Este trabajo está orientado hacia el análisis socioliterario del cuento Una Rendija para Escapar de la excelente escritora peruana Zelideth Chávez Cuentas, relato insertado dentro de su obra titulada Mujeres de pies Descalzos, publicada en el año 1996.
Por la trascendencia de su trabajo podríamos decir que Zelideth Chávez, antropóloga puneña, es una persona de una reconocida sensibilidad social. Ella misma acepta su postura como luchadora sindical y confiesa su feminismo, el mismo que luego lo veremos manifestado en el devenir de sus escritos. Su inquieto y creativo espíritu la ha llevado a la concepción del taller de escritura ¨Anillo de Moebius¨, en el cual ha integrado de forma bastante armoniosa a escritores provenientes de diferentes edades, géneros, profesiones y ocupaciones. Es en éste taller en donde publica el cuento Retorno en el año 1993. Luego de este primer paso, la escritora publica los libros Historias de Miércoles en 1994 y Nudos y Desnudos en 1995.
Conocedora de las postergaciones que enfrentan las personas de su género, esta escritora expone su punto de vista con respecto a la producción de la literatura femenina, sobre todo en el Perú, y manifiesta que existe un buen numero de escritoras en ciernes, pero que desgraciadamente posponen su talento por la falta de tiempo, espacio, conocimientos e independencia económica, circunstancias que por muchos años las ha acosado y ante las cuales jamás han tenido el apoyo de la sociedad patriarcal en la que les ha tocado vivir. Chávez concluye: Otras mujeres de mi edad, seguramente tienen mucho que narrar, pero primero tendrían que pasar por un proceso de autovaloración.
Una Rendija para escapar título del cuento en análisis nos sugiere inmediatamente un aspecto rebelde, evasivo, de liberación. Obviamente la interpretación de este titulo está dirigido hacia el deseo que tiene uno de sus personajes de escapar de una opresión que lo aflige y busca exasperadamente, dentro del ambiento físico de una habitación, aunque sea una rendija para escapar. Este deseo metafórico, traduce la urgencia del personaje quien a pesar de su juventud e inocencia encuentra los medios dentro de su mente para alejarse del lugar de sus agobios.
La violencia familiar, primitiva manifestación de las interrelaciones humanas, desgraciadamente sigue conviviendo en sociedades como la nuestra. A pesar que el relato, por lo excelentemente graficado, ha sido ubicado en la Lima de los años cincuenta, aborda el tópico de la subyugación familiar en que viven, muchas de las hijas mujeres, en nuestros días.
Otra de las interpretaciones del título, analizando un poco la evidente temática sexual que encontramos en el relato, podría ser el enlace que deriva de la palabra rendija con respecto al sexo femenino, y la palabra escapar como acción de evasión de un mundo en el que su sola condición de mujer les torna peligroso. Las mujeres quieren escapar, desean liberarse, ese seria el sentido o la interpretación.
Aunque si bien es cierto que durante el transcurso del cuento la autora nos indica exactamente a que se refiere con el título del mismo, no debe dejarse de lado la manifestación de un sutil trasfondo de reivindicación y cambio que ella reclama.
Con respecto al titulo del libro al cual pertenece este relato Mujeres de pies descalzos, encontramos enseguida dos aspectos de influencia fundamentales en la obra de Zelideth Chávez. La primera y no menos importante es la poesía misma que encierra el nombre; una emoción de orden estético asalta al lector en la sugerencia de este título: belleza, delicadeza y plasticidad se adelantan a la lectura del material por entregar. La escritora ha escogido cuidadosamente el nombre con el que se dará a conocer sus relatos, y al mismo tiempo procura que sea un fiel reflejo de la calidad literaria que va a encontrar el lector. El otro aspecto, una identificación más estrecha con las mujeres de su tierra. En la sensibilidad creativa de Zelideth Chávez no se habría podido escapar el tributo y reconocimiento a la mujer campesina, quizás, hoy por hoy, la más marginada y olvidada de las criaturas pensantes de este universo. La condición doble de mujer y campesina en una sociedad patriarcal y machista hace que estas mujeres vivan en una eterna postergación, sin un ápice de reivindicación. Zelideth Chávez las rescata, les da voz, protagonismo. Sus vivencias, los relatos escuchados, lo visto y vivido por la escritora la sitúa en un lugar preferencial para poder transmitir los pesares, anhelos y esperanzas de aquellas mujeres de pies descalzos, y lo logra encausando todo aquello desde la perspectiva literaria: Creo que los humanos y humanas nos subyuga la posibilidad de trascender en el tiempo…compartir secretos, angustias, recuerdos y sobre todo comunicarnos con nuestros congéneres. Esto y mucho mas es la literatura para mí.
Entrando de lleno en el desarrollo del cuento encontramos a los personajes en un orden muy bien delineado. Primero tenemos a Sol, una niña mestiza de quince años, como lo evidencia la descripción física que hace el narrador, hija de una familia de clase media costeña y con un asentado problema de comunicación interfamiliar como lo veremos más adelante.
Sol es una colegiala. Al margen de la inocencia que para la época pueda haber tenido una muchacha de su edad, ella denota cierta candidez y serenidad típicas en la chica sin malicia, con cierto grado de sumisión que tiene que ver más con sentimientos nobles que con avasallamiento. A pesar de esto, Sol intuye un agravio al encontrarse expuesta a las miradas de extraños e inclusive de sus propios padres. Sol va a ser examinada por un ginecólogo. Algo entonces sucede dentro de ella, empieza una pugna entre su comportamiento como hija buena, obediente y sumisa, y la lucha contra la afrenta al pudor y a sus derechos de mujer. Desgraciadamente, pueden más el peso de la prepotencia y el miedo a ser castigada que ella cede sin siquiera haber podido hacer un gesto de rechazo. Perdida la batalla desde el principio, Sol busca evadirse de esas ataduras invisibles que son el prejuicio, las costumbres anacrónicas, y el miedo a la reprimenda en forma violenta, por medio de una rajadura en el techo del consultorio, y al no lograrlo escapa por entre sus recuerdos hacia el lugar más seguro que encontró en su corazón: los recuerdos dulces del primer amor.
El Antagonista, o los antagonistas en este caso son testigos casi mudos del drama que vive la niña ultrajada. En primer plano tenemos a un médico, cuya profesionalidad y meticulosidad en el trabajo lo mecaniza volviéndolo una herramienta al servicio de una causa agraviante y completamente obsoleta. La frialdad con que es retratado nos comunica inmediatamente cual será su postura con respecto a la labor encomendada. Ni siquiera su formación académica y científica ha sido suficiente como para evitar el atropello. Lo que se va a ver es un dogma, lo que está de por medio es sagrado, y él se presta con su ciencia a consumar lo que su sociedad ve como válido: la virginidad de una mujer. El acto lo esconde bajo su profesionalismo, es neutro es su labor, pero se le resbala cierta complicidad cuando se le hace imposible ocultar una sonrisa al comprobar que la niña es pura.
Otro drama de no menos intensidad se vive entre los padres. Ellos están ahí, para comprobar lo que su mundo indica que es correcto, no importa si para ello su propia hija deba quedar con una experiencia traumática por el resto de su vida. Lo otro es más importante. La madre observa con semblante contrariado, lo que significa que vive un tanto la pena y desesperación del ultraje de su hija, pero no reacciona, es testigo acepta los parámetros de esa costumbre como deben de haberlo aceptado las generaciones anteriores de mujeres de su familia. El padre está sólido, cree firmemente en lo que hace y adopta una postura ¨ digna ¨ con los labios apretados de la seriedad y los maxilares temblorosos de la incertidumbre. Ninguno la mira, mas bien la obvian pero están a su lado para cumplir a cabalidad con el absurdo ritual.
Dentro de lo que sería el discurso encontramos frases con sentido figurado y de yuxtaposición verbal. Así podemos mencionar la identificación de un símil implícito (sí cabe el termino), al comienzo del segundo párrafo ¨ Es muy joven, una rosa en botón ¨; y otro más adelante: ¨ unos dedos fríos, duros, como tenazas ¨ . De igual modo, una metáfora es ubicada hacia la mitad del relato : ¨ mientras una voz que, es un trozo de hielo descendiendo por la espalda, indica…¨ . Identificando al narrador de este cuento diremos que se trata de un narrador heterodiegético en tercera persona del singular que sufre y se identifica con la protagonista, a la cual admira y que representa, por su juventud, el sino de la opresión de la mujer desde temprana edad.
Un último personaje que es importante remarcar sería el amigo de Sol. La descripción de éste personaje es de vital importancia para la realización del cuento, se constituye como catalizador de la situación de oprobio que sufre la joven. Su función suaviza y equilibra los aspectos duros del cuento, pues este personaje es amor, curiosidad, inocencia. Es un colegial como ella, lo que nos lleva a pensar que existe un nexo más específico que los une. Por la situación que la protagonista vive desde el principio del cuento, y la mención del muchacho en momentos en que el lector, quizás un poco apresuradamente ya debe estar emitiendo juicios, la maestría de la escritora se pone de manifiesto al regalarnos un final hasta cierto punto inesperado, cuando se comprueba que Sol, luego de esa inocente experiencia en la playa, es virgen.
El espacio y tiempo en donde se desarrolla el cuento, como ya lo hemos puntualizado líneas arriba, parece ser en la ciudad de Lima, por los años cincuenta. El narrador hace dos menciones que ponen de manifiesto lo aseverado. Habla de servicio de tranvía ¨…mientras el estruendo inquietante del tranvía sacude los cristales del consultorio¨. El tranvía existió sólo en la ciudad de Lima y durante un corto lapso de tiempo que abarcó fines de los años cincuenta hasta comienzo de los sesentas, además hace mención de un encuentro en la playa entre la protagonista y su amigo. Este es el espectro general en donde estaría ubicada la trama. El tema principal se desarrolla en un consultorio, aparentemente de noche, debido al foco de cien watts con que es iluminado a pesar de tener ventanas.
El narrador trata de ubicarnos en el centro de una historia sin tiempo específico, quizás en la intención de exponernos un problema que también carece de tiempo, y que se ha venido arrastrando de generación en generación, nos ha dado ciertas pistas con respecto a la cronología, pero nos deja entrever una situación actual, cotidiana, en donde la fuerza juega un papel importante para la realización de los deseos.
El tiempo en la historia es estático, todo sucede en un lapso de noche que sería la visita a un consultorio medico, pero matiza esta inmovilidad con los recuerdos de la chica en la playa creando un espacio en lugar y tiempo que nos da la sensación de libertad y belleza.
La mujer en la sociedad peruana ha jugado un rol importantísimo para el desarrollo de los planes nacionales. Su presencia ha sido desde siempre gravitante en los acontecimientos de interés nacional, y, aunque se han contado entre ellas precursoras de la independencia, luchadoras sociales, intelectuales de reconocida trayectoria o simplemente mujeres que han apoyado y asistido a sus hombres durante duras jornadas de batalla en épocas de guerra; la postergación, el aislamiento y el poco apoyo para su desarrollo han sido las retribuciones que ellas han obtenido de toda una nación. Es cierto que la estrategia mundial en cuanto a convivencia humana apunta hacia la famosa globalización, tratando de vencer las últimas barreras que separan a los hombres en el mundo, como también es cierto que cada día las grandes instituciones tutelares del orbe reconocen la trascendencia e importancia de la inserción de la mujer en todo campo de actividad, pero, ¿Es esto aplicable en sociedades de conceptualizaciones y costumbres arcaicas?. ¿Se pasará del enunciado a la acción en nuestra patria? La tarea al parecer será difícil.
Una de nuestras más perniciosas costumbres, que datan desde la España de Alfonso X, y quizás mas atrás, es la de concebir a la mujer como objeto de propiedad, transmisible y usufructuable. Como podemos ver en el desarrollo del libro El Conde Lucanor del escritor español Don Juan Manuel el cuento o pasaje intitulado Lo que sucedió a un mozo que casó con una muchacha de muy mal carácter, grafíca de cuerpo entero el pensamiento rígido y vertical con respecto a la vida de las mujeres de entonces, las mismas que salían del yugo paternal para ser entregadas al yugo marital, previo arreglo pecuniario, de linaje o de necesidades de índole comercial. La mujer era y debía ser sumisa al nuevo amo, y, lo más resaltante era que esta situación constituía el Statu Quo de las sociedades de entonces. Era bien visto una mujer sumisa y temerosa de Dios, su padre y su marido.
Cuando España se estableció en el nuevo mundo trajo consigo su modus vivendi, y esto siguió su curso natural transmitiéndose de padres a hijos. Los nuevos habitantes de este lado de la tierra prosiguieron viviendo como lo habían hecho en la península, es decir, considerando a sus mujeres como objetos de propiedad. En algunos casos, y cuando el mestizaje mezclaba su sangre europea, antecedentes de una sociedad incaica y patriarcal sólo hacía reafirmar más su machismo sobre sus congéneres y aun luego, cuando el arribo de nuevas ideas, vientos de libertad y modernidad tocaron las ciudades hispanas el tema de la liberación de la mujer siguió siendo hablado en secreto y considerado tabú.
Con estos antecedentes que datan de no muy poco tiempo atrás la tarea de reivindicación de la mujer dentro la sociedad peruana y su reconocimiento como pieza importante en el desarrollo de nuestra patria se ve un tanto comprometida, sin embargo, se debe destacar los esfuerzos de muchas mujeres, desde buen tiempo atrás, que han luchado por conseguir su igualdad frente a los derechos y prerrogativas de una sociedad machista y cerrada, mujeres como Flora Tristán, Clorinda Matos de Turner, Mercedes Cabello de Carbonera entre muchas otras, que desde sus tribunas y perspectivas, con la sensibilidad y entereza que son inherentes a su sexo han logrado ser admiradas para el ejemplo de sus compatriotas.
Para concluir este punto, es importante resaltar la labor de la escritora Zelideth Chávez, de quien hemos tomado y analizado sus relatos cargados de esa pasión y ese anhelo de reconocimiento para la mujer. Su trabajo literario impecable tiene un evidente compromiso con las mujeres, y en especial con la mujer campesina, con la inspirada certeza de que quien contribuye a la liberación de éstas comenzará a cimentar las bases de una nueva y vigorosa nación.
CONCLUSION
El cuento en estudio tiene un amplio espectro de interpretaciones. El principal aspecto que hemos tocado ha sido el más resaltante de todos: la violencia familiar y social con respecto a la mujer. Es este punto de partida desde donde daremos las conclusiones al presente trabajo de análisis.
Como ya hemos visto, la violencia familiar tiene su principal antecedente en costumbres anacrónicas de connotaciones atávicas, las mismas que hemos ido encontrando con el paso de los siglos insertadas dentro de las sociedades que nos han precedido, y de las cuales hemos tomado la información por medio de los relatos escritos que nos han heredado. Como vemos, la literatura ha servido de medio de comunicación de dos generaciones lejanísimas en el tiempo pero con un problema en común el cual ha sido el maltrato hacia el género femenino.
Si la literatura sirvió en un tiempo para ayudar al fortalecimiento de las naciones, y a la identificación de cada pueblo, en nuestros días sigue siendo válida su utilización para ayudar en la unificación y armonización de las sociedades. El trabajo literario de un grupo de jóvenes mujeres peruanas, en donde encontramos a Zelideth Chávez, está abocado a la tarea de cerrar, de una vez y para siempre, aquel abismo que existe entre hombres y mujeres en el Perú que involucran temas de trascendencia nacional como la igualdad de oportunidades, el respeto mutuo y la convivencia pacífica. Ellas, intelectuales en su mayoría, tienen como común denominador el apego a las letras, y sus escritos luchan por sobresalir dentro de esa sociedad patriarcal en donde viven. Sus mensajes son diversos, lo mismo que su lenguaje, pero todas coinciden en el mismo anhelo, el destierro incondicional de la postergación. Mientras los problemas que involucran a la mujer no sean abordados con seriedad y resueltos con justicia, cuentos como Una rendija para escapar seguirán teniendo quizás más el peso de una denuncia a un sistema de oprobio que lo que verdaderamente es, un hermoso cuento.
BIBLIOGRAFIA
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Autor:
Rafael Rivera-Mundaca