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La pintura corporal como terapia de integración sensorial en el niño autista

Enviado por elaime


    1. ¿Qué es una disfunción integrativa sensorial?
    2. ¿Qué es el autismo?
    3. ¿En qué consiste nuestro trabajo?

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    "A medida que tratemos mas niños autistas averiguaremos más acerca de sus problemas neurológicos y desarrollaremos formas de llegar a su cerebro con experiencia sensorial."

    Jean Ayres

    En los primeros 7 años de vida de un niño casi toda la actividad es parte de un proceso de organización de sensaciones en el SNC. El niño aprende a sentir su cuerpo y el mundo que lo rodea y a realizar diferentes movimientos, aprende a interactuar con objetos, a hablar y a relacionarse con otras personas. Todo esto le proporciona información sensorial y debe desarrollar esta integración para usar esa información e interactuar de forma adecuada. Todas estas funciones se desarrollan en un orden natural y cada niño sigue la misma secuencia básica unos de una forma más rápida y otros de una manera más lenta. Los niños que se desvían considerablemente de la secuencia básica del desarrollo de la integración sensorial, presentarán problemas en muchos aspectos de la vida.

    La modulación sensorial sana ocurre automáticamente, inconscientemente, y sin ningún esfuerzo por parte de los niños normales en vías de desarrollo. Para los niños con una serie de problemas de desarrollo, el proceso es ineficiente, requiriendo esfuerzo y atención sin la garantía de conseguir precisión. Cuando esto ocurre, el hecho de regular la información sensorial y "dar sentido al mundo físico" y " situarse a sí mismo dentro de ese mundo" no se consiguen fácilmente.

    ¿ Qué es una disfunción integrativa sensorial?

    Cuando la actividad de un sistema sensorial se vuelve más organizada, o cuando varios sistemas sensoriales se integran más entre sí, el SNC funciona de manera integral, es decir, cuando todo el cuerpo y todos los sentidos trabajan como un todo al cerebro le es más fácil adaptarse y aprender. El sistema vestibular es el sistema unificador, porque forma la relación básica de una persona con la fuerza de gravedad y con el mundo físico y las demás sensaciones se procesan en relación con esta información vestibular básica, es decir, prepara todo el sistema nervioso para que funcione de forma eficaz, y cuando el sistema vestibular no funciona eficientemente, la interpretación de otras sensaciones será inconsistente e imprecisa y el SNC tendrá dificultades para funcionar.

    Cuando el cerebro no organiza o procesa el flujo de impulsos sensoriales de manera que proporcione al individuo una información adecuada del entorno, así como la dirección eficaz del comportamiento humano, podemos decir que hay una disfunción de la integración sensorial, por lo que se dificulta el aprendizaje y a menudo el individuo se siente incómodo consigo mismo y no está al nivel de las exigencias y tensiones comunes.

    Hasta la actualidad, los terapeutas de integración sensorial que han trabajado con niños autistas, han logrado resultados positivos en unos casos y en otros no, y proporcionar un cambio en su organización cerebral es alentador, especialmente porque los enfoques bioquímicos a este problema han sido de poca ayuda, y las técnicas para modificar conductas, solo se basa en eso, sin cambiar las causas o condiciones en el cerebro que provocan este comportamiento.

    En los niños autistas se han encontrado tres aspectos del proceso sensorial insuficiente y son:

    La entrada de sensaciones no se registra correctamente en el cerebro del niño autista, por lo que le presta poca o casi ninguna atención a las cosas a su alrededor, mientras que en ocasiones reacciona de forma exagerada.

    Poca modulación de la entrada sensorial, especialmente la vestibular y la táctil, lo que puede traer como consecuencia que sea gravitacionalmente inseguro o táctilmente defensivo o indiferente.

    Tiene poco interés en realizar cosas propositivas o constructivas, ya que la parte de su cerebro que lo impulsa a hacer cosas no funciona correctamente

    Nuestro sistema límbico determina que entrada sensorial estamos registrando y qué hacemos con esa información, y en el niño autista esta función es deficiente, por lo que es incapaz de registrar y percibir lo que otros sí registran y perciben, y en otros casos no la modulan, por ende, su respuesta a una estimulación será directamente proporcional a la insuficiencia del funcionamiento del sistema límbico, esto trae consigo que sea incapaz de tener una clara percepción del espacio y su relación con él

    El aspecto esencial del comportamiento humano es la organización de las percepciones y de la respuesta que damos a las mismas, por lo que al no percibir o actuar en el ambiente físico, carecemos de información para organizar comportamientos más complejos.

    ¿ Qué es el autismo?

    El autismo, tal como fue definido por Leo Kanner en 1943, es un trastorno relativamente infrecuente – tiene una prevalencia aproximada de 4.5/10 000 – enmarcado dentro de los Trastornos Profundos del Desarrollo (TPD). Las alteraciones de lo que se ha llamado el espectro autista son mucho más frecuentes y se encuentran en dos o tres de cada mil personas.

    Se entiende por AUTISMO: personas con una amplia gama de síntomas comportamentales en las que se incluyen hiperactividad, ámbitos atencionales muy breves, impulsividad, agresividad, conductas auto –lesivas y rabietas.

    Estas alteraciones en general, y el autismo en particular, plantean desafíos importantes de comprensión, explicación y educación. De comprensión, porque resulta difícil entender como es el mundo interno de personas con problemas importantes de relación y comunicación. De explicación, porque aún se desconoce la génesis biológica y los procesos psíquicos de estas personas y de educación, porque tienen limitadas sus capacidades de empatía, relación intersubjetiva y penetración mental en el mundo interno de sus semejantes, que permiten al niño normal aprender mediante delicados mecanismos de imitación, identificación, intercambio simbólico y vivencias afectivas

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    El autismo nos fascina porque supone un desafío para algunas de nuestras motivaciones más fundamentales como seres humanos. Las necesidades de comprender a los otros, compartir mundos mentales y relacionarnos son muy propias de nuestra especie. Por eso, el aislamiento desconectado de los niños autistas es una trágica soledad, que "no tiene nada que ver con estar solo físicamente sino con estarlo mentalmente".( Uta Frizt, 1991)

    Sus características comunes especiales se refieren principalmente a tres aspectos:

    1. Las relaciones sociales: para Kanner el rasgo fundamental era la incapacidad para relacionarse normalmente con las personas y situaciones sobre la que reflexionaba: "desde el principio hay una extrema soledad autista, que en lo posible desestima, ignora o impide la entrada de todo lo que le llega al niño desde afuera. El contacto físico directo o aquellos movimientos o ruidos que amenazan con romper la soledad, se tratan como si no estuvieran ahí, o si no basta con eso, se sienten dolorosamente como una penosa interferencia"
    2. La comunicación y el lenguaje: señala la ausencia de lenguaje en algunos niños, su uso extraño en los que lo poseen como si no fuera "una herramienta para recibir o impartir mensajes significativos" y se definen alteraciones como la ecolalia, la tendencia a comprender las emisiones en forma literal, la inversión de pronombres personales, la falta de atención al lenguaje, la apariencia de sordera en algún momento del desarrollo y la falta de relevancia en las emisiones.
    3. La insistencia en la invarianza del ambiente: la tercera característica era la inflexibilidad, la rígida adherencia a rutinas y la insistencia en la igualdad de los niños autistas. La gama de actividades espontáneas se reduce drásticamente y su conducta "está gobernada por un deseo ansiosamente obsesivo por mantener la igualdad, que nadie, excepto el propio niño puede romper en raras ocasiones" esta característica puede relacionarse con otra: la incapacidad de percibir o conceptuar totalidades coherentes y la tendencia a representar las realidades de forma fragmentaria y parcial.

    Para tratar de ordenar este aparente desconcierto nos es muy útil el concepto de "espectro autista", Para comprender bien ese concepto hay que tener en cuenta dos ideas importantes: ( 1 ) El autismo en sentido estricto es sólo un conjunto de síntomas, se define por la conducta. No es una "enfermedad". Puede asociarse a muy diferentes trastornos neurobiológicos y a niveles intelectuales muy variados. En el 75 % de los casos, el autismo de Kanner se acompaña de retraso mental; (2) hay muchos retrasos y alteraciones del desarrollo que se acompañan de síntomas autistas, sin ser propiamente cuadros de autismo. Puede ser útil considerar el autismo como un continuo – más que como una "categoría" bien definida – que se presenta en diversos grados en diferentes cuadros del desarrollo, de los cuales sólo una pequeña minoría (no mayor de un 10 %) reúne estrictamente las condiciones típicas que definen al autismo de Kanner.

    Diferenciaremos seis dimensiones en el espectro autista:

    1. Trastornos cualitativos de la relación social.
    2. Trastornos de las funciones comunicativas.
    3. Trastornos del lenguaje.
    4. Limitaciones de la imaginación.
    5. Trastornos de la flexibilidad mental y de la conducta.
    6. Trastornos del sentido de la actividad propia

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     El autismo constituye probablemente la desviación cualitativa más radical de la pauta normal de desarrollo humano. La persona autista es la que "está más lejos" de nuestro "mundo de normales". El intento de atraer a ese mundo a quienes más ajenos son a él, o en todo caso de estimular el desarrollo de esas personas hasta el logro de sus máximas posibilidades, es un índice importante de la existencia de valores sociales y éticos que implican un respeto de lo humano. Un respeto a la diversidad humana, incluso en sus variantes más extremas. El problema de la educación de los niños autistas no puede comprenderse solo en términos económicos. Se trata, en realidad, de un problema esencialmente cualitativo. La enajenación autista del mundo humano es un desafío serio, pues nuestro mundo no sería propiamente humano si aceptara pasivamente la existencia de seres que, siendo humanos, son ajenos. (Angel Riviére)

    ¿ En qué consiste nuestro trabajo?

    Comencé a trabajar con niños autistas en el año 2000, y como profesora en educación especial, me di a la tarea de buscar diferentes alternativas y nuevos caminos para ayudar al niño autista a llevar una vida más completa y adaptado a su medio social.

    Tomé como base el Performance Art un género representacional, que involucra usualmente ciertos grados de improvisación en el cual el artista dibuja a través de la danza, la música y otras expresiones del arte. Tuvo sus orígenes en 1950 a través del trabajo de algunos artistas de vanguardia. El profesor norteamericano Allan Kaprow lo describe como un evento único donde las personas ejecutan instrucciones no conocidas, dándole elementos de descubrimiento y sorpresa. Tomamos entonces la pintura corporal – tan primitiva como el hombre, quién la utilizó para expresar su cultura, creencias religiosas y estados emocionales- ejecutada después de movimientos corporales, relajación con música, como una vía que ayudara en la integración sensorial del niño autista.

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     Buscamos un lugar lejos del ruido de la ciudad, un entorno natural con gran extensión de bosques, fuera del contexto escolar y contamos con el apoyo de la familia en su actuar como coterapeutas de sus hijos. Se trabajó la selección y búsqueda de objetos, estímulos propioceptivos al caminar descalzos por pasto húmedo, lodo, rocas, mientras se daban diferentes órdenes a ejecutar y cuyo final era la expresión plástica.

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     La pintura del cuerpo entre hijos y padres, utilizando plumas de aves, los dedos, pinceles, hojas de árboles, resultó placentera, y en su conjunto estimuló el desarrollo sensorial. Guiar a los niños a través de una serie de actividades que pongan a prueba sus habilidades para responder apropiadamente a la información sensorial y para dar una respuesta exitosa y organizada, estimula la autorregulación de la información sensorial y mejora la habilidad de los niños para responder al mundo de las sensaciones de una forma más adaptada.

    Aún no alcanzamos a ver el final del camino, pero los resultados han sido favorables, se han disminuido las reacciones aversivas, exageradas o inactivas en las respuestas a la información sensorial, se han mejorado las respuestas a conductas sociales inadaptadas, se facilitó la interacción entre desconocidos, disminuyendo la sensación de soledad. Y mediante el ejercicio, la actividad, la alegría y el optimismo se favorece enormemente la autoestima de quienes llegaron con una esperanza más atada a sus manos.

    Bibliografía

    • Asperger, Hans: La psicopatía autista en la niñez"., 1947, p.77
    • Ayres Jean. Integración sensorial y el niño. Editorial Trillas. México. 1998
    • Colectivo Autores. Metodología de las Artes Plásticas. 1980. Cuba
    • Kostelanetz, Richard: Performance Art. Encarta Enylopedia,2003
    • Riviére, Angel: Desarrollo normal y autismo, Universidad Autónoma de Madrid, septiembre 1997, España.

     

    Profesora

    Elaime Maciques Rodríguez

    Ciudad Habana, Cuba.

    www.qromex.org/acet