- Resumen
- Introducción
- Importancia del juego en la escuela primaria
- La educación y el juego
- Conclusión
- Bibliografía
El juego puede resultar un reforzador de los valores que el niño comparte en la escuela, al mismo tiempo que mejora la práctica pedagógica; sobre todo, cuando el docente lo considera en su planificación como parte de sus estrategias, de allí que, el aprender resulte para cada uno de los niños, una experiencia motivadora, entusiasta, no tediosa, y a la vez de aprendizaje significativo.
Abstract The game can be a booster of the values ??that the child shares at school, while improving pedagogical practice; especially when the teacher considers in its planning as part of their strategies , hence , learning result for each of the children , a motivator , enthusiastic , not tedious experience, and at a time of significant learning.
Palabras clave: Juego, aprendizaje, práctica, escuela, estrategias. Keyswords: Play, learning, practice, school, strategies.
Actualmente, los docentes de Educación Básica llevamos a cabo cambios y transformaciones en nuestra práctica educativa, con el afán de encontrar estrategias para enseñar a nuestros alumnos a aprender a aprender, esto quiere decir, aprender para la vida, fortaleciendo los contenidos básicos, usando el término como aquello que permite adquirir, organizar y aplicar saberes de diverso orden y complejidad creciente.
Pensé en el juego como estrategia para lograr entre otras cosas: ganar el interés y la alegría de los alumnos; así como mejorar el quehacer de los profesionales que motivan los procesos de aprendizaje.
Hay juegos para desarrollar diversas habilidades y destrezas, que van, desde valorar nuestra cultura (juegos tradicionales y canciones), pensamiento lateral y lógico, desarrollo de la lectura y lenguaje, hasta habilidades, rapidez y destrezas físicas. Estas razones y otras tantas que surgen al estar tratando el tema, es por que debemos de cambiar lo tradicional y trillada transmisión de conocimientos, por procesos formativos que tengan mayor participación y flexibilidad para los alumnos y que además, tengan como referencia la realidad de los mismos.
En este sentido, resulta imperante orientar nuestra práctica pedagógica evitando el detalle exagerado y la rigidez y otorgándonos a los maestros un mayor margen de decisión para organizar nuestras actividades didácticas, uso de recursos para la enseñanza y la aplicación de actividades innovadoras en el Programa de Estudio de Educación Básica.
Importancia del juego en la escuela primaria
En la dinámica del juego entran en desarrollo completo el ansia de libertad, la espontaneidad en la acción, el espíritu alegra el anhelo de creación, la actitud ingenua y la reflexión, cualidades que en esencia distingue nuestro ser en el juego el hombre despoja todo lo que se encuentra reprimido, ahogado en el mundo interior de su persona. Desde el punto de vista psicológico el juego es una manifestación de lo que es el niño, de su mundo interior y una expresión de su mundo interior y una expresión de su evolución mental. Permite por tanto, estudiar las tendencias del niño, su carácter, sus inclinaciones y sus deficiencias.
En el orden pedagógico, la importancia del juego es muy amplia, pues la pedagogía aprovecha constantemente las conclusiones de la psicología y la aplica la didáctica. El juego nos da la más clara manifestación del mundo interior del niño, nos muestra la integridad de su ser. La importancia de los juegos se puede apreciar de acuerdo a los fines que cumple, en la forma siguiente:
a. Para el desarrollo físico.- Es importante para el desarrollo físico del sujeto porque las actividades de caminar, correr, saltar, flexionar y extender los brazos y piernas contribuyen el desarrollo del cuerpo y en particular influyen sobre la función cardiovascular y consecuentemente para la respiración por la conexión de los centros reguladores de ambos sistemas. Las actividades del juego coadyuvan al desarrollo muscular y de la coordinación neuro-muscular. Pero el efecto de la actividad muscular no queda localizado en determinadas masas, sino repercute con la totalidad del organismo. Hay cierta diferencia entre gimnasia y juego, la complejidad de los movimientos usados en el juego hacen de él un ejercicio sintético, mientras que la gimnasia resulta una actividad analítica que se dirige en ciertos momentos hacia un sector determinado del cuerpo. El juego, por constituir un ejercicio físico además de su efecto en las funciones cardio-vasculares, respiratorias y cambios osmóticos, tiene acción sobre todas las funciones orgánicas incluso en el cerebro. La fisiología experimental ha demostrado que el trabajo muscular activa las funciones del cerebro.
b. Para el desarrollo mental.- Es en la etapa de la niñez cuando el desarrollo mental aumenta notablemente y la preocupación dominante es el juego. El niño encuentra en la actividad lúdica un interés inmediato, juega porque el juego es placer, porque justamente responde a las necesidades de su desenvolvimiento integral. En esta fase, cuando el niño al jugar perfecciona sus sentidos y adquiere mayor dominio de su cuerpo, aumenta su poder de expresión y desarrolla su espíritu de observación. Pedagogos de diversos países han demostrado que el trabajo mental marcha paralelo al desarrollo físico. Los músculos se tornan poderosos y precisos pero se necesita de la mente y del cerebro para dirigirlos, para comprender y gozar de las proezas que ellos realizan. Durante el juego el niño desarrolla sus poderes de análisis, concentración, síntesis, abstracción y generalización. El niño al resolver variadas situaciones que se presentan en el juego aviva su inteligencia, condiciona sus poderes mentales con las experiencias vividas para resolver más tarde muchos problemas de la vida ordinaria.
El juego es un estímulo primordial de la imaginación, el niño cuando juega se identifica con el tiempo y el espacio, con los hombres y con los animales, puede jugar con su compañero real o imaginario y puede representar a los animales y a las personas por alguna cosa, este es el período del animismo en el niño. Esta flexibilidad de su imaginación hace que en sus juegos imaginativos puede identificarse con la mayoría de las ocupaciones de los adultos.
c. Para la formación del carácter.- Los niños durante el juego reciben benéficas lecciones de moral y de ciudadanía. El profesor Jackson R. Sharman de la Universidad de Colombia decía: "Educar al niño guiándolo a desarrollar una conducta correcta hacia sus rivales en el juego y hacia los espectadores".
d. Para el cultivo de los sentimientos sociales.- Los niños que viven en zonas alejadas y aisladas crecen sin el uso adecuado y dirigido del juego y que por ello forman, en cierto modo, una especie de lastre social. Estos niños no tienen la oportunidad de disponer los juguetes porque se encuentran aislados de la sociedad y de lugares adecuados para su adquisición.
El juego tiene la particularidad de cultivar los valores sociales de un modo espontáneo e insensible, los niños alcanzan y por sus propios medios, el deseo de obrar cooperativamente, aprenden a tener amistades y saben observarlas porque se dan cuenta que sin ellas no habría la oportunidad de gozar mejor al jugar, así mismo, cultivan la solidaridad porque no pocas veces juegan a hechos donde ha de haber necesidad de defender al prestigio, el buen hombre o lo colores de ciertos grupos que ellos mismos lo organizan, por esta razón se afirma que el juego sirve positivamente para el desarrollo de los sentimientos sociales.
La mayoría de los juegos no son actividades solitarias, sino más bien actividades sociales y comunicativas, en este sentido se observa claramente en los Centros Educativos; es ahí donde los niños se reúnen con grandes y pequeños grupos, de acuerdo a sus edades, intereses, sexos, para entablar y competir en el juego; o en algunas veces para discutir asuntos relacionados con su mundo o simplemente realizar pasos tratando confidencialmente asuntos personales.
Es interesante provocar el juego colectivo en que el niño va adquiriendo el espíritu de colaboración, solidaridad, responsabilidad, etc. estas son valiosas enseñanzas para el niño, son lecciones de carácter social que le han de valer con posterioridad, y que les servirá para establecer sus relaciones no solamente con los vecinos sino con la comunidad entera.
La importancia del juego en la educación es grande, pone en actividad todos los órganos del cuerpo, fortifica y ejercita las funciones psíquicas. El juego es un factor poderoso para la preparación de la vida social del niño; jugando se aprende la solidaridad, se forma y consolida el carácter y se estimula el poder creador.
En lo que respecta al poder individual, los juegos desenvuelven el lenguaje, despiertan el ingenio, desarrollan el espíritu de observación, afirma la voluntad y perfeccionan la paciencia. También favorecen la agudeza visual, táctil y auditiva; aligeran la noción del tiempo, del espacio; dan soltura, elegancia y agilidad del cuerpo.
La aplicación provechosa de los juegos posibilita el desarrollo biológico, psicológico, social y espiritual del hombre. Su importancia educativa es trascendente y vital. Sin embargo, en muchas de nuestras escuela se prevalece el valor del aprendizaje pasivo, domesticador y alienante; no se da la importancia del caso a la educción integral y permanente. Tantas escuelas y hogares, pese a la modernidad que vivimos o se nos exige vivir, todavía siguen cargados de tradicionalismos.
La escuela tradicionalista mete a los niños a la enseñanza de los profesores, a la rigidez escolar, a la obediencia ciega, a lo no crítico, pasividad, ausencia de iniciativa. Lo único que importa cultivar es el memorismo de conocimientos. El juego está prohibido o en el mejor de los casos admitido solamente al horario de recreo.
Frente a esta realidad la Escuela Nueva, que es la que enfatiza la importancia que tiene que el educando asuma un papel activo, consciente de lo que desea aprender, en consecuencia con sus posibilidades e intereses, lo que trae aparejado un cambio importante de las funciones que entonces debe realizar el profesor en el desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje que posibilite alcanzar realmente, de forma medible, los objetivos propuestos.. Es una verdadera metamorfosis en el pensamiento y accionar pedagógico. Tiene su origen en el Renacimiento y Humanismo, como oposición a la educación medieval, dogmática autoritaria, tradicional. Tiene la virtud de respetar la libertad y autonomía infantil, su actividad, vitalidad, individualidad y colectiva. Es paidocentrista. El niño es el eje de la acción educativa. El juego, en efecto, es el medio más importante para educar.
Por lo que respecta directamente a la Educación primaria desde el primer grado los niños van adquiriendo una autonomía creciente, primero de movimiento, tanto para desplazarse en el espacio físico como en la actividad manipulativa más fina; después, se despliegan las plenas posibilidades funcionales del lenguaje. Las nuevas capacidades de lenguaje y de pensamiento facilitan la comunicación e interacción, causa y efecto de una construcción social propia del niño, en la cual la relación entre iguales es fundamental. A través de estas relaciones, el pequeño va conformando un juicio y una posición moral autónoma y, todo ello, converge en la elaboración del autoconcepto y la autoestima.
La lógica organizativa, desarrollada durante esta etapa, tiene en los juegos de reglas un magnífico aliado. Estos juegos sirven a diferentes objetivos:
La fijación del pensamiento razonador, aprendiendo a clasificar, conservar y operar mentalmente, a partir de ciertos criterios. La transmisión cultural, ya que los niños y niñas son capaces de recoger las tradiciones que han ido pasando de generación en generación.
El establecimiento de redes sociales entre iguales, creando relaciones de amistad y compañerismo que aportan experiencias de aprendizaje para la convivencia.
Considerando los aspectos evolutivos y psicopedagógicos de las edades que comprende, las siete áreas de conocimiento establecidas en esta etapa son: el conocimiento del medio: natural, social y cultural; matemáticas; educación artística; lengua y literatura; y educación física. Para todas estas áreas, el uso del juguete (que, ahora sí, podríamos denominar didáctico) puede ayudar a adquirir unos conocimientos precisos, desarrollar unas actitudes adecuadas y lograr la comprensión de los procedimientos de aprendizaje utilizados.
Las estrategias de aprendizaje por medio del juego deben ser innovadoras, motivantes y que promocionen realmente al aprendizaje. Así con estas actividades, cualquier momento que se pase en el aula lo disfrutan tanto los alumnos como los docentes.
Es una situación que permite correr riesgos, hay que atreverse, inventar en beneficio del proceso de aprendizaje.
Como el fin que se persigue es la aplicación de los juegos, se proponen juegos para que en las clases se realicen tomando en cuenta en primer lugar, las competencias que se pretenden fomentar en el grado seleccionado y luego las habilidades del docente para desarrollarlas, sin olvidar que cada grado tiene niveles de dificultad variados, entonces en cada clase hacer los ajustes necesarios para lograr esas competencias.
Como el fin es consciente y su consecución aporta vivencias significativas – en cada uno de los integrantes del grupo– entonces -el juego- se convierte en una estrategia de aprendizaje lograda a través de las actividades lúdicas -con la creatividad del docente y de los estudiantes-, en un ambiente donde no exista presión para que aprenda, sino que se realice en forma espontánea y libre como es la forma de actuar de los niños.
Díaz Vega, José Luís. (1997) El juego y el juguete en el desarrollo del niño. Ed. Trillas. México.
ERIKSON, ERIK H. y otros. Juego y desarrollo. Grupo Editorial Grijalbo Barcelona España 1972.
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Gutiérrez, H. (1994). Estrategias instruccionales. Caracas, Venezuela: Editorial L. A.
Autor:
Ma. Inés Vicuña Carpinteiro.