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El Gremio de Recortadores de Esponjas de Surgidero de Batabanó, un eslabón importante en la identidad socioeconómica

Enviado por Vicente Robinson


  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. La pesca de la esponja en el mar
  4. El gremio de recortadores de esponja, los avatares de una organización
  5. Notas

Introducción

Surgidero de Batabanó se encuentra al sur de la provincia La Habana, es una franja de costa que descansa a la orilla del Golfo de Batabanó, por ese lugar la isla de Cuba termina, más allá solo se divisan algunos cayos dispersos (distantes), después el horizonte.

Este puerto de mar tiene su historia, minúsculas partículas de identidad que fueron entretejiendo lo que es hoy; un poblado que se dedica fundamentalmente a la pesca y cuyos habitantes en más de un 50% es de descendencia balear.

La emigración de las Islas baleares a Surgidero de Batabanó es un componente esencial en la antropología social de ese pueblo, si se tiene en cuenta que la antropología es la ciencia que estudia la huella o el tránsito del hombre a lo largo de su vida. Los baleares se integraron a la vida social y económica de los naturales, contribuyendo a la diversidad y al desarrollo de rubros que sustentaran la supervivencia, crearon comercios, instituciones sociales, publicaciones seriadas y relaciones sociales muy sólidas con los originarios de Surgidero de Batabanó

El Gremio de recortadores de esponjas es una de esas actividades que deviene hoy patrimonio local, no solo por su historia, su cohesión y organización gremial, sino porque a pesar de los años se mantiene como una faena puramente artesanal, utilizando las mismas técnicas e instrumentos de hace un siglo atrás.

El Objetivo de esta monografía es propiciar un acercamiento al Gremio de recortadores de esponjas de Surgidero de Batabanó, a partir de la valoración de su impacto social y económico en la población de ese lugar.

Desarrollo

La importancia del Gremio de Recortadores de esponjas de Surgidero de Batabanó no puede enmarcarse solamente en el aspecto económico, pues su incidencia en la vida social y cultural de esta localidad fue muy marcada.

El origen de esta industria, dedicada a la pesca y el procesamiento de la esponja, se remonta al último tercio del siglo XIX, aproximadamente entre los años 1878 y 1879, convirtiéndose desde entonces y hasta hoy en uno de los principales rublos exportables de esta localidad.

Según testimonios orales corría el año 1878 cuando dos pescadores, Escora y Rivero abordaron el bote "Teresa" propiedad del Sr Benito Artrán y se hicieron a la mar para iniciar la pesca de esponjas en las tranquilas y poco profundas aguas del Golfo de Batabanó

Es probable que otras coincidencias hayan sido las que propiciaron el descubrimiento de la esponja como un rubro importante para la economía y la supervivencia, en primer lugar, desde antaño se realizaba la pesca de diferentes especies en el Golfo de Batabanó: el pargo, la cubera, la biajaiba, la liseta, entre otros, siempre fueron peces muy codiciados por lo que su comercialización redundaba en buenos dividendos para los vendedores, es por tanto muy natural que en alguna inmersión durante una pesquería en alta mar los esponjorios fueran vistos, por otro lado estaba la presencia de algunos ciudadanos griegos residentes en Surgidero y bien es sabido que en áreas cercanas a Grecia es usual la pesca de esponjas, es fácil predecir entonces el conocimiento que ya poseían los griegos sobre el valor económico de la esponja y la posibilidad real de un mercado seguro. Todas esas circunstancias debieron conjugarse para que finalmente comenzar la pesca intensiva de esponjas en esta zona.

También es un hecho que los emigrantes griegos (1) fueron los que desarrollaron la industria esponjera, efectivamente los comerciantes de esa nacionalidad dieron un gran impulso a la industria, colocando la esponja de Batabanó en el mercado internacional, pero indudablemente los verdaderos protagonistas de ese acontecimiento fueron el Gremio y el esfuerzo de decenas de hombres que por apenas unos centavos trabajaron durante años denodadamente y a costa de gran sacrificio.

Esponjas de Batabanó.

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En toda empresa se conjugan dos mecanismos, el tecnológico y el humano, este último resulta insuperable y es la interpretación más acertada al florecimiento de la industria esponjera, que constituye un fenómeno económico-social, pues el "jornalero" jugó el papel predominante. Atendiendo a esto, es necesario declarar la importantísima presencia de los emigrantes baleares, específicamente los provenientes de Andraxt que componían probablemente la mayor parte de la mano de obra tanto en los talleres donde se procesaba artesanalmente la esponja como en el mar donde se capturaba.

El tema de que esencialmente desde Andraxt ocurrió el grueso de la emigración hacia Batabanó (2), es un aspecto que requiere atención, pues ese proceso no incidió solamente en el aspecto económico, sino también en la diversidad sociocultural de este Municipio, y en el crecimiento de su población, hoy en Surgidero de Batabanó vive un número importante de familias descendientes de esos primeros mallorquines que una vez llegaron cargando un montón de sueños y esperanzas a sus espaldas.

La pesca de la esponja en el mar

Antes de comercializar la esponja ocurren dos etapas, una en el mar, la otra en tierra. La captura de esta especie se realiza en el fondo marino donde crece como un jardín de grandes y exóticas flores. A pulmón limpio o con "zambullidas", debían realizarse estas inmersiones, cuya profundidad requería poseer determinadas capacidades físicas, pues no es hasta muchos años después cuando se introduce la novedosa técnica del "cubo de vidrio", llamado también "mirafondo" consistente en un cilindro de madera con un cristal en una de sus partes. Este invento facilitaba la localización de la esponja, y humanizó en alguna medida el rudo trabajo, por su parte el "pincho¨( extensa vara con un tridente en uno de los extremos), se utilizaba para ensartar la esponja y extraerla hasta la superficie del mar.

Más de 1000 hombres trabajaban en la pesca, cada embarcación "madre" o velero poseía hasta cinco "chalupas o chalanas". La tripulación de estas chalupas estaba integrada por 2 individuos: un bogador o remero, y el "pincho". Dicho así resulta fácil imaginar a estas personas, pero cuando se le agrega a lo anterior que estos hombres debían enfrentar la dura tarea de resistir " mareas o campañas" de 3 o 4 meses en el mar, aislados, bajo el sol inclemente y a merced de los caprichos de la naturaleza, entonces el panorama se torna aterrador.

Los primeros talleres o Casas Armadoras (3) para procesar esponjas se fundaron en 1884, aquí se realizaban todas las actividades en torno al embellecimiento de la esponja (corte con tijera y cuchillo), además los empaques, destinados a la venta en Paris y Estados Unidos, principales consumidores de la esponja de Batabanó. Estos talleres proliferaron lentamente y en la medida que alguien podía acumular cierta cantidad de dinero para crear las condiciones, muchas de estas Casa Armadoras estaban situadas cerca de la costa, pequeños embarcaderos de madera permitían que el traslado del producto desde el barco hasta el Taller no fuera extenso.

El gremio de recortadores de esponja, los avatares de una organización

Oficialmente el Gremio de recortadores de esponjas se funda el 8 de Septiembre de 1901, constituyendo la primera organización legal de obreros en Surgidero de Batabanó con poderes jurídicos, adjunto al Ministerio de Hacienda y a la Federación Obrera Marítima Nacional (FOMN). Poseía un sistema de reglamentos que estatuía las elecciones periódicas y regulaba la disciplina de los agremiados. Esta organización estuvo representada en varios Congresos de la clase obrera y siempre que tuvo oportunidad luchó por la igualdad entre sus asociados y por la unión de todos los trabajadores del mar.

Inicialmente el Gremio solo agrupaba a los a los jornaleros de esos talleres o sea los llamados "recortadores de esponjas", los pescadores, que trabajaban directamente en el mar, fueron excluidos de la organización gremial y despojados de todo derecho a reclamar por esa vía el pago justo por el resultado de su trabajo. Esta separación creó conflictos entre los obreros de ambos oficios. Los pescadores culpaban a los recortadores por los bajos jornales, respecto a esto un periodista del semanario batabanoense "Juventud Demócrata" escribió en 1932 "(…) las discordias entre los pescadores de esponjas y los recortadores aumenta, los primeros quieren traer el macho ya recortado, no se dan cuenta que su problema no es el hermano obrero, sino el comprador, pues cuando se compra la esponja se tiene en cuenta los gastos de la elaboración, empaque y la utilidad del comprador, bastante alta. (…) Los pescadores deben organizarse y no culpar a los recortadores de esponjas de sus problemas"

Los enfrentamientos entre los pescadores de esponjas y los propietarios de los Talleres ocurrían después de cada marea, precisamente por el precio de compra de la esponja, que siempre era más bajo. Una de estas confrontaciones ocurrió en mayo del año 1933, quizás fue la más devastadora de todas, y la protagonizaron mallorquines y batabanoenses, unidos en una sola fuerza.

Pescadores utilizando el ¨pincho

y mirafondo¨ para extraer la esponja.

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Ese año, Cuba atravesaba una crisis económica a raíz de la caída del Machadato, los obreros trabajaban por una miseria de dinero y prácticamente las familias morían de hambre. Los esponjeros de Surgidero debían doblar las jornadas para ganar unos centavos, y los hombres del mar exponían sus vidas intentando regresar a tierra con alguna pesca, lo que tampoco resultaba una tarea fácil, pues comenzaban los primeros indicios de una epidemia que atacaría los mantos de esponjas.

Los marineros, como siempre, descargaron sus cestas de esponjas y se dispusieron a "tenderlas" al sol, esperando que desde las Casas Armadoras se hicieran las ofertas de compra, estas naturalmente resultaron ridículas y humillantes para aquellos hombres que no solo trabajaban desde la puesta de sol, sino que sacrificaban su juventud para lograr algún dinero cuyo destino era, en algunos casos las familias que ya habían fundado aquí, o las que esperaban en Mallorca (4).

Los pescadores no aceptaron la primera oferta ofrecida los patronos, así que retiraron la mercancía y al día siguiente volvieron a exponer las esponjas a lo largo las calles, prendidas a cordeles, pero los poderosos no se inmutaron, y esta vez la oferta fue menor.

Ocurrió entonces la exposición, los pescadores enardecidos se lanzaron a las calles, arrasando con todo lo que se le imponía. Fueron destruidos muchos talleres y se saquearon los comercios, el incendio de las esponjas devoró cuadras enteras, incluyendo la posada "Centro Mallorquín".

El ejercitó intervino pero solo logró guarecer a los dueños de las Casas Armadoras y a sus familiares, ellos abandonaron el pueblo en una cañonera militar, navegando hasta una distancia prudencial desde donde vieron como el humo negro del siniestro se elevaba hasta las nubes.

Este acontecimiento resultó un golpe demoledor para las Casas Armadoras, que sufrieron pérdidas materiales, a la vez que sintieron el peso de la violencia popular, pero indiscutiblemente los mayores perdedores fueron los trabajadores, después de este acontecimiento las plazas en los talleres disminuyeron y muchos obreros urgidos por la necesidad de trabajar debieron abandonar a su familia y marcharse a trabajar a La Coloma (Pinar del Río) y a Nueva Gerona (Isla de Pinos) donde ya también se pescaba esponjas, pero con condiciones de pesca y manufactura incomparables a la destreza y habilidad desarrolladas en los talleres de Surgidero.

La decisión de marcharse a trabajar en otros puertos significaba casi "traicionar al gremio", así que las personas que resolvieron esa opción, después, cuando se restableció nuevamente el trabajo, debieron justificar extensamente su actitud.

En los talleres también ocurrían hechos denigrantes, el dueño poseía facultades plenas para disminuir el jornal de los trabajadores siempre que creyera oportuno, también se realizaban despidos arbitrarios a las personas de más edad, justo antes de los días feriados, para evitar el pago correspondiente.

Embarcadero de Arturo Homs.

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El 23 de Enero de 1935 el gremio oficializa el "Turno Rotativo", a pesar de la resistencia de la "Cámara del Comercio" integrada por los dueños de las Casas. Este reglamento estipulaba el trabajo de las ¨tijeras" y de los técnicos (escogedores, prensadores, cuchillos, cortadores y ayudantes de prensa). El artículo No 5 de dicho Reglamento, explicaba que cuando el técnico concluía su labor, podía someterse al "turno riguroso de la tijera", siempre y cuando le correspondiera a su número de turno.

El artículo No 6 daba facultad a los patronos para llamar a cuantos técnicos necesitara, previa solicitud al Gremio, y si un obrero del taller poseía otro empleo ajeno a la esponjería, cesaba su derecho al turno. Este modelo permitía que todos los trabajadores tuvieran igual oportunidad de emplearse en los talleres e impedía que los patrones tomaran la decisión de utilizar a los trabajadores sin la autorización de la "colectividad"

El capataz del taller se privilegiaba con la categoría de permanente, no participaba de la rotación.

El Delegado, representante del gremio en los talleres, era el encargado de fiscalizar la actividad del patrón y el cumplimiento de lo establecido por la organización obrera.

En este propio año (1935) además del horario de 8 horas (7am-11am a 12:30pm-4:30pm) se establece un nuevo salario a los trabajadores: Prensador, Ayudante de prensa, Escogedores, Cuchillo, Cortadores: 2 pesos. Tijeras: 1.60 centavos.

Del año 1935 al 40 ocurre una mejora económica, los salarios sufren un ligero aumento, pero posterior a esta última fecha, ya la epidemia que atacó las esponjas estaba en las zonas pesqueras próximas a Surgidero, esta enfermedad redujo en un 50 % el número de especies, esto unido a la pesca indiscriminada de la esponja puso en crisis nuevamente a la industria.

Taller o Casa Armadora

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Para 1944 el descalabro de la industria esponjera en Batabanó era inminente, el único mercado disponible resultaba Estados Unidos y desde la Administración de Precios de la Secretaría de Estado el señor León Henderson proclamaba una rebaja de precios en un 20 y 50 %, a esta infame propuesta el Gremio de Recortadores de esponjas respondió al Presidente Roosevelt explicando que" (…) no es posible que Mr. L. Henderson considere necesario este enorme sacrificio a miles de obreros, para aliviar un poco los gastos superfluos de una clase pudiente y reducir en una proporción casi imperceptible el costo industrial de determinados artículos que requieren el uso de las esponjas (…) esto bien poco puede representar para la economía de la guerra que alcanza cifras astronómicas(… )"

Los avatares del gremio continúan desfavorablemente a pesar del arduo trabajo que realizan, en 1947 la industria se paraliza totalmente, Estados Unidos constituía el mercado principal y estos abarataban cada vez más el precio, pues preferían comprar la esponja que llegaba del Mediterráneo, de mala calidad, pero también de menor peso, lo que les permitía adquirir un número mayor de piezas en una libra.

El gremio acude a todos los recursos disponibles intentando aminorar las consecuencias nefastas de la situación, se reúne con los sindicatos, solicita ayuda a todas las organizaciones gubernamentales, pero solo logra reubicar a unos cuantos obreros en los muelles de la Habana, a partir de una gestión con Aracelio Iglesias, principal líder del sindicato portuario en Cuba.

El Gremio de Recortadores de esponjas fue la primera fórmula organizativa para los obreros en Surgidero de Batabanó, no distinguió a cubanos de mallorquines, al contrario los hermanó frente a las múltiples adversidades que debían enfrentar estos hombres, que eran muchas, a veces provocadas por la misma sociedad, otras por la naturaleza. Luchó apasionadamente por los derechos de los trabajadores de la esponja, y por reivindicar sus derechos como ciudadanos.

Trabajadores de la esponjería en la época actual

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Poseía panteón propio y sufragaba los gastos fúnebres de los asociados si la familia no tenía recursos o simplemente cuando el fallecido carecía de familiares en Cuba.

La "Escuela Proletaria", estaba a disposición de todos los agremiados, su maestro era José Ors, esponjero también, considerado una de las personalidades locales más relevantes, por su pensamiento progresista.

Crearon una publicación llamada "El Esponjero".

Ayudó al financiamiento en la construcción de calles, del balneario La Playita, y fue un incansable colaborador del Comité por un Batabanó mejor, fundado en 1940 con la finalidad de educar a la población en hábitos de higiene adecuados, luchar contra el vicio, la corrupción y elevar el nivel educacional de la población.

La empresa esponjera de Surgidero de Batabanó, la misma que hasta hoy perdura transitó por períodos críticos y solo se pudo salvar por el tesón de muchos hombres, anónimos, humildes, algunos desaparecidos en las frecuentes tormentas y naufragios, y por otros, los que regresaron a su tierra o los que se quedaron aquí para escribir con sus sueños y esperanzas la historia de este puerto cargado de fantasías.

Notas

1-La autora se refiere a Juan Esfakis Yanakakis y Juan Nicoletto Casademun, fundadores de Casas Armadoras o Talleres donde se manufacturaba la esponja.

2- La emigración de ciudadanos de Andraixt hacia Surgidero de Batabanó transcurre durante todo el siglo XIX y principios del XX, es notable destacar que en las estadísticas nacionales relacionadas con la emigración, las Islas baleares ocupan un lugar insignificante, sin embargo es altamente representativa en esta localidad del sur de la Habana, comportándose como la zona donde ocurrió la mayor concentración de baleares en Cuba.

3-Las Casas Armadoras o Talleres eran amplios establecimientos que se erigían a una distancia prudencial del mar. Cada Taller tenía su propio embarcadero construido con pilotes de madera. Sobre los puentes se disponías los "carros" y las cestas de fibra vegetal para el traslado de las esponjas. Ya en tierra la esponja se clasificaba en macho (de poco valor comercial por la aspereza de su naturaleza) y hembra (más suave y sedosa), posteriormente comenzaba el proceso de limpieza, recortado y empacado para la exportación al extranjero.

Principales Casas Armadoras radicadas en Surgidero de Batabanó.

1-Juan Esfakis Yenikakis.

2- Juan Nicoletto Casademun.

3-José Fernández y Hno.

4-Manuel Fernández Gamoneda. (Narciso Ruíz, principal inversionista)

5- Pereda S.A. (José Baranda, principal inversionista)

6-Juan Pujol Babiloni.

8-Arturo Homs.

9-Herez y Hernández. (José Hernández, principal inversionista)

10-Luis Pieras Bosch.

11-Mantas Bros y Cia. (Teodoro Mantas, principal inversionista)

12-Gaspar Pujol y Alemany.

13-Braunstein Pujol y Cía.

14-Bros N. Vouvalis y Cía.

15-María Babilón.

16-Sociedad Esponjas Cubanas S.A. (Ignacio Palomera, principal inversionista, la casa

Principal radicada en La Coloma, Pinar del Río).

4-Algunos comerciantes contrataban el servicio de una embarcación "a la cuarta", o sea el pago por la pesca era precisamente la cuarta parte del total de especies capturada. En este caso los pescadores tenían la opción de vender directamente en el mercado local, básicamente situado a lo largo de la calle Maceo. Esta calle gozaba el prestigio de poseer varios comercios, tiendas de venta y espacios para la subasta. Las esponjas se colgaban en cordeles sujetos a las columnas de los establecimientos para su venta.

 

 

Autor:

Lic. Orna Esther Robinson Echevarría.

Enviado por:

Vicente Robinson