Introducción
Una investigación, no sólo se hace justicia por sus resultados, sino que debe auxiliarse de otras herramientas para poder comunicar del mejor modo posible los resultados a los que se ha llegado luego de tanto esfuerzo. Éste es el caso del, cada vez más extendido, uso de las presentaciones digitales[1]las que se han revelado como una vía muy eficaz en situaciones comunicativas en las que el ponente u orador se enfrenta a un auditórium amplio y diverso. Este uso extendido de la tecnología digital anota un nuevo desafío a la investigación y el desarrollo de la informática: la capacitación de los usuarios para una mejor y eficaz explotación de las herramientas digitales que tiene a su alcance.
En las últimas décadas se han diseñado diversas aplicaciones de escritorio, que nos dan la oportunidad de expresar, a través de medios de presentación de la información (o multimedios), nuestros resultados acerca de una investigación en particular, por ejemplo: Microsoft PowerPoint®, Macromedia Flash, OpenOffice Impress[2]NeroPhotoShow, Proshow Producer, etc. El hecho comunicativo es el resultado de la interacción de diversos lenguajes, cuya correcta codificación es cada vez más importante en un mundo saturado de imágenes, sonidos y estímulos que inundan la mente de los seres humanos. Estos softwares permiten la implementación de múltiples códigos de comunicación (imagen, sonido, movimiento, etc.), de modo que el éxito de una presentación pública en nuestros tiempos puede tener un sólido apoyo en las habilidades del orador o emisor en el uso correcto y oportuno de las herramientas digitales mencionadas. Si bien podemos hablar de los multimedios como apoyo, podemos hablar también de ellos como mecanismos de compensación de las deficiencias del orador y como herramienta de auxilio al momento de realizar una exposición, permitiéndole manifestar de forma clara, precisa y ambientada, cada idea.
Materiales y Métodos
En la actualidad existe una multiplicidad de diseños para una presentación digital. Este amplio inventario de composiciones nos da un espectro de posibilidades muy variado, el cual es fácilmente adaptable a las disertaciones que se pretenden ambientar. La composición correcta, o sea, la ambientación correcta, permitiría a los receptores visualizar los conceptos a la vez que los escuchan. Pero en la realidad las presentaciones empleadas no son siempre factibles. El objetivo de este artículo será: divulgar los errores que se cometen al llevar a cabo este tipo de diseño; y ofrecer al lector una serie de pautas para la reflexión sobre maneras óptimas para la exposición en presentaciones digitales de los resultados de un modo interesante y personalizado, utilizando cualquiera de las herramientas.
Fueron creados 8 grupos que abarcan los ámbitos que sirven de asiento al diseño de presentaciones digitales: la herramienta utilizada habitualmente, la cantidad de diapositivas en las presentaciones, la composición gráfica de los fondos, el formato del texto a mostrar, las inserciones del tipo gráfico y tabular, además de efectos y animaciones y la importancia que deriva su utilización. Fue aplicada una encuesta a un grupo de personas que de una forma u otra habían utilizado este tipo de presentaciones.
Resultados y Discusión
De la muestra escogida, el 57,7% correspondió con profesores, el 30,8% a estudiantes y el 11,5% restante se dedicaban a otras tareas. Del total, el 53,8% había diseñado en algún momento presentaciones de al menos 30 diapositivas, lo que indica que la cantidad de diapositivas es considerada un obstáculo al momento del diseño de las presentaciones digitales. Como era lógico, los tipos de aplicaciones utilizadas para este tipo de presentación fueron escasas, sólo dos puntuaron en el análisis de los datos y éstas fueron: Microsoft Office PowerPoint® con un 84,6% de utilización, y en segundo lugar, el OpenOffice Impress, de código libre, con el 19,2% restante.
El 65,4% aplica el mismo diseño de fondo para todas y cada una de las diapositivas de la presentación, lo cual es índice de una subexplotación de las innumerables potencialidades gráficas de ambas aplicaciones. Para la configuración gráfica del fondo de las presentaciones: ni rojo, ni marrón, ni naranja, ni violeta puntuaron como colores de fondo sólido para las diapositivas. Mientras que sólo el azul, con un 69,2% y el blanco con un 50% se sitúan por encima de la media porcentual del uso de los colores, azul, amarillo, verde, blanco y negro; lo que muestra un desconocimiento de las propiedades de los colores y una sugestión por lo que se aconseja como estándares de diseño de presentaciones digitales, que no hace más que poner barreras a la imaginación y el sentido común del usuario directo de la aplicación. Siguiendo los resultados consiguientes, el 23,1% de la muestra incorpora imágenes a los fondos. Este bajo valor de preferencia muestra un tremendo arraigo al concepto que plantea que: las imágenes más que ambientar la presentación, desvían la atención del receptor, lo cual no es del todo falso, pero cabría analizar otros elementos como la relación de la imagen con el contenido global de la exposición o su mero carácter decorativo.
En cuanto al color del texto a agregar como título o texto normal, sólo tres colores sobrepasaron la media porcentual: el negro con un 76,9%, el blanco con un 38,5% y el azul con un 30,8% de preferencia. Este es un factor primordial a la hora de insertar texto en la presentación, ya que se debe tener en cuenta además del color, el tamaño del texto y el interlineado, debido a que este objeto debe ser percibido por todos los asistentes a la presentación. Sólo el 38,5% agrega efectos de negrita, cursiva y subrayado al formato de los títulos, a la par que un 11,5% los agrega al texto normal de las diapositivas. El efecto WordArt, tan atrayente y socorrido a la hora de diseñar un título, es sólo utilizado por el 33,3%, y lógicamente sólo un 6,7% lo utiliza en el texto normal.
En el campo de las animaciones hay quienes prefieren elementos estáticos durante su presentación (65,4%), o que no agregan estos efectos por no perder tiempo durante el diseño (42,5%), ignorando que ciertamente no perderá tiempo, pero que si no es capaz de expresar sus ideas claramente y de forma precisa y organizada, perderá la atención del público que le escucha y de esta forma, decaerá la atención y el interés del auditorio en la exposición, la que no sería ya un elemento didáctico a la hora de exponer un trabajo sino solamente una ayuda gráfica que apoya los enunciados.
Puede que la falta de experiencia y conocimiento de la herramienta utilizada para este tipo de diseño, sea quien haya influido en que sólo el 15,4% incorpora sonidos, y que el 14,6% inserta imágenes simbólicas o decorativas a las presentaciones digitales. La multimedia es la base en la que deben ser diseñadas todas las presentaciones digitales, es la forma de presentar información empleando una combinación de texto, sonido, imágenes, animación y vídeo que, en su conjunto, ocupan a dos de los cinco sentidos humanos que intervienen en la cognición en los procesos de atención, percepción, memoria, razonamiento e imaginación: el oído y la visión.
La inserción de otros elementos visuales, dígase los gráficos propiamente dichos (gráficos de pastel, de barras, histogramas de frecuencia, etc.) y las tablas, está más o menos balanceada, ya sea por la comodidad del usuario o por la complejidad en crearlos, de esta manera, un 84,6% inserta gráficos y tablas creadas por el individuo mismo, en correspondencia con un 38,5% que copia y pega estos elementos.
Durante la encuesta surgió una gran variedad de valores objetivos atribuidos a estas aplicaciones, algunos de ellos son: facilitan el trabajo de la enseñanza; valen como guía de exposición; se utilizan como material didáctico muy útil; son un instrumento que posibilita el aprendizaje; tienen varias opciones que pueden ser utilizadas para ambientar la exposición; son buenos para expresar las ideas; sirven para mostrar los conceptos de manera sintetizada; sirven como material de apoyo durante la enseñanza y son medio auxiliar en ejercicios académicos o sesiones de trabajo; entre otras. Pueden agregarse muchas más, ya que es un tema que varía de acuerdo al uso que se le dé a este tipo de presentación. Lo que debe quedar bien claro es que, sin duda alguna, este tipo de presentación nos auxilia en situaciones en que las palabras no son suficientes para enseñar, ofrecer nuestra opinión acerca de algo o simplemente, hacernos creíbles.
Un buen diseño sería aquel que utilizara, sin límites, la cantidad de diapositivas que se necesiten, de acuerdo al tiempo impuesto para la presentación. Si el tiempo es como máximo, de 15 minutos, una presentación compuesta por 10 diapositivas, incluida la del título, serían suficientes para abarcar esa cantidad de tiempo; si por el contario, el tiempo de exposición del contenido es mucho mayor, pues no se debe limitar la cantidad de diapositivas, ya que el esfuerzo para mostrarlas puede ser nulo, o en cualquier caso, mucho menor que el que invertimos para diseñarlas con el objetivo de mostrar ideas.
En adición, una presentación que muestre monótonamente la misma composición gráfica de fondo (ya sea color sólido, degradado o una imagen a todo color o en variaciones de color) constituye una barrera física que obstaculiza el proceso de atención, asimismo contribuye a la distracción del observador, es por ello que se debe variar el fondo en diapositivas en las que se muestren algún contenido que deba fijarse en la memoria de los que acuden a la presentación, algo que les recuerde el contenido que ambienta; o que simplemente se varíe el fondo para que el auditórium se sienta atraído por la presentación. Además, la correcta elección del color de fondo o del tinte degradado de una imagen vale de mucho también en estos casos, para ello se debe conocer el impacto sicológico de cada color, de esta manera el azul y el verde, generan tranquilidad y facilitan la atención, el rojo y amarillo contribuyen a la indisciplina o agitación que se utilizarán con mucho cuidado, cuando se desea crear un debate entre el público, el blanco, disminuye los niveles de atención, el naranja aumenta la ansiedad y el negro la sensación de distanciamiento o de intimidación.
Utilizar las imágenes estándar conocidas por todos o que vienen por defecto en la aplicación, no sólo contribuye a la disminución del interés, sino que produce la pérdida de expectativas en el circuito de la comunicación. No causa buena impresión y suele provocar una reacción desfavorable. Los recursos que existen en la web son capaces de ayudarnos y siempre están a nuestra disposición. Asimismo emplear las plantillas de presentación que aparecen por defecto en las aplicaciones ayudará a que la disertación sea igualada a la de todos los demás. Una plantilla personal o personalizada dice bastante más, y si se adapta bien a las características de lo que queremos contar, mejora la eficacia del proceso cognitivo.
Además, deben ser incluidos, en cada diapositiva, sólo los puntos principales del tema a presentar, pues una diapositiva con demasiado texto, sin un interlineado y un tamaño de fuente propicios a la lectura, constituye también una barrera física que abre las puertas a la falta de atención, ya que sólo se pueden distinguir líneas acumuladas en lugar de texto, lo que crea una interferencia en la comunicación, al conspirar contra la capacidad de entendimiento del público frente a lo que se le muestra. Por otra parte si se va a incluir todo lo que vamos a decir verbalmente en las diapositivas, es mejor decirlo a viva voz o entregarlo por escrito a los que acuden a nuestra presentación. Por estas razones nunca debe sobrecargarse la diapositiva con demasiado texto, la diapositiva sólo debe servir de apoyo visual.
Los datos tabulados deben ser expuestos con suma precaución, ya que una tabla de más de 6 columnas por 8 filas, que muestren datos de tipo texto y numérico a un tamaño de fuente prudente, ya no se aprecian por toda la audiencia, sería de muy difícil percepción la tabla en su conjunto; una tabla con éstas características sólo ayudará al desinterés del público que no se siente capaz de distinguir lo que se muestra.
La utilización de los gráficos puede ser una vía de fértil explotación, que tome en alguna medida, el lugar del texto durante una exposición, ya que los recuerdos textuales son menos claros y detallados que las percepciones visuales, a veces una imagen memorizada es completa en cada detalle y nos ayuda a razonar y entender un significado. Estos gráficos deben referirse al tema que manejan, deben además ilustrar un punto en concreto y no todo un concepto, ya que entonces se estaría creando un dibujo animado y, por último, estos gráficos deben ser lo suficientemente grandes para verlos con claridad. En este punto, es también conveniente recordar el uso correcto de los colores.
Paralelamente a los gráficos, debe también hacerse uso de las animaciones, los efectos de sonido y de transición entre diapositivas. Un gráfico de barras animado, donde las barras vayan aumentando de tamaño, indicando que creció, por ejemplo, el número de consumidores del explorador web Opera, en comparación a otros tiempos, nos da la idea de que realmente, y no sólo viendo los datos de la investigación, la cantidad de personas que utilizan este programa ha aumentado, es percibido por el auditórium mismo, mediante el crecimiento animado de la barra, no se dejan llevar sólo por el significado numérico de una cifra. Debemos tener en cuenta la rapidez de la animación: animaciones rápidas, para mostrar resultados, animaciones intermedias, para mostrar conceptos, y animaciones lentas para mostrar características enumeradas. Así también, el cambio entre diapositivas o transición, debe escogerse y no siempre ser el mismo durante una presentación, ya que se pierde la atención del auditórium. Una transición drástica, resuelta, y a la vez atrayente, es conveniente a la hora de convencer al público de que realmente la idea que exponemos se basa en hechos inexcusables.
El sonido, es un efecto que estimula al oído, que en adición al sentido visual, que hasta aquí se ha enseñado a conquistar, son los que en primer lugar aseguran una correcta atención, característica que se debe utilizar al máximo de sus posibilidades sin abusar de los sonidos hasta el punto de que sean perturbadores.
Otra barrera física, que puede ser calibrada es, por ejemplo, que la presentación se vaya a efectuar en un local muy grande, y que sólo se dispone para exponer del monitor de un ordenador. En este dispositivo, en su tamaño estándar de 14 pulgadas, sólo se distinguirán claramente textos y gráficos (a un tamaño de fuente cómodo para la lectura) a no más de aproximadamente 3 metros de distancia. Para un local de más de 3 metros de profundidad, se necesita o un monitor de mayor tamaño o un amplificador de imágenes. El sonido, que es otra variable a tener en cuenta durante una presentación digital, debe estar garantizado por un amplificador de sonido, o micrófono, para el ponente, en casos de locales de mayor tamaño, y bocinas digitales acopladas al ordenador para los sonidos insertados en la presentación.
Al igual que las maneras de hacer, existen infinidad de usos reales de estas herramientas, hay quienes la utilizan para leer lo que en ellas se muestra y, si el ponente se limita a leer lo que puede verse, pues puede limitarse a pasar las diapositivas preguntando solamente "¿puedo pasar a la siguiente?" En casos como estos o sobra el orador, o sobra la presentación.
Conclusión
Según estudios realizados por William Glasser, destacado psiquiatra norteamericano "aprendemos el 10% de lo que leemos, el 20% de lo que oímos, el 30% de lo que vemos, el 50% de lo que vemos y oímos al unísono, el 70% de lo que discutimos con otras personas, el 80% de lo que intentamos aprender y el 95% de lo que enseñamos a otras personas"[3]. Si esta teoría es correcta, tener la posibilidad de acompañar cualquier exposición oral de materiales digitales de apoyo confeccionados pensando en la respuesta positiva del que escucha y no hacerlo, es desperdiciar entre un 30% y un 40% aproximadamente de la atención posible de nuestros interlocutores. Es muy importante para el ponente ganar la atención de la audiencia, ya que la atención y la retentiva, como hemos venido diciendo, son dos indicadores del aprendizaje estrechamente relacionados entre sí. Perder de vista esta relación produce una deficiente trasmisión de conocimientos y, por tanto, no se logra la comunicación eficiente de los resultados de la investigación.
Hoy los retos para los profesionales, estudiantes y demás personas que utilizan las presentaciones digitales están en conocer y explotar las funciones y facilidades que brindan estas aplicaciones, defendiendo, desde su posición de creador-conocedor, las estrategias de diseño que hayan utilizado. A quienes imparten conocimiento, debaten un tema en particular, o presentan información, no puede olvidárseles sus innegables aportes al desarrollo mismo del diseño digital, y quienes protagonizan el acto de comunicar no deben perder de vista que ellos son parte de un sistema. Ponentes y presentaciones digitales viajarán unidos, para beneficio de ambos y, el uno, sirviendo a la otra, para generar espacios de una comunicación diferente.
Bibliografía
1. Microsoft Encarta 2009. Cognición. 2009. Disponible en: Microsoft Student con Encarta Premium 2009 DVD.
2. Programas-gratis.net. Presentaciones Multimedia. 2008. Disponible en: http://www.programas-gratis.net/descargar-bajar/presentaciones-multimedia
3. SlideShare Inc. ¿Qué es una presentación digital? 2009. Disponible en: http://www.slideshare.net/
4. WebUsable. El significado de los colores. 2009. Disponible en: http://webusable.com/coloursMean.htm
Autor:
Hanssel Vidal Pelaez
[1] Producto multimedia resultado de un programa de cómputo especializado y dedicado a la creación y visualización de diapositivas digitales.
[2] Del paquete de programas OpenOffice.org (software libre).
[3] Glasserin, W. Seven Ways of Knowing. Philadelphia: Editorial Reviews; 2005. pp 530.