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Atención a las diferencias individuales o invidualizada del proceso pedagógico en sus diferentes etapas

Enviado por Ricartv Torres


  1. ¿Por qué?
  2. Diagnóstico
  3. Aprendizaje
  4. Diferencias individuales
  5. Atención a las diferencias individuales
  6. La tarea

Una de las dificultades reales que se perciben en las escuelas es que los estudiantes no están aprendiendo todo lo que realmente queremos y esto se debe en gran medida a los problemas, que tienen su mayor responsabilidad en los docentes.

Uno de ellos es que no se atienden las diferencias individuales.

¿Por qué?

¿Conocemos lo que saben y lo que no saben nuestros alumnos?

¿Hay un diagnóstico integral de los estudiantes?

¿Qué podemos hacer para cambiar la realidad que hoy tenemos en las aulas?

Recordemos términos bastante usados:

Diagnóstico

"El diagnóstico es un proceso con carácter instrumental, que permite recopilar información para la evaluación – intervención, en función de transformar o modificar algo, desde un estadio inicial hacia uno potencial, lo que permite una atención diferenciada" J. Zilberstein (1999 : 17)

El diagnóstico del aprendizaje no queda reducido al conocimiento, ni tan siquiera a qué pueden hacer los alumnos con este conocimiento, sino además a la profundización en cómo aprende (estilo de aprendizaje), qué hábitos de estudio posee, qué métodos de estudio utiliza, si desarrolla formas de autocontrol y si tiene formadas acciones de autovaloración.

El diagnóstico integral del estudiante será necesariamente el punto de partida para dirigir el proceso de pedagógico. Este puede ser muy amplio y abordar numerosos aspectos que permitan una profundización en el conocimiento del estudiante. La integralidad de este proceso exigirá proponerse el conocimiento integral del estudiante: qué sabe, cómo lo sabe, cómo se comporta, cómo aprende, cómo piensa, cuáles son sus cualidades, cómo se comporta la formación de acciones valorativas.

Cada alumno realiza individualmente su proceso de aprendizaje, que por la naturaleza del mismo difiere entre ellos, sin embargo el docente tiene la obligación profesional de favorecer el avance y el progreso individual.

El diagnóstico nos sirve para prevenir, para actuar oportuna y positivamente, para transformar a tiempo elementos desfavorables, por lo que se habla también de diagnóstico – pronóstico y diagnóstico – intervención. Cuando diagnosticamos podemos actuar con conciencia de dificultades, posibilidades y objetivos a alcanzar.

El diagnóstico permite la verdadera dirección del proceso de pedagógico. Mientras no se tenga un diagnóstico certero y real de cada estudiante no se podrán atender las diferencias individuales.

Aprendizaje

I. Grueiro (1999) señala que "el aprendizaje puede ser entendido como un proceso dialéctico en el que, como resultado de la práctica, se producen cambios relativamente duraderos y generalizables, y a través del cual el individuo se apropia de los contenidos y las formas de pensar, sentir y actuar construidas en la experiencia sociohistórica con el fin de adaptarse a la realidad y/o transformarla" citado por D. Castellanos (1999 : 4) y la propia D. Castellanos (1994) lo define como un: "proceso constructivo y autorregulado, contextualizado, colaborativo, y a la vez individual, de construcción y reconstrucción de significados a partir de una experiencia histórico-social como resultados del cual se producen cambios en las formas de pensar, sentir y actuar".

Estos autores no ven el aprendizaje solo como un proceso psicológico inherente al individuo, por el carácter individual que tiene sino también con un enfoque social, aportado por la concepción dialéctico materialista que revela la necesidad del hombre de aprehender de sus coetáneos, de apropiarse de la cultura histórica aportada por la labor colectiva de la vida del hombre en sociedad, garantizando su crecimiento personológico y a su vez movilizándose hacia el futuro como progreso colectivo.

Todo lo anterior nos deja claro que el hombre no nace sabiendo sino que deviene en hombre, en ser social en la medida que aprende y para esto necesita de la interacción con otros. Es un proceso que dura toda la vida y que hay que enseñar desde la temprana edad cómo aprender a aprender, pues no basta con saber enseñar para creer que el alumno está aprendiendo, hay que enseñar a aprender a nuestros adolescentes.

Diferencias individuales

La  individualidad se define generalmente como el conjunto  de las  cualidades y propiedades de esa persona que le indica a cada una de ella una singular peculiaridad y se pone de manifiesto en su propia forma de pensar y actuar. Demuestra, ante todo el grado de desarrollo de sus fuerzas creativas, de su capacidad de generar iniciativas, actividades o la forma peculiar de accionar sobre la vida social. Así se muestra la estructura y organización biológica que, relacionada con la interiorización de la experiencia histórico social, es exteriorizada de forma especial, singular e irrepetible en cada uno de nosotros.

Son estas cualidades que no son innatas y que nos identifican las que nos permiten caracterizar para después adecuar las influencias que sobre otra persona ejerzamos. Recordemos que antes de dirigirnos a una persona tenemos que pensar cómo es, si pretendemos que nuestra acción tenga resultados positivos.

Como se sabe existen diferencias en los ritmos de aprendizaje de los estudiantes, hay algunos que aprenden rápidamente, hay otros en los que se observa un ritmo que podríamos llamar promedio y los hay que necesitan más tiempo porque su ritmo es más lento.

Atención a las diferencias individuales

¿Por qué es importante atender las individualidades?

Porque cada persona se desarrolla individualmente y de esa forma se desarrollarán grupos y colectivos.

La atención a las diferencias individuales no es solo con los estudiantes con dificultades en el aprendizaje, sino para todos.

Los más aventajados si no los atendemos pedagógicamente pueden empezar a rezagarse, pueden desinteresarse por la materia y no desarrollarse hacia un nivel superior.

El docente aplica su preparación sociológica, ideológica, pedagógica, psicológica y didáctica para planificar adecuadamente el sistema de actividades que revele la solución dialéctica de la atención acertada a la individualidad en el proceso pedagógico.

Algunos principios básicos para atender las diferencias individuales.

  • Singularidad en cada alumno.

  • Distinción necesaria entre los aspectos comunes y los individuales.

  • Diagnóstico de cada alumno y pronóstico de su rendimiento.

  • Agrupación flexible de alumnos.

Referentes esenciales para la atención a las diferencias individuales

  • Psicológico: diferenciación en el aprendizaje de los diferentes sujetos, ritmos diferentes de aprendizaje (alto, medio y bajo), exploración de los conocimientos previos, trabajo con la concepción vigostkiana de la Zona de Desarrollo Próximo (ZDP), potenciar el autoaprendizaje y la metacognición, entre otros aspectos.

  • Pedagógico: trabajo en grupo e individual, favorecer la comunicación entre diferentes sujetos: alumno – alumnos, alumno – profesor, alumno – familia, alumno – comunidad, alumno – sociedad, organización del sistema de tareas que permita la correlación entre las actividades a cumplir individualmente o en pequeños grupos, que equilibre los diferentes niveles de aprendizaje que predominan en el aula.

  • Ideológico: está referido a sus concepciones, puntos de vistas, estados de ánimo, escala de valores y proyecciones valorativas, que dicen cómo piensan, cómo se sienten, cuáles son sus necesidades, aspiraciones, nivel de información y actualización de la realidad social, metas o proyectos presentes y futuros en el orden personal y de la sociedad en que viven.

  • Sociológico: involucrar al grupo, a la familia y la comunidad en el proceso del aprendizaje de los sujetos, previendo lo que cada uno puede aportar en la transformación personológica de cada alumno.

Las diferencias individuales de los alumnos suelen expresarse en varios sentidos:

  • 1. En la capacidad para la asimilación de los conocimientos.

  • 2. En el nivel de desarrollo de las habilidades.

  • 3. En el grado de motivación por el conocimiento.

  • 4. En el nivel de incorporación de lo actitudinal, a su actuación cotidiana.

La concreción de los referentes anteriores en la clase significa que el docente siga los siguientes pasos de carácter metodológico:

  • 1. Diagnóstico de cada alumno y grupo: con carácter integral, pero que implica conocer el nivel que tienen en los conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales. Saber el estado actual del dominio de los procesos y, así como el nivel de desarrollo de las habilidades, hábitos y capacidades asociada a las operaciones lógicas del pensamiento, y sin dejar fuera finalmente el dominio de normas, actitudes y la formación de valores que reflejan los alumnos. El sujeto diagnosticado tiene que conocer los criterios que se tienen sobre él, tiene que intervenir en revelarlos, pues es difícil que se involucre en las transformaciones que se esperan de él ajeno a las conclusiones pedagógicas que tienen los docentes.

  • 2. Durante la planificación de la clase tener presente el nivel de desarrollo de cada alumno, para diferenciar las actividades que realizarán durante su impartición. No puede ser una clase que las actividades tengan el mismo nivel de complejidad para todos los alumnos, si bien no será una clase para cada alumno; los niveles de ayuda también definen la complejidad de una tarea docente y esto no siempre se considera.

  • 3. En el desarrollo de las clases el docente atiende las individualidades desde las tareas que asigna, hasta la forma inteligente que utiliza a otros estudiantes como potenciadores del desarrollo de sus coetáneos que se han quedado detrás en determinados objetivos. No es solo el docente con su accionar directo, es también el otro alumno, y fuera de la clase son otros: familiares, amigos u otros miembros de la comunidad (la tarea adquiere una connotación colectiva)

Aparece hoy esta atención de forma típica en el caso de la atención a los estudiantes: al aventajado  le  oriento esta tarea, le doy la tarea de ayudar a otro no aventajado y al no aventajado lo ayudo yo como profesor, voy a su puesto de trabajo. Debemos recordar que en los grupos además de estudiantes de alto y bajo rendimiento en los extremos también tiene una media, que generalmente es mayoritaria que se atiende someramente o se supone que se atiende partiendo de los resultados que obtienen.

Cuando esto sucede se evidencia que no existe una verdadera comprensión de lo que encierran estos conceptos.

Existen otras formas de atender las diferencias individuales, cuya selección y aplicación dependerá del conocimiento de la docencia que se imparte así como de la pericia que se tenga para empíricamente caracterizar a los estudiantes. La aplicación de estrategias de enseñanza y aprendizaje tiene que hacerse, ineludiblemente, sobre el conocimiento de las características individuales de cada persona.

En la clase tradicional no se ha dado la importancia suficiente a la atención a las diferencias individuales. Sus principales problemas radican en:

  • Ignorancia didáctica.

  • Rutina.

  • Comodidad.

  • Falta de planificación.

  • Ausencia de auto evaluación de la propia labor.

  • Desconfianza en los recursos propios del alumno.

  • Ausencia de técnicas de trabajo intelectual individualizadas.

  • Exigencia igualitaria a todos.

La tarea

Hacemos referencia a la tarea como aquellas actividades que se conciben para realizar por el alumno en la clase y fuera de esta, vinculadas a la búsqueda y adquisición de los conocimiento y al desarrollo de habilidades.

El proceso educativo precisa de un cambio esencial en la concepción y formulación de la tarea, porque es en la tarea donde se concentran las acciones y operaciones a realizar por el alumno.

Por tal razón las órdenes de qué hacer en las tareas adquieren un importante significado en la concepción y dirección del proceso. Estas, indicarán al alumno un conjunto de operaciones a realizar con el conocimiento, desde su búsqueda hasta la suficiente ejercitación, si se trata del desarrollo de una habilidad. Igualmente pueden conducir al alumno bien a la repetición mecánica o a la reflexión, profundización, suposición, búsqueda de la información entre otras.

El cambio de este aspecto debe producirse de las tareas que se programan sin tener en cuenta si propician la búsqueda y suficiente utilización del conocimiento y si logran la estimulación deseada del desarrollo del pensamiento, a tareas que logren estos propósitos.

Lo anterior lleva al docente a plantearse las siguientes interrogantes:

  • 1. ¿Qué elementos del conocimiento necesito revelar y qué indicaciones y procedimientos pueden conducir al alumno a una búsqueda activa y reflexiva?

  • 2. ¿Qué operaciones del pensamiento necesito estimular y cómo conjugo la variedad de tareas de forma que a la vez que faciliten la búsqueda y utilización del conocimiento estimulen el desarrollo del intelecto?

  • 3. ¿Cómo promover mediante las tareas el incremento de las exigencias cognoscitivas, intelectuales y formativas en el alumno?

  • 4. ¿Cómo organizar las tareas de forma tal que tanto los objetivos particulares como su integración y sistematización conduzcan al resultado esperado de cada alumno de acuerdo con el nivel?

  • 5. ¿He concebido los ejercicios necesarios y suficientes que propicien la adquisición de los conocimientos objeto de enseñanza teniendo en cuenta la atención diferenciada de los alumnos?

La tarea, por su contenido, abarcará exigencias para revelar los elementos del conocimiento que el alumno requerirá asimilar, cuyas acciones y operaciones exigirán una actividad mental elevada, rica en reflexiones y valoraciones, que incidan en su formulación; por su forma de organización contemplarán acciones colectivas e individuales que aseguren la interacción de los alumnos entre sí y con el docente, y la interacción individual del alumno con el conocimiento; las interacciones colectivas crean múltiple posibilidades para la acción educativa y para elevar las exigencias de la actividad intelectual.

La tarea debe concebirse como sistema y no como un trabajo aislado que se propone al escolar y además ser:

Variada, en el sentido de que existen actividades con diferentes niveles de exigencia que conduzcan a la aplicación del conocimiento en situaciones conocidas, que promuevan el esfuerzo y quehacer intelectual del escolar, dirigido hacia etapas superiores de desarrollo.

Suficiente, de modo que la propia actividad, dosificada incluya la repetición de un mismo tipo de acción, en diferentes situaciones teóricas o prácticas, las mismas deben promover el desarrollo de habilidades intelectuales, la apropiación del contenido de aprendizaje; así como la formación de hábitos.

Diferenciada, de forma tal que promuevan actividades que den respuesta a las necesidades individuales de los estudiantes, según los diferentes grados de desarrollo y preparación alcanzados.

Las tareas previstas para la clase deben ser de tal naturaleza que todos los alumnos compartan y socialicen el aprendizaje, se deben erradicar las formas colectivas de trabajo pues conducen al fracaso escolar.

 

 

 

Autor:

RicartvTorres.