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Arabismos en México (página 2)

Enviado por Braulio Lira


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Cronología de influencias en la lengua española:

Celtas

Hacia fines del siglo VII a. C.

Se establecieron en Galicia y Portugal y se formaron los Celtiberios

Imperio Romano

Año 218 a. C.

Latín vulgar: hablado por comerciantes, agricultores y el pueblo en general.

Latín culto: utilizado por los filósofos, las instituciones, los clérigos, escritores

Modificaciones fonéticas y gráficas:

F por H

E por IE

O por UE

AU por O

I, U por E, O

P por B

T por D

K por G

Invasión Germánica

Año 409

Su influencia no fue importante ya que aportaron vocablos relacionados con la guerra

Aportes lingüísticos:

Guerra, albergue, yelmo, espuela, ropa

Invasión Árabe

Desde 711 a 1492

El árabe fue la lengua que más influyo, después del latín en la formación del castellano, aportó vocablos pero no impusieron su lengua, costumbres políticas ni religión.

Modificaciones fonéticas y gráficas:

S como J: sucu = jugo

Finalmente el castellano logró su mayor esplendor en los siglos XVI y XVII (siglos de oro de las letras españolas).

La publicación de la primer gramática castellana de Elio Antonio de Nebrija en 1492, fecha del descubrimiento de América y de la toma de Granada por los Reyes Católicos, establece la fecha inicial de la consolidación del español. A esta época pertenece el cambio de las consonantes que altera y consolida definitivamente el sistema fonológico del español.

Surgen una gran cantidad de neologismos debido al gran contacto con otras culturas.

El descubrimiento de América trajo como consecuencia la expansión del castellano y el enriquecimiento con el aporte de lenguas indígenas. (Entre otros el quechua, el guaraní y el náhuatl.).

En Francia, Italia e Inglaterra se editaban gramáticas y diccionarios para aprender español que fue la lengua diplomática hasta la primera mitad del siglo XVIII.

En el año 1713 se fundó la Real Academia Española, la cual su primer tarea fue la de fijar el idioma y sancionar los cambios que de su idioma habían hecho los hablantes a lo largo de los siglos.

Gracias a la variación morfológica los elementos de la oración se pueden ordenar de formas muy diversas con una gran variedad de estilos literarios.

En la actualidad puede hablarse de dos dialectos principales de español: peninsular en España y americano en Hispanoamérica. Los rasgos más sobresalientes que caracterizan al primero de ellos son el sonido [>] para la grafía z (o c delante de e, i) y una tendencia general hacia el leísmo (empleo de le por lo como pronombre personal en caso acusativo). El español americano, hablado por el 90 por ciento del total, favorece el seseo (o pronunciación de las anteriores letras como [s]) y el empleo de ustedes como pronombre personal de segunda persona plural (y en menor medida vos como singular). Al igual que ocurre en el caso del inglés, se producen diferencias en el vocabulario a ambos lados del océano (p. ej., en España se utiliza patata, melocotón, coche o sello, mientras que en América sus correlatos son papa, durazno, carro y estampilla). En ciertas zonas de bilingüismo (especialmente en los estados de Norteamérica con inmigrantes hispanos), el contacto entre el inglés y el español ha dado lugar a calcos léxicos y semánticos de dudosa aceptación en el resto del ámbito hispanohablante; algunos de ellos son aplicación ´application´ en lugar de solicitud, soda de hornear ´baking soda´ en lugar de bicarbonato sódico y llamar pa´trás ´to call back´ en lugar de llamar más tarde.

En España, al igual que en el resto de países hispanohablantes, el español posee varios dialectos locales. Los más importantes y reconocidos tradicionalmente, en función sobre todo de criterios históricos, son el castellano, el aragonés, el leonés, el asturiano y el andaluz (que comparte algunos rasgos con el español americano, como el seseo). Otros dialectos menores son el extremeño, el murciano y el canario (también llamado guanche). El judeoespañol (o ladino) es una variante del español hablado por las comunidades de judíos sefardíes que fueron expulsados de España a finales del siglo XV, y que se hallan repartidos por territorios de Asia Menor, los Balcanes y el norte de África, al igual que en ciudades como Nueva York y Buenos Aires.

Se trata de una lengua bastante arcaica, ya que ha conservado prácticamente inalterados los rasgos gramaticales del español clásico. Su futuro es muy incierto, ya que su empleo se reduce casi exclusivamente a los ámbitos familiares (a pesar de algunos intentos por editar revistas y periódicos en judeoespañol en países como Israel).

Los términos del idioma árabe que se utilizan para denominar a caballos y jinetes y las relaciones que los vinculan entre sí han encontrado un nuevo hogar en el desierto del noroeste de México, a medio mundo de distancia del sitio donde se originaron. Estos términos llegaron al español procedentes del árabe, y luego pasaron al inglés estadounidense cuando las tradiciones españolas y anglosajonas se asimilaron.

A principios del siglo VIII, un ejército musulmán de árabes y berberiscos del norte de Africa conquistó gran parte de la península ibérica. En su parte sur, una región que los árabes llamaron al-Andalus, un príncipe sirio umayadí, cuya dinastía había sido reemplazada por los abasíes, estableció, alrededor del año 750, un reino y una floreciente civilización. En 1492 ocurrieron dos importantes eventos: el descubrimiento del Nuevo Mundo – lo que abrió todo un nuevo hemisferio a la colonización española y portuguesa – y la expulsión final de musulmanes y judíos de España, quienes dejaron una huella cultural profunda y permanente en el pueblo español.

A medida que colonizaban el Nuevo Mundo, los españoles, que incluían a refugiados árabes y berberiscos, llevaron consigo sus caballos y las palabras de origen árabe que usaban para manejarlos están ahora profundamente alojadas en el "argot vaquero", el idioma vernáculo inglés y mexicano.

Por ejemplo, se refieren a un jinete de destreza excepcional como "un maldito y excepcional jinete", término que en una ocasión aludió a un estilo fluido de cabalgar, desarrollado en el norte de Africa para los campos de batalla, y que ahora se refiere al jinete mismo. La palabra procede del español "xinete", usada en el estado mexicano de Sonora que, a su vez, se deriva del andaluz "zanati", que evoca el nombre de la tribu zanatah, en lo que hoy es Argelia.

Los vaqueros de Sonora y los jinetes con los que he trabajado todavía le llaman a sus sillas un "albardón", derivado del vocablo ibérico "albarda", que ahora significa enjalma o basto, y procede del árabe "al-barda’a". Entre los otros objetos que usan esos vaqueros figura un cinturón de cuero que llaman "ación", del árabe "ás-syur". A un rebencazo le llaman un azote, del árabe "as-suf". A los anillos de la montura les llaman argollas, del árabe "allgulla. Tal vez mi vocablo favorito entre los derivados del árabe es una palabra ampliamente usada para designar un cabestro: hackamore. Proviene directamente del andaluz "jáquima", que recuerda al árabe "sakima", una cosa que se usa en la cabeza.

Hay también muchos términos para el pelaje de los animales que pueden remontarse a orígenes árabes. Se pude distinguir un almagre, un padrillo de pelo color herrumbre, y supe que el término procedía del árabe "al-magra", tierra roja.

Los dialectos castellano y andaluz hicieron el viaje. El castellano se utilizó en centros administrativos y culturales como la ciudad de México, México; Potosí, Bolivia; y Lima, Perú. Estas ciudades conservaron vínculos cercanos con la capital española de Madrid, que se encontraba en la región de Castilla. Pero debido a que muchas de las personas que participaron en las expediciones eran de Andalucía, el dialecto andaluz también viajó a las colonias españolas. Se volvió dominante en Argentina y Centroamérica, que eran regiones alejadas de la influencia de los centros administrativos del gobierno español. España perdió el control de sus colonias americanas en el siglo XIX, pero el idioma español continuó y es ahora el idioma oficial de casi todas las naciones latinoamericanas.

El español que se habla en las Américas difiere un poco del español europeo hoy día debido a que se tomaron muchas palabras de las lenguas de los indígenas. La mayoría de estas palabras reflejan características únicas de los nuevos territorios, tales como nombres propios, plantas y animales y características geográficas.

Los arabismos de nuestra lengua dan testimonio permanente de la convivencia de siglos que, en la península ibérica, tuvieron la cultura musulmana y la cristiana. Su adopción era inevitable porque son denominaciones que corresponden a otros tantos objetos o conceptos de diferentes órdenes culturales que se introdujeron en el mundo hispano. Veamos algunos ejemplos:

a) Golosinas = almíbar, alfajor, alfeñique, etc.

b) Pensamiento matemático = cero, cifra, álgebra, ajedrez (alfiles, jaques y mates).

c) Especulación científica = cenit, nadir, alquimia, íksir de la cual se deriva elixir, alcohol, alcanfor, etc.

d) Jardinería y horticultura = arrayán, alerce, albahaca, alhelí, azahar, jazmín, azucena, amapola, albaricoque, sandía, limón, naranja, etc.

e) Agricultura = almácigo, acequia, noria, zanja, alberca, alfalfa, algodón, arroz, azúcar, azafrán, acelga, berenjena, zanahoria, alcachofa, etc.

f) Economía y comercio = almacén, alcancía, almojarife, aduana, tarifa, arancel, pesas y medidas, etc.

g) Arquitectura y mobiliario = alarife, arquitecto, albañil, adobe, azulejo, tabique, alcoba, alféizar, alcantarilla, azotea, zaguán, aldaba, almohada, alfombra, etc.

h) Vestimenta y lujo = aljuba o jubón, gabán, alpargatas, cenefa, almizcle, benjuí, talco, alhajas, etc.

i) Música y regocijo = rabel, laúd, tambor, algazara, alharaca, albricias, etc.

j) "Arte" militar = alcázar, retaguardia, almirante, alcaide, adarga, alfanje, etc.

k) Literatura: zéjel, aljamiado, diván (colección de poemas), casida, gacela

Adjetivos = Baldío, baladí, zahareño, gandul, mezquino, etc.

Verbos = acicalar, halagar, etc.

Expresiones = fulano y mengano (pronombres indefinidos), de balde o en balde, he (partícula demostrativa), hasta (nexo sintáctico), ya y ojalá (interjecciones), si Dios quiere o que Dios te ampare, bendita la madre que te parió, el dueño de la razón, etc.

Es difícil poder determinar cuáles son las palabras de origen árabe, que son usadas en México y en España no, ya que aún cuando son zonas dialectales distintas, el origen es el mismo.

BIBLIOGRAFÍA

Buesa Oliver, t. "Problemas para la identificación del andalucismo léxico en el español de América", La infuencia andaluza en los nucleos urbanos americanos, Actas de las VII jornadas de Andalucia y América, Sevilla, Junta de Andalucía, 1990, 11 págs. 269-282.

Garrido Aranda: Moriscos e indios. Precedentes hispánicos de la evangelización en México, UNAM, Mexico, 1980; Elizabeth McMillian: Casa California. Spanish-Style Houses from Santa Barbara to San Clemente, Rizzoli, Nueva York, 1996.

Fernando Lara, L. (coord), Diccionario del esspañil usal en México[DEUM], El Colegio de México, 1996.

Haensch G. "Algunas consideraciones sobre la problemática de los diccionarios del español de América" LEA, 11, 2 (1980)

Lerner, I. Arcaísmos léxicos del español de América, Madrid. Cátedra.1996.

López Morales, H. Léxico, "América en sus palabras" La aventura del español de América, Madrid, Espasa-Calpe, 1998.

Moreno de Alba, J.G. diferencias léxicas entre España y América, Madrid, Mapfre, 1992.

 

 

 

Autor:

Braulio Lira

Partes: 1, 2
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