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La tutoría como proceso corrector (página 2)


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Se empezó a abrir una expresión de nuestros sentimientos desde el tercer día por la participación y también el involucrarnos al revisar en el material de lectura, una doctora, …esta, quien era, ..-Isabel Díaz Por tillo, dice alguien-, Si, por Isabel, empezó a abrirse mas por el aspecto de lo sentimental, ahí incluso tomamos en cuenta a los observadores, que los habíamos ignorado, como diciendo: " si nos observan y hablamos… ¿Qué puede pasar?"; Si, pero como te describen, como te muestras.

Nos abrimos más por lo sentimental, empezamos a ser más participativos por la empatía, y termino con este día (el cuarto), en el que muchos de nosotros nos buscamos, quisimos encontrarnos y charlar entre los recesos, compartir experiencias y a tratar de entender nuestros comportamientos. Entramos en un cierto conocimiento y entender perfectamente la función de la entrevista, que era el objetivo de este modulo, que era una entrevista profunda.

Estamos profundizando más en el sentido de los conocimientos de la entrevista, porque nos habíamos estado basando mas en el exterior, en lo objetivo, y no en lo interior, que es lo subjetivo (subrayado mío).

Evaluación del grupo 2, Presentación modulo 1. Equipo 4.

Bueno, primero que nada, nosotros lo que hicimos fue platicar sobre las experiencias que habríamos tenido del módulo.

  • a) Uno de los primeros puntos que se dio fue: conceptos.

  • b) Después, cómo estos conceptos se interactúan o hicieron click con la experiencia que ya se tenía.

  • c) Después de esa experiencia, cómo ayudó a nuestra persona, o sea, a nosotros;

  • d) Y ya una vez nosotros, cómo podíamos implicarlos a nuestro trabajo, como docentes o como tutores.

Entonces lo primero que pusimos fue Tutoría, un gran salto paso a paso, o sea ahí, al mismo tiempo que vamos consistentemente con eso, irlo dando continuamente en el proceso.

Luego señalamos algo que nos ha estado pasando:..dice (indicando en el collage): "un resbalón, no es una caída", o sea, a veces duele más el resbalón porque no te caes totalmente y quedas adolorido, pero aquí la idea que tenemos nosotros es que ese resbalón lo podemos dar justamente por no saber escuchar, y que el escuchar va desde las sensaciones, hasta el desarrollo intelectual que da un proceso de crecimiento (subrayado mío).

Podemos llegar hasta etapas muy excelentes en el proceso de desarrollo, emociones sensibles, fuertes que se van trastocando justamente por no haber sido escuchadas en su momento, y pueden ser una imago dura, fría, distante la que nos está reflejando.

Y si entramos en el proceso de comunicación, aquí Pinocho con Pepe Grillo que es su conciencia, está queriendo interactuar con él, ó hasta llegar a un proceso de adultez, donde ya hay un proceso de la interacción de una forma un poco más madura, si logramos esto, podríamos estar todos, "todos para uno y uno para todos", en un proceso de integración y de relación. El mundo sería nuestro contexto de dependencia (escuela), o de tutoría, o del mundo como lo queramos manejar y que si esto se logra, iríamos al éxito profesional, al desarrollo de su interacción en su grupo, en una biblioteca, en su casa, en su familia, hasta llegar a un proceso de terminación que vendría a ser un desarrollo integral.

Muchas cosas para reflexionar, para pensar y re-pensar lo que de estas experiencias puede derivar, si no como alternativas prácticas, si como referentes que pueden enriquecer algunos marcos conceptuales que permitan análisis mas serios y profundos acerca de la práctica educativa, y sobre todo del tipo y la calidad del vinculo docente- alumno. Porque de la reconfiguración de este vinculo pueden depender las posibilidad de cambios sustanciales que requiere la escuela, y sobretodo, los agentes que ahí desarrollan sus actividades (estudiantes, maestros y directivos).

El contexto de los procesos correctores de objetivos limitados.

"Se ha hecho imprescindible una revisión de la cultura institucional escolar, fundamentalmente en aquellos aspectos que se vinculan a los procesos de enseñar y aprender, razón de ser de la escuela".

Fernando Avendaño.

Lo que he presentado, intenta llamar la atención sobre una forma de entender la tutoría, sea grupal o individual. He querido de manera deliberada ubicar le trabajo tutorial dentro de los marcos referenciales de lo que H. Kesselman llama procesos correctores. El trabajo tutorial bien puede ofrecerse como una línea dentro de estos procesos:

Primero. Porque los programas de tutoría en las universidades (y en otros ámbitos), aparecen como una manera de corregir "deficiencias" que se producen en la tarea educativa, intentando una corrección que derive en una integración a la tarea mas amplia y a los objetivos que sigue la institución.

Segundo. Esto no significa que la propuesta de los procesos correctores se limite a tener como objetivo una adaptación pasiva a los "papeles o roles" propuestos y prescritos por la institución para que la misma se conserve como un ente ahistórico, solo posible de cambiar en términos administrativos o que provengan de decisiones administrativas o en ultimo termino, a decisiones políticas.

Siendo la educación un acto político para formar o "de-formar" personas según ciertos ideales de funcionamiento social, entendemos que la corrección que se logre, debe develar los mecanismos ocultos del poder, que derivan de impedir la participación social en los destinos de la institución, impidiendo a la vez la configuración de nuevos tipos de interacción social que favorezcan la formación de profesionales reflexivos, comprometidos con los valores mas altos de una sociedad efectivamente democrática, que lleve a luchar por el empoderamiento de las decisiones que afectan al conjunto institucional.

Tercero. Me parece que, después que la institución ha fracasado en los ideales de un funcionamiento acorde a ciertos parámetros y demandas que quedan ocultas y por tal motivo vedadas al ejercicio democrático de los principales actores institucionales, una intervención para corregir los efectos nocivos o perniciosos de esos fallos, no debe limitarse a "enderezar el entuerto", "tapar el pozo", o "poner un parche", aunque este sea maquillado para ocultar su presencia.

En este sentido, la propuesta de los procesos correctores debe y desea hacer su aporte a una comprensión mas abarcativa que nos ayude y co-opere para entender no solo de dónde provienen y las causas efectivas de los fracasos académicos y de la formación integral del estudiante, la idea es brindar alternativas, nuevas formas de hacer, decir, pensar, para empezar a salir de la inmovilidad a la que se nos ha sujetado, sin habernos consultado nunca si deseábamos la inmovilidad, o podíamos seguir trabajando ahora, para que lo imposible de hoy, sea lo posible de mañana.

Adendum

Hace poco, asistiendo a uno de los últimos eventos de la región sur sureste de tutorías (nov. De 2009), escuche parte de una conferencia dictada por la Doctora Carlota Guzmán G. y cuyo titulo es: "¿Para qué escuchar a los estudiantes?: uso y destino de sus voces". En un análisis pormenorizado de la práctica de la escucha y su función en la institución escolar, la autora detalla algunos prototipos de escucha. Regularmente hay toda una política implícita o latente para los usuarios de la institución escolar: ignorar lo que proviene del estudiante, sea del nivel que sea.

Cualquier inquietud, malestar, dificultad o sufrimiento derivado de la organización y de las practicas instituidas jamás tendrán por fin un cambio o rectificación de esta organización, cuando remiten a necesidades y dificultades de los estudiantes, solo podrían derivar aquellas reformas que provienen "de arriba", las que emanan del poder.

Entiendo así, que la reproducción de este modelo de funcionamiento sostenida por los docentes, a nivel de la practica de la comunicación, de lo que se escucha en la escuela, de lo que atiende la institución, de lo que se filtra en los "oídos", para hacer caso omiso de lo que disgusta, de lo que causa fracaso o malestar, de la crítica a aspectos inhumanos u obsoletos de las prácticas administrativas y escolares que sostiene la escuela, reciben un destino que no puede ser tomado como natural, porque es producto de las interacciones que consciente o inconscientemente mantenemos, de ciertos implícitos que envían un mensaje ya no acorde (si alguna vez lo fue), a las necesidades apremiantes de la institución educativa en su conjunto.

Pero tampoco puedo dejar de pensar en lo que evoca el texto de la Dra. Guzmán, ya que el mantenimiento de una política que sostiene una escucha que es todo, menos escucha receptiva, sensible, empática, humana, no hace sino denunciar a la vez, que tendemos a tratar como somos tratados, reproducimos casi en automático, lo que nos enseñan, enseñándolo, asumimos una especie de alienación social que hegemoniza un tipo de lazo social cuyo fin es justamente la disolución o la ruptura de ese lazo en todos los ordenes de la existencia, y en este sentido nos podemos preguntar: ¿para que escuchar a los docentes? y la pregunta complementaria seria: ¿A dónde paran sus voces, qué destino siguen?

Gran parte de lo expuesto hasta ahora, trata de responder la cuestión de lo que sucede con los docentes, cuando la autoridad se plantea qué esta pasando con los estudiantes, y creemos que gran parte de lo que podemos clarificar acerca de los muchachos deriva de entender las problemáticas en que está inmerso el maestro, las condiciones en que labora; del tipo de formación que ha recibido como docente; de su pasividad ante los cambios políticos que lo afectan personal o profesionalmente, de lo que hace con sus malestares, sus dificultades, sus frustraciones, su impotencia y de lo que desde su estructura subjetiva, atenazada por las condiciones en que trabaja, puede apenas esbozar como un intento de respuesta.

Si es que se lo permite la demanda desmedida de actividades burocráticas que le impide todo intento de reflexión, es decir, de trabajo sobre sí mismo, ocupándose de sus inquietudes, esperanzas, deseos y proyectos, vemos que apenas tendría unos pocos segundos para alzar la cabeza sobre su escritorio para intentar saber lo que sucede en su ámbito laboral, porque mas allá de eso, seria difícil adjudicarle alguna otra responsabilidad al docente por lo que acontece a su alrededor.

La institución ha triunfado sobre uno de los elementos que hacían a su "ser", eliminando uno de los factores que constituían su esencia: el docente, este ya no realiza mas un acto político al educar, tan solo se sujeta a las leyes del mercado, se dedica a producir una "mercancía" acorde a la demanda de este ultimo, su ejercicio ya no es educativo sino económico, o mejor, mercantil y paradójicamente, sigue siendo político, en el peor de los sentidos, un aliado al poder que reproduce sutilmente las condiciones inhumanas en que vivimos y las perpetua con su actividad día tras día.

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Autor:

Francisco Mora Larch

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