Al estudiar el caso Schreber en relación con la conducta pedagógica de su padre, ayuda a comprender a la mayoría de los individuos considerados como paranoicos o esquizofrénicos.
La ironía envuelve muchos actos sociales, aparentemente dominados por la razón.
Un pedagogo famoso tiene dos hijos sicóticos y uno de ellos se suicida sin que su reputación se vea afectada.
Freud, fundador del psicoanálisis, basado en el estudio del inconsciente, posiblemente no supo de los libros de pedagogía que publicó el padre del juez Schereber y por tanto no consideró importante la influencia del progenitor, como tampoco lo hizo con el papel de Layo en la famosa tragedia griega
Los padres alemanes educaron a sus hijos, con las ideas de un hombre, al que mucha gente consideraría ahora un sádico o un enfermo mental.
El ascendiente de Schereber afirmaba que, un plan pedagógico corresponderá ser llevado por el padre de familia, quien deberá inculcar en la mente de sus hijos: El amor hacia Dios-padre de la humanidad, y el amor al padre-Dios de los hijos.
El Dr. Schreber pensaba que los padres debían restringir la libertad de sus hijos mediante severas disciplinas en aras de la salud: moral, mental y física.
Pensaba que los niños son criminales o enfermos desde el principio, o que con seguridad llegarían a serlo si no se les rescataba a tiempo.
Proponía, por ejemplo, que maestros y padres se reuniesen constantemente con el fin de controlar mejor las conductas de los niños.
El pedagogo Schreber pretendía saber, como los neoconductistas, lo que es bueno, noble, elevado, correcto y fino y lo que no lo es.
Este pedagogo y los mencionados psicólogos, seguramente se consideraban dioses.
La lucha del Dr. y Pedagogo Schreber, consistía en arrancar de raíz y exterminar violentamente los elementos diabólicos de la mente, las "malas hierbas".
Luchaba: Contra la infernal conducta infantil que consistía en las manifestaciones naturales del niño; contra la sensualidad, la indolencia, la blandura y la cobardía, pues según él llevaban a los individuos a las depresiones, enfermedades mentales y suicidios.
Aplicando sus métodos inquisitorios-pedagógicos, parecidos a los métodos de tortura nazis, logró lo que quería erradicar: la locura hizo presa de sus dos hijos y el suicidio fue la salida de uno de ellos.
Pensaba, y lo aplicó a sus hijos, que el padre debe acostumbrarlos, desde temprana edad, a lo que es bueno y justo: los hábitos infantiles, deben ser producidos y controlados por el padre.
Domesticar a un niño, significa, programarlo para que obedezca, sumisamente, las ordenes de los padres, maestros y clase dominante.
Educar a un niño, pensaba el pedagogo Schreber, significa imponer una regla sobre cada detalle de su vida, sobre cada pensamiento y actividad cotidiana del futuro individuo.
Preparándolo así para que la ideología dominante, los "más media" y las figuras paternas- autoritarias determinen su existencia, alineada y neurótica.
Para lograr el desarrollo y consolidación de la fuerza moral y el carácter, el pedagogo alemán proponía, como condición necesaria, la obediencia incondicional del niño.
Si desde los primeros meses, nos dice el Dr. Schreber, se ha conducido al niño por el camino de la habituación a la obediencia, inconsciente, es necesario que este hábito se transforme en consciente.
La educación integral que requiere el pedagogo citado debe ser, esencialmente obediencia, pues si llega a convertirse en desobediencia tiene que ser aplastada, hasta convertirla en una total sumisión, empleando, si fuera necesario, castigos corporales.
La educación (domesticación) de los niños, en el seno familiar, según el pedagogo alemán, debe estar sometida a la autoridad paterna desde que nace el niño hasta por lo menos los 20 años de edad.
Con este pensamiento y con las torturas pedagógicas a las que sometió a sus hijos, fácilmente se comprende como los empujó a la locura y al suicidio.
Daniel Paúl, el hijo que solamente enloqueció y no llegó al suicidio como su hermano, manifestó en sus memorias todo ese infierno familiar, cambiando simbólicamente los nombres de las torturas y nombrando a Dios en lugar de su padre.
El simbolismo, en este caso, ocultó patológicamente, la realidad, en beneficio de la pedagogía autoritaria.
Los padres y educadores, según el Dr. Schreber, deberán programar la mente y la vida de los niños, para que obedezcan a sus padres, a sus maestros y a todas las autoridades que representan y defienden los intereses económicamente sociales y políticos de la clase dominante.
El psicoanálisis ha demostrado que los modelos de relaciones personales grabados en la mente de los niños, desde su tierna infancia, suelen permanecer para toda la vida.
Los individuos tienden a repetir, inconscientemente, a lo largo de su vida, formas de relaciones sociales de sumisión a todo tipo de autoridad, sumisión que les fueron programados desde sus primeros años de vida.
Reich denomina "coraza caracterológica" a los programas de represión sexual grabados psíquica y somáticamente.
Existe la paradójica situación que este tipo de pedagogía, divide (Aliena) la mente del niño, al procurar que éste considere que su programación para la sumisión, no le fue impuesta por sus padres, sino que él conscientemente, en "libertad" se programó a si mismo.
El libro de Daniel habla de la realidad en forma simbólica y debido a que su mensaje no es comprendido, ni captado, por los padres, maestros, los psiquiatras lo diagnostican loco para poder castigarlo en un manicomio.
El pedagogo-padre Schreber, propone vigilar los estados de ánimo de los pequeños que gritan y lloran aparentemente sin motivo, propone distraerlos con palabras autoritarias, ademanes amenazante, golpes sobre la mesa y si estas acciones no surten efecto, aplicarles castigos corporales, relativamente suaves, repetidos en forma intermitente, hasta que se logre el objetivo deseado y el niño se calme o se duerma.
A la segunda vez, el padre se convierte en dueño del niño para siempre.
"A partir de entonces, una mirada, una palabras, un simple gesto amenazante son suficientes para gobernar al niño".
El Dr. Schreber justifica su actuación autoritaria, aduciendo que de esa forma salva al niño de "espíritus internos atormentadores", no ve que esos espíritus se encuentran dentro del pedagogo autoritario, quien simplemente proyecta en los niños sus propios tormentos de culpabilidad.
El autoritarismo de esa pedagogía no permite aprender de los niños, sino que solamente los niños deben aprender de sus padres maestros.
Para el Dr. Schreber, un bebé debe solicitar sus alimentos y su cambio de ropa en forma calmada y paciente.
Con este hábito, estará maduro el niño, podrá adquirir el arte de la abnegación.
Cada deseo deberá rechazarse firme y tenazmente con una negativa incondicional.
El niño, a su vez, deberá recibir esta negativa con calma, con tranquila aceptación, para que adquiera "el hábito saludable e indispensable de la subordinación y el control de su voluntad".
Para el pedagogo Schreber los actos de los niños, así como también sus sentimientos y móviles deben ser controlados.
Piensa que el niño no debe obedecer para obtener parabienes o recompensas, opina que desear premios es un sentimiento "bajo" o "impuro".
Tampoco debe obedecer por temor al castigo, ni menos desee secretamente desobedecer, tiene que obedecer por que sabe que es bueno, por muy caprichoso que sea el deseo de sus padres.
El pedagogo Schreber propone un sistema inquisitorial para enseñar a escribir a los niños: un pizarrón en el que se anotarán los nombres de los niños con las faltas cometidas, así como los casos de insubordinación.
Al final de cada mes se castigará o felicitará a cada niño de acuerdo con los resultados que se encuentren en el pizarrón.
En esencia, la filosofía pedagógica del Dr. Schreber, tiene como finalidad hipnotizar a los niños con el fin de asesinar su alma, es decir, apoderarse del alma de los niños para poder dominarlos en forma absoluta. Quedando los niños domesticados para todo el resto de su existencia.
Desde muy temprana edad, el Dr. Schreber recomienda baños de agua fría.
Las recámaras infantiles deberán ser frías, con el objeto de endurecer físicamente a los niños.
La educación espartana que propone el Dr. Schreber atiende minuciosamente cada detalle, procurando que el niño no logre alcanzar goces y placeres.
El pretexto para evitar dichos goces consiste en afirmar que los padres deben procurar que los niños estén siempre derechos y en posiciones bien adecuadas, para que no se deformen las partes de sus cuerpos.
El pedagogo Schreber inventó para la salud del cuerpo de los niños, lo siguiente:
- Un sujetador de clavícula para que los niños se sienten derechos cuando estén escribiendo.
- Una correa para los hombros con el fin de que los pequeños no inclinen su cuerpo para adelante.
- Una correa para el niño durmiendo para que los niños no se muevan al dormir.
- Una sujeta – Cabezas para que los pequeños caminen derechos.
- Una barbillera para que los niños tengan "un adecuado crecimiento de la mandíbula inferior y de los dientes".
En una palabra, con estos instrumentos de tortura, el Dr. Schreber, estaba acorazando a los niños, convirtiéndolos en zombis sumisos a todo tipo de autoridad.
A diferencia de J.J. Rosseau que afirmaba la naturaleza innata de los niños y en especial su alimentación natural, el Dr. Schreber pensaba que los niños deben comer lo que el pedagogo padre considere necesario y a la hora que estén programados los alimentos y si no lo quieren, dárselos a la fuerza.
En relación con los juegos infantiles, los padres deberán vigilar, inquisitorialmente, a fin de prohibir todos aquellos actos y conductas inmorales.
Los padres elegirán qué juegos practicarán sus hijos, a fin de poder manipular y controlar sus vidas.
En cuento a las lecturas, el teatro y demás actividades culturales, deberán los padres seleccionar qué deberán leer y ver los niños.
Los niños serán bañados, siguiendo paso a paso las indicaciones del pedagogo autoritario, con el objeto de que no adquieran hábitos malos y perniciosos para su salud.
El pretexto de corregir todas las anormalidades que pueda adquirir el cuerpo de los niños, tiene como finalidad, controlar, cada acto y conducta de los pequeños, regulando de esa forma, los detalles cotidianos de la existencia sumisa infantil.
Más adelante, cuando no se encuentren bajo la tiranía familiar, el control autoritario seguirá funcionando.
Por el resto de su vida serán controlados por la ideología de la clase dominante y sus instituciones como los medios masivos de domesticación (comunicación) permanentes: la radio, la televisión, los periódicos, las revistas, el cine, etc.
En relación con la sexualidad, el Dr. Schreber, planteaba, al igual que los religiosos y pedagogos autoritarios, que su sistema de educación infantil estaba dirigido al triunfo del espíritu sobre la materia.
El pedagogo schreber, acorde con el pensamiento de su tiempo, reforzaba la moral sexual con ideas sobre salud física y mental.
En la vestimenta, por ejemplo, se oponía a que los vestidos de las niñas estuvieran escotados.
Planteaba que todas las emociones innobles e inmorales deberían ser sofocadas antes de que se desarrollaran.
Para evitar las "poluciones" nocturnas recomendaba el ejercicio muscular como remedio y cura.
Si persistían las poluciones deberán lavarse los órganos sexuales con agua fría. Aquí la magia cumple un papel negativo, antinatural e inhumano.
Con el fin de que el niño no tenga oportunidad para masturbarse, el pedagogo alemán, planteaba que los padres deben vigilar todo el tiempo a sus hijos.
El Dr. Schreber pensaba que los que no estaban de acuerdo con él, estaban enfermos.
Sus ideas pedagógicas autoritarias influyeron en los nazis, quienes asesinaban a los judíos en nombre de la higiene y de la "salud" de la raza aria, misma que consideraban superior.
Hitler y sus seguidores se educaron cuando los libros del Dr. Schreber eran los más populares y postulaban un autoritarismo (fascista) hogareño.
Ritter, un biógrafo del Dr. Schreber, veía a su biografiado como un precursor espiritual del nazismo.
Muchos pasajes de "Mi lucha" de Hitler expresan ideas parecidas a las del Dr. Schreber.
La actitud de Hitler con respecto a las "masas" es simular amor a los niños, lo mismo que decía el Dr. Schreber.
Según Reich, el Estado autoritario tiene un representante en la familia: el padre.
El despotismo en cualquier nivel- Estado, fábrica, escuela, iglesia, familia, individuo – propicia y requiere el autoritarismo en la totalidad social.
La sociedad autoritaria – burguesa produce en todas sus instituciones, individuos sumisos que con su resignación cotidiana, reproducen y revitalizan a todo el sistema social en su conjunto.
La educación infantil autoritaria, basada en los ejercicios de obediencia y posturas, rígidas, propuestas por el Dr. Schreber, prepararon a los soldados alemanes nazis, quienes utilizaron la violencia para implantar descarada y cínicamente la dictadura de la clase industrial alemana.
Otro producto de esta pedagogía autoritaria ha sido el "enloquecimiento" de individuos que se rebelaron y han sido encerrados en muros psiquiátricos, donde se les castiga con electrochoks y lobotomía, como si fueran niños desobedientes a los que se les debe reducir a guiñapos.
Como a Murphi, el personaje de "Alguien voló sobre el nido del Cuco". Denominada "Atrapado sin Salida" en su versión cinematográfica.
La filosofía pedagógica- autoritaria del Dr. Schreber no solo fue aplicada por los espartanos, la iglesia cristiana, el stalinismo y los nazis, sino también por la sociedad burguesa decadente del presente siglo XX.
La psiquiatría oficial rusa considera como síntoma de enfermedad mental a todo disidente inconforme con el gobierno burocrático, con el fin de poder justificar legal y médicamente su encierro en los hospitales psiquiátricos, donde se les aplican "terapias" que los destruyen comos seres humanos.
La novela de ficción- política de Orwell, "1984", es una clara advertencia del peligro que la humanidad puede sufrir de triunfar una burocracia, como la rusa, en todo el globo terráqueo.
"El Mundo Feliz" de Huxley y "Walden Dos" de Skinner, por el lado capitalista, son amenazas para la libertad del ser humano, pues en dichos modelos la programación de la existencia es, en lo esencial, semejante al modelo pedagógico del Dr. Schreber.
En la sociedad planificada que plantea Skinner, el control de los seres humanos, desde la infancia, sería tan "científico" que no se producirían disidencias con el orden establecido.
Humberto Escobedo Cetina
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