Durante mucho tiempo, la propia naturaleza se encargó de dar una respuesta satisfactoria a la purificación de las aguas. Con el crecimiento de la población, la urbanización, el desarrollo de la agricultura y la industria, la globalización de las grandes trasnacionales de la industria, que lo que menos les preocupa es la preservación del entorno de otras naciones; los procesos de purificación natural dejan de ser lo suficientemente efectivos.
En el agua natural pueden encontrarse en determinadas proporciones, sustancias tanto orgánicas como inorgánicas que no resultan perjudiciales para la salud, sin embargo, existen un conjunto de ellas y materiales residuales, conocidos como agentes contaminantes, que provocan un cambio en la calidad de las aguas naturales.
Las aguas contaminadas con frecuencia cambian su color, sabor y olor, aunque la simple inspección no es un método para valorar la potabilidad o no de un determinado tipo de agua.
Los agentes contaminantes del agua son numerosos y variados, una de las clasificaciones de estos agentes es:
Desechos orgánicos:
Los desechos orgánicos son uno de los tipos de contaminantes más difundidos. Como fuentes principales se encuentran los organismos muertos de animales y plantas, la basura doméstica, las aguas albañales, los productos residuales de industrias tales como la cafetalera, la cervecera y la azucarera, entre otras.
Entre las principales afectaciones causadas por este tipo de contaminante, se encuentra la disminución del nivel de dioxígeno disuelto en las aguas.
El carbono contenido en los desechos orgánicos se oxida lentamente a dióxido de carbono (actúan bacterias aeróbicas), pero cuando el nivel de dioxígeno presente es muy escaso comienzan a actuar las bacterias anaeróbicas que transforman los desechos orgánicos en sustancias mal olientes y dañinas para la salud, tales como metano (CH4), sulfuro de hidrógeno (H2S) y amoníaco (NH3).
Microorganismos:
El vertimiento en ríos, mares y lagos de desechos no tratados es la principal fuente de microorganismos, capaces de transmitir enfermedades como el cólera, la fiebre tifoidea, la disentería y la hepatitis, entre otras. Los suelos regados con agua contaminada por microorganismos enferman a las plantas y los animales, transmitiendo estas enfermedades al hombre al ser consumidos.
Fertilizantes químicos:
Los nitratos y fosfatos que están presentes en los fertilizantes proporcionan a las plantas elementos químicos, como el nitrógeno y el fósforo, que ayudan a su crecimiento.
Cuando estos nutrientes llegan a los lagos, las lagunas y los ríos, aceleran el crecimiento de las plantas y algas presentes, lo que puede convertirlos en pantanos, al disminuir sus recursos bióticos. Este proceso se conoce como eutrofización.
La presencia de estos nutrientes, sobre todo los nitratos, en las aguas subterráneas, al ser absorbidos por el suelo son nocivos a la salud humana, por su acción oxidante.
Pesticidas:
Este término incluye a los insecticidas, fungicidas, nematicidas, roenticidas y herbicidas, que abarcan un amplio rango de sustancias. Éstos son arrastrados
por la lluvia hacia ríos, mares, lagos y fuentes subterráneas y una vez en las aguas entran en la cadena alimentaria causando enormes daños. Otro efecto causado por los pesticidas es la modificación del equilibrio ecológico por destrucción de numerosas especies, que a su vez controlan a especies perjudiciales.
Desechos metálicos:
Estos entrañan un gran peligro por los graves trastornos de salud que pueden acarrear a personas y animales, al extremo de llegar a morir por esta causa. Los principales contaminantes metálicos son los metales pesados tales como mercurio, plomo y cadmio, entre otros.
En Minamata, Japón, los vertimientos de mercurio en la bahía, provenientes de una industria química local, provocaron entre 1953 y 1977 miles de enfermos y 234 muertos, como consecuencia de haber consumido pescado contaminado.
Desechos radiactivos:
Los residuos radiactivos se deben enterrar a gran profundidad y en rocas que impidan el paso de las radiaciones y nunca verterlos en el mar como se ha hecho. Para los organismos vivos la radiactividad es peligrosa, incluso en pequeñas dosis, existe un alto riesgo de contraer leucemia y otros tipos de cáncer. Además, puede provocar malformaciones congénitas que perduran de una generación a otra (Recuérdese Hiroshima y Nagasaki).
Sedimentos:
La pérdida de la cubierta vegetal de los suelos producto de actividades constructivas, de minería y malas prácticas agrícolas, además de los efectos negativos sobre la flora y la fauna, incrementa la erosión y los procesos de sedimentación en embalses y ríos que conllevan a una pérdida de la calidad de las aguas.
Como resultado de la sedimentación excesiva, los suministros de agua se vuelven inadecuados para uso doméstico, se reduce la penetración de luz en el agua, se destruye la vida acuática y se incrementan los costos de la purificación o tratamiento del agua.
Entre los diferentes campos de la salud tenemos al medio ambiente.
MEDIO AMBIENTE:
Sistema complejo y dinámico de interrelaciones ecológicas, socioeconómicas y culturales. Evoluciona a través del proceso histórico de la sociedad. Abarca la naturaleza, la sociedad, el patrimonio histórico – cultural, lo creado por la humanidad, las relaciones sociales y la cultura. Integrado a los procesos de desarrollo.
Ejemplos: cambios climáticos, desertificación, efecto invernadero.
Ambientes específicos: escolar, laboral, comunitario (agua, aire, suelos, ruido, contaminaciones, alimentación, nutrición etc.).
Como podemos apreciar en los ambientes específicos aparecen aquellos en los cuales nos desempeñamos la mayor parte del tiempo y se hace necesario el desarrollo de una ética ambientalista para fomentar una moral de protección hacia el entorno, la creación de valores sustentados en la ética del ser y no del tener, del proteger y preservar.
Muchas veces escuchamos de un problema ecológico, provocado por contaminación y no somos capaces de percatarnos de cuán cercanos estamos de esos problemas, no somos capaces de pensar que un problema en Irak, la India (recuérdese el accidente en Bopal), o en cualquier parte del mundo es también un problema nuestro, pero más grave aún resulta el pensar, por desconocimiento o falta de información, que en nuestro país ese problema no existe o que en nuestra comunidad ese problema no existe, ya el simple hecho de un vertimiento, por tupición u otra rotura, de aguas albañales a la vía pública es un problema medioambiental, conocemos casos de graves intoxicaciones por contaminación de cisternas con aguas albañales y eso ocurre y hay que atajarlos oportunamente para que puedan ser tomadas las medidas higiénico sanitarias de inmediato.
No puede haber un divorcio entre la política de salud del país y el actuar irresponsable de instituciones o directivos de empresas contaminantes o de instituciones sociales y políticas que tienen que velar por el estado de salud de la sociedad que no es solamente la ausencia de enfermedades.
Conclusiones:
Es preocupante el nivel de desconocimiento que en ocasiones una parte de la población tiene acerca de cómo evitar la contaminación desde el ámbito doméstico y que sólo se piensa que el cuidado del medio ambiente es responsabilidad del gobierno y de las instituciones, tal es el caso, por ejemplo, de las baterías de linternas, radios, u otro equipo portátil que indiscriminadamente se arrojan en jardines u otros lugares, estas baterías contienen manganeso, metal pesado y nocivo para la salud, que pasa al suelo y a las aguas subterráneas por el arrastre de las lluvias, otro ejemplo lo es la destrucción, con el vertimiento de los desechos domésticos de los contenedores en la vía pública por la acción de los depredadores de ruedas de estos recipientes, el uso de "ambientadores" de dudosa procedencia en la limpieza de los hogares con su consiguiente vertimiento al caudal de aguas albañales que fluyen hacia nuestra deteriorada bahía, el mal cuidado que se le da a nuestras playas, embalses y ríos por los vacacionistas que indiscriminadamente vierten en ellos de todo tipo de desechos, sépase que si Cristóbal Colón hubiese arrojado en las arenas de Bariay una botellita plástica, aún hoy ésta permanecería allí.
Es por ello que toda nuestra acción debe estar orientada a la formación de una conciencia proteccionista y conservacionista, proponemos desde nuestra modesta posición que:
-En nuestra facultad sean impartidos cursos electivos y postgrados de este corte, vinculados directamente a la incidencia en la salud pública.
-Irradiar hacia la comunidad y hacia los sitios digitales e impresos con que contamos las mejores experiencias al respecto.
Referencias bibliográficas:
Henry M. Leicester (1967): Panorama histórico de la química. Madrid. Editorial Alambra, S.A.
Jesús Hernández Méndez (2005): Química Décimo grado. La Habana. Editorial Pueblo y Educación.
Juana María Jiménez Hernández (2004): Sentidos de vida: razón, emoción y salud desde una perspectiva antropológica. En: Revista cubana de psicología. Vol. 21, No 2, 2004. La Habana.
María del Carmen Amaro Cano (2004): Literatura básica. (Selección de lecturas). En: Digital, Proceso de edición. La Habana.
Rebeca León Ramírez (1985): Química General. La Habana. Editorial Pueblo y Educación.
Ariel Soler y Lisván Lescaille (2003): Veneno impagable. En: Periódico Juventud Rebelde. 25 de febrero de 2003.
Autor:
Lic. Jorge Luis Álvarez Valcárcel
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |