Debe tenerse en cuenta que el nombre de cristianos ha sido compartido a través de los siglos, y no siempre de formas muy armónicas; por grupos numerosos de creyentes, cada cual, a su vez; llegó a desconocer como cristianos a grupos con posturas dogmáticas concretas, distintas de las propias. Dicho de otra forma, cristianos es el nombre común de grupos tan distintos entre sí como los católicos, marcianitas, arrianos, nestorianos, coptos, jacobitas, ortodoxos, cátaros o albigenses, anglicanos, protestantes, mormones, vetero-católicos y otros tipos de grupos que reflejan posturas dogmáticas concretas más disímiles. La Iglesia católica adoptó ese nombre luego que los discípulos liderados por pedro siguieron las instrucciones de Jesús cuando resucitó: -vayan y lleven las buenas nuevas a todas las naciones-, es decir; -catolisis- según como se narró en griego en los evangelios, -católico- es un adjetivo que corresponde al sustantivo –cristianos-, se denomina católico el trabajo evangelizador.
Desde un punto de vista cristiano, la cuestión del alma no se puede tratar solo en términos metafísicos o psicológicos. Es un misterio religioso; es decir, hay que comprenderlo desde la perspectiva de Dios, que ha querido crear seres personales ante él, para compartir su vida y su amor. La resurrección de Jesucristo y su mensaje sobre la retribución, y el más allá; es la supervivencia del alma. En ningún momento, los textos bíblicos pretenden ofrecer una visión completa de la estructura del ser humano. Lo más importante que quieren decir es que el hombre es una criatura divina. En lo demás; cabe pensar que no hacen más que ampliar el dualismo de la experiencia humana entre la interioridad y la exterioridad. Se puede decir que aceptan, al menos parcialmente, las intuiciones de la filosofía griega en relación a la existencia de un principio de tipo inmaterialespiritual, y un principio material. La biblia, desde su origen, contempla el ser humano como una unidad, aunque se tenga de él dos experiencias distintas, y su existencia misma sea paradójica por estar hecho del barro, y del aliento divino, el barro es el cuerpo, el aliento divino es alma. Pareciere muy fácil extractar el concepto de alma, empero; no lo es, el cristianismo es enredado; ni siquiera los eruditos lo pueden explicar en palabras de a centavo.
Hay que advertir que la riqueza y complejidad del alma en el cristianismo; da lugar a problemas de traducción, porque no corresponde bien con los conceptos antiguos. Al presente, se reúnen en el concepto de alma; tres valores: la animación del cuerpo –el estar vivo-, la cognición -razón y voluntad-, y la conciencia que resucita -lo que soy, recuerdo, conozco y siento de mí mismo-, empero, el alma se centra más en el tercer valor (conciencia), porque el impulso vital de todas las manifestaciones de la vida -del cuerpo y del espíritu- se atribuyen en definitiva; a la vitalidad que viene de Dios mismo.
La tradición cristiana ha tomado numerosos elementos del pensamiento griego; para tratar de explicar el alma. Ha tomado de Platón, filosóficamente la idea de alma en sí misma, y desde santo Tomás, ha tomado de Aristóteles la fórmula hile-mórfica para entender la relación del alma con el cuerpo –pero cree que el hombre es alma y cuerpo-, se separa de la idea platónica cuando dice; el hombre alcanza su plenitud sin el cuerpo, y de la idea aristotélica; cuando dice que; el alma es mortal y pone el fundamento de la inteligencia en otra instancia. La tradición cristiana supone que el alma pervive tras la muerte, y que realiza tanto la función de animar el cuerpo como la de animar el entendimiento, de esta manera combina la tesis de Platón y la de Aristóteles, e ignora metódicamente las culturas antiguas y las religiosidades que la nutrieron. Según la tradición cristiana, la pervivencia tras la muerte es un fenómeno escatológico, los que mueren no quedan en un estado de pervivencia puramente natural, sino que pasan a estar delante de Dios para un juicio en su presencia, que merece un estado de bienaventuranza, de condenación o de purificación, (yo; el autor) no puedo imaginar cómo se realizara), el alma tiene confianza en la resurrección; porque está llamada a vivir a plenitud; en el paraíso.
El concepto de Dios y alma, en mi modesto entendimiento ha de ser mucho muy antiguo, la razón es simple, es tan antiguo que parece fijado en los genes; luego es fácil pensar que estas ideas; estuvieron en el precario intelecto de los remedo de sapiens; mucho antes de lo que creemos. Nuestros rastros no van más allá de doscientos mil años, -es decir; cuando se desarrolló el entendimiento- empero; no cabe en mi modesto entendimiento esta idea; no es tiempo suficiente para fijar ideas en los genes, de ser así, en corto tiempo naceríamos con predisposición a hablar una lengua determinada, y eso hasta el momento es imposible comprobar, es decir; los remedos de sapiens, cultivaron estas ideas; por lómenos un millón de años atrás, luego; el entendimiento ha de ser mucho muy antiguo, las ventajas evidentes, y digo evidentes por la simple razón de que existimos; y es gracias a que se desarrollaron en la colectividad simiesca unas normas, y unas prioridades cognoscentes; mucho antes de doscientos mil años; probablemente como consecuencia de un virus que afecto a un grupo aislado y especifico. De no haber sido por ese virus este pariente de remedo de sapiens estaría en un árbol haciendo monerías y no; en una academia devanándose los sesos hoy día, ni proponiendo un alto en el camino para llenar de contenido nuevo; estas maravillosas y antiquísimas ideas de Dios y alma; para provecho de la colectividad humana, y el planeta en general.
Oda a los hermanos de especie; que renuncien a la procreación, sus almas se fusionaran con el polvo cósmico y creara nuevos mundos, de ellos será el paraíso, su decisión será vista como la más grande contribución hecha a la humanidad; por siempre jamás. Y serán estériles, y altruistas, favorecidos por Dios, por el alma, por el cosmos y por la humanidad.
Renunciar en estos tiempos de multitudes a la procreación; no es egoísmo, es altruismo. Será bendita toda aquella alma que preserve su descendencia; de la miseria -evitándola-
Oda a los alzados; en almas.
Sinceramente:
Con un gran reconocimiento a: Adelaida, la personita que me trajo al mundo, y a la cual; nunca pude conocer, sé que su alma se fundió con el cosmos, y allí mora, y me observa a toda hora.
Ninguna alma sabe las alegrías que se le ocultan como recompensa de lo que hagan. Sagrado Corán.
Benditas las almas que renuncian a la procreación, y se encamina a la realización.
Las almas que habitan hoy día el orbe, precisan de un nuevo decálogo para su conservación, no debemos desaparecer al hombre amparados en misterios.
Se agradecido, lo único que garantiza el bastimento; es el agradecimiento.
A las buenas almas les aprovecha la fe, la miseria que nos asiste nos la merecemos, el secreto del éxito está en; recomendar el bien, se prudente.
A las pobres almas que no saben porque odia; pero saben a quién odian; no les aprovecha la fe; ni les viene bien el paraíso.
Hemos de ser reformadores de la cultura humana, no tenemos que privar al hombre de Dios, de alma y demás historias emocionales; estos conceptos maravillosos son imposibles de ignorar, y mucho más difícil es ignorar la cultura que le dio forma. En todas las culturas existe la ilusión, la esperanza y algunos valores comunes por la simple razón de ser cognitivos, lo que debemos hacer es; reevaluar nuestro impacto sobre el planeta porque aun con Dios y con alma nos desapareceremos; siendo quienes fuéremos; es así de simple y nada más.
Sinceramente
(HERM)
(1) Saz Ana Isabel. Diccionario de psicología. ED. Panamericana Ltda. 2006, España.
(2) Charles Darwin. El origen del hombre y la selección en relación al sexo. ED. Diana. 13ª, impresión 1981 México D.F.
(3) Haeckel Ernst. El origen del hombre. Titulo, original, (the evolution of man) ED. Kessinger publishing company. USA. 2004
(4) Martínez Echeverri Leonor y Martínez Echeverri Hugo. Diccionario de filosofía. ED. Panamericana. Bogotá Colombia. Sexta reimpresión. Septiembre 2001.
(5) Sagrado Avesta.
(6) Sagrado Corán.
(7) Sagrada Tora.
(8) Sagrada Biblia católica.
(9) Recursos propios del autor.
Autor:
HUGO EDGAR RUIZ MONROY
Terapeuta Psicosocial. Psicoterapeuta. Eticista. Bioeticista. Psicobioeticista. Biopolítico. Humanista. Docente.
Título original: ALZADOS EN ALMAS
Breviários: para un mejor entendimento.
(2014-2016) Bogotá Colombia
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