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Detección de limitantes nutritivos en eucalyptus a través de ensayos en macetas (página 2)

Enviado por Carlos G�mez


Partes: 1, 2

  1. Eucalyptus maidenii

Particularmente la especie Eucalyptus maidenii, posee grandes oportunidades de desarrollo prácticamente en toda la provincia de Buenos Aires.

Esta especie es originaria de Australia. Específicamente proviene de la costa sur de Nueva Gales del Sur y el Este de Victoria, entre los 34º 45’ y 37º 30’ de latitud Sur y entre los 200 m y los 900 m sobre el nivel del mar (Figura 1). El clima es caluroso a fresco, húmedo, con temperaturas medias máximas del mes más cálido que oscilan entre 23º y 27 ºC y medias mínimas del mes más frío de –4º a 2ºC. Las heladas son comunes con una frecuencia de ocurrencia de entre 20 a 80 por año. La precipitación media anual varía entre 800 y 1200 mm distribuidas durante todo el año (Boland et al., 1987; citado por Marcó et al., op. cit.).

Figura 1. Región de origen (círculos rojos) de Eucalyptus maidenii.

Tomado de Brooker et al.

Es un árbol de gran porte. Corteza caediza en fajas o lonjas. Hojas juveniles opuestas y sésiles, elípticas a oblongas de 4 a 11 cm de largo y 2 a 6 cm de ancho, usualmente discoloras con la cara superior verde o levemente glauca y la inferior blanco cerosa, con fuerte olor a cineol (eucaliptol), dispuestas sobre tallos de sección cuadrangular, glaucos. Hojas adultas alternas con pecíolos de 1,5 a 3,7 cm, linear lanceolado falcadas de 15 a 30 cm de longitud y 1,2 a 4 cm de ancho, verde oscuro, coriáceas, brillantes (Parodi, 1987; Brooker et al.).

Flores en inflorescencias axilares no ramificadas, 3-5 o más flores, pedúnculo de sección plana de 0,8 a 2,5 cm de longitud. Hipantio angostamente obcónico, escasamente nervado, verde o glauco, liso o rugoso, opérculo umbonado. Frutos sésiles o pedicelados, obcónicos, de 0,6 a 1 cm de ancho, levemente nervados longitudinalmente, 3 o 4 valvas exsertas o a nivel (Brooker et al.).

Climáticamente esta especie se encuentra difundida en el sur, centro y este de la provincia de Buenos Aires por una mayor tolerancia a las heladas y a temperaturas estivales más elevadas con respecto al Eucalyptus globulos.

La mayor resistencia a las heladas que observa esta subespecie permite su difusión exitosa hacia las áreas más altas y frías de Tandilia y Ventania. Su mayor tolerancia a temperaturas más elevadas en enero resulta primordial para expandir su área de plantación al E-NE bonaerense.

Las áreas más aptas son de relieve ligeramente ondulado que poseen suelos bien drenados, profundos, neutros a ligeramente ácidos y libres de salinidad y alcalinidad sódica (Figura 2). Corresponden a las áreas situadas en el sudoeste y este de la provincia (al este de una línea imaginaria entre Tres Arroyos y Buenos Aires).

Las áreas de menor aptitud (Figura 2) presentan limitaciones en su deficiente drenaje (desde moderado a imperfecto), profundidades someras menores de 75 cm, pH ligeramente alcalino (mayor de 7,.5), salinidad moderada (mayor de 4 dS/cm) y texturas finas (más finas que franco arcillosas).

Figura 2. Aptitud de las tierras para Eucalyptus maidenii. en la pcia de Bs As

(Tomado de Proyecto Forestal de Desarrollo PIA 17/96)

Desde el punto de vista edáfico las limitaciones más importantes son similares a las de Eucalyptus globulus, aunque su distribución geográfica es más extendida que la anterior por una mejor tolerancia climática, sobre todo en el noreste, por su tolerancia a las heladas invernales y a las altas temperaturas del verano.

Es una especie de muy rápido crecimiento y productora de madera de alta densidad y de usos varios (papel, madera de aserrío, tableros de partículas) de muy buen crecimiento en la zona de influencia de la Universidad Nacional de Lujan (UNLu) e introducida al país precisamente en el partido de Luján por Van Houte en la localidad de Cortines (Marcó et al. 2000).

1.3- Fertilidad de los suelos

La decisión de desarrollar plantaciones de especies como la citada impulsa a hacer frente a las altas demandas nutritivas que impone el cultivo para que el crecimiento no sea limitado por bajos niveles de nutrientes disponibles.

Por otra parte, los sistemas productivos con especies de crecimiento rápido causan traslados importantes de elementos nutritivos desde el suelo a la biomasa, que en parte desaparecen del sistema con la madera extraída durante la cosecha.

En algunos suelos el alto consumo de nutrientes por parte de especies de rápido crecimiento, puede hacer disminuir la fertilidad, en especial cuando no son repuestos en el corto plazo por las fuentes de provisión que tiene el sistema (Aparicio, 2002).

Las mayores demandas nutricionales ocurren en la primera fase de crecimiento, desde la plantación al cierre de copas, donde predomina la formación de tejidos productores de clorofila. Sin embargo, el manejo nutricional debe continuar durante toda la rotación.

La respuesta directa a esta limitación de la productividad es la aplicación de fertilizantes. La necesidad de fertilizar se debe a que no siempre el suelo es capaz de reponer todos los nutrientes que las plantas necesitan para un adecuado crecimiento. Las características y cantidades de fertilizante a aplicar dependerán de las necesidades nutricionales de las especies forestales, de la fertilidad del suelo, de la forma en que reacciona el fertilizante con el suelo, de la eficiencia del fertilizante y de factores de orden económico (Goncalves, 2000). Esta práctica tiene como objetivos lograr mayor desarrollo y homogeneidad inicial de las plantas para que estas cubran más rápidamente el suelo y mejoren la capacidad del sitio, lo que se traduce en un aumento de la producción de madera al final de la rotación y/o en un acortamiento del ciclo. (Gaitán et al, 2004).

Sin embargo, se debe destacar que la fertilización es una práctica que necesariamente debe ser acompañada de una buena preparación del suelo y un adecuado control de malezas, de esta manera se podrán asegurar los máximos beneficios de la fertilización. Si alguna de estas actividades no se efectúa, seguramente la fertilización no tendrá el efecto esperado.

Los elementos químicos que formarán la base del fertilizante a utilizar, deberían ser determinados a través de análisis químico del suelo, y serán aquellos que se encuentren en cantidades restrictivas para la especie a plantar. Se destacan el fósforo, boro, nitrógeno y potasio como elementos nutritivos que debieran participar en alguna proporción de la mezcla del fertilizante (González-Río et al, 2000).

Según Methol (1996) algunos autores cuestionan las ventajas iniciales obtenidas a

través de la aplicación de fertilizantes durante la etapa de implantación, sugiriendo que al momento de la tala se obtendría un volumen de madera similar. Algunos investigadores sugieren que las limitaciones de nutrientes declinan después que el rodal completa el área foliar debido a que la demanda de nutrientes sería menor, no obstante las evidencias empíricas muestran que sitios con limitaciones en nutrientes en edades tempranas, siguen teniéndolas a edades avanzadas (Fisher y Binkley, 2000).

Otro aspecto ligado a la fertilidad de los suelos y a la productividad forestal se refiere a los objetivos que deben fijarse cuando de conservar los recursos se trata. En este sentido Nambiar (1995) sugiere que la meta es lograr que la productividad de las plantaciones no decline o aumente a través de las sucesivas rotaciones, manteniendo o mejorando la calidad del sitio. Allí es donde uno de los principales aspectos a considerar es la protección de la fertilidad de los suelos ya que los efectos sobre la calidad del suelo que se han asociado con plantaciones de Eucalyptus sp., podrían promover, además, cambios bioquímicos negativos sobre el suelo tales como acidificación, lixiviación del hierro, repelencia al agua, actividad alelopática entre otros.

En nuestra región son escasos los valores de niveles nutritivos adecuados tanto en suelo como en tejidos, lo que surge como una primera carencia de información cuando se intenta definir la necesidad o conveniencia de fertilizar como parte de las prácticas silviculturales.

1.4- Diagnóstico de las deficiencias de nutrientes

Hay un gran número de métodos que se utilizan para identificar limitantes nutritivas (van den Driessche, 1974), tales como:

  • Inspección visual del cultivo para localizar signos de deficiencias: Este método sólo advierte deficiencias críticas, una vez producido el daño y a veces los síntomas observados pueden ser poco fiables. La clorosis, por ejemplo, puede ser el resultado de un déficit de nitrógeno, de ataques de nematodos, de un suelo salino, déficit de agua, de una virosis o de otros problemas no relacionados con los niveles de nutrición del suelo.
  • Análisis de suelo: Miden los niveles de nutriente del suelo así como otras características del mismo. Los agricultores dependen de estos análisis para determinar las necesidades de cal y fertilizante de las cosechas.
  • Análisis de tejido vegetal: Miden los niveles de nutriente solo en los tejidos de la planta. Este tipo de análisis permite detectar posibles carencias no encontradas en los análisis del suelo.
  • Bioensayos: Los bioensayos son métodos para diagnosticar las deficiencias de nutrientes que combinan las técnicas de análisis de tejidos y pruebas en macetas. Uno de los primeros métodos fue el de Neubauer, en el cual grandes cantidades de arbolitos (hasta 100) se cultivaban durante 2 o 3 semanas de una pequeña porción de suelo (aproximadamente 100g). Luego, las plantas se separan del suelo, se secan y se analizan cuidadosamente. Se supone que la cantidad total de un nutriente en las plantas, menos el que este presente en las semillas refleja la cantidad de ese elemento que se halla disponible para las plantas en el suelo.
  • Pruebas de Campo: Las pruebas de campo tal vez son el método más antiguo y confiable para diagnosticar las deficiencias de nutrientes, pero es un procedimiento costoso y tardío. A menos que los campos de pruebas se caractericen cuidadosamente, los resultados no tienen aplicación sobre zonas amplias. Las pruebas de campo con árboles de bosques pueden agruparse en 2 categorías generales: 1) los que se instalan en la época de plantado cercana la misma, y 2) los que se instalan sobre las comunidades establecidas. Con cualquiera de los métodos, la respuesta de tratamiento con fertilizantes puede medirse comparando la tasa de crecimiento antes y después de la fertilización.

El análisis de suelo y el análisis de planta son métodos que permiten realizar una prospección rápida de los nutrientes limitantes o de las propiedades de los suelos. Estos métodos se usan en una primera etapa en la exploración o prospección de la fertilidad de los suelos, ya que los ensayos de campo tienen un alto costo y son de difícil manejo (Opazo et al, 1999).

Pero estos métodos tienen sus limitaciones como el alto nivel de incertidumbre por carecer de información de referencia (esto es válido para los análisis de tejidos) con respecto a los datos que se obtienen (Pritchett, 1986).

Una opción de bajo costo son los ensayos en contenedores, rápidos en cuanto al tiempo en que se tarda para obtener resultados y de validez como orientación ya que en la mayoría de los casos presentan similares tendencias de respuesta y acumulación relativa de nutrientes comparados con ensayos de campo (Judd et al, 1996).

Durante mucho tiempo los cultivos en macetas u otros recipientes se han utilizado como un instrumento para diagnosticar las deficiencias de nutrientes y para dar evaluaciones cuantitativas aproximadas de los requerimientos en fertilizantes y de las interacciones de los nutrientes. Permiten el uso de diseños mas complicados bajo un menor numero de variables en cuanto a condiciones climáticas y edáficas. Los resultados también pueden obtenerse en un periodo mas corto y por lo general son más fáciles de evaluar que las pruebas de campo. Will y Knight (1968) hicieron uso de un sistema repetitivo intensivo en los suelos de macetas para evaluar las cantidades de elementos primarios disponibles para los árboles en diversas capas de suelos derivados de piedra pómez. Otros (Bengtson et al. 1974) han hecho experimentos en invernaderos para evaluar las fuentes de fertilizantes o para estudiar las relaciones humedad-suelo-plantas. El ensayo en invernadero es una técnica muy útil para detectar deficiencias nutricionales en un cultivo específico (Opazo et al, 1999). Muchos estudios fisiológicos sobre nutrientes han hecho uso de técnicas de cultivo en arena o en soluciones para determinar las relaciones entre dotación de nutrientes, absorción, crecimiento y síntomas por deficiencias o toxicidades (Ingestad, 1963; Swan, 1972; Will, 1961).

En los ensayos en macetas, los árboles se cultivan solo hasta el nivel de plántulas están en un clima artificial en un suelo alterado y a menudo el experimentador utiliza solamente el suelo superficial de una zona limitada sin tomar en cuenta las variaciones en el campo. Los requerimientos de nutrientes de las plántulas son diferentes de los árboles adultos. Tamm (1964) indico que los resultados de los estudios en macetas pueden dar una información excelente sobre la nutrición de las plántulas de viveros, pero estos resultados no son necesariamente aplicables a los árboles más maduros. Richards (1978), aun reconociendo que estas críticas pueden ser validas, afirmo que no demeritan la utilidad de los ensayos en maceta para determinar cuales son los nutrientes limitantes.

Es claro que son muchos los factores que limitan la proyección directa de los resultados de invernadero a las condiciones de campo esto es especialmente cierto donde el objetivo es predecir la magnitud de la repuesta a la aplicación de fertilizantes o determinar las tasas optimas de fertilizantes para utilizarlas en el campo. Los estudios de invernadero son más propios para usarse como instrumentos de diagnostico, pero incluso en este caso los resultados deberán tratarse con precaución y utilizarse sobre todo como complemento para las pruebas de campo.

1.5- Hipótesis del trabajo

Teniendo en cuenta los niveles de nutrientes disponibles que hay en los suelos, se podría aumentar la producción de Eucalyptus maidenii en la zona, mediante un adecuado ajuste de los nutrientes a aplicar.

2- OBJETIVOS

  • Identificar limitaciones nutritivas para el crecimiento de Eucalyptus maidenii en suelos del Noreste de la Provincia de Buenos Aires.
  • Medir la respuesta de las plantulas de la especie al agregado de nutrientes, en un ensayo de contenedores
  • Comparar los resultados del diagnóstico obtenido del ensayo de contenedores, con la disponibilidad de nutrientes del suelo.

3- MATERIALES Y MÉTODOS

3.1- Descripción del sitio de ensayo

3.1.1- Ubicación del Ensayo

El ensayo se realiza en un invernadero experimental del vivero Jorge, localizado en Francisco Alvarez, partido de Moreno (Pcia de Bs As). Es un predio de 4 ha dedicado íntegramente a la floricultura. El mismo cuenta con 30 invernaderos cuyas dimensiones son de 40 m de largo, 7m de ancho y 4 m de alto cada uno.

El vivero tiene actualmente una bomba eléctrica sumergible de 5 HP que extrae agua de una perforación cuya profundidad llega a los 45 m. El caudal de la bomba es de 35000 litros/hora. Con respecto a la calidad, se trata de agua potable con valores de pH de 7,2 y de conductividad eléctrica de 0,71 ds/m (laboratorio del campo de la UNLU).

  1. Caracterización climática

Templado cálido. Las temperaturas extremas se encuentran en el mes de Enero (23.11 °C) y en el mes de Julio (9.1 °C), teniendo en cuenta los valores históricos de la región. Las precipitaciones extremas se dan en el mes de Marzo y en el mes de Julio, pero la distribución de las mismas se concentran en la primavera-verano. Las precipitaciones totales son 1020 mm anuales teniendo en cuenta que el establecimiento se encuentra en la pampa húmeda. El período libre de heladas es de desde principios de Octubre hasta mediados de Abril (Estación Meteorológica de la UNLU).

  1. El suelo con el cuál se realizó los ensayos se obtuvo de un rodal de Eucalyptus maidenii ubicado en la UNLu, partido de Luján (Pcia de Bs As). La parcela forma parte de un ensayo de competencia de malezas durante la fase de implantación de Eucalyptus maidenii. Está ubicada a los 34º 34’ S y a los 54º 04’ O. la superficie es de 0,11 ha y se plantó en octubre de 1.997.

    Desde el punto de vista geomorfológico se halla ubicado en Pampa Ondulada, que se caracteriza por un relieve ondulado recortado por cañadas y arroyos, quedando definidos ambientes de loma, media loma y bajo. Los suelos se han desarrollado sobre materiales lóessicos finos.

    La parcela de estudio se halla ubicada sobre una loma plana, siendo el suelo representativo un Argiudol típico cuya secuencia de horizonte es: A-AB-Bt1-Bt2-BC-C.

    Climáticamente corresponde al templado con precipitación anual distribuida uniformemente (Goldberg et al. , 1994).

    La temperatura media de los meses de verano es de 25 ºC, con valores máximos en los meses de Enero y Febrero. La temperatura media invernal es de 9,5 ºC, correspondiendo los valores mínimos a los meses de Junio y Julio.

    Las precipitaciones oscilan alrededor de los 950 mm anuales, distribuidas a lo largo del año con máximas en otoño y primavera, y mínimas en invierno; sin determinar estaciones contrastantes.

  2. Caracterización del sitio de extracción del suelo
  3. Diagnóstico por Análisis de suelo

Sobre una muestra compuesta de suelo del predio se realizaron los siguientes análisis químicos (Jackson, 1976):

  • Contenido de materia orgánica: Walkley y Black.
  • Contenido de Fósforo asimilable: Kurtz y Bray I.
  • Nitratos: extractables con SO4K2
  • Nitrógeno total: Kjeldahl.
  • pH: potenciometría.
  • Boro soluble en agua.
  • Calcio extractable con Acetato de Amonio pH 7
  1. Diagnóstico por Ensayo de crecimiento de plantas en contenedores

Con suelo extraído de la parcela experimental de Eucalyptus maidenii, se llenaron 3 bandejas que contienen 88 tubetes de 90 cm³ cada una. En estas se sembraron semillas de Eucalyptus maidenii para la obtención de plantines de la misma. La siembra se realizó en forma manual y superficialmente para poder taparlo con una fina capa de tierra. Luego se le coloco papel de diario por encima y se mojo el mismo con el objetivo de mantener y no perder la humedad rápidamente. Periódicamente, se mojo el diario para mantener la humedad. Esta tarea se realizo hasta la emergencia de las plantulas. Una vez emergidas, se quito el diario y se regó en forma manual con una regadera que produce una fina lluvia que no daña a las plantulas. Previamente a la siembra, el suelo se trata con un fungicida (Almacigol) como método preventivo al ataque de Dumping off. Esta operación se repitió a los 30 días y a los 45 días posteriores a la emergencia de las plantulas. Las dosis utilizadas fueron de 1 gr del fungicida en 5 litros de agua para el tratamiento de siembra y de 0,5 gr del fungicida en 10 litros para los tratamientos de post emergencia. Las plantulas permanecieron en los tubetes hasta que alcanzaron un tamaño aproximado de 10 cm, momento en el cual fueron trasplantadas a los contenedores definitivos. Estos contenedores tienen una capacidad de 1,5 lts y también fueron llenados con el suelo extraído de la parcela experimental hasta completar 1.5 kg de suelo por contenedor.

El transplante de los plantines desde los tubetes a los contenedores se realizó de forma manual. Una vez transplantado se realizó un riego para acentar el plantin en el contenedor. Luego se les aplicaron diferentes dosis de nutrientes con el objetivo de medir la respuesta de los plantines a la aplicación de los nutrientes. Las dosis aplicadas fueron:

P0: sin fertilizante

P1: 8.25 mg/kg de PO4

P2: 16.5 mg/kg de PO4

N0: sin fertilizante

N1: 15 mg/kg de NO3

N2: 30 mg/kg de NO3

B: 2.5 ppm de Boro

Estas dosis se determinaron a partir de los resultados de análisis de suelo.

Se realizaron 2 ensayos para evaluar la incidencia del agregado de nutrientes en el crecimiento de las plantas. En el ensayo A se evalúo la interacción entre el Nitrógeno y el Fósforo, mientras que en el ensayo B se evalúa la interacción entre el Nitrógeno y el Fósforo con el Boro como base.

Tabla 1: Combinaciones de nutrientes de los ensayo A y B

Para poder medir las respuestas de los plantines a la aplicación de los nutrientes se midió durante un lapso de 105 días y con un intervalo de 15 días entre mediciones, la altura y el diámetro de los plantines de ambos ensayos. Es decir que por cada ensayo se obtuvieron 7 mediciones correspondientes a las alturas y 7 mediciones correspondiente a los diámetros.

En la tabla 2 se presenta un resumen de las mediciones hechas en los 2 ensayos y las referencias con las cuáles se las identificaran de aquí en adelante.

Tabla 2: Tabla de referencia de las mediciones hechas

Se considero como altura de la plantula a aquella que se extiende desde la base de la misma hasta la punta del ápice, mientras que para el diámetro se considero el diámetro que tenia la planta a 2 cm de la base.

Durante todo el ensayo, el control de las malezas se realizo en forma manual. El riego durante la etapa de contenedores fue automático. Para ello se utilizo cinta de goteo de salidas múltiples, Super Typhoon 100. Es de paredes delgadas (0,25mm) y posee un caudal de 1.10 l/h. Tiene una presión máxima de 10 m y un diámetro interno de 16 mm y externo de 16,5 mm. Las salidas tienen una separación de 20 cm entre sí.

3.5- Análisis estadístico

El diseño fue completamente aleatorizado con 4 repeticiones por ensayo. Con los resultados de las mediciones de altura y diámetro de las plantas se realizó el análisis de varianza (p<0,05). La comparación de medias se realiza a través del test de LSD.

3.6- Comparación de métodos de diagnóstico

Los resultados obtenidos del ensayo de crecimiento de plantas en contenedores con tratamientos de fertilización, se relacionaron con los niveles de nutrientes disponibles en suelo.

4- RESULTADOS Y DISCUSIÓN

4.1 Diagnóstico por Análisis de suelo

El análisis químico del suelo dio los siguientes resultados:

  • Materia orgánica: 3,58 %
  • Fósforo asimilable: 10 mg/kg
  • Nitratos: 3 mg/kg
  • Nitrógeno total: 0,20 %
  • pH: 5,37
  • Boro: 0,5 mg/kg
  • Calcio extractable: 10,1 cmol/kg
  1. Diagnóstico por Ensayo de crecimiento de plantas en contenedores

4.2.1- Ensayo A

4.2.1.1 Diámetro

En la tabla 3 se puede observar que con respecto al diámetro, a partir de la segunda medición (30 días desde el trasplante) y hasta la ultima medición, dio como resultado diferencias significativas en el ensayo de acuerdo al análisis de varianza.

Tabla 3: Resultados del análisis de varianza para los diámetros del Ensayo A con una exigencia de p< 0,05

NS: no significativo

S: significativo con p< 0,05

/: no significativo con p > 0.05

Las diferencias significativas se debieron a la aplicación del fósforo. No se observaron respuesta al nitrógeno ni a la interacción entre el nitrógeno y él fósforo. Esto puede indicar que el nivel de nitrógeno presente en el suelo fue suficiente para que la plantula se desarrolle normalmente en estas primeras etapas de crecimiento sin dejar que sé observen respuesta al agregado de nitrógeno.

Según Novais et al. (1982), las exigencias del fósforo disminuye a medida que aumenta la edad de la planta, siendo las etapas mas criticas en cuanto a la necesidad de este nutriente, los primeros estadios de crecimiento de la planta. Según Rezende et al. (1983), durante las primeras etapas de crecimiento de Eucalyptus grandis, la necesidad de fósforo es mayor que la de nitrógeno y potasio, mientras que a medida que va creciendo, esta relación se va invirtiendo, siendo mayor la necesidad del nitrógeno, sobre todo en las etapas cercanas a la floración.

Figura 3: Representación en caja y bigote del diámetro de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a D30EA.

En la figura 3 se observa claramente el aumento del diámetro de las plantas a medida que aumenta la dosis de fósforo. Este resultado concuerda con lo dicho por Malavolta et al. (2002) el cual estableció que en etapas tempranas de crecimiento del Eucalyptus grandis, la respuesta a la aplicación de fósforo es positiva. Además, Gavas et al. (1997) observo que la acumulación de biomasa en plantas de Eucalyptus urophylla de 1 año de edad era mayor en aquellos individuos que fueron fertilizados con elevadas dosis de fósforo, mientras que los individuos que fueron fertilizados con menores dosis de fósforo presentaban una menor acumulación de biomasa.

Tabla 4: Tabla de medias para D30EA según el test de LSD

En la tabla 4 se puede observar claramente que a medida que aumenta la dosis de fósforo, los diámetros también lo hacen, siendo la combinación P2N0 la optima dentro del grupo de homogéneos.

Esta tendencia al aumento del diámetro de la planta a medida que aumenta la dosis de fósforo se mantuvo durante todo el ensayo. Esto se puede observar en las figuras 4, 5 y 6 que corresponden a las mediciones hechas a los 45 días, 75 días y 105 días respectivamente.

Figura 4: Representación en caja y bigote del diámetro de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a D45EA.

Figura 5: Representación en caja y bigote del diámetro de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a D75EA

Figura 6: Representación en caja y bigote del diámetro de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a D105EA.

También se puede observar en las tablas 5 y 6 que los mayores diámetros se corresponden con los niveles más altos de fósforo. Esto concuerda con lo dicho por Gavas et al. (2001) quien observo que a mayor contenido de fósforo en el suelo, mayor es la acumulación de biomasa en Eucalyptus urophylla de 1 año de edad.

Tabla 5: Tabla de medias para D45EA según el test de LSD

Tabla 6: Tabla de medias para D105EA según el test de LSD

4.2.1.2 Altura

Tabla 7: Resultados del análisis de varianza para las alturas del Ensayo A con una exigencia de p< 0,05

NS: no significativo

S: significativo con p< 0,05

/: no significativo con p > 0.05

Se observaron diferencias significativas solamente en las primeras 2 mediciones que corresponden a los 15 días y 30 días respectivamente en que fueron transplantadas a los contenedores. Estas diferencias significativas se debieron al agregado de fósforo y también a la interacción entre él fósforo y el nitrógeno, mientras que no se observaron respuesta al agregado del nitrógeno.

Figura 7: Representación en caja y bigote de la altura de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a A15EA.

 

Figura 8: Representación en caja y bigote de la altura de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a A30EA.

En las figuras 7 y 8 se pueden observar las alturas de las plantas a los 15 días y 30 días desde el trasplante. Se puede advertir la tendencia al aumento de la altura a medida que las dosis de fósforo crece salvo en las combinaciones N2P0, N2P1 y N2P2 donde la mejor respuesta es la combinación N2P1, siendo el origen de la interacción NxP significativa (Figura 8). Esta tendencia no se repite en el caso del nitrógeno ya que aumentos en la dosis del mismo no produjo aumentos en la altura.

Goncalves et al. (2000) observo diferencias de hasta un 50% en altura en Eucalyptus cloeziana, Eucalyptus camaldulensis y Eucalyptus urophylla cuando estos eran fertilizados con 300 mg/l de P y el testigo con 30 mg/l de P.

A su vez, Silveira et al. (1996) observo que en tratamientos en donde el P era omitido, híbridos de Eucalyptus grandis x Eucalyptus urophylla de 10 meses de edad, presentaban menor crecimiento en altura cuando se lo comparaba con soluciones completas.

En la tabla 8 sé puede advertir que los aumentos en altura están acompañados por los aumentos en la dosis de fósforo, aunque la mayor altura se da con la combinación P1N2.

Tabla 8: Tabla de medias para A30EA según el test de LSD

A partir de la tercer medición que corresponde a los 45 días y hasta el final del ensayo no se observaron diferencias significativas.

Sin embargo, se puede observar que la tendencia al aumento de la altura con respecto al aumento en la dosis de fósforo se sigue manteniendo a pesar de que no hallan diferencias significativas. Esto se puede advertir en las figuras 9, 10 y 11 que corresponde a las mediciones hecha a los 45 días, 75 días y 105 días respectivamente.

Figura 9: Representación en caja y bigote de la altura de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a A45EA.

Figura 10: Representación en caja y bigote de la altura de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a A75EA.

Figura 11: Representación en caja y bigote de la altura de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a A105EA.

Es probable que la causa por la cuál se dejó de observar diferencias significativas en altura a partir de la tercer medición se deba a un limitado espacio para el desarrollo radical. Es decir que el tamaño de los contenedores utilizados en el ensayo no era lo suficientemente grande como para soportar un desarrollo sostenido más allá de los 45 días.

Cabe hacer notar que a los 45 días muchos individuos habían superado los 60 cm de altura lo que indica una tasa de crecimiento muy interesante habiendo partido de transplante con el estress que ello conlleva.

  1. Ensayo B

4.2.2.1- Diámetro

En la tabla 9 se presentan los resultados de las mediciones del diámetro del ensayo con boro.

Tabla 9: Resultados del análisis de varianza para los diámetros del Ensayo B con una exigencia de p< 0,05

NS: no significativo

S: significativo con p< 0,05

/: no significativo con p > 0.05

Las diferencias significativas se manifiestan a partir de la segunda medición que corresponde a los 30 días del transplante y siguen hasta el final del ensayo.

La mayoría de las respuesta son al fósforo como ya venia sucediendo con el ensayo anterior, pero también se advierten respuestas al nitrógeno y a la interacción de los dos nutrientes.

Con respecto al fósforo, la respuesta se dio desde el día 30 del trasplante hasta el final del ensayo. Esto se puede ver en las figuras 12, 13 y 14 que corresponde a los 30 días, 75 días y 105 días respectivamente desde el trasplante. En las tres figuras se puede observar que aumentos en la dosis de fósforo se acompañan con aumentos en el diámetro de las plantas.

Figura 12: Representación en caja y bigote del diámetro de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a D30EB.

Figura 13: Representación en caja y bigote del diámetro de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a D75EB.

Figura 14: Representación en caja y bigote del diámetro de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a D105EB.

En las tablas 10, 11 y 12 se observan los valores medios correspondiente a los 30, 75 y 105 días post-trasplante en la cuál se advierte claramente que aumentos en la dosis de fósforo se acompañan de aumentos en el diámetro.

Tabla 10: Tabla de medias para D30EB según el test de LSD

Tabla 11: Tabla de medias para según el test de LSD

Tabla 12: Tabla de medias para D105EB según el test de LSD D75EB

En la tabla 9 se puede ver que para la tercer medición (D45EB) no hubo diferencia significativa por respuesta al fósforo. Sin embargo, como se puede apreciar en la figura 15, se mantienen la tendencia al aumento del diámetro con respecto al aumento en la dosis del fósforo. Esto indicaría que a pesar de que no se observó una diferencia significativa, hubo una respuesta de la planta al agregado del fósforo.

Se observa que los valores se hacen más dispersos en dos grupos (Figura 15) y luego en mediciones posteriores esa dispersión se modera (Figura 14)

 

Figura 15: Representación en caja y bigote del diámetro de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a D45EB.

En la figura 16 se presenta un gráfico que muestra la respuesta de las plantas a la interacción de los nutrientes a los 60 días del trasplante. En ella se puede observar que tanto para las dosis de N1 y de N2, la curva tiene una tendencia al aumento con respecto al aumento de la dosis de fósforo.

 

Figura 16: Curvas de interacción PxN correspondiente a D60EB.

La dosis de P2N0 resulto en una menor altura con respecto a la dosis de P1N0. Esto puede ser a que la combinación P1N0, es la optima o la más cercana a la optima para crecer en diámetro.

Este tipo de respuesta se repitió también en las mediciones hecha a los 75 y 90 días del trasplante como se puede ver en las figuras 17 y 18.

Figura 17: Curvas de interacción PxN correspondiente a D75EB.

Figura 18: Curvas de interacción PxN correspondiente a D90EB.

 

4.2.2.2 Altura

Con respecto a las alturas se observaron diferencias significativas a partir de la primer medición correspondiente a los 15 días posteriores al transplante, hasta la tercer medición que fue a los 45 días post transplante (Tabla 13).

Tabla 13: Resultados del análisis de varianza para las alturas del Ensayo B con una exigencia de p< 0,05

NS: no significativo

S: significativo con p< 0,05

/: no significativo con p > 0.05

Se puede apreciar en la tabla 13 que las diferencias significativas observadas se deben a que hubo respuesta al agregado de fósforo, mientras que respuestas al agregado de nitrógeno y a la interacción de ambos nutrientes no se observaron.

Figura 19: Representación en caja y bigote de la altura de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a A15EB.

Figura 20: Representación en caja y bigote de la altura de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a A30EB.

Figura 21: Representación en caja y bigote de la altura de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a A45EB.

En las figuras 19, 20 y 21 se ve claramente que aumentos en la dosis de fósforo se acompañan de aumentos en la altura de las plantas. Estas 3 figuras muestran las alturas de las plantas a los 15 días, 30 días y 45 días post trasplante respectivamente.

La tendencia de la respuesta de las plantas al agregado del fósforo que fue general en todo los ensayos no fue diferente aquí. Según Malavolta et al. (2002) y Gavas et al. (2001), en los primeros estadíos de crecimiento de los Eucalyptus sp, la respuesta al agregado del fósforo es positiva.

En las tablas 14, 15 y 16 se pueden observar los valores medios en altura de las plantas a los 15, 30 y 45 días post-trasplante respectivamente. Se ve claramente que las máximas alturas se corresponden con las dosis más altas de fósforo.

Tabla 14: Tabla de medias para A15EB según el test de LSD

Tabla 15: Tabla de medias para A30EB según el test de LSD

Tabla 16: Tabla de medias para A45EB según el test de LSD

A partir de la cuarta medición y hasta el final del ensayo, no se observaron respuesta alguna al agregado de los nutrientes. Además, la tendencia al aumento de la altura al agregado de fósforo que se dio hasta los 45 días post transplante fue desapareciendo. De ahí en adelante, las alturas de las plantas se fueron emparejando independientemente de las dosis aplicadas. Esto se puede advertir en las figuras 22 y 23 que corresponde a las alturas de las plantas a los 75 y 105 días post transplante respectivamente.

Figura 22: Representación en caja y bigote de la altura de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a A75EB.

Figura 23: Representación en caja y bigote de la altura de las plantas con respecto a las diferentes dosis de nutrientes, correspondiente a A105EB.

Al igual que lo ocurrido con las mediciones de altura del ensayo A, las diferencias significativas solo se dieron en las primeras mediciones.

Con respecto al N, no se observaron respuesta a dicho nutriente ni en el ensayo A como en el ensayo B a pesar de que el nivel de N inorgánico inicial en el suelo era bajo. Es probable que esto se deba a que con el nivel de materia orgánica presente en el suelo sea suficiente para esta etapa de crecimiento de las plantulas. Esto concuerda con lo informado por Rezende et al. (1983) quienes observaron que en los primeros estadios de crecimiento de Eucalyptus grandis la respuesta al agregado del P era mayor a la del N, pero a medida que pasaba el tiempo, esta relación se invertía siendo la respuesta al N, mayor que la del P. Además, Serrano (1997) encontró que son raras las respuesta al N en condiciones de campo, cuando en el suelo, la cantidad de N en su forma orgánica es elevada.

  1. Las diferencias encontradas debido al agregado de boro se pueden observar analizando las tasas de crecimiento de las plantas.

    Las figuras 24 y 25 representan el incremento medio en altura de las plantas testigos (P0N0) y de las dosis de P1N2 y P2N2 de ambos ensayos.

    Figura 24: Tasa de Incremento medio en altura de las plantas del ensayo B (con Boro).

    Figura 25: Tasa de Incremento medio en altura de las plantas del ensayo A (sin Boro).

    Se puede observar que el agregado de boro produjo mayores tasas de incrementos a lo largo de todo el ensayo, produciendo plantas de mayor altura final. Resultados similares obtuvieron Tokeshi et al. (1976), Balloni (1977), Rocha Filho et al. (1978), Carvallo et al. (1980) y Dell et al. (1995) en donde la omisión de B en los tratamientos se traducía en plantas de menor tamaño. Además, Marschnner (1995) y Malavolta (1997), sostienen que la reducción en altura por la carencia de B se debe a que dicho nutriente actúa en el meristema de crecimiento de las plantas.

    Obsérvese que las tasas de crecimiento del ensayo con B son similares para las combinaciones BN0P0, BP1N2 y BP2N2 (Figura 24), cosa que no ocurre cuando se compara P0N0, P1N1 y P2N2.

    Con respecto al diámetro, las respuestas al agregado de boro fueron similares a las observadas en alturas.

    En las figuras 26 y 27 se observan los gráficos de incremento medio en diámetro para los ensayos A y B.

    Figura 26: Tasa de Incremento medio en diámetro de las plantas del ensayo B (con Boro).

    Figura 27: Tasa de Incremento medio en diámetro de las plantas del ensayo A (sin Boro).

    Como ya se menciono, se observan mayores tasas de crecimiento a lo largo de todo el ensayo debido al efecto del Boro. Pero en las etapas mas tempranas del ensayo (15, 30 y 45 días post-trasplante) es en donde se puede advertir con mayor claridad el efecto del boro ya que es ahí en donde se dan las mayores tasas de crecimiento tanto en altura como en diámetro. Luego las tasas van disminuyendo en el ensayo A, así como en el B, en forma similar.

    El efecto del B en las etapas tempranas del ensayo se traduce en una mayor velocidad de crecimiento inicial de las plantas. Dicho microelemento tiene mucha importancia en la producción de materia seca debido a que participa en procesos de absorción ionica, transporte de carbohidratos, síntesis de lignina y celulosa, síntesis de ácidos nucleicos y de proteínas.

    Rocha Filho et al. (1978) encontró que la omisión de B en Eucalyptus urophylla produjo una reducción del 61% en la producción de materia seca. Resultados similares obtuvo Silveira et al. (1996) en Eucalyptus grandis y Eucalyptus citriodora con reducciones del 29% y 45% respectivamente en la producción de materia seca cuando se omite el B en los tratamientos.

    Varios autores verificaron que en suelos con deficiencias de B, la aplicación de este micronutriente es esencial para el desarrollo de cualquier especie de Eucalyptus (Cannon, 1981; Stape, 1992; Barros et al. , 1992; Fonseca et al. , 1993; Silveira et al. , 1995).

  2. Respuesta al agregado de Boro
  3. Relación entre los niveles de nutrientes iniciales en el suelo y la respuesta a la fertilización.

Teniendo en cuenta los niveles iniciales de nutrientes en el suelo, la respuesta más clara observado a lo largo de todo el ensayo fue a la aplicación del Fósforo.

En el ensayo A, la aplicación de Fósforo produjo aumentos observables en el diámetro desde los 30 días post-trasplante hasta el final del ensayo. En el caso de la altura también se observaron respuesta a la aplicación del Fósforo, pero a diferencia del diámetro solamente se dio en las primeras etapas del ensayo (15 y 30 días post-trasplante).

En el ensayo B, la aplicación de fertilizantes produjo respuestas similares a las observadas en el ensayo A. Tanto para el diámetro como para la altura, el agregado del Fósforo fue la que produjo la mayoría de las respuestas observadas.

En el caso del diámetro las respuestas se dieron desde los 30 días post-trasplante hasta el final del ensayo, mientras que para la altura la respuesta se dio desde los 15 días hasta los 45 días post-trasplante.

Con respecto a la aplicación del Nitrógeno, no se observaron respuesta en el ensayo, excepto en el diámetro del ensayo B en donde hubo respuesta en la etapa final del ensayo (90 y 105 días post-trasplante). No obstante, la aplicación de Nitrógeno no produjo respuestas significativas a lo largo de todo el ensayo.

5- CONCLUSIONES FINALES

  • En los ensayos de diámetro así como de altura, la respuesta mas clara se observo con agregado del Fósforo, aún con niveles en suelo de 10 ppm de Fósforo asimilable. Por lo que es recomendable la aplicación de P en suelos con esos niveles o menores, por lo menos duplicando la cantidad hallada.
  • Se esperaba una mayor respuesta al agregado del Nitrógeno ya que los niveles iniciales del mismo en el suelo eran bajos (3 ppm de N como NO3). Sin embargo las respuestas observadas fueron casi nulas pues solamente se pudo determinar diferencias en el diámetro de las mediciones hechas a los 90 y 105 días post-trasplante respectivamente del ensayo B.
  • La respuesta al Boro se observa en mayores tasas de crecimiento en las etapas tempranas del ensayo, tanto en altura como en diámetro, produciendo una mayor velocidad de crecimiento inicial de las plantulas. Por ello, sería recomendable aplicar Boro cuando los niveles son bajos en el suelo. En este ensayo se partió de un nivel de 0,5 mg/kg y este puede considerarse un valor bajo.
  • Teniendo en cuenta las respuestas observadas al agregado de Fósforo y de Boro, la utilización de contenedores de mayor tamaño es recomendable ya que probablemente se podrían obtener resultados más claros, sobre todo en el caso de las alturas. Asimismo, acortar el intervalo de toma de muestra también es recomendable.

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Carlos Gómez

Partes: 1, 2
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