Resumen
El texto del señor William Ospina es una reflexión crítica de la realidad social y económica que ha padecido Colombia a través del tiempo, ya que las clases altas del país, los empresarios y la iglesia han convertido la nación en un lugar de desigualdad e injusticia social tanto en los campos como ciudades. Para el autor es contradictorio que si Colombia posee recursos naturales que la convierten en una de las naciones más privilegiadas de América latina, sus habitantes padezcan hambre y sean víctimas de la pobreza.
El proyecto nacional y la franja amarilla
El autor reconoce las condiciones catastróficas que padece Colombia, porque para él, la inseguridad, la delincuencia y la pobreza; son consecuencias de la ambición y la opulencia con la cual viven las clases dirigentes del país. Además de la corrupción administrativa que ha regido la política de la nación a través de su historia. Sin embargo lo anterior es consecuencia de la pasividad ciudadana, porque no se reacciona de forma inmediata en contra las injusticias. Por ejemplo:
1 "En las recientes huelgas que conmocionaron a Francia pudo verse cómo una sociedad
que vive relativamente bien en términos económicos y protegida por un Estado responsable, sabe reaccionar en bloque ante todo lo que la lesione, no se deja pisotear en sus derechos y se resiste a que se menoscaben los privilegios que ha conquistado". (William Ospina: Revista Número 9, 1996, pág. 2) Este signo puede ser una muestra de la falta de orgullo y dignidad que sufre Colombia, una deficiencia del poder político y pacifico que podría tener el pueblo colombiano si quisiera.
Para William Ospina no es conveniente que se reduzca la realidad colombiana y sus tragedias a condiciones biológicas que tienen los seres humanos en cada país. Porque también se deben tener en cuenta los hechos históricos que ha vivido la población. Pues sus habitantes han dejado a un lado la reflexión y las posibles soluciones que se podrían emprender para lograr un proyecto nacional que cambiara significativamente la realidad del país, tanto a nivel interno como externo.
El escritor es bastante claro al afirmar que no todos los colombianos han abandonado su responsabilidad social y política, por esa razón se les puede llamar hijos de la patria. Porque fueron sacrificados, asesinados, perseguidos, exiliados etc. Todo por proponer y reclamar un proyecto nacional verdaderamente democrático. Pues la democracia parece existir una vez cada cuatro años o cuando el pueblo puede votar en las urnas para elegir gobernantes, porque después de elegidos hacen lo que quieran con el país.
Siguiendo la lectura el autor escribe algo real que no se puede negar porque lo
vivimos todos los días en Colombia. 1 "Si hay algo que nadie ignora es que el país está en muy malas manos. Quienes se dicen representantes de la voluntad nacional son para las grandes mayorías de la población personas indignas de confianza, meros negociantes, vividores que no se identifican con el país y que no buscan su grandeza. Pero ello no es nuevo. Si algo caracterizó a nuestra sociedad desde los tiempos de la Independencia, es que sistemáticamente se frustró aquí la posibilidad de romper con los viejos esquemas coloniales". Pág. 4. No pueden ser dignos de confianza los políticos
que todos los días salen en las noticias involucrados con la corrupción, el narcotráfico, el terrorismo etc. Y que después vuelven y ocupan sus cargos políticos de la forma más descarada posible. Todo porque son títeres de los dueños del país que no aman a sus ciudadanos, y si a sus propios intereses económicos.
William Ospina reconoce que las personas que más éxito alcanzan en Colombia, son aquellas que más se avergüenzan de él. Porque solo les interesa alcanzar la riqueza económica así tengan que destruir el país, empobrecer a sus habitantes, robarles sus tierras, silenciarlos etc. Como también que los ricos del país tienen alianzas con la iglesia Católica, porque así todos pueden vivir como reyes mientras manipulan al pueblo.
1 "Desde el comienzo, a pesar de que han sido poquísimos los casos de guerras entre naciones en este continente, se generó una tradición de privilegios para el estamento militar, porque los gobiernos, que casi siempre descuidaban la suerte de las
muchedumbres humildes, necesitaban brazo fuerte y pulso firme a la hora de conjurar
rebeliones. Y ello resulta a su modo razonable, porque cuando se construye un régimen irresponsable y antipopular se hace absolutamente necesaria la fuerza para mantener a cualquier precio un orden o desorden social que el pueblo difícilmente defendería como suyo". Pág. 6.
William Ospina tiene razón al afirmar que desde el inicio de los gobiernos en Colombia se le concedió grandes privilegios a las fuerzas militares. Porque estas últimas pueden aplicarle el brazo fuerte a la población que intente reclamar sus derechos. Muestra real de estas palabras se puede evidenciar en el paro agrario que llevaron a cabo los campesinos de Colombia en el año 2013, pues las fuerzas policiales y militares reprimieron al pueblo con violencia y dolor.
No se puede negar que los delincuentes aprovecharon el paro agrario para cometer delitos, pero tampoco se puede negar que la Policía también infiltro personas que generaban desordenes. Así obtenían los argumentos para reprimir y desalentar a los pueblos campesinos que reclamaban el derecho a vivir una vida digna.
Por otra parte, la expedición botánica que emprendió Colombia y que la hizo ser reconocida en el mundo también es un proyecto inconcluso, porque siempre que existe un proyecto decente y que le puede servir a la población, no recibe los recursos económicos suficientes para seguir adelante. Por eso para el autor la
historia colombiana está llena de contradicciones. 1 "Colombia posee, según es fama,
la mayor diversidad de pájaros del mundo, pero es tan inconsciente de sus riquezas que el libro más completo sobre las variedades de aves colombianas, Birds of Colombia, no está traducido al español". Pág. 7.
Estas cosas son lamentables y vergonzosas, pues saben más de Colombia los extranjeros que nosotros mismos. Pues si alguien quiere encontrarse con personas de otros países puede ir a los museos de Colombia, entonces encontrara más extranjeros que colombianos que vayan por su propia cuenta.
Pero todas estas cosas suceden porque los políticos de Colombia en su mayoría son los títeres de Europa y Estados Unidos, porque la economía de la nación es fácil de manipular y usar a beneficio ajeno. Así lo señala William Ospina:
1 "Verdad es que grandes poderes externos estuvieron interesados desde siempre en
mantener nuestra economía en condiciones desventajosas, que les permitieran realizar aquí sus negocios en los mejores términos. Y desde los primeros tiempos de la república hubo aquí de esos gobiernos, muy respetados y queridos en el exterior, que le entregaron nuestra economía a los intereses de las grandes potencias y que no permitieron el surgimiento de una industria local, de un mercado interno, y niveles de vida decentes para la población". Pág. 8.
Debe ser por esta razón que los gobiernos extranjeros han apreciado tanto a los gobiernos que ha tenido Colombia, pues si hacen fracasar la economía nacional por darle gusto a los extranjeros, es obvio que la pobreza seguirá estando presente en la nación. Pues se protege la economía ajena y no la nacional.
William Ospina identifica que en Colombia ha existido una lucha histórica entre el partido conservador y liberal, como también que el partido conservador a estado compuesto por las clases ricas del país, la iglesia católica y los industriales o empresarios millonarios que han perseguido a candidatos o escritores políticos del partido liberal cuando intentan beneficiar al pueblo a través de reformas políticas que ayuden a formar un proyecto nacional democrático.
Por ejemplo: 1 "Jorge Eliécer Gaitán entendió que el principal enemigo de la sociedad colombiana era ese bipartidismo aristocrático cuyos jefes formaban en realidad un solo partido de dos caras, hecho para saquear el país y beneficiarse de él a espaldas de las mayorías; y en sus discursos avanzó hacia una reformulación de la crisis política como el conflicto entre las mayorías humildes y auténticas, y el mezquino país de los privilegios.
Hablando del "país político" y del "país nacional", destacando el modo como los dirigentes gobernaban para una minoría, conquistó un caudal electoral inesperado, y súbitamente la vieja clase dirigente se vio ante un fenómeno de entusiasmo popular desconocido en Colombia". pág. 10.
Pero como era de esperarse la clase dirigente y dominante se inventó su propio plan para quitarle la vida a Jorge Eliécer Gaitán, señal de una política perversa aliada a la iglesia que acepta estas cosas para poder vivir con lujos. Después la clase dirigente comenzó a despojar a los pobres de sus tierras y nació el problema del desplazamiento forzado que dejo las tierras en manos de los empresarios y políticos de la nación. Desde entonces cualquier persona que tenga ideas sociales para ayudar a sus semejantes o que critique en público las acciones del gobierno tiene que sufrir la persecución, las calumnias, el exilio o la muerte. Por esta razón:
1 "El discurso de Gaitán merece muchas reflexiones. Es singular que en un país
envanecido por la retórica de sus gramáticos y de sus académicos haya sido un hombre de origen humilde quien ennobleció el lenguaje de la política; quien, exhibiendo un gran refinamiento sintáctico y una notable claridad de pensamiento, haya tenido eco en un pueblo pretendidamente ignorante y salvaje". Pág. 12.
Ha sido tanta la irresponsabilidad de la política colombiana que los partidos liberal y conservador alentaron el enfrentamiento violento entre los ciudadanos del pueblo por defender una causa que no tenía ninguna razón de cambio o transformación social. 1 "Siempre nos dijeron que la Violencia de los años cincuenta fue
una violencia entre liberales y conservadores. Eso no es cierto. Fue una violencia entre liberales pobres y conservadores pobres, mientras los ricos y los poderosos de ambos partidos los azuzaban y financiaban su rencor, dando muestras de una irresponsabilidad social infinita. La Violencia no podía ser una iniciativa popular, pues no iba dirigida contra quienes se lucraron siempre del pueblo. Era más bien la antigua historia de los pobres matándose unos a otros con el discurso del patrón en los labios". Pág. 15.
Finalmente es importante indicar que estas cosas continúan sucediendo, pues hay quienes expresan que el Presidente Santos es un político débil y vulnerable porque busca cerrar un proceso de paz con la guerrilla. Porque es mejor encender la hoguera de la guerra contra la guerrilla para destruirlos militarmente así el país luche contra este grupo armado otros cincuenta años. Claro, como los muertos van a seguir siendo los pobres no importa que la guerra siga. Por esta razón las fuerzas militares apoyan las políticas de seguridad democrática, ya que la guerra parecer ser la única manera de financiar y mantener los altos cargos del ejército y la policía nacional. Si lo que William Ospina ha explicado no es ciencia ficción, se puede concluir que al gobierno no le interesa la paz, porque así puede seguir persiguiendo a los opositores, además de entregar las tierras del país a los empresarios nacionales y extranjeros que encuentran su fuente de ganancia en un país marcado y humillado por la guerra que los colombianos no quieren vivir, pero
que les ha tocado vivir. Sería conveniente apoyar a William Ospina: 1 "Yo sueño un
país donde tantos talentosos artistas, músicos y danzantes, actores y poetas, pintores y contadores de historias, dejen de ser figuras pintorescas y marginales, y se conviertan en voceros orgullosos de una nación, en los creadores de sus tradiciones. Todo eso sólo requiere la apasionada y festiva construcción de vínculos sinceros y valerosos. Y hay una pregunta que nos está haciendo la historia: ahora que el rojo y el azul han dejado de ser un camino, ¿dónde está la franja amarilla?". Pag.38.
Ensayo de:
Vivian Restrepo Gil
Autor:
William Ospina:
Revista Número 9, 1996.
ASESOR INTELECTUAL: JOSE ORLANDO MELO NARANJO – CATEDRATICO VENEZOLANO UNIVERSIDAD NACIONALISTA BOLIVARIANA DE VENEZUELA – 2013
Enviado por:
Jose Orlando Melo Naranjo