Algunas consideraciones sobre la definición del concepto evaluación en el contexto de las prácticas educativas (página 2)
Enviado por Dr. MSc. Ing. Osvaldo Romero Romero
ü “Interpretación mediante pruebas, medidas y criterios, de los resultados alcanzados por alumnos, profesor y proceso de enseñanza–aprendizaje en la ejecución pormenorizada de la programación” (G.Halcones, 1999. Pag. 11).
En las definiciones anteriores constituye un aspecto esencial común la valoración sobre los logros en el aprendizaje sin embargo no en todos se le presta atención a la función del profesor y del alumnos en este proceso.
Utilizando un concepto híbrido, G. Hancones 2005 define evaluación como:
“Proceso por medio del cual los profesores buscan y usa información procedente de diversas fuentes para llegar a un juicio de valor sobre el alumno o sistema de enseñanza en general o sobre alguna faceta particular del mismo”.
Concepto que el autor asume por la importancia de los términos: información, fuentes, juicio de valor, alumno o sistema de enseñanza que para la investigación que se realiza pretende que los alumnos participen en el proceso de aprendizaje y que ellos también evalúen lo aprendido junto con el profesor.
En correspondencia con este enfoque y dando atención a la participación de los alumnos en el proceso de evaluación el Ministerio de Educación. 2005 plantea que:
La evaluación debe lograrse en una nueva forma de trabajo pedagógico, que tiene por centro la actividad de los alumnos, sus características y sus conocimientos y experiencias previas. Y para ello se necesita centrar el trabajo pedagógico en el aprendizaje más que en la enseñanza lo que exige desarrollar estrategias evaluativas diferentes y adaptadas a los distintos ritmos y estilos de aprendizaje de los alumnos.
1.2 Consideraciones sobre las prácticas educativas
Tradicionalmente, la evaluación se ha revelado como función controladora, teniendo un carácter unidireccional, desde el profesor al alumno, lo que convierte a los alumnos en objetos de evaluación más que en sujetos activos, partícipes de su proceso de aprendizaje.
Con las Reformas Educacionales que se están desarrollando en el país se busca trascender de dicha función controladora a un proceso en el que todos participan. Se persigue principalmente seleccionar o crear estrategias destinadas a mejorar las competencias y habilidades comunicativas y creativas definidas por el profesor y el alumno previamente.
Entonces, las prácticas evaluativas auténticas tienen que centrarse más en los procesos que en los productos y deben tener en consideración las condiciones que acompañan el aprendizaje tales como el entorno cultural, familiar, social y las experiencias previas de los alumnos.
En cuanto a la base normativa que impulsa estos cambios de la evaluación en nuestro país, se encuentra el perfil del profesional y los planes de estudio que constituyen el marco de referencia para la elaboración de los nuevos planes y programas de estudio, los que consideran aspectos conceptuales, procedimentales y actitudinales que se espera que los alumnos desarrollen y son necesarios evaluar.
Las nuevas formas de producir, comunicarse y organizarse de la sociedad exigen del sistema educacional formar a los alumnos con mayores capacidades de abstracción, de elaboración del conocimiento y de pensar en sistemas; con superiores capacidades de experimentar y de aprender a aprender; de comunicarse y de trabajar colaborativamente; con más y mejores capacidades de resolución de problemas, de manejo de la incertidumbre y adaptación al cambio.
La reforma educativa propone una redefinición del qué enseñar, lo cual “ha modificado lo sustantivo del currículo obligando a re-examinar el proceso de enseñanza-aprendizaje, centrándolo en el protagonismo de los alumnos, en la elaboración de sus propios conocimientos, más que en el profesor como tradicionalmente ocurría. Estos cambios de enfoque implican, necesariamente, variar no sólo en la forma como enseñamos, sino también como evaluamos a nuestros alumnos” (G. Halcones 2006)
Las transformaciones en evaluación se derivan de los nuevos planes y programas de estudio y se resumen en el siguiente cuadro. (M. Hernández 2005)
TABLA 1 | |
ENFOQUE TRADICIONAL | ENFOQUE ACTUAL |
1.-Todos los alumnos aprenden de la misma manera, de modo que la enseñanza y la evaluación se pueden estandarizar. | 1.-No existen alumnos estándar. Cada uno es único y, por lo tanto, la enseñanza y la evaluación debe ser individualizada y variada. |
2.-La mejor forma de evaluar el progreso de los alumnos es mediante pruebas de papel y lápiz. | 2.-Variados procedimientos, que incluye, entre otros, la observación, proyectos y trabajos de los alumnos, las carpetas que los alumnos crean y mantienen, pruebas de papel y lápiz, muestran un cuadro más global del progreso del alumno. |
3.-La evaluación está separada del currículo y de la enseñanza; esto es, hay tiempos, lugares y métodos especiales para ella. | 3.-Los límites entre currículo y evaluación se confunden: la evaluación ocurre en y a través del currículo y en la práctica diaria. |
4.-Los instrumentos y agentes de evaluación externos proporcionan la única descripción objetiva y verdadera del conocimiento y del aprendizaje del alumno. | 4.-El factor humano, es decir, las personas comprometidas con el alumno: profesores, padres y los mismos compañeros, son clave para realizar un proceso de evaluación exacto. |
5.-Existe un cuerpo de conocimiento bien definido que los alumnos deben dominar en la escuela y que deben ser capaces de demostrar o reproducir en una prueba. | 5.-El fin principal de la educación es formar personas capaces de aprender durante toda su vida y la evaluación contribuye a ello. |
6.-Al diseñar un procedimiento evaluativo, la eficiencia (su facilidad de corrección, de cuantificación, de aplicación) es la consideración más importante. | 6.-Al diseñar un procedimiento evaluativo, importan principalmente los beneficios que éste puede tener para el aprendizaje del alumno, esto es, su validez consecuencial. |
7.-Tanto la enseñanza como el aprendizaje deben centrarse en los contenidos curriculares y en la adquisición de información. | 7.-La enseñanza y el aprendizaje deben centrarse en el proceso del aprendizaje, el desarrollo de habilidades de pensamiento y en la compresión de las relaciones dinámicas entre los contenidos curriculares y la vida real. |
8.-Una enseñanza exitosa prepara al alumno para rendir bien en pruebas diseñadas para medir sus conocimientos en distintas materias. | 8.-Una enseñanza exitosa prepara al alumno para vivir efectivamente durante toda su vida; por lo tanto se centra en enseñar para transferir el aprendizaje más allá del aula, hacia la vida diaria. |
Del cuadro se infiere, que los cambios más significativos en evaluación van por la vía del desarrollo de una evaluación más cualitativa, dando énfasis a las capacidades, habilidades y destrezas que estos desarrollen, además de los conocimientos; otorgándole una importante participación al alumno en su proceso formador, pasando de objeto a sujeto de la evaluación, utilizando métodos de auto y coevaluación que le permitan sentirse partícipe de dicho proceso.
Asimismo, se hace necesario la ampliación de los recursos didácticos para una evaluación auténtica, como: actuaciones preacticas, debates, análisis de avances de algún determinado trabajo, actividades prácticas, entrevistas, proyectos de investigación. Todas estas herramientas ayudan notablemente al proceso enseñanza-aprendizaje, entregando información útil para conocer avances y desempeños de los alumnos, en cuanto a aspectos como comprensión, valoración, análisis, compromiso, formulación de juicios fundamentados y manejo crítico de fuentes de información.
Conclusiones
ü La evaluación del aprendizaje debe ser entendida como un proceso en que participen tanto el alumno como el profesor en función de contribuir al desarrollo de su desempeño como profesional en el puesto de trabajo.
ü Los cambios más significativos en la evaluación se expresan en una forma más cualitativa, dando énfasis a las capacidades, habilidades y destrezas que los alumnos desarrollen, además de los conocimientos; otorgándole una importante participación al alumno en su proceso formador, pasando de objeto a sujeto de la evaluación, utilizando métodos de auto y coevaluación que le permitan sentirse partícipe de dicho proceso.
BIBLIOGRAFÍA
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- ZILBERSTEIN TORUNCHA J Y H. VALDÉS VELOZ (1999). Aprendizaje escolar, diagnóstico y calidad educativa. México DF. Ediciones CIDE,
Autor:
Juan Carlos Maura Tandron
Dr. MsC. Asist. Esp.de 1 grado gineco obstetricia del Hospital Clínico Quirúrgico Camilo Cienfuegos de Santi Spiritus
Zuleiqui Gil Unday
Dr. C. MsC, Aux, Lic. Del Centro Universitario de Sancti Spiritus Jose Marti Pérez.
Jose Ignacio Herrera
Dr. C. MsC, Titu. Lic. Del Centro Universitario de Sancti Spiritus José Marti Pérez.
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