- Introducción
- El azúcar como droga de adicción
- El caso de Rebekka
- La hipertensión intracraneal benigna (HIB) o el pseudotumor cerebral
- Hipertensión Intracraneal Idiopática (HII)
- Diagnóstico
- El Criterio Modificado de Dandy, como coadyuvante al diagnóstico
- Patogénesis
- Cirugía
- El síndrome metabólico
- En resumen
- Bibliografía
"Hay un enemigo de nuestra salud que nos aguarda en todo instante. Es un disacárido, de color blanco, que se desdobla por hidrólisis en dos monosacáridos y que además de ser dulce, es soluble en agua y escasamente soluble en alcohol: Lo conocemos como el azúcar — nuestro "amigo" y el "amigo" de todos los niños". FEFL en El azúcar y sus efectos (no tan dulces) en la salud, tanto emocional como física.
"Nuestra evidencia derivada de un modelo animal, sugiere que el consumo de azúcar actúa en el cerebro de manera similar al abuso de las drogas." Bart Hoebel Profesor de Psicología Universidad de Princeton. (http://crazysexylife.com/2011/sugar-addiction-a-nation-in-need-of-rehab/).
Introducción
En mi carrera profesional y en mis labores como experto en las disorexias (enfermedades del comer) un obstáculo, que encuentro, con inexplicable e implacable tenacidad es la relación que une al azúcar con la obesidad y con otras adicciones.
El propósito de esta lección es multifario: atraer la atención de todos quienes están interesados en la salud de sus hijos para encontrar una solución a la lucha interminable con la obesidad en todas las etapas de la vida. Lograrlo así, entendiendo los efectos del azúcar y el del Jarabe de Maíz Alto en Fructosa (HFCS), controlando sus usos discrecionales y empezar considerándolos como sustancias adictivas que perjudican gravemente nuestra salud.
El azúcar, en la "noble" compañía del HFCS son los enemigos número uno de todo plan para reducir de peso y, como comestibles arriesgan nuestro equilibrio físico y aun emocional.
HFCS
Para poder apreciar lo antedicho, refiero al lector interesado a la siguiente dirección electrónica donde pueden encontrarse más de una centena de artículos que soportan mis aserciones: http://www.monografias.com/cgi-bin/search.cgi?query=azucar%20larocca.
El propósito de esta lección es asimismo reiterar, razones por las cuales algunos investigadores proponen que el azúcar sea controlada como droga adictiva. Mientras que, para lograr nuestros propósitos, enfatizaremos dos de las complicaciones inesperadas y poco mencionadas consecuencia de esta dependencia.
Comencemos
En tiempos pasados, el azúcar ya había caído bajo el escrutinio desfavorable de investigadores que condenaran su uso indiscriminado y generalizado, resistiendo el modo de pensar que resulta en que su presencia sea ubicua en todas las mesas y en todos los hogares del mundo "civilizado" en que vivimos, alimentándola al niño con despreocupación e indiferencia que raya en lo irresponsable.
El azúcar como droga de adicción
Que el azúcar es adictivo es un hecho tan obvio, que constituiría una perogrullada innecesaria tratar de desperdiciar espacio para confirmarlo en este artículo.
Para muchos científicos batallando la globesidad, el azúcar debe de ser controlada por ser droga adictiva, como se controlan los derivados del opio y otras substancias análogas, entre los que se hallan el alcohol y el tabaco.
¿El azúcar engorda? Depende de quién responde a esa pregunta
La industria de fast food, por años, nos ha tratado de persuadir que "una caloría, es simplemente, una caloría".
Pero, en un artículo publicado en el respetado vocero científico Nature, bajo el título The Toxic Truth About Sugar, Robert Lustig, Laura Schmidt y Claire Brindis, disputan esa desacertada y prejuiciada noción.
(Lustig, es profesor de pediatría y director del programa para la determinación del peso en niños y adolescentes en la Universidad de California en San Francisco).
El destacado pediatra y sus colegas aclaran este asunto tan turbio de la siguiente manera: "Existen calorías buenas, y calorías malas, como asimismo existen buenas y malas grasas, buenos aminoácidos y malos aminoácidos, buenos carbohidratos y malos carbohidratos".
Buenas y malas calorías
"Sin embargo (añade el galeno), el azúcar es tóxico mas allá de sus calorías". (Para seguir leyendo: http://www.nature.com/nature/journal/v482/n7383/full/482027a.html).
Esas "calorías vacías", como generalmente se las consideran, pueden originar la gordura, producen cambios en el metabolismo, elevan la presión arterial, causan daño significativo al hígado, y pueden alterar de manera crítica la actividad fisiológica de las hormonas, produciendo efectos poco placenteros.
Estos síntomas desagradables que asemejan muy de cerca los resultados del consumo excesivo del alcohol, hacen mucho sentido, porque el alcohol resulta esencialmente, de la destilación del azúcar.
Investigaciones recientes sugieren que las actividades químicas del azúcar pueden echar por tierra los propósitos de abstinencia de los adictos, y, de quienes necesitan rebajar.
En el último respecto, los expertos están de acuerdo en el hecho de que el azúcar causa ansias de consumo, y produce síntomas de abstinencia, cuando su uso se interrumpe, como hacen otras drogas.
Sin embargo, dicen los expertos en la salud pública, considerando que unas cincuenta millones de personas en los Estados Unidos, incluyendo 35% de todos los adultos, actualmente sufren del síndrome metabólico, y que los costos anuales del cuidado médico para las enfermedades cardiovasculares y la diabetes II han crecido a un monto de 4 mil millones de dólares anuales, uno se pregunta, si el taimado y venal gobierno norteamericano — controlado, a todos niveles por las donaciones de las industrias — frente a los hechos, actuará de manera responsable.
Esta pregunta fue formulada, por un reportero, de la siguiente manera, a un senador que proclama ser paladín de la salud de ese país: "Senador, en base a los nuevos hallazgos acerca de que el azúcar es sustancia adictiva que debe de ser controlada. ¿Usted introduciría legislación a ese efecto?"
Interpelación a la cual el congresista, batallando por fondos y donaciones para financiar su reelección, responde de manera pensativa — mientras se acaricia la barbilla y frunce el ceño — diciendo lacónicamente: "Muy interesante la pregunta…"
Proseguiremos con una historia extraordinaria y desafortunada.
El caso de Rebekka
Rebekka era mujer muy activa en su profesión y exitosa en sus negocios. El problema para ella, fue que de por vida había sufrido de la obesidad.
A los 45 años de edad, con una talla de 5"8", pesaba 316lb.
Había tratado los métodos usuales y conocidos, con la esperada falta de éxito duradero.
Pero, la obesidad, siempre, exige su precio.
Un día, Rebekka se quejó de un dolor agudo de cabeza, acompañado de visión borrosa, complicado por vómito involuntario y pérdida del equilibrio.
Pseudotumor cerebral
La familia, alarmada, la condujo al salón de emergencias más cercano, donde le diagnosticaron un ataque de tipo Menière y jaqueca, para lo que le inyectaron diazepam y un analgésico intramuscular.
Basado en la sintomatología, Rebekka fue referida a un neurólogo que confirmó la sospecha de la existencia de un pseudotumor cerebral, complicación de su obesidad morbosa.
La hipertensión intracraneal benigna (HIB) o el pseudotumor cerebral
Es un trastorno neurológico que se caracteriza por un incremento de la presión intracraneal, en la ausencia de otra causa responsable por la misma.
Los síntomas preponderantes son dolor de cabeza, trastornos de la visión y vómito.
Las pruebas diagnósticas requieren tomografías y punciones lumbares.
Pero, para nosotros, quienes estamos interesados en todos los aspectos de la gordura, nos preguntamos: ¿Cómo puede la adiposidad causar este extraña complicación?
Punción lumbar
La obesidad, todo lo puede causar, como ya sabemos.
Empezaremos con la definición de los términos
Ambos conceptos, "pseudotumor" y "benigna" derivan del hecho de que la hipertensión craneal se asociaba — especialmente, en la era precedente a la tomografía computarizada (CT) — con neoplasmas del cerebro. En consecuencia, en aquellos pacientes en los cuales no se encontraban tumores, se les daba el diagnóstico de "pseudotumor cerebri". O enfermedad imitadora de un tumor cerebral.
Eventualmente, la condición fue re designada "hipertensión intracraneal benigna" (HIB) para distinguirla de la causada por malignidades (como las que originan de tumores o lesiones que ocupan espacio en la cavidad del cráneo, dentro del cerebro).
Lo último se entendió, igualmente, que conduciría a la confusión clínica, por lo que se le añadió a la acepción final, el calificativo de idiopática o sin causa directamente discernible.
Edema de la papila
La presión intracraneal elevada, no debida a factores establecidos, se conoce como
Hipertensión Intracraneal Idiopática (HII)
Cuadro clínico:
Dolores de cabeza severos, más pronunciados en las mañanas, acompañados por
Náuseas y vómitos
Disminución transitoria de la visión
Pérdida o constricción de la mirada periférica
Vista borrosa
Pérdida total de la percepción ocular, en casos sin tratamiento
Aunque esta condición puede presentarse en todas las edades, ambos sexos, y grupos demográficos, es más común en mujeres de edad reproductiva (15-45) que tienen sobrepeso o que son obesas.
Tumor cerebral
Causas posibles
Ciertas medicaciones como son:
Contraceptivos hormonales
Vitamina A suplementaria
Antibióticos del género de las tetraciclinas
La obesidad
(Todos los factores aludidos, pueden incrementar el riesgo de HII).
En el examen físico, hallazgos característicos son:
El edema de la papila
La pérdida de la visión
La constricción de los campos visuales
La diplopía, secundaria a la parálisis del VI nervio craneal
Y la falta de signos neurológicos focales, aunque pueden presentarse debilidad de los brazos o piernas, trastornos sensoriales e incoordinación
Músculos del ojo
Diagnóstico
El diagnóstico puede sospecharse en base de la historia clínica y del examen físico.
Para confirmarlo se requieren pruebas especializadas de resonancia magnética. Éstas pueden ser normales, pero, a veces demuestran el signo de "la silla vacía" resultado del aplanamiento de la glándula pituitaria secundaria a la presión intracraneal aumentada.
Una vez que una masa o tumor se han descartado, una punción lumbar se conduce para determinar la presión del líquido cefalorraquídeo y para conducir el análisis del mismo.
Si la presión inicial del líquido es elevada, se indica remover algunos centímetros cúbicos para aliviarla.
Glándula pituitaria
El Criterio Modificado de Dandy, como coadyuvante al diagnóstico
El Criterio Diagnóstico de Dandy para la HIB fue descrito en el 1937 por el neurocirujano norteamericano Walter E. Dandy. Este fue modificado en 1985 cuando se le cambiara al nombre que hoy lleva.
Criterio Modificado de Dandy |
1 Signos & síntomas de aumento de presión intracraneal. Presión del líquido cefalorraquídeo >25 cmH2O |
2 Falta de signos de localización, con la excepción de parálisis del VI nervio craneal |
3 Composición normal del líquido cefalorraquídeo |
4 Ventrículos normales, en escáneres diagnósticos, en la ausencia de masa intracraneal |
Patogénesis
Dos mecanismos se han avanzado para explicar la elevación de la presión del líquido cefalorraquídeo (LCR):
Producción aumentada del líquido y
Absorción reducida.
La producción excesiva puede ser resultado de edema vaso-génico cerebral extracelular, mientras que la absorción reducida puede ser resultado de defectos al nivel de las vellosidades aracnoides.
Resonancia magnética cerebral
Algunos investigadores han descrito la evidencia de incrementos de difusión acuosa en el cerebro de estos pacientes, si se comparan con sujetos normales. Se argumenta que este hallazgo indica una anormalidad transependimaria en el flujo de líquido, produciendo el edema cerebral.
Otros factores se han postulado, pero ninguno se ha establecido como mecanismo causal definitivo.
El tratamiento se dirige esencialmente a la prevención de la pérdida permanente de la visión.
Los esfuerzos terapéuticos se encaminan a la reducción de la presión del LCR y a la pérdida de peso en los casos en que esto sea necesario.
Medicamentos que disminuyen la producción del LCR y algunos diuréticos se han ensayado con resultados inconsistentes.
Si estos métodos no son fructíferos, la opción quirúrgica es la final.
Cirugía
Procedimientos especializados existen que se dirigen a la protección de la vista y al desvío permanente del LCR a otras áreas del cuerpo para reducir la presión del mismo y sus efectos en la masa encefálica.
Candidatos a complicaciones severas
Todas estas operaciones pertenecen a áreas de especialización en la neurocirugía y oftalmología.
Tristemente, la evidencia se acumula que la necesidad para estas intervenciones va en aumento paralelo al avance de la obesidad en todos nuestros países.
Parece extraño, que para aliviar la presión elevada del LCR, se necesite una reducción del estómago.
Finalmente, la incidencia actual del HIB en los Estados Unidos es <20 por 100,000 personas.
Antes de concluir llamamos la atención de nuestros lectores a otra complicación grave de la obesidad, se trata del síndrome metabólico.
El síndrome metabólico
El síndrome metabólico: Invención de nuestra civilización…
Si es cierto, que hemos erradicado la viruela y el polio, porque son resultado del efecto de agentes infecciosos que nos atacan cuando estamos desprotegidos, pero, cuando, de la gordura se trata, el "ataque" del agente causante proviene de nuestras acciones, independientes del propósito de engordar.
Se denomina Síndrome metabólico (también conocido como Síndrome X, Síndrome Plurimetabólico, Síndrome de Insulinorresistencia, Síndrome de Reaven o CHAOS en Australia) a la conjunción de varias enfermedades o factores de riesgo en un mismo individuo que aumentan su probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular o diabetes mellitus.
En los Estados Unidos, de acuerdo con las definición de Síndrome metabólico hecha por la NCEP (siglas del inglés: National Cholesterol Education Program-Adult Treatment Panel III), alrededor del 25% de la población mayor de 20 años padece del síndrome metabólico, el punto donde el individuo tiene la concomitante característica de obesidad central (localizada en el abdomen) y una resistencia a la insulina.
Respecto de los perfiles de la edad de los candidatos a padecer de Síndrome Metabólico, éste ha ido bajando de forma dramática. Si antes se hablaba de pacientes que bordeaban los 50 años, ahora el grupo de riesgo está situado en torno a los 35 años, ello porque desde etapas muy tempranas de la vida, las personas adoptan malos hábitos de alimentación y escaso ejercicio físico.
(Para leer el resto:
http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_metab%C3%B3lico).
Buen maestro…
En resumen
La obesidad es una condición proteica en sus manifestaciones y en sus complicaciones.
La gama de sus problemas asociados es muy amplia y polimorfa para aquí detallarla de nuevo, ya que lo hemos hecho ampliamente en otras ponencias.
De importancia es reafirmar el hecho de que, la dieta, simplemente para reducir, no es solución, ya que esencialmente no es ni simple ni da resultados permanentes — como bien sabemos.
La profilaxis sería lo ideal, entendiendo el daño causado por el consumo del azúcar — entre otras cosas que se consumen en exceso — y eliminando su uso.
Si consideramos la noción antedicha, como válida, entonces, ¿por qué persistimos en consumir esta sustancia nociva, sirviéndola a nuestros hijos desde que entran a este mundo?
En esta ponencia, hemos ofrecido la razón persuasiva para hacerlo. Por estar adictos, no deseamos abandonarla…
"Para que VIENDO VEAN PERO NO PERCIBAN, Y OYENDO OIGAN PERO NO ENTIENDAN, NO SEA QUE SE CONVIERTAN Y SEAN PERDONADOS". Marcos 4:12
Fin de la lección
Bibliografía
Larocca, FEF: El azúcar y sus efectos (no tan dulces) en la salud, tanto emocional como física en monografías.com
Larocca, FEF: El Síndrome de Menière y su Terapia en monografías.com
Larocca, F. E. F: (1986) Eating Disorders: The Facts Jossey-Bass
Larocca, F. E. F: (2007) Los Trastornos Malignos del Comer en Psikis.cl y en mailxmail.com
Larocca, FEF: Las Disorexias Malignas en monografías.com
Larocca, F. E. F: (2007) Lección Número 10 (La Dieta Restrictiva) en monografías.com
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Smith JL (1985). Whence pseudotumor cerebri? Journal of clinical neuro-ophthalmology 5 (1): 55–6. PMID 3156890.
Vivo sin vivir en mí y de tal manera espero, que muero porque no muero.
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca