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Empresas transnacionales e integración en América Latina y el Caribe: principales problemas y perspectivas


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. A manera de presentación
    3. Las empresas transnacionales y la integración latinoamericana y del Caribe
    4. Las empresas transnacionales latino caribeñas integradas
    5. Las Translatinas: copia de las empresas transnacionales capitalistas
    6. El ALBA y la necesidad y posibilidad de nuevos tipos de empresas latino-caribeñas integradas

    Resumen

    El modelo de desarrollo por "Sustitución de importaciones" para América Latina y el Caribe diseñado por la CEPAL en los años 50 del siglo pasado, contemplaba tres aspectos fundamentales para lograr un determinado desarrollo de la economía y disminuir la dependencia económica: estimulación de la inversión extranjera directa que facilitara ese desarrollo y que transfiriera tecnología a través de las empresas transnacionales (ETN); sustitución de importaciones unida a la estimulación de las exportaciones y finalmente, la integración regional que proporcionara mercados ampliados para sus niveles de producción. Sin embargo las ETN han utilizado los diferentes acuerdos de integración latinoamericanos por medio de la llamada "Liberalización económica" para que sirvan completamente a sus intereses, mientras que la región sigue siendo atrasada, tiene una posición desventajosa en el comercio internacional y sus pueblos siguen padeciendo graves problemas económicos y sociales.

    Surge entonces hoy la necesidad de un proceso integracionista renovado propiamente latinoamericano y caribeño que emane de sus propios intereses y no de las imposiciones de otras regiones, que no solo tenga un propósito comercial y económico sino también social y político y que finalmente contribuya al mejoramiento de la calidad de vida de sus naciones. Surge también, la necesidad de un nuevo tipo de empresas transnacionales no capitalistas, cuyo principal objetivo sea realmente contribuir al desarrollo de América Latina y el Caribe a través de sectores estratégicos como son el sector energético, biotecnológico y farmacéutico y el sector del transporte.

    Ya se han dado los primeros pasos, La Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe se presenta como esa nueva oportunidad integracionista y PETROCARIBE quizás sea el antecedente de esas empresas transnacionales tipo ALBA.

    A manera de presentación

    Mucho se ha dicho y escrito sobre el tema de la integración latinoamericana desde varios puntos de vista; sin embargo el tema tiene hoy más que nunca, plena vigencia, por lo que es necesario el análisis permanente de las diferentes variables que lo caracterizan, con el fin de aclarar con anchura y profundidad, el camino que debe seguir este proceso para que se convierta en un mecanismo para el desarrollo verdadero de las naciones de la región y la eliminación de la dependencia de las grandes superpotencias.

    La necesidad de una integración latinoamericana y del caribe renovada, y los retos que este proceso integracionista tiene para enfrentar el papel que han jugado las empresas transnacionales, como "principales agentes económicos de acumulación y explotación capitalista a nivel mundial", como bien planteara hace más de veinte años Fidel Castro Ruz en su libro La crisis económica y social del mundo, es el objeto de este trabajo, en el que se plantean algunas ideas que apuntan a la búsqueda de alternativas integracionistas, para que nuestra región no continúe siendo campo de acción de estas empresas, que se apropian de manera desvergonzada de los recursos naturales, de la mano de obra barata y de nuestros mercados que explotan y dominan.

    Precisamente debido a esta necesidad, se hace imprescindible conocer, groso modo, el lugar y papel de las empresas transnacionales, la inversión extranjera directa y la integración en América Latina y el Caribe para hacer un análisis y sacar nuestras propias conclusiones.

    Las empresas transnacionales y la integración latinoamericana y del Caribe

    Los primeros y principales procesos de integración latinoamericana y el Caribe datan de la década de los 60 del Siglo XX, como la ALALC, creada en 1960 y que en 1980 se convirtió en ALADI; el MCCA creado en 1960, y El Pacto Andino creado en 1969 y que en 1996 se convirtió en La Comunidad Andina de Naciones. Estos fueron esquemas que en lo fundamental, formaron parte del contenido integracionista que proyectaba el modelo de la CEPAL llamado "Modelo de desarrollo hacia adentro o modelo de industrialización por sustitución de importaciones".

    El modelo desarrollista que tuvo sus inicios en la década de los 50, tenía como objetivo fundamental un determinado desarrollo interno de la industria de las economías latinoamericanas y, por lo tanto, la disminución de la dependencia de los centros económicos a través de la política de sustitución de importaciones, que se basaba en la estimulación de la inversión, garantizando a los productores nacionales la debida protección frente a las importaciones, sin dejar de lado la estimulación a las exportaciones. Para esto era necesaria la participación activa de la burguesía industrializante, quien debía ser el actor principal, según la CEPAL, y que debía también resistir con firmeza la penetración y el dominio de las transnacionales. La integración aparecía como parte de ese desarrollo industrial, al intentar aportar un mercado necesariamente ampliado y determinante para la creciente producción.

    La propuesta partía del punto de que la posición de América Latina en el sistema económico mundial, era la de productor y exportador de productos primarios y que a su vez los términos de intercambio de la región se habían ido deteriorando entre otros factores, por causa de la disminución de la demanda de este tipo de productos, debido al aumento del ingreso en los grandes centros industriales.

    De esta manera se concluía que la industrialización era necesaria para resolver los problemas de la región y que este proceso debía realizarse a través de la sustitución de importaciones. El Estado era parte importante en este proceso, ya que debía proporcionar la protección necesaria a las nuevas industrias.

    Para llevar a cabo este proceso de industrialización, era indispensable contar con recursos adicionales que sostuvieran el elevado nivel de desarrollo y para esto se recurrió al capital extranjero, ya que de acuerdo a los análisis realizados, ni el Estado ni la burguesía nacional eran capaces de asumir toda la inversión necesaria, considerando la alta propensión marginal al consumo y por tanto la baja tasa de ahorro que existía en la región.

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