Descargar

La nueva teoría del comercio internacional y la política comercial estratégica


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Una primera aproximación
  3. La teoría neoclásica del comercio internacional
  4. La nueva teoría del comercio internacional
  5. Algunos apuntes de la teoría de la organización industrial
  6. El modelo de Brander y Spencer
  7. Críticas a la política comercial estratégica
  8. Conclusiones
  9. Bibliografía

Introducción

En 1776 Adam Smith publicó La riqueza de las Naciones y a partir de entonces ningún académico ha contradicho la tesis según la cual la división del trabajo y el libre cambo constituye el mejor modo de alcanzar el máximo bienestar. Al llevar este razonamiento al ámbito internacional David Ricardo primero y John Stuart Mill después formularon la teoría clásica del comercio internacional: defensa a ultranza del laissez faire entre naciones y duro ataque contra las prácticas mercantilistas y contra cualquier tipo de medida que impidiera su generalización a todos los bienes y a todas las naciones.

El sustento básico de estas teorías era la existencia de competencia perfecta la cual permitía aumentar el bienestar de los países. Aquella nación que no quisiera entrar en el libre juego del intercambio no se beneficiaría de éste, pero tampoco perjudicaría a los demás, o lo haría de un modo insignificante.

A lo largo de los últimos dos siglos ésta teoría se ha mostrado básicamente correcta. Las fases históricas de mayor liberalización comercial aumentaron el bienestar de todas y cada una de las naciones inmersas en los intercambios internacionales, mientras que la contracción de los flujos comerciales se debió a motivos políticos.

Las tesis clásicas fueron retocadas y ampliadas pero nunca sustituidas. Se les añadieron las formulaciones gráficas y matemáticas de las que carecían y se matizaron algunos conceptos, pero su robustez desde el punto de vista teórico y conceptual no se puso en entredicho. Los principales colaboradores fueron: Marshall, Edgeworth, Heckscher, Ohlin, Samuelson, L. Walras, K.J. Arrow y G. Debreu los cuales contribuyeron con el desarrollo de la teoría inicial. Cabe destacar que los tres últimos le dieron el sustento teórico definitivo al laissez faire y a las nociones de eficiencia del mercado que Adam Smith había introducido casi dos siglos antes con su metáfora de la "mano invisible" mediante la demostración de la existencia, unicidad y estabilidad del equilibrio general.

Por otra parte, las recomendaciones e imposiciones de los organismos internacionales perseguían un objetivo: la generalización del libre cambio mediante la paulatina reducción de todo tipo de limitación, así como la prohibición de acciones unilaterales de las naciones que distorsionaran la competencia.

Pero, a finales de los años setenta y principios de los ochenta, diversos investigadores presentan las primeras elaboraciones teóricas fundadas en la existencia de fallos de mercado que parecen haber empezado a contradecir que los intercambios internacionales se fundamentan exclusivamente en la ventaja comparativa y que la defensa bajo cualquier circunstancia del libre comercio, y en especial, de la no-intervención estatal en este campo de la economía podría no ser la práctica óptima. Dichas nuevas teorías utilizan las herramientas de la teoría económica y la formalización matemática y por tanto suponen una crítica mucho más robusta a las teorías neoclásicas que las que provenían de otros campos de la economía como la sociología o la estructura económica. Esta nueva forma de estudiar la economía internacional se refiere a dos cuestiones: el por qué se comercia y cómo debe ser la política según estas nuevas explicaciones.

Estas nuevas teorías explican el comercio de los bienes que incorporan alta tecnología, donde los rendimientos crecientes de escala y las barreras de entrada a la industria juegan un papel determinante a la hora de configurar la estructura del mercado, aumentando las ganancias del comercio; así como también la importancia de la historia, es decir, el importantísimo papel que juega la localización inicial de las industrias. El libre cambio podría seguir siendo la acción óptima del gobierno; pero por otro lado surge, debido a la imperfección de los mercados, un incentivo para los gobiernos para llevar a cabo una política comercial estratégica que beneficie dicha nación, al permitir "crear" una ventaja comparativa allí donde en principio no la había.

Este trabajo pretende abordar preguntas como: ¿por qué estos cuestionamientos surgen precisamente en este momento, tras más de 150 años de aceptación de la teoría clásica?, ¿qué ha cambiado en el mundo?, ¿tienen realmente fundamento teórico estas críticas?, y ¿qué consecuencias de política económica se derivan de su aplicación, si es que son aplicables? Estas nuevas teorías se complementan con los desarrollos recientes de la teoría de la organización industrial porque el nuevo enfoque de análisis se desarrolla en un campo en el que interactúan continuamente la economía internacional y la estructura de los mercados, y donde son decisivos temas como las economías de escala, las barreras de entrada, el comportamiento de las empresas en ambiente estratégico, las externalidades tecnológicas, el aprendizaje mediante la experiencia y la inversión en I+D.

El desarrollo del presente trabajo se estructuró de la siguiente manera:

  • Capítulo I: Está constituido por la introducción y lo que es una primera aproximación al tema.

  • Capítulo II: De modo sintético, se muestra la teoría tradicional del comercio internacional.

  • Capítulo III: Se presentan sus posibles debilidades y se desarrollan las alternativas que plantean los nuevos enfoques de la teoría del comercio internacional, con especial énfasis en la política comercial estratégica.

  • Capítulo IV: Se incorporan algunos resultados de la teoría de la organización industrial.

  • Capítulo V: Se dedica a analizar el modelo Brander y Spencer, el más famoso y polémico de cuantos han sido planteados por los teóricos de la política comercial estratégica.

  • Capítulo VI: Se consideran las críticas a la política comercial estratégica. Algunas de estas críticas se centran en el modelo de Brander y Spencer, pero la mayoría son aplicables a la visión más general de la política comercial estratégica (no basada en ningún modelo concreto).

  • Conclusiones.

Una primera aproximación

Las nuevas teorías ponen de manifiesto que el comercio internacional no funciona como la teoría neoclásica indica puesto que estas nuevas teorías muestran la existencia de múltiples y diversos fallos de mercado, y exigen por una parte volver a analizar los patrones que dominan el comercio internacional y por otra, volver a considerar cuál es la acción óptima que el Estado debe llevar a cabo.

Por otro lado, la teoría neoclásica se basa en la competencia perfecta. Los países se especializarán en aquellos bienes en los que posean una ventaja comparativa y el comercio tendrá lugar beneficiando a todas las partes. De igual manera, se considera que los rendimientos son constantes y que por lo tanto, no existen economías de escala. También se supone que la tecnología es conocida por todos los países y que los costes de transporte no resultan determinantes en el análisis.

Todos estos supuestos del modelo clásico implican una gran defensa a las prácticas de las bases de éste modelo, la no-intervención gubernamental en ningún caso, pues, al no haber fallos de mercado, ésta sólo alteraría la competencia y perjudicaría a la nación que la practicara. Sin embargo, los patrones descritos anteriormente no se cumplen pues en vez de existir un importante comercio interindustrial, existen intercambios internacionales entre países desarrollados y entre industrias del mismo tipo.

Las nuevas teorías intentan poner de manifiesto que los supuestos de la teoría clásica son incorrectos y señalan que la teoría de la ventaja comparativa es una idea poderosa para explicar el comercio, pero no es suficiente; así como también que no puede basar una política comercial en las acciones que se derivan de un modelo económico excesivamente simplista.

En el mundo no existe competencia perfecta sino imperfecta. Aunque los monopolios han ido desapareciendo paulatinamente, cada vez aparecen más sectores en los cuales se tiende hacia la competencia monopolística o el oligopolio. Las causas de esta creciente oligopolización que sufren los mercados se deben a diversos motivos, siendo el principal que existen importantes barreras de entrada en determinadas industrias (especialmente las de alta tecnología) puesto que las inversiones necesarias para introducirse en ellas son inmensas, lo que provoca que aquellas grandes empresas ya instaladas copen el mercado sin que nuevos competidores puedan hacerles frente. Además las empresas ya instaladas van bajando por su curva de aprendizaje conforme transcurre el tiempo, lo cual desincentiva aún más a sus competidores potenciales.

Esta imperfección de los mercados implica que en muchos sectores de la economía existan beneficios extraordinarios. Por lo tanto las empresas, tanto a nivel nacional como internacional, intentarán apropiarse del mayor monto de beneficios posible, y para ello deben introducir en sus análisis el comportamiento estratégico, cosa que no harían de encontrarse en mercados perfectamente competitivos. Las nuevas teorías del comercio internacional se refieren en buena parte al modo en que la política comercial de una nación puede modificar el juego estratégico en el que "sus" empresas se ven envueltas de modo que puedan tener cierta ventaja para apropiarse de una mayor parte de los beneficios extraordinarios que están en juego.

Cabe destacar que la acumulación de capital tiene como resultado la creación de grandes plantas productivas con el fin de reducir los costes medios de la producción y ampliar así los beneficios. Los recientes procesos de fusiones y adquisiciones, así como la extensión de las empresas multinacionales corresponden al estadio más moderno de este proceso. Esta realidad se aprecia en el ámbito nacional pero tiene importantes consecuencias a la hora de explicar el moderno comercio internacional ya que pueden surgir nuevas ventajas potenciales del comercio mediante la promoción de aquellas industrias que gozan de rendimientos crecientes de escala.

A su vez el papel que las externalidades juegan en el mercado adquiere un interés especial en el campo del comercio internacional. Las externalidades se producen habitualmente en muchas prácticas económicas, pero su importancia en determinadas esferas del comercio internacional ha comenzado a ser determinante. Hoy en día, especialmente en los países más desarrollados, los sectores de alta tecnología generan toda una serie de beneficios al resto de la sociedad.

De la modificación de los supuestos de la teoría neoclásica del comercio internacional se siguen inmediatamente varias preguntas: ¿debe también cambiar la acción del gobierno?, ¿deja de ser el laissez faire, perseguido durante décadas durante las rondas de negociación del GATT por ser considerado la mejor opción para aumentar el bienestar mundial, la única alternativa de política comercial correcta? y, si un gobierno realiza una política comercial agresiva ¿cómo reaccionarán los gobiernos de los demás países?, entre otras, las cuales se abordarán a lo largo de este trabajo.

La teoría neoclásica del comercio internacional

A continuación se presenta la evolución de las teorías clásica y neoclásica de los valores internacionales.

Es importante señalar que, como dice J.A. Schumpeter (1994), "Los autores clásicos son en su mayor parte ardientes librecambistas, y así se interesaban sin duda grandemente por puntualizar las ventajas o "ganancias" que un país puede obtener del comercio internacional".

Adam Smith presentó las ventajas del librecambio en La riqueza de las naciones (1776), pero se limitó a decir que las mercancías se producirían allí donde los costes fueron menores. Ricardo introdujo el concepto de ventaja comparativa. Explicó, cómo, aunque un país tenga una ventaja absoluta (pueda producir ambos bienes con un menor coste que otro), le convendrá importar aquel bien en cuya producción sea relativamente menos eficiente y exportar aquel que sea relativamente más eficiente. Del mismo modo un país que no tenga ventajas absolutas en la producción de ningún bien puede beneficiarse del comercio internacional si se especializa en la producción de aquel en el que su producción es relativamente más eficiente. En cambio, si un país no goza de ventaja comparativa en ninguno de ellos, no podrá obtener ninguna ganancia del comercio internacional. Por lo tanto, la pauta de producción de un país viene determinada por su ventaja comparativa.

El avance de J.S. Mill es el estudio de cómo se repartirán los beneficios del comercio entre ambas naciones. Para desarrollarlo se basa en el análisis ofertademanda, y explica cómo la distribución de las ganancias del comercio depende de los precios relativos de los bienes que un país produce. Además de esto, incluye el análisis del comercio internacional, basada en los costes comparativos. Del análisis de Mill, se concluye que la proposición el comercio es beneficioso es incondicional por lo cual no es indispensable que un país sea competitivo para beneficiarse del comercio internacional.

En el siglo XX, con la obra de B. Ohlin Comercio interregional e internacional, de 1933, se produce un avance significativo en la teoría del comercio internacional. Entra en juego una "nueva" explicación que viene a complementar a la teoría de la ventaja comparativa para dar lugar a la teoría tradicional o neoclásica del comercio: la teoría de la proporciones factoriales o modelo Heckscher-Ohlin. Según esta teoría y en palabras del propio Ohlin: "… generalmente los factores abundantes son relativamente baratos y los factores escasos relativamente caros en cada una de las regiones. Aquellas mercancías que en su producción requieren una buena cantidad de los primeros y pequeñas cantidades de los segundos se exportan a cambio de bienes que utilizan factores en la proporción inversa. Así, indirectamente, los factores cuya oferta es abundante se exportan y aquellos otros con oferta más escasa de importan"

Dicho de otro modo, los países tienden a importar bienes que son intensivos en los factores en los que tienen oferta escasa y a exportar aquellos intensivos en los factores de los que tienen oferta abundante.

Para que las conclusiones de la teoría sean válidas es necesario que se cumplan una serie de supuestos restrictivos, los cuales son:

1) Existen dos países, dos bienes y dos factores productivos (trabajo y capital).

2) Los bienes son perfectamente móviles entre los países (no hay costes de transporte ni impedimentos al libre comercio), mientras que los factores se mueven libremente entre las dos industrias dentro de cada país, pero no pueden desplazarse de un país a otro.

3) Existe competencia perfecta en los mercados de bienes y factores, que se vacían completamente a los precios de equilibrio.

4) Las funciones de producción de ambos países son iguales y presentan rendimientos constantes de escala y productos marginales decrecientes para ambos factores.

5) Tanto la tecnología disponible por ambos países para producir ambos bienes como sus avances se incorporan de modo instantáneo a los procesos productivos sin coste alguno.

6) Las preferencias de los agentes son idénticas en ambos países.

Esta teoría supone un desarrollo que supera a la de la ventaja comparativa, pero no representa una modificación radical de los principios de Ricardo y Mill. Las causas que explican el comercio siguen siendo las mismas (los países son diferentes y sus producciones se complementan entre sí) pero el nuevo modelo aporta una solidez que, una vez formalizada por Samuelson, se convirtió en doctrina absolutamente dominante en el campo de la teoría económica.

No explica el modelo neoclásico el comercio internacional de hoy completamente. Esta teoría flaquea en algunos sentidos a la hora de explicar los intercambios internacionales debido, básicamente, a unos supuestos excesivamente restrictivos. Al incorporar en el análisis la competencia imperfecta y los rendimientos crecientes de escala aparecen nuevas explicaciones de por qué se comercia mientras que consideraciones acerca de las externalidades tecnológicas, la concentración oligopolística de determinadas industrias y las curvas de aprendizaje podrían justificar políticas comerciales distintas del laissez faire.

Antes de sumergirnos en estas críticas y a modo de síntesis de la teoría neoclásica podemos decir que ésta entiende el comercio internacional como un juego en el que todos ganan, y no una lucha en la que hay vencedores y vencidos. Naturalmente las naciones competirán por conquistar nuevos mercados para vender en ellos sus productos, pero ver el comercio internacional como una guerra en la que hay que proteger nuestros mercados y vencer al enemigo (las otras naciones) sería, según la teoría tradicional del comercio internacional, un error.

La nueva teoría del comercio internacional

La teoría neoclásica del comercio se explica a través de la ventaja competitiva, en donde cada nación produce bienes en los cuales tenga una ventaja relativa y se complementara con el intercambio con otros países, sacando provecho de sus diferencias. Se determinaran los patrones del comercio internacional de los distintos países por medio de las diferencias de recursos, capacidades de fuerza laboral, y características del factor capital.

Esta teoría predice que los países desarrollados exportaran manufacturas e importaran productos no elaborados, por su lado los países en vías de desarrollo importaran manufacturas y exportaran productos no elaborados, esto por la diferencia de precio en sus factores.

El proceso de intercambio trae beneficios a nivel mundial debido a que este se ve como un método indirecto de producción, puesto que cuando se exporta un bien, representa una producción indirecta, la cual es menos costosa que la producción directa.

La versión de que los países se complementan en su producción está fuera de la realidad, debido a que en este caso todo el comercio debería ser interindustrial. Pero el intraindustrial existe y es muy usado, en las naciones europeas aumento en gran manera a raíz de la unión de aduanas. Debido a este hecho los investigadores tratan de dar explicación a estos intercambios, lo que constituye el inicio de las nuevas teorías del comercio internacional, y se concentraron en analizar la manera de minimizar la teoría del modelo neoclásico.

Existe un elevado comercio intraindustrial en los países más desarrollados, debido a las economías de escala he imperfecciones de mercado y en especial lo importante de la diferencia de productos. Hay nuevas teorías del objetivo del comercio y además de las ventajas que suponen los mercados internacionales, que se derivan de la teoría tradicional, estas teorías nacen a raíz de la ventaja de los rendimientos crecientes de escala y la diversificación de la demanda en los países desarrollados.

Teniendo en cuenta las diferencias entre la economía tradicional, la economía de escala y el comercio industrial se pueden analizar las conclusiones que se derivan de esta teoría tradicional con respecto al bienestar y la política comercial que deben seguir los gobiernos.

1. La teoría tradicional, el bienestar y la política comercial

El intercambio internacional representa una mejora a nivel mundial en cuanto al bienestar, debido a que este permite que los bienes que se demandan en un país, que son parte de las funciones de utilidad de los ciudadanos, puedan llegar a sus manos, si éste no existiese el bienestar sería menor puesto que ningún país satisface completamente la demanda de bienes de sus ciudadanos, en especial en las economías desarrolladas. De esta manera es importante que la política comercial de estos países no obstruya el libre comercio debido a que de lo contrario afectaran el bienestar ciudadano.

La teoría del no intercambio no abarca la economía internacional, es un resultado de la teoría económica la cual se origino en el Adam Smith, en donde se intenta explicar que no se intenta promover el interés general, se busca su propio beneficio, pero se produce un objetivo que no estaba en sus propósitos, es decir cuando se persigue su propio interés se fomenta mucho mas a la sociedad. No se ven cosas buenas de aquellos que quieren actuar con interés para el pueblo.

En el pasaje La Riqueza de las Naciones en 1776 Adam Smith dice que el mercado que se dedica a destinar los recursos es eficiente, lo que crea una confusión entre el concepto de interés por la sociedad y de la eficiencia, expresando que el mercado puede maximizar el bienestar social. Es importante que se evite la intervención del estado o cualquier agente externo al mercado, esto se sustenta teóricamente mediante el trabajo que realizaron K.J. Arrow y G. Debreu en 1951, en donde se realizó una demostración de la existencia, unicidad y estabilidad del equilibrio general. De aquí nacen dos teoremas vitales del bienestar que indican que el equilibrio competitivo va a ser eficiente en el sentido de Pareto y que otro óptimo se puede alcanzar por medio de un mercado competitivo. Se puntualiza que la intervención distorsiona las actitudes de los agentes económicos y no permite obtener situaciones Pareto-Eficientes.

Los puntos en que se basa la teoría general son restrictivos debido a su nivel tan abstracto, la realidad casi no se relaciona con ellos, sin embargo una parte del sustento teórico que se basa en argumentar como interviene la economía y la que se deriva, como caso concreto del laissez faire en la economía internacional.

En cuanto a la política comercial, el concepto tradicional se basa en no justificar políticas comerciales activas en donde todas las industrias exista competencia, por tanto no deben existir fallos de mercado que deban ser corregidos por el estado.

En una industria con competencia perfecta, el costo se iguala al costo marginal, no existen grandes beneficios a largo plazo, solo de manera contable. Si en una industrias los precios superan el costo marginal, nuevas industrias se presentaran en este proceso hasta igualar el precio y el costo marginal, y los beneficios extraordinarios desaparecen. Si las industrias operan, basándose en esta teoría, no existen sectores más importantes en margen, en otras palabras no existen industrias estratégicas. Las políticas industriales de modo interno y de exportación, desvían al mercado, generando ineficiencia y desplazando recursos de manera injusta para las industrias y mercados seleccionados.

Para que pueda darse una competencia perfecta no deben existir barreras de entrada a la industria, las empresas deben ofrecer un bien similar, la información debe ser perfecta y no debe existir poder de mercado, es decir, los vendedores no deben influir en el precio del mercado. Realmente no en todos los casos se cumplen estos supuestos, en la mayoría de los casos estos son violados. En las industrias de alta tecnología se puede observar mejor que no son completamente competitivas. Las empresas buscan diferenciarse de las otras independientemente del bien que produzcan, incluso donde antes el bien intercambiado era homogéneo, por ejemplo alimentos, desarrollan mediante la publicidad una diferencia del producto. En el sector de bienes de consumo elaborado, se emplea la competencia monopolista. Las empresas de servicio operan de forma parecida, en donde se intentan diferenciar por medio de nuevos métodos. Los tipos de métodos empleados difieren en cuanto a la competencia perfecta.

De allí radica un problema para los economistas, debido a que no se sabe el comportamiento de las empresas a diferencia de los de competencia perfecta y monopolio, en donde es más fácil de predecir.

En la competencia perfecta, como cuentan con una curva de demanda elástica, se puede subir el precio hasta igualar el costo marginal, mientras que en el monopolio, la demanda tiene pendiente negativa, y se subirá el precio de manera que iguale es costo marginal mientras que no existan leyes que lo eviten, por lo tanto el equilibrio se encuentra en un punto donde corresponde el precio mayor a una cantidad menor que el caso competitivo.

Existen diversos tipos de mercados, que están a medio camino de los descritos. Son mercados de competencia imperfecta y se unen también los tipos de oligopolio y los de competencia monopolística. Estos mercados son difíciles de modelar, por lo tanto esto representa un problema para los economistas, y por ende la teoría economista les da la espalda.

En los años sesenta se inició un desarrollo de una disciplina en la microeconomía, la cual intenta explicar cómo funcionan los mercados. Se trata de la teoría de la organización industrial, la cual relaja los supuestos de la competencia perfecta para tener una visión de los mercados, que son similares a la realidad de los modelos tradicionales que contienen dimensiones estratégicas. La teoría de la organización industrial no da respuesta en cuanto al comportamiento exacto de los mercados que son imperfectamente competitivos, pero presenta un catálogo de modelos concretos, que den luz a temas que son casi imposibles de abordar. Se encuentran temas muy diversos, desde la teoría de juego hasta la discriminación de precios, pero hay algunas que se relacionan directamente con el desarrollo de las nuevas teorías de comercio internacional. Son temas como:

  • El comportamiento de los mercados oligopolísticos analizados mediante la teoría de juegos.

  • El problema de las barreras de entrada a determinadas industrias.

  • La inversión en I+D: desde sus procesos de creación hasta los efectos externos que proyecta sobre el resto de la economía, así como las dificultades para proteger las innovaciones mediante patentes.

2. La política comercial estratégica

La política comercial estrategia se puede definir como aquella en donde un gobierno ayuda por medio de la relación y regulación estratégica que se da en determinados sectores en el ámbito nacional, abarca a las empresas nacionales y extranjeras. Se intenta favorecer a las empresas frente a sus rivales, mediante el instrumento de la política industrial. La política industrial activa se justifica debido a las imperfecciones de los mercados.

Los grandes beneficios de mercados oligopólicos y la importancia de externalidades tecnológicas de ciertas industrias que justifican también el apoyo del gobierno en una política industrial, representan los dos argumentos fundamentales. Estos temas se relacionan y a pesar de ser tratados en distintos epígrafes, se beben considerar conjuntamente para para poder juzgar las ventajas e inconvenientes de la política industrial activa. Se evalúa la posibilidad de acciones que se puedan tomar en contra de políticas comerciales estratégicas implementadas por un gobierno concreto y los peligros que corre con el desarrollo de intercambios internacionales. Alrededor de este tema se discuten puntos para poder saber hasta qué grado es conveniente poner en práctica este tipo de políticas.

A) El argumento de los subsidios que desplazan beneficios

Hay industrias que poseen beneficios extraordinarios, en el caso de muchos países empresas nacionales que compiten contra otras, para hacerse el mercado mundial, y luchan por tener la mayor cantidad de beneficios que están en juego. La mayor parte de estas industrias es oligopólica, se comparan de modo estratégico, debido a que sus acciones condicionan el comportamiento de los rivales estratégicos.

La teoría tradicional y la nueva se diferencian en que la tradicional no considera imperfecciones de los mercados, y la renta que se genera es muy pequeña y no es importante quien se apropie de ella. Si la renta se incrementa en gran manera, entonces comienza a ser más importante quien pueda apropiarse de ella.

Hay sectores más valiosos que otros, debido a su estructura oligopolística, lo cual implica altas tasas de beneficios y se basan en barreras de entrada, economías de escala, la importancia del aprendizaje, y la innovación mediante la experiencia.

El gobierno cambia de estrategias de juego dependiendo de cómo se desenvuelvan las empresas por medios de subsidios en la exportación, los cuales logran el aumento del ingreso nacional, debido a que las empresas nacionales toman la mayor parte de las rentas lo que obliga a reducir la producción de las empresas localizadas en la nación que subsidia capturen una mayor porción de los beneficios. Para lograr su objetivo, se deben subsidiar de manera que se desplace los beneficios del sector hacia las empresas nacionales, estos subsidios son de carácter general e indefinido, que se convierten en ayudas del gobierno hacia sectores estratégicos, y se controlan por medio de la política de forma. Los subsidios varían con la finalidad de impedir la entrada a otros competidores o incluso reducir la producción que se encuentra en el mercado. Se trata de una ventaja competitiva debido a que los beneficios se dan a favor de la empresa nacional.

El gobierno protege a la industria naciente, durante cierto tiempo con el fin de colocarla en igual condición para competir. Se debería evitar el proteccionismo para poder tener ventaja del libre cambio, pero bajo el periodo de apoyo a las industrias. En la política comercial estratégica se maneja una idea similar, se trata de ayudar a la empresa nacional pero sin igualar las condiciones de competencia puesto que está en juego grandes beneficios. Las industrias nacientes que deben ser empujadas por la política industrial, son las de más alta tecnología, estas empresas tienen delantera en cuanto a ventajas que se derivan de las economías de escala y que ira ganando eficiencia a través de la experiencia. Los defensores de inversiones no explican cómo corregir este fallo de mercado, y la intervención no resuelve este problema sino que hace que los beneficios caigan del lado de empresas nacionales. El gobierno puede implementar políticas las cuales sean más beneficiosas para ellos.

Los defensores de la política comercial estratégica argumentan que cualquier justificación teórica para el subsidio si hay fallo o no, si la intervención soluciona o no, si las empresas nacionales no son apoyadas por el gobierno, toda la nación se verá perjudicada.

B) Posibles represalias: un dilema del prisionero

Es importante saber, como resolver el juego estratégico de los gobiernos nacionales, para esto no se tiene ciencia cierta del comportamiento de los gobiernos, pero teniendo en cuenta dos naciones de igual peso económico, y dos empresas que tienen condiciones de duopolio por los mercados mundiales, en los que se incluyen también los mercados nacionales de los dos países, se puede pensar en tres opciones:

  • Uno de los países protege su mercado interno, apoyando a la empresa nacional en canto a subsidios en los mercados de exportación, el otro no interviene en lo absoluto. El que cuenta con una política comercial activa, obtiene más ganancias porque puede vender en todos los mercados, mientas que su rival no puede vender en el mercado interno del país.

  • No se puede sacar provecho de los mercados de exportación debido a que cada país protege su mercado nacional. En esta situación no se obtienen ventajas que derivan el libre comercio.

  • Los países no intervienen ni para proteger, ni para potenciar a la empresa localizada en su interior. En este caso la situación de las empresas es mejor que en el anterior, puesto que deberán resistirse a comenzar una acción unilateral que otorgaría beneficios adicionales a la que lleve a cabo esta acción, si la otra se mantiene pasiva.

No se mostrara el avance de la teoría de juegos, pero si mostrara un avance de Robert Axelrod, el cual se determinó en los años ochenta la mejor forma de jugar si el juego se repite muchas veces, esta aunque es muy distante de la realidad en que se encuentran las acciones gubernamentales en cuestión de política comercial, puede dar cierta claridad en cuanto a los resultados posibles y eliminar pesimismo el cual nos lleva a el resultado inicial no cooperativo. El primer experimento de Axelrod en donde pidió a especialistas en la teoría de juegos que realizaran una opción de juego de dilema de prisionero en donde se enfrentaran 200 veces por cada una de las restantes, en el primer experimento, se dieron 14 respuestas, en donde gano Anatol Rapaport, sociólogo y filósofo de la universidad de Toronto, con una estrategia sencilla que consistía en jugar cooperativamente al inicio y luego hacer lo que el rival había hecho la última vez, esta vence a todas las demás estrategias salvo a las depredadora que no copera nunca, es fácil de aplicar y no debe ocultarse, cuando se enfrenta a si misma el resultado es mutuamente beneficioso.

Este experimento debe ser aplicado a la política comercial, y se debe destacar que no es para nada compleja. Se encuentran dos jugadores, y los acuerdos comerciales están en orden multilateral y las aplicaciones aumentan. Los componentes de las naciones son difíciles de cooperar y no cooperar, en este caso no se sabe a ciencia cierta el significado de las opciones.

Es importante incorporar el análisis de los avances de la investigación de la teoría de juegos que se han facilitado a pesar de que dentro de la política comercial el debate entre proteccionismo y liberalismo no está resuelto.

C) El argumento de las externalidades

Un argumento de peso en cuanto a la política industrial activa son las externalidades tecnológicas, las que representan probablemente una de las mejores razones que intelectualmente puede darse para esta política según las palabras Krugman y Obstfeld.

La externalidad se puede reflejar si una de las variables afectan a la utilidad o al beneficio de quien toma las decisiones está sujeto a un decisor. Estas también representan un fallo de mercado, y viola el primer teorema fundamental de la economía del bienestar, en el cual todo equilibrio competitivo es eficiente en el sentido de Pareto debido a que los consumidores y productores maximizan sus utilidades y beneficios respectivamente, si se da el caso en que las variables dependan de la utilidad o beneficios de agentes fuera de su control, aunque estos hagan una elección nacional, el resultado no será eficiente en términos paretianos, entonces el mecanismo de precios no puede cumplir su función debido a que los precios no reflejan toda su información, y se procede a fallos de mercado.

Es importante que el estado se incentive a realizar una política industrial activa que alentase a las actividades que generan conocimientos. Esta externalidad tecnológica no afecta a otros países puesto que cada nación realiza una política de planificación industrial en cuando al desarrollo tecnológico. Por lo tanto se justifica que los países se dediquen cada vez más a estas actividades, es lógico pensar que las filtraciones tecnológicas y los beneficios que producen esta investigación son una forma de externalidad positiva es más significativa en las fronteras de un país desarrollado a nivel mundial, por tanto los gobiernos gastan cada vez mas en investigación.

Las economías externas positivas pueden aumentar de acuerdo a la producción industrial de distintas empresas de un sector en un lugar determinado. El gobierno japonés ha hecho lo propio desde la segunda guerra mundial y que el centro industrial y tecnológico de la UE, lo ha intentado en los últimos años. Algunas de las ventajas son las siguientes, la concentración de varias empresas en un sector genera:

  • Mercado de trabajo justo y mano de obra calificada, lo que beneficia tanto a los trabajadores como a las empresas.

  • Provisionarse de bienes intermedios a bajo costo.

  • La citada osmosis tecnológicas.

Estas características se engloban dentro de las ventajas de los rendimientos crecientes. El modelo centro periferia indica, por las ventas económicas de escala son enormes, en sectores de alta tecnología fuertemente oligopolizados, y etas no les conviene tener varias plantas puesto que no podrían aprovechar los crecientes de escala, y los obliga a localizarse respecto a sus plantas matrices donde se realiza la investigación.

Un gobierno con una política industrial activa, puede lograr que el enclave de la concentración industrial, tecnológico se situé en su territorio podrá obtener beneficios para su nación, además por las ventajas de concentración, una vez que el enclave este allí, es posible que se quede allí por la economía de escala.

El mayor problema de la política comercial estratégica es identificar los sectores, industrias o empresas que deben ser subsidiados y en que casos.

D) ¿Cuáles son los sectores estratégicos?

Hay sectores estratégicos de corto y mediano plazo, en donde la competencia no puede disminuir los beneficios de aquellas empresas que los tienen. De acuerdo a las críticas de la política comercial estratégica, ciertos autores opinan que estos sectores no existen, pero los defensores de este tema formularon una serie de requisitos que deberían cumplir un sector para que pueda ser considerado como candidato para el apoyo gubernamental mediante una política industrial activa.

B. Spencer realizo un análisis en donde se presenta la forma de poder encontrar estos sectores, pero es importante no perder de vista que los subsidios se hacen con el fin de aumentar el bienestar nacional, y se mide de acuerdo a la renta nacional.

La política comercial estratégica tiene su justificación en las imperfecciones de los mercados, los que permiten tener beneficios en un periodo de tiempo considerable. Es conveniente que la industria nacional estuviera antes de realizar el subsidio en una posición de liderazgo en su sector pero sometida a la competencia extranjera seria efectivo o potencial. Debido a que un producto en etapa inicial es potencial y los subsidios pueden erigir barreras de entrada a los competidores extranjeros, creando un monopolio temporal, nos encontramos ante un sector candidato al subsidio.

Debido a las ventajas de la competencia industrial el subsidio a la exportación serán mayores cuando la industria nacional este más concentrada. Si el subsidio aumenta el empleo en la industria nacional debido a que aumenta sus ventajas al disminuir, colocara a la empresa extranjera en una situación menos competitiva, pero si se da mediante el subsidio un aumento salarial en vez de uno de empleo, aumentaran los cortos salariales de la industria nacional, con lo que podría volverse menos competitiva en cuanto a los rivales extranjeros, por lo que cada unidad monetaria que se gastaría en el subsidio no sería efectiva. El aumento del salario va a depender del comportamiento del sindicato de trabajadores del sector en la negociación salarial, pero en este caso se modifica el juego estratégico de las empresas y gobiernos, lo que complica el análisis. Una empresa es mejor candidata al subsidio mientras más débil sea el sindicato, o cuando mayor sea la participación de sus empleados en los beneficios, con cualquier forma de retribución que no aumente los costos marginales de la industria.

La intervención que realiza el gobierno tiene como fin posicionar a empresas nacionales con líderes en sectores intensivos en alta tecnología, estas pueden ser buenas candidatas para los subsidios estratégicos. También se debe centrar una política industrial en aquellas industrias que sean intensivas en ID. Otro candidato seria aquel sector que tenga alta tecnología, y con importantes barreras de entrada.

Partes: 1, 2
Página siguiente