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La Obesidad Juvenil (página 2)

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

En otras palabras, que si poner alguien a dieta es cosa seria, hacerlo con un niño es mucho más complicado.

En un orfanato en el cual laboráramos de voluntarios, tuvimos a varios niños en tratamiento, cuya obesidad fue el resultado de estrategias nutritivas que se pasaron del "comer para vivir" y que se volviesen "comer para gustar" (o "vivir para comer"). En esta situación especial, hemos corroborado la creencia de que los grupos de apoyo mutuos, para todas las edades, por medios de los cuales se fomenta la motivación al cambio y la educación, poseen un valor decisivo en el manejo de este delicado problema.

En niños de clases más privilegiadas, la situación se complica, ya que la indulgencia "gastronómica" se resuelve con la adquisición de comidas (substitutos) dietéticas de precios (a veces) muy altos, y de utilidad indeterminada. He aquí, donde a menudo encontramos la situación paradójica de ver a figuras en autoridad contradecirse a ellas mismas, tratando de fomentar el abandono, tan frecuente como subrepticio, de la dieta a la cual se ha asignado al niño. Madres y abuelas que ofrecen el azúcar, al pobre muchacho prohibido, para ganar su cariño… En esta situación, típicamente el adulto, se entromete en nombre del disminuir las privaciones asociadas con actividades que requieren, sacrificio y auto disciplina, como demandan todas las dietas. Los resultados de estas actitudes incongruentes pueden tener resultados devastadores para el desarrollo armonioso y emocional niño.

Brevemente usaremos el caso de Dino para ilustrar el dilema

Dino ganó mucho peso durante el primer año de su vida.

Debido a tensiones que, por ser desagradables para padres en un matrimonio conflictivo, pretendieran ignorar, el niño sucumbió a un sobrepeso masivo que interfería con la locomoción y su habilidad de sostenerse en la posición erguida, aún con soporte.

Siguiendo la pauta común. Nada se hizo hasta que la existencia de un PDD se descubriera por serendipia, ya que nadie en este país estaba preparado para reconocer su diagnóstico.

Dino, establecido en una situación terapéutica intensiva, siguiendo un plan nutricional controlado, respondió dramáticamente dejando de ser gordo — lo hizo a pesar de que su papá oponía el tratamiento por razones narcisistas (Véanse los artículos: La Universidad Digital Exegeta de Salud, El Narcisismo Patológico, La Doctora Artemissa y Noches de Bellatrix).

Finalmente, existe otro aspecto importante a los esfuerzos a tratar de encontrar una solución (cualquier solución) a este problema: Como es el uso de los servicios de un "spa" para niños. Veremos por qué. En el medio ambiente de un "spa", las estadísticas del Gobierno Estadounidense, suministran muy poco material con que confortar a los que se adhieren a estos sistemas, ya que se reporta un porcentaje muy alto de recaídas y existen casos documentados de "spas" cuyos dirigentes han sido sometidos a la Justicia, por haber hecho afirmaciones fraudulentas y engañosas, para atraer su clientela.

Debido al fracaso rotundo de los "expertos", recientemente, la prensa norteamericana reporta el incremento de las cirugías gastroplásticas en la juventud y en los niños… Lo hacen sin pensar en las complicaciones ulteriores y en nada más que en habilitar el cuerpo para comer más.

En resumen

Idéntico como sucede con la obesidad infantil, ocurre con la del adulto, los riesgos son muchos, la calidad (y aún la duración) de la vida están comprometidas y el tratamiento (cualquier método de tratamiento que se escoja) está lleno de incertidumbres.

La prevención, vía la educación, resulta en la mejor (sino en la única) de todas las opciones.

Pero, es un hecho que a nadie le gusta renunciar comer el azúcar…

Ahora continuaremos con otra lección pertinente a ésta…

El Caso Difícil Número 13 —

Dr. Félix E. F. Larocca

La obesidad infantil: Gustavo

Gustavo, joven preadolescente, estaba en medio de su terapia, cuando preguntara lo siguiente: ¿Usted le pega a sus gatos?

Le expliqué, que a nadie se le pega, especialmente, a nadie se le castiga si no puede entender la naturaleza del castigo.

Para Gustavo, era diferente, desde muy pequeño, su papá lo humillaba por ser "retardado" y le pegaba con una correa.

Como víctima de un trastorno del desarrollo, este mozuelo, carecía de talentos sociales y de coordinación para lograr ser el atleta que el papá ansiaba de su hijo varón. Gustavo, a menudo se sentía malentendido y se sumía en depresiones profundas, en medio de las cuales sus sueños se tornaban en pesadillas desagradables y aterrorizadoras.

"Yo veo la sombra de un hombre fuerte con un fuete en la mano. Me llama, en el sueño, ‘Gustavo, maricón… ¿dónde estás, maldito? Ven para que nunca olvides el momento en que nacieras’…"

Pesadilla…

Pensemos acerca del castigo físico contra el niño

Algunos investigadores afirman que todo acto de violencia por parte de un adulto contra un niño, sin tener en cuenta lo breve o leve que sea, deja una cicatriz emocional que dura para toda la vida. Podemos demostrar esto hasta cierto punto mediante nuestra experiencia personal. La mayoría de nosotros admite que los recuerdos más vívidos y más desagradables de la niñez son aquellos en los que fuimos lastimados y decepcionados por nuestros padres. Para algunas personas el recuerdo es tan desagradable que hacen como si fuera algo trivial o hasta divertido. Éste es el fenómeno de la Negación. Advertirán que sonríen cuando describen lo que les pasara, por vergüenza y no por placer que lo hacen. Como un medio de protección contra el dolor que sienten en el presente, disfrazan el recuerdo de los sentimientos del pasado.

En un intento por negar o restarle importancia a los peligros inherentes a dar nalgadas, muchas personas que lo practican razonan que: "Dar nalgadas es muy distinto al abuso físico de un menor," o "Una palmadita en las nalgas nunca le hizo mal a nadie."

Pero se equivocan.

Una buena comparación con las nalgadas es cuando alguien se intoxica con la comida. En la mayoría de los casos las víctimas de la intoxicación se recuperan aparentemente sin ningún tipo de daño permanente. Pero ¿quién quiere pasar por ello? El simple hecho de que es factible que la persona sobreviva no es la prueba de que la experiencia haya sido beneficiosa.

Los padres de familia informados reconocen que el dar nalgadas a los niños es como rociarles la comida con una sustancia tóxica: no tiene ningún resultado positivo y el riesgo es muy alto.

Pero algunos padres de familia preguntan: "¿Cómo puede decir que es un padre de familia responsable si no agarra al niño que está a punto de salir corriendo a cruzar la calle y no le da una buena paliza para que recuerde su advertencia sobre los peligros de la calle?"

En realidad, darles nalgadas a los niños los pone en un estado de confusión emocional abrumador, lo cual les hace difícil aprender las lecciones que los adultos dicen que están tratando de enseñar. El darles lo que se llama una "buena paliza" en realidad puede servir al adulto para exteriorizar su enojo, pero a expensas de que sea el niño quien sienta el enojo. Mientras que el alivio del adulto es temporal, el efecto causado en el joven es permanente. Las palizas no enseñan a los niños que los automóviles y los camiones son peligrosos sino que les enseña que son los adultos, de quienes ellos dependen, los que son peligrosos.

"A mí me duele esto, más que a ti…"

Se ha perdido la confianza. El niño golpeado es menos capaz de considerar al padre de familia como una fuente de amor, protección y consuelo, que son elementos esenciales para el desarrollo saludable de todos los niños. En los ojos de los niños, los padres ahora parecen ser la fuente de peligro y de dolor.

El resentimiento y la falta de confianza que son el resultado de las palizas, sabotean el sentimiento de cariño del niño por los adultos más importantes de su vida. El niño que ha sido traicionado de esta manera, así como el niño que ha sido privado de la comida, el calor o el descanso adecuados, sufren y no madura de la mejor manera posible.

Las amenazas. Algunos padres de familia raramente les pegan a sus hijos o nunca lo hacen, pero siempre los amenazan con hacerles cosas terribles. "Si no te callas mientras estoy al teléfono, te voy a cerrar la boca cosiéndotela con una aguja bien grande," o "Mejor que te cuides o alguien te va a cortar los dedos. Eso es lo que les pasa a los niños que andan tocando las cosas de los demás." Para ellos es más fácil manejar a los niños de esta manera, por lo menos sin reflexionar.

Al principio, mientras los niños creen las amenazas de los mayores, obedecen por miedo. Pero pronto aprenden a disimular y a mentir con el fin de evitar los terribles castigos que ellos creen que les van a dar. Más adelante, cuando descubren que son amenazas vacías, llegan a la conclusión que los adultos son mentirosos.

Cuando se menoscaba la confianza entre los niños y las personas que los cuidan, también se menoscaba la capacidad de los niños de poder desarrollar relaciones basadas en la confianza con otras personas. Esto los puede incapacitar para que alguna vez logren una relación de cooperación o de intimidad con otros. Las personas que han sido lastimadas de esta manera tienden a ver a todas las relaciones como una manipulación, como tratos que se ganan o se pierden. Ven a la honestidad y la veracidad de los demás como una debilidad que se puede explotar, exactamente como se lo hicieron a ellos.

La fuerza

Las palizas les enseñan a los niños que la interacción humana se basa en la fuerza, que el que tiene más fuerza está en lo correcto. Cuanto más se golpee a un niño, será más probable que cuando el niño sea un adulto se relacione con otros mediante la fuerza y no mediante la razón o el buen ejemplo. ¿Qué tipo de persona estamos describiendo?

Se trata del psicópata, del perfil de la personalidad narcisito, del matón, se trata del violador, se trata de quien le pega a su mujer, se trata del charlatán, del tramposo, del estafador, del pillo, cada uno de ellos es esta persona. Y también lo son los cobardes y los parásitos quienes obtienen su poder por medio de otras personas como las que acabamos de enumerar.

Las agresiones conyugales y el maltrato de los niños

En la abrumadora mayoría de los casos, los esposos y esposas que tienen una relación violenta, también la tienen con sus hijos. Seguramente a estos padres de familia también les han pegado cuando eran pequeños y han visto a otros ser castigados físicamente.

Los cónyuges que golpean y los que son víctimas también lo hacen con sus hijos y de esta manera los están criando para que también ellos sean los perpetradores y las víctimas del maltrato físico con lesiones, exactamente como lo son ellos. Los niños aprenden del ejemplo que les dan los padres que la manera de exteriorizar la frustración, de expresar la desaprobación y de ejercer la autoridad es pegándole a alguien más pequeño y más débil que ellos mismos. Cada vez que son testigos de una pelea entre los padres ven la demostración de este principio, así como lo ven cada vez que ellos reciben el castigo violento.

Hablemos otra vez, y por petición de muchos, del Síndrome de Asperger

El síndrome de Asperger es un trastorno generalizado del desarrollo que provoca problemas sociales y del comportamiento. El autismo es otro de los problemas del desarrollo que caen dentro de esta categoría. Por contraste, los niños con síndrome de Asperger generalmente tienen una inteligencia normal y no tienen los problemas de lenguaje típicos del autismo.

Las causas son desconocidas, pero como sucede con la mayoría de los problemas de la niñez, es más frecuente en los varones que en las hembras.

Síntomas

En general, los síntomas se hacen evidentes entre de los tres y los cinco años de edad. Los síntomas pueden ser leves o severos.

Éstos pueden ser:

  • Dificultad en la interacción con otras personas
  • Problemas para hacer amigos
  • Falta de comprensión de los sentimientos de los demás
  • Insensibilidad a referencias sociales y expresiones faciales
  • Reacciones sociales y emocionales inapropiadas
  • Preocupación con su propio mundo de fantasía
  • No compartir diversiones, intereses o logros con los demás
  • Seguimiento de rutinas repetitivas y estereotípicas
  • Rigidez de pensamiento
  • Intereses limitados
  • Repetición incesante de palabras y frases
  • Interés desproporcionad en algunos asuntos fuera de lo común
  • Buena memoria mecánica sin comprensión de la información
  • Destrezas verbales imprácticas o uso extraño de palabras
  • Dificultad para imaginar cosas o pensar de manera abstracta
  • Entendimiento literal del mundo que los rodea
  • Enfoque en pequeños detalles, con dificultad para integrar el cuadro total
  • Capacidad de leer sin comprender las palabras
  • Problemas con la comunicación no verbal
  • No puede mantener contacto visual
  • Escasez de expresiones faciales, salvo en el caso del enojo o la infelicidad
  • Postura corporal o uso de gestos peculiares
  • Movimientos torpes
  • Uso de gestos extraños
  • Pobre coordinación muscular
  • Dificultades en tolerar aceptar cambios en el entorno
  • Dificultad para aceptar críticas
  • Deseo obsesivo de terminar toda tarea comenzada

Diagnóstico

No existen pruebas para el síndrome de Asperger. El diagnóstico se basa en observaciones del comportamiento del niño. Se pueden tomar test psicológicos y de coeficiente intelectual. Pero éstos no ayudan por no ser específicos. Se pueden solicitar pruebas médicas para descartar otros problemas de salud.

Tratamiento

No existe tratamiento que cure el síndrome de Asperger. El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas y mejorar la interacción social. Con frecuencia, los pacientes aprenden a funcionar de manera independiente como adultos. Sin embargo, generalmente siguen enfrentando problemas con la interacción social, el habla y el lenguaje.

La terapia con los padres es esencial.

En resumen un método que sea polifacético y multi-modal en su naturaleza es el mejor.

Ahora entramos al área de quienes viven ansiosos, como Gustavo siempre ha vivido…

Los Trastornos de la ansiedad generalizada (TAG)

Son trastornos de angustia caracterizados por síntomas de preocupación y ansiedad acerca de eventos o actividades normales de la vida.

Causas y presentación

El trastorno de ansiedad generalizada es una condición común. Los estimativos razonables acerca de su ocurrencia es que afecta un 8% de la población.

Esta condición se caracteriza por ansiedad y preocupación excesiva acerca de eventos o circunstancias insignificantes.

Ansiedad y angustia…

A la persona, quien la sufre, le resulta difícil controlar sus ansiedades.

Aunque no se conoce la causa exacta de este trastorno, se entiende que factores biológicos y genéticos inciden.

Este trastorno puede comenzar en cualquier momento de la vida, incluso en la niñez, y es común que quien lo sufre tenga una historia de preocupación excesiva. El TAG es un poco más común en las mujeres que en los hombres.

La ansiedad y la preocupación a menudo están asociadas con los siguientes síntomas:

  • inquietud o sensación de tener los nervios de punta
  • fatiga y cansancio fácil
  • dificultad para concentrarse
  • irritabilidad
  • tensión muscular, dolores de cabeza, de espalda y temblor
  • trastorno del sueño: dificultad para conciliar el sueño y permanecer dormido, inquietud, sueño insuficiente
  • sudoración excesiva, palpitaciones, dificultad para respirar y síntomas gastrointestinales diversos.
  • Abuso de la comida, del cigarrillo, de las drogas o del alcohol

Tratamiento

Como de costumbre en estas columnas, el tratamiento es deferido al médico de la persona interesada.

Los grupos de apoyo, pueden aportar beneficios valiosos a estos individuos.

Pronóstico

El trastorno puede ser prolongado y difícil de tratar. Aunque es posible que muchas de las personas que sufren de esta condición no se curen con tratamiento, la mayoría, sino todos, pueden lograr una mejoría sustancial con los medicamentos o con la terapia psicoanalítica

Dos casos finales

Las depresiones, o los trastornos afectivos, parecen ser, otras enfermedades que encarnan las metáforas de nuestro tiempo. Cuando nosotros evaluamos pacientes nuevos, un tema que corre "como hilo rojo" a través de las narraciones de las personas a quienes escuchamos, es la de una sensación de desesperanza implacable. Los pacientes se ven a ellos mismos sumidos en las regiones más profundas del desahucio humano, una experiencia que no está asociada a los síntomas clásicos de la depresión endógena.

Esto lo digo, porque la expresión de esta actividad psicológica hace su aparición precisamente cuando el paciente comienza a mejorar.

Usaré dos ejemplos para ilustrar lo que deseo comunicar.

El caso de un paciente residente de una de las grandes metrópolis norteamericanas. Asediado por las fuerzas tormentosas de una enfermedad maníaco depresiva de ciclos rápidos, el paciente viajaba sin control la góndola de la montaña rusa de sus afectos cíclicos, circulares y extremos. Sin preámbulos, en un instante se sentía que estaba cargado con energía psíquica electrificada, expansiva, opresiva y sofocante; seguido por períodos de melancolía paralizadora, durante los cuales las luces de las calles se obscurecían en pleno día, y durante los mismos su reflexión en un espejo se tornaba surrealista, deformada y fantasmagórica. Este paciente, un escritor talentoso, solía utilizar (cuando la parálisis mental de la que padecía no se lo impidiese) sus talentos imaginativos para cometer sus experiencias a un diario secreto que mantenía, oculto para todos.

Fue, cuando habiendo comenzado a responder al tratamiento específico para su condición, cuando comenzase a ponderar con amarga resignación los tantos problemas serios que infestan a su ciudad, en este caso, Chicago: el crimen, la corrupción, la suciedad y el abandono urbano, las drogas y la pobreza, la falta de un sistema coherente de salubridad pública, las injusticias socioeconómicas, la indiferencia total de algunos políticos y los policías dedicados a la corrupción y a la malversación de fondos; todo estos asuntos desfavoreciendo sus esfuerzos de querer sanarse. Es que cuando la enfermedad se mejora el paciente entonces puede apercibirse de las realidades inmensas con las que tiene que contender. Este estado siendo, aunque no lo parezca, un paso favorable en la dirección de la cura.

El otro caso es más reciente. Se trata de una joven depresiva cuyo tratamiento procedía en una trayectoria irregular y con muchos desvíos y con retrogresiones frecuentes. Se quejaba, de que además del "tener que aparentar ser feliz" para complacer a otros, de que ella había "tragado", con la resignación estoica y característica de su medio ambiente, todas las miserias, similares a las que se refería el paciente de arriba además de la indígena, e injustificada, falta crónica de la energía eléctrica de la capital donde reside.

Puede que exista la evidencia necesaria y suficiente para decir que una ceguera parcial forma parte intrínseca de la metáfora local.

Dediquemos un espacio a la vejez

Hace muchos, muchos años, durante los tiempos románticos de mi juventud pasada, tenía el hábito de envolverme en el placer infinito derivado de leer los poemas líricos de la lengua castellana.

Esos recuerdos les prestan el título a esta presentación. Se trata de las Rimas del bardo hispánico Gustavo Adolfo Bécquer, que en su poema muy triste repetía cadenciosamente "… Dios mío, ¡qué solos se quedan los muertos! …"

La juventud se considera no sólo un período relativamente fugaz de nuestras vidas; si no que también, puede considerarse como estado evolutivo en el ciclo psíquico de nuestras existencias, como lo es, sin duda, en una mayoría de los casos, un estado de ánimo; o también puede que sea una actitud mental.

Con el pasaje de los años nuestras habilidades se reducen, nuestros sentidos disminuyen en su agudeza, nuestros reflejos se prolongan en el tiempo de sus respuestas, nuestros intereses se reducen en su alcance, nuestra importancia comienza a desaparecer progresivamente; volviéndose los llamados "Años de Oro de la Vida", a veces, una penuria prolongada de un modo innecesario.

Relevante a esto, hay dos asuntos de gran importancia que hay que tener en cuenta cuando se trata de entender esta etapa de nuestras vidas. El primero es que para los fines del Siglo XX, una proporción muy alta de la población mundial consistirá de "gentes viejas" y, el segundo, que todas esas "gentes viejas" no van a ajustarse a los moldes estereotípicos que nuestra sociedad les ha asignado.

¿Cuáles son esos "moldes estereotípicos" a los que yo me refiero?

· Que los viejos son limitados en sus habilidades físicas o atléticas. ¡Error! Los viejos pueden entrenarse a correr maratones y a hacer ejercicios aeróbicos agobiadores; asunto corroborado por el número creciente de aquéllas personas de mucha edad quienes compiten sin dificultades y exitosamente en las olimpíadas que se llevan a cabo por toda Norteamérica anualmente.

· Que los viejos carecen de vida e interés sexual. Otro concepto equivocado que falla en tomar en cuenta que los viejos sí tienen intereses y existencias eróticas basadas en diseños exquisitamente "planeados" para nuestra especie. Lo que sucede es que nuestros estereotipos les asignan a ellos una menopausia prematura y arbitraria a la que ellos a veces se someten, con resignación y sin saber por qué así lo hacen.

· Que a los viejos hay que engañarlos y hay que guardarles secretos. Un ejemplo de una señora quien iba a consultarme: "No le digan que va a ver un psiquiatra para su depresión, díganle que va a ver un médico para el asunto de que el pelo se le está cayendo"… Este engaño siendo un insulto u otra injuria adicional que se comete.

· Que a los viejos hay que tratarlos como si fuesen niños. No sólo se les roba de su significado cuando se les impone la jubilación prematura, si no que cuando se les visita, se hace de modo obsequioso y patrocinador, cargados de golosinas, presentándole "unos dulces" para "que se sientan bien" (¡qué cosa más inconsiderada!)

· Que la pérdida de memoria, que a veces se presenta en algunos seres ancianos es síntoma diagnóstico de la decadencia funcional del individuo. Así se piensa, sin considerar que ésta sea una manifestación de trastornos depresivos, de la mala alimentación o de la falta de estímulo social y emocional. A veces es mejor asignarle a alguien el uso de una "enfermera" (como aquí llaman sirvientas que fungen de médicas) en lugar de dedicarle tiempo con interés y sinceridad a la persona mayor. Comportamiento que, en mi opinión, es simplemente crueldad injustificada.

Vejez apacible y activa…

Habiendo elaborado someramente en aspectos selectos del problema de nuestros viejos. Yo quisiera elaborar en otros aspectos que son consistentes, y característicos de la sociedad dominicana.

En nuestro país el cenit de la ambición de los jóvenes, está ligado al hecho de que la mayoría de los graduados, vástagos de familias adineradas, inevitablemente pararán trabajando para (y en) los negocios de los padres exitosos quienes fueron los fundadores del imperio económico de la familia.

Esta situación significa que luchas internas serán inevitables entre los hermanos, sus cónyuges, los primos (que inevitablemente los habrá) y, por supuesto, la vieja generación, quien ve su prestigio amenazado por la presencia de una "juventud impetuosa", cuyas ideas (aunque sean originales) a veces parecen audaces e impulsivas, o amenazantes en lugar de progresivas.

He aquí el lugar desde el cual estratégicamente los viejos se tornan "muy viejos", se les relegan al lugar de los niños, se les mima, se les engorda, se les retira, y se les encomiendan a la compañía de la proverbial "enfermera", que mencionaba en el párrafo anterior.

Así se lamentaba un señor de mente clara, de visión intacta y de intereses vastos; pero que era viudo y de edad avanzada: "¿Para esto fue que nosotros criamos a los hijos?"

¡Dios mío y qué solos se quedan los viejos!

Así son los casos cuando son difíciles.

 

Dr. Félix E. F. Larocca

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