Apuntes sobre la labor Jurídica de Alejandro García Caturla, faceta poco estudiada (página 2)
Enviado por Asnety Chinea Franco
Esta década también fue decisiva para el desarrollo del arte y la literatura en Cuba, matizada por las reuniones artísticas que bajo el signo del «arte nuevo» emprenderían el más ambicioso y renovador movimiento cultural que había conocido el país. En 1920 fue la tertulia del café Martí, más tarde sería la redacción de El Fígaro el punto obligado de reunión, luego surgía el Grupo Minorista y las tertulias pasarían al café del hotel Lafayette, al hotel Inglaterra o al bufete de Emilio Roig de Leuchsenring. El único denominador común era emprenderla contra todo lo viejo, retórico y académico. Pero detrás de todo esto latía la rebeldía contra el orden capitalista burgués.
Son años en que convergen en La Habana nombres como Nicolás Guillén, José Zacarías Tallet, Juan Marinello, Carlos Enríquez y Alejandro García Caturla entre otros.
En 1927 se caracteriza por la protesta estudiantil contra el gobierno constituyéndose el Directorio Estudiantil. La actividad de Mella en el exterior se multiplica.
Es un momento de auge para el movimiento afrocubanista, afrocubano o negroide para escándalo de racistas e hispanizantes.
El 20 de mayo de 1925 toma el poder político Gerardo Machado, quien presentara al pueblo un programa demagógico para ganar sus simpatías pero pronto mostró la verdadera esencia de su gobierno con una política económica que beneficiaba a una minoría. El «asno con garras» dejaría inaugurada, con su periodo presidencial, una de las dictaduras más sangrientas de la historia de Cuba.
En esta etapa inicia Alejandro García Caturla los estudios de Derecho Civil en la universidad capitalina y este ambiente de luchas políticas y artísticas será decisivo en su formación profesional y en su labor musical.
Desarrollo.
Entrada de Alejandro García Caturla al Orden Judicial
Nace Alejandro García Caturla en Remedios, el 7 de Marzo de 1906, siendo el primogénito del matrimonio conformado por Diana Caturla y García y Silvino Evelio García Carrillo y constituido del 15 de marzo de 1905.
En el año 1920 Alejandro García Caturla responde a una serie de preguntas hechas por su condiscípula Margarita González en una libreta de encuestas. Entre ellas está ¿Qué carrera te gustaría estudiar? La confesión es breve pero contundente: La de Derecho, porque me gusta la igualdad ante todo.
En toda su labor jurídica se aprecia cómo este adolescente de sólo catorce años haría una divisa de esta respuesta en su corta pero fructífera carrera judicial.
Caturla comenzó a estudiar la carrera de Derecho Civil en la Universidad de La Habana en octubre de 1922 y recibe el título el 22 de enero de 1927 -cuatro años y seis meses después-.
El 19 de enero del propio año, en carta enviada a sus padres, hace referencia a los temas que debía responder para graduarse como Doctor en Derecho Civil.
Los temas que me salieron fueron los tres harto difíciles: 1ro contrato de prenda mercantil; 2do cuestiones prejudiciales y su crítica; 3ro requisitos y crítica del contrato de cuenta en partición. (1)
Caturla desarrolló el primer aspecto referido al contrato de prenda mercantil. El tribunal después de escuchar su exposición, le interrumpe para hacerle algunas preguntas de rigor sobre el tema dos, contesta correctamente, teniendo su aprobado sin dificultad.
En la propia carta pidió, además, le hicieran los preparativos para comenzar a ejercer su profesión lo antes posible, aunque nunca antes del 7 de marzo, por no tener aún la mayoría de edad.
Al graduarse desempeñó interinamente en varias ocasiones los juzgados municipales de Placetas y Remedios por designación de la Sala de Gobierno de la Audiencia de Santa Clara. Posteriormente fue nombrado por Decreto Presidencial del 6 de febrero de 1929 como Juez Municipal 2do Suplente de Caibarién, cargo del que tomó posesión el día 18 del mismo mes y año y que desempeñó hasta el 11 de diciembre de 1930. Por Decreto Presidencial del 2 de septiembre de 1931 es nombrado Juez Municipal 2do Suplente de Remedios renunciando al mismo el 23 de mayo de 1933. Ingresó en el poder judicial por Decreto Presidencial del 11 de octubre de 1933 ocupando el cargo de Juez Municipal de Ranchuelo del que tomó posesión el 18 de octubre de ese año. El 28 de junio de 1935 es aprobado como Juez Municipal de Palma Soriano ocupando su cargo el 16 de julio de ese año donde ejerció hasta el 17 de enero de 1937.
Desde el 8 de febrero de 1937 desarrolla su actividad judicial como Juez Municipal de Quemado de Güines y el 1 de agosto de 1938, al crearse el Juzgado de Instrucción del Partido Judicial de Remedios, es nombrado para ejercer el cargo del que toma posesión el 8 del propio mes y año hasta el día de su muerte.
También fue Juez Visitador como delegado del Juez de Primera Instancia de Santa Clara e Inspector Permanente de los registros civiles de este partido y de los anexos a los Juzgados Municipales que integraban el mismo. Al morir visitaba los veinte y ocho juzgados de cuarta clase de la antigua provincia de Las Villas.
Principales causas atendidas. Actitud ejemplar en el ejercicio de su profesión
Su primera defensa como abogado la hace en la causa 703 del año 1927.
En el año 1929 recibe los primeros ataques del llamado Poder Judicial, en tanto es procesado por supuestas faltas cometidas durante el ejercicio de la profesión accidental en Remedios y a tal fin, el Dr. Antonio González Llaguno realizó la instrucción del Expediente de Corrección disciplinaria. En sus descargos Caturla refiere la poca importancia y trascendencia de las infracciones, dictándose sentencia el 1 de junio de 1929, por el Dr. Pedro Cantero y Turiño, a favor de Caturla.
Este ataque que recibió el joven abogado de sólo 22 años en el poder judicial, le hace comprender tempranamente los muchos obstáculos que tendría que vencer para mantener su honestidad sin manchas.
Dentro de las principales causas atendidas se encuentran la de 1932 donde representa como letrado a su tía Olga de Caturla en el juicio 182, contra Andrew E. Mc. Namara, ciudadano norteamericano, por concepto de hipoteca en la cantidad de ciento veinte pesos a la demandante. El tribunal después de los trámites procesales de rigor, dictó sentencia a favor de Olga de Caturla, fijando además la indemnización por concepto de gastos en el proceso.
En el año 1933, durante su estancia en Ranchuelo como Juez Municipal, libra una dura batalla contra los Hermanos Trinidad, industriales dueños de la Fábrica de Tabacos y Cigarros que llevaba su nombre, quienes eran demandados por los trabajadores que exigían garantías laborales; a favor de los cuales se pronunció Caturla.
Quizás por esta razón, y valiéndose de que Alejandro García Caturla no se encontraba en dicha localidad, la parte afectada prepara una manifestación, desaprobando su actuación como juez.
En las conclusiones del suceso el Dr. Ernesto Ruiz Riezco expresa que:
No conciben ni resisten la actuación de un juez que castiga cuando tiene que castigar, sea el que fuera el delincuente y los amigos que éste tenga que pudiera influir a su favor que impone libremente la pena según su leal y espontáneo criterio, que no imita a su antecesor, y que en síntesis, rechaza toda influencia ya sea de índole política o sentimental. (2)
En 1935 toma apuntes, minutas, correspondencia para la realización de un proyecto de ley orgánica del poder judicial en el que llega hasta el artículo 18. a este trabajo le dedica varios meses de ese año.
El 22 de mayo de 1935 expuso al Consejo Consultivo de Estado de la República sobre el proyecto Laredo Brú acerca del nuevo Código Penal que mereció los elogios de Diego Vicente Tejeras –magistrado del Tribunal Supremo y miembro de la comisión codificadora definitiva-.
Ejerciendo su función en el municipio de Palma Soriano en 1936, impone una multa de 550 pesos al norteamericano Frederick Machbasth, administrador del Central "Miranda", quien violara las leyes sociales del Gobierno Grau-Guiteras, en las que se establecía la obligatoriedad de la participación del 50% de obreros cubanos en el trabajo, dando preferencia a los extranjeros en esa compañía.
En ese mismo lugar lucha contra los juegos prohibidos, principalmente la bolita y chivichana, sanciona a banqueros y apuntadores, encontrándose el Jefe del Puesto de la Guardia Rural entre los principales implicados. Por esta causa sufre el primer atentado contra su persona, ocurrido en diciembre de 1936, y del que milagrosamente salvó la vida.
Por su desempeño en Palma Soriano la prensa local comenta:
La sociedad ha experimentado una satisfacción al conocer que está al frente del correccional el Dr. García Caturla, sostén y amparo de la decencia, de la justicia y de la rectitud (…) por los principios justicieros que sustenta, tiene el respeto de sus superiores la admiración del pueblo (3).
En 1937 comienza su actividad judicial en Quemado de Güines. Acepta diez Recursos de Amparo de Posesión, establecidos por los campesinos de la finca "Capricho" sita en el barrio Carahata de dicha localidad, los cuales estaban fundados en la Ley de coordinación azucarera del Plan Trienal.
El Dr. García Caturla es el primero en la República que aplica la ley de Coordinación azucarera, existiendo gran expectativa en el término ante el desenvolvimiento de estos recursos. (4)
El sábado 31 de julio de 1937 Alejandro García Caturla participa en un desenterramiento como procedimiento de los juicios número 69 y 72. La foto que le tomaran ese día es la única constancia gráfica, en su función de juez, dentro de los fondos del Museo Casa Alejandro García Caturla de su ciudad natal.
En 1938 al crearse el juzgado de Instrucción del Partido Judicial de Remedios, es nombrado para ejercer el cargo del que toma posesión el 8 de agosto. En este se desempeñó hasta el día de su muerte.
Pero la labor de Caturla no se limitó a su juzgado de instrucción. Era muy común verlo alternando funciones como Presidente de Juntas Electorales Municipales e Inspector Electoral de Quemado de Güines, Zulueta, Yaguajay y Placetas.
Dentro de sus funciones electorales participa en los comicios para la elección de delegados a la convención constituyente, donde su destacada labor es reconocida en carta a él enviada por el Presidente de la Audiencia de Santa Clara, el 27 de noviembre de 1939.
Avala este testimonio la circunstancia de no haber llegado hasta ni una sola queja por "vuestro comportamiento," y si en cambio el unánime clamor que habéis sido para todos -como lo esperaba- que ahora pleno de ufanía lo declaro suprema garantía y máxima confianza. (5)
Al revisar los expedientes personales del juez Caturla en los últimos años de su vida pueden confirmarse las constantes solicitudes reclamando sus servicios por la Audiencia de Santa Clara como Juez Especial de toda la provincia y por el Tribunal Supremo para investigar denuncias contra jueces y otros funcionarios judiciales.
En el informe semestral rendido el 1 de enero de 1939 a la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo de Justicia, denuncia la difícil situación que tiene creada en el pueblo de Camajuaní, por la conducta irregular que observa el juez Máximo Fernández Tablada, pues este, junto a la policía prohijaba y consentía por interés, los juegos prohibidos de la chivichana y la bolita. Y más adelante señala que son los infelices a los que siempre se les hace responder de sus actos y no a los grandes que se creen amparados por poderosas influencias, cuando los hechos se realizan por todos, grandes y pequeños…(6)
Todo lo anterior demuestra el cúmulo de trabajo que tenía que desarrollar y la capacidad que poseía, no solo al desempeñar su labor judicial de forma correcta y abnegada, sino porque durante todos estos años también llevaba una intensa vida como creador musical.
Esta actitud honesta que revela Caturla ante la ley, le hace ganar la admiración y confianza del pueblo. En enero de 1940 recibe una carta de los presos de la cárcel de Santa Clara, denunciando la conducta de las autoridades penitenciarias, en esta misiva lo aclaman Juez Justiciero.
Es usted el Juez Justiciero, que no se aparta de la ley para veneficiar al malvado, por ninguna cantidad, y es usted el Juez prestigioso y digno que sabe introducirse en la verdad y hacer justicia contra la infamia. (7)
Con estas palabras quedaba bien definido el carácter de Caturla: justiciero, firme e insobornable.
Estudioso de las leyes vigentes en su tiempo. Aportes importantes a la ciencia del Derecho
Como funcionario que prestigió la judicatura cubana, fue un gran estudioso de las leyes vigentes proponiendo cambios en algunas de ellas al considerarlas ineficaces y caducas.
No tomó su profesión de abogado como un simple modus vivendi. Su preocupación por la justicia lo llevó a realizar importantes trabajos entre los que se destacó su intervención en las Reformas del Código Electoral y un notable ensayo sobre la delincuencia juvenil. (8)
En 1935 expuso al Consejo Consultivo del Estado de la República sus criterios sobre el Proyecto Laredo-Bru, acerca del código penal, mereciendo los elogios de Diego Vicente Tejera, Magistrado del Tribunal Supremo y miembro de la Comisión codificadora.
En ese propio año trabaja en la realización de un proyecto de Ley orgánica del Poder Judicial en el que, al dirigirse al Presidente de la República y el Consejo de Estado, resalta que lo que el mismo pretende es poner orden a la existencia de un conjunto de normas dispersas y lograr la estructuración de uno de los más importantes "poderes" del mismo.
El 22 de abril de 1936 redacta el proyecto sobre los Juzgados Correccionales de Tercera clase, contando con 14 artículos que modifican lo preceptuado en la Ley Orgánica del poder judicial. La idea principal es que existieran juzgados correccionales de tres clases: 1ra La Habana, 2da Santiago de Cuba, Camagüey, Cienfuegos, Santa Clara, Matanzas, Cárdenas, Colón, Pinar del Río, Marianao y Remedios, 3ra Consolación del Sur, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Guantánamo, Holguín, Victoria de las Tunas y Palma Soriano.
En agosto de 1939 elabora el Proyecto de Legislación Tutelar de Menores, donde explica sus criterios sobre la aplicación de medidas de seguridad a menores delincuentes. En este defiende la idea que los menores que hayan cumplido 12 años de edad y que cometan hechos graves, de gran peligrosidad, sean recluidos en el Reformatorio juvenil, aunque si se trata de hechos que no llegasen a adquirir proporciones alarmantes se les imponga como alternativa alguna medida tutelar y modificar su medio ambiente.
Este ensayo «Medidas de seguridad para menores delincuentes» fue publicado por la revista Repertorio Judicial, donde Caturla colaboró con frecuencia en los últimos años de su vida.
Con fecha 26 de febrero de 1940 se remite al Dr. Eduardo de Acha en Santiago de Cuba agradeciendo la publicación de una sentencia sobre la no sancionabilidad de menores; al respecto le dice que es un aliento largo en esta carrera, dura e ingrata, pero que tiene satisfacciones como esa, cuando se cumplen los deberes y se sirve a la humanidad… (9)
A continuación, y refiriéndose a su tesis sobre menores, le comenta que ha sido aceptada por su compañero de la sección tercera de la Audiencia que se trata de un caso de homicidio imperfecto cometido por un menor educando, alumno del Instituto de esta ciudad al que se ha impuesto una medida tutelar, recluyéndose por término de un año en el hogar de su padre. En ella fue factor determinante nuestro actual Presidente de la Audiencia, Dr. Alberto Córdova, a quien deben conocer, que la suscribe con otros dos magistrados. (10)
Es en marzo de 1940 que surge la iniciativa de Caturla prohijando el Proyecto del magistrado Alberto de Córdova y Quesada, sobre independencia absoluta del Poder Judicial y a su vez apoya el Proyecto de Disposición Transitoria que adopta en unión de setenta compañeros sobre ratificación de los entonces vigentes funcionarios judiciales y fiscales en sus respectivos cargos, o no reorganización del Poder Judicial. Piensa que con ello al fin habremos logrado la preciosa estabilidad que necesitamos para desenvolver nuestras actividades normalmente. (11)
Mamá, la muerte me está buscando para llevarme al cementerio…
Caturla prestó juramento a la Constitución de 1940 el 7 de octubre de ese año. El 19 del mismo mes, solicita garantías para su vida, dando a conocer que se planeaba su muerte por parte de miembros del Ejército y de la Policía Nacional como consecuencia disgusto producido por haber procesado a hermano de policía (12); ya en 1936 había sido víctima de un atentado en su casa de Palma Soriano, maquinado por la mafia protectora del juego. Un segundo atentado le quitaría la vida el 12 de noviembre de 1940. Su asesino, José Argacha Betancourt, de dudosa conducta, de baja condición moral y económica, se encontraba separado de su legítima esposa y vivía en concubinato con Benedicto Espinosa y Espinosa la que, de una manera discreta, ejercía la prostitución participando Argacha del producto de ese ilícito comercio. Al negarse su concubina el día 9 de noviembre a continuar ejerciendo la prostitución, la maltrató brutalmente causándole contusiones en todo el cuerpo. Enterado de que el que actuaba de juez de instrucción era el Dr. García Caturla con fama de enérgico e inflexible hizo un escrito que remitió al presidente de la Audiencia tildándolo de parcial y, no conforme con esto, decidió ver personalmente a Caturla y en horas de la tarde del 12 de noviembre se le vio merodear por la casa de su padre.
Horas más tardes dos disparos de un arma Colt calibre 36 segarían la vida de Alejandro García Caturla en una de las calles de la ciudad que lo viera nacer.
La causa contra Argacha Betancourt número 850 de 1940 fue abierta a juicio oral, fallada por la sección tercera de lo criminal de la Sala de Justicia, por sentencia número 536 de 14 de junio de 1941, fue conducida con la mayor energía por el abogado Dr. Jorge Luis Besada y Pichardo hasta obtener el máximo de pena que autorizaba el Código de Defensa Social vigente en esa fecha. Se le impuso al procesado la sanción de treinta años de reclusión, sanción que fue confirmada por la Sala de lo Criminal del Tribunal Supremo de Justicia en su segunda sentencia del 6 de marzo de 1942 en el recurso de casación que contra aquella estableció dicho sancionado. La sanción fue cumplida en el Reclusorio Nacional de Isla de Pinos.
Con su muerte Remedios perdía uno de sus hijos más ilustres, la judicatura cubana, uno de sus jueces más honrados y el arte universal uno de los exponentes más genuinos. Nicolás Guillen señalaba al respecto.
El asesinato de Alejandro García Caturla en Remedios, no es solo el crimen de un inconsciente, sino la gran culpa de todos los que debiendo comprenderlo y estimarlo lo ignoraron. (13)
En varias oportunidades Argacha hizo solicitud de indulto, a lo que se opusieron resueltamente las instituciones fraternales y religiosas de Remedios así como los familiares y amigos de Caturla. La primera solicitud se hace en 1944. Al respecto y desde las columnas del periódico Hoy, Mirtha Aguirre, bajo el título de «Un indulto imposible» escribía:
Nosotros tenemos la firme convicción de que el hombre que privó a Cuba de lo que Caturla hubiera podido aportarle cumplirá su condena. Tenemos la firme convicción de que el Sr. Presidente de la República no firmará su indulto. Porque Ramón Grau San Martín sabe como cualquier otro cubano lo que Caturla era y lo que su muerte significó para la música. Pero creemos que, a pesar de ello, los intelectuales, los artistas cubanos están en el deber de hacer uso de la palabra. (14)
José Argacha Betancourt nunca recibió la gracia del indulto.
Conclusiones
Concluidos los estudios de Derecho Civil en la Universidad de La Habana, Alejandro García Caturla ejerció como abogado ubicando su bufete en la casa de sus padres; allí atendió disímiles casos: desahucios, solicitudes de indultos, divorcios, recursos de audiencia en justicia, raptos, etc. Se destacan, en los últimos años de su vida, las actividades realizadas atendiendo causas por delitos como Juez Especial en la provincia de Las Villas y las designaciones tanto por la Audiencia de Santa Clara como por el Tribunal Supremo para investigar denuncias contra jueces y otros funcionarios judiciales.
Caturla ejerció su profesión en un período donde el país se encontraba inmerso en una ola de corrupción y vicio y donde el aparato judicial respondía al dominio político. En ese oscuro escenario donde era protagonista el soborno, la sumisión, el crimen y la violencia, se alzó como juez en una actitud desafiante, intransigente, utilizando como única divisa el respeto inviolable de la ley sin distinción de clases o posiciones y en permanente lucha contra los convencionalismos sociales.
Referencias bibliográficas
(1)- María Antonieta Henríquez. Correspondencia Alejandro García Caturla. Pág. 8
(2)- Recorte de la prensa que se encuentra en Expediente que trata de la persecución contra el Juez Alejandro García Caturla por el delincuente Rodolfo Rebull y López. Fondo Archivo histórico Remedios.
(3)- Recorte de la prensa de Palma Soriano encontrado en el archivo familiar. «De nuevo toma posesión del Correccional de Palma el Dr. García de Caturla». Fondo del Museo Casa Alejandro García Caturla.
(4)- Recorte de la prensa encontrado en el archivo familiar. Fondo del Museo Casa Alejandro García Caturla.
(5)- Expediente personal del Juez de Instrucción Titular de Remedios, Dr. Alejandro García Caturla de 1939. Contiene carta al Presidente de la Audiencia de Santa Clara con fecha 27 de noviembre de 1939. Fondo Archivo histórico Remedios.
(6)- Idem
(7)- María Antonieta Henríquez. Correspondencia Alejandro García Caturla. Pág. 388
(8)- Helio Orovio. Diccionario de la Música Cubana. Pág. 167
(9)-.Idem. Pág. 298
(10)- Idem. Pág. 298
(11)- Idem. Pág. 299
(12)- Telegrama cursado por García Caturla al Tribunal Supremo. 19 de octubre de 1940
(13)- Nicolás Guillén. «El crimen de todos». En El Faro, 26 de noviembre de 1940
(14)- Mirtha Aguirre. Recorte de periódico «Un indulto imposible». En expediente solicitud de indulto José Argacha Betancourt. Fondo del Museo Casa Alejandro García Caturla.
Bibliografía.
– Apuntes biográficos de Alejandro García Caturla 1906-1940. Archivo familiar. Fondo del Museo Casa Alejandro García Caturla.
– Apuntes biográficos de Alejandro García Caturla 1927. Archivo familiar. Fondo del Museo Casa Alejandro García Caturla.
– Diario El País. 2 de octubre de 1936.
– El Faro, Remedios. Año XI No. 1018
– Expediente de nombramiento Dr. Alejandro García Caturla, Juez Municipal Accidental de Placetas exp.- 8, legajo- 1, folio- 5, No. Fondo 23. Archivo Histórico José A. Martínez Fortún y Foyo, Remedios.
– Expediente personal del Juez Municipal Segundo Suplente Dr. Alejandro García Caturla exp.- 23, legajo- 1, folio- 1. Archivo Histórico José A. Martínez Fortún y Foyo, Remedios.
– Expediente persecución contra el Juez Alejandro García Caturla por el delincuente Rodolfo Rebull y López. Fondo del Museo Casa Alejandro García Caturla.
– Expediente personal del Juez de Instrucción Titular de Remedios Dr. Alejandro García Caturla 1939. Fondo del Museo Casa Alejandro García Caturla.
– Expediente sobre solicitud de indulto hecha por el asesino de Caturla José Argacha Betancourt. Fondo del Museo Casa Alejandro García Caturla.
– Guillén, Nicolás. «El crimen de todos». En El Huracán, Remedios. Año XI No. 248.
– Henríquez, María Antonieta. Correspondencia Alejandro García Caturla. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1981.
– Orovio, Helio. Diccionario de la Música Cubana. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1981
– Sentencia No. 536 del 14 de junio de 1941 por la Audiencia de Las Villas en la Causa 850 de 1940. Fondo del Museo Casa Alejandro García Caturla.
Autoras:
Lic. María Aleyda Hernández Suárez
Lic. Marcia María Guerra González
SUM Remedios. UCLV.
Enviado por:
Asnety Chinea Franco
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