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Teorías marxistas (página 2)

Enviado por pedro disanto


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Plejanov puede ser considerado el primer crítico del marxismo, reclamaba para el escritor el dominio de las imágenes y no de la lógica o la razón, con lo que abogaba por una cierta libertad creativa, frente a las construcciones ideológicas que luego se exigirán a los autores literarios. Es por esto que es llamado el primer creador de una estética marxista, a través de escritos diversos que reúne en Cartas sin dirección (1912-1913), ocupándose de cuestiones como la distinción entre lo bello y lo estético: la belleza es un concepto histórico, mientras que la estética viene determinada por implicaciones sociales.

Ponía como ejemplo los efectos perniciosos que la decadencia del arte burgués había causado en el período histórico de las últimas décadas del siglo XIX, para aventurar con una nueva cultura de base proletaria, no impuesta por ninguna directriz ideológica, sino surgida de la atracción que el nuevo proceso político-social, que se estaba gestando en Rusia, iba a ejercer sobre los escritores. Más o menos, estas líneas de pensamiento fueron las predicadas a partir de 1924, aunque sustituyendo la teórica libertad con que el escritor habría de acercarse al proyecto revolucionario por la obligación de dar cuenta del mismo. Paradójicamente, Plejanov fue arrestado tras el triunfo de Octubre de 1917 y murió de 1918.

Los primeros postulados de la crítica marxista se ven escindidos por esta contradicción básica: hay unos fundamentos mínimos de estética romántica ( de donde provienen conceptos como la creación inconsciente o el pensamiento a través de imágenes) que serán sometidos a una revisión dialéctica, de la que se esperaba la fijación de unos criterios para adquirir la verdad a través de la obra literaria (claro es, la única verdad que tuviera que ver con las consignas proclamadas por el Partido). La crítica tiene que desvelar el juego de imágenes que la obra encierra e indicar las que faltan en ese texto para poner en evidencia las contradicciones que laten en la sociedad.

Estos planteamientos iban ser revisados, por un grupo de teóricos que podrán en juego otros planteamientos estéticos, cercanos a algunos de los presupuestos del estructuralismo, dando así lugar a nuevas direcciones estéticas. Se apuesta por la recuperación de los escritos marxistas decimonónicos y se intenta conjugar el pensamiento de Marx y de Engels. De ahí que se hable de "crítica neomarxista", ya que la inspiración esencial de estas posturas salta por encima de los esquemas ideológicos fijados en 1917 para configurar una nueva visión del arte, no dogmática, sino más cercana a categorías estéticas y culturales, valoradas en sí mismas.

Pieza fundamental de esta revisión será la obra –y consecuente evolución– de Georg Lukács, a quien se va a deber el primer alejamiento –no traumático- de la ortodoxia marxista, abriendo el camino para las posteriores interpretaciones filosóficas de esta ideología.

Lukács logrará que un conjunto importante del canon de lecturas clásicas occidentales sea aceptado en la Unión Soviética; es más, a partir de 1956, recuperará el control de su primer pensamiento para construir su principal aportación a la historia de la Estética. Del marxismo le interesa la posibilidad de explicar la historia mediante las leyes generales y particulares de la dialéctica, que valora lo absoluto y lo relativo unitariamente. Es una manera de integrar el materialismo dialéctico (el arte y la literatura desde la perspectiva de su evolución) con el materialismo histórico (las causas y los efectos de la obra artística en relación con la sociedad de la que provienen y a la que sirven).

Al ser el arte y la literatura un proceso, sus leyes y sus principios pueden claramente determinarse mediante el materialismo histórico. Asumirá la revisión del concepto de "realismo", tan unido a la ideología marxista.

El realismo crítico posee una amplitud de mira mayor que el "realismo socialista", por cuento éste sólo intenta concretar una perspectiva de análisis socialista, mientras que el primero tiende a enfrentarse a las líneas del sistema capitalista. Sistema que en el cuento elegido cobra sentido, ya que, existe una marcada determinación entre las clases (primera y segunda) que integran ese barco (que bien puede ser la sociedad).

Las afirmaciones propuestas por Lukács fueron las que suscitaron la mayor de las polémicas alas que este teórico húngaro dio lugar. Por una parte, se opusieron a él los miembros de la Escuela de Frankfurt, por otra, hay que contar con la defensa de la vanguardia que Bertold Brecht asumió frente a la que él consideraba estrechez de los cauces expresivos de Lukács; para Brecht, el escritor realista es un individuo condenado a la repetición de lo mismo, lo que le impediría llegar a conocer lo que, supuestamente, la realidad es en sí; Lukács contraatacó señalando que las ideas de Brecht nada tenían que ver con el espíritu de Marx y de Engels, lo que impidió que el dramaturgo alemán pudiera estrenar sus piezas en la Unión Soviética; y todo esto, teniendo en cuenta que ambos personajes compartían la misma idea sobre el valor cognoscitivo que debía darse a la obra de arte; en sí, los diferenciaba el método que uno y otro empleaban, ya que el dramaturgo alemán propugnaba lo que él llamaba "efecto de distanciamiento",experimentado con una serie de técnicas que permitieran obtener un conocimiento no prefijado de la realidad, donde cabía, incluso, la visión lúdica que puede exigirse a la forma artística..

Lukács defendió su noción de "realidad objetiva" y la posibilidad de descubrir las "causas ocultas" que laten bajo las formas reales. Estos planeamientos condujeron a la espinosa cuestión de definir "apariencias" y "esencia", consideradas en sí como fases de esa "realidad objetiva": Lukács afirma que el verdadero arte ha de diseñar un proceso dialéctico en el que la esencia se transforme en apariencia y pueda así conocerse.

En resumen, pretendía liberar a la crítica de los prejuicios que la aceptación de la teoría marxista podía constituir, pero no quería rechazar las categorías esenciales del marxismo; lo que hizo fue crear una interpretación global de la realidad desde ellas, para luego encuadrar la actividad creadora e individual del escritor.

 

 

Autor:

Di Santo, Pedro

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