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Proceso contable eficiente para la presentación de los estados financieros


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Planteamiento del problema
  3. Marco teórico
  4. Variables e hipótesis
  5. Metodología
  6. Presupuesto
  7. Referencias bibliográficas

Introducción

En la Parte I, se presenta al planteamiento del problema y dentro del mismo se considera la determinación del problema, formulación del problema, objetivos de la investigación y justificación del trabajo.

En la Parte II, se presenta el marco teórico. Específicamente se refiere a los antecedentes del estudio; las variables de la investigación como el proceso contable eficiente, los estados financieros y el Grupo Hernández SAC que es la dimensión espacial del trabajo.

En la Parte III, se presenta a las variables e hipótesis y dentro del mismo se tratan las variables de la investigación, la operacionalización de las variables y la hipótesis general y específica.

En la Parte IV, se presenta la metodología, específicamente se tiene el tipo de investigación, diseño de la investigación, población y muestra, técnicas e instrumentos de recolección de datos y el plan de análisis estadísticos de datos.

En la Parte V, se presenta el cronograma con todos los detalles para cumplir con el proceso de titulación de la Universidad.

En la Parte VI, se presenta el presupuesto del proceso de titulación.

En la Parte VII, se presenta las referencias bibliográficas que se utilizarán en el desarrollo del trabajo de investigación.

Finalmente se presenta los anexos correspondientes.

Planteamiento del problema

  • Determinación del problema

Se ha determinado que el Grupo Hernández SAC de Lima Metropolitana no dispone de estados financieros oportunos y razonables para poder acceder al financiamiento. Al respecto, los bancos para otorgar financiamiento a las empresas exigen la presentación de información financiera, contenida en los estados financieros, tales como el Estado de situación financiera, Estado de resultado integral, Estado de cambios en el patrimonio neto y Estado de flujos de efectivo, los que deben estar formulados de acuerdo con las Normas internacionales de información financiera (NIIF) para que sean razonables.

Cuando la información contable no es razonable, no es fiable, no es de confianza, no es comprensible y por tanto no es tomada en cuenta por las entidades financieras. Pero la información contable cuando no oportuna ni razonable no solo es rechazada por los bancos, sino también por los accionistas, proveedores y los usuarios en general.

La empresa en el año 2011, 2012 y 2013, tuvo serias limitaciones para acceder a las fuentes de financiamiento de los bancos por no contar con información contable razonable, es decir estados financieros y las notas formulados de acuerdo con las Normas internacionales de información financiera. En algunas entidades financieras se acepta la información contable no razonable, es decir sin las Normas internacionales de información financiera, pero a mayores costos financieros, por cuanto se señala que es por el mayor riesgo que representan.

Las Normas internacionales de información financiera (NIIF), contienen la metodología, procedimientos y técnicas que deben utilizarse en la obtención de información contable razonable para acceder al financiamiento como a la toma de decisiones en general.

  • Formulación del problema

Problema general:

¿En que medida el proceso contable eficiente podrá facilitar la presentación de los estados financieros oportunos y razonables en el Grupo Hernández SAC para efectos obtener del financiamiento?

Problemas específicos:

  • 1) ¿De que forma el reconocimiento y medición eficiente de las transacciones podrán proporcionar elementos para la presentación de los estados financieros oportunos y razonables en el Grupo Hernández SAC para efectos de obtener financiamiento?

  • 2) ¿De que manera el registro contable eficiente podrá facilitar la presentación de los estados financieros oportunos y razonables en el Grupo Hernández SAC para poder acceder al financiamiento?

  • Objetivos de la investigación

Objetivo general:

Determinar en que medida el proceso contable eficiente podrá facilitar la presentación de los estados financieros oportunos y razonables en el Grupo Hernández SAC para efectos obtener del financiamiento

Objetivos específicos:

  • 1) Establecer la forma como el reconocimiento y medición eficiente de las transacciones podrán proporcionar elementos para la presentación de los estados financieros oportunos y razonables en el Grupo Hernández SAC para efectos de obtener financiamiento.

  • 2) Determinar la manera como el registro contable eficiente podrá facilitar la presentación de los estados financieros oportunos y razonables en el Grupo Hernández SAC para poder acceder al financiamiento.

  • Justificación

Justificación legal:

Este trabajo se justifica por cuanto el proceso contable eficiente podrá facilitar la presentación de los estados financieros oportunos y razonables en el Grupo Hernández SAC para efectos obtener del financiamiento en el marco de la NIC-23.

La formulación de los estados financieros es una obligación legal de las empresas. Al respecto la Ley 26887- Ley General de Sociedades, establece que finalizado el ejercicio el directorio debe formular la memoria, los estados financieros y la propuesta de aplicación de las utilidades en caso de haberlas. De estos documentos debe resultar, con claridad y precisión, la situación económica y financiera de la sociedad, el estado de sus negocios y los resultados obtenidos en el ejercicio vencido. Los estados financieros deben ser puestos a disposición de los accionistas con la antelación necesaria para ser sometidos, conforme a ley, a consideración de la junta obligatoria anual. En la memoria el directorio da cuenta a la junta general de la marcha y estado de los negocios, los proyectos desarrollados y los principales acontecimientos ocurridos durante el ejercicio, así como de la situación de la sociedad y los resultados obtenidos. La memoria debe contener cuando menos: La indicación de las inversiones de importancia realizadas durante el ejercicio; la existencia de contingencias significativas; los hechos de importancia ocurridos luego del cierre del ejercicio; cualquier otra información relevante que la junta general deba conocer; y, los demás informes y requisitos que señale la ley.

Justificación teórica:

El proceso contable eficiente facilita la presentación de los estados financieros oportunos y razonables del Grupo Hernández SAC. En este sentido el proceso aporta el reconocimiento, medición, registro y presentación correcta de las transacciones de la empresa en los estados financieros para efectos de obtener financiamiento. La empresa necesita estados financieros oportunos y razonables que contenga la información de los activos, pasivos, patrimonio; ingresos, costos, gastos y resultado; para poder utilizarlo en el acceso al financiamiento empresarial.

Justificación tecnológica:

En este aspecto el trabajo es oportuno para utilizar correctamente el Plan contable general empresarial (PCGE), para el registro contable de los activos, pasivos, ingresos y gastos de la empresa, y esencialmente lo relacionado al financiamiento empresarial. Dicho Plan está formulado en base a las Normas Internacionales de Información financiera (NIIF). De manera adicional y sin poner en riesgo la aplicación de lo dispuesto por las NIIF, se debe considerar las normas del derecho, la jurisprudencia y los usos y costumbres mercantiles. De acuerdo con el PCGE, la contabilidad de las empresas se debe encontrar suficientemente detallada para permitir el reconocimiento contable de los hechos económicos, de acuerdo a lo dispuesto por este PCGE, y así facilitar la elaboración de los estados financieros completos, y otra información financiera.

Este trabajo se justifica técnicamente por la aplicación de las Normas internacionales de contabilidad. Al respecto de acuerdo con las Normas Internacionales de Contabilidad, la responsabilidad de la preparación y presentación de estados financieros recae en la gerencia de la empresa. Consecuentemente, la adopción de políticas contables que permitan una presentación razonable de la situación financiera, resultados de gestión y flujos de efectivo, también es parte de esa responsabilidad. En el Perú, la Ley General de Sociedades atribuye al gerente, responsabilidad sobre la existencia, regularidad y veracidad de los sistemas de contabilidad, los libros que la ley ordena llevar, y los demás libros y registros que debe llevar un ordenado comerciante. Por su parte, el Directorio, de acuerdo con la Ley General de Sociedades, debe formular los estados financieros finalizado el ejercicio.

Marco teórico

  • Antecedentes del estudio

Prado (2014, pp. Pássim)[1], señala que los estados financieros constituyen un resumen final de todo el proceso contable correspondiente a un período de tiempo relativo a las actividades operativas, directas e indirectas a la empresa en estudio. Deben contener en forma clara y comprensible todo lo necesario para juzgar los resultados de operación, la situación financiera de la entidad, los cambios en su situación financiera y las modificaciones en su capital contable. Su finalidad es que los lectores puedan juzgar adecuadamente lo que los estados financieros muestran. La información financiera que los lectores requieren se centra en la: Evaluación de la situación financiera. Evaluación de la rentabilidad Evaluación de la liquidez. El análisis de estados financieros es el cuerpo de principios y procedimientos empleados en la transformación de la información básica sobre aspectos contables, económicos y financieros en información procesada y útil para la toma de decisiones económicas. Es objetivo del análisis de los estados financieros; proporcionar información útil a inversores y otorgantes de crédito para predecir, comparar y evaluar los flujos de tesorería; asimismo, proporcionar a los usuarios información para predecir, comparar y evaluar la capacidad de generación de beneficios de una empresa. Referente a las aplicaciones de los estados financieros, los gerentes de operaciones lo utilizan para evaluar el progreso financiero. Los analistas financieros lo emplean para identificar cuales son las mejores acciones que pueden comprar. Los inversionistas lo emplean para encontrar compañías que no merecen el alto precio de las acciones que el mercado les proporciona. Se consideran limitaciones de los estados financieros las siguientes: 1. Una sola razón no proporciona suficiente información para juzgar el desempeño de la empresa. Sólo cuando se utilizan varias razones pueden emitirse juicios razonables. 2. Han de ser comparados y deberán estar fechados en el mismo día y mes de cada año. Caso contrario, pueden conducir a decisiones erróneas. 3. Si los estados no han sido auditados, la información contenida en ellos puede que no refleje la verdadera condición financiera de la empresa. 4. Cuando se comparan las razones de una empresa con otras, o, de ésta misma, sobre determinados períodos, los datos pueden resultar distorsionados a causa de la inflación.

En conclusión, las normas contables permiten uniformizar la formulación y presentación de los estados financieros y así poder presupuestar, tomar decisiones y controlar las transacciones empresariales.

Analizando a Álvarez (2013, pp. Pássim)[2]; se determina que es fundamental aplicar el proceso contable para reconocer, valuar, registrar y presentar la información financiera, económica y patrimonial de las empresas. La contabilidad financiera formulada en base a las Normas Internacionales de Contabilidad aporta para que las decisiones financieras contribuyan a la mejora continua, productividad, competitividad y desarrollo de las empresas del sector comercio, industria y servicios, todo esto en el marco de la economía social de mercado o de libre competencia. Algunos resultados son los siguientes: El 87% de los accionistas acepta que las decisiones financieras efectivas contribuyen a la efectividad de las industrias peruanas; el 91% de los trabajadores encuestados acepta que las decisiones financieras facilita la productividad empresarial; y, el 94% acepta que las decisiones administrativas, financieras y operativas facilitan el desarrollo de las industrias peruanas.

La contabilidad financiera formulada en base a Normas Internacionales de Contabilidad es la solución para que las empresas del sector industrial obtengan eficiencia, eficacia, economía; productividad, mejoramiento continuo y competitividad. Algunos resultados obtenidos son los siguientes: El 89% de los industriales encuestados acepta que la contabilidad financiera es una herramienta que facilita la competitividad de las empresas industriales; y, el 96% acepta que la contabilidad financiera facilita el mejoramiento continuo de las deudas e inversiones, ventas y costos; ingresos y egresos.

Paredes (2013, pp. Pássim)[3]; señala que el proceso de la contabilidad de una empresa tiene como objetivo primordial contribuir a la mejora permanente de la toma de decisiones en los distintos niveles y sectores de gobierno empresarial, en el marco de la diversidad de transacciones que las entidades deben registrar y procesar para la oportuna elaboración de la información contable, como sustento de la transparencia en las rendiciones de cuentas por la gestión de los recursos, lo que comprende su programación, su obtención y su utilización para el cumplimiento de los objetivos sociales. En tal contexto, la contabilidad constituye la herramienta fundamental de las decisiones y debe, en consecuencia, responder a sus exigencias; siendo necesario para ello que su aplicación, no responda sólo a los cambios en la estructura, sino que debe armonizar con la normativa contable global, lo que implica la adopción de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), incluidas las Normas Internacionales de Contabilidad (NIC). Las empresas necesitan información financiera y económica para informar a sus socios y/o accionistas, también para acceder al mercado financiero, para acceder al mercado bursátil, también para acceder al crédito de proveedores y poder vender a sus clientes. Sólo las Normas internacionales de información financiera aseguran la obtención de información financiera y económica razonable, es decir estados financieros creíbles, de confianza, razonables.

Analizando a Rodríguez (2013, pp. Pássim)[4]; se determina que el proceso de la contabilidad financiera formulada en base a las Normas Internacionales de Contabilidad facilita la realización de un conjunto de decisiones de financiamiento, que permiten realizar las inversiones que necesitan las empresas para desarrollarse en el marco de un mercado competitivo. Algunos resultados que presenta son los siguientes: El 93% de las personas que toman decisiones acepta que las decisiones financieras inciden en el desarrollo de las industrias; el 95% acepta que las decisiones financieras facilita la economía, eficiencia y efectividad de las empresas industriales; y, un 97% acepta que las decisiones financieras se relacionan con las fuentes de financiamiento, inversiones, tasa de rentabilidad mínima atractiva, costo promedio ponderado de capital y otras variables.

Santiago (2014, pp. Pássim)[5], indica que información contable razonable debe entenderse como el grado de credibilidad o confianza que obtiene la información de una empresa. La confianza es obtenida cuando la información financiera y económica ha sido preparada y presentada de acuerdo con normas contables establecidas por los organismos de supervisión y control. También indica que la información financiera, está referida a la información contenida en el Estado de situación financiera o Balance general, así como en el Estado de cambios en el patrimonio neto y Estado de flujos de efectivo; y la información económica, está referida a la información contenida en el Estado de resultado integral o Estado de ganancias y pérdidas. La información contable razonable permite acceder al financiamiento, a la opinión sin salvedades de los auditores, sirve de garantía para que los accionistas sigan invirtiendo, también para que los trabajadores sigan colaborando sin pensar en renunciar a la empresa.

En conclusión, la información contable razonable se obtiene mediante la aplicación de la metodología aprobada en las Normas internacionales de información financiera. Dichas normas se aplican en todo el mundo y sirven para garantizar información contable digna de fe para muchos propósitos empresariales.

Hernández (2014, pp. Pássim)[6]; hace referencia al proceso contable integral, asimismo se refiere a la obtención de información contable razonable para tomar las decisiones más importantes para la organizaciones. Releva la trascendencia de la aplicación de las Normas internacionales de información financiera (NIIF) como base para disponer de información razonable y por tanto no tener problemas en el financiamiento, en el dictamen de los auditores independientes, ni con los socios de la entidad. Las Normas internacionales de información financiera, son los principios de contabilidad generalmente aceptados y que toda empresa o entidad debe aplicar para obtener información financiera y económica razonable y que luego puede presentar con toda garantía ante las entidades crediticias, fiscalizadores y de otro tipo. La obtención de información financiera y económica razonable, es una señal de fedignidad del proceso contable y con ellos de los documentos utilizados, libros contables auxiliares y principales; así como de los estados financieros que corresponde formular, tales como el estado de situación financiera, estado de resultado integral, estado de cambios en el patrimonio neto y estados de flujos de efectivo y sus respectivas notas que son necesarios para obtener financiamiento y ganar la credibilidad de los trabajadores, socios, clientes y proveedores de la entidad.

En conclusión en el Perú, Concejo Normativo de Contabilidad de la Dirección General de Contabilidad Pública, ha aprobado las Normas Internacionales de Contabilidad (NIC), las interpretaciones de las NIC las denominadas SIC, Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) y las interpretaciones de las NIIF (CINIIF) aplicables en el Perú. Estas normas contienen las políticas, procedimientos y todos los aspectos relacionados con la presentación razonable de los estados financieros de las empresas.

Silva (2014, pp. Pássim)[7]; señala que el producto final de la contabilidad financiera son los estados financieros, los cuales tienen que ser formulados en base a Principios de contabilidad Generalmente Aceptados – actualmente las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), para que sean razonables. Cuando esto no sucede es necesario llevar a cabo el saneamiento contable correspondiente, que viene a ser los ajustes y regularizaciones para que se pueda obtener estados financieros que faciliten tener estados financieros de calidad y de ese modo contribuir a la obtención de créditos y a satisfacer las necesidades de los inversionistas. Actualmente la contabilidad financiera gira entorno a las transacciones de las empresas. Con las normas, se busca que el sistema contable tenga como fin primordial la generación de información para apoyar la toma de decisiones. Lo anterior implica que el sistema contable puede generar reportes periódicos en tiempo real y, al llegar el final del ejercicio, el contenido de los estados financieros. Para ello, el sistema contable funcionará a través de una herramienta tecnológica que permitirá la generación oportuna de información. Entre los reportes que generaría el sistema se encuentran los estados financieros. El Sistema debe vincular las transacciones y el proceso contable.

En conclusión, el sistema contable debe reflejar la aplicación de los principios, normas contables generales y específicas; facilitar el reconocimiento de ingresos, gastos, activos, pasivos y el patrimonio de los entes públicos; Integra en forma automática las cuentas de una área con las cuentas contables; permitir que los registros se efectúen considerando la base acumulativa para la integración de la información financiera; reflejar un registro congruente y ordenado de cada operación que genere derechos y obligaciones derivados de la gestión económica y financiera de los entes; generar, en tiempo real, estados financieros y otra información que coadyuve a la toma de decisiones, a la transparencia, a la programación con base en resultados, a la evaluación y a la rendición de cuentas; y, facilitar el registro y control de los inventarios de los bienes muebles e inmuebles de los entes.

  • Marco teórico

  • Proceso contable eficiente

Según Ayala (2013, pp. 20-32)[8]; el proceso contable eficiente es el conjunto de fases o etapas que permite concretar la contabilidad de la mejor forma; se lleva a cabo mediante la racionalización de los recursos humanos y materiales de la empresa; en el marco de las normas contables generalmente aceptadas; así como con los procedimientos y técnicas de utilización general y específica. En el marco del proceso contable eficiente, todas las transacciones en la empresa deben ser reconocidas, medidas, registradas y presentadas contablemente. El registro de las transacciones en la empresa se realiza mediante la aplicación de procedimientos contables para las compras, ventas, costos, gastos, cobros, pagos y otros. El registro contable se lleva a cabo utilizando el Plan Contable General Empresarial (PCGE). En este sentido, es requisito para la aplicación del PCGE, observar lo que establecen las Normas internacionales de información financiera (NIIF). De manera adicional y sin poner en riesgo la aplicación de lo dispuesto por las NIIF, se debe considerar las normas del derecho, la jurisprudencia y los usos y costumbres mercantiles.

Según Hernández (2014, pp. 40-55)[9]; el proceso contable eficiente, es hacer la contabilidad con calidad y en base de las Normas internacionales de información financiera; siendo así dicho proceso considera las siguientes fases: Reconocimiento, medición, registro y presentación de las transacciones de la empresa. En ese sentido se denomina reconocimiento al proceso de incorporación, en el balance o en el estado de resultados, de una partida que cumpla la definición del elemento correspondiente, satisfaciendo además los criterios para su reconocimiento establecidos en el párrafo 83. Ello implica la descripción de la partida con palabras y por medio de una cantidad monetaria, así como la inclusión de la partida en cuestión en los totales del balance o del estado de resultados. La falta de reconocimiento de estas partidas no se puede paliar mediante la descripción de las políticas contables seguidas, ni tampoco a través de notas u otro material explicativo. Debe ser objeto de reconocimiento toda partida que cumpla la definición de elemento siempre que: (a) sea probable que cualquier beneficio económico asociado con la partida llegue a, o salga de la empresa; y, (b) la partida tenga un costo o valor que pueda ser medido con fiabilidad. Al evaluar si una partida cumple estos criterios y, por tanto, está cualificada para su reconocimiento en los estados financieros, es necesario tener en cuenta las condiciones de materialidad. La interrelación entre los elementos significa que toda partida que cumpla las condiciones de definición y reconocimiento para ser un determinado elemento, por ejemplo un activo, exige automática y paralelamente el reconocimiento de otro elemento relacionado con ella, por ejemplo un ingreso o un pasivo.

Respecto a la probabilidad de obtener beneficios económicos futuros; este concepto se utiliza, en las condiciones para su reconocimiento, con referencia al grado de incertidumbre con que los beneficios económicos futuros asociados al mismo llegarán a, o saldrán, de la empresa. El concepto tiene en cuenta la incertidumbre que caracteriza el entorno en que opera la empresa. La medición del grado de incertidumbre, correspondiente al flujo de los beneficios futuros, se hace a partir de la evidencia disponible cuando se preparan los estados financieros. Por ejemplo, cuando es probable que una partida por cobrar de otra entidad vaya a ser pagada por ésta, es justificable, en ausencia de cualquier evidencia en contrario, reconocer tal partida por cobrar como un activo. No obstante, para buena parte de las cuentas por cobrar, se considera normalmente probable un cierto grado de impago, y por tanto se reconoce un gasto que representa la reducción esperada en los beneficios económicos por tal motivo.

Respecto a la fiabilidad de la medición, es la segunda condición para el reconocimiento de la partida es que posea un costo o valor que pueda ser medido de forma fiable. En muchos casos, cuando el costo o valor debe estimarse, el uso de estimaciones razonables es una parte esencial de la preparación de los estados financieros, y no debe menoscabar su fiabilidad. No obstante, cuando no puede hacerse una estimación razonable, la partida no se reconoce en el balance ni en el estado de resultados. Por ejemplo, las indemnizaciones esperadas de un litigio ante los tribunales, pueden cumplir las definiciones tanto de activo como de ingreso, así como la condición de probabilidad para ser reconocidas; sin embargo, si no es posible medir de forma fiable la reclamación, no debe reconocerse ni el activo ni el ingreso. A pesar de ello, la existencia de la reclamación puede ser revelada por medio de notas, material explicativo o cuadros complementarios.

Una partida que, en un determinado momento, no cumpla las condiciones para su reconocimiento establecidas en el párrafo 83, puede sin embargo quedar cualificada para ser reconocida como consecuencia de circunstancias o sucesos, producidos en un momento posterior en el tiempo. Puede estar justificado que una partida a la que, aún poseyendo las características esenciales para ser un elemento, le falten por cumplir las condiciones para su reconocimiento, sea revelada a través de notas, cuadros u otro material informativo dentro de los estados financieros. Ello es apropiado cuando el reconocimiento de tal partida se considere relevante, de cara a los usuarios de los estados financieros, para la evaluación de la situación financiera, los resultados y los flujos de fondos de una empresa.

Se reconoce un activo en el balance cuando es probable que se obtengan del mismo beneficio económico futuro para la empresa, y además el activo tiene un costo o valor que puede ser medido con fiabilidad. Un activo no es objeto de reconocimiento en el balance cuando se considera improbable que, del desembolso correspondiente, se vayan a obtener beneficios económicos en el futuro. En lugar de ello, tal transacción lleva al reconocimiento de un gasto en el estado de resultados. Este tratamiento contable no implica que la intención de la gerencia, al hacer el desembolso, fuera otra que la de generar beneficios económicos en el futuro, o que la gerencia estuviera equivocada al hacerlo. La única implicación de lo anterior es que el grado de certeza, sobre los beneficios económicos que van a llegar a la empresa, tras el presente periodo contable, es insuficiente para justificar el reconocimiento del activo.

Se reconoce un pasivo, en el balance, cuando es probable que, del pago de esa obligación presente, se derive la salida de recursos que lleven incorporados beneficios económicos, y además la cuantía del desembolso a realizar pueda ser evaluada con fiabilidad. En la práctica, las obligaciones derivadas de contratos, en la parte proporcional todavía no cumplida de los mismos (por ejemplo las deudas por inventarios encargados pero no recibidos todavía), no se reconocen como tales obligaciones en los estados financieros. No obstante, tales deudas pueden cumplir la definición de pasivos y, supuesto que satisfagan las condiciones para ser reconocidas en sus circunstancias particulares, pueden quedar cualificadas para su reconocimiento en los estados financieros. En tales circunstancias, el hecho de reconocer los pasivos impone también el reconocimiento de los activos o gastos correspondientes.

Se reconoce un ingreso en el estado de resultados cuando ha surgido un incremento en los beneficios económicos futuros, relacionado con un incremento en los activos o un decremento en los pasivos, y además el importe del ingreso puede medirse con fiabilidad. En definitiva, esto significa que tal reconocimiento del ingreso ocurre simultáneamente con el reconocimiento de incrementos de activos o decrementos de pasivos (por ejemplo, el incremento neto de activos derivado de una venta de bienes y servicios, o el decremento en los pasivos resultante de la renuncia al derecho de cobro por parte del acreedor). Los procedimientos adoptados normalmente en la práctica para reconocer ingresos ordinarios, por ejemplo el requisito de que los mismos deban estar acumulados (o devengados), son aplicaciones de las condiciones para el reconocimiento fijadas en este Marco Conceptual. Generalmente, tales procedimientos van dirigidos a restringir el reconocimiento como ingresos sólo a aquellas partidas que, pudiendo ser medidas con fiabilidad, posean un grado de certidumbre suficiente.

Se reconoce un gasto en el estado de resultados cuando ha surgido un decremento en los beneficios económicos futuros, relacionado con un decremento en los activos o un incremento en los pasivos, y además el gasto puede medirse con fiabilidad. En definitiva, esto significa que tal reconocimiento del gasto ocurre simultáneamente con el reconocimiento de incrementos en las obligaciones o decrementos en los activos (por ejemplo, la acumulación o el devengo de salarios, o bien la depreciación del equipo). Los gastos se reconocen en el estado de resultados sobre la base de una asociación directa entre los costos incurridos y la obtención de partidas específicas de ingresos. Este proceso, al que se denomina comúnmente correlación de gastos con ingresos, implica el reconocimiento simultáneo o combinado de unos y otros, si surgen directa y conjuntamente de las mismas transacciones u otros sucesos. Por ejemplo, los diversos componentes de gasto que constituyen el costo de las mercancías vendidas se reconocen al mismo tiempo que el ingreso ordinario derivado de la venta de los bienes. No obstante, la aplicación del proceso de correlación, bajo este Marco Conceptual, no permite el reconocimiento de partidas, en el balance, que no cumplan la definición de activo o de pasivo.

Cuando se espera que los beneficios económicos surjan a lo largo de varios periodos contables, y la asociación con los ingresos puede determinarse únicamente de forma genérica o indirecta, los gastos se reconocen en el estado de resultados utilizando procedimientos sistemáticos y racionales de distribución. Esto es, a menudo, necesario para el reconocimiento de los gastos relacionados con el uso de activos tales como los que componen las propiedades, planta y equipo, así como con la plusvalía comprada, las patentes y las marcas, denominándose en estos casos al gasto correspondiente depreciación o amortización. Los procedimientos de distribución están diseñados a fin de que se reconozca el gasto en los periodos contables en que se consumen o expiran los beneficios económicos relacionados con estas partidas.

Dentro del estado de resultados, se reconoce inmediatamente como tal un gasto cuando el desembolso correspondiente no produce beneficios económicos futuros, o cuando, y en la medida que, tales beneficios futuros no cumplen o dejan de cumplir las condiciones para su reconocimiento como activos en el balance. Se reconoce también un gasto en el estado de resultados en aquellos casos en que se incurre en un pasivo sin reconocer un activo correlacionado, y también cuando surge una obligación derivada de la garantía de un producto.

Traverso (2014, pp. 20-33)[10]; señala que en el marco del proceso contable eficiente, la valuación o medición es la determinación de valor de un activo, pasivo y patrimonio. Es decir es el valor que se va a tener en cuenta para llevarlo a los libros contables. Algunas veces la valuación solo se basa en un documento, otras veces en varios documentos. Esta valuación algunas veces se da solo en una fecha, otras veces se da en varias fechas, según las negociaciones con los clientes, proveedores, acreedores, etc.

De acuerdo con las normas contables, medición es el proceso de determinación de los importes monetarios por los que se reconocen y llevan contablemente los elementos de los estados financieros, para su inclusión en el balance y el estado de resultados. Para realizarla es necesaria la selección de una base o método particular de medición. En los estados financieros se emplean diferentes bases de medición, con diferentes grados y en distintas combinaciones entre ellas. Tales bases o métodos son los siguientes:

  • 1) Costo histórico. Los activos se registran por el importe de efectivo y otras partidas pagadas, o por el valor razonable de la contrapartida entregada a cambio en el momento de la adquisición. Los pasivos se registran por el valor del producto recibido a cambio de incurrir en la deuda o, en algunas circunstancias (por ejemplo en el caso de los impuestos), por las cantidades de efectivo y otras partidas equivalentes que se espera pagar para satisfacer la correspondiente deuda, en el curso normal de la operación.

  • 2) Costo corriente. Los activos se llevan contablemente por el importe de efectivo y otras partidas equivalentes al efectivo, que debería pagarse si se adquiriese en la actualidad el mismo activo u otro equivalente. Los pasivos se llevan contablemente por el importe sin descontar de efectivo u otras partidas equivalentes al efectivo que se precisaría para liquidar el pasivo en el momento presente.

  • 3)  Valor realizable (o de liquidación). Los activos se llevan contablemente por el importe de efectivo y otras partidas equivalentes al efectivo que podrían ser obtenidos, en el momento presente, por la venta no forzada de los mismos. Los pasivos se llevan por sus valores de liquidación, esto es, los importes sin descontar de efectivo u otros equivalentes al efectivo, que se espera puedan cancelar las deudas, en el curso normal de la operación.

  • 4) Valor presente. Los activos se llevan contablemente al valor presente, descontando las entradas netas de efectivo que se espera genere la partida en el curso normal de la operación. Los pasivos se llevan por el valor presente, descontando las salidas netas de efectivo que se espera necesitar para pagar las deudas, en el curso normal de la operación.

La base o método de medición más comúnmente utilizado por las entidades, al preparar sus estados financieros, es el costo histórico. Éste se combina, generalmente, con otras bases de medición. Por ejemplo, los inventarios se llevan contablemente al menor valor entre el costo histórico y el valor neto realizable, los títulos cotizados pueden llevarse al valor de mercado, y las obligaciones por pensiones se llevan a su valor presente. Además, algunas entidades usan el costo corriente como respuesta a la incapacidad del modelo contable del costo histórico para tratar con los efectos de los cambios en los precios de los activos no monetarios.

Según Paredes (2014, pp. 60-74)[11]; en el marco del proceso contable, medición es la fase de determinación de los importes monetarios por los que se reconocen y llevan contablemente los elementos de los estados financieros, para su inclusión en el balance y el estado de resultados. Para realizarla es necesaria la selección de una base o método particular de medición. En los estados financieros se emplean diferentes bases de medición, con diferentes grados y en distintas combinaciones entre ellas. Tales bases o métodos son los siguientes: La base o método de medición más comúnmente utilizado por las entidades, al preparar sus estados financieros, es el costo histórico. Éste se combina, generalmente, con otras bases de medición. Por ejemplo, la compra y venta de los inventarios se llevan contablemente al menor valor entre el costo histórico y el valor neto realizable.

Según Pajuelo (2014, pp. 12-16)[12]; en el marco del proceso contable eficiente, las operaciones se deben registrar en las cuentas que corresponde a su naturaleza. La empresa debe establecer en sus planes contables hasta cinco dígitos, los que se han establecido para el registro de la información según este PCGE. En algunos casos, y por razones del manejo del detalle de información, la empresa puede incorporar dígitos adicionales, según les sea necesario, manteniendo la estructura básica dispuesta por este PCGE. Tales dígitos adicionales pueden ser necesarios para reconocer el uso de diferentes monedas; operaciones en distintas líneas de negocios o áreas geográficas; mayor detalle de información, entre otros. Si la empresa desarrolla más de una actividad económica, se deben establecer las subcuentas y divisionarias que sean necesarias para el registro por separado de las operaciones que corresponden a cada actividad económica. La empresa puede utilizar del Plan de cuentas los códigos a nivel de dos dígitos (cuentas) y tres dígitos (subcuentas) que no han sido fijados en este PCGE, siempre que soliciten a la Dirección Nacional de Contabilidad Pública la autorización correspondiente, a fin de lograr un uso homogéneo.

La contabilidad es un sistema que se basa en documentos fuente y sobre los cuales lleva a cabo registros contables en libros auxiliares y libros principales y que para un mejor proceso, debe considerar que se refleje la inversión y el financiamiento de la empresa a través de la técnica de la partida doble. Ésta se refiere a que cada transacción se refleja, al menos, en dos cuentas o códigos contables, una o más de débito y otra (s) de crédito. El total de los valores de débito debe ser igual al total de los valores de crédito, con lo que se mantiene un balance en el registro contable.

El proceso contable considera que el registro contable no está supeditado a la existencia de un documento formal. En los casos en que la esencia de la operación se haya efectuado según lo señalado en el Marco Conceptual para la Preparación y Presentación de los Estados Financieros de las NIIF, corresponde efectuar el registro contable correspondiente, así no exista comprobante de sustento. En todos los casos, el registro contable debe sustentarse en documentación suficiente, muchas veces provista por terceros, y en otras ocasiones generada internamente. Las transacciones que realiza la empresa se anotan en los libros y registros contables que sean necesarios, sin perjuicio del cumplimiento de otras disposiciones de ley. Los libros, registros, documentos y demás evidencias del registro contable, serán conservados por el tiempo que resulte necesario para el control y seguimiento de las transacciones, sin perjuicio de lo que prescriben otras disposiciones de ley.

Según Flores (2014, pp. 11-15)[13]; en el marco del proceso contable eficiente, se tiene finalmente la presentación de la información contable de la empresa. Dicha presentación se lleva a cabo en base a la Norma Internacional de Contabilidad 1Presentación de Estados Financieros. Esta Norma establece las bases para la presentación de los estados financieros de propósito general, para asegurar que los mismos sean comparables, tanto con los estados financieros de la misma entidad correspondientes a periodos anteriores, como con los de otras entidades. Esta Norma establece requerimientos generales para la presentación de los estados financieros, guías para determinar su estructura y requisitos mínimos sobre su contenido. Una entidad aplicará esta Norma al preparar y presentar estados financieros de propósito de información general conforme a las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF). En otras NIIF se establecen los requerimientos de reconocimiento, medición e información a revelar para transacciones y otros sucesos. Las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) son las Normas e Interpretaciones emitidas por el Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad (IASB). Esas Normas comprenden: (a) Normas Internacionales de Información Financiera; (b) las Normas Internacionales de Contabilidad; (c) Interpretaciones CINIIF; e (d) Interpretaciones del SIC.

Los estados financieros constituyen una representación estructurada de la situación financiera y del rendimiento financiero de una entidad. El objetivo de los estados financieros es suministrar información acerca de la situación financiera, del rendimiento financiero y de los flujos de efectivo de una entidad, que sea útil a una amplia variedad de usuarios a la hora de tomar sus decisiones económicas. Los estados financieros también muestran los resultados de la gestión realizada por los administradores con los recursos que les han sido confiados. Para cumplir este objetivo, los estados financieros suministrarán información acerca de los siguientes elementos de una entidad: (a) activos; (b) pasivos; (c) patrimonio; (d) ingresos y gastos, en los que se incluyen las ganancias y pérdidas; (e) aportaciones de los propietarios y distribuciones a los mismos en su condición de tales; y, (f) flujos de efectivo. Esta información, junto con la contenida en las notas, ayuda a los usuarios a predecir los flujos de efectivo futuros de la entidad y, en particular, su distribución temporal y su grado de certidumbre.

Un juego completo de estados financieros comprende: (a) un estado de situación financiera al final del periodo; (b) un estado del resultado y otro resultado integral del periodo; (c) un estado de cambios en el patrimonio del periodo; (d) un estado de flujos de efectivo del periodo; (e) notas, que incluyan un resumen de las políticas contables significativas y otra información explicativa; (ea) información comparativa con respecto al periodo inmediato anterior como se especifica en

los párrafos 38 y 38A; y (f) un estado de situación financiera al principio del primer periodo inmediato anterior comparativo, cuando una entidad aplique una política contable de forma retroactiva o realice una reexpresión retroactiva de partidas en sus estados financieros, o cuando reclasifique partidas en sus estados financieros de acuerdo con los

  • Estados financieros oportunos y razonables

Maldonado (2013, pp. 95-105)[14], señala que los estados financieros constituyen el producto final de la contabilidad de las empresas. Dichos estados deben formularse y presentarse en forma oportuna, es decir a tiempo para tener la información para utilizarlo en los diferentes fines. También deben ser razonables, es decir formulados en base de las Normas internacionales de información financiera (NIIF). Los estados financieros constituyen una representación estructurada de la situación financiera y del rendimiento financiero de una entidad.

Partes: 1, 2
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