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Teoría atómica del mal humor: Arístides Bastidas 12-03-1924 / 23-09-1999 (página 2)

Enviado por Ricardo P�rez


Partes: 1, 2

Sentado esto, se dice que la materia en cualquiera de sus manifestaciones, líquida, sólida, gaseosa o plasma, es la suma de neutrones, protones y electrones. Así todo ente es materia altamente organizada y estrechamente conectada por una igualdad que indica que somos partes de un mismo sistema universal.

Dicho sistema, advierte, está compuesto por un número infinitesimal de átomos, los cuales se encuentran en constante movimiento, alegando por demás, que nuestro cuerpo conserva el movimiento que contiene la materia. Así en el día a día de nuestras vidas, desechamos y adquirimos constantemente por medio de los alimentos y la respiración, los elementos necesarios para nuestra subsistencia, entendiendo aquí, que en la vida todo cambia y se mueve en una constante evolución sin tregua.

Creemos por lo tanto, que la interrogante sobre la relación entre ser humano y átomo, queda resuelto del todo en las palabras de Arístides:

"Hay quienes han calculado que un hombre promedio está constituido por sesenta trillones de átomos, es decir, un 6 seguido de diecinueve ceros." Pág. 16 y 17.

Ya encontrada la relación entre átomos y seres humanos, nos preguntamos: ¿qué entendemos por malhumor?, hallando aquí servida la mesa para entrar en acción en lo que tiene que ver con Sociología, motivados por la realidad que señala que el término al cual hace referencia nuestro autor, no está del todo liberado ni definido, entendiendo al mismo tiempo, que Arístides no lo hizo por no ser éste el tema principal de su libro. Así que decidimos realizar en su  nombre dicha labor.

Con la intención de limitar nuestro concepto sobre malhumor, comenzamos haciendo referencia a las múltiples causas que generan los cambios en el estado de ánimo, (término que definiremos posteriormente), y que obviaremos con la intención de avanzar en uno de sus sentidos para finiquitar con este al final. Así vemos que una de las causas que genera los cambios en el estado de ánimo se encuentra en la comunicación verbal. Aunque estemos contentos y alegres, una mala noticia o palabra, puede terminar por derrumbar todo el edificio de energía que nos mantenía contentos. Pero en esta oportunidad, no estamos interesados en explanar sobre las causas psicológicas de dichos cambios. Tampoco estamos interesados  en aquellos efectos que produce la visión sobre un acto determinado, el cual, pudiendo ser contrario a nuestro interés o sentimientos, nos afectan de tal manera que pueden sumergirnos en la más profunda de las depresiones. Quizás tampoco nos interese aquellas reacciones sobre los malos olores y las rabietas que pasamos cuando abordamos un autobús, y nos encontramos con algún descuidado personaje, que haciendo uso de su libertad, nos somete a la más terrible de las torturas, obligándonos a disfrutar de su falta de higiene, y que termina por lo general, causando un descalabramiento de nuestro estado de humor. Otra de las causas de cambios de humor o enojos, la encontramos en lo que tiene que ver con el sentido del gusto, en ocasiones, algún amigo de la infancia puede colocar a escondidas algo de salsa picante en uno de nuestros platos favoritos y, aunque sea gracioso, la sensación que produce genera una transformación en nuestro rostro, que termina por enojarnos, auque por decencia demostremos lo contrario. Pero ninguna de las causas anteriores nos sirven en la teoría del malhumor, y si alguna se asemeja, es aquella que se refiere con el sentido del tacto y el dolor, así vemos como nos causa un gran enojo una quemadura con la sartén, este dolor captado por el sistema nervioso central, produce un efecto repulsivo que en ocasiones nos lleva a decir alguna mala palabra, y por ser esta causa muy parecida a la que ocasiona los cambios en el medio ambiente sobre nuestro humor, resumimos que en éste caso, hacemos hincapié en el efecto climático derivado por los cambios brusco de humedad y presión atmosférica, que son percibidos por el sistema nervioso central, ocasionando cierto desequilibrio en la materia con que estamos hechos, perdiendo cierta estabilidad que desemboca en un cambio el cual es denominado como malhumor, y que este se caracteriza principalmente por volvernos hoscos y obstinados.

Por ahora nos interesa definir con rigurosidad cuales son las características esenciales del humor, y que entendemos cuando hablamos de él. Así deducimos, que cuando platicamos de ánimo, comprendemos sobre la premisa de estado, y que este se remonta a situaciones o condiciones determinadas, por lo tanto: queda entendido como la condición anímica para realizar una actividad, aunque en ocasiones se dirija también a mantener o soportar la existencia humana misma, siendo frecuente las expresiones como: "No estoy de ánimos para eso" o "tengo el ánimo por el piso". Así vemos que en ocasiones versa sobre acción y en ocasiones sobre un simple estar o existir.

 Pero el concepto sobre ánimo nos remonta al de alma, este a su vez nos obliga a refugiarnos en los conceptos que tienen que ver con el  de atmos, que en resumidas cuentas indican la presencia de energía, la cual fue identificada así en los libros sagrados de la India. De igual manera sintetizamos, que el humor involucra a cierto estado de ánimo y a el uso de la energía que nos mantiene vivos, y que las variaciones en el flujo de esta energía, es captada por el sistema nervioso central, ocasionando diferentes estados de ánimo que terminan reflejándose en nuestro humor, por lo tanto, el humor no es otra cosa que un estado de ánimo determinado por las variaciones de energía, y que tiene que ver con las ganas de realizar una actividad de manera alegre. Así podemos incluir para finalizar, que es esa fuerza de voluntad con que vivimos día a día, y que al variar, se desplaza a su extremo opuesto, que nos hace parecer de repente, obstinados, poco tolerantes y hasta agresivos.

De manera muy jocosa, Arístides nos advierte sobre las dificultades para  conocer las estructuras atómicas, y nos habla sobre los enigmas y misterios que se esconden en sus  intimidades. Así nos dice que el pensamiento religioso considera que lo inexplicable justifica la presencia de Dios, y que en contraposición, la dialéctica materialista (Karl Marx) rechaza tal afirmación, puesto que sugiere, que lo inexplicable se hará explicable aunque siempre exista parcialidades aún desconocidas, pero que con el tiempo, dichas realidades serán conocidas  por nuestros sentidos. Sin embargo, cierto es que mientras más se sabe, se sabe que se sabe menos, aunque parezca un trabalenguas.

La inmensidad del universo es tan impresionante como la del átomo, en particular afirmo, que inferir es deducir y deducir es inferir, y la razón porque lo digo se basa en que el universo es tan infinito como lo diminuto del átomo. Por lo tanto, vemos que las posibilidades de conocer el universo son tan remotas como internarse en los átomos. Sin embargo, errar es de humanos, Niels Bohr y Rutherford creyeron llegar al núcleo, pero ya en la actualidad se sabe que existen otras divisiones en su interior y que este es atravesado constantemente por partículas cósmicas llamadas neutrinos que viajan en línea recta a trescientos mil kilómetros por segundo, por lo tanto, Arístides nos habla sobre el Premio Nóbel Chen Ning Yang, el cual afirmaba que el átomo en un micro universo del cual no sabíamos nada. Arístides suele ser más explicativo:

"Más  al continuar la incursión en el referido núcleo encontraron una masa, como el cemento, que unía a los protones con los neutrones. La examinaron y hallaron que tal masa estaba formada por partículas mucho más pequeñas que llamaron mesones. Sin salir de su asombro, los investigadores identificaron los mesones y supieron que habían numerosos tipos de estas partículas." Pág. 21.

En el mundo filosófico siempre ha triunfado o tenido mayor éxito el idealismo platónico y aristotélico. Sin embargo, es en Demócrito y Leucipo donde encontramos los primeros aciertos sobre el átomo y,  aunque su popularidad se deba ciertamente a las bombas de Hiroshima y Nagasaki lanzadas 1945, buena parte de su conocimiento fue deducido por estos dos pacíficos pensadores.

Pero es en el pensamiento marxista donde encontramos todo su desarrollo  que afirma que los aspectos inexplicables del conocimiento se subsanaran a medida que la mente humana explore los secretos del universo y de la vida, y que la inteligencia de la materia y su energía, no se deben a explicaciones religiosas de orden divino, sino a la fuerza del átomo para moverse perennemente que permite a los 92 electrones del uranio  girar a grandes velocidades sin perder su orden y sin chocar unos con otros, dejando aquí un buen acertijo para los sociólogos que indagan sobre el problema del orden social.

Sin presumir, ahora la pregunta es, ¿quien o qué fuerza mantenía en constante movimientos a sus electrones? Así al bombardear el núcleo de un átomo, que es  invisible a nuestros ojos, se introduce cierto desorden en su estructura que termina ocasionando la emisión de una gran fuerza que puede ocasionar daños como los de  Hiroshima y Nagasaki, y que ni siquiera un sabio como Einstein pudo dar con tal respuesta. A la par, podemos decir que todo el universo está conformado por átomos de hidrógeno, que es el padre de toda la materia, y nuestro cuerpo se compone en un porcentaje muy alto de este componente.

Lo que si sabemos al respecto, es que ellos se mueven constantemente por electricidad, y que dicha energía es inagotable, pero más cierto es –y pido disculpa por Arístides y por mí–, que la respuesta sobre el génesis de dicha energía no la hallaremos aquí, puesto que a pesar de todos los adelantos de la nanociencia, nadie sabe sobre su origen. Lo que sí queda claro, es que ellos guardan estrecha relación con nuestra salud, y cualquier deficiencia en su estructura daría lugar a muchas enfermedades, dependiendo nuestra vida ampliamente de su estabilidad y equilibrio.

Sorprendentemente podemos afirmar que existe más oxígeno en el agua que en el aire, pero si quisiéramos respirar de él, tendríamos que tener branquias como los peces. Sin embargo el aire es un océano transparente de grandes e inmensas proporciones, integrado por nitrógeno, oxígeno, dióxido de carbono, helio, neón, criptón y zenón. Todos estos elementos ejercen una fuerza increíble sobre nuestros cuerpos, conocida por nosotros como presión atmosférica, que es regulada por nuestro organismo internamente, logrando así un equilibrio entre la presión externa y la presión interna. De estos principios extrae Arístides su tesis principal.

"Se ha dicho que los iones pueden estar relacionados con las trifulcas conyugales. Es probable. Cuando aumenta la humedad, baja el peso del aire sobre nosotros, o sea la presión atmosférica, y nuestras mujeres se ponen malhumoradas. Nosotros también".Pág. 75.

Como afirmamos en líneas anteriores, toda materia siempre está conformada por átomos. Así decimos que todos los seres son hijos del átomo de hidrógeno, el cual para nuestros efectos es huérfano, pues no sabemos nada sobre su origen y, cuando alguien nos pregunta sobre su génesis, quedamos estupefactos y llenos de incógnitas sin poder dar respuesta contundente sobre el mismo, dándole oportunidad a los idealista de hacerse de su teoría divina y explicarlo.

Cuando los átomos absorben energía, se les denomina iones. Esta carga eléctrica puede ser tanto negativa como positiva, si es positiva se llaman catión y si es negativa la carga se les llama aníón. La atracción ejercida entre un átomo positivo y uno negativo da como resultado diferentes compuestos químicos como la sal.

A su entender, cuando respiramos dióxido de carbono cargados con carga positiva, sufrimos un desequilibrio en la materia. El sistema nervioso central capta dicha inestabilidad en el cambio y nos volvemos obstinados y poco tolerantes. Es decir. Que al disminuir el oxigeno por el aumento de la humedad sufrimos un desequilibrio en nuestros átomos que es captada por el cerebro, tornándonos de malhumor. Este fenómeno físico, ocurre cuando de pronto aparecen en el cielo inmensas nubes negras que advierten sobre un aguacero, por lo general, el malestar dura unos cuantos minutos y cesa rápidamente con la caída del chaparrón. Aquí Arístides advierte que en ese período de tiempo ocurren mayor cantidad de accidentes de transito, se presentan conflictos en las comunidades y se registran un mayor número de delitos.

En esta parte de nuestro ensayo, encontramos una buena oportunidad para desarrollar con las afirmaciones del párrafo anterior, una investigación que ayude a comprobar con mayor rigor las afirmaciones de Arístides. Vemos como por ejemplo es posible realizar un estudio comparativo entre las estadísticas de transito terrestre y los datos climáticos del observatorio Cagigal para de ésta manera ver la efectividad de la teoría.

Con respecto a su uso, podemos decir que es de poco alcance temporal, pero en relación con su espacio, puede servir como herramienta en los estudios del conflicto, las relaciones internacionales y la política, por lo tanto, puede que sea necesario suspender una entrevista entre dos presidentes con la intención de esperar un momento más apropiado que garantice el éxito de la reunión, ahorrándonos con esto posibles empeoramiento en situaciones bélicas y conflictivas.

Bibliografía.

  • El átomo y sus intimidades. Arístides Bastidas. Premio Kalinga de la UNESCO 1980. Publicado por cortesía de Alcasa. Aluminio del Caroní S.A.

 

 

 

 

Autor:

Ricardo Pérez

26/07/2006

Publicado en: http://www.unex.es/sociolog/BAIGORRI/portico.htm.1/08/2006 17:20 /  http://miguelcancio.com/ 1/08/2006 17:42/ 

es.wikipedia.org/wiki/Sociología.08/08/2006 3.16 PM.

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