- Niveles del conocimiento
- Matriz de inteligencia del equilibrio del contexto
- Convivencia social
- Enfoques epistemológicos, axiológicos y ontológicos
- Enfoque de género
- Conclusiones
- Bibliografía
Niveles del conocimiento
"Metodología Científica".
El hombre nunca actúa directamente sobre las cosas. Siempre hay un intermediario, un instrumento entre él y sus actos.
Pero, ¿qué es conocer? Es una relación que se establece entre el sujeto que conoce y el objeto conocido. En el proceso del conocimiento, el sujeto se apropia, en cierta forma, del objeto conocido.
El conocimiento siempre implica una dualidad de realidades de un lado, el sujeto cognoscente y, del otro, el objeto conocido, que es poseído en cierta manera, por el sujeto cognoscente. El pensamiento es un conocimiento intelectual.
Mediante el conocimiento, el hombre penetra las diversas áreas de la realidad para tomar posesión de ella. Ahora bien, la propia realidad presenta niveles y estructuras diferentes en su constitución.
Se tienen así cuatro especies de consideraciones sobre la misma realidad, el hombre, y, en consecuencia, tenemos cuatro niveles diferentes de conocimiento.
Conocimiento empírico.
Conocimiento científico.
Conocimiento filosófico.
Conocimiento teológico.
Conocimiento empírico.
También llamado vulgar, es el conocimiento popular, obtenido por azar, luego de innumeras tentativas. Es ametódico y asistemático.
A través del conocimiento empírico, el hombre común conoce los hechos y su orden aparente, tiene explicaciones concernientes a las razones de ser de las cosas y de los hombres, todo ello logrado a través de experiencias cumplidas al azar, sin metido y mediante investigaciones personales cumplidas al calor de las circunstancias de la vida; o valido del saber de otros y de las tradiciones de la colectividad; e, incluso, extraído de la doctrina de una religión positiva.
Conocimiento científico.
Este conocimiento va más allá del empírico: por medio de él, trascendido el fenómeno, se conocen las causas y las leyes que lo rigen. Es metódico. Conocer verdaderamente, es conocer por las causas.
De ahí las características del conocimiento científico:
Es cierto, porque sabe explicar los motivos de su certeza, lo que no ocurre con el empírico.
Es general, es decir, conoce en lo real lo que tiene de más universal, válido para todos los casos de la misma especie. La ciencia, partiendo de lo individual, busca en él lo que tiene en común con los demás de la misma especie.
Es metódico, sistemático. El sabio no ignora que los seres y los hechos están ligados entre sí por ciertas relaciones.
Conocimiento filosófico.
Este conocimiento se distingue del científico por el objeto de la investigación y por el método. El objeto de las ciencias son los datos próximos, inmediatos, perceptibles por los sentidos o por los instrumentos, pues, siendo de orden material y físico, son por eso susceptibles de experimentación. El objeto de la filosofía está constituido por realidades inmediatas, no perceptibles por los sentidos, las cuales, por ser de orden suprasensible, traspasan la experiencia.
En la acepción clásica, la filosofía estaba considerada como la ciencia de las causas por sus causas supremas. Modernamente, se prefiere hablar del filosofar. El filosofar es un interrogar, un continuo cuestionar sobre sí y sobre la realidad. La filosofía es una búsqueda constante de sentido, de justificación, de posibilidades, de interpretación al respecto de todo aquello que rodea al hombre y sobre el hombre mismo, en su existencia concreta.
Oportunamente Jaspers, en su Introducción a la Filosofía coloca la esencia de la filosofía en la búsqueda del saber y no en su posesión. La filosofía se traiciona a sí misma y se degenera cuando es puesta en fórmulas.
La filosofía procura comprender la realidad en su contexto más universal. No da soluciones definitivas para un gran número de interrogantes. Habilita, entonces, al hombre en el uso de sus facultades para ver mejor el sentido de la vida concreta.
Conocimiento teológico.
El conocimiento relativo a Dios, aceptado por la fe teológica, constituye el conocimiento teológico. Es aquel conjunto de verdades a las cuales los hombres llegan, no con el auxilio de su inteligencia, sino mediante la aceptación de los datos de la revelación divina. Se vale, de modo especial, del argumento de autoridad. Son los conocimientos adquiridos a través de los libros sagrados y aceptados racionalmente por los hombres, después de haber pasado por la crítica histórica más exigente. El contenido de la revelación, hecha la crítica de los hechos allí narrados y comprobados por los signos que los acompañan, se reviste de autenticidad y de verdad.
Pasan tales verdades a ser consideradas como fidedignas y por tal razón son aceptadas. Esto se cumple con base en la ley suprema de la inteligencia: aceptar la verdad venga de donde viniere, en tanto que sea legítimamente adquirida.
A pesar de todo, no podemos decir que sólo se usa un tipo de conocimiento, todos están relacionados unos con otros, de tal suerte que el científico utiliza su experiencia propia y usa la filosofía para que, ayudado por los resultados que obtuvo aplicando el método científico, de una explicación al fenómeno. Esto es igual con los demás niveles de conocimiento.
Matriz de inteligencia del equilibrio del contexto
La Matriz de Inteligencia Organizacional (MIO) es una herramienta de diagnóstico elaborada por MIK S. Coop y la Universidad de Wiesbaden y que se utiliza dentro la metodología K>>Facts, propiedad de MIK S. Coop, cuya principal utilidad es promover los flujos de intercambio y creación en las organizaciones. Esta metodología ha sido distribuida en el contexto del Programa de Formación de Alto Nivel en Gestión de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación.
Convivencia social
Aprender a no agredir al Congénere.
Base de todo modelo de convivencia social. La agresividad es natural en el hombre. Pero el hombre puede y debe aprender a convertir la fuerza de la agresividad en fuerza para el amor, y no para la muerte.
Aprender a Comunicarse.
Base de la autoafirmación personal y grupal .El medio básico de la autoafirmación es el diálogo. La Convivencia Social requiere aprender a dialogar, porque es a través del diálogo que aprendemos a expresarnos, a comprendernos, aclararnos, coincidir, discrepar y comprometernos.
Aprender a interactuar.
Base de los modelos de relación social.
1. Aprender a acercarse al otro, siguiendo las reglas de saludo y cortesía.
2. Aprender a comunicarse con los otros reconociendo los sentimientos y los mensajes de los otros, y logrando que reconozcan los míos.
3. Aprender a estar con los otros aceptando que ellos están conmigo en el mundo, buscando y deseando ser felices, y aprendiendo también a ponerse de acuerdo y a disentir sin romper la convivencia.
4. Aprender a vivir la intimidad, aprendiendo a cortejar y amar.
5. Pero sobre todo aprendiendo a percibirme y a percibir a los otros como personas que evolucionamos y cambiamos en nuestras relaciones pero guiados siempre por los Derechos Humanos.
Aprender a decidir en grupo.
Base de la política y de la economía. Aprender a convivir supone aprender a sobrevivir y a proyectarse, estos tres propósitos fundamentales del Hombre no son posibles si no se aprende a concertar, con los otros, los intereses y los futuros. La concertación de toda una sociedad, la llamamos constitución. Y toda buena concertación (como toda buena constitución) establece las reglas para cambiar o modificar la concertación.El grado de convivencia de una sociedad depende de su capacidad de concertar intereses de una forma participada a todo nivel: familiar, gremial, regional. Nacional e internacional.
Aprender a Cuidarse.
Base de los modelos de salud y seguridad social.La salud es un bien personal y colectivo que se construye y se desarrolla a base de comportamiento. Aprender a cuidar el "bien estar" físico y psicológico de sí mismo y de los otros es una forma de expresar el amor a la vida.Aprender a cuidarse, significa también aprender a crear y a cuidar las condiciones de vida de todos (vivienda, alimentación, trabajo, recreación) como factor de convivencia. Si el otro no tiene condiciones de vida adecuadas, la convivencia no es posible porque antes de convivencia está la supervivencia.
Aprender a cuidar el entorno.
Fundamento de la supervivencia.Aprender a convivir socialmente es ante todo aprender a estar en el mundo, cuidando del lugar donde estamos todos: la Biosfera.La convivencia social implica también aprender que para nosotros no es posible sobrevivir si el planeta muere, y el planeta Tierra no puede sobrevivir como "nuestra casa" sin nuestro cuidado.
g) Aprender a volar el saber cultural y académico.
Base de la evolución social y cultural.El Saber Social (el Académico y el Cultural) definido como el conjunto de conocimientos, prácticas, destrezas, procedimientos, valores, ritos y sentidos, que una sociedad juzga válidos para sobrevivir, convivir y proyectarse, es importante para la convivencia social, porque es ahí dentro de la cultura y saber Académico que le toca vivir, donde el ser humano se modela y evoluciona.
Enfoques epistemológicos, axiológicos y ontológicos
Enfoques epistemológicos.
Una clasificación detallada es la que considera dos variables de convicciones cognitivas (y filosóficas): lo que privilegian como fuente del conocimiento (con dos valores: empirismo y racionalismo) y lo que privilegian dentro de la relación entre el sujeto y el objeto del conocimiento (con dos valores: idealismo y realismo). El cruce de ambas variables (2X2) genera cuatro tipos de enfoques epistemológicos.
Lo que muestra esta clasificación puede verse en la Tabla, donde la segunda y tercera columnas reflejan los criterios de clasificación, mientras que las columnas subsiguientes son criterios asociados a los dos anteriores (consecuencias o implicaciones filosóficas).
Fig.1 Los tres enfoques con sus cinco aplicaciones.
Enfoque Axiológico.
Axiología
o Filosofía de los valores, término empleado por primera vez por Urban —Valuation: Its Nature and Laws, 1906— para designar la rama de la Filosofía que estudia la naturaleza de los valores y juicios valorativos.
Proviene del siglo II (2) axios, "lo que es valioso o estimable", y logos, "ciencia", teoría del valor o de lo que se considera valioso. La axiología no sólo trata de los valores positivos, sino también de los valores negativos, analizando los principios que permiten considerar que algo es o no valioso, y considerando los fundamentos de tal juicio. La investigación de una teoría de los valores ha encontrado una aplicación especial en la ética y en la estética, ámbitos donde el concepto de valor posee una relevancia específica. Algunos filósofos como los alemanes Heinrich Rickert o Max Scheler han realizado diferentes propuestas para elaborar una jerarquía adecuada de los valores. En este sentido, puede hablarse de una "ética axiológica", que fue desarrollada, principalmente, por el propio Scheler y Nicolai Hartmann.
Enfoque ontológico.
La ontología es aquello que estudia el ser, en cuanto ser, el interés por estudiar el ser se origina en la historia de la filosofía, cuando esta surge de la necesidad de dar explicaciones racionales, no mitológicas, a los fenómenos del mundo físico, también debemos recordar que el carácter universal de la filosofía, tuvo su origen en la necesidad de un conocimiento valido a todo fenómeno, y en las deficiencias de los conceptos inicialmente desarrollados, para ser llevados a la práctica concreta en los fenómenos físicos, o sociales. Es por esto que muchos pensadores se dedicaron a reflexionar sobre cuál podría ser el fundamento del mundo físico, pero que pasa, nosotros al observar a los objetos que percibimos en el mundo físico nos damos cuenta que existen objetos líquidos, sólidos o gaseosos, que algunos se componen de materia inerte, como la piedra, y otros, de materia viva. Es así como encontramos diferentes elementos físicos, pero la razón nos exige pensar en un solo elemento constitutivo de los demás. Dicho elemento fue propuesto por algunos pensadores quienes suponían que podría ser: el agua (Tales de Mileto), el fuego (Heráclito de Éfeso), el aire (Anaxímenes), y la combinación de los cuatro (Empédocles), pero Anaximandro propuso una solución lógica, es decir que dicho elemento, debería ser indeterminado (a lo que llamó Apeiron). Pero fue Parménides quien propuso la mejor solución, este pensador sostuvo que existen dos caminos para llegar al conocer, que son los sentidos, y la razón, por los sentidos se llega a lo cambiable, a lo inseguro, y a lo desconfiable en los objetos, y por la razón se llega a lo universal, confiable e inmutable. Tomando el segundo camino Parménides encontró algo común e indispensable a todo objeto: Que cualquier elemento natural antes de tener alguna característica específica, tiene una sin la cual no existiría, la de Ser, este ser es un elemento fundamental y no una característica que tienen las cosas. Desde entonces se constituye a la Ontología como Ontos = Ser, y logos= estudio, en este caso lo real es igual al ser, y el ser es igual al fundamento de toda realidad.
Enfoque de género
Hasta hace poco tiempo, se creía que las mujeres no tienen la capacidad de pensar de manera abstracta y que su pensamiento siempre está ligado a la experiencia corpórea (Schiebinger, 2004) lo que explicaba la menor presencia de las mujeres en estas áreas de conocimiento, mientras que la participación de las mujeres en las ciencias sociales y algunas naturales (como la biología) ha sido más amplia y la incorporación del género como categoría analítica dentro de los estudios de estas disciplinas, data de los años ochenta. La mayor participación de las mujeres y la incorporación de la perspectiva de género, han generado propuestas teóricas y conceptuales muy valiosas para el abordaje de los objetos de estudio y el avance de las ciencias sociales y la biología. Es importante mencionar que el análisis de las condiciones de las mujeres es anterior aún, pues el movimiento feminista se convirtió en un referente social que evidenciaba la situación de las mujeres y exigía de las ciencias sociales y de la salud, análisis históricos, descriptivos y explicativos.
Es importante mencionar que el análisis de las condiciones de las mujeres es anterior aún, pues el movimiento feminista se convirtió en un referente social que evidenciaba la situación de las mujeres y exigía de las ciencias sociales y de la salud, análisis históricos, descriptivos y explicativos.
En las disciplinas sociales y la biología, el objeto de estudio facilita incorporar la perspectiva de género que permite examinar las diferencias por sexo de los diferentes fenómenos que se analizan aunque, hasta el momento, no ha significado su plena integración en todas las dimensiones de análisis y de aplicación que implican a cada una de esas disciplinas. En las ciencias denominadas formales y algunas naturales (matemáticas, ingenierías, física y química) la perspectiva de género tiene como límite el objeto de estudio y son los sujetos quienes la instalan en su quehacer científico al aplicarlas a otras ciencias (medicina, economía) y actividades (salud, alimentación, comunicación).
La perspectiva de género.
Se concibe como un recurso metodológico que permite el análisis de los diferentes fenómenos económicos, sociales, políticos y culturales a partir del reconocimiento de las diferencias de comportamientos, oportunidades, creencias, responsabilidades, roles, asignadas a cada uno de los sexos (Lamas, 1996; Lagarde, 2005). El uso de la perspectiva de género ha favorecido la configuración de nuevos desarrollos teóricos y enriquecido el saber científico en sus áreas sociales y de la salud.
La perspectiva de género es una categoría de análisis que permite describir las características de las experiencias vitales que comparten y diferencian a las mujeres y los hombres. El punto de partida es el reconocimiento de la diferencia entre sexo y género que claramente define Lamas: "El sexo es una característica biológica, resultado de determinantes genéticos universales que definen dos categorías en nuestra especie: hombre y mujer. El género es una característica social, resultado de la asignación de roles diferentes a los hombres y a las mujeres. Las normas y valores de cada sociedad definen para hombres y mujeres los comportamientos adecuados, las esferas de actividad, el acceso a infraestructuras y servicios, incluidos los relacionados con la educación y la salud, al poder personal, social y político".
La importancia de introducir el género en toda currícula universitaria tiene tres aristas: una es que hace visible la participación de las mujeres en las carreras que se estudian, otra es que hace visibles las aportaciones de las mujeres en las mismas y, la última, que construye conocimiento nuevo. Los tres aspectos continúan sin desarrollo en varias disciplinas.
Las implicaciones que tiene lo anterior es la discusión de asuntos tales como la educación y la capacitación, las políticas de empleo con perspectiva de género y las medidas que disminuyan las tensiones entre las responsabilidades familiares y las laborales. Sin embargo, aún no existe una difusión amplia de este conocimiento y hoy debe ser prioridad la capacitación y sensibilización en el tema de género de los funcionarias/os y tomadoras/es de decisiones con el fin de que se sumen a las acciones para incrementar la participación de las mujeres en el desarrollo. Como señala la OEA, "es necesario realizar una campaña para promover una mayor concientización sobre la dimensión de género en todos los aspectos de la ciencia, la tecnología y el desarrollo.
La equidad en la participación de las mujeres y los hombres en las ciencias formales significa, entonces, que en el proceso de abstracción, elemento básico del pensamiento matemático y lógico que se lleva a cabo para analizar y presentar la realidad, deberán considerarse las diferencias entre mujeres y hombres cuando la población sea afectada por los modelos que se construyen, esto es, la equidad ofrece posibilidades de enriquecer la calidad del conocimiento que contribuye al desarrollo científico y tecnológico.
Las ciencias que representan la oportunidad de los países atrasados para avanzar en términos tecnológicos se encuentran lejos de representar una mayor incorporación al empleo remunerado para las mujeres, por lo que resulta fundamental transformar los requisitos y mecanismos de participación en el interior de esas áreas de conocimiento.
Conclusiones
La inclusión de la perspectiva de género en la construcción de conocimiento científico hace referencia a cuatro aspectos: el primero es el reconocimiento a las contribuciones de las mujeres al desarrollo científico y tecnológico; el segundo, a la necesidad de ampliar la participación de las mujeres en las áreas de conocimiento relacionadas con este desarrollo (física, ingenierías, matemáticas); el tercero, a la identificación de las dificultades de las mujeres por participar en áreas de conocimiento; y, por último, al procedimiento que hace visible como objeto de estudio, por parte de las actividades científicas y tecnológicas, a la población de mujeres y hombres con diferentes necesidades y resultados del conocimiento científico.
Bibliografía
Bervian, A. L. (1990). Niveles de Conocimiento. Ed. Mc Graw Hill.
Autor:
D.enC. Virginia del Rocío Navarro Boulllosa.