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Relicario poético del francmasón tarmeño León M. Morales

Enviado por León Morales


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    Relicario poético del francmasón y patrimonio cultural viviente del Edo. Vargas – Monografias.com

    Relicario poético del francmasón y patrimonio cultural viviente del Edo. Vargas León Manuel Morales

    Con este relicario poético queremos inmortalizar a las personas que allí he nombrado, para que sus nombres queden para la posteridad y por todos los tiempos, hasta que los días y las noches contadas como soles y lunas se agoten en el tras luz del universo conocido.

    Igualmente las elegías y odas dedicadas algunos próceres y grandes combatientes de nuestra historia patria, como a mis familiares más directos y a mi lar natal, "TARMAS, MI TIERRA QUERIDA".

    Igualmente quiero darle un reconocimiento a la francmasonería por ser la institución iniciática y hermética que me ha dado las herramientas y los instrumentos necesarios para ser la persona que ahora soy ante el mundo profano, siempre dado a mi pueblo que es de dónde vengo desde niño hasta el presente.

    Este trabajo está dedicado a mi honorable abuela doña María Catalina de Sena Aranguren Bravo de Sánchez Jiménez, quien me enseñó a comprender a cabalidad la importancia de la mayéutica socrática ante la hermenéutica platónica.

    Igualmente a mis hijos e hijas que me sobreviven ante maremágnum de cosas: Yonerlin Roquelina Morales Kienzler, Yaileth Andreina Morales Kienzler, Lenín Yasser Morales Tussentt, Yorman Leomar Morales Kienzler y Leonardo Manuel Morales Tussentt.

    Quiero recordar con gran énfasis de padre herido en mis sentimientos y con el corazón agobiado por las partidas de mis hijos Leo Mar Morales Garzón y Leiditz Ilich Morales Kienzler; quienes desde el oriente Eterno están ante la mirada radiante del Gran Arquitecto del Universo, paz a sus restos, aun cuando ellos nunca quisieron la paz de las sepulturas en Bogotá y en Tarmas.

    Igualmente quiero hacerle un reconocimiento a las madres de mis hijos, comenzando por la matrona colombiana y bogotana Marlene Garzón Soler, a la tarmeña Roquelina Kienzler Bello e Idelice Josefina Tussentt Caraballo, por facilitar sus vientres para que vinieran mis siempre queridos hijos e hijas.

    También quiero hacerles un reconocimiento a aquellas damas que fueron parte de mi vida andariega y de errante trotamundo en las tierras que he andado en esta larga vida terrenal que he tenido. Sus nombres están escritos en el Libro de la Vida, con esperanza de podernos encontrar juntos en ese universo donde todos somos iguales ante la mirada del Eterno, Di_s.

    Y en especial a mi hermano Juan Francisco Morales, quien desde la lejana patria de Pakistán me ha tendido su sumergido durante el año 2.015. De igual forma a mi compañera de vida y de proyecto, Yulaiva Coromoto Molina Muñoz mano solidaria para salir del trance médico en donde me he visto, tachirense siempre a mi lado en las buenas y en las malas, quien en ningún momento se ha separado de mí, cuidándome y estando siempre vigilante en i tratamiento y en las cosas que me dieron aliento de vida en estos duros momentos de mi existencia como mortal creado por Hashem.

    ¡Glorias eternas a mi padre y a mi madre: Francisco Santiago Sánchez Aranguren y María Hilaria Morales!

    Este poema titulado ÁLIDA fue dedicado a Alida Carmona en el pueblo de Ntra. Sra. de La Candelaria de Tarmas, quién fue parte de una experiencia de vida que me hizo ver el mundo desde otra óptica, por eso la he querido inmortalizar. Siendo escrita en el año 2.011.

    "ÁLIDA"

    I

    Desde las tierras frías de Carayaca

    Caminando por sus calles emergió

    La figura alto sana de una diva

    Que en sus andares llamaban: ALIDA.

    II

    Con sus arreos de amoríos olvidados

    Deambula con todas sus penas a cuestas

    Aquella esplendida mujer tarmeña

    Ebria de dulzura y de alegría

    III

    Cantaba en aquellos días matinales

    Los desvaríos de su vida pasada

    En las añoranzas de sus recuerdos

    Errantes aun buscando el amor perdido

    IV

    Que ha encontrado en las sombras del ayer

    Haciéndole suspirar su corazón

    En la embriaguez de sus viejos amoríos

    Siempre tintineante su nombre: ALIDA.

    Este poema está dedicado a una dama carayaquera que hizo vida sentimental conmigo durante tres años de mi vida y fue burilado cuando nos separamos a comienzos del año 2.012. Su nombre es Rosa Yánez Rivero, natural de Corralito en la Parroquia Carayaca.

    "El Amor del Ayer"

    edu.red

    I

    Ayer amé con demasía

    Y con fervor irresistible,

    Propio de los enamorados

    Que nunca dejaron de querer.

    II

    La agonía ayer vivimos

    Mezclada en claros infortunios,

    De amores que son verdaderos

    En la Luna señera de hoy.

    III

    Entre lágrimas envolventes

    De los recuerdos taciturnos,

    Que emanaron de nuestros cuerpos

    Llenos de amor apasionado.

    IV

    Surgiendo de nuestras tinieblas

    La distancia del olvido hoy,

    Que nos han tumulado ayer

    En los corazones heridos.

    V

    En la hermosa flor llanera

    Que siempre muere lentamente,

    En la esperanza de nuestro amor

    Hasta que vayamos al cielo.

    El poema que viene a continuación fue dedicado a Rosa Yánez Rivero en ese mismo año 2.012, ya que mi partida de su casa fue muy triste; dejando marcado en mi corazón gratos momentos vividos entre ambos. Le doy las gracias por sus atenciones y sus alegrías y tristezas que me hicieron entender que el mundo no gira hacia un solo lado, sino que tiene que ser compartido con la pareja y con las demás personas que nos rodean, que el Gran Arquitecto del Universo te de larga vida Rosa.

    "LA VIDA ES UNA SONRISA"

    edu.red

    I

    En el amanecer de tu sonrisa

    Encontré la alegría de mi existencia

    Con mi corazón henchido de tú amor

    Que me ha llevado a quererte aún más.

    II

    Hermosa prenda, Diosa de mi querer

    Que halago en los tragos que me consumen

    Entre vaivenes, alegrías y amores

    Sumergidos en tú avatar florido.

    III

    Con el vino devorándome el alma

    Entre los tragos de mis amarguras,

    Pude ver tú embriagadora sonrisa

    Emergiendo de tus tristes lágrimas.

    IV

    Solo me queda decirte amor mío

    Que nunca podré olvidarte alma mía,

    Aun cuando nunca más vuelva a verte linda

    Y preciosa joya de mi sonrisa.

    edu.red

    Este poema me ha dado aliento de volver a renacer una vez que la amada decidió tomar otros rumbos y yo decidir hacía donde debía enmarcar mis nuevos senderos; el cual me ha llevado a la tierra andina, donde he sido nuevamente recibido y en la cual he encontrado a mi hermana paterna Yasmin Chávez Obregón de Molina. Este poema fue escrito en Enero del año 2.012.

    "RENACIENDO EN LA VIDA"

    edu.red

    I

    Sonámbulo de mi tristeza

    Ayer me encontré deambulando

    Como atorrante olvidado

    Por aquellos lares del ayer.

    II

    Con el corazón abatido

    En una profunda herida

    Que ha estremecido a mi vida

    Floreciendo de mis cenizas.

    III

    La alegría de todo mi ser

    Renaciendo con esperanzas

    Hasta encontrar la nueva dueña

    Que ha alegrado mi corazón.

    IV

    Y queriendo olvidarla ahora

    Con amor y mi gran querencia,

    Levantando mi voz al cielo

    He renacido hoy amor mío.

    V

    Y cantando a los cuatro vientos

    Con las manos de mi amada

    Y mi sonora y alegre voz

    He renacido del olvido hoy.

    Y cómo no podía faltar una composición para llenar mi vida en mi tierra natal, a petición de mi amigo El Príncipe de la Canción Llanera, NERY ARMAS, fue escrita para que la cantara una indígena guajira en el Día de la Resistencia Indígena del año 2.011 en el pueblo de Carayaca.

    "TARMAS, MI PUEBLO NATAL"

    Carayaca, 22-06-2.011

    edu.red

    Ayer nací en un pueblito

    Que en el pasado remoto

    Fue la máxima expresión

    De nuestra vieja indianidad.

    Era un solar muy hermoso

    Por su gente y paisajes,

    En donde las siembras y ríos

    Se confundían con los cielos.

    Su nombre originario

    Dado por el GRAN KARAI fue,

    Como legado divino

    Nos envió a su hijo SEPE.

    Erigiéndose Gran Jefe

    De nuestros antepasados,

    Los viejos TARAMAQUAS

    En sus vastos señoríos.

    Así vino a la historia,

    TARMAS, mi tierra querida.

    Tan redondita como la "O",

    Obra de PÍO RENGIFO.

    Difícil es olvidarla

    Porque de su linaje emergió

    Su hijo HILARIO TORTOZA,

    Su último Gran Doopoto.

    Defensor de sus tierras

    Y los resguardos tarmeños

    En las luchas campesinas

    Que en Carayaca se dieron.

    En los tiempos de Zamora

    Oteamos La Federación

    Bajo el decreto de guerra a muerte

    De Pedro Vicente Aguado.

    Siempre al grito incólume

    De DIOS y la FEDERACIÖN,

    ¡Tierras y hombres libres!

    ¡Horror a la oligarquía!

    Nos paseamos nuestras armas

    Muy sedientas de libertad

    Por nuestra amplia patria

    Como en toda nuestra América.

    ¿Cómo olvidar los tarmeños

    Al guerrero CHARAIMA?

    Quién desde Chichiriviche

    Derrotó a Alonso de Ojeda.

    Por vez primera en tierras

    De nuestra América rebelde,

    Acabó con aquel falso

    Imperialismo español.

    Ahora bajo el lema de

    Patria Socialista, decimos:

    ¡Venceremos, Comandante!

    ¡Hasta la Victoria Siempre!

    ¡Viva la revolución Bolivariana!

    ¡Viva Bolívar y Chávez!

    ¡Abajo el imperialismo

    Y sus lacayos fascistas!

    ¡Viva el Socialismo nuestro!

    ¡Wazabara Naná Wayra!

    ¡En la lucha venceremos!

    ¡Wazabara Naná Wayra!

    ¡En la lucha venceremos!

    ¡Wazabara Naná Wayra!

    ¡En la lucha venceremos!

    ¡Wazabara Naná Wayra!

    ¡Naná Kari´ña Roote!

    ¡Sólo Nosotros Somos Gente!

    No podía faltar que no escribiera sobre la historia de una figura sacra que pertenece al pueblo de San Joseph de Carayaca, por eso hemos dado a conocer a través de estas letras poéticas los orígenes verdaderos de tan sagrada imagen venerada por todo el pueblo venezolano en Caracas y que es patrimonio carayaquero.

    "Elegía al Nazareno Bendito de San Pablo"

    edu.red

    ¡Oh, Nazareno Bendito!

    Que naciste en Carayaca

    Hace algunos siglos ya;

    Inspiración divina y armónica

    De Joseph Cristián Molinero.

    Decían los viejos tarmeños,

    Que tú madera era tan dura

    Como los viejos cedros

    Que amalgamaron la savia

    De tú sangre bendita.

    Cuentan las crónicas populares

    Que tú creador muy joven

    Al pueblo de Carayaca llegó;

    Colocando rodilla en tierra,

    A su mente vino tú imagen

    Esperanzadora y maltratada

    Por tus enemigos de siempre.

    Dicen que vino un gran terremoto

    En tiempos de San Bernabé;

    Cuando Joseph Cristian Molinero

    El isleño de Canarias,

    Estando en su rancho

    Elevó su plegaria al cielo

    Recordando a la Candelaria

    Y al Cristo de La Laguna.

    Nuestros antiguos padres,

    Indios, zambos, mulatos,

    Esclavos, canarios y pocos españoles;

    De sus casas salían al grito de:

    ¡Se está acabando el mundo

    En el día de San Bernabé!

    Joseph Cristián Molinero

    Con su hacha en manos,

    Bajando entre Suapo y Mayupán

    Se encontró con una mata

    De San Gregao,

    De cuyas venas brotaba

    La savia roja del Nazareno.

    ¿Cuál sería su sorpresa?

    El sitio se llamaba Nazareno,

    Sentado sobre una piedra

    Y tomando un sorbo de agua cristalina,

    Vio un árbol hermoso

    Que frente a sus ojos estaba.

    La tragedia, el dolor y la muerte

    Se había apoderado de la gente

    En Tarmas y Carayaca.

    Atrás estaban su conuco,

    Rancho, animales y familia.

    Elevando una plegaria al cielo,

    Dijo estas palabras:

    ¡Oh, Nazareno mío!

    Testigo de mis males y alegrías,

    Ayuda a mi pueblo a salir

    De esta melancolía.

    A mi tierra guanche

    En mi Canarias querida

    Jamás volveré nunca más;

    Pero, al pueblo de Carayaca

    Le dejaré tú imagen

    Eterna y señera

    Que siempre perdurará

    Por los siglos y la eternidad.

    Permíteme padre amado

    Golpear este madero,

    Que la forma le iré dando

    Y vida volverás a tener

    Entre mis sufrimientos,

    Amarguras, tristezas y alegrías.

    Nazareno inspírame

    En tú devoción espiritual,

    Y permítele a este tú hijo,

    Pueda hacer tú figura

    Para el miércoles santo

    En tú devocionario cristiano.

    El isleño devoto

    La madera cargó a su hogar,

    Y día tras día tallando

    A la figura enalteció.

    El Nazareno bendito

    Forma iba tomando

    A medida que lo tallaba

    Con ahínco y prestancia.

    Joseph Cristian Molinero

    Reflejaba en la sagrada imagen

    Sus amarguras y sufrimientos,

    Era El Santo Nazareno

    Una copia fiel de él.

    De pronto vio la figura santa

    Frente a sus ojos profanos;

    No creía lo que había creado,

    Arrodillándose y con lágrimas

    En sus añorados ojos,

    Le dijo al Padre Celestial

    Maltratado y coronado

    Con las espinas de nuestro dolor,

    Y sangrando con las heridas del amor,

    Estas memorables palabras:

    Mi Nazareno inmaculado,

    Casa no tengo en dónde alojarte,

    Y pensar que al propio hijo de Dios

    En mi casa de huésped tengo.

    ¿Adónde te llevo Señor mío,

    Nazareno de mi alma?

    Y de pronto una luz bajo

    Y el Nazareno respondió:

    "hijo mío, casa no tendré

    Porque mi deber es bendecir

    A mi pueblo que sufre

    En todo momento,

    Víctima de mis perseguidores

    Los mismos del ayer,

    Hoy, mañana y siempre.

    Joseph Cristián, hijo mío;

    Llévame a lugar santo,

    Que El Calvario llamarán

    En el pueblo de Carayaca,

    Que de ahora en adelante

    Será la sede de mi Señorío.

    Y con querencia de lugar,

    El Nazareno glorioso

    Con sudor de sangre en su frente

    Corroída en el tiempo y las edades,

    Le habló al isleño desconocido:

    Joseph, Joseph; hijo mío,

    El nombre de mi padre

    El carpintero de Galilea llevas,

    Y en San Joseph de Carayaca

    Me has tallado en espíritu y verdad.

    ¿Dónde me has visto

    Que me has hecho tan perfecto?

    Joseph Antonio Molinero aturdido

    Por tan magnánimas palabras

    Pronunciadas por el Mártir del Gólgota,

    Sobresaltado de tal manera,

    Le respondió con humildad

    A su propio creador,

    Con estas sublimes palabras:

    Nazareno bendito,

    Tú eres en mi y yo en ti,

    Tú tragedia es mi tragedia,

    Mi dolor es tú dolor,

    Mi esperanza es tú alegría,

    Mi amor por ti

    Es la vida de nuestro pueblo;

    Hoy, yo soy tú carne

    Hecha realidad,

    Y tú con ese sagrado madero

    A cuestas de tus encorvados hombros,

    Me has permitido reflejarme en ti.

    Nazareno Bendito de mi alma,

    Tú eres la voz de este pueblo,

    Porque eres la creación perfecta

    De tú padre que está en los cielos.

    Nazareno eterno, permitidme

    Estar a tú diestra cuando muera,

    Como Dimas el justiciero;

    No me abandones nunca

    Y bendice a tú pueblo Carayaca,

    A sus vecinos y a mi familia,

    A nuestras tierras y sembradíos.

    Y el Nazareno hablando

    Con voz entrecortada y triste,

    Le dijo a su nuevo apóstol

    En la creación inmutable y eterna:

    Joseph Cristian, tú serás recordado

    Por todas las generaciones venideras,

    Como el hacedor de esta efigie santa

    Hecha a mi memoria.

    Búscame hijo amado,

    Un lugar santo que mi morada sea

    Para siempre y por la eternidad.

    Hijo mío, sé que nunca podré estar en paz,

    Ya que vendrán pestilencia y guerras,

    Miseria, tragedia, dolor

    Hambre y muerte;

    Pero todos desfilaran delante de mí

    Pidiendo clemencia o invocando

    El Altísimo en mi nombre.

    Al final de los tiempos regresaré

    A mi lar natal, Carayaca;

    Transmítelo de esa forma

    De generación en generación

    Hasta la consumación de los siglos.

    Las ancianas carayaqueras

    En los siglos anteriores,

    Relataban que El Nazareno

    En gran procesión llevada fue

    A la iglesia del patriarca San Joseph.

    Y que mejor morada

    Que la que lleva el nombre

    De su padre el gran Joseph,

    Esposo de María, su inmaculada madre,

    Sin pecado original y concebido fue.

    Los pobladores originarios

    De Carayaca y Tarmas,

    Al verlo pasar en peregrinación,

    En sus oraciones dijeron:

    Nana Papa * amoro Dios, *.

    Nuestros anuános padres

    Contaban en sus tristezas

    Y remembranzas alegóricas,

    Que Su Señoría Ilustrísima

    Don fray Mauro de Tovar y Sotomayor,

    Religioso fablistán y malcriado,

    Dando origen con su apellido

    A una familia muy rica

    En el valle caraqueño,

    Al verte Nazareno bendito

    Lleno de vida grandiosa,

    Dijo estas palabras:

    Al Nazareno Templo

    No le podemos dar,

    Porque blanco de orilla es,

    Copia de su tallador

    Joseph Cristian Molinero.

    El Obispo fundador

    Del apellido Tovar en estas tierras,

    Con su sequito bajo palio

    Salió de Carayaca

    Sacando la sagrada imagen

    Del Nazareno a escondidas;

    Dicen que tomaron

    Un atajo entre las montañas

    De Cataure y Bucaral

    Y a Caracas fueron a dar.

    En un paraje de descanso,

    El Nazareno al obispo

    A susurras le dijo:

    Bibrón, a mi palabra

    Tú no representas,

    A mi Carayaca querida

    Tú sucesores alicaídos,

    Tarde o temprano

    Me tendrán que regresar.

    El Obispo asustado

    De su pesar desanimado,

    Algo atemorizado le dijo:

    Nazareno Santísimo,

    Otros que se encarguen

    De tus divinos deseos;

    Este hijo de María Inmaculada

    Pronto se va de este suelo

    A llevar tú palabra

    Más arriba de las tierras

    Que bordean al Caribe mar.

    Las crónicas cuentan

    Que Fray Mauro de Tovar

    A Chiapas en el sur de México

    Fue orondo a parar;

    Convirtiéndose en un buen Obispo

    Que enseñanzas y sucesión dejó;

    Entre sus naturales y feligreses

    Teólogo de la liberación fue;

    Y antes de morir expresó:

    Al Nazareno a Carayaca

    Hay que volver a llevarlo

    Para que bendiga a su pueblo

    Y le permita progresar.

    ¡Nazareno del alma!

    En el valle de Caracas

    Y en otras regiones de nuestra tierra,

    Grandes avatares pasaron,

    Algún osado sacerdote

    Por instrucciones del Obispo

    Fray Mauro de Tovar y Sotomayor,

    A Santiago de León de Caracas

    A escondidas de nuestra gente

    Te colocaron en algún lugar;

    Lejos de la reverencia

    Que te teníamos en estos lares.

    Más luego en un nicho colocaron

    Tú maltratada imagen

    En la Iglesia de San Pablo "El Ermitaño",

    Quienes olvidando tú origen natal,

    En el transcurrir del tiempo

    Comenzaron a llamarte,

    El Nazareno de San Pablo.

    Nazareno Santísimo,

    El viejo Lino Infante

    En su rancho de Cataure,

    Contaba que el Obispo

    Fray Antonio González de Acuña

    En la Iglesia de San Pablo el Ermitaño

    Una orden dio a sus frailes y sacerdotes,

    Que sacaran en procesión

    Tú sagrada imagen

    El día miércoles santo de cada año,

    Para que salvaras a tú pueblo

    De aquella epidemia de fiebre amarilla

    Que dio origen al limosnero del Señor

    En la caraqueña Esquina de Miracielos.

    El nonagenario Lino Infante

    Contó al cronista León Manuel Morales

    Que en el año un mil novecientos ochenta y dos,

    El Nazareno de San Pablo

    En sueño le respondió:

    ¡Lino, hijo mío!

    A mi regazo celestial pronto vendrás,

    Dile a mi feligresía

    En mi pueblo Carayaca,

    Que ya cansado estoy

    De tanto peregrinar;

    Después que mi apóstol amado

    San Pablo "El Ermitaño",

    Tan atorrante como yo

    En su templo morada me dio.

    ¡Lino Infante, cordero de mi redil!

    Saulo de Tarso, mi apóstol fue;

    Sin templo quedó

    Al igual que yo.

    Condenados por el mundo andamos

    Buscando posada para descansar

    Después de tantas injusticias

    Cometidas por gobernantes y frailes

    En contra de mis creyentes

    En esta tierra bendita

    Que llamamos hoy Venezuela.

    ¡Oh, Nazareno de San Pablo!

    ¡Oh, Nazareno de Carayaca!

    Tú pueblo amado de Carayaca

    Olvidado siempre fue;

    Algunos de tus bien amados hijos

    Combatieron frente a ti

    En los tiempos de La Sampablera,

    Viejos generales como

    Mauricio Mayora y Elías León,

    Silverio Pacheco, el Coronel;

    Y el Comandante José Tomás Rangel.

    Todos bajo las órdenes de tú devoto

    El General Pedro Vicente Aguado,

    En los momentos de la Guerra Federal.

    Padre Eterno Dios mío,

    Que te encorva en el tiempo

    Soportando los males sufrido por nuestro pueblo

    Indiano, africano y mestizo;

    Siempre te recordamos

    En nuestra procesiones

    En tiempos de la Semana Mayor.

    Ellos los que detenta el poder,

    Tú recinto en la iglesia de San Pablo

    Destruyeron tratando de dejarte

    En la calle del olvido.

    Tus enemigos quisieron

    Convertirte en un atorrante más,

    Como tú tallista Joseph Cristian Molinero.

    Al fin en un lugar santo

    Dicen ellos te metieron;

    Entre las iglesias de Santa Teresa y Santa Ana,

    Y en sus cercanías, el Saludante

    Antonio Guzmán Blanco

    Destruyendo tú aposento de siglos,

    A esos nuevos parajes te mandó,

    Para que te convirtieras

    En el atorrante milenario

    De la fe, esperanza y caridad.

    Nazareno de San Pablo,

    No es una blasfemia lo que digo

    Ante tú sagrada imagen,

    Herida por un tirador

    Falto de amor y querencia,

    Quién al Nazareno infringió

    Una herida más en tiempos

    "de democracia y paz".

    Nazareno de San Pablo,

    Esperamos tú regreso,

    No te encorves más

    En los siglos venideros;

    Tú pueblo Carayaca te espera

    Con sus plegarias y oraciones.

    Nana Papa * amoro Dios + *

    Esta Elegía fue compuesta para los milicianos que formaban parte del Batallón "Combate de Chichiriviche" en el Edo. Vargas en el año 2.009. Siendo dedicado al señor José Félix Tortoza Castillo, quien fue el último bisnieto del Cacique Hilario de La Caridad Tortoza Rodríguez, legendario jefe de los Taramaquas o Tarmas quien dio origen a las luchas de los Comuneros Indígenas de Tarmas entre 1.837 y 1.841 y quien fue referencia en las luchas de los Comuneros Blancos de Petáquire en 1.842, liderados por Cayetana Barrios de Gil; que finalmente se tradujo en las luchas campesinas y que finalmente dio paso a la Guerra Federal. Esta Elegía fu escrita en Carayaca en el año 2.009, a petición del Sargento Mayor de 3ª Pedro Pereira.

    ELEGIA AL PRIMER COMBATE NAVAL DE CHICHIRIVICHE DE LA COSTA

    edu.red

    José Félix Tortoza Castillo

    (*Tarmas, 1.886 / + Tarmas, 1.986)

    En los tiempos en que los días y las noches

    Se contaban como soles y lunas;

    Cuando nuestros primogénitos padres y madres

    Vivía y disfrutaban de nuestra naturaleza,

    De sus tierras, montañas, cielos y aguas;

    Sobre nuestro horizonte marino

    Bordeado por las aguas del Caribe Mar,

    Los pájaros en sus constantes cantares

    Y los anímales de nuestros bosques

    Comenzaron a moverse como sombras,

    Mostrando que su paz comenzaba

    A sufrir los avatares del tiempo.

    Era el presagio en nuestros pobladores originarios,

    Los antiguos Taramaquas o Tarmas,

    Que nuevos hechos tenebrosos

    Vendrían sobre nuestros ancestrales pueblos.

    A lo lejos se divisaba una Nao desconocida,

    Que traía en su mástil la enseña esclavista

    De la España Imperial absolutista

    De los Reyes Católicos Fernando e Isabel;

    Quienes eran de Castilla y León,

    Tierras desconocidas por nuestros anuános padres.

    En la vela principal de la nao castellana

    Se visualizaba la cruz vaticana

    Y en su cubierta a los ex presidiarios

    Sacados de las galeras de Ceuta y Melilla

    En el África milenaria,

    Quienes con sus arcabuces prestos

    Para el combate pirata y filibustero

    Preparaban sus cañones y caballos

    Para arremeter en contra de los Tarmas,

    Padres originarios de nuestra

    Heroica Infantería de Marina.

    Aquellos forajidos venidos desde tierras

    Allende al Mar Atlántico,

    Bordeando los cabos de Codera y Guaracarumbo

    En el año mil cuatrocientos noventa y nueve;

    Al mando del capitán Alonso de Ojeda,

    Quién con Américo Vespucio de cartógrafo

    Y Juan de la Cosa como navegante,

    En busca de agua y alimentos

    Trataron de desembarcar en tierra

    De la Gran Confederación de los Taramaquas o Tarmas.

    Las aldeas al son de los fotutos y guaruras

    Que llegaban a las montañas de Petáquire,

    A las bahías de Cagua y Maya,

    Y más hacia el poniente los ecos llegaron

    A Choroní y a Ocumare de la Costa;

    Al naciente fueron despertando a nuestros hermanos

    Del valle de Nirúa o sitio de Amanaure,

    En lo que hoy conocemos como Caraballeda,

    Al compás de las wazabaras

    Desde la región de los Chuspares,

    Todos al unísono y a una sola voz

    Avanzaron con sus Tarmas en manos

    A no permitir nunca jamás

    El desembarco que traía como emblema

    La espada, la pólvora, el caballo y la cruz.

    Nuevas y maléficas realidades venían,

    Como las enfermedades que fueron tan devastadoras

    Como el tropel de sus corceles en el piso sagrado

    De nuestra tierra venezolana.

    Los Tarmas al son del combate blandieron

    Sus macanas, arcos y flechas,

    Y con sus lanzas siempre prestas al combate

    Salieron todos juntos con sus dopootos o jefes

    Y con sus hombres, mujeres, ancianos y niños

    A defender su tierra, libertad y dignidad,

    De pertenecer a la Civilización KATUGUA;

    Mejor dicho: Kari´ña, Tupic Guaraní.

    Dicen los viejos cultores populares

    Que desde sus dominios en Maya

    Vino el Gran Jefe de Jefes,

    Llamado por sus guerreros Charaima;

    Significando su nombre:

    Señor del Valle de las Charas

    O de Costa de Maya.

    Siendo conocido como el Dopootorü Charaima

    Movió a las diferentes aldeas y tribus

    Hacia las orillas de Chichiriviche de la Costa;

    Que en lengua tarmeña significa:

    "Aquí si se puede vivir".

    Desde nuestras montañas sagradas

    En la Laguneta de que vierte sus aguas

    Sobre el antiguo valle de las Guayabas

    En tierras del Principal Mamacuri, hoy Mamo;

    Bajaron los Petáquires con su orgullo

    Infalible de pertenecer a la raza inmutable de Los Tarmas.

    Y viniendo desde las alturas del Guayro

    Llamado hoy San Pedro de los Altos

    Se unieron los Mariches y Teques,

    Taramaquas o Tarmas de origen

    Que con mezcla de bravura arawaca y caribe

    A la Wazabara llegaron alegres,

    Curtidas sus pieles con el onoto sagrado,

    Indicando que listos para entrar

    En combate contra los invasores estaban.

    El lugar del encuentro en Punta de Tarma fue;

    Todos reunidos oyeron a sus dopootos

    Y con el desplazamiento certero como la serpiente,

    A sus puestos de combate fueron en esas bravías playas,

    Gritando al unísono estás milenarias palabras:

    ¡Naná Kari´ña Róote!

    Que traducido a la lengua invasora significa:

    ¡Solo Nosotros Somos Gente!

    Nuestros abuelos y abuelas contaban

    A sus tataranietos, bisnietos y nietos

    Que el combate allí fue sangriento,

    En donde Charaima mandó a sus flecheras

    Con arrojo y valentía a tomar por asalto

    El navío del osado conquistador

    Quien trató de acabar con nuestra paz y armonía.

    Alonso de Ojeda el invasor,

    Levantando su ancla e izando sus velas

    En las gavias y palos de su nao

    Puso proa hacia las tierras de Curiana,

    Que es el antiguo nombre de nuestra madre patria.

    Tan afamado capitán hispánico

    Temeroso de los Tarmas,

    Al lugar de su partida llamó:

    Puerto Viejo de El Flechado;

    Dejando muerto en el sitio a uno de sus nautas

    Y llevando a bordo a veinte de sus heridos.

    Cuando la Nao castellana navegaba

    Con buen viento a sotavento,

    Los Taramaquas gritaban a pulmón batiente.

    Su magnánimo grito de guerra:

    ¡Wazabara Naná Wayra!

    (En la Lucha Venceremos)

    Wazabara Naná Wayra!

    (En la Lucha Venceremos)

    Wazabara Naná Wayra!

    (En la Lucha Venceremos)

    Honor y Gloria a nuestros ancestros

    Los Taramaquas o Tarmas,

    Claros y manifiestos defensores

    De nuestra soberanía nacional.

    Gloria eterna a nuestros ancestrales guerreros,

    Charaima, Catia y Guaicaipuro;

    Urimare, Mamacuri y Prepocumate;

    Poro, Querequemare y Guare-guare;

    Amanaure, Paramaconi y Araguayre;

    Anariguá, Naiguatá y Caruao;

    Guaracarumbo, Carapaica y Pariata;

    Guaicamacuto, Tiuna y Baruta;

    Catuche, Urquía y Aramaypuro.

    Pueblos de nuestro Estado Vargas,

    Aquí en esta representación carnavalesca

    Podrán notar como por vez primera

    Que en tierra firme de lo que hoy es América,

    Derrotamos al más grande imperio

    Que se haya adentrado en nuestro Mar Caribe;

    Con guerra de guerrillas

    Y guerra popular prolongada,

    Por cincuenta y tres años más

    Conquistador alguno por estas tierras y mares

    Nunca más apareció.

    Hasta que un día y en tiempos

    Del Dopootorü Guaicaipuro,

    Conocido como "El Lancero de las Montañas",

    Apareció el mestizo y capitán margariteño

    Francisco Fajardo, hijo de la cacica Isabel,

    Nieta del gran Dopootorü Charaima,

    Señor del Valle de las Charas.

    Francisco Fajardo

    Con sus guaiqueries y allegados,

    Con su madre a cuesta a tierra

    De Paisaná y Guaicamacuare llegó;

    Hasta que la cabuya se reventó

    Por ser un gran traidor

    Que a su pueblo quiso esclavizar

    En nombre de Castilla, Aragón y León.

    Los Taramaquas, Taramas o Tarmas,

    Como se le conocen en nuestra historia nacional,

    Replegados en sus aldeas y montañas

    Combatieron con arrojo, denuedo y valentía,

    En contra de los capitanes más aguerridos,

    Qué muerte le dieron a Juan Rodríguez Suárez,

    Y a Gabriel de Mendoza y Pánfilo de Narváez

    En las costas del dopootorü Catia,

    Padre de la mujer del Gran Diao Manaure,

    En las comarcas occidentales de Curiana o Coro.

    Abajo en nuestras playas

    Están los arrecifes coralinos de "La Salina",

    Que lleva el epónimo nombre de un santo varón,

    Llamado don Domingo de Salinas,

    Quién designado obispo a estas tierras vino

    En mil quinientos noventa y nueve,

    En defensa de sus habitantes

    Y legítimos dueños de las tierras;

    Pretendiendo acabar con la hegemonía

    Impuesta por el capitán Diego de Osorio

    Y su maldiciente descendencia;

    Tan alto prelado un año después

    Asesinado es en la Mariana Ciudad de Caracas.

    A nuestra memoria nos viene

    Partes: 1, 2, 3
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