- El mito
- Escritores de tradiciones orales
- Faraón Tutmosis III
- Faraón Ramsés II
- Esclavitud y deportación de hebreos
- Rutas Egipto Canaán
- Emigrantes de Egipto, ¿Pueblo o tribu?
- Realidad o invención de personajes
- Nomadismo
- Redactores del Éxodo
- Fuentes
El mito
Durante mucho tiempo, la Biblia fue tomada al pie de la letra y su verdad era la única verdad: si la Biblia decía una cosa el ponerla en duda era herejía. Después, la Biblia fue puesta en duda sistemáticamente y se llegó al punto de negarse casi por completo lo que contaba.
¿Dónde está la verdad de este asunto? Pues como casi siempre, en el punto medio: Ni todo lo que cuenta la Biblia es real ni todo lo que cuenta la Biblia es irreal.
Las preguntas que permanecen son: ¿Si lo descrito en la Biblia, que no es verdadero, sino irreal o mentiroso, también fue revelado por Dios? ¿Si todo lo que se nos ocurre es elaboración del cerebro, o revelación de Dios? ¿Por qué solamente a la Biblia, y no a todos los escritos humanos, se les da el carácter de revelación divina?
En las fechas en las que se escribieron los distintos libros del Antiguo Testamento (AT) no existía la ciencia en Babilonia e Israel, la literatura estaba dominada por un género: el mito. El mito consistía en contar algo muy complicado de manera fácil y entendible para los pastores nómadas, que eran la mayoría de la población, se recurrió entonces al mito. Los escritores judíos recurrieron al mito para explicar cosas difícilmente entendibles como la creación del mundo.
El origen del mito
Como no existía la escritura, las tradiciones orales se trasmitían de generación en generación remontándose hasta cientos e incluso miles de años. Por ello había que entusiasmar al auditorio componiendo una historia fácil de recordar y agradable de transmitir. Una historia adornada con todo tipo de personajes y situaciones claramente ficticios que servían para decorar el relato y hacerlo fácil de entender y recordar para gentes que eran pastores en su mayor parte.
Escritores de tradiciones orales
Los descubrimientos arqueológicos del último siglo han demostrado que los escritores del AT describieron una tradición oral que se perdía en la noche de los tiempos. Lo que nos cuentan los escritores del AT, evidentemente no ocurrió así, pero ellos tuvieron que contarlo de forma que lo entendieran todos. Hace unos 3.000 años nadie sabía cómo había comenzado la vida en la Tierra, los autores escribieron lo que ellos pensaban que podría haber sucedido.
Durante la cautividad y esclavitud en Babilonia, 587-538 a.C., los amanuenses o escribanos judíos, dirigidos por sus rabinos, escribieron el "Talmud de Babilonia", que los judíos establecidos en Judea luego lo complementaron como el "Talmud de Jerusalén".
La agricultura
Se inserta el relato de Caín y Abel, para explicar fácilmente el incremento de la agricultura y la sedentarización a costas del nomadismo y el pastoreo.
Información verídica
Pero a pesar de ello hay información verídica extractable del AT, si sabemos leer entre líneas. Por ejemplo, que la civilización se originó en Sumeria, que allí se inventó la escritura y se formaron las primeras estructuras nacionales, y nació la administración y la religión como parte fundamental de la estructura del Estado. Que allí se originaron las primeras ciudades-estado.
Faraón Tutmosis III
Gobernó a Egipto de 1479 a 1425 a. C.. Fue uno de los monarcas más importantes y poderosos de los tres mil años de la civilización faraónica. En el transcurso de su reinado, el imperio egipcio:
Alcanzó su máxima extensión territorial. Logró reunir un Imperio que se extendía desde Napata, en Nubia, hasta el Éufrates, con dominios en Siria, Canaán, el Sinaí y toda Nubia, además de efectivos contactos comerciales con los reinos vecinos.
Emprendió numerosas campañas, tanto en el Próximo Oriente como en Nubia y emulando a su abuelo, el gran Tutmosis I, realizó numerosas conquistas.
Puso las bases auténticas del Imperio egipcio.
Castigó a todos los hombres de gobierno que habían ayudado al gobierno anterior.
Recuperó los dominios en Siria que se habían perdido durante los reinados anteriores.
En tres expediciones consecutivas consolidó el poder egipcio sobre numerosas ciudades en el Líbano.
En la siguiente campaña conquistó Hamah, Homs y Alepo y llegó al Éufrates. En las últimas campañas sometió a Chipre y la costa de Cilicia.
En los últimos años del reinado, procuró organizar el poder egipcio en Nubia y llegó hasta más allá de la tercera catarata del Nilo. Murió en 1450.
La actividad constructora fue muy notable en esta época, en la que la riqueza entraba a raudales en el país del Nilo. Fueron construidos, ampliados y restaurados muchos templos en Egipto y Nubia.
Faraón Ramsés II
Gobernó unos 66 años, de 1279 al 1213 a. C. Ramsés II fue uno de los faraones más célebres.
Algunos escritores creen que es el faraón mencionado en el Éxodo bíblico, pero no hay pruebas ni documentos egipcios que lo confirmen.
Ramsés acompañó a su padre en campañas militares para sofocar rebeliones en Canaán.
Lo secundó en la guerra contra los hititas que habían ocupado los territorios de Siria, tradicionalmente pertenecientes al imperio egipcio, pero perdidos hacía varios años debido a la debilidad del rey Akenatón.
La primera expedición fue para pacificar Canaán, como paso previo a la conquista de Siria.
Hizo incursiones en Libia, donde estableció varias colonias y construyó diversas fortalezas para vigilarlas, formando una línea defensiva desde Racotis hasta El Alamein.
Durante su reinado Egipto conoció su época de mayor esplendor, gracias a la prosperidad económica que favoreció el desarrollo de la literatura y las ciencias, y que le permitió erigir grandes construcciones.
Trasladó primero la corte a Menfis y luego a Pi-Ramsés, en el Delta.
Durante el resto de su reinado Ramsés desarrolló una especie de obsesión por construir templos enormes y espectaculares. No sólo se dedicó a llenar las riberas del Nilo de hermosas y enormes construcciones, sino que también usurpó muchas de ellas a sus predecesores, incluido su padre Seti I.
Construyó los templos en Nubia, entre los cuales los más célebres son sin duda los de Abu Simbel, dedicados a Ra, Ptah, Amón, e incluso al propio Ramsés como divinidad; el menor está dedicado a la diosa Hathor.
Aunque no fue el primer faraón en hacerse adorar como un dios, sí lo fue en dedicarse templos y estatuas de forma sistemática.
La construcción quizás más importante de todo el reinado de Ramsés II, y que sentaría las bases de la política egipcia durante cientos de años, fue la edificación de una nueva capital en el norte, que recibió el nombre de Pi-Ramsés Aa-najtu, La Ciudad de Ramsés, construida sobre la que había sido la ciudad de los Hicsos, Avaris.
Es posible que en la construcción de Pi-Ramsés se encontraran obreros hebreos tal y como relata la Biblia, ya que, aunque por entonces no existía en Egipto la esclavitud, salvo para los prisioneros de guerra, las campañas militares en Canaán podrían haber suministrado esa mano de obra.
Esclavitud y deportación de hebreos
En los textos egipcios de Tell-el-Amarna y en otros textos de naciones limítrofes como "los habiru", se informa que tribus independientes de carácter nómada, entre ellas algunas hebreas, se desplazaron a Egipto o fueron deportados como prisioneros de guerra y que allí sufrieron esclavitud. Que el Faraón Ramsés II los utilizó como mano de obra en sus construcciones, como en la de su ciudad Pi-Ramsés, según consta en las estelas egipcias de Ramsés "el Grande". Y que luego los liberó hacia el 1.250 a.C.. Hechos comprobados gracias a descubrimientos arqueológicos.
Rutas Egipto Canaán
Los autores que escribieron el Éxodo, unos 400 años después de ocurridos los hechos, no sabían a ciencia cierta cuál fue la verdadera ruta seguida por los hebreos durante los cuarenta años de nomadismo. Las cuatro rutas que hoy son objeto de debate entre los historiadores bíblicos son las siguientes:
En color verde (Pi-Ramsés, Pitom, Serabit, Cades, Asiongeber) se muestra la ruta tradicional que siguen las peregrinaciones.
En color rojo (Pi-Ramsés, Baal Safón, Cades) la ruta de la tradición yahvista por el norte. En color azul (Pi-Ramsés, Cades) la ruta directa hacia Cades.
Y en color malva (Pi-Ramsés, Asiongeber, Cades) la ruta hacia Asiongeber.
Emigrantes de Egipto, ¿Pueblo o tribu?
El enigma es ¿los que salieron de Egipto eran ya un pueblo unificado o seguían siendo tribus independientes?. La Biblia parece contarnos la historia de todo un pueblo, aunque puede ser que sólo nos esté contando la de una tribu en concreto. Algunos historiadores sostienen la teoría de los "dos éxodos" y otros la de la migración dividida.
Realidad o invención de personajes
Algunos historiadores no están de acuerdo sobre la realidad de personajes como Noé, Abraham, Moisés, Isaac y Jacob. Puede que existieran realmente tal y como los presenta el Antiguo Testamento y puede que sean personificaciones de hazañas comunes.
Abraham, probablemente puede ser la personificación de una migración de pastores nómadas con sus rebaños desde Mesopotamia hasta Canaán. El nomadismo ha sido siempre una característica importante de los judíos.
José. El relato de José presenta tantas fábulas y sueños que no parece real, sino más bien una pieza literaria de carácter moralista. Históricamente no hay ninguna prueba y todo parece una invención novelada, pero el texto es bello y la moraleja encantadora.
La verdad sobre todo esto parece ser que existió un gran tráfico de grupos de personas entrando y saliendo de Egipto. Entre ellos grupos de nómadas hebreos, acuciados por una hambruna que debió ser terrible. Según la Biblia los hebreos permanecieron cautivos y esclavos durante 400 años en Egipto, aproximadamente desde el gobierno del Faraón Tutmosis III, de 1479 a 1425 a.C., hasta el gobierno del Faraón Ramsés II, de 1279 a 1213 a.C..
Desde varios siglos anteriores al cautiverio y esclavitud de los hebreos en Egipto, los faraones habían logrado planificar y controlar los problemas de hambruna. Como estas hambrunas eran causadas por las sequías del río Nilo, fueron compensadas con los periodos de bonanza agropecuaria, después de las inundaciones del valle y el delta del mismo río. Para ello almacenaban grandes cantidades de trigo en gigantescos graneros. Diez hebreos llegaron a Egipto, en busca de trigo para que su tribu en Palestina no muriera de hambre. Es irrisorio por lo tanto, que otro hermano esclavizado en Egipto, por medio de interpretación de sueños, aconsejara al faraón soluciones para evitar hambrunas y plagas, que el pueblo egipcio desde siglos antes no padecía.
Moisés. Algunos de los historiadores sugieren que Moisés nunca existió como figura histórica, y que su descripción en el Éxodo es un mito. Las referencias escritas sobre Moisés datan de muchos siglos después de la época en la que supuestamente vivió. Se trata de la tradición judía y de las citas de Flavio Josefo, Filón de Alejandría y Manetón en que hablan de él. Manetón, un cronista y sacerdote heleno-egipcio, afirmó que Moisés no era judío, sino un sacerdote egipcio resentido, y que en el Éxodo se narra, en realidad, la expulsión de una colonia de leprosos.
La hipótesis de Manetón de que Moisés era egipcio es absolutamente plausible. Se ha sugerido que pudo haber sido un noble o príncipe egipcio influido por la religión de Aarón, o simplemente un simpatizante de la cultura hebrea. Aarón fue sumo sacerdote de la colonia judía esclavizada en Egipto, mientras que Melquisedec fue contemporáneamente el sumo sacerdote de las tribus judías en Palestina.
Nomadismo
En el Génesis se respira repulsión contra el sedentarismo y las ciudades, en episodios como los de Caín y Abel, la emigración de Abraham con sus pastores y ganados, Sodoma y Gomorra y el éxodo de Egipto. Ha sido típico de las sociedades nómadas, el abandono de zonas completamente estructuradas en torno a ciudades-estado. Los pastores nómadas se encontraban a disgusto en ellas y emigraban a tierras donde no hubiera ni estados ni administración… y por ello, tampoco impuestos.
Fantasías del éxodo nómada
Las deportaciones de prisioneros esclavizados hacia Egipto, o desde Egipto hacia los países de origen, así como las caravanas de los pueblos circundantes a Egipto, como los hebreos, en busca de alimentos en periodos de sequias y hambrunas fueron frecuentes. En el libro Éxodo de la Torá se describe míticamente una deportación de hebreos, esclavizados en Egipto, practicando el nomadismo a través del desierto entre Egipto y Palestina hasta llegar a Canaán. Entre las fantasías míticas de esta travesía nómada se describen las siguientes:
La columna de fuego. La famosa columna de fuego, que les guiaba son los torbellinos de arena que se producen tan frecuentemente en el desierto y que despiden al sol vívidos reflejos y destellos.
Las rocas que manaban agua. Las rocas que manaban agua, son los manantiales que brotan de las montañas acuíferas.
Las aves caídas del cielo. Las aves caídas del cielo, son los centenares de aves que caen exhaustas en el desierto durante sus vuelos migratorios.
El becerro de oro. Lo que ya no podemos saber es si hechos como el episodio del Becerro de oro fueron reales o no.
Señales de Dios
Señales de Dios, fueron todos los fenómenos naturales, frecuentes en el Sinaí, pero extraños para los judíos nacidos en Egipto que hacían parte del nomadismo de esta tribu, y que al verlos por primera vez los confundían y los interpretaban como señales de Dios.
Redactores del Éxodo
Los conocimientos de Egipto y del Sinaí y de sus condiciones de vida demuestran que sus redactores, durante el cautiverio en Babilonia, varios siglos después, contaban con una tradición oral de gentes que vivieron en Egipto, que pasaron un largo tiempo en el desierto del Sinaí y que llegaron a Palestina.
Detalles no históricos
Los detalles no históricos que adornan el Éxodo son recursos literarios añadidos para complacer al auditorio. Por ejemplo:
La apertura de las aguas del mar Rojo, para que pasaran los hebreos fugitivos, seguida del cierre de las mismas para que se ahogaran los carros del ejército de Ramsés.
La fundición en oro de un becerro en pleno desierto, por una tribu que padecía muchas penurias.
El florecimiento de la vara de mando del sumo sacerdote Aarón.
Estos son episodios que no pudieron haber sucedido tal y como lo cuenta el libro del Éxodo. Posiblemente lo que los redactores de los libros de la Torá pretendieron insinuar a su auditorio, fue que su Dios por ser todopoderoso, podría realizar cualquiera de estas acciones mitológicas.
Drogas en la Torá
Benny Shanon, profesor del Departamento de Psicología Cognitiva de la Universidad Hebrea de Jerusalén, afirma que:
El profeta Moisés se encontraba bajo el efecto de poderosos alucinógenos cuando bajó del Monte Sinaí y presentó al pueblo judío los Diez Mandamientos.
El consumo de sicotropos formaba parte de los rituales religiosos de los judíos mencionados por el libro del Éxodo en la Biblia.
En lo que respecta a Moisés en el Monte Sinaí, no se trató de un acontecimiento cósmico sobrenatural en el cual yo no creo, o de una leyenda en la cual tampoco creo. Es muy probable que se haya tratado de una reunión de Moisés y el pueblo de Israel bajo el efecto de estupefacientes.
La Torá afirma en ese sentido que el pueblo ve sonidos, un fenómeno muy clásico, por ejemplo en la tradición de América Latina, donde se ve la música.
Respecto a la zarza ardiente y al Árbol del Conocimiento en el Jardín del Edén, en los desiertos del Sinaí egipcio y del Neguev israelí, hay hierbas y plantas alucinógenas que los beduinos siguen utilizando.
Las sociedades tradicionales shamánicas a menudo utilizan estupefacientes en sus ritos religiosos, utilización que está sometida a reglas muy estrictas.
En una ceremonia religiosa en el norte de la Amazonía, en Brasil, al probarse una poción hecha con una planta, la ayahuasca, hubo visiones de connotación espiritual y religiosa.
Algunos expertos creen que el maná de la Biblia, el alimento que Dios dio a los israelitas, era el liquen Lecanora esculenta, o alguna especie emparentada con él. Cuando está seco, puede ser arrancado del suelo y transportado por el viento, produciendo, en el sentido bíblico, una lluvia de alimento. Los árabes siguen recogiendo este liquen y lo mezclan con grano molido para hacer pan.
Fuentes
http://www.historialago.com/xto_05110_verdad_at_01.htm
Wikipedia
Autor:
Rafael Bolívar Grimaldos