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El auge de las tecnologías en Colombia

Enviado por hvacorplan


Partes: 1, 2

    1. La enseñanza técnica
    2. La enseñanza tecnológica
    3. Diferencia entre programas técnico-profesionales y programas tecnológicos
    4. Los estándares de calidad
    5. El estudio de las tecnologías
    6. La demanda de tecnologías
    7. Las posibilidades de progreso académico en la formación técnico profesional y tecnológica
    8. La oferta de tecnologías en Santander
    9. Las tecnologías que el país necesita
    10. Citas

    La educación del siglo XXI tiene que ser una educación para la ciencia y la tecnología.

    Hernando Gómez Buendía

    INTRODUCCIÓN

    Por: Miguel José Pinilla Gutiérrez, Rector, Alianza para el Saber UMB-ITAE

    Las siguientes reflexiones han sido elaboradas tomando como base el documento de la Misión de Sabios "Colombia al filo de la oportunidad", 1995; y el reciente estudio de la Corporación Andina de Fomento CAF, titulado: "Colombia: Estado actual de la educación técnica y tecnológica", 2005.

    Se considera que la "revolución tecnológica", con su impresionante bagaje de conocimiento y ritmo de cambios tecnológicos a nivel de procesos productivos y de relaciones de producción y comercialización, es la que ha legitimado y reposicionado la formación técnica y tecnológica en los países de la región".[1]

    La relación entre la ciencia y la tecnología no es simple y cambia con el tiempo. En los últimos cincuenta años, la ciencia ha marcado predominantemente el ritmo a la tecnología. Pero esto no fue siempre así y no es cierto hoy en día en todos los campos. Con frecuencia, el avance tecnológico abre nuevos temas de investigación científica y los nuevos dispositivos abren el camino a nuevos y más finos resultados de las ciencias.[2]

    En el nuevo modelo de desarrollo, la educación tecnológica ocupa una posición estratégica por su estrecha interrelación con los sistemas productivos, de distribución y aprovechamiento de las riquezas, además de ser un canal potencialmente efectivo como instrumento de movilidad social ascendente, en especial para muchos jóvenes que actualmente se alejan de los estudios al no estar motivados por la oferta de educación existente, y tampoco trabajan porque no tienen las competencias que demanda el mercado laboral, ni aquellas que permiten generárselo.[3]

    A medida que la base de tecnólogos crezca, es de esperar que se conviertan en una fuerza renovadora y con un peso específico en los campos económico, social y político. Con sus conocimientos, a través de agremiaciones o de manera particular, los tecnólogos podrán ampliar los espacios en el ámbito democrático e involucrarse con mayor poder en los procesos y trasformaciones políticas que el país y la región reclaman. Desde los cargos públicos, como interlocutores reconocidos de los gobiernos, o como alternativa valida de poder, los tecnólogos tendrán mucho que decir y mucho que aportar al engrandecimiento económico, político y social del país.

    1. LA ENSEÑANZA TÉCNICA

    No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.

    Johann Wolfgang Von Goethe

    La enseñanza técnica tiene como propósito principal, desarrollar habilidades en el manejo de las manos que pueden tener utilidad en cada una de las disciplinas, correspondan éstas a las ciencias de salud, la ingeniería, las ciencias naturales, las artes, en donde predomina el contacto con materiales, herramientas, máquinas e instrumentos; o en las ciencias económicas y administrativas, ciencias sociales, en la informática, donde prima el entendimiento de procesos, procedimientos, métodos, metodologías u organización sistémica de la información.[4]

    La formación técnica consta de dos componentes: uno de carácter teórico, conformado por las ciencias o disciplinas que explican los objetos y sus procesos de transformación; y otro de carácter práctico o técnico… es decir, donde se pone el saber y el saber hacer en función de un trabajo puntual o de un desempeño laboral.[5] El trabajador de la producción flexible del siglo XXI, requiere de nuevas habilidades, capacidades y destrezas; es decir, competencias para manipular mentalmente modelos, pensamiento conceptual con razonamiento abstracto, la comprensión y el cambio de los procesos globales.[6]

    La técnica comprende el conocimiento de los procedimientos y el manejo de las habilidades para la fabricación de bienes o la provisión de servicios, orientada al desarrollo de competencias generales, laborales y ciudadanas, persiguiendo siempre el crecimiento personal o la formación integral de la persona (lo que incluye el desarrollo intelectual) y el desempeño laboral; en consecuencia, no se limitan al desarrollo de lo instrumental u operativo.[7]

    Para la formación técnica se deben tener claros los siguientes aspectos: el nivel de formación requerido, el perfil profesional, el campo de desempeño específico (perfil ocupacional), el desarrollo de competencias de cierto tipo y nivel de complejidad. En cada nivel se podrán tener competencias genéricas (que pueden manifestarse en diferentes desempeños, que deben ser contextualizadas de acuerdo con las demandas del entorno social y laboral), y competencias específicas relacionadas con los dominios cognitivos en un campo de formación particular y con los dominios prácticos de dicho campo; de tal manera, que las competencias genéricas y específicas estén orientadas al desarrollo de las dimensiones cognitivas, socio-afectivas, comunicativas y prácticas (habilidades y destrezas) que garanticen la formación integral.[8]

    2. LA ENSEÑANZA TECNOLÓGICA

    La educación tecnológica abarca un marco mucho más amplio en su tarea de resolución de problemas. Se podría afirmar que la mayor diferencia entre un técnico profesional, tecnólogo o profesional, radica en la manera como cada uno aporta a la solución de problemas.[9]

    La educación tecnológica busca el avance de competencias generales que permitan lograr una crítica reflexiva de adaptación entre el ciudadano y el mundo tecnológico,[10] donde el alumno desarrolla además su propia capacidad para solucionar determinados problemas del área de conocimiento.[11] La universidad esta en el centro del desarrollo científico-tecnológico y de las políticas que buscan acelerarlo. Pero importa precisar que: la educación no produce saberes nuevos, sino que prepara para producir dichos saberes nuevos. Producir saber es la tarea de los sistemas nacionales de ciencia y tecnología.[12]

    Durante el ciclo tecnológico se busca que el estudiante afiance las competencias básicas, adquiera las competencias cognitivas, socio-afectivas y comunicativas necesarias para producir conocimiento tecnológico que solucione problemas en el área de estudio respectiva y tenga capacidad para coordinar actividades interdisciplinarias e interinstitucionales en los campos de la tecnología.[13]

    La técnica comprende el cómo hacer, mientras que la tecnología incluye también el por qué, el para qué, el dónde y el cuándo se produce un determinado producto tecnológico.[14] Ambos tipos de formación pueden sacar provecho de utilizar situaciones problemáticas como contexto para las capacidades que busca desarrollar.

    Las tecnologías se suelen dividir en tecnologías duras (hard) y en tecnologías blandas o gestionales (soft), cada una de ellas está socialmente contextualizada, es imposible una tecnología socialmente descontextualizada.[15]

    Los adelantos tecnológicos han incorporado siempre los valores y las necesidades dominantes en los grupos sociales que las han promovido y desarrollado. La tecnología mantiene una posición estratégica dentro del contexto social al estar íntimamente relacionada con los sistemas productivos, de distribución y aprovechamiento de las riquezas con que cuenta una comunidad para mejorar su calidad de vida, y la educación técnica y tecnológica tiene especial relevancia en este aspecto, puesto que busca potenciar el desarrollo de seres íntegros a través de la actividad que ellos realizan.[16]

    3. DIFERENCIA ENTRE PROGRAMAS TÉCNICO-PROFESIONALES Y PROGRAMAS TECNOLÓGICOS

    El técnico es aquella persona que requiere para su trabajo conocimientos y competencias, de nivel más práctico que las del nivel superior equivalente al tecnólogo, ingeniero diplomado e investigador universitario, pero de nivel más teórico que las requeridas a un trabajador calificado o artesano… De acuerdo con la concepción internacional, la educación tecnológica se concibe como: la introducción en las técnicas de producción empírica e intuitiva, de una reflexión abstracta vinculada a un pensamiento formalizado… En este nivel se aplican conocimientos científicos para la resolución de problemas concretos.[17] Los programas orientados a la formación del profesional en las áreas técnica profesional y tecnológica se van configurando de acuerdo con las crecientes necesidades de desarrollar habilidades y destrezas, que permitan articular de modo complejo la moderna administración con la ciencia y sus campos afines, proporcionando las bases esenciales para la gestión.[18]

    Las competencias básicas, académicas y profesionales

    Las competencias ponen en evidencia el dominio de unos conocimientos (saber), la utilización o aplicación de esos conocimientos para enfrentar una tarea específica (saber hacer), y unas actitudes, sentimientos o valores (saber ser), y su concreción se hace definiendo unos estándares que tienen un enunciado identificador, en el que se exponen un saber específico y una finalidad de ese saber… La creatividad e innovación se presentan de manera continua y rápida, por no decir vertiginosa, en la sociedad actual. Igualmente, se hace necesario que las competencias sean acreditadas en términos que ellas puedan ser transferidas de un sector educacional a otro y de un sector empresarial a un educacional y viceversa; esto aseguraría que las competencias adquiridas en las Instituciones de Educación Superior IES, debidamente complementadas con conocimientos técnicos o práctica laboral, sirvan para la inserción en el mundo laboral y las adquiridas en el mundo laboral sirvan para continuar con sus estudios profesionales.[19]

    Los estudios por ciclos pretenden formar profesionales prácticos en las diferentes disciplinas profesionales, que atiendan la problemática empresarial con conocimientos y competencias concretas determinadas en conjunto por la academia y el sector empresarial.[20]

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