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El espectral barco fantasma de la Bahía de Samborombón (Argentina)


Partes: 1, 2
Monografía destacada
  1. Introducción
  2. Misterios deseados
  3. Breves palabras finales

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La leyenda local sostiene que un misterioso barco fantasma

hace su aparición en la costa bonaerense de Punta Indio.

Introducción

MÚSICA TENEBROSA; árboles apenas iluminados por los focos de un auto que transita por un camino solitario durante una noche lúgubre; la costa bonaerense filmada en blanco y negro, mostrando efectos computarizados de celuloide antiguo, son las bases en la que se apoyó un informe periodístico puesto al aire por AMÉRICA NOTICIAS el día 12 de septiembre de 2012, dentro de una sección bautizada La Ruta de los Mitos.

Esa noche los productores del noticiero seguramente decidieron dejar de lado la primicia mundial de algún osito panda nacido en cautiverio para informar al gran público respecto de un "hecho" por demás extraño y poco común en el imaginario de la sociedad argentina: la aparición espectral de un barco fantasma en las cercanías de Punta Indio, sobre la costa norte de la Bahía de Samborombón.

¿En qué consistió la historia? ¿Sobre qué cimientos se la construyó? ¿Quiénes fueron los especialistas consultados? ¿Qué dijeron los testigos y qué se pretendía con esa crónica?

Es lo que intentaremos responder en este breve artículo.

Misterios deseados

TODOS LOS MISTERIOS retroalimentan a otros misterios. Nacen del rumor y echan a andar ideas, conceptos, historias y prejuicios; algunas veces con gran éxito, otras no tanto. La continuidad o fracaso de esos rumores, su consolidación (o no) en leyendas locales (regionales o internacionales) depende de muchas variables, en especial del contexto histórico en el que nacen o se pretende hacer nacer.

Sabemos que los períodos de crisis son los ideales para que esa consolidación prospere, pero en el universo de las leyendas urbanas (o rurales) nada se da de manera forzada. No hay decreto que las instale y mantenga en el tiempo. Otros son los inasibles factores que intervienen para lograr que éstas germinen.

Como sucede en la política: una cosa es llegar al poder y otra bien distinta es mantenerse en él.

La localidad de Punta Indio (a 150 Km. al sur de la ciudad de Buenos Aires) se convirtió, hace unos años, en el escenario perfecto en donde poder observar la lucha que referimos. Una lucha que, como veremos, terminó siendo vana; no encontrando la recepción necesaria, a pesar de las imágenes y adjetivos que algunos medios de difusión intentaron imponer. En este sentido, el imaginario colectivo no se dejó domar. No dio pie al llamado "efecto bola de nieve" y lo que en principio podría haberse convertido en un alud, terminó desacelerándose y muriendo muy poco tiempo después.

Todo parecería indicar que la denuncia del rumor no fue lo suficientemente efectiva. Le faltó impulso. Careció del background necesario. Llegó a los titulares de algunos medios, pero no se mantuvo. Se frenó. Se apagó en el intento.

Punta Indio, "un lugar lleno de misterios", anunció la cronista de AMÉRICA NOTICIAS. "Cientos de leyendas sobrevuelan el lugar". "Un pueblo rodeado de fenómenos inexplicable (…) que todos vivenciaron alguna vez y que conviven con ellos". [1]

La exageración de los dichos es más que evidente. La generalización, burda. Si nos dejáramos llevar por ese informe televisivo, Punta Indio se parecería más a la oscura Twin Peaks de la serie homónima que al bucólico pueblo provinciano que en verdad es.

Sostener que la localidad está "llena" de sucesos extraños y "rodeada" de fenómenos sn explicación con los que "toda" la gente comparte sus horas como si fuera algo natural, no se condice con el espíritu informativo (sustentado en la verdad) que se supone debería tener un programa de noticias.

Estamos, pues, ante la presencia del más clásico amarillismo, alimentado de sensacionalismo. Una mera "nota de color" que, lejos de exponer un enfoque antropológico serio e interesante sobre las creencias locales, introdujo en miles de espectadores una mentira intencionalmente manufacturada cuya meta era insuflarle a la región la "fama" necesaria para que pudiera ser explotada turísticamente por las autoridades y la cámara de comercio local en la temporada veraniega que se avecinaba. No en vano la página Web del pueblo subió el reportaje a su sitio oficial, sin hacer ni un solo comentario crítico.[2]

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Imagen con la que el Diario Popular ilustró la nota

referida al "barco fantasma" de Punta Indio.

Quince días después, el 27 de septiembre de 2012, Diario Popular aportó su granito de arena en un artículo que tituló Un misterioso barco de fuego en la bahía de Samborombón[3]en el que agregaba una catarata de adjetivos y datos muy difíciles de comprobar, contribuyendo así al intento de convertir Punta Indio en una especie de Hollywood Paranormal.

Según el matutino porteño allí era posible observar:

  • "Extrañas luminosidades"

  • "Misteriosa sucesión de fenómenos inexplicables"

  • "Frecuentes anomalías"

  • "Catálogo de hechos extraños"

  • "Experiencias que erizan la piel"

  • "Hechos singulares"

  • "Fenómenos de difícil explicación".[4]

Convengamos que la prensa escrita resultó mucho más prolífica que la cronista de televisión; aunque se advierta una idéntica intensión: la de hacer de la bahía de Samborombón un nueva y lucrativa Capilla del Monte bonaerense; aunque de neto corte parapsicológico y un tanto alejada de la mística "buena-onda" de la New Age cordobesa.[5]

Pero vayamos al "inusual acontecimiento" que tanto AMÉRICA TV como Diario Popular denunciaron en sus respectivas notas.

El rumor cuenta que un espectral barco en llamas aparece de la nada, a unos 500 metros de la costa, en las cercanías de un camping llamado El Descanso, para luego desvanecerse si más. Los testigos también relatan haber oído claramente gritos de desesperación o ayuda provenientes de la nave. Alaridos que son devorados por el viento cuando el buque desaparece ante la mirada atónita de los pescadores locales y eventuales turistas.[6]

La "aparición" no podía ser más clásica. Nos retrotrae a las historias protagonizadas por el barco fantasma más famoso de la literatura, El Holandés Errante, condenado a navegar eternamente por los mares del mundo, anunciando desgracias.[7] También él fue producto de los avatares de los medios de comunicación. Una revista británica fue la que propagó, en 1821, la primera versión de la historia.[8] A casi 200 años de aquella publicación, el intento por instalar una fábula parecida en el extremo sur de America, nos resulta por demás interesante.[9]

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Apariciones espectrales en la costa bonaerense.

Una novedad en el imaginario de nuestro país.

Testimonios y testimonios sobre testimonios son los que se acumulan para que ello pueda ocurrir.

"Y ves, así, en el río (sic), un resplandor. Una luz muy fuerte, como fuego. Como que se prendía fuego un barco. Algo raro. Algo que no se ve todos los días. Y estuvo un rato, esa luz. Ahí. Y después se empezó a levantar del agua y… desapareció".[10]

El "yo lo vi con mis propios ojos" y el "me dijeron que lo vieron" constituyen la principal materia prima del rumor, y si bien en un principio todo parecía orientar al barco fantasma de Punta Indio hacia el viejo género de la Ghost Story (relatos de fantasmas), no faltaron los especialistas que introdujeron en la historia un lenguaje pretendidamente científico, tratando de aggiornarla a los tiempos que corren. Es el caso de uno de los entrevistados por en canal AMÉRICA, Carlos Cappuchio, anunciado como Presidente de UNIFA; que no es precisamente un organismo dependiente de UN (Naciones Unidas) sino la Unión de Investigadores de Fenómenos Aeroespaciales.[11] Un grupo autodefinido como especializado en lo oculto, asuntos insólitos y extraños (abducciones extraterrestres, criptozoología, civilizaciones antiguas, mutilaciones humanas y de ganado, cohetería, egiptología, mitos y leyendas).[12]

Estos antecedentes son los que explican el siguiente argumento, vertido ante las cámaras:

"Hubo testigos de que vieron un barco incendiado a 500 metros de la costa de estas aguas. En aguas de la Bahía de Samborombón. Escuchaban gritos. Imaginate un barco prendido fuego y su desaparición… Como si fuera un desfasaje de tiempo-espacio. No se sabe qué sucede".[13]

Aún sin saber de qué se trata, ese "desfasaje tiempo-espacio" es el que nos permite argüir el tránsito de la historia hacia otro género narrativo, también de ficción, y muy de moda en los ámbitos ufológicos: el de los mundos paralelos y puertas dimensionales, tan extendido entre los teóricos que pululan dando charlas en la localidad cordobesa de Capilla de Monte (Fabio Zerpa incluido), a la hora de explicar la aparición y desaparición de los ovnis (entendidos, lógicamente, como "naves alienígenas").

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Foto con la que varios artículos en Internet pretendieron transferir

la temática del barco fantasma al universo de la ufología.

Era lo que solapadamente se buscaba desde un inicio: transferir una típica historia romántica de fantasmas al ámbito de la ovnilogía; como si con ello se diera un paso hacia la seriedad que otorga el lenguaje de la divulgación científica, sin importar cuán descontextualizada ella esté. Los ufólogos se colaron por la ventana. Desplazaron a las almas en pena y colocaron en su lugar a los extraterrestres. Pretendieron hacer suyo el rumor inicial y cambiaron un escenario misterioso (el mar) por otro: el Universo. Mucho más vasto y tan desconocido como las profundidades oceánicas.

Fue sin duda la intervención del representante de la UNIF la que habilitó a la cronista de TV a sentenciar, con riguroso aplomo, que:

"Punta Indio es un centro energético, donde hay una variación del campo magnético terrestre que produce ciertos acontecimientos inusuales para nuestro entender."[14]

Más tarde que temprano, como era de preveer, las "energías" se hacían presentes y las "alteradas fuerzas magnéticas de la Tierra" pasaban a ser las responsables de los extraños fenómenos que ("dicen") se producen en la "ignota" Bahía de Samborombón.

Claro que en el discurso periodístico (y casi al pasar) el término "acontecimientos", en plural (y no "acontecimiento"), se convierte en el trampolín que nos saca de la inocente trama romantizada del barco fantasma y nos abre un panorama mucho más amplio y diverso de "maravillas"; en el que empiezan a terciar (siguiendo los testimonios de vecinos) jinetes espectrales, casas encantadas y, como si todo eso fuera poco, una desconocida y peligrosa agrupación de nazis, La Secta del Poseidón, responsable de haber enterrado, en épocas de Perón (¿de quién otro?), un tesoro constituido por barras de oro en los subsuelos del antiguo (hoy en ruinas) Hotel Argentino.[15]

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Ruinas del antiguo Hotel Argentino (Punta Indio)

Sitio en el que, de acuerdo con los rumores locales, los

nazis enterraron un tesoro millonario. Por su parte, modernos

cazafantasmas insisten en que el lugar está encantado.

Pero eso no es todo.

El Diario Popular hizo un aporte extra a esta ensalada esotérica, recurriendo a otra organización de dudosa imparcialidad científica, la FAO (Fundación Argentina de Ovnilogía), cuyos miembros habían llevado a cabo una "vigilia nocturna" en el lugar de los "hechos", en el año 2011. Como producto de ese campamento, aseguraron al medio periodístico haber recabado testimonios muy creíbles sobre la presencia de "un transbordador que navegaba con todas las luces encendidas pero que en instantes desaparecía para siempre de la vista".[16]

Barcos que desaparecen.

Después de muchos años, los largos bigotes de Charles Berlitz parecían asomarse de nuevo. Esta vez no en el Golfo de México, sino en la Bahía de Samborombón.[17] Un sitio con energías misteriosas que la FAO no tardó en asociar con tres trágicos casos ocurridos en la región.

El primero databa de 1983 y se relacionaba con la desaparición de un avión que, tras despegar de la base de Punta Indio, se esfumó para siempre. El segundo caso era del año 1997; en esa ocasión tres pescadores que estaban en un bote desaparecieron y jamás fueron encontrados. Por último, en 2011 (año de la "vigilia") la trágica suerte que corrió un helicóptero de la Agencia Nacional Vial, (que también se esfumó sin nunca hallar el aparato ni el piloto) contribuyó a alimentar una hipótesis que permanecía latente, sin ser dicha de manera directa.

Pero el Diario Popular afinó el lápiz y se animó a blanquear lo no dicho: los fenómenos extraños, las desapariciones y apariciones del navío espectral en llamas de Punta Indio, en la Bahía de Samborombón, eran "enigmas hermanados con el Triángulo de las Bermudas".[18]

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Charles Berlitz, autor del famoso y sensacionalista libro

El Triángulo de las Bermudas (1974)

Breves palabras finales

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Barcos fantasmas y ovnis

Una dupla que resultó insuficiente

SI LA INTENCIÓN de la crónica televisiva (y del artículo del Diario Popular) era injertar en la región de Punta Indio y la Bahía de Samborombón un turismo alternativo de base esotérica al estilo de Capilla del Monte, debemos decir que el proyecto, hasta ahora (2016), fracasó.

Por más vuelta que le dieron al asunto, el barco fantasma, los hipotéticos nazis, los centros energéticos denunciados, los ovnis y las desapariciones aparentemente "registradas", no demostraron tener la fuerza suficiente.

Todo quedó en la nada.

Meras leyendas locales.

Patrimonios intangibles de una región que sigue luchando y soñando por mejores condiciones de vida.

Por

Fernando Jorge Soto Roland

Profesor en Historia por la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Buenos Aires

Mayo 2016

Partes: 1, 2
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