- Definiciones
- Quien debe perdonar los pecados
- Castigos permitidos por Dios, a sus mejores servidores, en tiempo de Jesús
- Ofrendas como penitencia en el cristianismo
- El negocio del perdón de los pecados
- El sacramento católico de la confesión
- Pecado, perdón y olvido
- Fuentes
Ley. Es una norma dictada por un legislador, que manda, permite o prohíbe algo, y cuyo incumplimiento ocasiona una sanción.
Ley civil o humana. Cuando el legislador de la norma es una persona civil.
Mandamiento o ley divina. Cuando el legislador de la norma es un dios.
Delito. Es la desobediencia de alguna ley humana.
Delincuente. Quien desobedece una ley civil.
Inocente. Quien no ha desobedecido las leyes civiles.
Pecado. Es la desobediencia de alguna ley divina o mandamiento.
Pecador. Quien desobedece una ley divina o religiosa.
Santo. Quien permanece sin desobedecer las leyes divinas o mandamientos, es decir, sin cometer pecados.
Desobediencia. Incumplimiento de una ley o una orden.
Ofensa. Acción o dicho que hace que alguien se sienta humillado o despreciado.
Venganza. Ofensa o daño contra quien los ocasiona.
Daño o Perjuicio. Deterioro material o moral causado a una persona.
Confesión civil. Declaración de lo que se hace o de lo que sabe sobre algo, de manera voluntaria o forzada.
Confesión religiosa. Declaración al confesor de los pecados cometidos.
Sanción. Es la pena o castigo establecido para el que infringe una ley o una norma legal.
Pena o castigo. Es un recurso que se utiliza para reaccionar frente al delito.
Penitencia. Pena que impone el confesor al penitente. Una ofrenda o cualquier acto de mortificación interior o exterior.
Ofrenda. Algo que se ofrece como penitencia, muestra de reconocimiento o veneración.
Olvido. Abandono de algo o alguien.
Perdón. No es olvido sino dejar de sentir resentimiento hacia un ofensor.
– Renuncia a vengarse, o a reclamar un justo castigo contra el ofensor o una restitución de él.
– Restablecimiento de buenas relaciones con el ofensor.
Víctima. Persona que sufre un perjuicio o daño. En el caso del pecado la víctima es dios.
Victimario. Persona que inflige un daño o perjuicio a otra.
Quien debe perdonar los pecados
Solamente puede perdonar el desobedecido, el ofendido o el lesionado. El perdón es una decisión reciproca que solo puede darse entre víctima y victimario.
Sin embargo tanto en el antiguo como en el nuevo testamento el perdón a los victimarios era y ha sido concedido no por las víctimas, sino por unos entrometidos morbosos, como profetas o sacerdotes que dicen estar directamente autorizados por las víctimas.
Según la ley divina o mandamientos el único ofendido o víctima es Dios. Y un Dios que se ofende no puede ser un Dios.
Perdón de pecados en tiempo de Jesús y sus autorizaciones
– Según el antiguo testamento, los rabinos en el templo después de recibir las ofrendas.
Según el nuevo testamento, Juan Bautista en el rio Jordán por medio del bautizo y Jesús y sus apóstoles durante sus predicaciones.
Día de la expiación. Este era el día más importante en el calendario hebreo. En este día más solemne del año, las personas confesaban mental y masivamente sus pecados. Por un sacrificio especial, los pecados de un año, eran perdonados. Se hacía la expiación por todos los pecados de toda la nación. El sumo sacerdote hacía una primera ofrenda por sí mismo y los sacerdotes, y luego dos machos cabríos eran sacrificados por el pueblo como ofrenda por sus pecados. El sumo sacerdote solo en este día del año entraba al lugar Santísimo y rociaba sangre sobre el propiciatorio en el Arca del Pacto. Los restos de los animales eran llevados fuera del campamento y eran quemados.
Solo Dios puede perdonar los pecados: El pecado es una transgresión de la ley de Dios y por lo tanto, Él es el único que puede perdonarlos: Al Señor nuestro Dios pertenece la compasión y el perdón, porque nos hemos rebelado contra Él, (Daniel 9:9).
Autorización a los profetas: En el judaísmo ningún profeta, ni rabino, está autorizado para perdonar personalmente los pecados. Lo que ellos han hecho y hacen es coordinar la expresión masiva de arrepentimiento de los pecados el día de la expiación: Te manifesté mi pecado, y no encubrí mi iniquidad y tú perdonaste la culpa de mi pecado. (Salmos 32:5).
En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros. Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová. Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto perpetuo. (Levítico 16:29-31)
Autorización a Jesús para perdonar los pecados: Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, (1 Tim 2:5).
Autorización de Jesús a los apóstoles: A quienes perdonéis los pecados, éstos les son perdonados; a quienes retengáis los pecados, éstos les son retenidos. (Juan 20:23).
Castigos permitidos por Dios, a sus mejores servidores, en tiempo de Jesús
Ofrendas como penitencia en el cristianismo
– El sacrificio de animales fue en el Antiguo Testamento el único instrumento aceptado por Dios para el perdón de los pecados. Los sacrificios de animales fueron ordenados por Dios, para que las personas pudieran obtener el perdón por sus pecados. El animal moría en compensación de los pecados de las personas.
– Según el Nuevo Testamento en el cristianismo los sacrificios de animales concluyeron con la crucifixión de Jesús como cordero de Dios: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo." (Juan 1:29).
Jesús fue el último sacrificio sustituto con lo cual se proclamó el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5).
Dios aceptó la crucifixión de Jesús a cambio de que no se le siguieran inmolando corderos. Es llamativo que las ofrendas que más le gustan a Dios sean las de sus mejores servidores. Si no fuera así, siendo Dios, no las permitiría.
El negocio del perdón de los pecados
– Los sacerdotes y escribas, redactores del Antiguo Testamento, durante su cautiverio en Babilonia, plasmaron en el Génisis la idea del primer pecado de Adán y Eva en el Paraíso, como un hecho perverso heredable a toda la humanidad. En base de ello los sacerdotes proclaman que todas las personas nacen contagiadas con el pecado original y están supeditadas a ellos, únicos intermediarios entre Dios y las personas, para el perdón de éste y los nuevos pecados cometidos.
– Para que este sometimiento funcionara lo complementaron con otra idea fantástica, la existencia del Infierno y el Cielo. El Infierno como un lugar de castigo donde los condenados, por no haber solicitado el perdón de los sacerdotes, estarían entre llamas eternamente. Y el Cielo donde los salvados por la absolución sacerdotal, estarían disfrutando de felicidad por toda la eternidad.
– Influenciados por el método seguido por los pueblos germánicos para castigar las infracciones de los miembros de sus sociedades, practicaron la confesión y absolución privada tarifada.
En los listados de penitencia tarifada, se hacía una equivalencia, a veces, pecuniaria, pecado/cuantificación de penitencia, de fácil manejo y comodidad para sacerdotes. En ellos quedaban establecidas o tarifadas las penas para cada pecado, penas cuantificadas a partir de periodos más o menos prolongados de ayunos, penitencias y oraciones.
– Entre los siglos XIV y XV, la Iglesia Católica vendía indulgencias a sus feligreses. Las indulgencias son perdones de pecados hechos por la Iglesia católica.
– Con este procedimiento se enriqueció la Iglesia, aseguró una entrada fija para su funcionamiento y financió grandes proyectos como la construcción de sus principales catedrales como Notre-Dame en París y la Basílica de San Pedro en Roma.
Lutero no estuvo de acuerdo con esta explotación de la gente por la iglesia católica y provocó un cisma religioso que condujo a la separación de la Iglesia luterana.
El sacramento católico de la confesión
Definiciones
El sacramento de la confesión católico, es el instrumento mediante el cual una persona recibe el perdón de Dios por los pecados y queda santificada.
Sacramento. Es un instrumento para santificar.
Instrumento. Medio que sirve para alcanzar un fin.
Perdón. Dejar de sentir resentimiento hacia un ofensor.
Pecado. Es una desobediencia de alguna ley divina.
Santificar. Es perdonar los pecados.
Antecedentes
– El cristianismo se inició con Jesús. Jesús como judío seguía las indicaciones de la Biblia judía, entre ellas las del perdón de los pecados. El mandamiento al respecto ordenaba asistir al templo de Jerusalén o a la sinagoga más cercana, cada año, el día de la expiación y participar en las ceremonias prescritas. En ella los pecadores, no confesaban sus pecados a ningún rabino o profeta, sino que se unían al resto de la población para rezar las oraciones de arrepentimiento.
– Como era seguidor de Juan Bautista también recibió el bautizo y perdón de los pecados por este profeta en el río Jordán.
Dentro de la mitificación de Jesús como un dios, según los evangelios, perdonó pecados y autorizó a sus apóstoles para perdonarlos.
– Sin embargo en el Nuevo Testamento no consta que Jesús hubiera practicado ningún bautizo, ni que hubiera exigido a ningún pecador la confesión personal de sus pecados.
– Sus apóstoles también judíos practicaron el arrepentimiento de sus pecados cada año en el día de la expiación.
– Los fieles de la iglesia cristiana primitiva, como en su gran mayoría eran judíos conversos, siguieron celebrando las festividades judías hasta tres siglos después de la muerte de Jesús. Esto porque la diferenciación de las fiestas cristianas y judías fue elaborada y autorizada en los concilios cristianos convocados posteriormente.
– La confesión de los pecados personales a un sacerdote y la autorización del sacerdote para perdonárselos fue promulgada sólo hasta el siglo tercero en el concilio de Trento.
– La Iglesia se proclamó intermediaria entre Dios y el pecador, para el perdón de los pecados, y estableció un procedimiento que duró varios siglos en perfeccionamiento. Con la ejecución del procedimiento el pecador quedaba perdonado y reconciliado con Dios y la comunidad, evitaba el castigo eterno en el infierno y obtenía el premio de la gloria en el cielo.
– En los inicios del cristianismo sólo existía la expiación y el bautizo para reconciliar a las personas con Dios y aceptarlas en la comunidad cristiana.
– En el siglo IV se implantó de forma generalizada la penitencia pública, impuesta a quienes hubiesen cometido crímenes particularmente graves, como homicidio, adulterio y apostasía. Esta penitencia exigía al pecador un proceso largo, público y severo. Exigía tres acciones:
1. Confesión pública de los pecados graves con presencia de un obispo, quien administraba la penitencia pública y ordenaba el ingreso al grupo de penitentes.
2. Cumplimiento de la penitencia pública, que exigía un tiempo prolongado.
3. Expiación pública el Jueves Santo.
– La presencia exclusiva del obispo pasó progresivamente a los sacerdotes a mediados del siglo VII.
– La vergüenza ante la comunidad y el desprecio de ella, que ocasionaba la confesión pública de los pecados motivó a muchos a practicar la confesión cuando sentían la proximidad de la muerte.
– Esta actitud disminuyó considerablemente el número de fieles que recibían la comunión y de varones que ingresaban al clero.
– El IV Concilio de Toledo (633), estableció la confesión privada para varones que habían cometido solo pecados veniales y querían ingresar al clero, pero mantuvo la confesión pública y la prohibición de ingreso al clero para quienes habían cometido pecados graves. Quienes habían cometido pecados veniales, podían ingresar en el clero, pero quienes habían seguido la penitencia pública, no podían hacerlo.
– Poco después empezaron a aparecer confesiones individuales o privadas, en reemplazo de las públicas, en las que se confesaban y absolvían los pecados cometidos en privado ante un sacerdote.
– Después en el siglo X desaparecieron las confesiones y penitencias públicas.
Pasos
Este sacramento comprende cinco pasos: Examen de conciencia. Arrepentimiento o contrición. Confesión personal al sacerdote. Penitencia. Absolución.
Arrepentimiento o contrición
– Sentimiento de pesar y culpa por una acción.
– Es sentir interiormente la culpabilidad de los pecados cometidos y tener la intención de confesarlos y no volver a cometerlos.
Confesión
– Consiste en la enumeración verbal de todos los pecados mortales cometidos, a un sacerdote con facultad de absolver.
– La confesión debe especificar todos los pecados en tipo y número, así como las circunstancias que modifiquen la naturaleza del pecado mismo. Ocultar conscientemente un pecado invalida la confesión.
– Los sacerdotes están obligados a guardar en secreto los pecados confesados, esto se conoce como sigilo sacramental. Un sacerdote jamás, bajo ninguna circunstancia, puede romper este secreto. El Código de Derecho Canónico indica que de ser violado, el sacerdote queda automáticamente excomulgado.
Penitencia
– Acto de mortificación interior o exterior impuesto por el confesor al penitente, como reparación por los pecados confesados.
Absolución
Acto del sacerdote por medio del cual perdona los pecados.
El Pecado
Es la desobediencia voluntaria de un precepto divino o religioso.
– En los estados confesionales, que tienen una religión oficial, se castigan con la privación de libertad, e incluso con la pena de muerte.
– En entornos culturalmente atrasados, la pobreza, el marginamiento y las enfermedades se asocian con el cometimiento de pecados.
– En la Torá se desarrolló una reglamentación de leyes sobre el pecado, consecuencias y causas.
– Como preceptos divinos se aceptan los registrados en los libros sagrados.
– En la religión católica se habla de cuatro clases de pecados de acuerdo a la gravedad de la transgresión y al grado de voluntad o deliberación con que se cometen:
Pecado original. El heredado de los primeros padres Adán y Eva por su desobediencia en el Paraíso Terrenal.
Pecado venial. Pecado poco grave que no priva al alma de la gracia de Dios y que no requiere del sacramento de la confesión para ser perdonado.
Pecado capital. Pecado que es principio u origen de otros pecados. Los pecados capitales son siete: la soberbia, la envidia, la pereza, la avaricia, la gula, la ira y la lujuria.
Pecado mortal. Es la violación con pleno conocimiento y deliberado consentimiento de los mandamientos de Dios y de la Iglesia Católica.
– En el judaísmo se reconocen como pecados mortales el asesinato, la sodomía, la opresión de niños, viudas y huérfanos, y no pagar el jornal justo al trabajador.
Sanción.
Es la pena o castigo establecido para el que infringe una ley o una norma legal.
La pena o castigo. Expiación que se impone a la persona que ha cometido un delito o una falta o ha tenido un mal comportamiento.
Es el recurso que las autoridades utilizan para reaccionar frente al delito.
Clasificación de las penas: corporales, infamantes, privativas de derechos, privativas de libertad, pecuniarias.
Ofensa. Desprecio o humillación con palabras o acciones.
Daño o Perjuicio. Detrimento material o moral causado a una persona.
Víctima. Persona o animal que sufre un daño.
Victimario. Persona que le inflige un daño o perjuicio a otra en un momento determinado.
Venganza. Ofensa o daño contra quien los ocasiona.
Olvido
– Abandono de algo o alguien.
– Dejar de sentir afecto o interés por alguien o por algo.
Perdón. Es dejar de sentir resentimiento hacia un ofensor.
– Terminar la ira o indignación contra un ofensor.
– Renunciar a vengarse, o a reclamar un justo castigo contra el ofensor o una restitución de él.
– No tener en cuenta una ofensa en el futuro, de modo que las relaciones entre ofensor perdonado y ofendido perdonante no sigan afectadas.
– En un sentido impropio es no exigir un castigo, una deuda u otro tipo de obligación.
El perdonante no hace justicia con su concesión del perdón, sino que renuncia a ella, a la venganza, o al justo castigo o compensación.
No perdona quien:
– sólo olvida la ofensa recibida
– no adopta una decisión de perdonar.
– no se sintió ofendido por la presunta ofensa.
– deja de sentirse ofendido tras las explicaciones del presunto ofensor.
– piensa a quien ofendió.
– no tiene contacto con la persona ofendida.
– intenta olvidar la ofensa y a quien ofendió.
– tiene la intención de pedir perdón
– siente arrepentimiento y deseo de perdonar.
– reconoce que cometió un error.
Cuando el recuerdo de la ofensa aflora y sentimos malos pensamientos, de odio o de venganza, no hemos perdonado aún.
Perdonar significa:
– acercarnos a la persona a la que ofendimos y expresarle nuestro arrepentimiento y nuestra humilde solicitud de perdón, nuestra sincera intención de reparar el daño. Este paso exige muchas cosas de nosotros mismos:
– cambiar nuestra actitud para con el ofensor, tratarlo sinceramente como a una persona a la que apreciamos, por la que nos interesamos.
El perdón se puede conceder sin decir una palabra y nuestro subconsciente comprobar que en nuestro interior no guardamos ningún rencor.
Los beneficios de perdonar o pedir perdón, como alcanzar la paz interior, ocurrirán en nosotros independientemente de:
– que el ofendido acepte nuestro perdón o nos perdone.
– y de quien tenga la razón.
Si he ofendido, y pido perdón sinceramente, no hace falta que me perdonen para sentirme bien.
Pedir perdón implica:
– Reconocer ante sí mismo el propio error y culpa.
– Vencer el orgullo y humillarse ante el ofendido, al solicitarle la gracia del perdón.
– Arriesgarse a reconocer la culpa o responsabilidad, ante la eventualidad de no recibir el perdón solicitado.
– Aumentar por parte del ofensor las posibilidades de ser perdonado, aunque el ofendido es teóricamente libre de perdonar o no.
Una solicitud pública de perdón tiene un costo mayor en términos de pérdida de prestigio para quien pide perdón, que una solicitud privada, pero aumenta sensiblemente las posibilidades de ser perdonado, pues:
– La confesión pública de la culpa sirve ya en ocasiones de reparación total o parcial del daño, cuando el daño causó desprestigio del ofendido.
– La vergüenza de la confesión pública es ya un castigo que el ofensor se auto inflige.
– El ofendido aparece públicamente como quien es capaz de perdonar.
– La negativa a la concesión de un perdón puede:
ser considerada como nueva ofensa del ofendido, que deteriora aún más las relaciones ya afectadas por la ofensa primera,
o disminuir el prestigio social de quien no es capaz de perdonar.
– El perdón beneficia:
– Obviamente al perdonado, ayuda a mantener el equilibrio interior, a recuperar la paz interior y a ser un poco más feliz,
– al perdonante quien también está interesado en ver recompuestas total o parcialmente sus relaciones con el ofensor,
– y a la sociedad, pues contribuye a la paz y cohesión sociales y evita espirales de venganzas.
Por estos motivos todas las religiones universales y diversas corrientes filosóficas recomiendan el perdón.
– Si la disculpa no es sincera, ni quien pida las disculpas ni quien las reciba saldrá beneficiado.
– No obstante, sólo será beneficioso cuando verdaderamente se siente y se entiende lo que se está haciendo. De lo contrario, sólo serán palabras vacías.
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Enviado por:
Rafael Bolívar Grimaldos