a sus propias tropas, al verse en fuga de una cohorte de César que impuso una resistencia formidable en el flanco atacado por dichos jinetes. Es importante aclarar que no fue tan simple para César este triunfo ya que en la batalla anterior a la de Tesalia estuvo a punto de ser derrotado, y solo por un pequeño margen táctico logró esquivar dicho destino. Ya habiendo aplastado a la mayoría del ejército pompeyano César, quien demostraría una rara cualidad al perdonar y restituir con los viejos honores y cargos a sus enemigos, vuelve a ser indulgente con los vencidos y libera a los senadores y caballeros; Además quema correspondencia dirigida a Pompeyo, sin abrirla, lo que le pudo haberle traído problemas a varios. Esta indulgencia y magnanimidad logra que una gran cantidad de hombres enemigos se unan a sus propias legiones. Quedando, así entonces, como único gran señor de Roma. Luego de la derrota Pompeyo huye a Egipto -48 AC-, territorio donde anteriormente obtuvo triunfos, pero es traicionado y asesinado por un servidor de Ptolomeo, quien enviando un hombre que anteriormente había servido en sus filas, las de Pompeyo, lo embosca al bajar del navío que lo transportaba y corta su cabeza para entregarla posteriormente como trofeo a César, quien se dirige a Egipto y se entera de la noticia y, según los historiadores clásicos, llora al ver la cabeza de su antiguo aliado y posterior enemigo, tal vez sin guardar rencores y queriéndole ofrecer el perdón -algo que sin duda alguna hubiera elevaría públicamente su personalidad– o por, como dicen los relatos clásicos: "asustado lo trágico del destino común de todos los hombres". Mientras tanto en Roma se lo vuelve a nombrar dictador, con derecho a decidir sobre la guerra y la paz sin consultar al pueblo ni al Senado. César no vuelve inmediatamente a Roma y se queda algún tiempo por estos lugares donde conoce a Cleopatra, hermana-esposa de Ptolomeo, y entre quienes había un conflicto por la supremacía del territorio. César entablaría una relación con esta reina, a quien como veremos ayuda a subir al poder, y de esta relación posteriormente tienen un hijo no legitimo, Cesarion -quien nacería poco después de la guerra de Alejandría-.
Luego de reorganizar el territorio y pedir tributo se enfrenta en la guerra de Alejandría, iniciada por nobles egipcios que se oponían a las reformas propuestas por César y a los fuertes tributos que éste demandaba.
En esta reorganización territorial no solo estableció jurisdicciones sino que también se encargó de asuntos administrativos como temas fiscales y el arreglo de rutas de granos para proveer a Roma. Luego de aplacar una sublevación del rey del Bósforo Farnaces, en una batalla que duró 4 horas -47 AC-. César en un reporte comenta: "Vini, Vidi, Vinci" -Vine, vi, Vencí- , burlándose de los triunfos militares de Pompeyo en Oriente sugiriendo que estos se debían a luchar contra enemigos débiles. Para encargarse de sus asuntos en Roma nombra a Marco Antonio como su lugarteniente, lo que en ausencia del César, lo convertía en la máxima autoridad en Roma e Italia.
Luego de una campaña en Oriente, cuyo objetivo era limpiar la zona de tropas pompeyanas, vuelve a Roma. En Roma César releva a Marco Antonio y es elegido cónsul en el 46 AC junto con Emilio Lépido –persona de importancia histórica quien será uno de los triunviros del Segundo Triunvirato junto a Marco Antonio y nada más ni nada menos que Octavio, es decir, Augusto-. Con Roma en tranquilidad César se dirige hacia África para eliminar los últimos remanentes pompeyanos de la región -recordemos que varias tropas estaban dispersas y sus ejércitos al mando de sus antiguos legados y sobretodo personajes como Catón al mando-. Este enfrentamiento se da en Thapsos y significa una victoria monumental para César ya que dos de sus rivales históricos cometerán suicidio luego de esta derrota.
Pero sin embargo no estaban los pompeyanos completamente derrotados, los hijos de Pompeyo se dirigen hacia Hispania para continuar resistiendo y clamando por su 'legitimo' derecho. Luego de esta batalla la preocupación de César consistiría en la reorganización de África, hizo arreglos geo-políticos en la región y administrativos a nivel económico, pero no se mantuvo tanto tiempo como en Egipto ya que esta región fue históricamente pobre y no presentaba un gran desarrollo que administrar. César es nombrado dictador por tercera vez y Praefectus Morum, cargos que le permitirían realizar una gran cantidad de reformas posteriormente. Luego de su triunfo en Thapsos César recibiría 4 triunfos -por las Galias, Alejandría, el rey del Ponto y la campaña en Africa)-. Suetonio.
La Guerra de las Galias no fue una guerra única y constante en sí, sino que estuvo compuesta por una serie de variados conflictos y guerras los cuales fueron los primeros signos de las ambiciones imperiales de César. En sus 8 años de duración millones de personas morirían y cientos de ciudades serían conquistadas, según los recuentos de Plutarco los cuales veremos en detalle más adelante. Dentro de los escritores e historiadores clásicos, de los cuales nos llegan los relatos más importantes de primera mano, tenemos a Dión Casio, Plutarco y Cicerón.
Pero quizá el relato magnánimo y en detalle de este conflicto lo obtenemos de la pluma de uno de sus principales actores, el mismo Julio César, quien en sus Comentarios de la Guerra de las Galias no solo nos demuestra con la profundidad que conocía a sus enemigos y sus costumbres, sino que también logra convencernos de la necesidad imperiosa de Roma por conquistar a esta región, cuya dominación bélica sería en si una condición política para poder domar a estos pueblos guerreros que ponían en peligro los intereses Romanos en gran medida.
Sin embargo esta característica, la constante guerra clanal interna entre los pueblos Galos, se convirtió en la llave al triunfo de César. El resultado de esta guerra no solo daría uno de los conflictos de mayor magnitud desde los tiempos de Alejandro, sino que también convertiría a Roma en la dueña máxima de Europa, extendiéndose desde Britania en el Este hasta el río Rhin en el Oeste. Las Galias otorgaban diferentes beneficios tanto económicos como estratégicos a Roma, y tácticamente era invaluable a las ambiciones de César.
Teniendo en cuenta su proximidad a Roma y condición de estado fronterizo, así como puerta de entrada terrestre a la península itálica, era fundamental pacificar estas fronteras, ya que cuando estas se encontraban en guerra o rebelión estos hechos alteraban fuertemente la estabilidad de la península. Entre otras ventajas que las Galias otorgaban se encontraba principalmente la cantidad de hombres que daban una facilidad de reclutamiento muy buscada, e igual de importante así era el que estas tierras conformaban el trampolín de intervención a los territorios bárbaros.
Inicios del conflicto y posterior afianzamiento de César (58 AC – 57 AC)
Roma se vio introducida en este conflicto cuando los Helvecios -Helvetii- ingresan a territorio romano, o mejor dicho César -pretendiendo jugar un papel defensivo- contaría con la excusa perfecta para introducirse de lleno en los asuntos de la Galia -es oportuno mencionar que los historiadores modernos concuerdan en que no solo debía afianzar su posición política, sino que también necesitaba fuertes ingresos para poder cerrar los gastos y deudas a los que se enfrentaba, y esto lo obtendría de los botines de guerra, razón por la cual César además atacaría a pueblos que no le presentasen amenaza alguna-. Los Helvecios se movían en una horda sin paralelo, en la cual también viajaban mujeres y niños con sus pertenencias materiales a cuesta, luego de que Ariovisto los presionara bélicamente a desplazarse de su territorio original -actual Suiza-.
Esta horda compuesta de 400 mil personas pretendió atravesar territorio Romano, camino que les facilitaría su llegada hacia los Santones -territorio al que se dirigían-. Al negarles el paso los Helvecios aceptan la negativa, pero César en una acción muy discutida los ataca de todas maneras cerca del territorio aliado de los Eduos.
Con la derrota de los Helvecios a crisis territorial en la Galia no acabaría, Ariovisto, rey de los Suevos -una tribu de origen germánica que se hubo convertida en el dolor de cabeza de los pueblos cercanos al Rhin ya que tenían conquistada gran parte de la Galia oriental- cruza dicho río con intención de saqueo y conquista.
Ocurrida esta invasión los Séquanes se encuentran en una posición débil y problemática, por lo que recurren a la ayuda de César quien acepta y entra en combate contra Ariovisto, prontamente derrotado gracias a las victorias conseguidas por el cesariano Labieno devolviendo a los invasores a su lado del Rhin, César se convierte así a manera en juez y patrón del territorio central de la Galia.
Durante el resto del 57 AC César se dedicaría a llevar a cabo combates punitivos, sobre todo contra los Galos Belgas -la facción más fuerte y poderosa de todos los Galos-, y dominando así gran parte de la región central de la Galia.
Un evento histórico que durante milenios cautivaría la imaginación de artistas y pintores. El rendimiento de Vercingétorix ante César, entrando triunfalmente con su caballo al fuerte Romano y rindiéndose ante César, para pasar de ser un rey a un prisionero. |
Consolidación del poder en los territorios conflictivos (56 AC – 55 AC)
Para el 56 AC César tenía la región bajo su puño pero no así igualmente consolidada, diferentes levantamientos y conflictos provocaban que este control se le escapara como arena de entre los dedos. Por lo que César iniciaría una campaña dirigida especialmente a extinguir todos los focos de resistencia en la zona. Siendo un pueblo de tradición marítima, y teniendo buenas relaciones con sus vecinos los Vendi -también conocidos como Veneti o Venetos- comenzaron a armar una campaña anti romana entre los pueblos Galos que disgustaban de su presencia y control, además de presentarle a César un gran inconveniente al atacarlo por mar, algo que llevo a César a construir una improvisada pero efectiva flota de combate marítimo.
El levantamiento de los Vendi no duraría mucho ya que César ataca su flota diezmando gran cantidad de hombres y navíos dejando así a la población civil a merced de los triunfadores, quienes no dudan un segundo en venderlos como esclavos.
Es en este período que César ya había iniciado ya los preparativos para invadir Britania -actual Inglaterra– pero su estrategia se ve modificada al tener que derivar sus tropas movilizándolas hacia la frontera con el Rhin con el fin de reprimir una nueva invasión germánica a la Galia. César no solo repele la nueva invasión sino que cruza el río, gracias a su ingenio y una ventaja en la construcción de puentes, para castigar a los revoltosos vecinos.
Ya pacificada la zona es entonces que César decide tomar Britania y así conquistar el limite Occidental del mundo, logrando lo mismo que Pompeyo en Oriente -el límite de su época-. César, reflexivo y analítico de todas y cada una de sus acciones sabía que mientras Britania se mantuviera aislada y fuera del dominio romano esta sería un foco de levantamiento e incitación de los territorios continentales ya conquistados por Roma.
Esto la hacía un blanco a derribar imperativo en su meta. Cómo podría César enfrentar problemas en la península itálica teniendo su patio trasero bajo constante rebelión.
La suerte no lo acompañaría y gran parte de su flota, con la que cruzaba el Canal Inglés, se ve hundida o dañada por un temporal, más así también una vez en tierra firme sus hombres y generales se verían en problemas enfrentando las carrozas de combate con la que el pueblo Catuvellauni -tribu que ofreció la resistencia- los enfrentaría.
Todo esto llevó a que César, en una casi catastrófica campaña, debiera retirarse y replegarse por aproximadamente un año. En un segundo intento, con una cantidad considerablemente superior de tropas César se vería triunfal llegando al Valle del Támesis en el 54 AC..
Rebelión de los pueblos Galos y posterior triunfo de César (54 ac – 51 ac)
Las rebeliones comenzaron a acentuarse para este año, 54 AC, y siendo otra vez los Belgas causantes de serios problemas a los Romanos. Tal era la situación que más de una decena y media de cohortes fue aniquilada. Durante el 53 y 52 AC la situación en la frontera del Rhin fue tan intensa que requirió la atención total de las tropas cesarianas. Dos hordas germánicas -Usipetes y Tencteros-, que se cree eran de un total de 500 mil hombres.
César elimina esta horda masiva con una estrategia libre de cualquier escrúpulo, cita a los líderes invasores con la intención de llegar a un acuerdo pero cuando éstos se hacen presentes, seguidos por una escolta que rondaba entre los 35 mil y 45 mil hombres, César los aplasta con varias legiones dejando descabezadas a las hordas enemigas -traición que sus rivales en Roma no tardan en utilizar como herramienta política-.
Fue esta acción considerada vil y ruin junto con la creciente laxitud en que se encontraban los pueblos Galos regidos por Roma –producto de los problemas enfrentados por César tanto en la frontera germánica como en la política Romana- conjugado con la falta de protección que llevó a que las distintas tribus Galas comenzaran a agruparse en un foco de resistencia conjunto, para lograr así su independencia de Roma, al mando de Vercingétorix -jefe de los Avernos caracterizado por su nobleza y astucia-.
Los combates siguientes entre las tropas de este rey Galo y las legiones de César serían considerados épicos, diferentes estrategias e incluso tácticas fueron creadas. Incluso el mismo César se vería derrotado en la batalla de Gergovia. Con la ayuda de 3 nuevas legiones César encierra a Vercingétorix en Alesia luego de una decisiva victoria en Avaricum.
Pero los Galos no se quedarían de brazos cruzados e irían al auxilio de su jefe, encerrando a César en un combate cruzado. Por un lado los encerrados al mando de Vercingétorix y por otro lado las tropas que venían a relevar el asedio.
Es en el libro VII de los Comentarios de la Guerra de las Galias que César nos comenta lo intenso de esta batalla, donde gracias a la astucia de sus ingenieros, quienes divisaron un sistema de atrincheramientos en dos cinturones repletos de trampas, torres, picas y demás artilugios de defensa que le permitirían resistir hasta hambrear de tal manera a los sitiados que decidieron rendirse y entregar a Vercingétorix a cambio de sus vidas, pero el castigo por dicha insurrección sería medido en ríos de sangre en toda la Galia.
César tras ordenar su cautiverio, el de Vercingétorix, lo retuvo prisionero durante 6 años, para luego decretar su ejecución durante su pompa triunfal -se dice que los leales Celtas que aún lo consideraban su legitimo gobernante, lograron recuperar su cuerpo y despedirlo de acuerdo a las milenarias tradiciones de su gente-.
Pintura que refleja la capitulación de Vercingétorix. Podemos ver no solo los estandartes capturados sino que también una escena del triunfo ofrecido a César. |
Información adicional
Entre los lugartenientes más confiables de César se encontraban a su disposición los legados Lucio Julio César, Marco Antonio, Tito Labieno, Publio Craso -hijo de Craso- y Quinto Tulio Cicerón. Plutarco nos da un relato, muchos dirán que exagerado pero no así excesivo, de las estadísticas de esta guerra comentándonos que 800 ciudades fueron conquistadas, 300 tribus sometidas, 1 millón de esclavos fueron tomados, y unos 3 millones de muertos que fueron el resultado de 8 años de duros y sangrientos combates.así mismo el flujo de riquezas que llegaban a la capital producto del saqueo en los pueblos Galos era tal que la economía romana se vio aliviada en gran medida. Suetonio hace un recuento de los hechos:
En los nueve años de su mando realizó las siguientes empresas: Redujo toda la Galia comprendida entre los Pirineos y los Alpes, las Cevennas, el Ródano y el Rin, a provincia romana, exceptuando las ciudades aliadas y amigas, obligando al territorio conquistado al pago de un tributo anual de cuarenta millones de sestercios. Fue el primero que, después de tender un puente sobre el Rin, atacó a los germanos al otro lado de este río, y que consiguió señaladas victorias sobre ellos. Atacó también a los bretones, desconocidos hasta entonces, los derroto y exigió dinero y rehenes. En medio de tantos éxitos, únicamente sufrió tres reveses: uno en Bretaña, donde una tempestad estuvo a punto de aniquilar su flota; otro en la Galia, delante de Gergovia, donde fue derrotada una legión; y el tercero en el territorio de los germanos, donde perecieron en una emboscada sus legados Titurio y Aurunculeyo |
Otra representación del vencido, pero aún digno, rey de los Galos ya desmontado de su caballo ante la mirada del magnánimo César. Vercingétorix pasaría a la historia de su pueblo como uno de sus más queridos y venerados líderes. Podemos verlo en estatuas aún dos mil años después de su sacrificio. |
Bibliografía
PETIT, EUGENE: TRATADO ELEMENTAL DE DERECHO ROMANO, Editora Dalis, 1998
http://www.imperivm.org/ (La mejor pagina de la historia del Imperio Romano)
Autor:
Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.
"NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD DE INFORMACION"®
Santiago de los Caballeros,
República Dominicana,
2015.
"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR SIEMPRE"®