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Artes y aparejos de pesca en las pesquerías nicaraguenses

Enviado por Eugenia Sol


  1. Antecedentes
  2. Conservación y Sustentabilidad
  3. Sector Industrial
  4. Sector Artesanal
  5. Análisis de algunas Pesquerías Emblemáticas
  6. Conclusiones

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OBJETIVO

El presente informe tiene por objetivo entregar los antecedentes técnicos que fundamenten la relación entre las pesquerías y los artes y aparejos de pesca en el contexto nacional del sector pesquero.

Antecedentes

Antecedentes Generales

Dentro del concepto de "Pesquería" se engloba a todos los medios y las actividades productivas que tienen relación con la explotación de uno o varios recursos pesqueros dentro de un área geográfica definida. Además de la extracción de las especies seleccionadas, se incluyen las actividades de transformación y comercialización de los productos, así como el suministro de insumos para el desarrollo de las capturas. No obstante, la componente más relevante y que influye directamente sobre el desempeño de todo el sistema, es la fase extractiva y corresponde al esfuerzo de pesca directamente aplicado sobre los recursos en un área y periodo de tiempo determinados. El esfuerzo de pesca esta conformado por una variable temporal y por el poder de pesca, que corresponde a las personas, las embarcaciones involucradas, los equipos de detección y las herramientas que son utilizadas para la captura, vale decir, los artes y aparejos de pesca, siendo estos últimos los que interactúan directamente con el recurso.

En la fase extractiva, cada armador (agente autorizado a operar una embarcación) tiene interés en realizar la mayor captura posible, para ello se asegura de contar con los elementos más apropiados, según la especie que desea capturar (especie objetivo); en consecuencia, el efecto que tiene el sistema de captura utilizado sobre la cantidad y calidad del recurso que se desea extraer, determina el tipo de operación pesquera y los resultados económicos de ella. Independientemente de la magnitud de las operaciones extractivas, los usuarios de las diversas pesquerías realizan sus actividades con un arte de pesca determinado, el cual además de ser el apropiado para la captura del recurso objetivo corresponde al más eficiente en términos de costos y beneficios en la operación.

Para extraer recursos hidrobiológicos, existen diferentes sistemas de captura cuyo diseño, efectividad y selectividad se encuentra asociado al tipo de recurso que se desea extraer, su distribución, sus hábitos de vida y desplazamiento. Existen diversos sistemas de pesca, que la actual normativa pesquera clasifica en dos grandes tipos:

1.- Aparejo de Pesca: Sistema o artificio de pesca preparado para la captura de recursos hidrobiológicos, formados por líneas o cabos con anzuelos, o con otros útiles que, en general sean aptos para dicho fin, pero sin utilizar paños de redes.

2.- Arte de pesca: Sistema o artificio de pesca preparado para la captura de recursos hidrobiológicos, formado principalmente con paños de redes.

Otro factor relevante que reconoce la relación de las diversas pesquerías con los artes y aparejos de pesca se sustenta en la habitualidad en la operación de estos, entendiéndose como su utilización recurrente para efectuar capturas sobre los diversos recursos objetivo, lo que genera una identificación y reconocimiento por parte de los usuarios por el mencionado arte o aparejo. En este sentido, se valida el arte o aparejo de pesca mas apropiado para la captura de la especie objetivo.

A lo anterior, se debe agregar que los recursos hidrobiológicos comparten los espacios acuáticos dependiendo de sus características biológicas; de este modo, se identifican tres grandes grupos de recursos pesqueros:

Pelágicos: Aquellos organismos que habitan y se desplazan en la capa superficial y subsuperficial del océano y que realizan sus funciones vitales sin depender estrictamente de un sustrato.

Demersales: Corresponde a aquellos organismos que habitan en la columna de agua, pero en el estrato bajo el habitado por los recursos pelágicos y mantienen una estrecha relación con el fondo marino, dependiendo de este para realizar algunos de sus procesos biológicos, como la alimentación, el refugio, la reproducción.

Bentónicos: Se refiere a los organismos que durante su fase adulta habitan exclusivamente sobre el fondo marino y dependen de él para realizar todos sus procesos biológicos.

Cada arte y aparejo de pesca es específico para la captura de un tipo determinado de recurso pesquero, manteniéndose sin presentar cambios sustantivos en los conceptos básicos durante el transcurrir histórico de las diversas pesquerías. De este modo, nos encontramos que las flotas extractivas se identifican con un tipo de arte de pesca, así como con los recursos a los cuales se dirige el esfuerzo de pesca. Así, por ejemplo: la flota cerquera se identifica con los peces pelágicos (jurel, caballa, anchoveta, sardinas), la flota palangrera de altura se vincula al pez espada y atunes, la flota espinelera de fondo se asocia a peces demersales (merluzas, bacalao, congrio); la flota arrastrera a peces demersales (merluza en pesca industrial) y crustáceos (camarón y langostinos), la flota trampera de crustáceos, es vinculada a centolla en la Región de Magallanes, a jaibas en la zona centro-sur del país y langosta en el Archipiélago de Juan Fernández.

Antecedentes sobre Artes y Aparejos de Pesca en Pesquerías Nacionales.

En Chile, el sector extractivo de las pesquerías se divide en dos componentes: el sector industrial y en el sector artesanal. En lo que respecta al sector industrial, existe un ordenamiento sobre los artes y aparejos de pesca, el cual se realiza durante el proceso de evaluación de la solicitud de actividades extractivas, autorizándose los recursos solo con un arte determinado. En síntesis, para este sector, el arte de pesca o aparejo de pesca se encuentra relativamente estandarizado respecto al tipo de las especies involucradas en la pesquería, operando mayoritariamente con red de cerco, red de arrastre y palangre

Por su parte, el sector artesanal puede acceder a las pesquerías de los diversos recursos mediante la inscripción en el Registro Pesquero Artesanal (RPA), otorgándose autorización para operar sobre todos los recursos que no se encuentren bajo alguna restricción de acceso. Dentro de esta modalidad, los usuarios solicitan por lo general la inscripción en todas las especies disponibles, sin ningún tipo de acreditación de habitualidad o identificación de arte o aparejo de pesca para la captura de las especies solicitadas. Esta situación provocó un sobredimensionamiento de las nóminas de usuarios y embarcaciones autorizados a capturar los diversos recursos, ya que no todos los autorizados realizan esfuerzo efectivo de pesca, debido a que no son habituales en la pesquería; no obstante, representan un esfuerzo potencial sobre los recursos autorizados.

Teniendo en consideración la situación antes mencionada, la Autoridad Pesquera comenzó un proceso de actualización y regularización del RPA a mediados de la última década del siglo XX, con la finalidad de controlar el potencial sobre-esfuerzo en el sector artesanal. Este proceso se sustentó en el análisis técnico de cada pesquería explotada por el sector artesanal a nivel nacional, identificándose a los recursos objetivo, la fauna acompañante y los diversos artes y aparejos de pesca utilizados sobre cada uno de los recursos en particular. En éste análisis se identificaron 65 pesquerías artesanales ejecutadas mediante 12 métodos de captura, artes o aparejos de pesca, entre los que se encontraron: espinel superficial, espinel de fondo, red de pared (enmalle y trasmalle), cerco, curricán, trampa, línea de mano, arpón, buceo, recolección de orilla y armas de fuego. Como resultado de este proceso, se asoció los artes y aparejos de pesca utilizados a las diversas pesquerías artesanales, se sistematizó el registro pesquero artesanal y se estableció un proceso de ordenamiento de los usuarios inscritos por especie y arte o aparejo de pesca.

En general, en las pesquerías nacionales relevantes (industriales y artesanales) se utilizan mayoritariamente cinco artes y aparejos de pesca, los cuales corresponden a:

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Red de Cerco. El arte de cerco esta confeccionado por una larga pared de red enmarcada por una línea superior de flotadores y una línea inferior de plomos (usualmente de longitud igual o más larga que la anterior), y tiene colgadas anillas en la parte inferior de la red, a través de las cuales corre un cabo o cable de acero llamado jareta (a), que permite el cierre de la red. En la proa de la red esta dispuesta un ancla de mar, que tiene por objeto ofrecer resistencia al momento de calar la red. En Chile estas redes pueden alcanzar dimensiones de 173 m de alto por 1.760 m de largo. Para la mayoría de las situaciones, este es el arte de pesca más eficiente en la captura de pequeñas especies pelágicas que nadan en cardúmenes, siendo este arte utilizado tanto por el sector industrial como el artesanal. Para la ejecución de la maniobra de captura con este arte de pesca, luego de localizado el cardúmen de peces, la embarcación lo rodea con la red, luego la red es cerrada y se comienza a recoger, para finalmente subir la captura a bordo mediante una bomba de succión. Las especies que se capturan con este arte corresponden principalmente a: jurel, caballa, sardinas y anchoveta.

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Red de Arrastre: La red de arrastre esta construida con forma de cono y opera siendo remolcada sobre el fondo marino (a) o a media agua (b). La parte final o trasera de la red se conoce como copo, y su función es retener la captura. Normalmente las redes tienen dos alas laterales (una por cada lado) que se extienden por delante de la abertura o boca de la red. La boca de la red, en su parte superior, esta limitada por la relinga de flotadores y en su parte inferior por el tren de arrastre, relinga inferior o borlón. La maniobra de operación consiste en liberar la red en el lugar donde se localiza el recurso, es remolcada por la embarcación por un periodo de tiempo para efectuar las capturas, posteriormente es izada a bordo donde se vuelca el contenido en la cubierta del barco, se clasifica y ordena la pesca (preferentemente en cajas con hielo) y conserva en la bodega. Este arte es utilizado preferentemente por el sector industrial y la captura se dirige a peces demersales (merluzas, besugo, alfonsino, orange roughy) y a crustáceos demersales (camarones y langostinos).

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Red de Pared: Este arte de pesca consiste en una pared (simple o compuesta) de telas de malla, que se mantiene relativamente vertical mediante una línea de flotación y una línea de fondo con pesos. La red es calada en el fondo marino, o a cierta distancia sobre el mismo, mediante anclas o pesos a ambos extremos, quedando atrapados los peces en ella. Este arte de pesca es de especial utilización en pesquerías artesanales debido a su bajo costo de construcción y operación. En términos generales, las redes de pared son artes de pesca con un alto grado de selectividad a la talla, la que se regula mediante el tamaño de malla de la tela. El principal problema de estos artes es la captura incidental de otras especies (selectividad a la especie). Otro problema importante es la llamada "Pesca fantasma", que se produce cuando un arte de enmalle es perdido y éste sigue pescando, ya que la fibras sintéticas son de gran durabilidad. La operación de este arte consiste en calar las redes en lugares donde habitan las diversas especies objetivo (caladeros) para posteriormente izarlas luego de un tiempo de reposo. Las embarcaciones pequeñas levantan las redes a mano, mientras que algunas de mayor tamaño disponen de viradores mecánicos. Con este arte se capturan peces pelágicos o demersales, tales como: corvina, lisa, róbalo, pejegallo, tollo, merluza común, entre otros.

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Trampas: Este arte presenta diversas formas dependiendo de la especie objetivo a capturar, pudiendo estar diseñadas en forma de caja, canasto, tubo, cono o pirámide truncada, de diverso tamaño (desde ½ m hasta 2 m), tipos de materiales (madera, plástico, metal, y paños de red) y pueden tener una o mas aberturas o entradas. La mayoría de las trampas son instaladas en el fondo marino, utilizándose con o sin carnada en su interior, dependiendo de la especie objetivo. La carnadas usualmente son trozos de pescado o restos de ganado, también es posible utilizar carnadas artificiales con aditivos químicos, aunque esto es poco frecuente en Chile. Dependiendo de la pesquería, las trampas son caladas en grupos unidas por líneas (llamadas tenas; ver figura) o en forma individual. Las trampas pueden ser viradas ya sea a mano (si no se trabaja a gran profundidad o si son pocas trampas que virar) o mediante viradores hidráulicos (para grandes profundidades o tenas). El tiempo de reposo de una trampa puede durar de entre 1 a 2 horas hasta todo el día y a veces más, pero lo más habitual es que se deje la trampa reposar un día o una noche. Con el objeto de acomodar más trampas en el reducido espacio de la cubierta de una nave, ciertos modelos de trampas son colapsables o diseñados de tal forma que pueden ser apiladas unas sobre otras. Este arte es utilizado mayoritariamente por el sector artesanal, existiendo autorizaciones de pesca industrial, pero no han registrado actividades extractivas. Las trampas se utilizan para capturar mayoritariamente crustáceos, entre los que se destacan: centolla, centollón, langosta de Juan Fernández y diversas especies de jaibas. Asimismo se utilizan para capturar anguilas y pulpos. Recientemente se han desarrollado estudios para evaluar la factibilidad de capturar peces (bacalao de profundidad).

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Palangre y Espinel: Este aparejo de pesca es una estructura conformada por un cabo principal (línea madre) del cual se desprenden numerosos cabos menores con anzuelos en su extremo (línea o reinal). Los palangres y espineles son aparejos en los cuales los peces son atraídos por carnadas dispuestas en los anzuelos, pudiendo ser utilizados a media agua o sobre el fondo (como el presentado en la figura). La diferencia entre palangre y espinel es el tamaño y el usuario, ya que el primero es utilizado por el sector industrial, mientras que el espinel lo utiliza el sector artesanal. Los espineles y/o palangres fijos más característicos en Chile son: espinel vertical, espinel horizontal de fondo y media agua y palangre. Otros componentes esenciales de un espinel o palangre son las boyas y/o boyerines que los sustentan (le dan su ubicación en la columna de agua) y los muertos o pesos que los mantienen en la posición geográfica deseada. Elementos auxiliares son banderines (artesanal) o radiobalizas (industrial) que sirven para identificar la posición del espinel o palangre. Los recursos capturados con este tipo de aparejo son peces pelágicos o demersales, tales como pez espada, atunes, bacalao de profundidad, merluza común, merluza del sur, congrios, reineta, entre otros.

A nivel nacional el espinel es uno de los aparejos más populares en el sector artesanal. La pesca con una línea simple y pocos anzuelos (1 a 3) se denomina pesca con línea de mano.

Conservación y Sustentabilidad

Es deber de la Autoridad Pesquera velar por la conservación de los recursos pesqueros, entendida como el uso presente y futuro de estos, de manera racional, eficaz y eficiente. En este sentido, se han diseñado y establecido medidas de regulación con el objeto de evitar la sobre-explotación de los recursos y propender a la eficiencia de la actividad, las cuales se han orientado tanto para limitar la mortalidad por pesca (estableciendo cuotas de captura) como para la regulación indirecta del esfuerzo de pesca, limitando el número de autorizaciones de pesca industrial y la inscripción en el Registro Pesquero Artesanal (RPA). Asimismo, de acuerdo al nivel de explotación alcanzado, se ha declarado a las principales pesquerías nacionales bajo distintos estados de explotación. Todas estas acciones se encuentran definidas en la Ley General de Pesca y Acuicultura.

La regulación de la mortalidad por pesca mediante cuotas de captura y la regulación del esfuerzo de pesca, por la vía de la limitación del numero de embarcaciones y/o personas que realizan actividades extractivas, no son medidas suficientes por si solas para asegurar la conservación y el uso racional de los recursos. Se requiere adicionalmente considerar la forma en que se extraen los recursos, es decir, los artes y aparejos de pesca, ya que es mediante ellos que se interactúa directamente con los recursos y son relevantes en el exito de captura. De este modo, a la fecha se ha definido y normado sobre la utilización de artes y aparejos de pesca para algunas especies y pesquerías emblemáticas, entre los que es posible destacar: Prohibición del arte de arrastre en la merluza común para el sector artesanal; Regulación de artes y de aparejos para especies de peces con bajos excedentes productivos y vulnerables a la sobre-explotación (especies conocidas como "pesca fina": corvina, lisa, sierra, congrio colorado, lenguado, entre otras); Establecimiento de la trampa como único arte de pesca para crustáceos de alto valor comercial, tales como: langosta de Juan Fernández, Centolla y Centollón; Regulación de aparejos o implementos para la extracción de algas, entre otros.

La regulación de los artes y aparejos de pesca contribuye a la conservación de los recursos pesqueros en dos aspectos fundamentales:

Selectividad: referida a la captura de los individuos maduros, que al menos hayan aportado una vez en los procesos reproductivos de la especie, permitiendo a su vez el escape de los individuos juveniles.

Eficiencia: en términos de que los niveles y/o la calidad de la captura obtenidos sean apropiados para los requerimientos de la pesquería, por lo cual es relevante la utilización de un tipo particular de arte o aparejo de pesca.

La selectividad y eficiencia se logra mediante artes y aparejos de pesca apropiados para la captura de la especie objetivo, adecuadamente construidos y dimensionados.

Sector Industrial

Las pesquerías que son explotadas por el sector industrial se encuentran reguladas mediante cuotas de captura y la mayoría de estas, se encuentran sometidas a la medida de administración de Límite Máximo de Captura por Armador (LMCA), mediante la cual se otorga y permite a cada armador administrar de manera individual una fracción de la cuota de captura establecida para este sector. Asimismo, se permite realizar asociaciones entre diversos armadores para optimizar el proceso de captura y a su vez, disminuir el número de unidades de esfuerzo de pesca (menos naves operando). Además de las cuotas de captura, para este sector existe una fuerte regulación del esfuerzo de pesca, manifestado mediante el cierre de acceso a las pesquerías y la restricción de las autorizaciones de pesca. Otro factor considerable para efectos de regulación del esfuerzo de pesca en el sector industrial correspondió a la reducción de la flota y al incremento del valor de las patentes pesqueras.

Durante los últimos años, la Autoridad Pesquera ha establecido líneas de trabajo tendientes a incrementar las regulaciones sobre los artes de pesca actualmente en uso preferentemente por el sector industrial, propendiendo a mejoras en la selectividad de las especies objetivo, la selectividad de las especies de fauna acompañante, disminuyendo su presencia en las capturas y, si el caso lo requiere, evitar daños al medio. Del mismo modo, se han incrementado las medidas de control y fiscalización de las medidas de regulación vigentes.

Sector Artesanal

En el caso del sector artesanal, este se encuentra regulado principalmente por la limitación de esfuerzo de pesca, mediante la suspensión temporal del acceso a las pesquerías que se considera han alcanzado un estado de plena explotación y la administración del Registro Pesquero Artesanal (RPA). En el caso de algunas pesquerías, se aplican también cuotas de captura y en ciertos casos, estas son sometidas al Régimen Artesanal de Extracción (RAE).

Actualmente, uno de los mayores problemas de la Administración Pesquera en el sector artesanal está referido al ordenamiento del nivel de esfuerzo, el cual se debe principalmente a que el total de embarcaciones artesanales que hoy en día están autorizadas para la extracción de los diferentes recursos, excede ampliamente al número de embarcaciones que efectivamente realizan las actividades extractivas o al número que permitiría el desarrollo sustentable de las pesquerías. Esta situación de sobredimensionamiento de las nóminas de usuarios fue provocada, como se mencionó anteriormente, por la falta de requisitos para la inscripción inicial en el RPA, ya que no fue posible, en aquel entonces, acreditar habitualidad en la pesquería (desembarques históricos) ni tampoco identificar los artes o aparejos de pesca necesarios para la captura.

Dentro del universo de embarcaciones artesanales autorizadas a capturar un determinado recurso, existe una fracción que realiza actividades extractivas con regularidad y utiliza los artes o aparejos de pesca apropiados y eficientes para la captura de ese recurso en particular. Estas embarcaciones representan el esfuerzo efectivo de pesca del recurso y sobre este esfuerzo de pesca es donde apuntan las diversas medidas de regulación y conservación establecidas. El resto de las embarcaciones autorizadas que no registran actividad extractiva, ya sea porque no presentan interés en la pesquería o no disponen de los medios apropiados para efectuar las capturas, corresponden al esfuerzo de pesca potencial. Este esfuerzo potencial debe ser controlado con gran atención, ya que de hacerse efectivo provocaría efectos negativos, tales como sobre-explotación del recurso, sobre-inversión en flota, endeudamiento de los usuarios, conflictos de intereses, etc, que finalmente conllevarían al colapso de la pesquería.

Para efectos de conservación de los recursos y de sustentabilidad de las actividades del sector pesquero en general, pero con énfasis en el sector pesquero artesanal, además de las medidas regulatorias existentes, es necesario complementarlas mediante un proceso de ordenamiento y regulación del esfuerzo de pesca, ya que aún con los niveles actuales de esfuerzo efectivo de pesca (que corresponde a una fracción del total autorizado) existe un riesgo de sobre-explotación en varias de las pesquerías.

El primer proceso efectivo de regularización y ordenamiento del esfuerzo de pesca en el sector artesanal se realizó durante el año 2001, mediante la re-inscripción de los usuarios en los distintos recursos y en las listas de espera sobre los cuales acreditaron capturas, identificando además el arte o aparejo a utilizar. Mediante este proceso, se dio cuenta de la necesaria asociación tecnológica entre el arte o aparejo de pesca y las pesquerías de los diversos recursos (tomando como base para ello los análisis técnicos respecto a los artes y aparejos de pesca utilizados en las pesquerías artesanales). Como consecuencia de este proceso se eliminó de los registros alrededor de 15.000 pescadores y 6.000 embarcaciones que se encontraban inactivos. El ordenamiento en función del arte o aparejo de pesca es altamente representativo del esfuerzo efectivo de pesca, ya que no excluye a las embarcaciones que realizan capturas regularmente del recurso en cuestión, pero restringe el ingreso de embarcaciones no habituales, ya sea porque estas no están interesadas en el recurso o porque no disponen del arte o aparejo de pesca. Esta estrategia de ordenamiento es altamente precautoria, ya que prevé el excesivo aumento en el nivel de esfuerzo de pesca sobre los diversos recursos, además de facilitar el ordenamiento del sector, por medio del reconocimiento de la actividad de los usuarios históricos.

Un elevado nivel de esfuerzo (en numero de embarcaciones) implica un elevado riesgo de sobrepesca del recurso y de sobredimensionamiento de las actividades productivas en torno a toda la pesquería. En el mismo sentido, sin restricciones de artes o aparejos de pesca, una flota puede ser habilitada con artes o aparejos de pesca eficientes o no selectivos, incrementándose la capacidad para extraer los recursos pesqueros en un nivel muy por sobre lo recomendable técnicamente, con consecuencias nocivas en los procesos biológicos y ecológicos fundamentales del recurso (agregaciones reproductivas, procesos migratorios, procesos de reclutamientos, etc.).

Por otra parte, en el caso que exista una cuota de captura, la elevada capacidad de pesca puede provocar el temprano consumo de dicha cuota afectando la dinámica de la pesquería, desarticulando los diversos procesos productivos, generando sobreoferta de la materia prima y el término anticipado de las actividades, con sus evidentes consecuencias socio-económicas.

Análisis de algunas Pesquerías Emblemáticas

A continuación se presentan distintos casos de pesquerías con artes y aparejos de pesca específicos, su situación actual y los riesgos de desvincular el concepto de pesquería y los sistemas de pesca.

Jurel

La pesquería de jurel es la más relevante a nivel nacional en términos del volumen de captura. Asimismo, existe un mercado fuerte y consolidado con elevados requerimientos, lo que genera diversos incentivos para participar en esta pesquería. Esta pesquería se encuentra declarada en estado y régimen de plena explotación, es administrada mediante cuotas de captura y en ella participa el sector industrial y artesanal. El jurel se procesa tanto para reducción (harina y aceite de pescado) como para consumo humano (conserva) y el arte de pesca reconocido y validado para este recurso es el cerco.

El sector artesanal de esta pesquería registra 2.847 embarcaciones inscritas con cerco en todo el país, las cuales representan al esfuerzo de pesca autorizado, pero solo una fracción de estas realiza actividades extractivas (alrededor de 10% del total de la flota cerquera) y consume la cuota asignada al sector artesanal. Además de estas embarcaciones artesanales, existen otras inscritas en la especie jurel, con otros artes o aparejos de pesca, los cuales varían desde el espinel hasta la línea de mano. Estas embarcaciones inscritas en la especie pero no en el arte, corresponden al esfuerzo potencial, el cual se ha mantenido controlado mediante la restricción de arte.

El total de embarcaciones inscritas en jurel (con los diversos de artes y aparejos de pesca, incluyendo la red de cerco) alcanza las 4.201unidades en todo el país, de las cuales solamente alrededor del 70% cuentan con el arte de pesca apropiado para participar eficientemente en la pesquería de jurel. En el caso de no restringir el arte de pesca "red de cerco", se produciría un incremento de las embarcaciones capacitadas para realizar capturas masivas del recurso en alrededor de un 30%, lo que evidentemente provocaría un sobre esfuerzo en la pesquería. En la Figura 1 se muestra la composición de la flota artesanal autorizada para jurel en función de los artes de pesca.

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Figura 1: Composición actual de la flota artesanal de jurel. Fuente: SERNAPESCA.

Crustáceos Demersales

Es una pesquería multiespecifica, donde se explota principalmente las especies camarón nailon, langostino amarillo y langostino colorado, destinándose exclusivamente para consumo humano directo, mayoritariamente como congelados IQF y gran parte de la producción es exportada, incrementado el valor agregado de estos productos. Esta pesquería presenta elevados costos de operación, es de tamaño pequeño (no más de 40 naves en total) pero a su vez, genera gran cantidad de empleos directos. Esta pesquería se encuentra en un proceso de recuperación luego de un periodo adverso, tanto para el recurso, que llegó a tener bajos niveles de biomasa, como para la pesquería, en la que fue necesaria una reducción de la flota y de plantas de proceso. Las actividades han sido fundamentalmente realizadas por el sector industrial y con pocos operadores efectivos del sector artesanal. Actualmente, esta pesquería se encuentra en estado de plena explotación entre la II y la VIII Región, es administrada principalmente con cuotas anuales de captura y cierre temporal del acceso.

Para realizar capturas de crustáceos demersales en Chile (así como en todo el mundo) se utiliza el arrastre de fondo, tanto por el sector industrial como el artesanal. En el caso del sector artesanal nacional, en general no se realiza pesca de arrastre, pero en la pesca de crustáceos demersales existe una pequeña flota arrastrera que ha operado por mas de 25 años. Las embarcaciones artesanales que efectúan arrastre, ya sea en las especies camarón nailon, langostino amarillo o langostino colorado alcanzan las 7 unidades en el mejor de los casos. Por otra parte, el total de las embarcaciones inscritas con diversos artes (incluyendo red de arrastre, trampas y otros) en estas mismas especies alcanzan respectivamente 241, 318 y 908 unidades.

En la pesquería de crustáceos demersales, la desvinculación del arte de pesca tendría consecuencias muy negativas, ya que el universo de embarcaciones autorizadas es significativamente mayor que el número de embarcaciones que efectivamente operan en los recursos. Dadas las características de los recursos, del arte de pesca y la maniobra de arrastre, el efecto de un mayor número de embarcaciones operando afectaría el nivel de abundancia de estos crustáceos, así como sus procesos biológicos (reproducción, muda), asimismo, afectaría el hábitat (fondo marino) y vulneraría una gran cantidad y variedad de fauna acompañante. Las actividades productivas también se verían resentidas, ya que al haber mayor cantidad de embarcaciones operando, el consumo de la cuota establecida sería mas rápido, provocando prolongados lapsos de tiempo de inactividad. Cabe mencionar que en esta pesquería existe presión por incorporar más unidades de esfuerzo artesanal con arte de arrastre en la pesquería.

En las Figuras 2, 3 y 4 se grafica la composición de la flota artesanal autorizada para cada una de las especies involucradas en la pesquería de crustáceos demersales en función de los artes de pesca.

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Figura 2: Composición actual de la flota artesanal en camarón nailon. Fuente: SERNAPESCA.

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Figura 3: Composición actual de la flota artesanal en langostino amarillo. Fuente: SERNAPESCA.

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Figura 4: Composición actual de la flota artesanal en langostino colorado. Fuente: SERNAPESCA.

Reineta

La pesquería de reineta es una actividad relativamente reciente, disponiéndose de registros de sus capturas a contar del año 1994. Este recurso se encuentra protegido mediante la Res. (Subpesca) Nº 1.700 de 2000, en la cual se establece los artes y aparejos de pesca autorizados para la captura de este recurso, los que corresponden a espinel, enmalle y línea de mano; sin embargo, el que se ha utilizado a mayor escala corresponde a espinel. Actualmente el acceso al recurso se encuentra transitoriamente suspendido y durante el presente año se estableció una cuota de captura para la X Región, exclusivamente para el sector artesanal.

El esfuerzo aplicado en esta pesquería es eminentemente artesanal, existiendo un total de 4.664 embarcaciones autorizadas, de los cuales la mayoría de ellas corresponde al espinel, pero solo una fracción registra actividad. En las faenas industriales de pesca dirigida a merluza común, ocasionalmente se captura de manera incidental esta especie, pero en bajas cantidades. Asimismo, la especie aparece como fauna acompañante en la captura de especies pelágicas, en cantidades muy poco significativas.

Debido al carácter intermitente de esta pesquería, se mantuvo el acceso abierto hasta el presente año 2008, previamente se inscribió en ella una gran cantidad de usuarios, generando un gran potencial de esfuerzo. En este tipo de especies de comportamiento migratorio, con eventos reproductivos extendidos en el tiempo y una expectativa de vida de mas de 10 años, es necesario mantener el control del esfuerzo de pesca, del volumen de captura, y de especial manera, de la selectividad de los artes de pesca. En la Figura 5 se aprecia la composición de la flota artesanal, mayoritariamente inscrita con el arte de espinel.

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Figura 5: Composición actual de la flota artesanal en Reineta. Fuente: SERNAPESCA.

Merluza Común

La pesquería de merluza común se desarrolla entre la IV y X Región, siendo la V, VII y VIII Regiones las más importantes en términos de desembarque. La merluza común se destina a consumo humano directo tanto en el mercado nacional como internacional. En la actualidad el recurso se encuentra en una situación delicada caracterizada por bajos niveles de abundancia y una fracción adulta deteriorada. Al respecto, el Estado ha implementado en los últimos una serie de acciones tendientes a mejorar la situación del recurso. En este plano los aumentos del esfuerzo de pesca son indeseados e incluso contraproducentes.

En la actualidad la flota artesanal captura merluza común con espinel y enmalle. La no incorporación del arte o aparejo de pesca en el registro pesquero artesanal implicaría aumentos significativos en el esfuerzo de pesca en la pesquería artesanal de merluza común, lo que provocaría alto riesgo para la conservación del recurso y una fuerte problemática social derivada del aumento del número de pescadores en una situación de bajas cuotas de captura. Cabe destacar que la pesquería se encuentra bajo régimen de plena explotación y con acceso cerrado a nuevas autorizaciones de pesca.

En la Figura 6 se muestra la composición de la flota artesanal, destacando la participación del arte espinel. En este sector existen un total de 3.912 embarcaciones autorizadas en el recurso merluza común.

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Figura 6: Composición actual de la flota artesanal en Merluza Común. Fuente: SERNAPESCA.

Conclusiones

Es deber de la Autoridad Pesquera velar por la conservación de los recursos pesqueros, entendida como el uso presente y futuro de estos, de manera racional, eficaz y eficiente. Para ello se dispone de un marco legal que ha permitido establecer medidas de manejo tendientes a la conservación de los recursos y la sustentabilidad de las pesquerías, ya sea tanto por la vía de la regulación de la mortalidad por pesca como de los niveles de esfuerzo de pesca, limitando el número de usuarios y embarcaciones. No obstante, se requieren de medidas de regulación complementarias a las mencionadas anteriormente que contribuyan a mejorar la conservación de los recursos y la sustentabilidad de las pesquerías.

La componente más relevante y que influye directamente sobre el desempeño de todas las actividades de la "Pesquería", corresponde a la fase extractiva, es decir, al esfuerzo de pesca directamente aplicado sobre los recursos pesqueros (en un área y periodo de tiempo determinados). El esfuerzo de pesca esta conformado por una variable temporal y por el poder de pesca, que corresponde a las personas, las embarcaciones involucradas, los equipos de detección y los implementos que son utilizados para la captura, vale decir, los artes y aparejos de pesca. Los artes y aparejos de pesca son específicos para la captura de cada tipo de recurso y tienen incidencia directa en estas, ya sea en los volúmenes capturados o en la calidad del producto obtenido.

En la actualidad, pese a las diversas acciones y medidas realizadas en pos del ordenamiento del esfuerzo de pesca (particularmente en el sector artesanal) aún existe un sobredimensionamiento de las nóminas de usuarios autorizados en las diversas pesquerías. Sin perjuicio de lo anterior, mediante la estrecha relación tecnológica entre los artes y aparejos de pesca con los diversos recursos pesqueros, se restringe el esfuerzo de pesca a los usuarios que efectivamente realizan capturas con los artes y aparejos apropiados para la pesqueria. Con esta regulación se evita la generación de sobre esfuerzo en las diversas flotas artesanales, previniéndose los efectos negativos tanto sobre los recursos como sobre las diversas pesquerías.

En lo que respecta a las medidas de regulación enfocadas a la conservación de los recursos (vale decir cuotas de captura, vedas, tallas mínimas de captura, etc.), estas están diseñadas en función del esfuerzo efectivo de pesca, el cual es efectuado por los usuarios que operan habitualmente en las pesquerías. La incorporación de más usuarios efectivos a la pesquería, mediante la autorización a operar con cualquier arte o aparejo, incrementaría la presión de pesca sobre los recursos, pudiendo afectar sus procesos biológicos relevantes, tales como conductas reproductivas, migratorias, alimentarias, entre otras, poniendo en riesgo la capacidad de generar excedentes productivos.

En consecuencia con todo lo anterior, la Subsecretaría de Pesca concluye que técnicamente no es factible desvincular las pesquerías respecto de los artes o aparejos de pesca, ya que esta relación es inherente en el proceso de extracción de los recursos de cada una de las diversas pesquerías. Para alcanzar los objetivos de conservación de los recursos y sustentabilidad de las pesquerías, además de las medidas de manejo existentes, se regula el esfuerzo efectivo de pesca por medio del reconocimiento de la relación arte-pesquería, manteniendo estable el número de usuarios que realizan operaciones de pesca de manera habitual dentro de cada pesquería.

Los riesgos a los que se expone el sector pesquero nacional con la desvinculación del concepto arte de pesca y pesquerías alcanzarían tanto a los recursos como a las pesquerías, pero también implicaría un retroceso de alrededor de 10 años en el proceso de ordenamiento de las pesquerías nacionales, afectando mayoritariamente al sector pesquero artesanal.

 

 

Autor:

Eugenia Sol