En el periodo que va de Colon a Cortes, la percepción del otro argumenta el autor, se modifica, de otro reducido a objeto, se abre con Cortez la comprensión del otro como sujeto reducido al papel de productor de objetos
Esta nueva comprensión no impide que se detenga la destrucción de los indios y de su sociedad; si bien los españoles en particular Cortez admiran a los indios, poniéndolos siempre un paso delante de los europeos, esto no implica que se equipare al otro con el yo europeo, con un reconocimiento pleno del sujeto indio. Este conocimiento del otro como productor hace gala que la comprensión de Cortez esta vinculada solo con fines de explotación. Esta comprensión que plantea el autor deviene en explotación terminando finalmente en la destrucción ¿Por qué ocurre esta modificación de actitudes? Aquí el autor se hace dos vías para explicar la situación, por un lado esta el deseo de la riqueza, que pasa a ser considerado desde una óptica moderna , en la que todos los valores se subordinan al dinero; y por el otro lado, estableciendo las diferencias de las sociedades con sacrificio respecto a las sociedades con matanza llega a la conclusión de que el homicidio español es fruto del hombre moderno, que surge a raíz de la perdida de contacto con su metrópoli y con la moral que lo rige en su país.
Esta situación que deviene en la consideración del indio como un ser desigual inferior al español, es la que posibilita la guerra como así también la esclavitud.
A esta posición basada en la desigualdad/inferioridad surge la concepción opositora de la igualdad, cuyo máximo exponente es B. Las Casas, su posición es analizado a través de los debates de Valladolid que enfrentan al dominico con Sepúlveda. Desde la posición lascasiana de la igualdad que deviene en identidad tampoco se llega a un entendimiento del otro, en el cual solo se presentan rasgos de un incipiente cristianismo, que permitiría llevar a cabo una política de asimilación con miras a reforzar el sistema colonialista. Es dentro de esta forma de conocimiento asimilacionista en la que no se llega a ningún conocimiento del otro como sujeto autónomo, sino que se impone al indio lo que los españoles quisieran que fueran, tanto en el caso de Cortez, como Las Casas y Vasco de Quiroga, entre otros
Por su parte aquellos que se identifican con el otro, en el caso del indio, son tratados a través de numerosos casos, el ejemplo mas recurrente es el de la Malinche, por el lado español, el autor solo menciona el caso de Guerrero, aunque si marca la existencia de diversas identificaciones parciales, tales como la de Cabeza de Vaca y la de los frailes analizados. Esta última visión que llevan a cabo los frailes tiene como objetivo evangelizar, pero también implica el conocimiento del otro. Así tanto Duran como Sahagún vienen a representar la unificación y el sincretismo de las dos culturas, anunciando un dialogo de culturas que caracteriza a nuestro tiempo (otra vez el análisis del pasado para comprender el presente) "un dialogo en el que nadie tiene la ultima palabra, en que ninguna de las voces reduce a la otra al estado de simple objeto. Duran y Sahagún abren así el camino en el que se reconoce al otro en tanto sujeto.
El segundo eje sobre el que versa la obra es el referido al proceso de conquista.
Todorov esgrime diversos factores que lleva a la conquista del indio, señala el comportamiento ambiguo y vacilante de Moctezuma, las divisiones internas que rigen en los diversos grupos que forman el Imperio Azteca, también esgrime la superioridad en materia de armas de los conquistadores; pero estos son analizados en torno a una base común, que a su vez los explica y define. Los españoles dominan por que poseen un aparato simbólico, basado en la escritura, que es mas desarrollado que el del "otro" recién descubierto, el cual esta basado en la oralidad. La escritura según el autor es un indicio de evolución de la estructura mental y en esta los europeos aventajan al indio, quienes poseen una estructura mental inferior debido a la falta de escritura.
Dentro de este marco el autor analiza el comportamiento simbólico (recepción y producción de los discursos y símbolos) primero de los indios y luego de los españoles. El análisis del indio se basa en la figura de Moctezuma, al que el autor toma como ejemplo de dicha sociedad, ya que es la personificación máxima de dicha civilización en el manejo de la palabra ritualizada. La sociedad azteca practica una comunicación basada en la interacción entre el individuo y el mundo natural y especialmente entre la persona y el mundo religioso. Es esta ultima la que rige la vida de los aztecas, interpretando los mensajes cargados siempre de una concepción religiosa, a través de formas notablemente elaboradas basadas en la adivinación en su vertiente cíclica o aquella basada en el presagio, dentro de una concepción cíclica del tiempo. Este éxito en la comunicación divina no va acompañado de una comunicación interhumana efectiva. A su vez la palabra que practica el indio es la palabra ritual, memorizada, que surge ante la falta de escritura, esta palabra ritual es una forma de conservar y asegurar de una generación a otra la identidad colectiva
La falta de escritura explica una evolución de la estructura mental inferior que revela el comportamiento simbólico general y explica, junto a una comunicación con el mundo, la concepción deformada que habrán de tener los indios para con los españoles, que al no poder equipararlos en un sistema de otredades humanas, lo analizan a través de su comunicación religiosa, llegando a la conclusión de que son dioses, en retorno de su reino.
Esta sociedad ritualizada, cíclica y profundamente religiosa se vuelve incapaz de resolver una situación en la que ahora predomina sobre todas las cosas la comunicación interhumana.
Esta comunicación interhumana es en la que resultan dominantes los españoles, especialmente Cortez, encargado de llevar a cabo la conquista. La necesidad de comprender, en el plano de las relaciones humanas, se vuelve determinante y de eso es consciente Cortez quien a través del manejo de la lengua logra encontrar las diferencias internas entre los distintos grupos que forman el Imperio Azteca, estas divergencias resultan decisivas en la fase final de la conquista.
Los españoles a raíz de su dominio en la comunicación, rápidamente logran identificar al indio en un sistema de otredades, pese a no conocerlo y ejercer un papel preponderante en la interacción comunicativa. En esta situación en la que Cortez entiende y habla el lenguaje indio, a través de diversos intérpretes, logra operar distintos datos a fin de recrear un mito propio del lenguaje del otro. Basándose en el retorno de Quetzalcóatl encarnado en el propio Cortez, se forma una concepción divina de los españoles la cual es aceptada momentáneamente por los aztecas, quienes se limitan a ver como se destruye su reino; cuando se den cuenta de la realidad, la situación ya había legitimado a Occidente sobre el mundo indio.
Este es a grandes rasgos el análisis que Todorov nos plantea en su obra, un análisis estructuralista en el que se olvida el papel del sujeto y se enfoca en las formas en que la conducta humana es determinada por las estructuras, en este caso lingüísticas, este desplazo del sujeto nos impide observar el papel que juega el hombre en la formación y transformación de las estructuras.
A su vez nos impone una visión claramente etnocentrista, que relega el papel que juega el indio en todo el proceso, el cual no es un sujeto tan pasivo, como gusta de mostrar el autor.
A raíz del choque cultural que significa el descubrimiento del otro, el indio se modifica a fin de sobrevivir recreando su propia identidad y apropiándose de elementos de los europeos, en este sentido el papel que juega el indio es el de un actor activo capas de configurar su pasado y presente tomando elementos propios de los europeos, tal es el caso de la escritura, de la que se apropian para preservar la cultura indígena, dejando de lado así la concepción de comunidades inmersas en la oralidad o privadas de memoria, a fin de cuentas esta re significación de la cultura india se extiende prácticamente a todos los ámbitos
Bibliografía:
Tzevetan Todorov. La conquista de América. El problema del otro. Siglo veintiuno editores Argentina. 2003
Serge Gruzinscki. La colonización de lo imaginario. Sociedades indígenas y occidentalización en el México español. Siglos XVI-XVIII. Fondo de Cultura Económica. México 1995
Serge Gruzincki. Las imágenes, los imaginarios y la occidentalización en Marcelo Carmagnani, Ruggiero Romano, Para una historia de América T. I. Fondo de Cultura Económica. México
Autor:Juan Cruz
Universidad Nacional de Mar del Plata
Argentina
Facultad de humanidades
Departamento de historia
[1] Dicha mirada es concebida como no-cultura o extracultura de acuerdo a la óptica de los sujetos históricos (se destacan Colon y Cortez, entre otros )
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